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La silvicultura en una economía de transición: El caso de Hungría

P. Csóka

Los problemas de la silvicultura en Hungría con la transición hacia una economía de mercado.

Peter Csóka es el Jefe del Servicio de Planificación de Ordenación Forestal en Budapest, Hungría.

Masa de hayas de media edad

Con una cubierta forestal de alrededor del 18 por ciento, Hungría pertenece a los países relativamente menos poblados de bosques. Sin embargo, la actual cubierta forestal se debe a una larga y extensa labor de repoblación. Mientras que en 1930 los bosques constituían aproximadamente el 11,8 por ciento de la superficie total del país, en 1946 eran el 12,1 por ciento y en 1993 el 18,4 por ciento.

La mayor parte de los nuevos bosques se han establecido en tierras agrícolas de baja productividad. De acuerdo con las estadísticas sobre utilización de la tierra, en 1950 las tierras agrícolas ocupaban el 79,3 por ciento de la superficie total, proporción que descendió al 69,6 por ciento en 1990. Aproximadamente las dos terceras partes de las tierras sustraídas a la agricultura se han convertido en bosques (véase el Cuadro 1).

CUADRO 1. Expansión de la superficie forestal

Año

Superficie Forestal
(miles de ha)

Porcentaje de la superficie terrestre

1930

1091

11,8

1950

1167

12,5

1960

1306

14,0

1970

1471

15,8

1980

1587

17,1

1985

1631

17,5

1990

1674

18,0

1993

1708

18,4

Fuentes: 1930-1980: Halasz. Series cronológicas históricas de los principales rasgos del desarrollo forestal 1920-1990.

1980-1993: Base de datos nacionales sobre el sector forestal.

La superficie forestal total (poblada o temporalmente despoblada de árboles) es de 1,7 millones de ha, de los cuales 1,6 son bosques poblados. De éstas, aproximadamente 350000 ha son bosques de plantación (especies de crecimiento rápido) con períodos cortos de rotación (15 a 35 años), más de 900000 ha son bosques casi en estado natural, y el resto son bosques poblados de especies introducidas que reciben un tratamiento similar al de los bosques autóctonos. Debido a su larga historia de ocupación humana, en Hungría no se encuentran bosques vírgenes.

La gran mayoría de los bosques está formada por especies frondosas. Las coníferas se consideran una especie introducida, si bien una alta proporción de los bosques de frondosas consiste también en especies introducidas como la falsa acacia (Robinia pseudoacacia) y los álamos mejorados (Populus spp.). El rasgo más característico de los bosques húngaros es la gran variedad de especies frondosas que forman masas mezcladas, compuestas frecuentemente de varios estratos.

Durante los últimos decenios, han aumentado constantemente las existencias netas totales de árboles en el país (297 millones de m3). La mayor parte de esas existencias se encuentran en los bosques productivos (237 millones de m3) que representan 9,8 millones de m3 de incremento bruto anual (véase el Cuadro 2).

El incremento anual es bastante alto comparado con la media europea. En 1990, el incremento neto anual en Hungría fue de 6,2 m3 por ha, mientras que la media europea era de 4,3 m3 por ha, (CEPE/FAO, 1992). Este hecho puede deberse en parte a la situación y las condiciones climáticas favorables, y en parte a la proporción relativamente alta de masas con especies de ciclo corto.

Aun cuando la producción de madera sigue siendo la función más importante de los bosques, hay otros beneficios a los que se está concediendo cada vez más importancia como consecuencia del cambio social de la demanda respecto a los bosques y de la creciente sensibilización pública en relación con los temas ambientales.

Aproximadamente un 7 por ciento de la superficie total del país está protegida y consta de 154000 ha divididas en cinco parques nacionales, 378000 ha de zonas de protección paisajística, 29000 ha de zonas de protección de la naturaleza y 39000 ha de zonas protegidas localmente. La mitad de las zonas protegidas son tierras forestales, de las cuales 59000 ha son bosques estrictamente protegidos. Además de todo esto, en 1993, se estableció una red de 71 reservas forestales a fin de conservar ecosistemas valiosos y de estudiar la sucesión natural de los bosques.

El buen estado de los bosques es una de las principales preocupaciones de los profesionales de la silvicultura en el país. Durante decenios han existido varios métodos de vigilancia y Hungría ha participado activamente en las actividades del programa de cooperación internacional sobre evaluación y vigilancia de los efectos de la contaminación ambiental sobre los bosques desde 1986. Basándose en la evaluación de la defoliación, en 1993 el 42,4 por ciento de los árboles se encontraba en buen estado de salud mientras que el 36,1 por ciento estaba en situación precaria (10 a 25 por ciento de defoliación), el 19,8 por ciento de los árboles estaban defoliados en más de un 25 por ciento, y de este porcentaje el 1,7 por ciento estaban muertos. La falsa acacia, el roble y el pino albar sufrían sobre todo de una fuerte defoliación mientras que el haya, el marojo (Quercus cerris) y el carpe (Carpinus spp.) estaban ligeramente afectados. Durante los últimos seis años se ha producido un considerable aumento de la defoliación y el porcentaje de los árboles sin afectar ha descendido un 35 por ciento. Los indicadores anteriores manifiestan un ligero deterioro en la salud de los bosques. La principal razón parece ser el clima extremadamente seco de los últimos 12 años, seguido de la aparición de varios agentes bióticos, incluidos distintos hongos, barrenillos del olmo y de la encina y otros insectos. Se considera que la contaminación atmosférica es uno de los factores que predispone a la mala salud de los bosques.

CUADRO 2. Existencias en pie (enero de 1993)

Especies

Superficie

Existencias en pie

Incremento anual

(ha)

(%)

(miles de m3)

(%)

(miles de m3)

(%)

Roble
(Quercus spp.)

360524

23

80431

27

2534,9

23

Marojo
(Quercus cerris)

178075

11

39131

13

902,7

8

Haya
(Fagus spp.)

102343

6

37481

12

867,4

8

Carpe
(Carpinus spp.)

96179

6

17417

6

360,6

3

Falsa acucia
(Robinia pseudoacacia)

307020

19

34941

12

2187,0

19

Otra madera dura de frondosas

58340

4

11376

4

480,6

4

Alamo
(Populus spp.)

152184

10

18096

6

1152,5

11

Otra madera blanda de frondosas

86756

6

14957

5

702,6

6

Pino albar
(Pinas sylvestris)

149546

9

29552

10

1297,9

12

Otras coníferas

98791

6

14548

5

712,3

6

Total

1589760

100

297930

100

11198,5

100

Fuente: Base de datos nacionales sobre el sector forestal.

LAS INDUSTRIAS FORESTALES

El sector forestal en su conjunto está bajo la dirección del Ministerio de Agricultura. La mayor parte de los bosques, más de 1 millón de ha, es propiedad del Estado y su gestión está encomendada a 22 compañías forestales estatales de las cuales 19 se encuentran actualmente bajo el control de la Sociedad Anónima para la Administración de los Bienes del Estado. Esta compañía se encarga de administrar las propiedades del Estado en varios sectores de la economía.

Las antiguas cooperativas y sus empresas sucesoras poseen 535000 ha de bosques, de las cuales unas 10000 ha eran de propiedad privada antes de la transición.

CUADRO 3. Distribución de las zonas forestales según su función primaria

Función primaria

1965
(miles de ha)

1980
(miles de ha)

1993
(miles de ha)

1993
(%)

Bosque productivo

1293,9

1287,3

13484

78,9

Masas semilleros

11,5

2,8

5,6

0,3

Ordenación de la caza

2,8

41,9

25,0

1,5

Bosques de protección

66,3

174,3

186,1

10,9

Conservación de la naturaleza

4,5

24,0

59,0

3,5

Fines recreativos

6,3

54,9

45,6

2,7

Otros bosques

28,1

33,6

39,0

2,2

Total

1413,4

1618,8

1708,7

100,0

Fuente: Base de datos nacionales sobre el sector forestal.

CUADRO 4. Cambios en la propiedad de los bosques

Forma de propiedad

1938

1950

1960

1980

1990

1992

(miles de ha)

PROPIEDAD PUBLICA

262

1068

1163

1134

1150

1153

Empresa de bosques estatales

48

1039

951

1036

1043

1048

Explotaciones forestales estatales

20

6

27

70

78

82

Otras propiedades estatales

-

...

9

...

...

...

Comunidades

194

23

176

...

...

...

Otras propiedades estatales y comunidades

194

...

185

28

29

23

COOPERATIVAS

-

2

100

442

514

5351

SECTOR PRIVADO

844

96

44

11

9

10

Total

1106

1166

1306

1587

1674

1708

1 Considerado legalmente como propiedad privada desde 1991.
Fuentes 1930-1980: Halasz. Series cronológicas históricas de los principales rasgos del desarrollo forestal 1920-1990. 1992: Base de datos nacionales sobre el sector forestal.

Esta extensión va en aumento a medida que avanza la privatización y la compensación (concesión de tierras como pago de la propiedad de los bienes nacionalizados por el régimen anterior), y los bosques de propiedad de las cooperativas se distribuyen entre los que los poseían antes de la colectivización de la agricultura. Desde un punto de vista legal, el bosque cooperativo ha sido también de propiedad privada desde 1991. Las estimaciones más recientes fijan el número total de nuevos propietarios forestales en una cifra de hasta 250000 y la superficie de los bosques que son o serán de propiedad privada - incluidos los antiguos bosques cooperativos - se estima en 700000 ha (véase el Cuadro 4).

Desde el punto de vista de la producción, el sector forestal desempeña una función secundaria en la economía nacional. En 1990, el PIB total era de 2080000 millones de forint (31756 millones de dólares EE.UU.) de los cuales un 35 por ciento aproximadamente correspondía a la industria, el 7 por ciento al transporte y las telecomunicaciones, el 11 por ciento al comercio y el 13,5 por ciento a la agricultura. La parte correspondiente al sector forestal era de un 2 por ciento aproximadamente.

Las compañías forestales estatales han sido objeto de un desarrollo planificado desde el final del decenio de 1960, en que se establecieron complejos industriales de elaboración de la madera organizados verticalmente, lo cual favoreció un desarrollo relativamente rápido en el campo de las tecnologías de elaboración. En 1979 se realizó el último estudio nacional sobre serrerías, de las 654 registradas, aproximadamente el 33 por ciento eran propiedad del Estado, mientras que el 67 por ciento (en su mayoría de tamaño reducido, con una capacidad de menos de 5000 m3 al año) eran propiedad de las cooperativas agrícolas.

Plantación de álamos mejorados

Durante el último decenio ha evolucionado la estructura de la industria estatal de la serrería; en 1990, se cerraron muchas pequeñas unidades y las 134 industrias restantes produjeron dos terceras partes de la producción total. De esas industrias, 35 tienen una capacidad superior a los 15000 m3 al año, y una de ellas puede elaborar más de 100000 m3 de madera en rollo al año.

La industria de los tableros de madera consta de 3 fábricas de chapas de madera, 6 de tableros contrachapados, 2 complejos industriales de fábricas de tableros de partículas, 1 fábrica de tableros aislantes fibrosos y otra de tableros de fibra que produce solamente planchas duras.

La industria de la pasta y el papel pasta 30 máquinas para la fabricación de papel que funcionan en varias fábricas, con una producción total que, en 1990, ascendió a 452000 toneladas. Actualmente, se está realizando una investigación intensiva consistente en un análisis sobre la situación de la industria de la pasta y el papel. Hungría cuenta con un gran superávit de madera para la fabricación de pasta de madera y un elevado balance comercial negativo de pasta y papel que podría reducirse mediante la elaboración nacional de las materias primas disponibles. Se supone que el desarrollo económico del país permitirá un consumo de papel mucho mayor que el actual, que se encuentra muy por debajo de la media europea.

A principios del decenio de 1980 se modernizó la industria de la serrería de propiedad estatal y se hicieron inversiones en las industrias de pisos de parqué y de fabricación de tableros. Sin embargo, una estimación excesiva de la capacidad necesaria provocó muchos problemas económicos a finales de ese decenio y comienzos del de 1990.

Masa de falsas acacias

En general, la producción del sector registró un continuo aumento hasta mediados de los años ochenta, en que no solamente se elevó el ritmo de tala anual sino también la producción de la industria de elaboración de la madera. Por ejemplo, en 1975, la exportación de productos primarios de la madera fue de 846000 m3, mientras que las importaciones ascendieron a 1796000 m3. En 1985, las exportaciones fueron de 1303000 m3 y las importaciones de 1329000 m3, de equivalente de madera en rollo. Por lo tanto, a mediados de los años ochenta el sector forestal fue uno de los más florecientes de la economía del país.

A partir de entonces, sin embargo, comenzó un período de recesión. Uno de los problemas fue que, debido a los ingresos producidos, la recolección y elaboración de la madera adquirió cada vez mayor importancia, al mismo tiempo que la silvicultura tenía que hacer frente a problemas de creciente gravedad. A consecuencia de los costos en aumento, la insuficiente mano de obra, las escasas precipitaciones, los veranos extremadamente cálidos y, en último lugar - aunque no en orden de importancia -, el aumento del número de los animales de caza, la regeneración no se produjo al mismo ritmo que la extracción maderera, convirtiéndose a menudo en el factor Imitador de las talas anuales. Muchos expertos opinan que una proporción demasiado grande de los ingresos producidos por los bosques se gastaba en desarrollar la industria de la elaboración en lugar de invertirlos en los bosques.

Como consecuencia de los problemas de la silvicultura, la comercialización de la madera y los efectos colaterales económicos de la transición, en 1989 comenzó a descender la tala anual, que en 1993 llegó a 5,7 millones de m3, el nivel de 1970. La tala permisible prescrita en los planes de ordenación es de 8,3 millones de m3 anuales y se espera que permanezca al mismo nivel por lo menos en los próximos decenios. El efecto de este descenso es difícil de evaluar dado el sistema de contabilidad financiera aplicado a la silvicultura en Hungría. La regeneración, la repoblación forestal y muchas otras actividades del sector son financiadas por el Fondo Nacional para la Silvicultura (anteriormente Fondo de Mantenimiento Forestal), al que todos los propietarios forestales deben aportar el llamado «canon por pie» por cada m3 de madera extraída. Por tanto, un descenso de la extracción maderera significa una disminución de los recursos financieros disponibles para la regeneración.

Los cambios estructurales y económicos han influido también en los recursos humanos. El número de empleados descendió en unos 6000 entre 1980 y 1990, a 36000 trabajadores manuales y emplea dos. El descenso se notó en el campo de la silvicultura, la tala, la elaboración de la madera y la construcción, mientras que el número de personas empleadas en trabajos de oficina permaneció invariable, y aumentó el número de las del sector de servicios. Como consecuencia de la reestructuración, el número de empleados ha seguido descendiendo en los últimos años.

LA TRANSICION EN EL SECTOR FORESTAL

La transición económica influye en el sector forestal de muchas maneras. Los bosques están sujetos a la privatización y la compensación, mientras que la transformación de las cooperativas que funcionan al modo de «kolkhoz» [NdR: granjas colectivas] y de las compañías forestales estatales afectan aproximadamente a 1,5 millones de ha de bosques (casi el total de la superficie forestal de Hungría).

Masa de coníferas a lo largo de un río

La reestructuración económica empezó antes de los cambios políticos. En 1985, la Ley sobre Empresas Estatales concedió el derecho de propiedad a los consejos de empresas, abriendo la vía para la descentralización y la privatización. La Ley de empresas de 1988 y la Ley de Transformación de 1989 daban plena autonomía a las empresas en el proceso de reestructuración. La Ley sobre Inversión Extranjera de ese mismo año permitía la entrada del capital extranjero en Hungría.

A fin de controlar la privatización, en 1990 se creó el Organismo encargado de la Propiedad del Estado y la Sociedad Anónima para la Administración de los Bienes del Estado. El cometido del Organismo encargado de la Propiedad del Estado es, entre otros, proteger los derechos de propiedad del Organismo, elaborar políticas para la privatización, vigilar las actividades de las empresas que hay que privatizar, evaluar las propuestas de privatización y tramitar la venta de pequeñas empresas. La Sociedad Anónima para la Administración de los Bienes del Estado se ocupa de aquellas empresas que deberán permanecer totalmente en manos del Estado, o en las que éste posee la mayoría de las acciones, así como de la cooperación en lo que respecta a la privatización de aquellas empresas en las que el Estado quiere mantener un número minoritario de acciones.

Una serrería húngara

Para el mantenimiento de los bosques de propiedad del Estado, las compañías correspondientes están bajo la competencia de la Sociedad Anónima para la Administración de los Bienes del Estado, como cartera independiente. Las propias compañías están actualmente experimentando un proceso de reestructuración y deberán transformarse en sociedades anónimas, siendo la mayoría de éstas propiedad del Estado.

La privatización afecta el sector forestal no solamente cambiando la influencia sobre el consumidor en lo que respecta a la demanda de madera en una economía liberal orientada hacia el mercado, sino en el sentido de que las distintas dependencias de las industrias forestales están también sujetas a la privatización. El proceso se inició a finales de los años ochenta. Como la mayor parte de la extracción maderera la realizaban empresarios, muchas empresas han vendido el equipo utilizado para la tala, la extracción maderera y el transporte a sus antiguos empleados. En la industria de tableros de madera, se establecieron empresas mixtas, y en 1991, cuatro serrerías pasaron a ser de propiedad extranjera.

El descenso de la producción en el sector forestal ha orientado la atención hacia los problemas de las empresas estatales de grandes dimensiones y organizadas verticalmente. Las grandes empresas de elaboración no reciben suficientes suministros de materia prima, encontrando dificultades para la comercialización de sus productos, y la recesión que sufre la industria de la construcción y del mueble está teniendo unos efectos particularmente negativos.

Como consecuencia de la decisión política de separar la elaboración de la madera de las actividades forestales primarias, se ha acelerado la transformación y privatización de las dependencias dedicadas a la fase de elaboración. No obstante, se prevé que el proceso será muy largo debido a la falta de inversionistas nacionales.

También la industria de la pasta y el papel ha pasado por un lento proceso de privatización y a mediados de 1991 se había privatizado más de la mitad del capital total de la industria, siendo extranjero más del 20 por ciento del capital utilizado. Sin embargo, la industria de la pasta y el papel está todavía buscando desesperadamente una solución a su profunda recesión.

La transformación de la agricultura tiene también múltiples efectos en el sector forestal. Los puntos neurálgicos de la agricultura son, en primer lugar, las dificultades para la comercialización de los productos agrícolas, la falta de capital y la modalidad extensiva de cultivo caracterizada por una fuerte vulnerabilidad a los aspectos climáticos. Como consecuencia, la disminución de los ingresos procedentes de las actividades tradicionales podría aumentar el interés de los propietarios privados en las funciones productivas de los bosques privados y en régimen de cooperativa, con la posible consecuencia de una tala incontrolada. Este proceso sólo puede controlarse con enormes esfuerzos y dificultades.

Según los diferentes estudios sobre el futuro de la agricultura en Hungría, se abandonarán aproximadamente de 500000 a 1 millón de ha de tierras agrícolas, y se sugiere que la mayor parte de esta superficie se someta a repoblación forestal. El programa de repoblación forestal ha comenzado ya con un proyecto de plantación de 150000 ha de bosques para el año 2000. El proyecto está financiado con cargo al presupuesto estatal, pero debido a los cambios estructurales su ejecución está retrasada con respecto al plazo previsto, y se prevé también un retraso en su terminación. Aparte de sus efectos ambientales positivos, se espera que esta extensiva repoblación forestal resuelva parte de los problemas de la población rural y ayude a aliviar el desempleo, que es una de las mayores preocupaciones de Hungría. La plantación de nuevos bosques podría proporcionar empleo a parte de las casi 800000 personas desocupadas, pero, cuando se hable de las posibles ventajas, también habrá que tener en cuenta los posibles futuros beneficios obtenidos de estos bosques.

Por otra parte, no hay que sobrestimar el posible papel de la repoblación forestal para solucionar el problema del desempleo. Existen algunas preocupaciones acerca del rendimiento de estos bosques ya que pueden producir sobre todo variedades de pequeño diámetro de las cuales existe ya un superávit en la actualidad y tienen muy pocas posibilidades de comercialización.

LA POLITICA FORESTAL

En Hungría, los esfuerzos desplegados para aplicar una silvicultura sostenible tienen una larga historia. La primera Ley Forestal general fue promulgada en 1879 y su objetivo principal era reducir la cantidad de talas rasas, así como asegurar una ordenación forestal encaminada a obtener ingresos de una manera más continua. Para alcanzar estos objetivos, la Ley Forestal imponía unos planes de ordenación forestal autorizados por el Estado sobre aproximadamente las dos terceras partes de todos los bosques. La Ley Forestal de 1935 fue aún más adelante e hizo obligatorio para todos los propietarios la preparación y aprobación de los planes de ordenación forestal.

Bosque con fines recreativos

Después de la Segunda Guerra Mundial, el principal objetivo de la política forestal de Hungría fue aumentar el suministro de madera. A fin de disminuir las importaciones de madera y reducir la escasez de materia prima, la silvicultura tuvo que centrar su atención en la calidad y cantidad de la producción maderera. Afortunadamente, los expertos forestales fueron lo suficientemente prudentes y avisados para introducir en la ordenación forestal los aspectos ambientales y sociales ya en los primeros años cincuenta.

Por consiguiente, la política forestal ha tendido siempre a mejorar el medio ambiente natural y los servicios recreativos, si bien se hizo sobre todo hincapié en aumentar la producción maderera y extender la superficie forestal.

En 1961 se promulgó la Ley Forestal actualmente en vigor, por la que se regulan los bosques poblados, las talas, los caminos forestales, las alamedas, los viveros, las tierras abiertas rodeadas de bosques, etc., es decir, todas las tierras dedicadas a la actividad forestal independientemente de quién sea su propietario. La creciente preocupación pública por los efectos de la contaminación ambiental, la amenaza del posible calentamiento de la tierra y el cambio climático, hicieron que se orientara la atención pública a las cuestiones relacionadas con los bosques. Se está dando también cada vez mayor importancia a los beneficios obtenidos de los productos no madereros, al mismo tiempo que disminuye la correspondiente a la producción maderera. El cambio de la estructura i de la propiedad exige un ajuste de la política forestal que a su debido tiempo deberá dar lugar a un nuevo proyecto de ley sobre bosques.

En 1990 empezó a reexaminarse la Ley Forestal Desde entonces se han realizado muchas negociaciones a nivel nacional así como seminarios e intercambios con expertos internacionales, a fin de contar con una información básica para establecer las prioridades y sentar los principios de la nueva política forestal. Se tuvieron también en cuenta los principales acontecimientos internacionales, como el Programa 21 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD) y las resoluciones de las conferencias ministeriales de Estrasburgo y Helsinki sobre la protección de los bosques en Europa.

Como resultado de los exhaustivos preparativos, en las esferas profesionales se ha aceptado que la política forestal deberá dar énfasis a lo siguiente:

· la adopción de un nuevo criterio para la ordenación forestal en el que se dé prioridad a los intereses a largo plazo para el bienestar humano, la conservación de la naturaleza y la sostenibilidad de las actividades forestales;

· el papel del bosque en la conservación y la protección de la naturaleza, así como en el suministro de madera;

· la proporción óptima de las distintas formas de propiedad forestal y los requisitos previos de una gestión sostenible en una estructura de propiedad diversificada;

· el papel coordinador y controlador del Estado para garantizar una ordenación sostenible y las principales características de la silvicultura estatal;

· la función dinámica de los agentes forestales dentro y fuera del sector: en el ámbito público y en el privado; en las relaciones públicas e internacionales.

Aun cuando existe una comprensión común de los temas mencionados, no se ha publicado todavía una política forestal exhaustiva y, si bien a finales de 1993 y principios de 1994 se hicieron enormes esfuerzos para terminar de redactar un nuevo proyecto de ley que pudiera considerarse el texto básico de la política forestal, el gobierno decidió no presentarlo al Parlamento antes de las elecciones de 1994.

Las cuestiones más importantes a las que se debe responder, exista o no una nueva ley forestal, se refieren a la privatización y a la futura situación del sector forestal. La opinión de los profesionales forestales es que conviene contar con una gran proporción de bosques de propiedad estatal. Según esta propuesta, la parte correspondiente al Estado seguirá siendo del 55 al 60 por ciento y descenderá al 50 por ciento con el tiempo, debido a la repoblación forestal de las tierras privadas. Esto requeriría que se terminara de llevar a cabo la privatización de unas 100000 a 150000 ha de bosques que actualmente se encuentran bajo control estatal, pero seguirían estando en manos del Estado una gran extensión de bosques, ecológicamente valiosos y rigurosamente protegidos.

Se cuenta también con la aceptación general para que todos los bosques, privados o públicos, sigan sometidos a una ordenación que se atenga a los planes establecidos y aprobados. Los planes se distribuyen gratuitamente y podrían constituir uno de los medios para mantener lo más alto posible el nivel profesional de la gestión en el sector forestal privado. Sin embargo, estos planes deberán ser sometidos a una considerable revisión a fin de adaptarlos a las nuevas explotaciones forestales privadas, de pequeñas dimensiones.

Se sugiere que los pequeños bosques privados se administren en régimen de tenencia conjunta. En Hungría, no existe una tradición de ordenación individual, e incluso la Ley Forestal de 1935 incluía el concepto de tenencia conjunta, constituyendo también una opción viable la creación de cooperativas de propietarios forestales. A principios de 1994, el Parlamento aprobó un proyecto de ley, por el que se instaba a los propietarios de bosques privados a que formaran voluntariamente asociaciones forestales.

Además de los tres niveles tradicionales de formación, deberían organizarse programas especiales de capacitación para los nuevos propietarios forestales no profesionales, y a la literatura especializada deberían añadirse varias publicaciones dirigidas a los nuevos propietarios forestales. Han comenzado ya los trabajos de extensión y se han facilitado gratuitamente a los nuevos propietarios sin conocimientos forestales básicos dos folletos con un resumen informativo sobre temas forestales. Las instituciones que representan y sirven los intereses de la sociedad y que se ocupan de la planificación y supervisión de la gestión, deberán intensificar su capacidad para hacer frente a las nuevas demandas. Actualmente se está estudiando la posibilidad de crear órganos regionales o redes de alcance nacional para proporcionar asistencia profesional a los propietarios forestales privados.

Hay que determinar asimismo qué estructura conviene dar al sector forestal de propiedad estatal. Muchos creen que una empresa mixta por acciones no es la mejor forma posible para el funcionamiento de una empresa forestal y que habría que establecer más bien un órgano independiente similar a los servicios forestales de muchos países. Cualquiera que sea la decisión que se adopte con respecto a la silvicultura estatal, habrá que resolver los problemas que surgieron en la etapa anterior. Tendría que mejorarse la calidad y condición de los bosques mediante una adecuada regeneración y los correspondientes métodos de silvicultura. Convendría aumentar la extensión de los bosques naturales y casi naturales con la regeneración generalizada de las especies de árboles autóctonos. Habría que reducir a un mínimo aceptable las zonas de tala y debería prestarse atención especial a su distribución espacial. Además de estas medidas, en un criterio ecológico para la ordenación forestal hay que tener en cuenta la ordenación de la flora y fauna silvestres, incluida la caza y las actividades conexas.

A fin de permitir una «transición tranquila» en el sector forestal, no sólo habrá que analizar y aplicar las experiencias de la economía de mercado sino que los mismos países en transición deberán compartir sus propias experiencias y colaborar estrechamente entre sí para resolver los problemas comunes que tienen sus raíces en la historia compartida durante los cuatro últimos decenios.

Bibliografía

CEPE/FAO. 1992. The forest resources of the temperate zones: the UN-ECE/FAO 1990 Forest Resource Assessment. Vol. I. General Forest Resource Information. ECE/TIM/62. Nueva York, Naciones Unidas.


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