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Mejora de las especies forestales que rinden productos comestibles


J.C. Okafor

Este artículo explora las posibilidades de incrementar la extracción de productos comestibles en los bosques (incluida la sabana derivada) del Africa occidental, con particular referencia a Nigeria.

Jonathan C. Okafor es consultor en materia de cosechas arbóreas y ecología tropical en Enugu, estado de Anambra. Nigeria

Existe una variedad enorme de productos forestales usados como alimentos y como medicinales

Los frutos, nueces, semillas, hortalizas y otros productos comestibles silvestres constituyen una parte importante de la dieta de los países en desarrollo y pueden contribuir significativamente a aliviar los problemas planteados en materia de alimentación (Getahun, 1974; Okafor, 1975a, 1980a, 1980b, 1981a; Okigbo, 1977; Roche, 1975a).

Entre los productos forestales comestibles hay que mencionar las nueces y semillas, que son componente esencial de muchos platos; los usados como alimento suplementario; los condimentos; los usados para espesar y aromatizar; las hortalizas, las flores comestibles, la fruta fresca, las semillas frescas, los aceites, las especias, las bebidas no alcohólicas a base de fruta, las bebidas alcohólicas (usando las cortezas para aromatizarlas); hongos; miel, y cerne (caza, caracoles, insectos, etc.).

Las plantas forestales son fuente importante y barata de vitaminas, minerales, proteínas, carbohidratos y grasas; además, su aportación al régimen alimenticio es considerable porque se puede disponer de ellas en casi todas las estaciones, incluso cuando escasean los comestibles más usuales. Por ejemplo, la pera africana (Dacryodes edulis) madura en la «estación del hambre» cuando ya se han plantado el cocoyame y el arroz, pero todavía no están listos para la recolección. Análogamente las flores de árboles como los de Pterocarpus spp. y Vitex doniana, que son comestibles, se recogen durante la temporada seca, cuando escasean las hortalizas cultivadas, a menos que haya posibilidades de riego.

Experimentos con injertos de árboles de fruta, en Nigeria

Usos medicinales

En muchos casos no se puede hacer distinción clara entre alimentos y medicinas; muchas plantas comestibles se usan también como medicamento. Como ejemplo, cabe citar Vernonia amygdalina, Pterocarpus spp., Vitex doniana, Gongronema latifolium y Ocimum gratissimum, así como Xylopia aethiopica y Piper guineense (Okafor, 1987, 1989c). Las semillas de Garcinia kola (Kola amarga) tienen fama de ser buen antídoto para los venenos, y sirven también para tratar la tos y la hepatitis (Iwu et al., 1987).

A pesar de su importancia, el consumo de alimentos de origen forestal tiende a disminuir en muchas regiones. Esto se debe en parte al cambio de los gustos y a que, cuando las economías rurales entran en contacto con las fuerzas del mercado, los artículos de origen extranjero encuentran cada vez más compradores. También contribuye a ello el hecho de que disminuya la disponibilidad de alimentos de origen forestal a medida que el crecimiento demográfico, la degradación de los bosques y la privatización de tierras antes comunitarias, se combinan para ejercer excesiva presión sobre el recurso forestal restante.

Los productos del bosque pueden todavía contribuir sustancialmente a completar los regímenes alimentarios, pero para ello es preciso encontrar la manera de identificar y mejorar las especies que tengan más posibilidades, así como desarrollar estrategias para la producción intensiva, tanto de los productos tradicionales como de los aclimatados.

TAXONOMIA DE LOS PRODUCTOS FORESTALES COMESTIBLES

Hay muy pocas obras consagradas expresamente a la taxonomía de las plantas silvestres comestibles; la información existente se encuentra en listas locales de plantas, en textos más generales 0 se ha transmitido por vía oral. De todos modos, hay varias clasificaciones bastante amplias que contienen referencias a productos comestibles. Por ejemplo, Seyani (1988) describe 180 especies de frutos (bayas o nueces) comestibles pertenecientes a 39 familias, así como 19 especies de flores silvestres comestibles pertenecientes a siete familias. También Okafor (1981a) examina 171 plantas leñosas indígenas (53 familias y 119 géneros) importantes para la nutrición en la zona boscosa de Nigeria.

Los estudios etnobotánicos son fuente adicional de información que no se suele citar en los textos y listas taxonómicos ordinarios. Por ejemplo, las encuestas llevadas a cabo en el estado de Cross River, en Nigeria (Okafor, 1990a) revelan que las flores de Kigelia africana, Glyphaea brevis y Bombax sp. se consumen a la par que las hortalizas. Del mismo modo se usan las hojas de un árbol tan conocido por los madereros como es Milicia excelsa (también clasificada como Chlorophora excelsa) y las de Albizzia zygia.

CUADRO 1. Arboles que producen alimentos, multiplicados con éxito mediante injertos

Especie

Familia

Afzelia africana

Caesalpiniaceae

A. bella var. bella

Caesalpiniaceae

Bosqueia angolensis

Moraceae

Canarium schweinfurthii

Burseraceae

Ceiba pentandra

Bombacaceae

Chrysophyllum albidum

Sapotaceae

Cola acuminata

Sterculiaceae

C. gigantea

Sterculiaceae

C. hispida

Sterculiaceae

Dacryodes edulis

Burseraceae

Detarium microcarpum

Caesalpiniaceae

Dialium guineense

Caesalpiniaceae

Hildegardia barteri

Sterculiaceae

Irvingia gabonensis

Irvingiaceae

Monodora myrisbca

Annonaceae

Myrianthus arboreus

Moraceae

Parkia biglobosa

Mimosaceae

Pentaclethra macrophylla

Mimosaceae

Pterocarpus mildbraedii

Papilionaceae

P. santalinoides

Papilionaceae

P. soyauxii

Papilionaceae

Spondias mombin

Anacardiaceae

Tetrapleura tetraptera

Mimosaceae

Treculia africana

Moraceae

Vitex doniana

Verbenaceae

Xylopia sp.

Annonaceae

Fuente: Okafor, 1981a.

Variación intraespecies

La variabilidad natural de las especies de árboles productores de alimento es esencial para la conservación, desarrollo y aprovechamiento de las especies comestibles (Whitmore, 1976; Okafor, 1980b). Por ejemplo, en variedades taxonómicamente tan bien definidas como los árboles frutales Irvingia gabonensis (Okafor, 1981b) y Dacryodes edulis (Okafor, 1983a) se observa diversidad fenológica en la floración, fructificación, y brote de hojas. Esa diferente periodicidad permite escalonar deliberadamente aquellas fases para cambiar o prolongar el período en que se dispone del alimento (Okigbo, 1977; Okafor, 1978). Si se desarrollaran las dos variedades de I. gabonensis que dan fruto, una en la época seca y la otra en la de las lluvias, se prolongaría significativamente la temporada en que se puede comer el fruto. Del mismo modo, en las dos especies de Pterocarpus (P. soyauxii y P. milbraedii) las hojas brotan, en una, de manera continua, y en la otra, intermitentemente; aquélla sería apropiada para la producción comercial y ésta para el consumo en familia.

DESARROLLO DE TECNICAS DE PROPAGACION Y RECOLECCION

Propagación vegetativa

Actualmente se practica la multiplicación vegetativa mediante injertos y mediante esquejes. Para conseguir floración y fructificación precoces con injertos, es esencial tomarlos de la parte exterior de la copa de buenos ejemplares (fenotipos) de árboles adultos que ya estén dando fruto (Oleson, 1978). Se logra el tipo de crecimiento deseado (ortotrópico o plagiotrópico) seleccionando las yemas para el injerto del ramaje de guía o del ramaje lateral.

En experimentos llevados a cabo con plantines adultos (Okafor, 1978, 1980b, 1981 a) (véase el Cuadro 1) se encontraron 26 especies de árboles aptos para producir alimentos que pueden ser multiplicados por injertos. Los árboles así obtenidos de algunas de estas especies (Chrysophyllum albidum, Dacryodes edulis, Dialium guineense, Irvingia gabonensis, Pentaclethra macrophylla, Spondias mombin y Treculia africana) produjeron fruta aceptable a muy poca altura, al cabo de sólo dos a cuatro años, en vez de los cinco a diez, e incluso más, que tardan los árboles obtenidos mediante semilla.

La multiplicación mediante esqueje (sin aplicarles hormona que les facilite arraigar) se hizo con éxito en 21 especies (véase el Cuadro 2), habiéndose producido fruta al cabo de dos años con estacas de T. africana var. inversa y D. guineense. En el caso de T. africana el fruto aparecía a nivel del suelo.

CUADRO 2. Plantas leñosas que producen alimentos, propagadas con éxito mediante esquejes

Especie

Familia

Ceiba pentandra

Bombacacea

Cola gigantea

Sterculiaceae

Detarium microcarpum

Caesalpiniaceae

Dialium guineense

Caesalpiniaceae

Dioscoreophyllum cumminsii

Menispermaceae

Ficus capensis

Moraceae

Gnetum spp.

Gnetaceae

Gongronema latifolium

Asclepiadaceae

Hildegardia barteri

Sterculiaceae

Heinsia crinata

Rubiaceae

Lasianthera africana

Icacinaceae

Monodora myristica

Annonaceae

Myrianthus arboreus

Moraceae

Piper guineense

Piperaceae

Pterocarpus mildbraedii

Papilionaceae

P. santalinoides

Papilionaceae

P. soyauxii

Papilionaceae

Tetracarpidium conophorum

Euphorbiaceae

Treculia africana

Moraceae

Triplochiton sp.

Sterculiaceae

Vernonia amygdalina

Compositae

Fuente: Okafor, 1981a.

La multiplicación mediante estaca (esquejes de gran tamaño) dio resultado con Adansonia digitata, Ceiba pentandra, Ficus spp., Lannea discolor, Spondias mombin y Pterocarpus spp.

Multiplicación por semilla

La producción en gran escala de árboles y arbustos alimentarios para programas de conservación o para plantaciones comerciales es indispensable hacerla en viveros, por métodos bien estudiados y económicos, usando semilla seleccionada. Ya se han estudiado normas para el cultivo en viveros de varias especies como Dacryodes edulis, Irvingia gabonensis y Treculia africana (Okafor, 1981a, 1990b).

Recogida de plasma germinal

Las técnicas de multiplicación recién mencionadas son también útiles cuando es preciso reunir plasma germinal para evaluación y para conservación. Sin embargo, nunca se han emprendido exploraciones extensivas o intensivas para recoger material en todo el ámbito ecológico de las especies en cuestión, ni en las selvas naturales, ni en fincas tradicionales en que la protección y la plantación durante milenios han sido causa, consciente o inconsciente, de selección y conservación. A este respecto, sería útil adoptar un sistema de cuadriculado que permita llevar a cabo la exploración metódica. En la mayor parte de los países de Africa convendría instalar o completar centros y bancos de semillas y genes de árboles silvestres frutales.

Actualmente, el Centro Nacional de Recursos Genéticos y Biotecnología y el Instituto de Investigaciones Forestales de Nigeria están preparándose para iniciar el estudio, colección y conservación de los recursos florísticos comestibles

Henshaw (1987), entre otros, ha descrito nuevas técnicas para la conservación de plasma germinal in vitro que implican la producción de meristema de vástagos no adventicios tomados de órganos o embriones, ya sea con células del tejido original, o con células que hayan proliferado in vitro. A pesar de que el sistema de conservación in vitro de cultivos celulares se encuentra todavía en fase experimental, ya puede decirse que encierra grandes posibilidades para la conservación del material genético de especies raras o recalcitrantes.

CONSERVACION DE LOS RECURSOS GENETICOS FORESTALES

La conservación de los ecosistemas y de los recursos genéticos de las zonas en que crecen plantas comestibles es particularmente importante en los trópicos, donde los bosques son objeto de destrucción y explotación abusivas, el área de distribución es limitada y la densidad baja. Las especies frutales y comestibles están muy expuestas a la extinción cuando se modifica el hábitat.

Los métodos de conservación in situ y ex situ son igualmente necesarios (Roche, 1975b, Kio et al., 1985; Hawkes, 1987; Henshaw, 1987). La conservación ex situ es apropiada para guardar yemas, injertos y esquejes para la multiplicación de clones de árboles comestibles (Okafor, 1978, 1980b).

También se ha estudiado la utilidad de métodos agrosilvícolas para la conservación de plasma germinal (Okafor 1989a; Okafor y Caldecott, 1980) especialmente en el Parque Nacional de Cross River, en Nigeria. La agrosilvicultura se consideró fundamental para los planes destinados a estabilizar el uso de la tierra en aquella zona como medio de incrementar la producción agrícola y el ingreso, limitando al mismo tiempo la superficie de bosque desbrozada.

La agrosilvicultura contribuye también a conservar la biodiversidad siempre que se estimule a la población a utilizar en sus actividades especies locales y, sobre todo, las comestibles. Por ejemplo, los campesinos podrían recoger semilla de las plantas comestibles más prometedoras, sembrarlas en viveros, y plantarlas en combinación con otros árboles en las tierras que cultiven, en los poblados y en las ciudades.

OPORTUNIDADES PARA EXPLOTAR COMERCIALMENTE ESPECIES FORESTALES COMESTIBLES

Numerosas obras (p.ej. Anderson, 1989; Jong et al., 1973; Okafor, 1975a, 1979, 1989a; Falconer, 1990; Hoskins, 1990) documentan la aportación directa de especies forestales al régimen alimentario. Además, originan ingresos en efectivo, contribuyendo así también a elevar el nivel de vida y el bienestar de la gente del campo (Okafor, 1989a, y 1990a). Hay considerables posibilidades de incrementar esta componente del presupuesto familiar mediante industrias artesanales que transformen comercialmente las materias primas comestibles. A su vez, estas industrias contribuyen a mejorar el rendimiento de la explotación e incluso a promover la conservación de la especie para asegurar de ese modo el abastecimiento sostenido de materia prima (Okafor, 1983b, 1990b).

La elaboración en pequeña escala de los productos forestales comestibles contribuye a reducir el desperdicio y a facilitar y expandir la comercialización mediante una preparación, empaquetado y almacenamiento adecuados. A continuación se describen algunos de los artículos que es posible preparar y vender con la fruta de especies indígenas africanas.

· Mermeladas y jaleas. Entre las especies más apropiadas se cuentan Irvingia gabonensis var. gabonensis, Chrysophyllum albidum, Dialium guineense (Okafor, 1973; Okafor y Okolo, 1974).

· Jugos de fruta. Todas las especies recién mencionadas, excepto C. albidum, se prestan a la preparación de jugos. También se pueden hacer a base de Tamarindus indica y Parkia biglobosa (Okafor, 1980a, 1983b).

· Dulces. Una harina semejante a la del árbol del pan, obtenido de Treculia africana, sirve para elaborar una serie de dulces horneados como bizcochos, galletas, etc. (Anazonwu-Bello, 1981).

· Sopas. Con la harina de T. africana se prepara también un producto apropiado para sopas, de sabor parecido al de la sopa de hongos.

· Bebidas no alcohólicas. Recientemente, Ejiofor et al. (1988) han preparado una bebida a base de semillas de T. africana, sin alcohol, que resulta apetitosa sin leche ni azúcar.

· Condimento mixto. Mezclando semillas y hojas de varias especies se obtiene un condimento que puede encontrar un mercado internacional. Entre las primeras se cuentan Xilopia spp., Piper guineense, Monodora myristica, y entre las últimas Ocimum gratissimum (Ajayi, 1986).

· Aceite. El elevado contenido en aceite de la fruta de Dacryodes edulis, Elaeis guineensis, Irvingia gabonensis y Butyrospermum spp. indica que son apropiadas para la producción comercial de aceite y margarina, así como para la fabricación de jabones, cosméticos y productos farmacéuticos. Se considera que su aceite es igual o mejor que la mantequilla de cacao (Okafor y Okolo, 1974; Okafor, 1983b; Udeala et al. 1980; Omoti e Ikiy 1987).

· Cubitos de agbono. En toda el Africa occidental se usan las semillas de Irvingia gabonensis, designadas como agbono, para espesar las sopas. Ejiofor et al. (1987) han confirmado que debidamente empaquetado - el polvo residual de esas semillas presenta buenas posibilidades de comercialización en Nigeria e incluso en el extranjero.

Mercado de un pueblo situado entre Ibadan e llorin. en Nigeria

CONCLUSIONES

Una gran cantidad de productos forestales no madereros resultan indispensables para la gente del campo como parte de su régimen ordinario de alimentación o como complemento del mismo y, además, como fuente de ingreso. No obstante, no se ha investigado suficientemente la mejor manera de utilizarlos o de conservarlos. Algunas especies corren peligro de extinción por su explotación excesiva combinada con la degradación del bosque o con la deforestación.

Las técnicas de multiplicación vegetativa y los métodos de cría en viveros que se han explorado para varias especies, permiten la conservación ex situ de las que se encuentran amenazadas de extinción. El resultado positivo de los métodos de multiplicación examinados indica que se pueden aplicar a los sistemas tradicionales de cultivo y también a la agrosilvicultura, y que fomentarían la participación local en programas prácticos de conservación.

La exploración y la evaluación sistemáticas de plasma germinal de las variedades cultivadas, así como de las silvestres, es esencial. Es importante experimentar las técnicas conocidas, y otras nuevas, para la conservación y multiplicación de plasma germinal. Para ello se necesita material, equipo, fondos y capacitación.

Las actividades de las instituciones nacionales e internacionales en materia de conservación in situ merecen ser apoyadas mediante programas suplementarios que se ocupen de los cultivos tropicales cuyas posibilidades no se aprovechan suficientemente. En el plano internacional, el Centro de Cultivos Insuficientemente Aprovechados, de Londres, trabaja en ese sentido, así como el Fondo Internacional de Investigaciones Agrícolas (IFAR) de los EE.UU respecto al germoplasma de árboles tropicales.

Es de esperar que todas estas iniciativas apoyen y fortalezcan los programas nacionales, y aceleren la exploración, recolección, conservación y aprovechamiento de la diversidad genética de las variedades olvidadas de árboles y arbustos.

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