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Tendencias y perspectivas de la madera en América del Norte

D.R. Darr y D.W.K. Boulter

David R. Darr es jefe de la sección de economía, comercio e investigación de mercados del Servicio Forestal del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos. David W.K Boulter es director de estudios económicos de la Dirección de Economía y Estadística Forestales del Canadá.

Este artículo se basa en un estudio llevado a cabo conjuntamente por los servicios forestales de los Estados Unidos y del Canadá; en él se evalúan las perspectivas de la oferta y de la demanda de madera en América del Norte hasta el año 2005. Se empieza exponiendo las características del recurso forestal dimensiones, emplazamiento y propiedad citando tanto zonas como volúmenes. En las secciones subsiguientes se analizan las tendencias y perspectivas de la oferta de materia prima y de la demanda del producto forestal. Finalmente, se examinan las repercusiones de la demanda prevista, sobre la madera necesaria para satisfacerla.

Los bosques de América del Norte son una importante, varia y dinámica riqueza. En total cubren 749 millones de hectáreas, que equivalen al 40 por ciento de la superficie total de tierra. Se consideran comercialmente productivas alrededor de 453 millones de ha (60 por ciento), en partes más o menos iguales en cada país. Si bien los bosques del Canadá son, en total, bastante más extensos que los de los Estados Unidos, por estar expuestos a un clima más septentrional, crecen menos en el corto período, por lo cual la proporción canadiense de bosque productivo es bastante menor. Además, en el Canadá hay grandes bosques, sobre todo en el norte, que aún no se han inventariado.

Una parte de estos bosques productivos se reserva para usos no comerciales; fauna y flora silvestres y otras reservas forestales, como parques (14 millones de ha en los EE.UU. y 8,9 millones de ha en el Canadá). La parte productiva, arbolada y no reservada de América del Norte, es decir la potencialmente aprovechable por la industria, asciende a 404 millones de ha. En el Canadá, la mitad de estos bosques está en el este y la otra mitad en el oeste. En los EE.UU., más de 141 millones de ha, el 72 por ciento de los bosques productivos, se encuentran en el este del país.

En los EE.UU, el pino Douglas es la especie de madera blanda que más abunda

Propiedad de los bosques

Los sistemas de tenencia de los bosques son distintos en los EE.UU. y en el Canadá. En los EE.UU. en su conjunto, el 72 por ciento (140 millones de ha) de la tierra arbolada productiva y disponible es propiedad de particulares o de compañías. En el Canadá, el 81 por ciento de la tierra forestal poblada, productiva y disponible es propiedad de los gobiernos provinciales y se encuentra bajo su jurisdicción.

Volúmenes de madera

Se calcula que los bosques productivos y disponibles de América del Norte contienen unos 46 800 millones de m³ de madera, repartidos por igual entre los EE.UU. y el Canadá. Predominan las coníferas, que representan poco más de dos tercios del total. En el Canadá un 40 por ciento del volumen de coníferas es de abeto; otro 39 por ciento lo integran pinos de Banks, pinos torcidos, abetos (Abies). Abundan el abeto Douglas y el falso abeto (Tsuga), sobre todo en Columbia Británica. En los EE.UU. las principales especies de madera blanda son el abeto Douglas, con un 19 por ciento del volumen total de este tipo de madera; además, pino americano y pino de hoja corta (14 por ciento conjuntamente). También abundan otras numerosas especies.

Por lo que hace a las especies de madera dura, en el Canadá el 57 por ciento del volumen total es de álamo. En los EE.UU. el 32 por ciento en volumen de las especies de madera dura que figuran en el inventario es de roble blanco y rojo.

Productividad de los bosques naturales

Una medida de la productividad de los bosques es la cantidad de madera por unidad de superficie que se puede producir en un período dado de tiempo en rodales uniformemente poblados. No menos del 34 por ciento de los bosques productivos de los EE.UU. (69,7 millones de ha) está clasificado como de elevada productividad, en el sentido de que un rodal natural uniformemente poblado crecerá a razón de más de 6 m³ por ha anuales. Alrededor de la mitad de estos remunerativos bosques se encuentra en el sudeste de los EE.UU. No hay información equivalente del Canadá, pero se calcula que el crecimiento medio anual de los bosques productivos y disponibles es de sólo 1,7 m³ por ha. Sin embargo, es necesario notar que hay considerable variación de unas regiones a otras. El promedio para la parte occidental del Canadá en su conjunto es de 1,8 m³ anuales; en Columbia Británica es de 2,1 m³ por año.

TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS DE LA OFERTA DE MATERIA PRIMA

En la primera sección de este artículo se dio un panorama de la magnitud, extensión y naturaleza de la riqueza forestal de América del Norte. Representa el capital disponible para alimentar la industria forestal comercial. Su crecimiento determina las posibilidades que hay de mantener sostenidamente un determinado flujo de materia prima. En esta sección se expondrán las repercusiones sobre la oferta de madera comerciable en los próximos dos decenios.

En el Canadá, más del 40 por ciento de la madera de coníferas extraída es de picea

TENDENCIAS DE LA EXTRACCION EN LOS ESTADOS UNIDOS

En la parte continental de los Estados Unidos, excluyendo Alaska y Hawai, la extracción de madera blanda aumentó en un 58 por ciento entre 1962 y 1986. La mayor parte del aumento tuvo lugar después de 1970, como consecuencia de la gran demanda de madera para la construcción de viviendas que se registró en los Estados Unidos, sobre todo en el sudeste, donde la extracción casi se duplicó. También aumentó mucho - más del 80 por ciento - en el nordeste. En cambio, en la parte occidental del país, el incremento en dicho período fue de sólo el 30 por ciento.

A partir de 1962 aumentó la extracción en los bosques de ambos tipos de propiedad; no obstante, el aumento fue efectivo en los bosques de propiedad de la industria forestal, mientras que en los bosques públicos disminuyó. En 1986, alrededor del 76 por ciento de las extracciones de madera blanda se originó en bosques de la industria forestal y en otras tierras de propiedad privada.

Por lo que se refiere a las maderas duras, en la extracción dominó la producción del este. Entre 1962 y 1976 el nivel de extracción se mantuvo relativamente estable, pero desde ese momento se han casi duplicado. Contribuyeron a este aumento la creciente demanda de leña, el mayor uso de estas maderas para hacer pasta y el auge de una industria manufacturera de tableros estructurales en el nordeste.

A pesar de que aumentaron las extracciones, las existencias de árboles de ambos tipos de madera - blanda y dura se incrementaron en términos generales en ese período. Excluyendo siempre Alaska y Hawai, en los estados continentales la razón incremento/extracción fue en 1986 de 1,11 en el caso de las maderas blandas, y de 1,47 en el de las duras.

CUADRO 1. Crecimiento neto y extracción anuales de los EE.UU., por regiones, en 1986 (millones de m³)

Región

Madera blanda

Madera dura

Total

Nordeste

Crecimiento neto

36,5

19,6

156,1

Extracción

20,5

56,2

76,7

Sudeste

Crecimiento neto

165,6

129,7

295,3

Extracción

162,6

83,7

246,3

Total este

Crecimiento neto

202,1

249,3

451,4

Extracción

183,1

139,9

323,0

Montañas rocosas

Crecimiento neto

55,4

4,8

60,2

Extracción

23,8

0,8

24,6

Costa del Pacífico

Crecimiento neto

103,1

19,2

122,3

Extracción

138,7

4,1

142,8

Total oeste

Crecimiento neto

158,5

24,0

182,5

Extracción

138,7

4,1

142,8

Total EE.UU.1

Crecimiento neto

360,6

273,3

633,9

Extracción

321,9

143,9

465,8

1 Sólo los 48 estados del continente.

Extracción de pino de segundo crecimiento en Oregón, EE.UU.

Principales factores que afectan la oferta en los Estados Unidos

La razón incremento/extracción demuestra que en los bosques de maderas duras, y también en los de maderas blandas del este, se podrán hacer extracciones más abundantes. No obstante, lo que en realidad se extraiga dependerá en los próximos 20 años de los objetivos de los propietarios, de lo que en el pasado se invirtiera en ordenación, del precio de la madera en pie y de limitaciones de tipo institucional.

En los bosques de propiedad privada, el factor dominante será el mercado. Los precios de la madera en pie en los EE.UU. fluctuaron mucho durante los últimos decenios, pero con una tendencia general ascendente. Lo que más influyó en esos movimientos fue la variación de la demanda. Si aumenta la demanda de modo que suba el precio de la madera en pie, es probable que aumente aún más la oferta dondequiera que haya suficientes árboles.

La oferta de madera de los bosques públicos queda casi siempre determinada por decisiones de tipo institucional más bien que por las fuerzas del mercado. En general, aquellas decisiones tienden a estabilizar el volumen de la producción de madera. Si así fuera, la extracción en los bosques públicos aumentaría en adelante poco a poco. Este pronóstico encierra cierta incertidumbre. Tanto los bosques públicos del oeste como los del sur son hábitat de varias especies animales amenazadas o en peligro. Es indispensable ajustar la ordenación de modo que se conserve el hábitat de dichas especies, y eso puede ser causa de una contracción en la oferta.

En los bosques de frondosas del este de los EE.UU. predomina el roble

Perspectivas de la oferta de madera en los Estados Unidos

Dadas las limitaciones a que están sujetas las maderas de los bosques públicos, todo aumento que se registre hasta el año 2005 deberá necesariamente proceder de bosques de propiedad privada. En el este, las existencias de árboles maderables en bosques de propiedad privada se están incrementando desde hace varios decenios, por lo que hay manera de satisfacer cualquier aumento de la demanda. En el oeste, las existencias de árboles maduros en bosques privados están disminuyendo rápidamente y para el año 2000 se habrán agotado casi por completo. Después del año 2010, las plantaciones iniciadas durante los últimos diez años en el sur y en el noroeste alcanzarán tamaño suficiente para la corta. Dada la cantidad plantada y los resultados de la reciente ordenación, hay razones para pensar con cierto optimismo en la oferta de madera a largo plazo. Entre tanto una fuerte demanda podría estimular un uso más intensivo de las maderas duras. También podría crear oportunidades comerciales para otros abastecedores, como el Canadá.

CUADRO 2. Crecimiento neto potencial anual y extracciones del Canadá, por regiones, en 1985 (millones de m³)

Región

Madera blanda

Madera dura

Total

Provincias del Atlántico

Crecimiento neto potencial

12,3

6,6

18,9

Extracción

12,5

1,8

14,3

Quebec/ Ontario

Crecimiento neto potencial

52,8

23,6

76,4

Extracción

52,7

10,9

63,6

Total del este del Canadá

Crecimiento neto potencial

65,1

30,2

95,3

Extracción

65,2

12,7

77,9

Provincias de la Pradera

Crecimiento neto potencial

-0,7

-4,9

-5,1

Extracción

12,3

1,4

13,7

Columbia Británica

Crecimiento neto potencial

92,2

5,3

97,5

Extracción

76,9

*

76,9

Territorios del noroeste

Crecimiento neto potencial

4,6

1,8

6,4

Extracción

**

**

**

Total del oeste del Canadá

Crecimiento neto potencial

96,6

2,2

98,8

Extracción

89,2

1,4

90.6

Total del Canadá

Crecimiento neto potencial

161,7

32,4

194,1

Extracción

154,4

14,1

168,5

* La cifra correspondiente a madera dura está incluida en la de madera blanda.
** Menos de 50 000 m³.

TENDENCIAS DE LA EXTRACCION EN EL CANADA

La producción de madera en rollo del Canadá subió de un total de 93 millones de m³ en 1960 a 169 millones de m³ en 1985. Los aumentos de mayor consideración tuvieron lugar en el oeste; en Columbia Británica y en las provincias de la Pradera prácticamente se duplicó la producción. Sólo a partir de 1970 hay datos que permiten saber qué proporción de esos totales eran maderas duras y cuáles maderas blandas. La producción de maderas blandas fue del 91 por ciento del total.

Factores que determinarán la oferta futura

Al contrario que en los EE.UU., la mayoría de los bosques canadienses están poblados de árboles de edad madura. El volumen de madera madura y vieja es teóricamente suficiente para mantener el actual ritmo de extracción durante muchos decenios, o para acelerarlo de manera inmediata. Pero esa estimación no refleja el verdadero potencial en madera. La calidad y el estado del recurso es muy variable y en muchas regiones el terreno es difícil o poco accesible. Además, otras maneras de aprovechar la tierra y los árboles en crecimiento que compiten con la explotación maderera, así como la sensibilidad del público al tema ambiental, pudieran poner límites a la extracción en zonas no reservadas oficialmente para otros usos.

En segundo lugar, el organismo que rige las actividades forestales en cada provincia basa la política de extracción en su propia evaluación de las posibilidades de mantener indefinidamente la extracción comercial. Esas evaluaciones suelen amalgamarlas limitaciones económicas y las posibilidades físicas futuras del recurso en una Corta Anual Permisible (CAP). Esta influye mucho en el ritmo a que se permite cortar árboles maduros y viejos.

Perspectivas de la oferta de madera canadiense; análisis provinciales

En las provincias del Atlántico (Nueva Brunswick, Nueva Escocia, Terranova e isla del Príncipe Eduardo), alrededor de una tercera parte de la extensión cubierta de bosques productivos y disponibles está clasificada como poblada de árboles maduros o viejos. Se calcula que el volumen disponible para la extracción alcanza un total de 688 millones de m³. Se estima que, en conjunto, la CAP de toda esta región (incluyendo bosques públicos y de propiedad privada) es de 22,8 millones de m³. Algo más de las dos terceras partes - 15,7 millones de m³ - es madera blanda. En 1985 se extrajeron en toda la región 14,2 millones de m³, el 90 por ciento de los cuales (12,5 millones de m³) fueron de madera blanda. De acuerdo con estas cifras, hay una demasía aparente relativamente pequeña de madera blanda y una demasía aparente relativamente grande de madera dura disponibles para facilitar aumentos de extracción durante los próximos 20 años.

América del Norte es exportadora neta de madera aserrada de coníferas. Véase aquí un gran aserradero de Oregón, EE.UU.

En la región Quebec/Ontario, más de la mitad de los bosques productivos y disponibles son de las clases madura o vieja. Puede calcularse que el volumen de madera actualmente disponible para la extracción es de 4 800 millones de m³. Es difícil deducir una CAP global para toda la región porque, al contrario que en otras provincias, la extracción en bosques públicos se determina sobre la base del estado de agotamiento de la superficie total. Para traducir esas cifras en las correspondientes a volumen hay que hacer varias suposiciones sobre el rendimiento bruto en madera de cada grupo de especies. Así lo han hecho diferentes analistas, que han obtenido resultados distintos que van de 34,0 a 45,5 millones de m³. En el presente estudio se usa una cifra intermedia de 41,4 millones de m³.

Sobre esa base, la CAP de ambas provincias en total es de 89,8 millones de m³, sin incluir los bosques de propiedad privada de Ontario. Las dos terceras partes (59,7 millones de m³) son de madera blanda. En 1985 la extracción de ambas provincias ascendió a 63,6 millones de m³, de los cuales el 82 por ciento (52,7 millones de m³) era de madera blanda. Estas cifras implican que sólo queda una demasía relativamente pequeña de madera blanda disponible para incrementar la extracción, pero que la de madera dura es bastante considerable.

En cada una de las provincias de la Pradera (Alberta, Saskatchewan y Manitoba) los elementos en que se basa el cálculo de la oferta de madera son diferentes, pero algunos son comunes a las tres. Las tres provincias no calculan una parte de sus bosques productivos porque son «económicamente inaccesibles» en las actuales condiciones del mercado. Además, otra reducción neta de la capacidad productiva resulta de la eliminación de algunos rodales por ser escaso su volumen por hectárea, por altitud excesiva, mucha pendiente o mezcla inadecuada de especies. Calculan que en total el volumen disponible para la extracción de bosque maduro y viejo es de 2 600 millones de m³. En su conjunto la CAP de toda la región (tierras provinciales solamente) asciende a unos 35,4 millones de m³, de los cuales el 57 por ciento (20,1 millones de m³) es madera blanda. En 1985 se extrajeron de toda la región 13,7 millones de m³, de los cuales 12,3 millones de m³ fueron de madera blanda. Sobre la base de esas cifras, se puede afirmar que se dispone de grandes excedentes de ambos tipos de madera.

No menos del 63 por ciento de los bosques productivos y disponibles de Columbia Británica está clasificado de maduro o viejo. Se estima que el volumen disponible para la extracción es de 7 300 millones de m³. Los datos completos más recientes, que datan de 1985, indican que en dicho año la corta anual en todos los bosques regulados de la provincia fue de 70,8 millones de m³. Información más reciente proporcionada por el gobierno provincial indica que la CAP ha aumentado desde entonces a 72 millones de m³. La extracción de los montes regulados en la provincia en estos últimos años ha sido de una media de 71,5 millones de m³. A esa cifra se debe agregar unos 9,1 millones de m³ extraídos en bosques no regulados de la provincia, en su mayoría privados. Prácticamente toda la producción es de madera blanda.

La cifras anteriores indican que aparentemente en los bosques regulados casi no existen demasías. Sin embargo, los métodos que adopta el gobierno provincial para determinar la CAP son mucho más estrictos que en otras partes y eliminan de la cuenta aproximadamente el 50 por ciento de los bosques productivos. En efecto, la CAP actual se calcula tomando como base la mitad de la superficie actualmente disponible para la extracción comercial.

TENDENCIAS Y PERSPECTIVAS DE LA DEMANDA DE PRODUCTOS FORESTALES

Desde hace mucho tiempo los Estados Unidos han sido el principal mercado de las exportaciones canadienses de madera blanda aserrada, papel de periódico y pasta. Del mismo modo, el Canadá es un importante mercado para las exportaciones estadounidenses de madera aserrada y de otros productos. No obstante, en el presente artículo se abarcan las tendencias y perspectivas de la demanda de productos forestales para América del Norte en su totalidad. La presentación se concentra en el consumo al nivel regional, en las exportaciones fuera de ella (que en adelante se llamarán envíos al exterior) y en las importaciones procedentes del exterior de la misma (que se llamarán remesas del exterior).

América del Norte es autosuficiente en casi todos los productos de madera. La principal excepción son las maderas terciadas de especies no coníferas, sobre todo tableros de especies tropicales procedentes en su mayoría de Indonesia. Dos terceras partes del consumo de América del Norte de madera terciada no conífera son importadas.

La región es exportadora neta de madera aserrada de coníferas, de papel, de cartón, de pasta, de madera para pasta y de trozas. El mercado más importante de madera para pasta y de trozas de conífera lo constituyen los países que circundan el Pacífico. La madera aserrada y las trozas de conífera tienen un mercado más diversificado que incluye Europa. Los países europeos y los que circundan el Pacífico son los principales importadores de trozas de madera no conífera.

CUADRO 3. Perspectivas comerciales de América del Norte, por productos, envíos al (y remesas del) exterior

Feche

Producción

Importación

Exportación

Consumo

Madera de coníferas aserrada (millones de m³)

1960

82,7

0,1

5,1

77,6

1970

92,9

0,1

9,0

83,9

1980

110,4

0,1

14,6

95,8

1985

128,0

0,2

10,6

117,4

1995

141,1

0,1

12,6

128,5

2000

138,7

0,1

13,7

125,0

2005

144,4

0,1

15,1

129,3

Madera de no coníferas aserrada (millones de m³)

1960

15,8

0,4

0,1

16,1

1970

17,9

0,5

0,2

18,2

1980

18,2

0,6

0,7

17,4

1985

15,6

0,6

0,7

15,5

1995

24,3

0,6

1,2

23,7

2000

25,7

0,6

1,2

25,1

2005

27,4

0,6

1,2

26,8

Madera terciada de coníferas (millones de m³)

1960

7,7

ins.

0,1

7,6

1970

14,1

ins.

0,4

13,7

1980

15,9

ins.

0,8

15,1

1985

19,2

ins.

0,7

18,5

1995

24,7

ins.

1,0

23,7

2000

26,2

ins.

1,1

25,1

2005

28,0

ins.

1,2

26,8

Madera de terciada de no coníferas (millones de m³)

1960

1,1

0,6

ins.

1,8

1970

1,8

1,9

ins.

3,7

1980

1,1

1,1

ins.

2,2

1985

0,9

1,6

0,1

2,4

1995

1,6

1,7

0,1

3,2

2000

1,8

1,6

ins.

3,4

2005

2,1

1,6

ins.

3,7

Papel (millones de toneladas)

1960

22,1

0,2

1,3

21,0

1970

31,6

0,3

1,5

30,4

1980

40,1

0,4

2,4

38,1

1985

44,2

1,5

1,6

44,1

1995

52,7

1,7

2,9

51,5

2000

58,5

2,3

3,3

57,5

2005

64,8

2,9

3,4

64,3

Cartón para la construcción (millones de toneladas)

1960

17,1

ins.

0,6

16,5

1970

27,6

ins.

2,3

25,3

1980

33,7

ins.

3,6

29,9

1985

35,1

0,1

2,8

32,8

1995

42,6

0,2

3,8

39,0

2000

45,0

0,2

3,9

41,3

2005

47,7

0,2

4,1

43,8

Tableros muy delgados (millones de m³)

1960

-

-

-

-

1970

-

-

-

-

1980

0,7

-

-

0,7

1985

3,7

-

-

3,7

1995

8,6

-

-

8,6

2000

9,3

-

-

9,3

2005

10,9

-

-

10,9

Tableros de partículas (millones de toneladas)

1960

0,5

ins.

ins.

0,5

1970

3,4

ins.

ins.

3,4

1980

7,0

ins.

ins.

7,0

1985

8,3

ins.

ins.

8,3

1995

10,8

ins.

ins.

10 ,8

2000

11,8

ins.

ins.

11,8

2005

12,1

ins.

ins.

12,1

Trozas de coníferas (millones de m³)

1960

 

ins.

0.3

 

1970

 

ins.

11.5

 

1980

 

ins.

13.3

 

1985

 

ins.

16.9

 

1995

 

ins.

14.6

 

2000

 

ins.

13.5

 

2005

 

ins.

13.5

 

Trozas de no coníferas (millones de m³)

1960

 

0,4

0.1

 

1970

 

0,1

0.1

 

1980

 

ins.

0.4

 

1985

 

0,1

0.3

 

1995

 

ins.

0.5

 

2000

 

ins.

0.5

 

2005

 

ins.

0.5

 

Hojas de chapa (millones de m³)

 

Importaciones

Exportaciones

coníferas

no coníferas

coníferas

no coníferas

1960

ins.

0,1

ins.

ins.

1970

ins.

0,3

ins.

ins.

1980

ins.

0,1

ins.

0,3

1985

ins.

0,1

0,1

0,2

1995

ins.

0,1

0,1

0,3

2000

ins.

0,1

0,1

0,3

2005

ins.

0,1

0,1

0,3

Nota: ins. = menos de 50 000m³

Factores que influyen en la demanda interna y de exportación

Aunque son diversos los factores que determinan el mercado de cada producto, en términos generales la demanda de productos forestales depende sobre todo de factores demográficos y económicos. La tendencia global del consumo en América del Norte ha sido ascendente y, de acuerdo con lo anterior, para pronosticar el consumo de productos forestales hay que basarse en proyecciones de la población y de la actividad económica.

La demanda en el mercado de exportación depende de las condiciones de la demanda en los países importadores, de los tipos de cambio, de las condiciones reinantes en otros países exportadores, de la situación oferta/demanda en América del Norte y de factores arancelarios y de otra naturaleza. En cuanto a mercados de exportación, siempre lo fueron los países y regiones industrializados - Japón y Europa - y seguirán siéndolo.

En las perspectivas comerciales de América del Norte influyen principalmente los siguientes factores:

· en general, madurez del mercado de los países industrializados;
· en el curso de los próximos 20 años aparecerán nuevos países proveedores de los países industrializados; para el año 2000 Chile, Nueva Zelandia y el Brasil serán capaces de abastecer grandes segmentos de la demanda mundial;
· algunos importadores habituales tienen programadas plantaciones propias;
· surgirán algunas escasas oportunidades de exportar a los países de reciente industrialización, como la República de Corea;
· las posibilidades de exportar de la República Popular China seguirán siendo inciertas mientras no se estabilice la situación política;
· en 1992, los exportadores de América del Norte podrán encontrar algunos compradores en Europa, pero transcurrirán varios años antes de que se estabilice definitivamente el mercado;
· puede esperarse que en el mercado de América del Norte siga aumentando con firmeza el consumo de todos los productos de la madera;
· es imposible prever con certeza la variación de los tipos de cambio.

Siendo éstas las condiciones, las proyecciones que figuran en los cuadros de la pág. 57 son en general conservadoras, pero puede esperarse que en América del Norte la producción y el consumo sigan incrementándose como en el pasado.

REPERCUSIONES SOBRE LA DEMANDA DE MATERIA PRIMA

Por lo que hace a la madera, ha aumentado el rendimiento de la transformación; se obtiene más chapa o más madera aserrada de un mismo volumen de madera en rollo. Por ejemplo, en el Canadá, en 1970 se precisaban un promedio de 2,67 m³ de madera en rollo para producir un metro cúbico de madera aserrada o terciada. En 1984, se necesitaban sólo 2,14 m³. La mejora se debe a la instalación de mecanismos computadorizados para aprovechar al máximo cada troza. También se han perfeccionado las actividades en el lugar de la corta. Por ejemplo, en 1962, en los EE.UU., el 37 por ciento de una conífera quedaba sobre el terreno como desperdicio; en 1986 el residuo era ya de sólo el 10 por ciento.

En cuanto a los productos a base de fibra, conviene distinguir entre los derivados de la pasta y los tableros. La cantidad de madera necesaria para cada tonelada de pasta oscila entre 2,5 m³ en los procedimientos mecánicos, y más de 5 m³ en los métodos químicos al sulfito. Con el tiempo, han cambiado considerablemente las mezclas, en parte para que los residuos sean menos contaminantes, en parte por la subida del costo de la energía y, finalmente - en los Estados Unidos - porque se usan más especies no coníferas. Es posible que en el futuro, en vez de los procedimientos químicos de menor rendimiento se introduzcan métodos como el químico-térmico-mecánico. De todos modos, cabe decir que la cantidad de madera consumida por cada tonelada de pasta ha cambiado lentamente en América del Norte y que no puede esperarse que cambie mucho de aquí al 2005.

La cantidad de madera en rollo necesaria para la producción de papel y cartón depende en parte de la reutilización de papeles y cartones usados. En comparación con Europa y el Japón, en América del Norte se reutilizan poco sólo: un 30 por ciento (véase Unasylva 41: 163). Sin embargo, el American Paper Institute, como portavoz de la industria, anuncia el propósito de reutilizar el 40 por ciento para 1995. Si se alcanzara esta ambiciosa meta, serían considerables las repercusiones sobre la demanda de madera para pasta. Cierto que las reacciones del mercado ante un aumento significativo de la reutilización pueden ser muchas y complejas. Por ejemplo, si los Estados Unidos aumentaran la exportación de papel de desecho, los efectos sobre el mercado nacional de madera en rollo serían significativos.

La demanda de madera en rollo para producir pasta varía también en función de la medida en que se aprovechen los subproductos de la manufactura de productos madereros. Al aumentar la producción de madera aserrada y terciada de coníferas en América del Norte a partir de 1960, aumentó, como es natural, la producción de aserrín, de tapas, listones y de otros subproductos aprovechables. En los Estados Unidos y en la mayor parte del Canadá se suelen destinar esos subproductos a las fábricas de pasta, a combustible o a la manufactura de tableros.

En cambio, para producir tableros muy delgados sólo se usa madera en rollo por la necesidad de mantener rigurosamente la calidad de la fibra que entra en la confección del tablero. En general se usan pocos subproductos o residuos en la fabricación de tableros. La tecnología y la manera de aprovechar la madera están bien establecidas y no cabe prever cambios antes del año 2005.

La demanda de madera en rollo en América del Norte

Según las tendencias antes analizadas, el aumento de producción de los diferentes productos acabados implica un incremento substancial de la demanda de madera en rollo, sobre todo de coníferas. Se piensa que en el año 2005 será un 76 por ciento superior a la de mediados del decenio de 1980.

Para satisfacer esa demanda hasta el 2005, se extraerá madera en pie ya existente. En los decenios inmediatamente posteriores al 2005 se utilizarán considerables volúmenes de pino de las plantaciones del sur de los Estados Unidos. El aumento de la demanda hasta fines de siglo llevará aparejada una subida de los precios de una magnitud determinada por la oferta. Por ejemplo, en los EE.UU., el precio (neto, compensada la inflación o la deflación) de las coníferas en Wáshington y Oregón aumentará en un tercio entre 1985 y 2005; para el precio del pino del sur de los EE.UU. se pronostica un aumento de más del 50 por ciento. En esos aumentos se basa el incremento que se prevé de la extracción de bosques de propiedad privada en los EE.UU. y de los públicos del Canadá. Esos aumentos, en fin, serán un incentivo más para que la industria forestal mantenga los programas de plantación en que se apoyarán los incrementos de la oferta después de 2005.

En el Canadá, en los planes forestales de las provincias los precios son lo que más contribuye a determinar la accesibilidad económica. Hay grandes extensiones, que ahora se consideran inaccesibles, que dejarían de serlo si se materializaran esos aumentos de los precios. Según los especialistas canadienses que han cooperado en la recopilación del material para este artículo, en el Canadá hay suficiente madera en pie, todavía no comprometida, para satisfacer la demanda que se prevé.

Sobre todo en la fabricación de pasta existen grandes posibilidades de adoptar técnicas que permitan ahorrar madera, con lo que la oferta aumentaría en la misma medida. Por ejemplo, si se reemplazaran los procedimientos químicos por métodos termomecánicos, se necesitaría sólo la mitad de fibra de madera que ahora necesita la industria de la pasta de Quebec y Ontario.

Repercusiones sobre los envíos al exterior

En la economía de mercado de América del Norte, la oferta de productos madereros alcanzará a satisfacer la demanda. Pero ¿a qué precio. La costa occidental ha tenido sobre el resto del mundo la ventaja que significa una gran riqueza de coníferas de elevada calidad. La situación está cambiando en los bosques de propiedad privada de los EE.UU. los cuales, de todos modos, seguirán teniendo mucha importancia en el comercio del año 2005; seguirán teniendo ventaja por las singulares cualidades de su madera. También los bosques templados de latifoliadas tienen propiedades únicas que garantizan su presencia en el mercado mundial a pesar de que los precios tienden a subir.

Aunque aumentaran los precios de la madera rolliza de los EE.UU., los efectos sobre los envíos al exterior serían mínimos. La promoción de productos de coníferas que llevan a cabo el Japón y Europa se refiere principalmente a la madera para construir viviendas. El costo de la madera empleada en la construcción de esos tipos de casas no es sino una fracción del costo de la estructura final y de la tierra en que se apoyan. Por consiguiente, la subida del precio de la madera en rollo en los EE.UU. repercutiría en el éxito de dicha promoción, pero no críticamente.

Probablemente lo que más contribuya a determinar el precio de la madera de América del Norte en los mercados exteriores serán los tipos de cambio. En el decenio de 1990, al igual que en el pasado, estarán expuestos a gran presión, por lo que es imposible predecir el efecto neto.

Las antes expuestas proyecciones del comercio y el consumo de productos madereros en América del Norte muestran que la región es autosuficiente. Aumentarán los envíos al exterior, pero es la demanda nacional la que más influye en la situación de los mercados. Es este fuerte mercado interno, y no los envías al exterior, lo que determinará el curso de la oferta y la demanda en todo este decenio y hasta el año 2005. América del Norte tiene la capacidad necesaria para incrementar la extracción. Aunque el incremento se envíe a mercados exteriores, la oferta alcanzará a satisfacer la demanda de América del Norte. La satisfará incluso si crecen, gracias a los adelantos técnicos, los sucedáneos de la madera y los recursos que en la actualidad son económicamente inaccesibles.


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