M. E. Menéndez G.
En los casi tres años transcurridos desde que entró en funciones un fondo rotatorio creado para fomentar la participación popular, ha demostrado ser eficaz como medio de mantener el interés de los campesinos en la ejecución de actividades de reforestación, de rehabilitación de tierras y de conservación de suelos que den beneficios inmediatos y permanentemente.
Miguel E. Menéndez G. es el Asesor técnico principal del Proyecto GCP/BOL/016/NOR - Reforestación y rehabilitación de tierras en la cuenca alta del Guadalquivir.
La cuenca alta del río Guadalquivir, en el valle central de Tarija, en el Departamento del mismo nombre (Bolivia), a alturas comprendidas entre 1 800 y 4 344 m sobre el nivel del mar, experimenta una erosión tan intensa que existe el peligro de que se inutilice para el cultivo gran parte de la tierra laborable. En un distrito eminentemente agrario de un país como Bolivia, la población no tiene la menor posibilidad de compensar aquella fatalidad trabajando en la industria o en los servicios.
En los últimos diez años, una combinación de suelos muy vulnerables con métodos de cultivo que tienden a agotarlos, ha inutilizado 23 400 ha y amenaza otro tanto para las 100 000 ha restantes del valle. En el citado período, la tierra laborable se ha reducido de 25 000 ha a 21000, mientras que la población ganaba 4000 personas, llegando a un total de 20 000. En la parte alta de la cuenca, en la que se concentra el proyecto, hay 8 000 ha aptas para el cultivo sostenido. De ellas 700 tienen riego, 1 600 están parcialmente regadas y 5 700 son de secano.
Los habitantes de la cuenca son campesinos que subsisten practicando una agricultura temporal en parcelas en general menores de una hectárea, o la cría extensiva de ganado caprino y ovino. La propiedad de casi toda la tierra regada se concentra en manos de un pequeño número de personas que producen cosechas comerciales.
Con el fin de invertir las repercusiones negativas de esta situación sobre el medio ambiente y sobre la vida de las familias campesinas, el Gobierno de Bolivia, las instituciones públicas del Departamento de Tarija y la FAO han emprendido conjuntamente esfuerzos entre los que se cuenta la ejecución de un proyecto de cooperación técnica con apoyo financiero del Gobierno de Noruega. Este proyecto combina un vigoroso programa de reforestación y corrección de torrentes con mejoras de la agricultura y los pastos.
Desde el principio se vio claramente que no se alcanzarían los objetivos del proyecto sin la participación decidida de las comunidades rurales debidamente organizadas y motivadas. En consecuencia, el proyecto ha instituido toda una serie de incentivos para hacer atractiva para la gente del lugar la adopción de métodos adecuados de uso de la tierra. Durante la segunda fase de este proyecto, iniciada en 1987, se creó un Fondo Rotatorio.
El plan de operaciones de esta segunda fase del proyecto no especificó la cantidad de dinero que debía constituir el fondo, ni tampoco indicó cómo manejarlo. Solamente estableció que la línea presupuestaria para suministros y materiales aportada por el gobierno donante incluyera un fondo para incentivar la participación de las familias campesinas en actividades que ejecutarían conjuntamente. Como se explica más adelante, esta flexibilidad permitió al Fondo satisfacer las diversas solicitudes de crédito presentadas por los socios de los Comités de Conservación, adaptándose a las circunstancias. También permitió encontrar formas adecuadas para operar, concordantes con el interés de los beneficiarios.
El Fondo Rotatorio concede créditos en especie (insumos para el cultivo, materiales y herramientas) a campesinos afiliados a los Comités de Conservación constituidos por el proyecto en los distintos poblados de su área de acción, así como a las mujeres asociadas a los clubes de madres y otros centros que colaboran con los Comités de Conservación.
El Fondo Rotatorio entró en funciones en agosto de 1987 con un capital de 2 230 pesos bolivianos. El capital inicial se dedicó a comprar fertilizantes y tijeras de podar, que se prestaron a 49 campesinos. Hasta junio de 1990 el Fondo Rotatorio otorgó más de 425 créditos por valor de 37 260 bs; el capital total incluyendo interes llegaba a 38 452 bs; un promedio de 88 bs por crédito. La mayor parte de ellos estaba comprendida entre 50 y 200 bs. Los insumos de mayor demanda son los fertilizantes, seguidos por la semilla, lo cual confirma una vez más que la necesidad primaria de los agricultores pobres es asegurar la producción de los alimentos principales (véase Cuadro 1). Raramente piden crédito para actividades forestales.
Factores del éxito
Uno de los factores que han fundamentado el éxito del Fondo Rotatorio es que son los beneficiarios quienes deciden cómo usar sus créditos y la forma de pago. Por lo común, los créditos bancarios exijan al usuario cumplir los reglamentos vigentes que, en general, son demasiado rígidos para pequeños agricultores. Además, piden garantías que no están a su alcance, y el trámite demora indebidamente la concesión del crédito.
Por el contrario, los beneficiarios del Fondo Rotatorio hacen trámites muy sencillos. Presentan una solicitud avalada por el presidente y el tesorero de la junta directiva de su Comité de Conservación y firman un convenio con el proyecto para la asistencia y suministro de insumos. Dicho convenio detalla los materiales e insumos que se solicitan para una actividad específica, y el monto en dinero. Pudiera parecer que éste es el trámite de rutina, pero tiene la característica distintiva de que es el agricultor solicitante quien determina la cantidad (según su capacidad para pagar) y cómo reembolsarlo dentro de los plazos establecidos. De esta manera compromete su prestigio ante el Comité de Conservación, la comunidad y el proyecto. El Cuadro 2 resume cómo el interés y el plazo de los créditos dependen del tipo de material o insumos solicitados, y de su destino.
Otra característica importante es que los campesinos cobran clara conciencia de las oportunidades y los riesgos que implica una inversión en agricultura. Lo demuestra la forma de cumplir una de las cláusulas del convenio: además de fijar la fecha de vencimiento del préstamo tienen que explicar por qué adoptan el método de reembolso que proponen. La mayoría dice que en tal época venderá gallinas, alguna cabeza de ganado o algo de lo que conservan almacenado. Pocos afirman que pagarán con lo que obtengan vendiendo el producto a que está destinado el insumo que pide a crédito. Esto demuestra también su propósito de cumplir lo convenido y mantener su prestigio no dejando de hacerlo. Ochenta por ciento de los préstamos han sido reembolsados a tiempo.
Otros beneficios del Fondo Rotatorio
Alrededor del diez por ciento del capital del Fondo Rotatorio se ha invertido en la compra de los insumos de mayor demanda, los cuales se venden al contado a los miembros de los Comités de Conservación y de los clubes de madres. De este modo, una especie de minitienda campesina vende en pequeñas cantidades semillas de hortalizas debidamente envasadas y rotuladas, incluyendo la información más necesaria para el agricultor. En igual forma se venden fungicidas en polvo e insecticidas de baja toxicidad y concentración para el combate de insectos que afectan tanto a los plantines forestales como a otros cultivos. Todos los productos se venden a precio de costo, pero no es ésta la principal ventaja para el campesino, sino es poder comprar en la minitienda las pequeñísimas cantidades que necesitan, servicio que no presta el comercio local. En los últimos meses, algunos campesinos han estado comprando al contado algunas herramientas manuales. Todavía no se sabe a qué atribuirlo. Parecería que la razón es la confianza en la calidad de los productos que vende el proyecto.
Administración del Fondo Rotatorio
El Asesor técnico principal del proyecto administra el Fondo Rotatorio, asistido por un ayudante que atiende a la contabilidad, la recepción y registro de documentos; la compra de materiales e insumos siguiendo las normas usuales de la FAO; el inventario, la recepción de pagos y depósitos en el banco, y el control de los créditos. El capital del Fondo se maneja en la misma cuenta bancaria que el proyecto.
Todo movimiento contable se asienta en los libros reglamentarios y cada seis meses se hace balance con arreglo a procedimientos prescritos. El resultado se envía, junto con el informe semestral de progreso, al Gobierno de Bolivia, a la FAO y al gobierno donante (Noruega, en este caso).
CUADRO 1. Préstamos del Fondo Rotatorio, por tipos de insano
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Insumos y materiales entregados a crédito |
Valor en pesos bolivianos 1 |
Porcentaje del total |
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Fertilizantes: 18-46-0, 23-23, urea |
24 535 |
66 |
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Semillas: papas y hortalizas |
4 606 |
12 |
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Materiales para cercar plantaciones forestales: alambro espinada, postes, grapas |
3 727 |
10 |
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Herramientas: palas picos, tijeras de podar, carretillas aperos de labranza |
3 618 |
10 |
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Plaguicidas |
727 |
2 |
1 Un dólar EE.UU. = 3,14 pesos bolivianos en junio de 1990
CUADRO 2. Tipo de interés y plazo de los préstamos, por tipo de insumos
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Material o insumo |
Tipo de intéres |
Plazo del crédito |
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Insumos agrícolas para cultivos temporales |
1% mensual |
5 meses |
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Herramientas: palas picos, tijeras de podar carretillas, aperos de labranza |
1% mensual |
8 meses |
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Material para cercar zonas agrícolas |
6% mensual |
1 año |
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Plantas frutales (manzano con producción al cuarto año) |
2% anual |
4 a 5 años |
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Materiales para cercar zonas forestales |
2% anual |
5 a 6 años |
No se compite con otras instituciones
El Fondo Rotatorio no compite ni competirá en el futuro con el comercio ni con la banca local, ya que su capital seguirá siendo insignificante por comparación con la capacidad financiera de aquellos. Además, pocos son los beneficiarios del Fondo que pueden conseguir crédito bancario, ya que no pueden dar garantía hipotecaria. Casi ninguno tiene sus títulos de propiedad debidamente legalizados. En un muestreo, se averiguó que de 170 beneficiarios del Fondo, sólo nueve eran prestatarios del Banco Agrícola de Bolivia, en Tarija. Este Banco, además, carece de líneas de crédito para actividades forestales, de especial interés para el proyecto, que las atiende con créditos de materiales para cercar zonas reforestadas.
Otro resultado importante de las actividades del Fondo es el sentimiento de confianza con el cual acuden los agricultores en procura de créditos, considerándolos un incentivo o premio por sus trabajos conservacionistas.
El Fondo Rotatorio reporta tantos beneficios que se puede pensar en aplicarlo en otras partes, tanto de Bolivia como de otros países. Sin embargo, tiene algún inconveniente que conviene tener en cuenta.
Los tipos de interés que carga el Fondo a sus prestatarios (véase Cuadro 2) son considerablemente inferiores a los bancarios y, teniendo en cuenta la morosidad, no alcanzan para restituir al Fondo todo su capital. Por consiguiente, hay que prever la manera de reponerlo. En este caso particular se obtienen algunos ingresos - insumos de capital - alquilando un tractor de propiedad del proyecto. Se lo cede a los socios del Comité de Conservación para que construyan pequeños embalses con diques de tierra, bajo la dirección del proyecto, al precio de 45 dólares EE.UU. por hora (50 por ciento de lo que cobra una empresa privada). La primera hora se paga al momento de firmar la solicitud y las restantes, a razón de una hora cada mes, sin intereses. Se respalda el compromiso con una letra de cambio firmada por un garante.
A medida que haya más relaciones crediticias y se atiendan nuevas comunidades, el sistema operativo tendrá que readecuarse mediante normas sencillas y apropiadas que permitan al Fondo llegar a ser autosuficiente. Habrá que poner especial cuidado en no incorporar normas ni reglamentos bancarios rígidos que provoquen temor o desaliento en los agricultores.
Si bien son pocas las desventajas del Fondo Rotatorio, en ciertas circunstancias pueden volverse críticas. Por ejemplo, si no se puede atender a todos los miembros de un Comité de Conservación, es preciso explicar las razones para evitar descontentos y antagonismos entre los favorecidos y los que no lo han sido. Hay también que disipar la creencia - si llegara a afianzarse - de que el Fondo es capaz de elevar significativamente el bajo nivel de vida de la familia campesina, ya que ni la dimensión, ni el período de vigencia del proyecto permitirán lograrlo.
Es preciso tomar también en cuenta la inflación. En Bolivia, por ejemplo, en el decenio de 1980 la inflación anual media fue del 500 por ciento. En cambio en los últimos dos años se han estabilizado en un 30 por ciento anual. En cualquiera de esas condiciones, tomar un préstamo a un tipo fijo de interés sería extraordinariamente ventajoso para el campesino, pero al Fondo le resultaría dificilísimo mantener su capital a un nivel práctico.
De todas formas, la experiencia con los agricultores de la cuenca alta del río Guadalquivir, en el Departamento de Tarija, Bolivia, es positiva y merece ser intensificada, perfeccionada y difundida hacia otros proyectos de cooperación técnica.
