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II. EL ENTORNO ECONOMICO GENERAL Y LA AGRICULTURA


SINOPSIS ECONOMICA
CUESTIONES ESCOGIDAS

SINOPSIS ECONOMICA


Coyuntura económica y perspectivas de la agricultura

La baja económica mundial que tuvo comienzo en 1990 ha continuado bien entrado 1993, y las perspectivas de recuperación en un próximo futuro parecen especialmente inciertas. La actividad económica mundial, tras haberse estancado prácticamente en 1991, ha aumentado, según estimaciones, en sólo un 1,7 por ciento en 1992 aunque los pronósticos para 1993 apuntan a un 2,2 por ciento como tasa de crecimiento1.

1 A menos que se indique otra cosa, las estimaciones y pronósticos que aparecen en esta sección son los de la publicación del FMI Perspectivas económicas mundiales, abril de 1993.
El Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) estima que el comercio mundial de mercancías en 1992 se ha expandido en un 5,5 por ciento en valor y un 4,5 por ciento en volumen, tratándose de la primera aceleración de su crecimiento desde 1988. Los pronósticos actuales para 1993 apuntan a un crecimiento del comercio de más del 4,5 por ciento en volumen, aunque para los resultados comerciales2 se admite una posibilidad de resultados más bajos. En cualquier caso, la expansión relativamente vigorosa del comercio mundial se contempla como un punto positivo en un entorno económico que se caracteriza en cambio por un crecimiento deprimido y perspectivas inciertas.
2 Las estimaciones del GATT sobre el comercio mundial difieren ligeramente de las del FMI. Según éste, el volumen del comercio mundial en 1992 aumentó en un 4,2 por ciento y los pronósticos para 1993 apuntan a un crecimiento del 5,2 por ciento.
El crecimiento económico de los países industrializados, que contribuyen a las tres cuartas partes de la producción mundial, es estimado actualmente por la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) en sólo un 1,2 por ciento en 1993, por debajo de unos niveles de crecimiento ya deprimidos del año anterior.

Los países europeos tropiezan con una situación especialmente difícil: recesión económica (combinada extrañamente con tipos de interés real altos); niveles elevados y crecientes de desempleo; aumento de los déficit fiscales; y una inestabilidad financiera y monetaria que está poniendo gravemente en dificultades al mecanismo de tipos de cambio (SME) de la CEE y multiplicando las dificultades para conseguir los objetivos de Maastricht.

Figura 1A: PRODUCCION ECONOMICA MUNDIAL* (variación porcentual respecto del año anterior)

* PIB real o PMN real
Figura 1B: CRECIMIENTO ECONOMICO EN LAS REGIONES EN DESARROLLO (variación porcentual respecto del año anterior)
Fuente: FMI
Las expectativas de crecimiento japonesas para 1993 son apenas del 1 por ciento, pero indicaciones recientes sugieren que medidas monetarias y fiscales de estimulación podrían contribuirá que la recuperación se afiance en 1994.

Con una Europa occidental y un Japón que pierden vigor como polos mundiales de desarrollo, los Estados Unidos parecen ofrecer las mejores perspectivas para estimular la economía mundial a medio y corto plazo. La OCDE pronosticaba que el desarrollo económico de los Estados Unidos en 1993 fuera del 2,6 por ciento, por debajo de las expectativas previas, pero todavía más del doble del crecimiento medio del área de la OCDE.

Parece que la recuperación cobra impulso aunque siguen existiendo grandes incertidumbres, especialmente por lo que se refiere al gran déficit del presupuesto federal y a la eficacia de las medidas para reducirlo.

Entre las antiguas economías de planificación centralizada, la República Checa, Polonia y Hungría muestran signos de recuperación y han reducido la presión inflacionaria, aunque todavía tropiezan con dificultades para frenar los déficit fiscales. Los Estados bálticos están también registrando progresos alentadores por lo que se refiere a su crecimiento y estabilización.

El proceso de reestructuración económica está encontrando grandes obstáculos en la mayoría de los otros países de la ex URSS. Tras unas pérdidas catastróficas de producción en los dos años precedentes, se prevé que el PIB real en la ex URSS vuelva a bajar fuertemente en 1993. A la base de estos resultados tan sombríos están unas tasas sumamente altas de inflación, el derrumbe de las corrientes comerciales dentro de la zona y fuera de ella, la incapacidad de contener el déficit fiscal y las incertidumbres sobre el propio proceso de transformación.

Figura 2: PRODUCCION MUNDIAL Y VOLUMEN DEL COMERCIO MUNDIAL (variación porcentual respecto del año anterior)

Fuente: FMI
En marcado contraste con la situación económica deprimida de los países desarrollados y de las economías en transición, los países en desarrollo en su conjunto han registrado un crecimiento robusto en 1992 (de un 6 por ciento), y las previsiones son que seguirán creciendo en 1993 a una tasa relativamente rápida, aunque algo más baja. Sin embargo, ha habido amplias diferencias regionales, y el fuerte crecimiento general de los países en desarrollo ha sido reflejo sobretodo de los resultados de unas economías dinámicas que son relativamente pocas. Los mejores resultados se han registrado nuevamente en los países del Lejano Oriente, sobre todo los de Asia oriental. China apareció como posiblemente la economía de más rápido crecimiento del mundo, pues su producción, inversiones y exportaciones subieron vertiginosamente en 1992 y 1993 pero con la creciente preocupación de la presión inflacionaria. La actividad económica se mantuvo también razonablemente pujante en América Latina y el Caribe, con la gran excepción de la economía brasileña, que está paralizada por la estanflación y un déficit presupuestario que supone el 40 por ciento del PIB. Por último, Africa ha sufrido los perniciosos efectos de conflictos, sequía en los países australes y una depresión de los precios para varios de los principales productos de exportación de la región en 1992; se prevé que una mejora en las relaciones de intercambio y la vuelta a condiciones meteorológicas normales en Africa austral refuerce algo su crecimiento en 1993 (véase Parte II, Análisis por regiones, Africa subsahariana).

El aspecto más sombrío del cuadro económico mundial es el gran número de países pobres en que la situación económica empeora. Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), se prevé que los 47 países menos desarrollados registren un descenso económico en 1993 por cuarto año consecutivo. Sólo un puñado de esos países habrán podido evitar la coyuntura negativa, y son Malawi, Mauritania, Myanmar, Nepal y Uganda, que se han beneficiado sobre todo de una expansión de los ingresos por exportación.

Coyuntura económica y perspectivas de la agricultura


Perspectivas para la agricultura de los países en desarrollo
Perspectivas para las economías fuertemente dependientes del comercio agrícola

El pronosticar la evolución económica y agrícola constituye una práctica arriesgada, dadas las circunstancias actuales: el proceso de transformación en Europa oriental y la ex URSS; el resultado de la Ronda Uruguay; los tiempos y amplitud de la recuperación económica en el mundo industrial izado; y los conflictos por resolver en Africa, el Cercano Oriente, los Balcanes y otras partes del mundo.

Con la precaución que dictan estas incertidumbres, la mayor parte de los pronósticos, sobre todo los del Banco Mundial, el FMI y el proyecto LINK apuntan a la siguiente evolución de la situación para 1994-95:

· La actividad económica del mundo en desarrollo se recuperará ligeramente en 1994 y luego en 1995, aunque las tasas de crecimiento se mantendrán probablemente por debajo del 3 por ciento. Es probable que los Estados Unidos sean la principal fuerza de esta recuperación.

· Las economías en transición de Europa central pueden reanudar su crecimiento en 1994; las de la ex URSS no es probable que lo hagan antes de 1995 e incluso más tarde.

· El crecimiento económico de los países en desarrollo en su conjunto seguirá superando al del mundo industrial, a unas tasas entre el 5 y el 6 por ciento. Las economías de más rápido crecimiento seguirán siendo las de Asia oriental (6 a 7 por ciento), donde China aparece poco a poco como el «cuarto polo» del crecimiento mundial. Varios países en proceso de reajuste en América Latina y el Caribe afianzarán su recuperación, elevando el crecimiento regional al 5 a 6 por ciento. El crecimiento económico de Africa, que será del 3 al 4 por ciento, registraría alguna recuperación; sin embargo, este crecimiento se mantendría bastante por debajo de la media de los países en desarrollo y los avances serían magros, estimados per cápita. El crecimiento en el Cercano Oriente bajaría de las elevadísimas tasas de 1992, aunque seguiría superando las de coyunturas anteriores.

Un rasgo notable en estos pronósticos es que los países en desarrollo seguirían superando a los países desarrollados en cuanto a crecimiento. Sin embargo, cabe observar en general que: i) el dinamismo de las economías de los países en desarrollo tendría una base más estrecha, pues quienes más contribuyen al mismo son los países de Asia oriental (principalmente China) y los países en vías de liberalizar que se hallan en una fase temprana y todavía incierta de recuperación, sobre todo en América Latina y el Caribe; ii) aunque los diferenciales por tasa de crecimiento suponen un cierto acortamiento del desfase económico entre países industrializados y en desarrollo, ese desequilibrio sigue siendo enorme. Los niveles medios de ingresos per cápita en los países de la OCDE son actualmente unas tres veces superiores a los de los países en desarrollo más ricos. Incluso los países en desarrollo de más altos ingresos y de más rápido crecimiento tienen todavía que cubrir una gran diferencia en los niveles de ingresos per cápita3 y, para ello, en la productividad de los factores; iii) el diferencial de crecimiento entre Norte y Sur debe verse como un fenómeno transitorio más bien que como un signo de una menor interdependencia económica. Es más, no es probable que la reciente recuperación de carácter interno de muchos países en desarrollo se pueda mantener de no haber más comercio e impulsos de inversión por parte del mundo industrial.
3 El Banco Mundial estima que, si la economía de China siguiera creciendo del orden del 7 al 8 por ciento durante toda la década de los noventa, el volumen de su PIB para el año 2002 se aproximaría al de los Estados Unidos. Sin embargo, el ingreso de China per cápita seguiría siendo un quinto del de los Estados Unidos.

RECUADRO 1
DEUDA EXTERNA DE LOS PAISES EN DESARROLLO

La deuda externa total de los 116 países en desarrollo que comunican sus deudas al Sistema de Notificación de la Deuda del Banco Mundial (SND), cuyo volumen se estimaba en 1,418 billones de dólares al final de 1991, alcanzaría según proyecciones los 1,51 billones de dólares en 1992.

Para todos los países que hacen uso del SND, la relación deuda-exportaciones en 1992 se estimaba en un 178 por ciento, aproximadamente idéntica a la del año anterior pero mucho mayor que en 1990, cuando se cifré en un 167 por ciento. Sin embargo, las proyecciones son que respecto del 21 por ciento de 1991 la relación del servicio de la deuda-exportaciones bajará ligeramente para pasar a ser del 19 por ciento en 1992. La relación deuda-PNB se mantendrá, según previsiones, casi inalterada en 1992 en un 37 por ciento.

Los indicadores de la deuda regional variaron bastante, como puede verse en la Figura 3. De la situación de la deuda en el Africa subsahariana y América Latina y el Caribe se trata en el Análisis por regiones. Para el grupo de países de bajos ingresos muy endeudados, la relación deuda-PNB se mantuvo en una cifra estimada en el 113 por ciento en 1992, lo que supone un descenso respecto del 117 por ciento del año anterior. La relación servicio de la deuda-exportaciones se estimó en un 22 por ciento, el mismo nivel que en 1991.

Según estimaciones, la deuda exterior de los países en desarrollo derivada de proyectos relacionados con la agricultura fue de 72 200 millones de dólares en 1991, cifra que representa aproximadamente un 6 por ciento de la deuda externa total de esos países. En general, esta proporción se ha mantenido bastante constante en los últimos años, aunque han sido notables las variaciones entre regiones. Estas oscilaron del 4 por ciento en América Latina y el Caribe al 8-10 por ciento en el Cercano Oriente, el Africa subsahariana y Asia oriental, y el 15 por ciento en Asia meridional. El bajo porcentaje de la deuda agrícola respecto de la total responde a que la financiación externa al sector, sobre todo la proporcionada por fuentes oficiales, tiene carácter muy de favor.

Las transferencias netas (corrientes netas menos pagos de intereses) respecto de todas las deudas, que en 1991 alcanzaron una cifra negativa de 16 000 millones de dólares, se reducirán según proyecciones a una cifra negativa de 3 600 millones de dólares en 1992. El componente a largo plazo de estas transferencias, que ascendió a una cifra negativa de 23 000 millones de dólares en 1991, volverá a ser ligeramente positivo en 1992 según se prevé, bajando las transferencias netas negativas a los acreedores privados de 27 000 millones de dólares en 1991 a 7 000 millones de dólares en 1992. Esto se debió en parte a desembolsos mucho mayores por los acreedores privados, que pasaron de 70 000 millones de dólares en 1991 a 84 000 millones de dólares en 1992.

Según estimaciones, las operaciones de reducción de la deuda han disminuido la deuda de todos los países en desarrollo en 13 000 millones de dólares en 1992, frente a los 9 000 millones de dólares en 1991. El perdón de la deuda oficial supuso unos 6 500 millones de dólares. La reducción de la deuda privada se realizó principalmente a través de operaciones con patrocinio oficial. Las operaciones acogidas al Plan Brady redujeron la deuda en 4 700 millones de dólares, la recompra comercial de deuda en 7 900 millones de dólares y los canjes de deuda por capital en 1 000 millones de dólares. El Club de París de países acreedores desarrollados negoció acuerdos especiales con arreglo a las condiciones de Houston1 con países de ingresos bajos-medios muy endeudados, consolidando más de 5 000 millones de dólares en 1992. También se renegociaron acuerdos convencionales de reestructuración por un importe de 13 000 millones de dólares. Fueron 12 países de bajos ingresos muy endeudados los que obtuvieron concesiones especiales con arreglo a las nuevas «condiciones reforzadas de Toronto»2, y durante 1992 consolidaron más de 2 500 millones de dólares. En 1992, sólo 7 países se beneficiaron de operaciones de reducción de la deuda al amparo del Servicio de Reducción de la Deuda del Banco Mundial «de la AIF solamente». Este empleo reducido de dicho servicio se debió a las dificultades de los países deudores en llevar a cabo programas de reajuste. Una novedad financiera importante en 1992 fue el aumento de las corrientes de capital privado hacia los países en desarrollo y el desplazamiento de la financiación mediante endeudamiento a la inversión y participación en capital social, especialmente a través de inversiones directas extranjeras e inversiones en capital de cartera. Esta novedad influyó más especialmente en América Latina y el Caribe, y de ella se trata en el Análisis por regiones. Sólo unos pocos países de bajos ingresos se han beneficiado del aumento de las corrientes de inversiones directas extranjeras. Este grupo de países recibió según estimaciones 9 000 millones de dólares en 1992, de los cuales 5 000 millones se invirtieron sólo en China.

1 Las condiciones de Houston consisten en períodos más largos de reembolso otorgados por el Club de París a países que cuentan con un fuerte programa de reajuste, y han tenido buenos resultados dentro de los acuerdos anteriores de París. Dichas condiciones se decidieron como complemento a la cumbre económica de Houston de julio de 1 990.

2 Las condiciones reforzadas de Toronto, acordadas por el Club de París en diciembre de 1991, prevén un nuevo conjunto de concesiones reforzadas para los países designados por el Banco Mundial como «de la AIF solamente», es decir, que reúnen las condiciones para una ayuda de favor por parte de la Asociación Internacional de Fomento.


Figura 3A: COMPOSICION DE LA DEUDA - AMERICA LATINA Y EL CARIBE

Figura 3B: COMPOSICION DE LA DEUDA - AFRICA SUBSAHARIANA

Figura 3C: COMPOSICION DE LA DEUDA - CERCANO ORIENTE Y AFRICA DEL NORTE

Figura 3D: COMPOSICION DE LA DEUDA - ASIA ORIENTAL Y EL PACIFICO

Figura 3E: COMPOSICION DE LA DEUDA - ASIA MERIDIONAL

Figura 3F: COMPOSICION DE LA DEUDA - EUROPA Y ASIA CENTRAL**

** Con inclusión de la ex URSS

Fuente: Banco Mundial, Cuadros de la deuda mundial, 1991-92

CUADRO 1
Crecimiento proyectado del valor añadido, exportaciones e importaciones agrícolas para las regiones de los países en desarrollo

Región

Valor añadido

Exportaciones

Importaciones

1993

1994

1993

1994

1993

1994


(porcentaje)

Africa subsahariana

2,34

2,99

0,50

8,22

6,64

8,89

América Latina y el Caribe

2,58

3,54

4,50

6,81

4,44

4,65

Lejano Oriente y el Pacífico

4,98

4,20

10,29

9,10

8,22

12,29

Cercano Oriente y Africa del Norte

3,64

4,03

5,33

7,12

6,69

7,20

Fuente: Proyecto LINK.

Perspectivas para la agricultura de los países en desarrollo

En el Cuadro 1 aparecen los pronósticos a corto plazo de la producción y comercio agrícolas de los países en desarrollo. Estas proyecciones indican que:

· El aumento del valor añadido agrícola en 1993 y 1994 estaría en líneas generales de acuerdo con los valores coyunturales medios de los años ochenta, salvo en América Latina y el Caribe, donde las tasas proyectadas de crecimiento superarían considerablemente las tendencias hasta ahora observadas. El crecimiento del valor añadido agrícola se aceleraría en 1994 en todas las regiones, a excepción de Asia y el Pacífico, aunque se mantendría fuerte el crecimiento agrícola en esta región.

· Las exportaciones e importaciones agrícolas aumentarían muy por encima de las tendencias de los años ochenta y de la coyuntura más reciente. Para el Africa subsahariana, 1994 sería un año de fuerte recuperación de las exportaciones agrícolas. No obstante, las importaciones crecerían a un ritmo incluso más rápido, lo que haría que el déficit comercial agrícola que se registrase en esta región alcanzase los 12 000 millones de dólares en 1994, casi el doble del déficit que hubo en 1991. Ese déficit comercial agrícola récord también aumentaría en el Cercano Oriente (a 15 000 millones de dólares en 1994, por encima de los 12 000 millones de dólares de 1991).

· El superávit del comercio agrícola en América Latina y el Caribe crecería moderadamente pasando de los 24 000 millones de dólares en 1991 a 26 000 millones de dólares en 1994, pero el de Asia y el Pacífico caería de los 4 900 millones de dólares a los 2 500 millones de dólares durante ese mismo período.

Hay dos factores que determinarían de forma decisiva las perspectivas de crecimiento y comercio de los países en desarrollo para este sector: i) el grado de la recuperación económica general, que repercutirá en la demanda nacional e internacional de productos agrícolas así como en la oferta agrícola a través de su impacto en los costos de los insumos y corrientes de capital; y ii) guardando gran relación con lo anterior, el comportamiento futuro de los precios de los productos, en que los productos agrícolas representan un 10 por ciento del comercio mundial, aunque una proporción aún mayor de los ingresos de exportación de numerosos países en desarrollo.

Por lo que respecta al primer elemento, la actual incertidumbre sobre las fechas y la fuerza de la recuperación mundial dificultan la evaluación del impacto que ejercerá esta última en la agricultura. Si se tienen en cuenta los pronósticos excesivamente optimistas sobre la recuperación mundial, tal vez fuera interesante averiguar qué podría suceder si esa recuperación no se concretase en un próximo futuro. Para una determinada región, ¿cuál sería la repercusión en las exportaciones agrícolas, en las importaciones y en el PIB total de un crecimiento cero en el resto del mundo? Podría por lo menos tratarse de apreciar la magnitud de esos efectos mediante una simulación cuyos resultados -las desviaciones porcentuales de las proyecciones de base4 - para el Africa subsahariana se resumen en el Cuadro 2.

4 Esta simulación se basa en un modelo econométrico elaborado para la FAO por el Prof. George P. Zanias, de la Universidad de Agronomía de Atenas.
Las cifras indican que las exportaciones agrícolas regionales en 1993 crecerían 0,5 puntos porcentuales menos de la estimación de crecimiento de base para ese año; y en 1,5 puntos porcentuales menos en 1994, en el supuesto de que se trate de un segundo año de crecimiento cero en el resto del mundo. En otros términos, empleando las proyecciones de base que aparecen en el Cuadro 1, las exportaciones agrícolas del Africa subsahariana se estancarían en lugar de crecer un 0,5 por ciento en 1993, y aumentarían un 6,6 por ciento en lugar de un 8,2 por ciento en 1994, cifrándose la diferencia entre las dos últimas en 1 410 millones de dólares en valor real. Se trata de una cantidad notable en el contexto africano. Convertida a precios de 1992 representaría más del 10 por ciento de los reembolsos del Africa subsahariana por todas las deudas, o más o menos el valor total estimado de las IDE que irían a parar a la región durante ese año.

CUADRO 2
Africa subsahariana1: efectos simulados de un crecimiento cero en el PIB del resto del mundo

1 Con exclusión de Nigeria.

Año

Exportaciones agrícolas

Exportaciones no agrícolas

Importaciones agrícolas

Importaciones no agrícolas

PIB

(porcentaje de variación respecto de las proyecciones de base)

1993

-0,50

-0,64

-0,01

-0,04

-0,05

1994

-1,51

-2,06

-0,06

-0,13

-0,17

Fuente: FAO.
El estancamiento económico mundial afectaría también a la actividad económica de la región, que crecería un 2,9 por ciento en 1994 en lugar del 3,1 por ciento que pronostica actualmente el proyecto LINK. Aunque no es una pérdida considerable, marca la diferencia entre ponerse a la altura del crecimiento demográfico, que actualmente es de un 3,1 por ciento anual, y registrar una vez más una baja en la producción per cápita de la región.

Por lo que respecta a los precios de los productos básicos, se pronostica una consolidación de las cotizaciones internacionales frente a sus niveles actuales de precios muy deprimidos, lo que reflejaría un cierto aumento de la demanda a medida que avanza la recuperación mundial, así como las reducciones de la oferta provocadas por desplazamientos con abandono de la producción primaria. Por consiguiente, el Banco Mundial prevé un cierto aumento en los precios de los alimentos y de las bebidas aromáticas y una imparable baja a largo plazo en la producción de cultivos perennes, especialmente café y cacao, cuyos costos de producción superan muchas veces los precios mundiales, habiendo disminuido además las plantaciones nuevas5. Las proyecciones del proyecto LINK para 1994-95 indican una fuerte alza en los precios del café y, en menor grado, del cacao, aunque éstos no bastarían para compensar las pérdidas de los dos años anteriores. Por otra parte, los precios de otros productos, sobre todo del azúcar, el banano, la carne de vaca, el algodón y las fibras duras, aumentarán sólo ligeramente, según previsiones, o, en algunos casos, incluso bajarían. Es probable que los precios de los cereales sigan deprimidos a todo lo largo de 1993 e incluso después mientras que, según las proyecciones de la FAO, no es probable un enrarecimiento del mercado mundial hasta mediados y finales de los años noventa. Sin embargo, hay que tener en cuenta el alto riesgo que se corre con los pronósticos sobre productos básicos, que tan bien conocen los analistas de mercados lo mismo que los especuladores. Aunque parece haber un cierto consenso en las tendencias generales de precios para algunos productos, entre los analistas hay desacuerdo sobre la magnitud, e incluso sentido, de las variaciones en los pronósticos para otros.

5 Banco Mundial. 1993. Las perspectivas económicas mundiales y los países en desarrollo.
CUADRO 3A
Países de ingresos bajos y déficit de alimentos con capacidad mínima para financiar las importaciones de alimentos

Africa subsahariana

América Latina y el Caribe

Lejano Oriente y el Pacífico

Cercano Oriente y Africa del Norte

Benin

Haití

Afganistán

Egipto

Burkina Faso

Nicaragua

Bangladesh

Sudán

Cabo Verde

República

Camboya

Yemen

Comoras

Dominicana

Laos


Djibouti


Maldivas


Etiopía


Nepal


Gambia


Samoa


Guinea-Bissau


Sri Lanka


Lesotho




Malí




Mauritania




Mozambique Rwanda




Senegal




Sierra Leona




Somalia




Togo





Perspectivas para las economías fuertemente dependientes del comercio agrícola

Según el método introducido en El estado mundial de la agricultura y la alimentación 1992, en esta sección se analizan las perspectivas económicas y agrícolas correspondientes a dos grupos determinados de países en desarrollo: i) países de ingresos bajos y déficit de alimentos, con una capacidad mínima para financiar las importaciones de alimentos; y ii) economías fuertemente dependientes de las exportaciones agrícolas. En el Cuadro 3 aparecen los países clasificados en esos dos grupos.

El análisis se basa en estimaciones macroeconómicas y pronósticos a corto plazo para los dos grupos de países, preparados por el FMI para la FAO, y en pronósticos del proyecto LINK, preparados en asociación con la FAO, para variables relativas a la agricultura. El horizonte cronológico explorado es el de 1993-94.

CUADRO 3B
Economías fuertemente dependientes de las exportaciones agrícolas

América Latina y el Caribe

Lejano Oriente y el Pacifico

Africa subsahariana

Argentina

Afganistán

Benin

Belice

Malasia

Burkina Faso

Brasil

Sri Lanka

Burundi

Colombia

Tailandia

Camerún

Costa Rica

Viet Nam

Chad

Cuba


Côte d'Ivoire

Dominica


Etiopía

Ecuador


Gambia

El Salvador


Ghana

Guatemala


Guinea-Bissau

Guyana


Kenya

Honduras


Liberia

Nicaragua


Madagascar

Paraguay


Malawi

República Dominicana


Malí

San Vicente y las Granadinas


Mauricio

Santo Tomé y Príncipe


República

Uruguay


Centroafricana



Rwanda



Somalia



Sudán



Swazilandia



Tanzania, República Unida de



Uganda

Nota: Los criterios para la definición de estos grupos se explican en El estado mundial de la agricultura y la alimentación 1992, págs. 12 y 13.
Las tendencias que resultan del análisis corroboran las observaciones presentadas en esta publicación en 1992; es decir, los pronósticos son que ambos grupos de países compartirán la mejora de los países en desarrollo tanto en los resultados económicos generales como en los agrícolas. Ahora bien, la mejora correspondiente a estos dos grupos sería muy desigual, y el crecimiento medio del PIB continuaría por debajo del de los países en desarrollo en su conjunto. Más allá de esas tendencias, de los pronósticos para 1993-94 resultan las siguientes características más salientes:
Países de ingresos bajos y déficit de alimentos con capacidad mínima para financiar las importaciones de alimentos
· El crecimiento del PIB se aceleraría un 4 por ciento en los dos años, creciendo el valor añadido agrícola a un ritmo inferior.

· Las importaciones de mercancías crecerían fuertemente respecto de los niveles profundamente deprimidos de 1991/92. Las importaciones agrícolas crecerían también considerablemente, superando a otras importaciones de mercancías en los países africanos de este grupo.

· El crecimiento de las exportaciones agrícolas se quedaría rezagado respecto al de las importaciones de alimentos, con lo que el déficit del comercio agrícola duplicaría sobradamente el nivel de 1991 -926.

6 A pesar de su gran dependencia de las importaciones de alimentos, estos países dependen también mucho de las exportaciones agrícolas, que representan un 28 por ciento de sus ingresos totales por exportación.
· A pesar de una fuerte expansión en los ingresos por exportación (del 8 al 9 por ciento, casi el doble de los dos años anteriores), el valor de las importaciones seguiría siendo más del doble del de las exportaciones. Sin embargo, las transferencias sin contrapartida (en gran parte la asistencia técnica y a proyectos, de carácter oficial, que beneficia especialmente a los países africanos) contribuiría a hacer disminuir el déficit por cuenta corriente a menos de la mitad del nivel del período 1989-90.

· Las relaciones de intercambio y, lo que es más significativo, el poder adquisitivo de las exportaciones registrarían una cierta mejora, invirtiéndose así una tendencia negativa. Los incrementos del poder adquisitivo derivarían de una notable expansión de los volúmenes de exportación pues los valores unitarios de exportación aumentarían sólo medianamente.

Figura 4: CRECIMIENTO REAL DEL PIB DE DETERMINADOS PAISES Y DE TODOS LOS PAISES EN DESARROLLO (variación porcentual respecto del año anterior)
Fuente: FMI y FAO
Figura 5A: PAISES DE INGRESOS BAJOS Y DEFICIT DE ALIMENTOS CON CAPACIDAD MINIMA PARA FINANCIAR LAS IMPORTACIONES DE ALIMENTOS (1982 = 100)

Figura 5B: ECONOMIAS FUERTEMENTE DEPENDIENTES DE LAS EXPORTACIONES AGRICOLAS (1982 = 100)

Fuente: FAO

Economías fuertemente dependientes de las exportaciones agrícolas

· Se prevé un ligero aumento del PIB, que llegará a casi un 3 por ciento tanto en 1993 como en 1994, creciendo la agricultura con más rapidez que otros sectores.

· La actividad económica resultaría impulsada por una notable expansión de las exportaciones totales y agrícolas. Para estas últimas, ello supondría una recuperación respecto de los resultados deprimidos de 1992.

· Junto con el fuerte crecimiento de las exportaciones se registraría una ligera mejora en la relación real de intercambio tanto en 1993 como en 1994, interrumpiéndose así una larga tendencia a la baja. De 1981 a 1992, las relaciones de intercambio han empeorado prácticamente todos los años. La prevista afirmación de los precios de los productos en los próximos años explicaría en gran parte la mejora de las relaciones de intercambio pronosticadas para estos países.

· En contraste con los movimientos desfavorables que se registraron en las relaciones de intercambio, el poder adquisitivo de las exportaciones registró por lo general un crecimiento positivo durante la pasada década como resultado de aumentos del volumen, y se preveía que volvieran a aumentar considerablemente en 1993-94. Pero los países subsaharianos de este grupo no compartieron esa coyuntura favorable, y se prevén sólo incrementos menores en el poder adquisitivo de sus exportaciones en 1993-94.

· Las importaciones de mercancías crecerían incluso más rápidamente que las exportaciones, incrementándose así el déficit comercial que comenzó a aparecer en 1991 y contribuyendo a un ulterior empeoramiento de la balanza por cuenta corriente; no obstante, el superávit del comercio agrícola aumentaría considerablemente y se aliviaría la difícil situación financiera.

Ambos grupos de países manifiestan la capacidad de contrarrestar las variaciones desfavorables de las relaciones de intercambio incrementando los volúmenes de exportación. En el caso de los países fuertemente dependientes de las exportaciones agrícolas, las relaciones de intercambio empeoraron en un 27 por ciento acumulativo entre 1981 y 1992, pero el poder adquisitivo de sus exportaciones (de las que los productos agrícolas componen normalmente los dos tercios) aumentó en un porcentaje acumulado del 53. Aunque el valor unitario de sus exportaciones bajara en casi un 5 por ciento, los volúmenes de exportación aumentaron en casi un 80 por ciento durante el mismo período de 12 años.

RECUADRO 2
ESPECIALIZACION Y COMPETITIVIDAD

Las economías fuertemente dependientes de las exportaciones agrícolas (EFDEA) están especializadas en la producción y exportación de materias primas agrícolas. En ese sentido cabría prever que estarían en mejor situación para reforzar su competitividad en los mercados agrícolas mundiales que los países menos dependientes de las exportaciones agrícolas.

Sin embargo, en el pasado las EFDEA no sólo han perdido cuota de mercado agrícola a nivel mundial sino que, en los casos de los países africanos y de América Latina comprendidos en este grupo, han perdido terreno en comparación con otros países en desarrollo con base de exportación más diversificada.

Aunque identificar los factores que están detrás de esta tendencia requiere investigar más a fondo en el plano de los distintos países y mercados de productos, pudiera formularse una observación general: la especialización en exportaciones agrícolas, que para muchos países es una necesidad más bien que una opción, no garantiza de por sí la competitividad. El problema guarda más relación con la situación económica general de los países respectivos. Las EFDEA son, con raras excepciones, países relativamente pobres con una capacidad limitada para introducir mejoras tecnológicas, invertir y prestar apoyo financiero y técnico. Todo ello es probable que reduzca su posición competitiva internacional, incluso en aquellas actividades comerciales para las que están mejor dotadas, y tanto más si se piensa en las pérdidas competitivas adicionales que sufren por el proteccionismo agrícola practicado en muchos países más ricos.


Porcentaje de las EFDEA en las exportaciones agrícolas


1969-71

1979-81

1989-91

(porcentaje)

Porcentaje de las EFDEA en:




- Exportaciones agrícolas de todos los países en desarrollo

49

56

51

- Exportaciones agrícolas mundiales

18

17

14

Porcentaje de las EFDEA, por regiones, en las exportaciones agrícolas de todos los países en desarrollo




- Africa

14

12

9

- Asia y el Pacífico

10

13

15

- América Latina y el Caribe

31

36

28


La expansión del volumen de las exportaciones, quede por sí ya tiene una influencia depresiva en los precios, se explica por las medidas de promoción de las exportaciones (vinculadas a programas de estabilización y reajuste): mejora en la productividad de los factores, lo que da pie a ventajas competitivas en los mercados mundiales, y una participación general en la expansión mundial del comercio. El peso respectivo de estos y otros elementos coadyuvantes es un campo que ofrece gran interés desde una perspectiva política.

CUESTIONES ESCOGIDAS


Cumplimiento de los objetivos de la Conferencia Internacional sobre Nutrición
Descenso de los precios reales de los productos agrícolas y de los ingresos de los exportadores
Ronda Uruguay de Negociaciones Comerciales Multilaterales
Problemas actuales de la ordenación pesquera
Problemas actuales en silvicultura
Biotecnología: retos y oportunidades para los años noventa

En esta sección se anal izan algunas cuestiones de importancia reciente para la agricultura. Los temas que se tratan este año son los referentes a los retos y logros por lo que respecta al acceso a los alimentos y a la nutrición, como medidas complementarias de la Conferencia Internacional sobre Nutrición (CIN); la baja en los precios de los productos y la situación actual de la Ronda Uruguay; los bosques y las industrias forestales, el puesto que ocupan en las economías en transición y los problemas relacionados con el comercio de productos forestales; la pesca en alta mar y las pesquerías en zonas costeras; y las oportunidades y preocupaciones que derivan del desarrollo de la biotecnología y de su aplicación a la agricultura.

Cumplimiento de los objetivos de la Conferencia Internacional sobre Nutrición


Logros pasados y retos actuales
Poner la nutrición al centro del desarrollo
Medidas para mejorar la nutrición

La Declaración Mundial sobre Nutrición y el Plan de Acción para la Nutrición fueron aprobados unánimemente en la CIN, celebrada en Roma, en diciembre de 1992. Su aprobación fue la culminación de más de dos años de preparativos y de colaboración en los planos nacional, regional e internacional. Marcó también el comienzo de esfuerzos redoblados y vigorosos a todos los niveles para reducir el hambre y la malnutrición mundiales y mejorar el bienestar nutricional de todas las poblaciones.

Con la aprobación de la Declaración Mundial sobre Nutrición, los gobiernos y otras partes interesadas prometieron hacer todos los esfuerzos posibles para eliminar antes de finales de los años noventa la hambruna y las muertes relacionadas con el hambre; la inanición y las enfermedades por deficiencia nutricional en comunidades afectadas por calamidades naturales y provocadas por el hombre; y grandes problemas de sanidad relacionados con las deficiencias de yodo y vitamina A. También prometieron reducir considerablemente la inanición y el hambre crónica generalizada; la desnutrición, especialmente entre niños, mujeres y ancianos; otras deficiencias importantes de micronutrientes, en particular el hierro; enfermedades transmisibles y no transmisibles relacionadas con la dieta; impedimentos sociales y de otro tipo a una lactancia materna óptima; y un insuficiente saneamiento y poca higiene, sobre todo agua de beber no potable.

En la CIN se reconoció que la pobreza, la desigualdad social y la falta de educación son las causas primordiales del hambre y de la malnutrición, y se recalcó que las mejoras en el bienestar humano, sobre todo el bienestar nutricional, deben ser el centro de los esfuerzos del desarrollo social y económico. Se pidió una acción concertada para encauzar los recursos hacia los más necesitados y así elevar sus capacidades productivas y oportunidades sociales. También se insistió en la necesidad de proteger el bienestar nutricional de los grupos vulnerables mediante medidas específicas a corto plazo, cuando hagan falta, al propio tiempo que se trabaja por soluciones a más largo plazo.

Logros pasados y retos actuales

Se estima en un 20 por ciento la población del mundo en desarrollo que sufre de desnutrición crónica, pues consume demasiado pocos alimentos para cubrir ni siquiera sus necesidades mínimas de energía7. Aproximadamente 192 millones de niños menores de cinco años sufren de una malnutrición proteico-energética aguda o crónica; durante las escaseces estacionales de alimentos y en tiempos de hambruna y disturbios sociales, este promedio aumenta. Con arreglo a algunas estimaciones, cada año casi 13 millones de niños menores de cinco años mueren por infecciones o como secuela directa o indirecta del hambre y de la malnutrición. Además, más de 2 000 millones de personas, en su mayoría mujeres y niños, carecen de uno o más micronutrientes: siguen aún naciendo bebés mentalmente retardados debido a deficiencia de yodo; los niños se quedan ciegos y mueren por la avitaminosis A, e innumerables mujeres y niños sufren las secuelas de la deficiencia de hierro. Centenares de millones de personas sufren también de enfermedades causadas por la ingestión de alimentos y agua contaminados.

7 Se definen como personas cuya ingesta energética diaria estimada a lo largo de un año está por debajo de lo necesario para mantener el peso corporal y permitir una ligera actividad.
En la actualidad la disponibilidad de alimentos es considerablemente mayor, y en las últimas décadas se han multiplicado los servicios sanitarios y sociales en todas las regiones del mundo. El número estimado de personas de las regiones en desarrollo que sufren de malnutrición crónica ha bajado constantemente (pasando de 941 millones a 786 millones entre 1969-71 y 1988-90), como también lo ha hecho la proporción de personas malnutridas (del 36 al 20 por ciento), aun cuando ha aumentado la población mundial. Además, la esperanza de vida en la mayoría de los países en desarrollo aumenta constantemente, sobre todo como resultado del menor número de muertes prematuras por enfermedades infecciosas, mientras que también están bajando las tasas de mortalidad infantil.

Los suministros medios de alimentos per cápita en los países en desarrollo aumentaron en las décadas de los setenta y de los ochenta, aunque el ritmo está disminuyendo. Para finales de los años ochenta, un 60 por ciento aproximadamente de la población mundial vivía en países que disponían de más de 2 600 kcal por persona y día. Los suministros alimentarios mundiales (si se distribuyeran según las necesidades individuales) bastaban para proporcionar bastante más de lo que hubiera hecho falta para cubrir las necesidades energéticas.

Los avances hechos en varios países indican que los objetivos de la CIN, aunque ambiciosos, son asequibles. En Tailandia, por ejemplo, durante la pasada década el predominio de la malnutrición proteico-energética entre niños en edad preescolar se redujo drásticamente pasando del 50,8 por ciento al 17,1 por ciento, con una eliminación casi total de las formas moderadas y graves. En Indonesia, la disponibilidad de alimentos aumentó de 2 072 a 2 605 kcal por persona entre 1971 -73 y 1988-90, y la incidencia de la malnutrición disminuye constantemente.

Chile ha hecho notables avances en la mejora de la condición sanitaria y nutricional de los niños de pecho y niños en edad preescolar a lo largo de lastres últimas décadas. Las tasas de mortalidad tanto infantil como de niños de corta edad han dejado de ser una de las más altas, cifrándose hoy en una de las más bajas de la región; la incidencia de la malnutrición infantil ha descendido del 37 al 8,5 por ciento.

India ha acabado totalmente con las hambrunas durante las dos últimas décadas. En Brasil, los promedios nacionales de niños de peso inferior en relación a su edad bajaron del 18,4 al 7,1 por ciento entre 1975 y 1989. Se han hecho considerables mejoras en el estado nutricional de los niños de edad preescolar en Zimbabwe y han bajado fuertemente las tasas de mortalidad infantil. Botswana, a pesar de la sequía persistente, ha eliminado las muertes por hambruna e inanición.

Estos ejemplos de países ilustran que el estado nutricional puede mejorar notablemente si hay un compromiso de voluntad política, se formulan políticas bien concebidas y se desarrolla una acción coordinada a nivel tanto nacional como internacional. El reto inmediato para la comunidad internacional es cimentar los progresos realizados y acelerar el ritmo de mejora del bienestar nutricional de toda la población.

Poner la nutrición al centro del desarrollo

La malnutrición afecta fundamentalmente a los pobres y desfavorecidos, que no pueden producir o procurarse alimentos suficientes, que viven por lo general en zonas marginales o poco salubres sin acceso a agua potable y a servicios básicos, y que carecen de servicios educacionales e información para mejorar su estado nutricional. Además, la mala salud de esta población reduce sus recursos y capacidades de ganarse la vida, aumentando así sus problemas sociales y económicos. Esto, a su vez, contribuye a una ulterior fragilidad del desarrollo económico y social.

En los países más pobres, los problemas no pueden resolverse con programas de nutrición únicamente; hace falta desplegar esfuerzos para mejorar la situación general social y económica. Es de absoluta necesidad asegurar que los beneficios del desarrollo estén dirigidos a los pobres y malnutridos. En muchos casos, las estrategias gubernamentales más eficaces para reducir la malnutrición a escala nacional han sido las que apuntan a un crecimiento del ingreso nacional con justicia.

Muchos planificadores y gobernantes nacionales no han prestado muchas veces la debida atención a las consecuencias nutricionales de las políticas de desarrollo. Las políticas no han logrado los beneficios máximos que cabía esperar y, en algunos casos, han tenido un impacto negativo en el bienestar nutricional. Por ejemplo, las políticas de industrialización que están sesgadas contra el sector agropecuario han contribuido a problemas de nutrición en algunos casos.

Las políticas macroeconómicas que tratan de corregir desequilibrios entre la oferta y demanda agregada pero que no prestan suficiente atención a las repercusiones de orden social y nutricional pueden dar lugar a graves problemas de nutrición, especialmente en perjuicio de los hogares pobres y vulnerables. Aunque las mejoras nutricionales tal vez no figuren entre los objetivos de primer orden de las políticas de desarrollo sectorial o subsectorial, hay que prestar atención a sus efectos potenciales en la nutrición.

Una estrategia clave que surge de la CIN es promover una mejor nutrición de forma explícita mediante políticas y programas agrícolas y de desarrollo que incorporen objetivos nutricionales en el proceso de planificación. Pueden obtenerse grandes mejoras si se incorporan consideraciones nutricionales en las políticas más generales de desarrollo y crecimiento económico, reajuste estructural, producción alimentaria y agrícola, elaboración, almacenamiento y comercialización de alimentos, asistencia sanitaria, educación y desarrollo social.

Unas políticas de desarrollo bien aplicadas pueden mejorar la situación nutricional proporcionando un entorno económico que se presta al crecimiento (creación de empleo e ingresos), o influyendo en los precios de los bienes y servicios y en el acceso a los mismos, especialmente de los alimentos. Las políticas sectoriales pueden mantener o reforzar también la productividad de los recursos de forma directa mediante políticas sanitarias que refuercen la productividad laboral. Por otro lado, las políticas del sector público que desarrollen y amplíen servicios como los de extensión agrícola, dispensarios, casas cuna, escuelas, centros de insumos agrícolas, carreteras, puentes, pozos y abastecimiento de agua potable también pueden tener efectos favorables en la nutrición.

El sector agrícola ofrece la mayor oportunidad para el desarrollo socioeconómico, y por lo tanto brinda el mayor potencial posible para conseguir mejoras sostenidas en el estado nutricional de los pobres rurales. En muchas zonas, los problemas nutricionales predominantes guardan más estrecha relación con una escasez de puestos de trabajo que con la carestía de alimentos. Además, la necesidad más apremiante es la relativa a la creación de empleo, tanto en las explotaciones agrícolas como fuera de ellas. Las políticas agrícolas pueden repercutir de forma benéfica en la nutrición mediante la mejora de la producción de alimentos, de la disponibilidad, elaboración y comercialización de los mismos, así como a través de un aumento de las oportunidades de empleo.

Las políticas agrícolas también repercuten en la utilización del tiempo, mano de obra y energía, en las condiciones ecológicas y de vida y en el contenido de nutrientes que tienen los alimentos. Adoptando un enfoque más cabal respecto del desarrollo, los planificadores podrían estar en condiciones de estimular una distribución y consumo más equitativos de los alimentos, y al propio tiempo incrementar el poder de compra de los grupos nutricionalmente desamparados, pobres y desfavorecidos de la población.

Para salvaguardar el bienestar nutricional de los pobres, es indispensable que las políticas macroeconómicas no discriminen contra el sector alimentario y agrícola y las zonas rurales, donde viven a menudo los pobres. Las inversiones públicas en servicios de asistencia sanitaria y saneamiento público, en particular agua transportada por tubería y alcantarillado, pueden mejorar notablemente la salud y la nutrición. Las inversiones hechas en infraestructura para promover un buen funcionamiento del mercado, especialmente en carreteras y transportes, y la comunicación de una información comercial son factores que probablemente también contribuirán a mayores incentivos económicos.

Un entorno económico exterior que fomente el desarrollo también tiene una función esencial que desempeñar para mejorar la situación nutricional de los pobres: relaciones comerciales internacionales más equilibradas, alivio de la deuda exterior y aumento de los recursos externos. En el plano nacional, un rápido crecimiento demográfico constituye una grave barrera para lograr una mejora sostenible en los niveles de vida. Por consiguiente, son importantes las consecuencias que tienen las políticas demográficas en la nutrición, sobre todo en los países con déficit de alimentos donde se registra un rápido crecimiento demográfico y urbano.

La enseñanza ofrece mejores oportunidades y condiciones de vida; la educación materna y la alfabetización, en particular, ejercen efectos notables en la supervivencia de los hijos, en la sanidad y bienestar nutricional. Con el desarrollo y los ingresos se contribuye, a su vez, a mejorar la nutrición. La educación y capacitación para hacer frente a los problemas de carácter alimentario y nutricional, a nivel comunitario y regional, pueden beneficiar a los sectores donde se carece de expertos en bromatología.

Las políticas ecológicas tienen también gran importancia a la hora de influir en el estado nutricional de los pobres. Esas políticas deben aspirar a crear un entorno económico en el que sea más rentable explotar ordenadamente y conservar los recursos naturales en lugar de destruirlos.

El diálogo intersectorial, basado en un fuerte compromiso gubernamental y en una voluntad política, es indispensable para estimular medidas realistas y complementarias que mejoren la nutrición. A nivel local y regional, es necesario tomar disposiciones con el fin de mejorar la nutrición, por ejemplo, encauzar los beneficios del desarrollo preferentemente hacia quienes más lo necesitan.

Medidas para mejorar la nutrición

La mayoría de los países han estudiado o preparado planes intersectoriales de acción y adoptado medidas para potenciar programas de alimentación, nutrición, agricultura, educación y sanidad y bienestar familiar que han reducido radicalmente el hambre y la malnutrición. Muchos han conseguido también mejorar el estado nutricional de sus poblaciones a través de comités intersectoriales de alimentación y nutrición, y mediante políticas integradas de alimentación, nutrición y sanidad. He aquí algunos ejemplos de países que son representativos de esos logros.

En Tailandia se han adoptado planes quinquenales de orden social, sanitario, alimentario y nutricional y, sobre todo, un Plan para el alivio de la pobreza. Este último, iniciado en 1982, es un programa de inversiones rurales destinado a mejorar la calidad de vida de 7,5 millones de pobres de las regiones septentrional, nororiental y meridional del país. El plan se ha concentrado en sacar a la población del nivel de subsistencia y prestar servicios básicos en las zonas rurales. Se ha hecho hincapié en la participación de la comunidad y en una tecnología barata que permite a la gente cuidarse más de sí misma. Se han creado empleos rurales, puesto en marcha actividades de desarrollo, servicios básicos, y se ha establecido un programa de producción agrícola. El apoyo político recibido por el Plan para el alivio de la pobreza así como la importancia dada a la participación comunitaria se consideran como factores que han contribuido de forma esencial a su éxito.

Los planes de desarrollo a largo plazo de Indonesia se centran en/la política y programas de orden alimentario y nutricional como prioridad dentro del desarrollo humano y el alivio de la pobreza. A nivel nacional, la política y la planificación de los programas de alimentación y nutrición son coordinados y aprobados por el Organismo Nacional de Planificación del Desarrollo. Un crecimiento económico rápido y justo y una mayor disponibilidad de alimentos explican las mejoras conseguidas en materia de nutrición: por ejemplo, Indonesia ha sido autosuficiente en arroz desde mediados de los años ochenta.

En Chile la mejora notable del estado nutricional se debe al desarrollo de una política nacional integrada de alimentación, nutrición y sanidad en que intervienen directamente determinados ministerios en distintos sectores, y a políticas y programas específicos en materia de sanidad, higiene, educación y producción alimentaria.

Algunas de las actividades llevadas a cabo comprenden: intervenciones alimentarias para familias en situación extrema de pobreza; centros de tratamiento para niños gravemente malnutridos; educación nutricional en las escuelas y servicios sanitarios; enseñanza elemental para las muchachas; y un programa de saneamiento nacional para la población urbana.

Las políticas agrícolas iniciadas a mediados de los años setenta han dado lugar a un giro completo en este sector, y la producción alimentaria ha aumentado rápidamente. Los buenos resultados del sector agrícola han llevado no sólo a una brusca baja en las importaciones de alimentos, sino también a un aumento considerable en el empleo rural y en los ingresos y, de consecuencia, a una mejora acentuada de la sanidad y la nutrición.

En Botswana ha habido un compromiso claro del Gobierno de mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición nacional y familiar, y se han hecho grandes avances en la situación económica, social y nutricional de su población. El país ha establecido un marco intersectorial para reforzar la seguridad alimentaria y los programas de desarrollo en general.

Botswana se enfrenta con el problema siempre presente de la sequía mediante un sistema eficaz de alerta y medidas de socorro para aliviar el estado nutricional de la población. Se suministran a los hogares vulnerables suplementos alimentarios y se ofrecen oportunidades de obtener ingresos. Los objetivos del Comité Técnico de Alerta son mejorar las actividades de seguimiento de la sequía, y mantener al país preparado para hacer frente a situaciones de emergencia.

La eliminación completa de la hambruna en India es mérito de las políticas gubernamentales de seguridad alimentaria a lo largo de las dos últimas décadas. El crecimiento de la disponibilidad de alimentos que deriva de las tecnologías de la revolución verde, junto con una reducción sustancial de la pobreza, han eliminado la amenaza de hambruna para toda la población. Las intervenciones de seguridad, sobre todo el sistema de distribución público y el programa nacional de empleo rural, sirven también de buenos ejemplos de los beneficios que producen las intervenciones oficiales para mejorar la nutrición y de la necesidad de seleccionar mejor los programas.

Hay otros muchos países que han realizado importantes logros en la lucha contra el hambre y la malnutrición. Sin embargo, los recursos, las necesidades y los problemas varían entre los países y regiones del mundo. Hay que evaluar la situación de cada país y región para poder fijar prioridades y planes de ámbito nacional y regional, dando así una expresión tangible a los compromisos de desarrollo sectorial.

Es necesario iniciar o reformular los planes nacionales de acción para la nutrición de conformidad con los objetivos y metas de la Declaración Mundial sobre Nutrición y el Plan de Acción para la Nutrición. Deben fijarse objetivos y plazos apropiados; identificarse los sectores prioritarios de acción, señalarse los recursos técnicos y financieros de que se dispone, así como los que todavía hacen falta, para la formulación y ejecución de programas; y fomentar una constante cooperación intersectorial.

Descenso de los precios reales de los productos agrícolas y de los ingresos de los exportadores

Durante al menos una década los precios de los productos agrícolas han tendido a la baja en los mercados internacionales, mientras que los de las manufacturas han mostrado una tendencia alcista. Estas variaciones de signo contrario han dado lugar a una baja en la relación real neta de intercambio entre las exportaciones de productos agrícolas y las importaciones de manufacturas y petróleo crudo. En 1992, la baja fue del 2 por ciento. Si se comparan los tres años de 1990-1992 con los años de 1979-1981 resulta una baja del 30 por ciento, lo que significa una tasa anual media del 3 por ciento. Dicha baja se acercó al 40 por ciento por lo que se refiere a las exportaciones de productos agrícolas de los países en desarrollo y un 20 por ciento para las de los países desarrollados8. Algunos países han logrado avances de productividad suficientes para compensar la baja de los precios reales (relación de intercambio real) pero, para muchos, esa baja ha reducido sus ingresos por hectárea de tierra cultivada (relación de intercambio de factor único). El descenso mundial de los precios ha neutralizado por lo general la expansión de la producción, reduciendo los ingresos globales (relación de intercambio-ingresos).

8 Datos provenientes de los índices mundiales de precios a la exportación de las Naciones Unidas para productos primarios.
En el Cuadro 4 se dan ejemplos del grado en que los ingresos procedentes de los rendimientos y producción agrícolas han resultado neutralizados por bajas en la tasa real de intercambio. Los exportadores de café han sido por lo general los grandes perdedores, pues los pequeños aumentos obtenidos en los rendimientos de la producción se han visto aniquilados por un 66 por ciento de baja en la tasa real de intercambio del mercado internacional. Otros productos que han registrado grandes pérdidas han sido el cacao, el caucho natural, el azúcar, el arroz y el maíz.

El aumento de la producción pese a grandes bajas en las relaciones de intercambio puede explicarse en parte por la supervivencia de plantaciones y por otras inversiones real izadas en años precedentes y más favorables. Es más, poco antes del inicio de los años ochenta -hacia 1977-78-, las relaciones reales de intercambio para el café y el cacao habían sido más del doble de las de 1979-819. El precio real del caucho había tocado un punto máximo a principios de los años cincuenta, y los precios favorables hicieron que continuase la producción. El grado de los incentivos de producción de los años anteriores explicaría también el crecimiento de la producción de la palma aceitera durante los años ochenta.

9 FAO. 1987. Instability in the terms of trade of primary commodities, 1900-1982. Estudios FAO: Desarrollo Económico y Social N° 64, pág. 172. Roma, FAO.
En las zonas de producción barata ha habido aumentos de productividad superiores a la media. La expansión de la superficie plantada se explicaría por los cambios registrados en las relaciones entre el comercio internacional y los precios al productor. En muchos países en desarrollo, antes de mediados de los años ochenta los ingresos de los cosecheros de cultivos de exportación resultaron a menudo reducidos por la sobrevaloración de las monedas nacionales, los impuestos y arreglos comerciales costosos. Estas limitaciones de los incentivos y por tanto de la producción se aplicaron a una parte considerable de la producción de café y cacao y a una cierta producción de otros cultivos exportados. En los años ochenta, estas limitaciones quedaron muy reducidas en algunos países exportadores, elevando así los precios pagados a los cosecheros en relación con los practicados en los mercados internacionales.

CUADRO 4
Variaciones en el rendimiento, producción y relación de intercambio de determinados productos, 1979-81 a 1990-92

Producto

Variación en rendimiento

Variación en producción

Variación en la relación de intercambio

Real

Factor único

Ingreso


(porcentaje)

TODOS LOS PAISES

Café

3

14

-66

-65

-61

Cacao

18

42

-66

-60

-52


27

36

-28

-8

-2

Algodón despepitado

36

34

-33

-9

-10

Caucho natural

12

34

-44

-37

.25

Azúcar

10

27

-55

-50

-43

Soja

16

26

-36

-26

-19

Arroz

29

32

-48

-33

-31

Trigo

36

29

-35

-12

-16

Maíz

15

18

-35

-25

-23

PAISES EN DESARROLLO

Algodón despepitado

53

52

-33

2

2

Azúcar

9

43

-55

-51

-36

Soja

21

66

-36

-23

7

Arroz

30

34

-48

-32

-30

Trigo

44

53

-35

-6

-1

Maíz

28

41

-35

-17

-8

Nota: Relación de intercambio real = precios de exportación (de los productos agrícolas) deflacionados por los precios de importación (de manufacturas y petróleo crudo); relación de intercambio-ingresos = ingresos de exportación deflacionados por los precios de importación; relación de intercambio de factor único = relación de intercambio real neta ajustada por los cambios de productividad (rendimiento por hectárea).

Fuente: FAO.

En cambio, como resultado del apoyo y la protección gubernamental del sector, los incentivos para la producción agrícola de los países desarrollados superaron en muchos casos los existentes en el mercado internacional. Esta protección, medida en equivalente del subsidio al productor aumentó, en la mayoría de los países desarrollados durante los años ochenta, desde un promedio general del 30 por ciento en 1979-81 al 44 por ciento en 1990-92 para 22 países miembros de la OCDE. El aumento consiguiente de producción se sumó a los suministros del mercado mundial, muchas veces con el empleo de fondos públicos para favorecer las exportaciones. Esta subvención explícita o implícita de las exportaciones significó también que los precios pagados en el mercado internacional por los productos respectivos estaban muchas veces por debajo de los precios pagados en el país exportador al productor nacional y también por debajo de los costos internos de producción de algunos importadores.

Figura 6: PRECIOS DE EXPLOTACION DE ALGUNOS PRODUCTOS, 1991-1992 (dólares por tonelada)

Fuente: FAO
El descenso en los precios reales de exportación de algunos productos en los años ochenta se debió también al debilitamiento de los acuerdos internacionales sobre productos y la eliminación de algunas de sus disposiciones. La suspensión de estas cláusulas en el Convenio Internacional del Café, en junio de 1989, fue seguida por una brusca baja en los precios. Anteriormente habían quedado suspendidas las disposiciones económicas de los convenios del cacao y del azúcar.

El lento crecimiento de la demanda y del consumo de los países desarrollados exacerbó la situación. El crecimiento demográfico de estos países fue sólo del 0,7 por ciento anual. El consumo per cápita, ya generalmente elevado, se benefició poco de un crecimiento de los ingresos, de menos del 3 por ciento anual. La producción de café quedó especialmente afectada por el lento crecimiento de los mercados, pues los países desarrollados constituían el 70 por ciento del mercado mundial y más del 60 por ciento del mercado mundial del cacao y del caucho natural. Las innovaciones tecnológicas en las industrias de elaboración redujeron también la demanda de varios productos, especialmente del caucho natural y del azúcar. Sin embargo, hubo un crecimiento considerable en el mercado de los piensos, que fue importante para las tortas y harinas oleaginosas, los piensos no cerealeros y, en algunos casos, los cereales. Este crecimiento se ha visto atenuado últimamente por una reducción del margen de producción animal de Europa oriental y occidental, y de la ex URSS.

Los aumentos del consumo per cápita a través de las reducciones de precios suelen también ser relativamente pequeños en los países desarrollados. Para muchos productos el volumen consumido fue siempre inferior al producido, a pesar de que los precios internacionales se contrajeron de hasta un 66 por ciento desde el comienzo de la década de los ochenta.

Para productos cuyo consumo era más sensible a los precios internacionales, por ejemplo los piensos en los países desarrollados y los productos con grandes mercados en los países en desarrollo, como el té, se registraron reducciones de precios menores frente a los altos tipos de aumento de la producción.

Ronda Uruguay de Negociaciones Comerciales Multilaterales

Desde principios de 1992, han proseguido las negociaciones en cuatro partes10. En la primera parte, las negociaciones sobre el acceso a los mercados han tenido lugar bilateralmente, plurilateralmente y multilateralmente. De modo análogo, en la segunda parte se han real izado negociaciones sobre los compromisos iniciales en materia de servicios. En la tercera parte se han llevado a cabo trabajos sobre la conformidad jurídica y la coherencia interna de los proyectos de acuerdos que entran en el proyecto de Acta Final. En la cuarta parte, el Comité de Negociaciones Comerciales ha celebrado varias reuniones.

10 Véase El estado mundial de la agricultura y la alimentación 1992.
De importancia para las negociaciones fueron los debates bilaterales entre la Comisión de las Comunidades Europeas y los Estados Unidos, que concluyeron en el Acuerdo de Blair House de noviembre de 199211, en el que las partes informaron de los avances realizados, necesarios para asegurar un acuerdo sobre los principales elementos que bloquean el progreso de los debates en Ginebra, sobre todo en materia de agricultura, servicios y acceso al mercado. Por lo que respecta a la agricultura, las partes resolvieron sus diferencias sobre los principales elementos de sostenimiento interno, subsidios a la exportación y acceso al mercado. También acordaron cómo resolver su controversia sobre semillas oleaginosas.
11 Documento del GATT MTN. TNC/W/103, del 20 de noviembre de 1992.
Las principales diferencias entre el proyecto de Acta Final y el Acuerdo de Blair House se refieren a la posibilidad de que los volúmenes subvencionados de exportación puedan reducirse un 21 por ciento en lugar del 24 por ciento, y que la reducción del 20 por ciento en el grado general de sostenimiento se aplicaría no a los distintos productos, como se preveía en el proyecto de Acta Final, sino a la agricultura como sector. Por otro lado, todos los subsidios desconectados de la producción quedarían exentos de reducción, es decir, se incluirían en la categoría de la «caja verde».

Posteriormente ha habido varios llamamientos en reuniones internacionales, incluido el del Consejo de la FAO, para llegar a un resultado satisfactorio y completo de la Ronda Uruguay. Esta cobró nuevo impulso con el acuerdo logrado en la reunión de julio de 1993 de los siete grandes países industrializados para reducir o eliminar los aranceles aplicables a toda una serie de géneros manufacturados.

Problemas actuales de la ordenación pesquera


Pesquerías en las zonas costeras y participación local en su gestión
Pesca en alta mar

Pesquerías en las zonas costeras y participación local en su gestión

Durante muchos años la FAO ha ven ido fomentando la intervención a nivel local en la ordenación pesquera. Aunque en el Capítulo 17 del Programa 21 de la CNUMAD se adopta una perspectiva más amplia respecto de este problema, especialmente en lo relacionado con la protección del medio ambiente y del hábitat, siguen siendo válidos los principios básicos de la intervención comunitaria.

La responsabilidad de gestión a nivel nacional es muchas veces un proceso gradual, vinculado a la capacidad de la comunidad de administrar bien sus propios asuntos. Hay que atender diligentemente los sistemas tradicionales o consuetudinarios de ordenación relativos a la administración de los recursos. La posible legalización de estos sistemas puede servir de base para una ordenación en el plano local.

La clara definición de los derechos de propiedad locales y de propiedad sobre los recursos puede favorecer el seguimiento y la aplicación de reglamentos, incluida la autorregulación, y por lo tanto hacer más eficaz la gestión. Pueden también mejorar la planificación y ejecución de determinadas medidas de gestión, debido al conocimiento de las prácticas tradicionales y autóctonas, y de los períodos estacionales de los recursos.

Los recursos más vulnerables de las zonas del litoral se caracterizan por su condición de libre acceso, que supone que el que quiera explotarlos no necesita pagar un precio por ellos. En el pasado, cuando los recursos eran abundantes en relación con las tecnologías de explotación y con la demanda, ello no creaba problemas. Sin embargo, el crecimiento demográfico y los avances tecnológicos han cambiado radicalmente esta situación, con el resultado de que hay un abuso y degradación general de los recursos de libre acceso en las zonas costeras. La condición de libre acceso es sentida muchas veces con especial acritud por las comunidades cuyo sostenimiento puede depender de ellos. A falta de control local, la gente que viene de fuera, y que dispone de medios financieros y técnicos superiores, puede a menudo hacerse con grandes partes de los recursos en perjuicio de los usuarios del lugar. Lo cual muchas veces ha dado lugar a conflictos, por ejemplo, entre las pesquerías artesanales y las flotas industriales de ámbito nacional e internacional. Algunos países han adoptado medidas para establecer derechos locales sobre los recursos. En Filipinas, por ejemplo, los municipios disponen de derechos exclusivos sobre las aguas costeras hasta 15 km del litoral.

Pesca en alta mar

La creciente preocupación internacional por la utilización sostenible de los recursos pesqueros del mundo se ha centrado sobre la forma en que se llevan a cabo las faenas pesqueras en alta mar. Es una cuestión que se ha examinado en varios foros internacionales, en particular en la Conferencia Internacional sobre Pesca Responsable, la CNUMAD, y la Consulta Técnica de la FAO sobre la Pesca en Alta Mar, celebradas en 1992.

La CNUMAD (en el Capítulo 17 del Programa 21) pidió que se convocara una conferencia internacional bajo los auspicios de las Naciones Unidas para estudiar medidas a nivel internacional para ordenar mejor las poblaciones pesqueras que se pasan de un sector a otro y las poblaciones pesqueras muy migratorias.

La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982 carece de disposiciones detalladas por lo que respecta a la pesca en alta mar. Como consecuencia, la gestión de los recursos vivos ha sido muchas veces ineficaz. A diferencia de la gestión de los recursos comprendidos en las jurisdicciones estatales costeras, no hay un régimen completo acordado internacionalmente para administrar los recursos de alta mar.

Cuando la mayoría de los países introdujeron la jurisdicción ampliada en los años setenta, se preveía que habría una notable reducción de la capacidad de las flotas. Sin embargo, la capacidad de las flotas ha seguido expandiéndose. Los buques que no podían lograr el acceso a las zonas económicas exclusivas (ZEE) de los Estados costeros que contaban con poblaciones ícticas excedentarias se vieron forzados a desplazar sus actividades al alta mar. La FAO ha estimado que en los años setenta el 5 por ciento de las capturas pesqueras mundiales procedía de zonas más allá de las 200 millas; en 1990 este porcentaje había aumentado al 8-10 por ciento.

Como consecuencia de las políticas de subvención practicadas por los gobiernos desde que se introdujo la jurisdicción ampliada, muchas flotas de las naciones pesqueras que se dedicaban a recursos de alta mar se han expandido. Estas subvenciones, cuya cuantía se estima en 54 000 millones de dólares anuales, han permitido a los buques seguir faenando cuando, en circunstancias normales, sus operaciones no hubieran sido financieramente viables. Se estima que, para volver al índice de capturas de 1970 por barco, se necesitaría eliminar por lo menos el 30 por ciento del actual tonelaje de la flota pesquera mundial.

Tanto los Estados costeros como los que pescan en aguas distantes reconocen la necesidad de asegurar mecanismos de gestión acordados internacionalmente para la explotación racional de los recursos de alta mar. La FAO está ayudando a formular el Código de Conducta para la Pesca Responsable y el proyecto de Acuerdo sobre pabellón de buques que faenan en alta mar. Estos instrumentos de gestión deben implicar necesariamente el consenso sobre límites generales de explotación de las poblaciones y sobre asignaciones de recursos. Para que sean eficaces a la hora de asegurar un aprovechamiento sostenible de los recursos, será de importancia decisiva atenerse a las medidas que acuerden las partes contratantes. Existe riesgo, además, de que su eficacia quede erosionada por las partes no contratantes de los convenios.

Problemas actuales en silvicultura


Reciclaje en las industrias forestales
Bosques e industrias forestales de países en transición económica
El comercio y la explotación forestal sostenible

Reciclaje en las industrias forestales

La recuperación y reciclaje de residuos ha jugado un gran papel en el desarrollo de las industrias forestales durante los últimos 50 años. Las formas de reciclaje comprenden la utilización de los residuos de trozas elaboradas en los aserraderos para producir astillas con destino a la pasta y papel y tableros de partículas; el empleo de madera pequeña que antes se dejaba en el bosque; la utilización de la corteza y otros residuos para la producción de energía; y la recuperación del papel de desecho para su empleo en la fabricación de papel.

Más del 95 por ciento de la madera industrial recolectada en los países desarrollados se emplea en la producción primaria o secundaria. Un 70 por ciento pasa a la composición real de la fibra del producto final, y un 20 por ciento se recupera o recicla a partir del residuo final para generar energía dentro de la propia industria. La recuperación de los residuos de madera se halla en los países en desarrollo en un estadio mucho menos avanzado, donde se emplea efectivamente sólo el 65 por ciento de la madera industrial recolectada, mientras que el 58 por ciento de la madera recogida pasa a la composición real del producto. Por lo tanto, queda un potencial equivalente a un 30 por ciento de los residuos de madera industrial que pudiera recuperarse.

Al cobrar importancia las inquietudes por el ambiente, el problema de las fibras recicladas ha ido atrayendo cada vez más el interés de los grupos ecologistas y de los medios de comunicación social. La industria del papel, que se ha expandido mucho en la última década, ha aumentado considerablemente el volumen empleado de productos de fibras recicladas. También ha mejorado el control de los efluentes y emisiones, así como su eficacia energética.

Entre 1980 y 1991, el consumo mundial de papel y cartón pasó de 170 millones a 245 millones de toneladas, mientras que el consumo mundial per cápita se elevó de 38 kg a 45 kg por año.

Para atender la creciente demanda de papel, la industria se ha basado en tres fuentes importantes de fibras: pasta de madera, otra pasta de fibra y papel de desecho. En el período de 1980-1991, el consumo de pasta de madera pasó de 126 millones de toneladas a 155 millones de toneladas, a una tasa cercana al 2 por ciento anual. El consumo de papel de desecho creció mucho más rápidamente, pasando de 50 millones a 88 millones de toneladas, es decir, a un ritmo del 5,3 por ciento anual. El consumo mundial de otra pasta de fibra, en la cuantía de 16 millones de toneladas, se concentra principalmente en los países en desarrollo, sobre todo en China.

El papel de desecho recuperado constituye hoy día una importante materia prima para la fabricación de papel. Representó un 40 por ciento del insumo de fibra tanto en los países desarrollados como en desarrollo, ascendiendo en total a 88 millones de toneladas en 1992. Doce millones de toneladas pasaron al comercio internacional, suministrando los Estados Unidos un 50 por ciento de las exportaciones totales, destinadas principalmente a los países en desarrollo de Asia.

Sin embargo, el mundo dispone de otros 150 millones de toneladas de papel usado, que constituye un gran componente del total de 500 mil Iones de toneladas de residuos sólidos generados cada año. La eliminación de esta enorme cantidad de desechos se ha convertido en un gran problema para las autoridades municipales de cada país. Se han estudiado varios instrumentos de política para reducir los volúmenes del papel de desecho, en particular un aumento en el reciclaje y en el empleo de la incineración para la producción de energía.

La recuperación del papel de desecho para su reutilización es, en ciertas condiciones, una opción económicamente viable. Cuando no tiene contaminantes, puede reutilizarse como pasta, ahorrando así los insumos de materia prima y el costo de fabricar la pasta de papel. Pero el papel de desecho contaminado necesita limpieza. Sobretodo, han de eliminarse las tintas, gomas, revestimientos, rellenos y aditivos. Se trata de un proceso costoso pues exige equipo especial y produce a menudo residuos y efluentes nocivos. Este proceso de reciclaje determina también un cierto deterioro y pérdida de fibra.

El reciclaje de papel de desecho es tanto más viable económicamente cuando es poca la distancia a la que se transporta o se vuelve a utilizar el papel recuperado en fábricas de la localidad donde se recoge. Eso suele suceder en los países densamente poblados con un alto consumo de papel per cápita, como Alemania, Japón, los Países Bajos y otros países europeos, donde se han conseguido tasas de recuperación de más del 50 por ciento.

Las autoridades locales y nacionales de algunos países están implantando medidas para fomentar o mejorar un mayor reciclaje. Sin embargo, las medidas políticas que requieren que el papel tenga una parte reciclada pueden dar lugar al transporte a fábricas lejanas, haciendo menos económico el reciclaje. Además, las medidas obligatorias pueden hacer que el mercado resulte inundado por una superoferta de papel recuperado. Se corre también el riesgo de obligar a procesos de reciclaje excesivamente caros para recuperar desechos de baja calidad o muy contaminados. La incineración del papel junto con otros residuos urbanos para la producción de energía puede ser más económica y beneficiosa para el medio ambiente.

El reciclaje es un componente de utilización más eficaz de materias primas básicas y contribuye a la reducción de los residuos urbanos. Su futuro crecimiento dará lugar a un cambio en la demanda de materias primas madereras procedentes de los bosques e inducirá a reajustes en la ordenación forestal. Una menor demanda de trozas pequeñas, empleadas sobre todo para la industria de la pasta, plantea un problema de carácter concreto porque hace disminuir el mercado de los productos de corte intermedio (aclareo), que es necesario para mejorar la calidad de la recolección final.

Bosques e industrias forestales de países en transición económica

Las reformas de mercado en Europa oriental y la ex URSS han dado lugar a grandes reducciones en la producción, comercio y consumo de productos forestales. La producción bajó de la punta de mediados de los ochenta hasta 1991 en un 30 a un 40 por ciento para los productos de la industria mecánica de la madera y en más del 45 por ciento en el caso de la producción de papel.

El derrumbe del antiguo sistema de comercialización y distribución, y la sustitución de los precios prefijados por precios determinados por el mercado dio lugar a un aumento muy acentuado en los precios reales de los productos madereros y a niveles menores de demanda interna. En Polonia, los precios reales de los productos madereros aumentaron un 50 por ciento entre 1987 y 1991, mientras que el consumo per cápita de madera aserrada, ya bastante inferior a los niveles de Europa occidental, bajó un 60 por ciento. Estas bajas en el consumo per cápita de productos forestales se verificaron en Bulgaria y Rumania.

El comercio de productos forestales entre estos países se vio también obstaculizado por el derrumbe de los arreglos comerciales del Consejo de Asistencia Económica Mutua (CAEM) y la implantación de precios en monedas convertibles. También se vieron afectadas las exportaciones a otras zonas como consecuencia de los problemas de calidad y competitividad con que se enfrentaron los mercados occidentales así como de las incertidumbres que derivaron de cambios en los arreglos comerciales hace ya tiempo establecidos. Las exportaciones totales de madera aserrada procedentes de países de Europa oriental y de la ex URSS cayeron de 10,5 millones de m3 en 1987 a 6,4 millones de m3 en 1991.

La industria del papel, que depende mucho de la energía y los productos químicos, sufrió fuertemente los efectos del desmantelamiento del comercio intrarregional de insumos y productos, así como de la insuficiencia y obsolescencia de equipos. En Estonia, las dificultades que se registraron para importar energía procedente de la Federación de Rusia y la necesidad de pagar las materias primas en moneda fuerte han paralizado prácticamente la industria del papel. La obsolescencia del equipo y los controles insuficientes de contaminación han forzado al cierre virtual de la industria de la pasta de madera en la antigua República Democrática Alemana.

Para 1993, la situación de las industrias madereras parecía más favorable en la República Checa, Eslovaquia, Hungría y Polonia. En esos países, los primeros indicios de recuperación económica han comenzado a estimular las inversiones en actividades de construcción de viviendas con empleo de madera. Los demás países, menos adelantados en el proceso de transformación económica, asisten a la persistente caída de la producción, del comercio y del consumo de productos forestales. Se prevé que la producción de madera aserrada de coníferas en la Federación de Rusia durante 1993 siga bajando debido a los problemas financieros experimentados por los productores y organizaciones comerciales, y a causa de la incertidumbre sobre la legislación forestal. La privatización de la propiedad y de las empresas se considera una medida importante para acelerar el proceso de transición. Dada la complejidad de los problemas de orden político, jurídico y administrativo, la privatización de las tierras forestales ha tendido a ser lenta y desigual entre los países.

En Hungría se prevé que el 60 por ciento de las tierras forestales seguirá siendo de propiedad estatal, mientras que un 30 por ciento se transformará en propiedad privada o en asociaciones de propiedad forestal común. Se prevé que en la República Checa se funden compañías anónimas para asumir la propiedad de los bosques estatales, mientras que en Eslovaquia funcionarán empresas forestales de propiedad pública, financiadas con cargo al presupuesto estatal. En Polonia, los bosques estatales seguirán suministrando el potencial básico tanto en términos económicos como ecológicos, pero los anteriores propietarios, cuyos bosques se nacionalizaron, serán indemnizados. En virtud de la Ley Agraria rumana de 1992, se prevé que el Estado devuelva a los anteriores propietarios 300 000 ha de tierras boscosas de un total de superficie forestal de 6 millones de ha. En Estonia, sólo 55 000 ha de tierras forestales se han privatizado desde 1991, pero en el futuro puede que se privaticen hasta la mitad de las tierras forestales totales, que ascienden a 1,8 millones de ha.

Se han conseguido avances notables en el sector de la privatización de las industrias forestales. En Hungría, donde el proceso se halla más avanzado, para finales de 1991 se había privatizado un 55 por ciento del capital total de la industria de la pasta y el papel, correspondiendo un 23 por ciento de la participación a capital extranjero. La descentralización de la industria forestal en la República Checa y en Eslovaquia será seguida, según previsiones, por la privatización de las empresas madereras más rentables y la constitución de pequeñas compañías privadas. En Polonia se han privatizado algunos de los aserraderos menores, pero el proceso se complica por las reclamaciones presentadas por antiguos propietarios. La industria polaca de tableros a base de madera, que es la mayor de Europa oriental, ha asistido a la privatización de 8 de sus fábricas de un total de 30, mientras que en el sector de la pasta y el papel las empresas conjuntas privadas con capital extranjero incluían a 7 grandes empresas. En 1993, Estonia acometió un programa masivo de privatización de propiedades estatales, ofrecidos al capital extranjero, que incluyó la oferta de venta de 11 complejos de industrias forestales con tres fábricas de pasta y papel. En algunos países, como Rumania, la privatización del sector está procediendo con mucha lentitud; en 1992, por ejemplo, los operadores privados sólo compraron 100 000 m3 de madera, de un total de 2 millones de m3 explotados. Sin embargo, en el futuro las operaciones de corta y extracción en Rumania podrían ser asumidas por contratistas y las empresas madereras transformarse en sociedades comerciales con capital estatal, mixto y privado.

El comercio y la explotación forestal sostenible

Habrá de hacerse todo lo posible para asegurar que los bosques sean explotados de forma sostenible para así permitir su supervivencia, pero no hay un acuerdo completo sobre cómo conseguir ese objetivo. Lo que está claro es que el comercio no es la causa principal de la deforestación, y que las políticas comerciales por sí solas no pueden asegurar una ordenación sostenible de los bosques. Sólo una pequeña proporción de la madera recogida pasa realmente al comercio mundial, y los vínculos existentes entre las políticas comerciales y la ordenación forestal son muy indirectos. En el caso de los bosques tropicales, sólo un 6 por ciento de la madera recolectada pasa al comercio internacional bajo alguna forma de producto, y sólo una tercera parte de la madera tropical producida (trozas, madera aserrada y tableros macizos de madera) se vende en los mercados internacionales.

Por lo tanto, las medidas comerciales únicamente pueden desempeñar una función secundaria a la hora de abordar el problema de la deforestación. En el mejor de los casos, pueden reforzar medidas más directas; en el peor, pueden acelerar la deforestación. Las mejoras habidas en las políticas forestales y en las prácticas reales de ordenación dentro de los países en desarrollo son el medio más eficaz de asegurar la explotación sostenible de los bosques, y aquí es donde los países productores en desarrollo están poniendo gran interés, con ayuda de muchos organismos, entre ellos la FAO.

Los países desarrollados han propuesto varias medidas relativas al comercio que representan importantes mercados para los países en desarrollo. A pesar del gran desacuerdo que existe sobre las medidas más convenientes que habrían de tomarse, y especialmente sobre el impacto que las medidas comerciales podrían realmente tener en el estímulo de una ordenación forestal sostenible, está creciendo el interés por las cuestiones comerciales. La atención se ha centrado en los bosques tropicales y en el comercio de madera tropical, pero últimamente se ha extendido esa atención hasta incluir también la madera de zonas templadas.

Se trata de vincular el comercio de la madera a la ordenación forestal sostenible. Este objetivo puede conseguirse estimulando a los usuarios a comprar sólo productos que se confeccionan con madera extraída en bosques explotados de forma sostenible, u obligando a los productores a explotar de manera sostenible sus bosques so pena de perder mercados.

Los grupos que abogan por estos planes de comercio consideran esencial que haya un medio claro por el que los compradores puedan distinguir con precisión la madera producida de forma sostenible de la demás madera. Entre las propuestas avanzadas está la certificación de los países productores o de las concesiones forestales que practican una explotación sostenible, así como el empleo de etiquetas de productos para indicar ese dato a compradores y usuarios.

Los grupos de consumidores, los grupos de conservación no gubernamentales, las administraciones públicas, las agrupaciones de comercio de la madera y algunos productores desarrollan todos ellos actividades en este sector, pero incluso quienes apoyan la idea general de la conservación no se ponen de acuerdo en la forma que ésta debería adoptar. Por ejemplo, las agrupaciones comerciales alemanas de la madera están trabajando en la formulación de un reglamento que identifique a la madera tropical procedente de orígenes donde se practica la explotación forestal de acuerdo con las pautas de ordenación sostenible establecidas por la Organización Internacional de la Madera Tropical; el Gobierno de los Países Bajos propone estimular a importadores y comerciantes a tratar sólo en madera tropical explotada sosteniblemente desde 1995 y está ensayando la viabilidad de utilizar etiquetas en la madera; una propuesta de etiquetado de las ONG ecologistas del Reino Unido, que se refiere a toda la madera, comprende el establecimiento de un órgano que acredite a las agencias de etiquetado; Ghana expide certificados que indican que la madera procede de un país que aplica prácticas forestales razonables; y la Organización Africana de la Madera ha propuesto una etiqueta para la madera africana que indique que la madera procede de «orígenes controlados».

La única medida oficial adoptada hasta la fecha fue la introducida por el Gobierno de Austria, que aprobó una ley por la que se exige que en la etiqueta de toda la madera y productos madereros tropicales que se vendan en el mercado austríaco figure la palabra «tropical». En el futuro, también se dictará una ley que incluya la identificación de los productos procedentes de recursos administrados sosteniblemente. Esta acción unilateral, que muchos han considerado discriminatoria contra la madera tropical, fue luego modificada eliminando todas las referencias a la madera tropical.

Sin embargo, muchas preguntas relativas a estas políticas quedan por responder:

· ¿Van estas medidas, que están fomentadas predominantemente por países importadores desarrollados, contra los intereses de los países productores y su derecho a determinar cuáles deben ser sus actuaciones comerciales dentro de los sistemas de mercado libre?

· ¿Pueden los planes de etiquetado o certificación fomentar de hecho eficazmente una ordenación forestal sostenible, pues las campañas que acaban cerrando mercados reducen el valor de los bosques y aceleran su transformación en otros usos de la tierra?

· ¿Son dichos planes discriminatorios y van realmente contra las actuales normas del comercio internacional, como las del GATT, que se basan en la idea de un mercado libre como instrumento eficaz para fomentar el bienestar económico y social?

· ¿Pueden los planes sólo ser eficaces en el caso de que todos los mercados principales, o la mayoría de ellos, aplicasen políticas análogas y éstas se adoptasen realmente en muchos mercados?

· ¿Cabe la posibilidad de un sistema de etiquetado o certificación fiable y creíble, dadas las dificultades prácticas de fiscalización y grado de ordenación?

Estas cuestiones requieren que se les preste gran atención antes de que se apliquen políticas comerciales como las esbozadas.

Biotecnología: retos y oportunidades para los años noventa


Aplicación y potencial
Retos y problemas

Durante los últimos cuarenta años, la producción mundial de la agricultura, la silvicultura y la pesca ha superado al crecimiento demográfico; sin embargo, este resultado se ha conseguido en muchas situaciones con perjuicio de la base de recursos naturales.

Los incrementos de productividad derivados de aumentos en los rendimientos agrícolas y ganaderos se han obtenido por medio de tecnologías que se basan fundamentalmente en el empleo de insumos y que han llevado la capacidad de absorción de la tierra al límite. La biotecnología, que es una serie de instrumentos potentes basados en conocimientos biológicos, puede desempeñar un papel importante si se quiere invertir esa tendencia. Al propio tiempo, ofrece enfoques nuevos para acabar con las enfermedades, mejorar la seguridad alimentaria y reducir la contaminación del medio ambiente.

En un sentido amplio, por biotecnología se entiende cualquier técnica que se vale de organismos vivos para hacer o modificar productos, mejorar plantas o animales, o desarrollar microorganismos para fines específicos. Se han practicado biotecnologías tradicionales en la agricultura desde el comienzo de la civilización a través de la genética vegetal y animal y de la elaboración de alimentos. Hasta ahora, la biotecnología moderna ha tenido su mayor impacto en el sector de la salud humana mediante la formulación de nuevos preparados farmacéuticos, el desarrollo de diagnósticos y otros productos médicos, y posee aún mayor potencial para la terapia inmunológica.

La aplicación de la biotecnología beneficiará a la agricultura con productos nuevos y mejorados, que darán lugar a alimentos y fibras de calidad superior; mejores rendimientos agrícolas; animales con una mayor tolerancia al estrés. Además, la biotecnología permitirá aprovechar mejor los agrosistemas, especialmente el mantenimiento de la productividad de los suelos y la ordenación de las aguas; mejorar el diagnóstico para ayudar a asegurar la inocuidad de los alimentos; y combatir los agentes microbianos de las plagas.

Muchos países industrializados consideran que la biotecnología moderna contiene la clave para la competitividad y las ventajas comparativas en muchos campos, sobre todo en el de la alimentación y la agricultura. El sector privado es el que financia, lleva a cabo y controla el grueso de las investigaciones.

Las instituciones de investigación en el sector público están obligadas por lo general ahora a obtener una parte sustancial de su presupuesto de fuentes no gubernamentales, por ejemplo, a través de la investigación por contrata, acuerdos de licencia y derechos de patente; esto tiende a aumentar el secreto sobre los resultados de las investigaciones y a impedir la libre comunicación científica. Los profesores de universidad, los investigadores y los científicos de las instituciones estatales están adquiriendo un carácter cada vez más empresarial y se van pasando a la industria privada.

Las grandes compañías multinacionales están comprando las sociedades menores de semillas y de biotecnología y diversificando su cartera de acciones. Esto les permite desarrollar un paquete de venta de productos químicos, semillas y equipo.

La fuerte participación del sector privado así como consideraciones de mercado influyen considerablemente en los temas y en los productos que se seleccionan para ser objeto de investigación. Los cultivos, productos y sistemas agrícolas de importancia socioeconómica para el mundo en desarrollo, pero sin trascendencia en el comercio internacional, no figuran en los programas de investigaciones biotecnológicas de los países industrializados. Por otro lado, estos países están ansiosos por reducir sus costos de producción y aumentar la productividad, la calidad y el valor de sus productos, mejorando así su competitividad general en el mercado mundial.

Pese a que se están estableciendo servicios de biotecnología en la mayoría de los países en desarrollo, el nivel de investigación, desarrollo y utilización para la agricultura, la silvicultura y la pesca es por lo general muy inferior al de los países desarrollados. Entre los países en desarrollo, varía considerablemente el estado de la biotecnología. Unos pocos, como Brasil, China, India, México y la República de Corea han tratado de obtener una capacidad científica y tecnológica plena, especialmente por lo que se refiere a la biotecnología agrícola. Muchos países tropiezan con los problemas de una investigación mal enfocada; escasez de personal cualificado; limitado acceso a la información; falta de políticas apropiadas; financiación insuficiente de las actividades prácticas; y conexiones deficientes entre las actividades de investigación, desarrollo y extensión. Existe, además, una intervención insignificante del sector privado, que agrava el problema de la poca atención que se presta a la biotecnología.

Aplicación y potencial

Entre los campos agrícolas y afines, la producción y sanidad animal es el sector que más se ha beneficiado de la biotecnología, aunque sigue siendo una posibilidad del futuro la utilización de animales transgénicos (la transgénesis se refiere a aquellos organismos, vegetales y animales, cuyo ADN hereditario se ha incrementado agregando un ADN tomado de una fuente distinta al plasma germinal parental). El amplio empleo de anticuerpos monoclonales para un buen diagnóstico, que lleve a tratamientos seguros y específicos de las enfermedades animales, constituye un gran avance. Mediante la ingeniería genética, las vacunas para la prevención de enfermedades animales víricas, bacterianas y parasitarias se han vuelto más seguras y más eficaces. Existen vacunas específicas para la diarrea del cerdo, la enfermedad bolsal del pollo y las enfermedades transmitidas por la garrapata en el ganado. Vacunas específicas para determinados patógenos constituyen objetivos interesantes. También existen vacunas endocrinas para estimular el aparejamiento en el ganado vacuno de carne, la inmunocastración, los estimulantes del índice de crecimiento del ganado, y las vacunas que compensan las pérdidas de producción causadas por el estrés.

Los avances que se realicen en ingeniería genética facilitarán la producción de poblaciones de sólo machos en el gusano barrenador del ganado, la mosca tsetsé, las garrapatas y varios otros ectoparásitos para su empleo en técnicas de suelta de machos estériles para combatir y erradicar las enfermedades. Por otro lado, el cultivo de tejidos de mamíferos puede sustituir a animales enteros en los años noventa para ensayos de toxicidad de algunos productos químicos. Puede también explotarse la técnica de cultivos para estudiar y analizar el metabolismo de los plaguicidas y preseleccionar los herbicidas. La fertilización in vitro y el sexaje de embriones han aumentado considerablemente el empleo de las técnicas de transferencia de embriones para la cría y comercio del ganado. El valor de este método se reforzará aún más cuando se pueda emplear con seguridad la clonación embrionaria. El tratamiento microbiano y enzimático del forraje pasto y la ingeniería genética de las bacterias de la panza de los rumiantes encierran grandes posibilidades de mejorar la nutrición animal. Para acelerar y aumentar la producción de leche y de carne magra, mediante microorganismos manejados genéticamente pueden producirse hormonas del crecimiento en cantidades y al bajo costo que son necesarios para su empleo general. Los instrumentos biotecnológicos (cultivo de embriones, clonación de genes, etc.) pueden también servir para la conservación de los recursos genéticos.

Los cultivos son el otro grupo de productos agrícolas que se están beneficiando de la aplicación de biotecnologías modernas que darán mayor precisión y rapidez a los procesos de mejoramiento de cultivos. Se tienen ya noticias de transgénesis en 40 plantas de cultivo, en particular el maíz, el arroz, la soja, el algodón, la colza, la papa, la remolacha azucarera, el tomate y la alfalfa, pero todavía tienen que utilizarse comercialmente las nuevas variedades. Las oportunidades de explotación comercial para el próximo futuro incluyen hortalizas y frutas (papas, tomates, pepino, cantalupo y calabaza), seguidas por leguminosas (alfalfa) y cultivos oleaginosos (colza). Un gran número de las transgénesis corresponde a plantas resistentes a los herbicidas cuyo empleo generalizado es un tanto discutible.

Se está haciendo actualmente amplio uso de técnicas de cultivo de tejidos para la micropropagación de clones de élite y para liberar de patógenos a materiales de siembra. Los anticuerpos monoclonales se utilizan también como ayudas para el diagnóstico en la detección e identificación de virus y viroides. Se está utilizando el cultivo de anteros y el de microsporas, que dan lugar a haploides, para mejorar las variedades y así favorecer y acelerar la reproducción (los haploides son organismos o líneas de células que tienen sólo la mitad del complemento completo de cromosomas de un organismo que se da normalmente). Los mapas y trazadores moleculares están siendo objeto de amplio uso para identificar genes que interesan a fin de acelerar los programas convencionales de mejoramiento genético. Se están elaborando genéticamente sistemas eficaces de fijación del nitrógeno biológico y cepas para la utilización eficaz de los nutrientes de los suelos. Otros objetivos a largo plazo son la manipulación genética de la fotosíntesis y la producción de semillas híbridas mediante apomixis (la apomixis es la reproducción asexual a través de las semillas). Se proyecta proporcionar la capacidad de fijación del nitrógeno a los cereales.

La aplicación de biotécnicas en el subsector forestal reviste también un gran interés. Ofrece soluciones útiles para la mejora de los árboles forestales, incluso si los beneficios habrán de verse a largo plazo. La criopreservación, técnica que conserva los elementos biológicos a temperaturas sumamente bajas, constituye un auxilio importante para los sistemas de conservación del plasma germinal en especies de semillas leñosas y recalcitrantes de ciclo largo. Permite un buen almacenamiento de crecimiento lento durante muchos años de los tejidos y órganos cultivados a temperaturas frías y cálidas. Hay tres sectores en los que tendrá especial valor la aplicación del almacenamiento de cultivos: almacenamiento de plasma germinal, mantenimiento de la condición de juvenil y transporte del plasma germinal.

Otra tecnología que ofrece un enorme potencial es la micropropagación. Se han obtenido muy buenos resultados en el cultivo de tejidos mediante la micropropagación de la palma aceitera para grandes plantaciones comerciales en Malasia e Indonesia. Aunque algunas de las plantaciones basadas en vitroplantas en esos países habían registrado grados variables de esterilidad que van hasta el 30 por ciento, es probable que los esfuerzos aunados de los investigadores alivien este obstáculo. Estos dos países contribuyen con tres cuartas partes aproximadamente a la producción mundial de aceite de palma, y este aceite es uno de sus principales recursos económicos. Por consiguiente, cualquier mejora en la productividad y la producción de la palma aceitera en estos países tiene una gran importancia para la economía mundial general de los aceites comestibles. Otros países como India y Tailandia están también emprendiendo la vía de una tecnología de micropropagación de la palma aceitera. Se ha conseguido un rápido crecimiento con la propagación vegetativa por lo que respecta a las especies de eucaliptos en Brasil, Congo y Zimbabwe.

En lo que toca a la aplicación de la ingeniería genética, las plantas, incluidos los álamos, transformados con genes para resistir a los insectos y virus y tolerar varios tipos de herbicidas ya están en su fase de aplicación comercial o cerca de ella. Otra aplicación biotecnológica de valor práctico para la silvicultura, pero todavía no muy apoyada por el éxito experimental, es la variación somaclonal, que permite la variación durante los cultivos de células o tejidos leñosos cicatrizales para muchas especies. Para algunos cultivos se han producido variantes que muestran características económicamente útiles como la resistencia a la enfermedad y un aumento de los niveles de sal. La tecnología de los trazadores moleculares permite la selección de especies cuyas pautas de variación genética no están bien definidas, como ocurre en el caso de las coníferas tropicales menos conocidas y las especies no industriales. Las tecnologías del control in vitro del estado de maduración y del rescate de embriones son campos donde hay posibilidades de seguir investigando.

En el sector de la pesca, las principales aplicaciones están en los campos de las especies marinas y de la acuicultura. La biotecnología marina se refiere a las actividades de investigación y desarrollo en las ciencias biológicas, químicas y ecológicas que se dan en el mar o en relación con él.

Para explotar el potencial biotecnológico de los organismos marinos hace falta la capacidad de manipularlos genéticamente, mediante el estudio de la regulación a nivel genético, bioquímico y fisiológico. Las técnicas de diagnóstico permiten estudiar los organismos marinos en sus entornos naturales, e interpretar las interacciones complejas entre los procesos físicos, químicos y biológicos de los mares. Los organismos marinos son la fuente de una amplia gama de proteínas y otros materiales poliméricos que son útiles como productos comerciales.

Los organismos marinos han desarrollado complejos órganos sensoriales, y algunos de ellos se podrían utilizar como biosensores. Por ejemplo, las antenillas del cangrejo azul sirven como fuente de fibras de nervios quimicorreceptivos que se han incorporado a los biosensores para medir los aminoácidos. Se han llevado a cabo estudios sobre el metabolismo primario y secundario de las plantas, animales y microorganismos que se emplean en los nuevos compuestos farmacéuticos, materiales de investigación médica, enzimas y otros productos químicos.

La biotecnología marina ofrece también planteamientos racionales que tienen amplias aplicaciones industriales para el control y prevención de los procesos destructivos. El entorno marino es una fuente potencial de nuevas vías biológicas para elaborar y degradar una gran variedad de sustancias naturales y artificiales. Las investigaciones sobre la bioelaboración y los biorremedios están aportando nuevos métodos para tratar residuos peligrosos, por ejemplo, las bacterias de los estuarios se han adaptado para su uso en biorreactores con el fin de destoxificar aguas madres procedentes de la elaboración industrial.

Por lo que respecta a la acuicultura, el poder criar organismos acuáticos en un entorno controlado permite la producción de agentes farmacéuticos, aditivos alimentarios y forrajeros, productos químicos enriquecidos con isótopos, polímeros, lípidos con potencial para sustituir al petróleo y a las materias alimenticias. Pueden utilizarse microbios tratados genéticamente para producir hormonas del crecimiento de los peces, que pueden luego emplearse para mejorar las tasas de transformación en piensos y el crecimiento. Se producen comercialmente hormonas sintéticas reproductivas con las cuales se regulan la fecundidad, los ciclos de cría, las tasas de crecimiento y la determinación del sexo en algunas especies cultivadas. En el afán por aumentar las cualidades convenientes de los cultivos como la tasa de crecimiento, la resistencia a las enfermedades, la tolerancia a la temperatura y la comerciabilidad, se han producido a escala experimental peces transgénicos que contienen genes tomados de otras especies.

Retos y problemas

La biotecnología moderna encierra una gran promesa para aumentar el rendimiento, la calidad, la elaboración y la utilización de productos; para reducir la dependencia de sustancias agroquímicas y otros insumos externos, y mejorar la conservación y utilización de recursos genéticos y demás recursos naturales.

Sin embargo, el desarrollo y la aplicación de las biotecnologías ha planteado la cuestión de si son una fuente potencial de desequilibrios de carácter socioeconómico, institucional y ecológico.

Las cuestiones que están en juego son sobre todo los sistemas de protección de la propiedad intelectual, la seguridad biológica, la sustitución de las exportaciones de los países en desarrollo, la justicia social, y el desequilibrio cada vez mayor entre países desarrollados y en desarrollo por lo que se refiere a la explotación de las nuevas tecnologías.

El reajuste de la legislación sobre derechos de propiedad intelectual a las normas internacionales se está considerando cada vez más como un requisito previo para la participación en la economía mundial, al menos porque de esta forma los países desarrollados fuerzan a los países en desarrollo a reexaminar sus sistemas de derechos de propiedad intelectual. La mayoría de los países desarrollados han ampliado su respectiva legislación para cubrir los procesos y los productos relacionados con la biotecnología, a fin de estimular y proteger la investigación.

Sin embargo, esta tendencia hará cada vez más difícil para los países menos desarrollados absorber y difundir las nuevas tecnologías. Además, pueden tener que afrontar altos costos y barreras al desarrollo creados por unos sistemas de derechos de propiedad intelectual rigurosamente aplicados.

Ha cundido asimismo la preocupación por los posibles peligros ecológicos y sanitarios que derivan de la biotecnología, especialmente de los ensayos sobre el terreno y de la liberación de organismos y plantas genéticamente tratados. Al tiempo que los datos para la evaluación de esos riesgos no bastan y siguen todavía en estudio los procedimientos para la evaluación de los riesgos, los países con políticas reguladoras insuficientes cobran interés como lugares de ensayo para organismos y plantas modificados genéticamente en formas prohibidas en otros países.

Las biotecnologías pueden servir de apoyo al sector agrícola; el empleo directo de biotécnicas para el mejoramiento vegetal podrían elevar radicalmente la productividad agrícola y la producción general de alimentos en los países en desarrollo.

No obstante, esas tecnologías podrían también acentuar el desnivel entre los agricultores de escasos recursos y los grandes agricultores, así como entre los países en desarrollo y los industrializados.

La biotecnología puede poner en peligro las exportaciones de los países en desarrollo. Para un país que depende de los productos agrícolas para la mayor parte de sus exportaciones, el desarrollo de sucedáneos fabricados en sus principales mercados de exportación constituye una amenaza. La vainilla producida en laboratorio puede amenazar pronto el sustento de 700 000 cosecheros en Madagascar, al paso que cabe imaginar que los consumidores tendrán la posibilidad de elegir entre granos de Kenya AA y de biocafé fabricado en los Estados Unidos. La biotecnología podría cerrar los mercados de exportación a muchos países africanos. Las exportaciones de azúcar, café, vainilla, cacao y algodón ya están amenazadas por el desarrollo de almidón de maíz fermentado, de café producido por propagación clonal, de vainillina de tubo de ensayo, mantequilla de cacao producida con emulsiones artificiales y rasgos de calidad introducidos a través de la biotecnología en la fibra de algodón.

Côte d'Ivoire depende de sus productos agrícolas para casi el 80 por ciento de las exportaciones. La sustitución en gran escala de la producción de café y cacao -las fuentes principales de divisas del país-, y también del aceite de palma y el caucho, tendrían graves consecuencias para su economía. Por lo tanto, el país tiene absoluta necesidad de prever los posibles efectos desfavorables de la biotecnología en la economía nacional. Si esa sustitución obstaculiza la exportación a los países desarrollados, es menester que los países que dependen de las exportaciones de materias primas fomenten actividades nacionales de elaboración, el empleo local de productos acabados y la diversificación de sus mercados de exportación. Los mercados regionales pueden ser importantes en este sentido, pero esta solución todavía no se ha explorado suficientemente.

Uno de los mayores desafíos de la biotecnología vegetal para los países en desarrollo consiste en que ésta puede reducir su dependencia de un número limitado de cultivos de exportación y permitir la diversificación agrícola. Por ejemplo, Côte d'Ivoire es uno de los pocos países de Africa que exporta plantas ornamentales. Las técnicas de micropropagación in vitro y la diversifícación del plasma germinal a través de la hibridización somática y de la variación somaclonal ayudará a expandir la producción y comercialización de esas plantas. Estos procedimientos ya se aplican en Tailandia y otros países del sur y sudeste asiático.

La FAO ha ayudado a traducir estas preocupaciones desarrollistas relativas a la biotecnología en medidas políticas. La Organización ha llevado a cabo análisis cuantitativos y de política a nivel mundial, regional y de países con objeto de identificar problemas y limitaciones al desarrollo biotecnológico, explorando las perspectivas que se abren para los años venideros.

Desde 1983, la Comisión de la FAO sobre Recursos Fitogenéticos ha sido la tribuna intergubernamental primordial para los debates sobre recursos fítogenéticos y biotecnologías conexas. Los acuerdos logrados bajo su dirección comprenden la Interpretación convenida del Compromiso Internacional sobre Recursos Fitogenéticos, la Resolución sobre los Derechos del Agricultor y el Código Internacional de Conducta para la Recogida y Transferencia de Plasma Germinal de las Plantas. Se está debatiendo con la Comisión un Código de Conducta para la Biotecnología relativo a los recursos fítogenéticos. Recientemente, en colaboración con la ONUDI, la OMS y el PNUMA, la FAO desarrolló un código voluntario de conducta para la liberación de organismos tratados genéticamente en el medio ambiente.

Las iniciativas de la FAO abarcan la investigación básica y aplicada. La Organización ha asignado gran prioridad a la biotecnología en su programa de trabajo y está percatada de que las biotecnologías modernas deben utilizarse como auxiliares y no sucedáneos de las tecnologías tradicionales, y que su aplicación debe estar en función de la necesidad más bien que de la tecnología. En colaboración con otros organismos de las Naciones Unidas e institutos del GCIAI, la FAO se ha comprometido a reforzar las capacidades de los países en desarrollo para que puedan aprovechar las biotecnologías de forma equilibrada y equitativa, en particular apoyando aquellos productos utilizados por los pobres cuyas necesidades de investigación y desarrollo no son atendidas generalmente por los programas nacionales o internacionales (productos huérfanos).


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