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Ordenación de bosques naturales mediante franjas protectoras

J. Ocaña-Vidal

Julio Ocaña-Vidal es Director del núcleo consultivo de la Asociación Amazonia, con sede en Lima, Perú.

Este artículo expone un sistema silvícola experimental «por franjas protectoras» que se está ensayando en el valle del río Palcazú, en la parte oriental del Perú. La experiencia tiene importancia no sólo por los prometedores resultados que se están obteniendo con esta técnica, ideada por un equipo multidisciplinario en concertación y con la participación activa de instituciones, comunidades nativas (hombres y mujeres) y asesores científicos, sino también porque es una actividad conducida por la nación amazónica yanesha.

Regeneración natural en una franja talada a ras dos años después de la extracción

Selva central/proyecto del Valle del Palcazú

Las 469500 hectáreas de la cuenca del río Palcazú designadas usualmente como valle del Palcazú, se encuentran en la Selva Central del Perú, en la provincia de Oxapampa del Departamento de Pasto situado en las estribaciones andinas, antes de la gran hoya amazónica (Selva Alta). Desde hace milenios los yaneshas habitan en el valle del Palcazú. En tiempos más recientes se les unieron inmigrantes europeos cuyos descendientes son los actuales colonos, dedicados a la ganadería, y unos pocos madereros.

En 1980, se iniciaron estudios para el Proyecto de Ordenación de los Recursos de la Selva Central y del valle del Palcazú cuyas finalidades son desarrollar esta región mediante métodos que garanticen una productividad sostenida a largo plazo e idear una tecnología replicable en otras áreas forestales análogas. Los estudios, realizados con apoyo de USAID, revelaron que los suelos, lejos de ser apropiados para una agricultura sostenida o para la cría de ganado, tienen en su mayoría vocación forestal (JRB Associates, 1981; ONERN 1970; 1982; Brack, 1981- Tosi, 1981) y que, por consiguiente, las futuras actividades de producción deberían concentrarse en este sector.

El proyecto tenía como objetivos el uso integral y sostenido de los recursos; la ordenación de los bosques naturales, sistemas agroforestales y silvopastoriles, la ordenación de las aguas y de los recursos hidrobiológicos, incluida la creación de zonas protegidas para la conservación de las cuencas y la diversidad biológica (ecosistemas, especies y germoplasma). Los mayores protagonistas de este proyecto serían los pobladores locales - en particular los yaneshas - con su presencia, sus costumbres, su tecnología tradicional y su participación activa en la planificación y ejecución del desarrollo.

Las franjas protectoras

En el sector de la ordenación de los bosques naturales, el Gobierno decidió experimentar un nuevo sistema silvícola ideado por el Centro Científico Tropical de Costa Rica: la ordenación por franjas protectoras. Este sistema se basa en observaciones de la dinámica del crecimiento del bosque talado a ras. Se explota el bosque en estrechas franjas taladas a ras en que se imita la alteración que naturalmente causa la caída de un solo árbol grande, seguida por la regeneración natural en un período de 40 a 50 años. La base económica del sistema es el aprovechamiento de toda la madera de esas franjas que tenga más de 5 cm de diámetro. Los troncos de más de 30 cm se destinan a madera aserrada, mientras que los de diámetro menor se usan para postes de teléfono, madera de construcción, etc. La elección del lugar, el tamaño y orientación de las franjas, el trazado de los caminos de acceso de modo que la erosión sea mínima, la tracción animal para extraer las trozas de la franja y la prohibición de cortar árboles junto a las franjas durante, como mínimo, quince años, constituyen aspectos importantes de este sistema de ordenación.

La utilización de bueyes de tiro en la extracción forestal es un elemento fundamental del sistema

En el plan general de ordenación, la zona en que se haya de practicar la tala rasa deberá estar clasificada como bosque permanente. El lugar de las intervenciones se determina sobre la base de un inventario forestal. La dimensión de las franjas debe ser suficiente para que la luz llegue al suelo y estimule el crecimiento anual de las plantas en vías de regeneración, pero suficientemente estrechas para que las semillas de los árboles vecinos alcancen la zona talada impulsadas por el agua o el viento o con ayuda de vectores animales.

En el Proyecto del Palcazú el ancho de las franjas está determinado por la altura de los árboles más corpulentos (30 a 50 m), mientras que su longitud lo está en función de las condiciones ecológicas predominantes en los alrededores; por ejemplo, las franjas en terreno llano, donde el peligro de erosión es escaso, pueden ser más largas que las franjas situadas en terreno inclinado. De todos modos, muy pocas voces su superficie es mayor de 0,5 ha.

En teoría las franjas deben estar orientadas en ángulo de 45 grados con la dirección norte-sur, es decir, en dirección nordeste sudoeste o noroeste-sudeste. Esta orientación permite una distribución uniforme de la luz, con lo que la regeneración tendrá lugar por igual en toda la franja. No obstante, en la práctica hace falta cierta flexibilidad en la aplicación de esta regla y tomar en cuenta condiciones topográficas como la pendiente, para que la erosión sea mínima, en la determinación de la posición de las franjas.

Trazado y construcción de las rutas de acceso

Un tratamiento detallado de las implicaciones del sistema de franjas protectoras sobre el trazado de los caminos de acceso está fuera del alcance de este artículo. Baste decir que, estando basado en la extracción de troncos de una serie de zonas no contiguas, el sistema tendrá que consistir en un conjunto de pequeños caminos secundarios construidos y mantenidos de forma que se reduzca al mínimo la erosión.

Tracción animal para la extracción de las trozas

Un elemento fundamental del sistema de ordenación por franjas protectoras ensayado en el valle del Palcazú es la utilización de tracción animal (sobre todo bueyes) para extraer las trozas de la zona talada. El uso de tracción animal tiene múltiples ventajas, entre ellas, la de ser mínima la alteración del ambiente natural; la gran flexibilidad y adaptabilidad; el bajo costo de la inversión, y la intensidad del uso de la mano de obra, ya que exigen emplear un elevado número de personas del lugar. Esos factores positivos compensan los negativos, entre ellos la necesidad de cuidar a los bueyes incluso en la época en que no se utilizan; el escaso rendimiento cuando se trata de extraer troncos particularmente grandes (más de 70 cm dap), y la lentitud de los bueyes comparada con la de los medios mecanizados.

Métodos de extracción

La primera fase consiste en eliminar en el sotobosque todos los tallos que tengan menos de 3 cm de diámetro. Es particularmente importante eliminar las trepadoras para que no interfieran con las operaciones de tala. Una vez terminado este desbroce comienza la tala por los árboles más delgados, de diámetro inferior a 30 cm. Estos troncos, que una vez recibido un ti atamiento a presión se destinarán a postes de teléfonos y a madera de construcción, deben ser extraídos la franja lo antes posible para evitar que pierdan humedad, indispensable para poder aplicarles dicho tratamiento. Finalmente, se cortan los árboles de diámetro superior a 30 cm; hay que hacerlo con sumo cuidado para que no causen daños en la zona circundante. Este aspecto es particularmente importante dado que la sostenibilidad del sistema de franjas protectoras depende de la regeneración natural con semillas provenientes de los árboles no talados que rodean ese sector.

Consideraciones sociales

Muchos sistemas de ordenación de bosques naturales fracasan por la imposibilidad en que se encuentran los directores forestales externos, de controlar el uso de la tierra por largo tiempo. Con la participación de las comunidades locales en el planeamiento y ejecución del sistema de ordenación se promueve la estabilidad del de la tierra, proporcionando a los pobladores un fuerte incentivo económico para conservar el bosque. Socialmente, el proyecto del valle del Palcazú está basado en el manejo colectivo, por parte de los nativos, de tierras de propiedad comunal. El proyecto se lleva a cabo en una zona de 35000 ha designada por el Gobierno como Reserva Comunal Yanesha. En el marco administrativo de la misma se ha llegado a formalizar una Cooperativa Forestal Yanesha Ltda. formada por diez comunidades, inscrita en los registros públicos del Perú en 1987. Conducida por los mismos yaneshas, sus objetivos principales son: proporcionar trabajo a sus miembros dentro del plan de ordenación; dirigir y llevar a cabo la explotación integral de sus bosques; promover la industria y el mercado de la madera; fomentar el progreso de la comunidad sin que pierda su identidad tradicional.

Clasificación de la madera en una franja talada a ras

Resultados

Los resultados iniciales del experimento de franjas protectoras del valle del Palcazú son alentadores. El estudio de dos franjas, cortadas en 1985, indica que en las condiciones locales la corta y extracción de la madera puede realizarse sin gran daño para el ambiente. La regeneración inicial es rápida, abundante y variada. Hartschorn (1988) centró su estudio en diez especies, en un 90 por ciento pioneros. En una de las franjas la especie más importante era Bismia basifera y en la otra Cecropia sciadophylla. Pariona y Bazan (1990) obtuvieron resultados análogos.

Un miembro de la Cooperativa Forestal Yanesha evalúa los recursos forestales

Posteriormente, Pariona (1990) realizó un análisis de las franjas taladas del bosque de la comunidad nativa de Shiringamazu y comparó las especies en regeneración con las del bosque circundante primario en un radio de 15 km. concentrándose en 50 especies de las más abundantes. Encontró que 48 de ellas estaban presentes en una franja y 40 en la otra.

En relación a la rentabilidad del aprovechamiento forestal, en inventarios realizados en las franjas taladas, se observaron por término medio 125 especies diferentes y un promedio de 971 árboles por hectárea. El rendimiento, por tipo de producto por hectárea fue de 1112 postes para cercos y viñedos (5-15 cm); 138 postes de electricidad (16-30 cm); 168,8 m3/ha de madera aserrada (más de 30 cm) y, finalmente, para la planta de carbón 90,7 m3 de ramas, tocones, despuntes para carbón, y además 16,86 m3 de cantos y despuntes. Está previsto dentro de los beneficios económicos del sistema el aprovechamiento de otros productos diferentes a la madera, como resinas, látex, plantas ornamentales, plantas medicinales, cortezas y fauna.

En el plano social, el sistema de franjas taladas como parte del ordenamiento territorial ha ayudado a mantener la estabilidad de la tenencia de la tierra y el control de las zonas protegidas. También contribuyó a la comprensión entre nativos, colonos y madereros. Disminuyeron casi a cero los litigios por territorios y cesaron las invasiones de migrantes y la ocupación desordenada.

Se ha logrado que la población se organice y planifique definitivamente el control y ordenación de las zonas protegidas. La Cooperativa Forestal Yanesha brinda a las comunidades yaneshas sus servicios, da apoyo en sus gestiones y capacitación, motiva a sus miembros hacia un futuro mejor y constituye un ejemplo de éxito y orgullo de la nación yanesha.

Aspectos en que es preciso insistir

El éxito a largo plazo del sistema de ordenación por franjas protectoras y del plan de ordenación forestal en su conjunto, dependerá en gran medida de la capacidad de las comunidades yaneshas para la autogestión de las actividades de corta, transformación y comercialización. Será indispensable llevar a cabo las operaciones de extracción con sumo cuidado para evitar daños al ambiente durante la temporada de lluvias. Es preciso mantener en buenas condiciones toda la maquinaria y especialmente el aserradero y el equipo para hacer los tratamientos a presión, venciendo las dificultades que plantea el medio ambiente y la falta de piezas de recambio. También se necesitará considerable capacidad de dirección para asegurar que haya transporte cuando haga falta, y para alterar la composición de las remesas de acuerdo con las condiciones del mercado. Finalmente, es esencial distribuir equitativamente las utilidades entre los miembros de la comunidad. Si los yaneshas no perciben beneficios directos y continuos del recurso forestal, quemarán y cultivarán las franjas taladas.

Difusión y extensión del sistema

En varias zonas del país, especialmente en la Selva Alta, se está tratando de replicar el sistema. Tanto el Estado como la Cooperativa Forestal Yanesha han difundido los resultados entre las comunidades nativas y los colonos. Fuera del Perú se está aplicando el sistema en dos comunidades nativas del Ecuador a las que han capacitado directivos de la Cooperativa.

Bibliografía

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Brack Egg, A. 1981. Ecological evaluation of the Palcazu River valley and guidelines for an environment conservation program. En JRB, 2:D1-D39.

Buschbacher, R.J. 1990. Natural forest management in the humid tropics: ecological, social and economic considerations. Ambio, 19(5): 253-258.

Chumpitaz, M. 1988. Creación e implementación de la administración técnica del Distrito Forestal de Iscozacín en la cuenca del río Palcazú (Prov. Oxapampa-Dpto. Pasto). Tesis doctoral, Universidad Nacional Agrícola La Molina, Lima, Perú.

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Ocaña-Vidal, J., ed. 1990. Manejo de bosques naturales de la Selva Alta del Perú: estudio de caso del Valle del Palcazú. Documento técnico. Lima, Perú, INADE-APODESA.

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Pariona, W. y Bazan, F. 1990. Manejo forestal por el sistema de fajas de aprovechamiento integral al y sostenido con especial referencia a la regeneración natural del valle del Palcazú. Ponencia del taller B de la Reunión Internacional sobre Experiencias para el Desarrollo Sostenido de la Amazonia. Lima, Perú, APODESA-Ronco.

Stocks, A. 1985. Subsistencia en Ias comunidades nativas del valle del Palcazú. Lima, Perú, PEPP/USAID.

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Walkinshaw, C. 1986. Extensión y capacitación en servicio en el Proyecto Especial Pichis Palcazú: evaluación y recomendaciones. Preparado por la Ronco Consulting Corporation para USAID/Lima. (Inédito)


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