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La industria de tableros de meciera en Indonesia

M. Hasan

M. Hasan es Presidente de la Comunidad Forestal de Indonesia.

Análisis de la transformación de la industria forestal de Indonesia de primer exportador mundial de madera rolliza, en primer exportador de contrachapados del mundo.

En 1967, el Gobierno de Soeharto creó los fundamentos jurídicos del desarrollo y de la ordenación forestales al promulgar la Ley N° 5, que declara propiedad del Estado los bosques y todos los recursos naturales en ellos contenidos. Al mismo tiempo se facultaba al Gobierno a cooperar con otras entidades en la gestión de los bosques; los estados y las compañías privadas, las empresas de propiedad de los gobiernos provinciales y de otras entidades jurídicas, podían obtener el derecho a ordenar y explotar recursos forestales.

Dada la falta de infraestructura y la necesidad inmediata de adquirir divisas, se encauzaron las inversiones hacia la extracción y exportación de madera rolliza, tendencia que se sostuvo hasta finales del decenio de 1970. De hecho, en el período 1978-80 Indonesia fue el país que vendía al extranjero mayor cantidad de trozas de madera dura tropical en el mundo, y en 1980 llegó a exportar 20 millones de m³ En ese período los países que importaban trozas de Indonesia pasaron a ser los principales fabricantes del mundo de productos de madera dura tropical, principalmente de tableros de madera.

Más de 40 toneladas de madera meranti listas para ser transportadas a las fábricas de madera terciada

Un examen crítico de esta tendencia a exportar durante el mencionado período revela varios aspectos interesantes. Durante el período 1970-80, la industria forestal de Indonesia se encontraba en las primeras fases de desarrollo y le hubiera sido muy difícil invertir todos los capitales que hubieran sido necesarios para establecer empresas de transformación. La exportación de trozas en gran escala permitió a la industria y al país robustecer sus finanzas basándose sobre sus propios recursos. Durante este período se llevaron a cabo obras de construcción de infraestructura como carreteras, cargaderos, etc., que más tarde habrían probado su utilidad. Al mismo tiempo, los países que importaban las trozas daban a conocer los contrachapados fabricados con madera de Indonesia en Europa, en América del Norte y en otras regiones. Se creó así un gran mercado de exportación que en una fase posterior fue utilizado por toda la industria del país. No obstante, no había suficientes incentivos para una ordenación sostenible de los bosques.

Una industria basada en la exportación de trozas en gran cantidad tiene muchos inconvenientes; rendía grandes utilidades a las compañías madereras y no fomentaba la creación de una industria nacional de transformación de la madera. Se creaban relativamente pocos puestos de trabajo para personal nacional. Los importadores de trozas compraban sobre todo meranti (Shorea y Parashorea spp.) - una de las maderas tropicales que mejor se prestan a la fabricación de tableros de madera terciada - con lo que la industria se cimentaba en una sola especie. Además, las exportaciones dependían exclusivamente de muy pocos mercados Japón, República de Corea y Taiwan (provincia de China) - y por consiguiente, no garantizaban utilidades a largo plazo.

Finalmente, en 1975, reconociendo la función económica y ecológica de los bosques, el Gobierno adoptó un programa que consistía en reducir gradualmente la exportación de trozas. Este programa culminó con la prohibición total de exportarlas, decretada en 1985.

Paralelamente a la reducción de la exportación de trozas, Indonesia avanzó impetuosamente en dos frentes: fomento de la industria nacional de transformación de la madera y ordenación intensiva de los recursos forestales productivos.

FOMENTO DE LA FABRICACION DE TABLEROS DE MADERA TERCIADA

Con la eliminación de las exportaciones de trozas, la industria maderera cambió radicalmente de rumbo, orientándose a la fabricación de productos que tuvieran mayor valor añadido. Siguiendo el ejemplo de los países que antes importaban más madera rolliza, se eligió la fabricación de madera terciada como núcleo de toda la industria de transformación de madera, por sus posibilidades de originar tanto ingresos como puestos de trabajo.

La fabricación de madera terciada o contrachapada comenzó modestamente en 1973 con la instalación de dos fábricas con una capacidad conjunta de 28000 m³ anuales. En la actualidad, la industria de fabricación de tableros de madera es la mayor del mundo para la transformación de maderas tropicales; cuenta con 113 fábricas en actividad. Además, hay 19 fábricas medianas independientes, que reciben contrachapados en bruto de otras fábricas. La fábrica de tipo medio de Indonesia tiene una capacidad de producción de 60000 m³ al año. En 1988, llegó a cubrir el 50 por ciento de las exportaciones mundiales de madera terciada tropical.

Contribución de la madera terciada a la economía y al empleo

Durante 1981, la industria de madera terciada ganó alrededor de 200 millones de dólares EE.UU., y en 1990, sobrepasó los 3000 millones de dólares aportando un 15 por ciento de las divisas que entraron en el país y un 29 por ciento de la renta de las exportaciones no petrolíferas. Incluso teniendo en cuenta la pérdida de ingresos que representaba la prohibición de exportar madera rolliza, puede decirse que las actividades de esta industria han dado un rendimiento más que satisfactorio.

CUADRO 1. Aumento de las exportaciones de madera terciada de Indonesia

Año

N° de fábricas

Volumen exportado
(miles de m³)

Valor de las exportaciones
(millones de $EE.UU.)

1977

17

15,1

4,0

1978

19

68,1

16,7

1979

21

140,6

40,5

1980

29

282,7

74,4

1981

40

764,3

201,0

1982

61

1250,4

349,6

1983

79

2023,3

584,4

1984

89

3021,1

814,2

1985

95

3778,1

989,6

1986

96

3335,5

882,5

1987

98

5951,4

1892,5

1988

106

6901,5

2310,9

1989

110

8051,2

2709,1

1990

113

8492,7

3013,9

Fuente: Apkindo, 1991.

CUADRO 2. Puestos de trabajo actuales y pronosticados en el sector forestal (extracción e industrias) de Indonesia

Año

Extracción

Transformación

Total

1989

163,6

224,2

387,8

1990

184,0

230,2

414,2

1991

190,4

234,8

425,2

1992

199,6

240,4

440,0

1993

208,8

245,5

454,3

1994

218,1

250,6

468,7

1995

239,6

259,7

489,3

2000

292,9

316,5

609,4

Fuente: Departamento Forestal de Indonesia, 1989.

Las repercusiones sobre el empleo y el ingreso fueron sustanciales. El Departamento Forestal calcula que el número total de personas que en 1991 trabajan directamente en la extracción y transformación de madera son más de 425000, la mitad de las cuales en extracción y la otra mitad en transformación. Además, la industria crea indirectamente muchos otros puestos de trabajo con la adquisición de las mercancías y servicios que utiliza: fábricas de cola, servicios técnicos, unidades de manutención, fletes y agencias navieras, etc. Puede decirse que en total las industrias de transformación de la madera - madera aserrada, tableros de partículas, madera terciada y otras han creado alrededor de dos millones de puestos de trabajo. Si se suman los familiares que dependen de esos dos millones de trabajadores, se llega a la conclusión de que las industrias forestales han mejorado el nivel de vida de casi 10 millones de personas.

Obreras seleccionando las chapas en una fábrica de enchapado en Indonesia

ESTRUCTURA DE LA INDUSTRIA

Distribución y capacidad instalada

El mayor número de fábricas de madera terciada se encuentra en Kalimantan, seguida de Sumatra. Digno de mención es el hecho de que en Irían Jaya se produce muy poca madera terciada, a pesar de que la reserva de materia prima es grande y hay muchos aserraderos. La causa podría ser la falta de meranti, la especie preferida No obstante, ahora que hay cierta flexibilidad en el uso de materia prima, tres fábricas, con una capacidad conjunta de 193000 m³ anuales, se encuentran en las fases finales de instalación.

En 1988, la capacidad instalada era de 6,7 millones de m³ anuales, pero en esos mismos momentos se estaban construyendo otras 39 fábricas, con una capacidad total de 1,3 millones de m³. La capacidad aumentará aún más por ampliación de alguna de las fábricas existentes.

Las máquinas laminadoras que pueden aprovechar troncos de diámetro más pequeño, mejoraron sustancialmente los resultados económicos

Producción

Paralelamente al crecimiento de la capacidad, aumentó la producción de madera terciada, que entre 1973 y 1985 se incrementó a razón del 59 por ciento anual. En realidad, la producción que se registró es mayor que la capacidad arriba indicada. Esto se debe a que la capacidad se calcula sobre la base de dos turnos de ocho horas, mientras que en la práctica se hacen dos turnos de diez horas.

Por regiones, Kalimantan produjo en 1985 un 55 por ciento del total nacional, seguida por Sumatra (23 por ciento) y Maluku (11 por ciento).

Tasas de aprovechamiento

En la fabricación de la madera terciada se aprovecha entre el 45 y el 58 por ciento de la materia prima. El porcentaje es algo mayor cuando se fabrican contrachapados más gruesos o de mayor tamaño. Sin embargo, como el grosor de la mayor parte de la madera terciada que se produce en Indonesia es inferior a 5 mm, puede decirse que la tasa de aprovechamiento de la industria en su conjunto es del 48 por ciento. Eso implica que, para producir un metro cúbico de madera terciada, hay que utilizar 2,093 m³ de madera rolliza.

Es digno de mención que el aprovechamiento depende sobre todo del rendimiento de las máquinas que «desenrollan» la madera de las trozas. Las fábricas que cuentan con máquinas como las mencionadas, pero capaces de «desenrollar» trozas de menor diámetro alcanzan tasas de aprovechamiento del orden del 56 por ciento. Tomando en cuenta esa tendencia, las proyecciones para el porvenir se hacen con una tasa media nacional del 50 por ciento.

POLITICA OFICIAL SOBRE LA MADERA TERCIADA

La política del Gobierno para fomentar la fabricación de madera terciada dio un importante estímulo al crecimiento de esta industria. Los factores que más influyeron en ese aumento fueron el rigor con que se hizo respetar la prohibición de exportar madera rolliza en 1980 y el requisito de que los concesionarios construyeran fábricas para la transformación de la madera.

La rapidez con que se incrementó la producción (de un millón de m³ en 1980 a 3,9 millones de m³ en 1984) planteó toda una serie de problemas para comercializarla. Entre ellos, distribución irregular del producto, dificultades de aceptación del mismo y falseo de los precios.

Con el fin de evitar una malsana rivalidad, el Gobierno decidió que sólo se permitiría la exportación de tableros a los fabricantes de madera terciada. En 1984, el Gobierno autorizó a la Asociación de Productores de Tableros de Madera (APKINDO) a crear siete Juntas Mixtas para la Comercialización, con la misión de diseminar información de precios y mercados, repartir equitativamente la madera terciada a los países importadores, y formular normas en materia de oferta y demanda. Más concretamente, las Juntas quedaron facultadas para vigilar los contratos de venta que firmaran los exportadores con importadores de ultramar.

Con el fin de estabilizar los precios de las diferentes regiones exportadoras, el Gobierno instituyó un sistema de cupos para los países que importaran con regularidad. Mediante ese sistema se determina el volumen máximo que cada fabricante puede exportar por año a cada importador. El sistema toma en cuenta el historial de ventas del exportador y sus posibilidades de penetrar en mercados nuevos.

Dada la importancia que el Gobierno atribuye a la exportación de productos no derivados del petróleo, ha dispuesto varios incentivos. Por ejemplo, concede créditos para un capital de trabajo equivalente al 85 por ciento del valor de la mercancía exportada, pagadero en 12 meses con un interés del 11,5 por ciento anual.

ORDENACION DE LOS RECURSOS FORESTALES

Indonesia tiene unos 144 millones de hectáreas de bosques que cubren el 74 por ciento de la superficie total del país. La mayor concentración de bosques se encuentra en Kalimantan y en Irían Jaya. El promedio del volumen de madera en pie es de 260 m³/ha, mientras que el de especies comercializables se cifra en 50 m³/ha.

En los bosques de Indonesia crecen 120 especies cuya madera tiene importancia comercial. En Java, Sulawesi y Nasa Tenggara hay teca (Tectona grandis); meranti, la especie preferida para la producción de contrachapados, es la segunda más abundante después de la teca.

El plan nacional de ordenación forestal prevé que se destinen 30 millones de ha para protección; 19 millones de ha para conservación; 31 millones de ha para su conversión a otros usos si lo exige el crecimiento demográfico y la necesidad de más tierra para la agricultura. Los 64 millones de ha restantes se pueden dedicar a la producción.

El 45 por ciento de los bosques abiertos a la extracción de madera están muy rigurosamente regulados. La tierra pertenece al Gobierno que, excepto en Java, administra sus bosques de acuerdo con un sistema de concesiones privadas. A cada concesionario se le asigna cierta superficie, el derecho a extraer madera y la responsabilidad de ordenar el bosque. Cada concesión tiene por término medio unas 100000 ha. Se otorga la concesión por períodos de 20 años prorrogables si se demuestra que el bosque ha sido bien manejado. El concesionario paga un gravamen determinado por dos elementos; uno, derechos de licencia para la explotación, mientras que el otro incluye las regalías por los productos exportados. La cuantía de los derechos de explotación depende del tamaño de la concesión y del volumen de madera en pie que se le calcula. Las regalías se basan en la cantidad de producto vendido, sumado a los costos de operación y comercialización.

Los concesionarios tienen que presentar planes de trabajo cada año, cada cinco años y cada 20 años. La concesión se divide en 35 bloques y cada año se permite la extracción sólo en uno de ellos. No está permitida la tala rasa y sólo se pueden cortar árboles de diámetro superior a 50 cm. Esas restricciones, unidas al hecho de que es muy reducido el número de especies comercialmente útiles, implican que sólo se cortan de cinco a siete árboles por hectárea. El Departamento de Bosques ha fijado en 30 millones de m³ el máximo que se permite cortar en 1991.

Indonesia es muy severa con las compañías que violan el reglamento forestal. En 1989, se revocaron 48 concesiones y se suspendieron otras 37. Se recaudaron más de 4 millones de dólares de multas por haber cortado fuera de los bloques asignados, o por haber cortado más de la cuenta, o especies no autorizadas.

Por supuesto que para que la ordenación del bosque sea sostenible se tiene que regenerar - naturalmente o mediante plantaciones - al menos la cantidad que se extrae. Si no quedan por lo menos 25 árboles comerciables por hectárea, de diámetro comprendido entre 20 y 50 cm, los concesionarios tienen que enriquecer el bloque plantando a mano, en los calveros ocasionados por la extracción, plantones de vivero o recogidos en el bosque natural.

El Gobierno promueve también la plantación de especies maderables en tierras degradadas. Hasta la fecha se han designado en las diferentes provincias un total de 67 lugares en los que se establecerán fincas madereras. Casi 130 compañías nacionales se han declarado interesadas en este tipo de inversión y ya se han concedido 20 permisos temporales que abarcan un total de 43650 hectáreas.

Además, el Gobierno ha impuesto a los concesionarios un gravamen para reforestación de 10 dólares por m³ de madera extraída. Este gravamen aporta actualmente unos 300 millones de dólares anuales. Esos fondos se usan para replantar en bosques improductivos o depauperados a razón de 300000 ha anuales. Según el Ministro de Población y Ambiente, Emil Salim, «lo que Indonesia querría es la cooperación de países desarrollados, que aportarán cantidades análogas a las nuestras, para intensificar la plantación».

En general, hay madera disponible para surtir de materia prima a todas las fábricas de madera terciada trabajando jornadas de 20 horas. El saldo es creciente, lo cual indica que la capacidad instalada es análoga a la que exigen los planes de producción. Incluso agregando 1,3 millones de m³ a la capacidad de fabricación, el saldo de trozas para 1990 es positivo (alrededor de tres millones de m³). El saldo seguirá siendo positivo en 1993 si para entonces, además de la capacidad que ya se está instalando, se construye capacidad nueva a razón de 1,25 millones de m³ anuales (el incremento de capacidad autorizado). La mayoría de las fábricas continuará trabajando en sus propias concesiones. La excepción es Sumatra, donde las fábricas tendrán que conseguir, fuera de la región, probablemente en Kalimantan, hasta un 20 por ciento de trozas apropiadas para la fabricación de láminas.

Alrededor del año 2000 podría presentarse una escasez de materia prima que no afectaría a la fabricación de madera terciada, pero sí al mercado nacional de madera aserrada. La situación seguiría siendo deficitaria hasta el año 2020 momento en que las plantaciones establecidas previamente entrarían en producción.

La industria de la madera terciada tendrá que esforzarse por contener los efectos negativos de la escasez de madera rolliza. Cuando la capacidad instalada supere los 10 millones de m³, se tendrá que reducir al mínimo los aumentos de capacidad. Se tendrá que acelerar la invención de métodos de transformación que aprovechen residuos forestales y especies menos conocidas. Se tendrá que mejorar las fábricas existentes hasta que la tasa de aprovechamiento suba de 50 a 55 por ciento, y aún más. En un período de 10 años eso permitiría ahorrar más de 19 millones de m³ de madera.

CONCLUSION

Actualmente, la fabricación de madera terciada es un elemento tan esencial de la economía de Indonesia que no cede en importancia más que al petróleo, pero que explota un recurso renovable que tiene posibilidades de perdurar por más tiempo. Con la debida ordenación será posible proporcionar sostenidamente toda la materia prima necesaria para mantener, e incluso incrementar, la fabricación de madera terciada, salvaguardando al mismo tiempo las funciones ecológicas del bosque.


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