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Orientaciones de la FAO para el aprovechamiento y conservación del cocodrilo

S. Dembner

Stephen A. Dembner es Redactor de Unasylva.

Este artículo describe varias actividades de ordenación del cocodrilo en que ha participado la FAO.

El cocodrilo es una de las pocas formas de vida animal que prácticamente no ha cambiado desde la edad de los dinosaurios. Hacia 1950 todavía abundaba en las partes tropicales de Africa, América, Asia y Australia. Con posterioridad su hábitat se ha contraído al desmontarse bosques para roturar la tierra, sanearse pantanos y vegas fluviales o modificarse el ambiente radicalmente con la construcción de presas para embalsar agua destinada a producir energía hidroeléctrica o al riego. Con eso, y con la caza descomedida para comercializar sus preciadas pieles, casi todas las especies de cocodrilo han quedado a punto de extinguirse. Por añadidura, la gente mata cocodrilos sólo porque no le gustan o por la exagerada fama que tienen de atacar al hombre, a los animales domésticos y a los peces. En realidad, la mayoría de los cocodrilos jamás ataca seres vivos de ciertas dimensiones y, para su tamaño, come relativamente poco.

Afortunadamente, al amparo de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestres (CITES), se ha reglamentado el comercio internacional de todas las especies de cocodrilo. Con la exportación de pieles bajo control, ya es posible la conservación.

Con todo, se planteaba un problema: el cocodrilo es fuente esencial de ingresos para quienes viven cerca de su hábitat. Los gobiernos se encontraban en la necesidad de idear la manera de conservar el recurso - el cocodrilo - explotándolo de modo que no se agotase.

Al ser la más destacada organización internacional en materia de agricultura, alimentación, bosques y pesca, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), tiene a su cargo la protección, ordenación y utilización de los recursos naturales - entre ellos la fauna - para el desarrollo rural. Durante casi 20 años, la Subdirección de Conservación de Forestal y de Areas Silvestres del Departamento de Montes de la FAO ha encabezado las iniciativas nacionales e internacionales dirigidas a la conservación del cocodrilo y a promover su ordenación y aprovechamiento sostenido, tanto como fuente de ingreso para la gente del campo, como de divisas extranjeras para toda la nación.

Un gavial criado en cautividad soltado en una zona protegida en Orissa, India

India: el gavial salvado

En la India se prohibió la caza del cocodrilo en 1972 pero, para entonces, las tres especies que allí existen (el gavial, Gavialis gangeticus; el cocodrilo de agua salada, Crocodylus porosas, y el cocodrilo de los pantanos, C palustris) estaban al borde de la extinción (Bustard, 1974). Irónicamente el más amenazado es el gavial, el más inofensivo y el de piel menos valiosa Su ambiente natural, la comente de los ríos, se ha contraído notablemente con la estabilización de las riberas y la construcción de presas. Además, muchos se ahogan atrapados en las redes de nilón que ahora se usan para la pesca. Cuando en 1973 la India pidió ayuda a la FAO para idear un plan para salvar al cocodrilo, se calculó que en toda la India no sobrevivían más de un centenar de gaviales Aunque al parecer era mayor el número de supervivientes de las otras dos especies, no bastaban para evitar la total extinción en un futuro muy cercano.

Antes que nada había que asegurar la continuidad de la especie. En el marco de un proyecto costeado por el programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la FAO contrató un consultor Durante doce semanas, el experto y sus contrapartes del Gobierno recorrieron Uttar Pradesh, Bengala Occidental, Orissa, Bihar, Tamil Nada, Andhra Pradesh, Karnataka y Rajasthan para localizar los cocodrilos restantes, así como hábitat para su repoblación. Con base en la información así reunida, el Gobierno de la India decidió crear en Orissa un rancho para la cría del gavial Una vez elegido el emplazamiento, la FAO colaboró con el personal nacional especializado en fauna en la proyectación y construcción de instalaciones apropiadas para la cría También se capacitaron campesinos en la busca y recogida de huevos de gavial, cosa de especial importancia para evitar que se inutilizaran o se destruyeran los últimos lugares existentes para el desove del gavial.

Cocodrilos: breve guía

Huevos de cocodrilo recogidos en el hábitat natural por los campesinos para criarlos en cautividad

Los cocodrilos, actualmente la mayor especie de la dase de vertebrados Reptilia, son en realidad una supervivencia de la edad de los dinosaurios.

La mayor parte de los taxónomos divide hoy día a los cocodrilos en tres familias: los aligatores y caimanes (Alligatoridae) de las partes subtropicales de América; los verdaderos cocodrilos (Crocodylidae) que se encuentran en todas las regiones tropicales del mundo, y los gaviales (Gavialidae) del sudeste de Asia. En total se conocen 21 especies, una de agua salada y todas las demás de agua dulce; éstas viven en pantanales, lagos y ríos.

Como todos los reptiles, los cocodrilos respiran aire y son poikilotérmicos, es decir, que no pueden regular la temperatura de su cuerpo más que en limitada medida. Son esencialmente nocturnos; pasan el día en tierra, tendidos al sol, pero a ratos entran en el agua o se ponen a la sombra para no recalentarse. A la caída de la tarde entran en actividad, casi siempre en el agua. Con todo el cuerpo sumergido, sólo asoman por encima de la superficie los ojos, ollares y orejas, que tienen como en relieve en la parte superior de la cabeza.

Los cocodrilos se reproducen mediante huevos; éstos son blancos, de cáscara dura, muy parecidos a los de gallina. En algunas especies la hembra excava un nido en la arena; en otras lo construye en forma de montón de materia vegetal. Ponen de 20 a 70 huevos una vez al año. Hay hembras que valerosamente protegen su nido contra toda clase de rapiñas, pero no incuban los huevos calentándolos con su cuerpo. Al cabo de entre 60 y 90 días los animalitos por nacer se anuncian desde dentro de los huevos con grititos que se oyen a 4 m de distancia, incluso a través de una capa de tierra de 30 cm.

Los recién nacidos crecen rápidamente; su longitud aumenta casi 30 cm al año. Alcanzan la madurez sexual a los ocho o diez años y, en adelante, crecen menos, pero siempre algo durante toda su vida. Con certeza no se sabe cuáles son su edad y longitud máximas, pero alguno ha vivido en cautividad más de 50 años y machos han sobrepasado los 6 m de longitud

En los 50 años que vive, una hembra de gavial pone casi 2 500 huevos. En estado de libertad la mortalidad durante los tres primeros años de vida alcanza el 90 por ciento. En el criadero, la mortalidad se redujo a menos del 30 por ciento. Una vez que los cocodrilos llegan a tener un metro de largo ya no tienen más enemigo natural que el hombre (de Vos, 1982).

Para cuando se dio por terminado el proyecto en 1982, se habían criado y soltado en zonas protegidas o santuarios más de un millar de gaviales, con lo cual la población total se duplicó. Como guardas se han empleado pescadores que vivían en dichos santuarios. Su salario es superior a la cantidad que les pagaban los cazadores furtivos para que les ayudaran a localizar cocodrilos y, dado que la caza furtiva es prácticamente imposible sin la cooperación activa, o al menos pasiva, de la gente del lugar, se ha logrado una eficaz protección (FAO, 1983).

Algo análogo se ha hecho para la recogida de huevos y la cría de cocodrilos de agua salada y de pantano. Se han creado más de 20 estaciones de cría en diez estados y ya hay poblaciones suficientemente numerosas de ambas especies para que quede garantizada la supervivencia y para que, incluso, se haya pensado en establecer granjas para criar en cautividad cocodrilos y vender la piel. Uno de los planes que se han hecho consiste en proporcionar huevos o cocodrilos pequeños a los aldeanos para que crían cierto número de ellos como fuente extra de ingresos. No obstante, la legislación vigente no autoriza la explotación comercial del cocodrilo. De momento, la única posibilidad de aprovechar los cocodrilos sobrantes es cambiarlos al Gobierno de Pakistán por otras especies en peligro de extinción. Mientras no se modifique la legislación no hay otras formas posibles de aprovechamiento.

Los cocodrilos rompen el cascaren después de un periodo de incubación de 60-90 días

Papua Nueva Guinea: preparación industrial de las pieles

Una parte considerable de la superficie de Papua Nueva Guinea está cubierta de pantanos y marismas con limitadas posibilidades de desarrollo económico. En algunos casos lo único susceptible de ser vendido es el cocodrilo. Tanto se ha explotado comercialmente, que se está agotando. Lo que es peor, la destrucción de los animales en edad de reproducirse, la venta de pieles de pequeño tamaño, el curtido defectuoso y la comercialización en malas condiciones han provocado la general decadencia de toda la industria (Bolton, 1978).

Poco después de 1970 el Gobierno prohibió la venta de pieles de más de 51 cm de anchura de panza (correspondiente a una longitud de dos metros) con el fin de proteger a los cocodrilos en edad de reproducirse. Además lanzó toda una serie de pequeños proyectos para la cría del cocodrilo en cautividad. Aunque se instalaron más de 100 establecimientos en otras tantas aldeas, la mayor parte de ellos tropezaron con grandes dificultades. Por ser muy acentuada la fluctuación del nivel de agua, en unas estaciones del año los corrales de cría quedaban siempre inundados, mientras que en otras quedaban en seco. Las bombas necesarias para mantener constante el nivel del agua eran demasiado costosas para muchos o, por lo menos, hacían la cría del cocodrilo menos remuneradora que cazarlo al abierto.

El Gobierno pidió ayuda a la FAO y en 1977 se puso en marcha un proyecto trienal con fondos del PNUD. En el marco del mismo la cría de cocodrilos se concentró en establecimientos comerciales de mediano y gran tamaño. Las actividades locales en pequeña escala se convirtieron en simples estaciones para la recogida de cocodrilos. Se pagaba a los campesinos una cantidad fijada por el Gobierno por cada pequeño cocodrilo vivo que capturaban. Más tarde se trasladaban a los grandes establecimientos de cría comercial. El Gobierno prohibió también por entonces comercializar pieles de menos de 18 cm de anchura de panza. El precio que pagaba el Gobierno por los cocodrilos pequeños vivos era superior al que ofrecían los traficantes ilegales por las pieles del mismo tamaño, con lo cual la caza furtiva quedaba eficazmente controlada.

En 1976 se exportaron alrededor de 30 000 pieles con una anchura media de panza de 20 cm y un valor total de casi un millón de dólares. En 1982 la anchura media de panza de las 29 584 pieles que salieron del país era superior a 28 cm y su valor (estimado) de 2,75 millones de dólares (FAO, 1981).

La FAO enseñó también cómo desollar bien los animales y cómo salar las pieles para la exportación, con lo que aumentó el número de pieles de calidad superior. Se pensó en establecer una curtiduría pero se abandonó la idea por dos razones. En primer lugar, debido a lo alejada que está Papua Nueva Guinea de los mercados europeos de las pieles, la curtiduría no podría mantenerse bien al corriente de las tendencias de la moda para competir con las ya bien afianzadas curtidurías europeas. En segundo lugar, se crearían muy pocos puestos de trabajo para una tan considerable inversión de capital.

Estimulado por el éxito del proyecto antes mencionado, el Gobierno del Japón proporcionó en julio de 1986 fondos en fideicomiso para financiar otro, también con ayuda de la FAO, en Irían Jaya, Indonesia, situada en la parte oriental de la isla de Nueva Guinea. El proyecto persigue la finalidad de crear una industria de cría de cocodrilos que utilice técnicas adecuadas para perpetuar el recurso como fuente de ingreso para los campesinos y para el Gobierno.

A fines de 1989 se habían instalado ya cuatro grandes ranchos para la cría comercial de cocodrilos, y hay otros varios en diferentes fases de instalación. Por ejemplo, en Dabra hay tres ranchos de ese tipo, uno de los cuales, P.T. Reptilindo Ekrapatama, tiene casi 4 000 cocodrilos. Los registros indican que los animales son saludables y que sus pieles están en buen estado (Mitchell, 1988).

El más grande de los ranchos, Bintang Mas, situado en Jayapura, tiene más de 7 500 cocodrilos. Recientemente, en asociación con una compañía francesa, ha emprendido la tarea de instalar maquinaria y técnicas para trabajar las pieles de modo que reporten más utilidades en el mercado internacional y que se adapten rápidamente a las siempre cambiantes exigencias de la alta moda (Corten, 1989).

La generación de ingreso para la población local forma parte importante del proyecto de Irían Jaya. Un ejemplo de cómo se logra este propósito es el de la aldea de Pagai, enclavada en la parte alta del río Mamberamo. En ella viven menos de 250 personas; se tarda varios días, en canoa y por tierra, en llegar a alguna población importante, y con el resto de la provincia sólo se comunica gracias a una pequeña pista para aviones. Hasta hace poco la única fuente de ingreso era la caza del cocodrilo para los traficantes ilegales, los cuales pagaban a los campesinos precios ínfimos y los incitaban a matar indebidamente cocodrilos adultos.

De acuerdo con el citado proyecto, los aldeanos ahora capturan cocodrilos pequeños y los juntan en corrales construidos económicamente con materia prima del lugar. Cuando acumulan un número suficiente para llenar un avión, los venden a alguno de los grandes ranchos comerciales de Jayapura. En el curso de un año, los campesinos entregaron un millar de cocodrilos pequeños, ganando alrededor de 10 000 dólares. Han constituido una cooperativa llamada «Koperasi Yarui», nombre que localmente recibe el cocodrilo de agua dulce. Cada cazador de la aldea entrega un diez por ciento de sus ganancias a la cooperativa, la cual se encarga de vender los cocodrilos a buen precio y de suministrar los insumos necesarios. El dinero ganado por la cooperativa ha permitido también construir una escuela, un dispensario médico y una iglesia (Whitaker, 1988).

El proyecto abarca un importante elemento de investigación y capacitación para que, cuando dejen de recibirse fondos del exterior, la Dirección de Conservación de la Naturaleza pueda continuar llevando a cabo, e incluso ampliando, todo el programa de los cocodrilos.

En Papua Nueva Guinea el cocodrilo tiene tal importancia histórica y económica que su imagen viene reproducida en esta moneda

Etiopía: ordenación del recurso cocodrilo

El cocodrilo del Nilo (Crocodylus niloticus) abunda en toda la mitad meridional de Etiopía. A pesar de que en el decenio de 1960 se abusó mucho de la caza, han sobrevivido poblaciones viables en los ríos y lagos más inaccesibles. Por ejemplo, en los lagos Abaya y Chamo, en el valle del Rift, hay concentraciones de cocodrilos sin igual en el resto de Africa.

La idea de criar cocodrilos en cautividad no es nueva en Etiopía; la Organización Nacional para la Conservación de la Fauna Silvestre se ha mantenido al corriente de los programas de ordenación del cocodrilo iniciados en otras partes del mundo desde 1970 en adelante. No obstante, la falta de seguridad acerca de la condición del recurso y la falta de experiencia práctica fueron causa de que no se emprendiera ningún esfuerzo significativo. En 1982, cuando ya era evidente el éxito de otros programas, entre los cuales se cuentan los antes expuestos, y otro en Zimbabwe, el Gobierno pidió ayuda a la FAO para evaluar el estado del cocodrilo como recurso y para determinar cómo explotarlo de modo que produzca sostenidamente beneficios económicos (Bolton, 1986).

Con fondos proporcionados por el Programa de Cooperación Técnica (PCT) de la FAO, se exploró el valle del Rift. El estudio indicó que desde 1970 había aumentado considerablemente el número de cocodrilos y que la población era tan numerosa como para no sufrir si se adoptaba un plan para la búsqueda de huevos y la cría comercial de pequeños cocodrilos recogidos en la región. El citado estudio halló también que en los lagos Abaya y Chamo hay una veintena de especies de pescado, de los cuales ni siquiera una cuarta parte se usa para consumo humano. El resto - concluyó el estudio - podía usarse con provecho como alimento para cocodrilos. También como alimento para cocodrilos se podrían usar los desperdicios del fileteado de las especies de pescado comercializables (casi el 50 por ciento del peso en vivo). Los fondos del PCT también costearon una gira de estudio de tres técnicos etíopes que visitaron en particular el rancho de cocodrilos de Spencer's Creek, en Zimbabwe, que funciona con notable éxito.

Siguiendo las conclusiones y recomendaciones del PCT, el Gobierno adquirió un terreno en Arba Minch, a orillas del lago Abaya, y construyó una incubadora y corrales para cocodrilos de un año. Solicitó más ayuda del exterior para completar la instalación de la estación de cría, y para capacitación. En julio de 1985 se aprobó la ejecución bajo los auspicios de la FAO, con fondos del PNUD, de un proyecto de 18 meses en virtud del cual se completaron instalaciones suficientes para la cría de más de 4 000 ejemplares.

Desgraciadamente, debido a que no se ha podido contar todavía con suficientes fondos del exterior, aún no se ha instalado la proyectada empresa elaboradora de pescado, por lo cual es insuficiente la provisión de desperdicios de pescado a bajo costo para dar de comer a los cocodrilos. El pescado del lago Abaya se envía entero a Addis Abeba para su comercialización.

Como consecuencia es preciso comprar alimentos, lo cual hace económicamente impracticable la manuntención de un elevado número de ejemplares (FAO, 1988). Mientras se termina la instalación de la elaboradora de pescado, se están vendiendo cocodrilos muy jóvenes a otros países interesados en crear empresas dedicadas a la cría del saurio.

A pesar de este momentáneo contratiempo, el proyecto ha demostrado sin lugar a dudas que la cría comercial del cocodrilo es factible en Etiopía sin poner en peligro de agotamiento el recurso básico. Anticipando una rápida solución del problema del alimento, en octubre de 1989 el Gobierno solicitó y obtuvo de la CITES una cuota anual para la exportación de pieles de cocodrilo.

Conclusión

Al irse conociendo las posibilidades que tiene la explotación del cocodrilo de generar sostenidamente una renta tanto a nivel local como nacional, ha aumentado el número de peticiones de ayuda que recibe la FAO de sus miembros para el manejo de este recurso en el marco de las actividades globales de ordenación de la fauna silvestre. En el curso de los últimos 15 años, la FAO ha proporcionado ayuda directa para la ordenación del cocodrilo como recurso a una decena de países de todo el mundo en desarrollo, así como asesoría o información a otros varios. En Somalia y Madagascar se acaban de iniciar nuevos proyectos de ordenación del cocodrilo. Además, la FAO coopera con el Grupo del Cocodrilo de la Comisión de Supervivencia de Especies de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y sus Recursos. Aunque no puede decirse que el cocodrilo como recurso esté fuera de peligro en escala mundial, la ayuda de la FAO ha demostrado que cuando los gobiernos lo deciden en firme, con una inversión relativamente modesta y en un plazo relativamente corto, puede adelantarse mucho en su conservación, a la vez que se contribuye al bienestar de los pobladores.

Bibliografía

Bolton, M. 1978. Crocodile farming in Papua New Guinea. Oryx, 14(4):365-369.

Bolton, M. 1986. Crocodile farming in Ethiopia. Informe FO: DP/ETH/84/009. Addis Abeba, FAO.

Bustard, H.R. 1974. A preliminary survey of prospects for crocodile farming. FO:IND/71/033. Roma, FAO.

Corten, J. 1989. Informe de un viaje a Yakarta e Irían Jaya, Indonesia, 26 de junio - 6 de julio de 1989. (Inédito.) de Vos, A. 1982. An evaluation of the UNDPI FAO crocodile breeding and management project in India. FO:IND/74/046. Roma, FAO.

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FAO. 1983. Crocodile breeding and management in India. Project findings and recommendations. FP:DP/IND/74/046. Informe final. Roma.

FAO. 1988. Crocodile farming in Ethiopia. FO:DP/ETH/84/009. Declaración final. Roma.

Mitchell, G. 1988. Report on a consultancy covering commercial aspects of crocodile farming in Irían Jaya. GCP/INS/060/JPN. (Borrador inédito.)

Whitaker, R. 1988. Report on a consultancy on crocodile husbandry and management in Irían Jaya, Indonesia. GCP/INS/060/JPN. (Borrador inédito.)


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