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Posibilidades de una ordenación forestal sostenible en los bosques tropicales de Malasia

S.T. Mok

S.T. Mok es un consultor independiente residente en Kuala Lumpur.

Análisis de las prácticas actuales y de las posibilidades futuras de una ordenación sostenible de los bosques tropicales.

Bosque de dipterocarpáceas en Malasia. Nótese en primer plano la palmera sin tronco (Eugeissona triste)

Malasia posee una gran variedad y abundancia de bosques tropicales naturales. A finales de 1989, se estimaba que la superficie total de los bosques naturales de Malasia era de 19,49 mil iones de hectáreas, equivalentes a un 56,3 por ciento de la superficie total del país. Se calculó que la masa total de árboles en fase de crecimiento y con un dap de 10 cm era de aproximadamente 4 600 millones de metros cúbicos, de los cuales 1280 se consideraban comercializables, comprendidos todos los árboles de por lo menos 45 cm de dap. Además de proporcionar beneficios directos, los bosques desempeñan una función vital para el mantenimiento de la estabilidad y calidad del medio ambiente, protegen el suelo y los recursos hídricos, conservan la diversidad biológica y protegen los valores culturales, recreativos y de otro tipo que contribuyen a mejorar la calidad de vida de la población.

Se ha reconocido la importancia de los bosques naturales para la economía y para el bienestar de la población de Malasia creando servicios forestales federales y estatales, institutos de investigación y capacitación forestales y un Consejo Nacional Forestal. Se han aprobado asimismo políticas y normas legislativas forestales a nivel nacional y estatal; se han creado las Zonas de Protección Total y las Fincas Forestales de Explotación Permanente (FFEP), y se han introducido prácticas basadas en el concepto y en los principios de un rendimiento continuo en virtud de una ordenación forestal sostenible. Actualmente, las FFEP ocupan 12,73 millones de hectáreas, que representan un 38,7 por ciento de la superficie total de tierra y que pueden aumentar en el futuro a más de 14 millones. Se han identificado unos 10 millones de hectáreas (78,5 por ciento de las FFEP) de bosques productivos para ser explotados de forma sostenible. Además de las FFEP, se han preservado 1,06 millones de hectáreas como Zonas Totalmente Protegidas y se ha propuesto convertir en zona reservada otros 0,75 millones (Thang, comunicación personal, 1991).

Tala selectiva en un bosque de dipterocarpáceas de Malasia

Prácticas actuales de ordenación forestal

Los bosques naturales de Malasia se explotan según el principio del rendimiento continuo de todos los productos forestales. Tradicionalmente, la ordenación se ha realizado de acuerdo con el Sistema Uniforme Malayo (SUM) según el cual hay que cortar en una única tala todos los ejemplares maduros con un dap de más de 45 cm y proceder seguidamente a una regeneración natural seleccionada mediante el descortezamiento en anillo y envenenamiento o anelación de los relictos defectuosos y de las especies no comerciales de más de 15 cm de dap (Thang, 1990). Después de aproximadamente 2 a 5 años de la tala final, se realiza un inventario forestal o un muestreo con fines de diagnóstico después de la tala, a fin de determinar el grado de espesura, el estado y las condiciones de la regeneración y prescribir tratamientos apropiados en lo que respecta a la silvicultura.

Dado que el SUM se servía sobre todo de plantas de vivero y de brinzales para formar la siguiente cosecha, los tratamientos silvícolas estaban encaminados sobre todo a favorecer estos grupos de plantas, a menudo en detrimento de los árboles más grandes. Se suele practicar el descortezado en anillo y envenenamiento con más frecuencia de la necesaria y, en algunos casos, proceder a un aclareo excesivo de la cubierta. Con el tiempo se ha procedido a modificar esa tendencia y en favor de una corta más selectiva, conservando los ejemplares en estado de crecimiento avanzado y utilizando de forma más discriminada el método de anelación.

El SUM se ha aplicado con éxito en los bosques de dipterocarpáceas de llanura pero no ha dado buenos resultados en los bosques de montaña de esa especie debido a lo abrupto del terreno, a la desigual densidad de masa, a la falta de regeneración natural del suelo del bosque antes de la corta, a lo inseguro de la regeneración mediante plantas de vivero después de la tala debido a una siembra directa irregular, al peligro de erosión en las pendientes empinadas, a la abundancia de palmas sin tronco (Eugeissona triste) y al crecimiento de otras especies secundarias favorecido por la apertura en la cubierta (Thang, 1990). La evolución del SUM hacia un enfoque más orientado a la conservación en lo que respecta a la ordenación de los bosques tropicales en Malasia, se vio también favorecida por el concepto que la diversidad de las especies de flora y de árboles productores de madera no resulta necesariamente perjudicial para las futuras políticas y estrategias de producción maderera, sino que podría permitir que las industrias madereras beneficiaran de la evolución de la demanda que se está produciendo en el mercado de la madera. Influyeron en el SUM los argumentos de que un bosque heterogéneo favorece en general la diversidad biológica y la protección del suelo y de los recursos hídricos, el mantenimiento de la estabilidad y la calidad del medio ambiente, la mayor utilización de los recursos forestales, sobre todo de los no madereros, y reduce al mínimo el costo de la regeneración forestal.

Recientemente se ha introducido en Malasia un sistema de ordenación forestal basado en el apeo selectivo de los árboles maduros en una sola operación. El Sistema de Corta Selectiva (SCS) adoptado en la península de Malasia consiste en seleccionar un método de ordenación que permita no solamente mejorar en lo posible los objetivos de una explotación, utilización, repoblación forestal y rendimiento continuo eficaces y económicos, sino, lo que es más importante, garantizar que el desarrollo forestal sea sostenible desde el punto de vista biológico, ecológico y ambiental. El SCS requiere la realización de un inventario forestal anterior a la tala, y la simulación de opciones de tala alternativa, en las que se tengan en cuenta todos los factores pertinentes, para determinar el régimen óptimo de una ordenación forestal sostenible. Requiere asimismo la corta, anterior a la tala, de las especies trepadoras y el marcado de los árboles, así como un inventario posterior a la tala a fin de determinar las existencias residuales y los tratamientos silvícolas más apropiados. El Instituto Internacional para el Medio Ambiente y el Desarrollo ha citado el SCS en su informe sobre ordenación sostenible de los bosques tropicales elaborado para la Organización Internacional de las Maderas Tropicales, calificándolo como el sistema teórico más prometedor y completo para una gestión forestal operativa.

Política y legislación para el desarrollo forestal sostenible: el caso de Malasia

La Política Forestal Nacional (PFN) para la península de Malasia fue aprobada por el Consejo Forestal Nacional y ratificada por el Consejo Nacional de la Tierra en 1978. La política fue aprobada por todos los estados de la península de Malasia y recibió el apoyo de Sabah y Sarawak, cuya normativa forestal persigue objetivos similares. A continuación se citan los elementos de las mismas que contribuyen directamente a una ordenación forestal sostenible (Gobierno de Malasia, 1978):

· Dedicación en concepto de Fincas Forestales Permanentes de zonas suficientes de terreno estratégicamente situadas en todo el país para su explotación, de acuerdo con el concepto de utilización racional de la tierra, a fin de garantizar;

I) una buena situación climática y física del país, la protección de los suministros de agua, la fertilidad del suelo y la calidad del medio ambiente así como la reducción al mínimo de los daños provocados por las inundaciones y la erosión a los ríos y a la tierra agrícola; dichas tierras forestales se conocen como Bosques Protegidos;

II) el suministro continuo, en cantidades razonables, de toda clase de productos forestales que puedan producirse económicamente dentro del país y que se necesiten para fines agrícolas, necesidades nacionales e industriales, así como para la exportación; estas tierras forestales se conocen con el nombre de Bosques Productivos; y

III) la conservación de zonas forestales suficientes para el esparcimiento, la educación, las investigaciones y la protección de la flora y la fauna excepcionales del país; estas tierras forestales se conocen con el nombre de Bosques Recreativos.

· Ordenación de las Fincas Forestales de Explotación Permanentes con objeto de aumentar al máximo los beneficios sociales, económicos y ambientales del país y de sus habitantes, según el principio de una sólida ordenación forestal.

· Ejecución de un programa coherente de desarrollo forestal mediante operaciones de regeneración y rehabilitación, de conformidad con las prácticas de silvicultura aprobadas, a fin de conseguir la máxima productividad de las Fincas Forestales de Explotación Permanente.

· Garantía de una completa y eficaz utilización de los recursos forestales existentes en las tierras no incluidas en las Fincas Forestales de Explotación Permanente, antes de la utilización de éstas, mediante una planificación coordinada apropiada por parte de los organismos encargados de la ordenación del territorio, a fin de obtener los máximos beneficios para la población a través de una extracción y una elaboración completas de tales recursos, ateniéndose estrictamente a las necesidades óptimas de las industrias locales de elaboración de la madera.

· Fomento de la extracción y utilización eficaces de todos los tipos de productos forestales y promoción del desarrollo de las industrias madereras adecuadas, con capacidad determinada en consonancia con el flujo de recursos, a fin de conseguir la máxima utilización de éstos, crear oportunidades de empleo y obtener divisas.

· Realización de un programa intensivo de investigación en materia de desarrollo forestal destinado a alcanzar rendimientos en las Fincas Forestales de Explotación Permanente, beneficios directos e indirectos procedentes de la extracción y utilización de la madera y, sobre todo, rendimientos financieros sobre la inversión en actividades pro desarrollo forestal, en grado máximo.

· Realización de un programa amplio de capacitación forestal a todos los niveles en el sector público a fin de garantizar una disponibilidad suficiente de personal capacitado para las industrias forestales y madereras.

La Política Forestal Nacional se complementa con las siguientes directrices específicas destinadas a garantizar una ordenación forestal sostenible (Mok, 1977; Thang, 1990):

· Ordenar y utilizar los recursos forestales para obtener los máximos beneficios sobre la base de las posibilidades inherentes del bosque y su utilización óptima;

· Administrar los recursos forestales sobre la base de una utilización exhaustiva de las tierras forestales y los correspondientes planes de ordenación.

· Determinar el posible rendimiento sobre la base de evaluaciones sistemáticas y detalladas de la base de recursos forestales, su potencial de crecimiento y otros factores pertinentes.

· Regular los movimientos de las trozas sobre la base de un cuidadoso equilibrio entre oferta y demanda, las perspectivas de una utilización máxima y sus limitaciones.

· Explotar los recursos forestales de manera selectiva y mantener una regeneración natural suficiente, en consonancia con una explotación económica, a fin de garantizar la sostenibilidad de la base de recursos forestales.

· Aplicar sistemas óptimos de ordenación forestal formulados sobre la base de la información obtenido mediante una ordenación forestal sistemática e integrada y estudios operacionales.

· Establecer plantaciones forestales de especies de crecimiento rápido para la obtención de madera industrial.

· Fomentar la silvicultura de uso múltiple y la conservación del medio ambiente.

· Garantizar la protección de una superficie forestal suficiente para la conservación de los recursos genéticos, de suelo y de agua.

· Promover la explotación y utilización eficaces de todos los tipos de productos forestales.

La Ley Nacional Forestal fue aprobada por el Parlamento de Malasia en 1984 para uniformar y reforzar la legislación forestal del Estado destinada a la conservación, ordenación y desarrollo de los bosques. La ley fue adoptada por todos los estados de la península de Malasia a fin de facilitar la eficaz aplicación de la Política Forestal Nacional. La ley exige la clasificación de las Fincas Forestales de Explotación Permanente en categorías funcionales que incluyan «bosques de producción de madera en régimen de rendimiento continuo» (Gobierno de Malasia, 1984) y exige asimismo la preparación y aplicación de «planes de ordenación forestal del Estado en los que se prescriba el volumen de madera o la superficie de tierra que se pueden explotar, de conformidad con el principio del rendimiento continuo», planes de repoblación forestal y programas para los bosques recreativos. Prescribe asimismo el establecimiento de un Fondo de Desarrollo Forestal que facilite la realización de estas actividades a fin de garantizar una ordenación forestal sostenible. A nivel operativo, se exige al concesionario la licencia que demarque sobre el terreno la superficie cubierta por ésta, y que prepare planes de ordenación, extracción maderera y repoblación forestal

Bosque en producción de Malasia, ordenado con arreglo al principio del rendimiento sostenible

En la península de Malasia, el ciclo de las talas aplicado en el SCS es de 25 a 30 años, y se basa en las siguientes prescripciones (Thang, comunicación personal, 1991):

· el límite de corte de las dipterocarpáceas no debe ser inferior a los 50 cm dap, a excepción del chengal (Neobalanocarpus heimii), que no debe medir menos de 60 cm de dap;

· el límite de corte para las especies que no sean dipterocarpáceas, no debe ser inferior a los 45 cm de dap;

· el grado de espesura después de la tala debe ser por lo menos de 32 árboles comerciales en buenas condiciones por hectárea para la categoría de 30 a 45 cm de diámetro o su equivalente;

· la diferencia en los límites de corte entre las dipterocarpáceas y los árboles que no sean de esta especie deberá ser de por lo menos 5 cm;

· el porcentaje de dipterocarpáceas en la masa de árboles residuales después de la tala, en lo que respecta a los árboles con un dap de por lo menos 30 cm, no deberá ser inferior al número de árboles de esa especie existente antes de la tala.

Estas prescripciones están destinadas a favorecer la producción constante de las especies de dipterocarpáceas de valor comercial y en especial del chengal, asegurando al mismo tiempo la diversidad de las especies en su conjunto.

Perspectiva de una ordenación forestal sostenible

El concepto de sostenibilidad no es nuevo para la silvicultura ya que el objetivo básico de la ordenación forestal es conseguir un rendimiento continuo, objetivo que está definido claramente en las políticas forestales de Malasia. En su forma clásica, significa un «suministro constante» (Brasnett, 1953) o «la posibilidad de obtener, año tras año, un suministro de pies maderables maduros para la tala» (Knuchel, 1953). El concepto, sin embargo, es dinámico y puede ser modificado para adaptarlo a las condiciones y objetivos cambiantes de la ordenación forestal; así se ha hecho en Malasia, como reconocimiento de los múltiples valores inherentes a los bosques tropicales.

Actualmente Malasia produce madera procedente de las Fincas Forestales de Explotación Permanente, las tierras forestales del Estado destinadas a ser convertidas en tierras no forestales, y de las plantaciones de cultivos arbóreos, incluido el caucho. Las perspectivas para la ordenación sostenible de las FFEP son excelentes, sobre todo en lo que respecta a la producción de madera, ya que la seguridad de la tenencia de la tierra está garantizada y las tasas de crecimiento registradas en los bosques regenerados indican que puede conseguirse un rendimiento constante. Los estudios integrados en materia de ordenación y operaciones forestales de la península de Malasia demuestran que, con unas tasas de crecimiento medio de los árboles con más de 30 cm de dap de 0,8-1,0 cm al año de diámetro y de 2,0-2,5 m3 por hectárea al año de volumen comercial bruto, aproximadamente las tres cuartas partes de los bosques de montaña pueden producir cada 30 años al menos 40-45 m3 netos por hectárea, que corresponden aproximadamente al actual nivel de producción media de los bosques vírgenes de montaña (Thang, comunicación personal, 1991). Los estudios sobre crecimiento y rendimiento realizados en Sabah y Sarawak, han dado resultados positivos similares.

Aun cuando Malasia cuenta con más requisitos previos y directrices para una ordenación sostenible de los bosques tropicales naturales que la mayor parte de los demás países tropicales y ha demostrado la viabilidad de un rendimiento continuo en lo que respecta a la ordenación y al funcionamiento forestales, se ha acusado con frecuencia al país de no haber pasado la prueba de la sostenibilidad. En un reciente estudio sobre silvicultura realizado en Sarawak por una misión de la Organización Internacional de las Maderas Tropicales, por ejemplo, se reconocía que «entre los admirables rasgos que caracterizan la política del Estado se incluye una Política Forestal Estatal en la que se declara como objetivo principal la protección de las cuencas hidrográficas, la creación de zonas reservadas para proteger la diversidad biológica y un sistema eficaz para vigilar y controlar el movimiento de las trozas, una planificación amplia de la ordenación para los bosques destinados a la producción y un banco de datos sobre investigación que no tiene igual en las zonas tropicales», a pesar de lo cual se llegaba a la conclusión de que se «había conseguido sólo en parte la ordenación sostenible de los bosques de Sarawak», y se citaba como principal inconveniente la tala excesiva de los bosques de dipterocarpáceas de montaña (ITTO, 1990b).

Esta conclusión es ilógica, irracional e injusta ya que presume que Sarawak continuará extrayendo madera al mismo ritmo actual, sin tener en cuenta la ordenación forestal sostenible ni el bienestar futuro de la población. Debería señalarse, por el contrario, que la madera procede de las FFEP y de las tierras forestales del Estado y que la alta tasa de extracción de madera de Sarawak registrada a partir de mediados del decenio de 1980 coincidió con un aumento considerable de la superficie de las tierras forestales del Estado destinadas a ser convertidas en plantaciones de cultivos arbóreos agrícolas perennes como el caucho y la palma de aceite. En consecuencia, la mayor parte de la producción obtenido durante ese período, procedente sobre todo de los bosques de montaña, se recogió en regiones situadas fuera de las Fincas Forestales de Explotación Permanente. En 1990, de los aproximadamente 18,8 millones de m3 correspondientes a la producción total de trozas, 7,8 millones procedían de las Fincas Forestales de Explotación Permanente, 4,7 de las tierras forestales del Estado y 6,3 de las zonas destinadas a su conversión en tierras agrícolas. No se prevé que la tasa relativamente alta de extracción de madera en Sarawak continúe indefinidamente, sino que disminuya y se estabilice a un nivel sostenible.

En general, los bosques naturales seguirán cubriendo 8,72 millones de hectáreas aproximadamente, equivalentes al 70 por ciento de la superficie total de Sarawak. De este total, aproximadamente 4,5 millones de hectáreas se han declarado Fincas Forestales de Explotación Permanente; 256000 ha, Zonas Totalmente Protegidas y 3,96 millones de hectáreas zonas forestales del Estado. El Estado ha propuesto aumentar la superficie de las Fincas Forestales de Explotación Permanente a 6 millones de hectáreas, y la Zona Totalmente Protegida a un millón de hectáreas.

Las Fincas Forestales de Explotación Permanente y las tierras forestales del Estado situadas en Sarawak se explotan de acuerdo con el concepto, los principios y las prácticas del rendimiento continuo. De hecho, los estudios realizados indican que, sobre la base de los actuales ciclos de corta, de 45 y 25 años, para los bosques pantanosos de Peat y los bosques de dipterocarpáceas mixtas de Hill respectivamente, a finales del actual ciclo de corta, el volumen mínimo por hectárea de árboles cultivados superará la media actual de extracción forestal. Además, cada zona de concesión o unidad de ordenación cuenta con un plan de ordenación forestal con una descripción de la zona, de los objetivos de explotación y de las prescripciones para la extracción forestal, las especies que hay que apear y los límites de su diámetro, la corta anual permitida, las especificaciones para la construcción de carreteras y extracción de madera, las sanciones por los daños ocasionados en la corta y saca, etc. En los planes de ordenación forestal se incluyen asimismo planes de ingeniería forestal, a fin de garantizar que las operaciones de extracción maderera están bien planificadas y se realizan con la debida precaución de forma que aumente la eficacia y se reduzcan al mínimo los daños ocasionados a los árboles que queden en pie y al medio ambiente.

Es importante comprender que una producción sostenible de madera no es necesariamente lo mismo que una ordenación forestal sostenible. En el caso de Sarawak, donde existen bosques naturales abundantes que pueden explotarse con fines de producción forestal o convertirse en tierras para usos no forestales que den rendimientos económicos superiores y sostenibles, puede mantenerse una tasa continua y alta de producción de madera durante un período corto de tiempo sin que se produzca ningún efecto perjudicial a la sostenibilidad de las Fincas Forestales de Explotación Permanentes a largo plazo. Sería poco probable que una reducción arbitraria de la tasa de extracción maderera contribuyera a conseguir la sostenibilidad a largo plazo, sin introducir ninguna mejora en las operaciones y prácticas forestales.

Conclusión

Los bosques tropicales están siendo considerados la fuente de recursos naturales más importante de la tierra. Hace tiempo que Malasia ha reconocido la importancia de los bosques tropicales naturales y ha reservado zonas totalmente protegidas destinadas específicamente a la conservación de la diversidad biológica y del medio ambiente, y ha establecido también fincas forestales de explotación permanente (FEEP) destinadas a la conservación, protección y producción. Malasia ha introducido también políticas y estrategias de carácter previsor y pragmático, para proteger los bosques y garantizar una ordenación sostenible, una utilización y un desarrollo de los mismos, basados en los siguientes principios: ordenación de los bosques naturales orientada a la conservación; reforestación y repoblación forestal de las tierras degradadas y taladas; investigaciones en materia de utilización, ordenación y operaciones forestales, y difusión de la información, tecnologías y conocimientos especializados adecuados.

Evidentemente, existe la posibilidad de aumentar los beneficios socioeconómicos derivados de los ricos bosques naturales tropicales de Malasia hasta el máximo de sus posibilidades, perfeccionando las técnicas de ordenación forestal y de silvicultura y mejorando los sistemas de extracción maderera y de utilización de sus productos. Para resolver los complejos problemas que plantea la utilización racional y sostenible de los recursos forestales y de tierra, en continua disminución, resulta imprescindible realizar investigaciones sobre ordenación forestal. Reconociendo esta realidad, Malasia ha reservado una serie de parcelas experimentales para seguir de cerca el crecimiento y el rendimiento de los bosques regenerados en el marco del programa SUM y ha iniciado una serie de estudios experimentales sobre ordenación y operaciones forestales para hacer acopio de datos fidedignos a fin de evaluar los distintos sistemas de ordenación forestal previstos en el Sistema de Corta Selectiva (SCS). En el país se está trabajando también activamente en proyectos bilaterales regionales e internacionales que contribuyan a conseguir una ordenación forestal sostenible.

Mientras que, según el concepto clásico, el rendimiento continuo puede alcanzarse mediante investigaciones tradicionales sobre los aspectos más importantes de la ordenación forestal, la consecución de las plenas posibilidades de la ordenación sostenible de los bosques tropicales sólo podrá alcanzarse si se vigilan y evalúan todos los factores que influyen en la ordenación forestal de forma integrada y en condiciones operativas correspondientes a la vida real. Los estudios experimentales integrados sobre ordenación y operaciones forestales brindan un instrumento objetivo para evaluar los efectos de los distintos sistemas de ordenación forestal, extracción maderera, y técnicas de repoblación forestal sobre los valores correspondientes a la producción, conservación, factores socioeconómicos, medio ambiente y otros parámetros pertinentes. Estos estudios deberán realizarse en concesiones de dimensiones suficientes y en colaboración con los concesionarios, no solamente para garantizar el realismo operativo sino, lo que es más importante, para facilitar la transferencia de tecnologías adecuadas, la elevación de los conocimientos técnicos y especializados, el intercambio de información técnica y de gestión y el aumento de la confianza y de la aceptabilidad mutua con respecto a los resultados de las investigaciones y las soluciones encontradas en ellas.

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