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Editorial: Ergonomía y seguridad de los trabajadores forestales

Las actividades forestales se caracterizan por una combinación de condiciones difíciles, relacionadas con el terreno abrupto, el clima riguroso (caluroso o frío), el trabajo físicamente duro y las herramientas pesadas y peligrosas, especialmente si no se utilizan y mantienen debidamente. Los lugares de trabajo suelen estar situados en zonas remotas y aisladas, por lo que los servicios de alojamiento, comidas y bebidas y primeros auxilios son insuficientes o incluso inexistentes. Además, este trabajo tiende a estar mal considerado y remunerado.

El resultado es que, en todos los países donde existen estadísticas comparativas, en el sector forestal se registran más accidentes que en casi todos los demás ramos de la industria; por ejemplo, un trabajador forestal está tres o cuatro voces más expuesto a sufrir un accidente laboral que un agricultor. A las consecuencias inmediatas de los accidentes se suman los riesgos a largo plazo para la salud: los trastornos causados por el ruido y la vibración son dos de los ejemplos más evidentes.

La frecuencia y gravedad de los accidentes en la explotación forestal son hasta diez veces mayores en los países en desarrollo que en los industrializados; esto se debe tanto a la falta de atención y recursos como al hecho de que las herramientas, la maquinaria y el equipo protector son casi siempre diseñados en países industrializados, y por tanto suelen ser inapropiados para las condiciones de trabajo y trabajadores de los países en desarrollo.

De estas malas condiciones derivan la baja productividad y la falta de sostenibilidad. Si los trabajadores forestales padecen de una excesiva tensión física y mental, no están suficientemente protegidos contra condiciones desfavorables, no disponen de servicios sanitarios, alimentación y alojamiento decentes y están mal remunerados, no se puede esperar de ellos una estabilidad, una motivación y una productividad que permita manejar de forma sostenible los recursos. A pesar del terrible número de problemas de salud y accidentes laborales que se registran en el sector forestal, y de las consecuencias negativas para su productividad, son pocos los países, industrializados o en desarrollo, donde las cuestiones de la ergonomía y la seguridad de los trabajadores forestales ocupan un lugar destacado en la lista de prioridades.

En el presente número de Unasylva se estudian detenidamente la ergonomía y la seguridad de los trabajadores forestales y se examinan las posibilidades de mejorar la situación y el nivel de responsabilidad necesario. En varios artículos se pone de relieve la falta de datos sobre los accidentes y enfermedades profesionales en el sector forestal, datos necesarios no para buscar culpables sino para determinar los peligros y las posibles soluciones. Tampoco existe un análisis detallado de los costos y beneficios de la introducción de prácticas más seguras y eficaces, requisito previo esencial para que las empresas forestales, públicas o privadas, locales o nacionales, puedan adoptar decisiones fundamentadas.

En el artículo principal, P. Poschen, especialista en industrias forestales y madereras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), examina las tendencias internacionales en materia de promoción de la seguridad y de la salud en las operaciones forestales, basándose sobre todo en un informe del Comité de Industrias Forestales y Madereras de la OIT, publicado en 1991, en el que se analizan información y experiencias recogidas a lo largo del último decenio, tanto en reuniones internacionales como en proyectos de asistencia técnica. A continuación D. Staal Wästerlund y F. Kufakwandi exponen las medidas adoptadas para mejorar la seguridad y la productividad de los trabajadores de un grupo de industrias forestales de Zambia, en el marco de un proyecto ejecutado con apoyo de la OIT.

J.E. Gaskin y R.J. Parker, investigadores de Nueva Zelandia, describen el Plan de Notificación de Accidentes que ha ayudado a investigadores, especialistas en capacitación y fabricantes en sus esfuerzos por reducir la frecuencia y gravedad de los accidentes. Una de las finalidades del Plan es la medición de la exactitud con que los trabajadores perciben los riesgos de las operaciones forestales.

Las condiciones de vida de los trabajadores forestales tienen una relación directa con su productividad y estabilidad, según lo demuestran B. Strehlke en su artículo sobre seguridad en la explotación forestal en Indonesia, y E. Apud y S. Valdés en su estudio sobre la ergonomía en el sector forestal chileno.

Sucesivamente, L.A. Smith y R.E. Thomas examinan la situación de la investigación ergonómica en relación con la explotación forestal en el sudeste de Estados Unidos, comparando las condiciones ambientales reinantes en esta región con las zonas tropicales húmedas, lo que permitiría aplicar muchos de los resultados en una escala mayor.

En los próximos números de Unasylva aparecerán más artículos sobre este importante tema, en particular sobre un programa finlandés de seguridad para los trabajadores forestales y sobre un análisis de programas de extensión destinados a mejorar la ergonomía.


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