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Particularidades del uso de los animales de trabajo en México


Importancia de los animales de tiro
Superficie disponible en las unidades de producción y capacidad de trabajo
Significado económico de los animales de tiro
Adiestramiento, instalaciones y equipo
Bibliografía

A. Cruz León
El autor es Director General de Difusión Cultural y Profesor de la
Universidad Autónoma Chapingo, México

La introducción de los animales de trabajo en México data del siglo XVI. Las especies y la tecnología que se utilizaron correspondieron a las prácticas agropecuarias existentes entonces en España, razón por la cual desde esa época el uso de animales de trabajo quedó restringido a vacunos (Bos taurus), caballos, mulas y asnos, a pesar del número elevado de otras especies que se empleaban en el mundo. La tecnología de la tracción fue importada por los europeos, quienes además controlaron su adopción en las explotaciones. Las explotaciones de cana de azúcar fueron las primeras en utilizar el trabajo animal para satisfacer los elevados aportes de esfuerzo físico inherentes a las faenas. Los indígenas conocieron la tecnología de la tracción animal al ser obligados a trabajar en las explotaciones en virtud del sistema de la encomienda; sin embargo, durante la primera mitad del siglo XVI les estuvo prohibido poseer y utilizar animales de trabajo para su beneficio personal.

El transporte fue una de las actividades en las que por falta de caminos se emplearon los animales de carga y silla, pero en el porteo también su empleaban cargadores. Tan pronto como se construyeron los caminos carreteros se aprovecharon los animales en el tiro de vehículos. En la minería los animales se usaron para el molido del mineral y el transporte de materias primas, así como para la producción y transporte de los productos alimenticios para cubrir las necesidades de los mineros.

Importancia de los animales de tiro

En México, las estadísticas sobre los diferentes aspectos relacionados con el uso de los animales de tiro son poco homogéneas, y ello dificulta un manejo comparativo de los datos correspondientes a la década en que se levantan los censos agropecuarios; a pesar de ello se intentará presentar una visión de conjunto que muestre la importancia de los animales de trabajo. La información contenida en este artículo corresponde a los datos censuales de 1930 a 1990, en los que se considera como animales de trabajo a vacunos Bos taurus y B. indicas (este último introducido a mediados del presente siglo), caballos, machos y mulas, los cuales se usan para el tiro de instrumentos y vehículos, carga y silla; se excluye a los asnos a pesar de su elevado número.

En México, el yugo doble de cabeza, de origen español, es el mecanismo de unión y de toma de fuerza para los vacunos - In Mexico. the double-head yoke, originating in Spain is used to team oxen for draught power - Au Mexique, le joug double de tête, d'origine espagnole, accouple deux animaux et transmite la force de traction

En valles centrales de Oaxaca, después de la jornada los vacunos cargan y arrastran el arado simétrico - In the central valleys of Oaxaca, oxen carry and drag a symmetrical plough after a day's work - Dans les vallées centrales de l'Etat d'Oaxaca, en fin de journée les bovins portent et tirent la charrue symétrique

El mercado de yuntas en Oaxaca es un mercado típico que incluye la venta de vacunos para el trabajo. Los animales uncidos son los que han sido adiestrados - Yoked cattle for sale in Oaxaca, where work animals are often sold at markets. The yoke indicates that the cattle have been trained - Marché d'attelages de bœufs, dans l'Etat d'Oaxaca; ces marches où l'on vend également des bœufs, de travail sont typiques Les animaux attelés ont été dressés

La población total de animales de trabajo (incluyendo vacunos, caballos y mulas) durante el período 19301990 se descompone de la siguiente manera: 2 801 345 animales en 1930; 2 795 848 en 1940; 3 919 605 en 1950; 3 476 396 en 1960; 4 149 441 en 1970; 2 238 656 en 1980; y 2 238 672 en 1990. La información de los dos últimos censos es imprecisa, sobre todo la de 1980, de la cual sólo se publicó un resumen; y la de 1990 sobre animales de trabajo que contrasta con la situación observada en las comunidades, donde los cambios no han sido evidentes en los últimos 20 años.

Entre las especies usadas para el trabajo, los vacunos son los animales de mayor importancia, representando más del 50 por ciento del total de animales usados para tiro hasta 1970. A partir de ese año se observa una disminución de su importancia relativa, a tal punto que en 1990 representan menos del 30 por ciento del total.

En cuatro estudios regionales de casos con datos contrastantes, Cruz León (1994) encontró que el 32,7 por ciento del total de productores poseían animales para tracción. Entre estos productores el 62,3 por ciento poseían vacunos, el 20 por ciento machos o mulas, el 11,8 por ciento caballos, y el 5,9 por ciento yuntas mixtas. En estas comunidades dominaban los vacunos respecto a la media nacional.

La importancia de la tracción animal es mayor en el centro y sur del país; los estados que destacan son Guanajuato, Oaxaca, Puebla, Jalisco, México, Zacatecas, San Luis Potosí, Guerrero, Veracruz e Hidalgo.

La información del censo de 1970 es más completa que la de los demás censos; algunos datos relevantes se relacionan con el tipo de energía empleada en la superficie laborable; así, la superficie total laborable para ese año fue de 19 385 420 ha; en el 63 por ciento de dicha superficie se empleó tracción animal, en el 21,5 por ciento tracción motorizada y en el 15,4 por ciento tracción mixta. Concentrando cantidades, se establece que la tracción animal fue empleada en el 78,5 por ciento de la superficie cultivada, en tanto que la tracción motorizada fue empleada en el 36,9 por ciento.

La importancia de los animales en los sistemas de producción se relaciona estrechamente con el cultivo de maíz, que representa entre el 40 y 50 por ciento de la superficie laborable en México. El cultivo de esta especie se lleva a cabo utilizando diferentes tecnologías. Montañez y Warman (1985) encontraron que para 1981, a nivel nacional, la tracción animal se utilizaba en forma exclusiva en el 38,8 por ciento de la superficie cultivada, que en el 35,1 por ciento de la misma intervenía la tracción motorizada, y que en el resto se aplicaba una combinación de ambas.

En un estudio de la producción de maíz en el estado de Colima, realizado en 1985, Romero (1986) encontró que del total de la superficie cultivada bajo roturación, el 67 por ciento se trabajó con animales de tiro y el resto con maquinaria motorizada. Del total de productores que poseían animales de tiro' el 87,3 por ciento poseía équidos y sólo un 12,7 por ciento vacunos, situación que contrastaba con el resto del país.

En la Mixteca, región del estado de Oaxaca, se cultiva maíz en el 70 por ciento de la superficie agrícola, bajo el sistema de roturación. En el 76 por ciento de esta superficie, la roturación del suelo se realiza con yuntas y el resto con tractor, en tanto que las labores de siembra y escarda se llevan a cabo en su totalidad con animales. Las especies empleadas son exclusivamente vacunos (Romero et al., 1986).

Cruz León (1994) informa que en cuatro comunidades se encontró que del total de las unidades de producción el 37 por ciento empleó animales, el 7,4 por ciento tractores y el 5-3 por ciento animales y tractores. Estas cifras contrastan con la tendencia a la fuerte disminución del uso de animales de trabajo según las estadísticas, especialmente en los dos últimos censos.

Superficie disponible en las unidades de producción y capacidad de trabajo

La superficie de labor por unidad de producción es una de las variables importantes para elegir el tipo de energía que se ha de utilizar para las prácticas agrícolas. Los datos disponibles, aunque corresponden al censo de 1970, siguen siendo válidos ya que la tenencia de la tierra no se ha modificado mayormente, a pesar de los cambios legislativos de la presente década. De acuerdo con el censo de 1970, el 37,4 por ciento de las unidades de producción poseía superficies comprendidas entre 0,1 y 2,0 ha, el 20,7 por ciento entre 2,1 y 4,0 ha, el 19,3 por ciento entre 4,1 y 8,0 ha y el 8,7 por ciento entre 8,1 y 12,0 ha.

La superficie que se puede trabajar por ciclo de cultivo con una pareja de animales es variable. Inns (1980) establece que una yunta de vacunos puede atender de 3 a 4 ha por ciclo, en tanto que Pathak y Gill (1985) mencionan que se pueden satisfacer los requerimientos de fuerza animal para 3 a 4 ha de doble cosecha y S a 6 ha en la agricultura de secano. Para el caso de México, Cruz León (1994) encontró que la superficie que puede trabajar una pareja de animales de tiro en condiciones de secano es de 4 a 10 ha o más. La diferencia se explica en función de diversos factores como las condiciones ambientales, principalmente el clima, el suelo y la pendiente; los cultivos; la especie utilizada para el tiro; las costumbres de trabajo del agricultor y la superficie laborable disponible por unidad de producción.

Considerando esta información y la superficie laborable por unidad de producción, en el 86 por ciento de las unidades de producción de pequeña superficie una pareja de animales es suficiente para cubrir las necesidades de tracción. Debido a la escasa superficie laborable, en el 58 por ciento de dichas parcelas los animales se subutilizan.

Segunda escarda de maíz utilizando equinos en el estado de Morelos - The second weeding of maize using horses in the state of Morelos - Deuxième sarclage du maïs effectué à l'aide d'équidés, dans l'Etat de Morelos

El vehículo tirado por un caballo tiende a desplazar al tirado por vacunos - Horse-drawn vehicles are replacing those drawn by oxen - Les véhicules tractés par un cheval tendent remplacer ceux tirés par des bœufs

Vacunos y vehículo típico de las regiones más tradicionales - Cattle and typical vehicle of the more traditional regions - Bovins et véhicule typique des régions les plus traditionnelles

1. Costo promedio por hectárea de las prácticas agrícolas realizadas con yunta en el cultivo de maíz - Average cost per hectare of maize cultivation using yoked oxen - Coût moyen par hectare des opérations de culture du maïs effectuées par un attelage de bœufs

Práctica

Huitchila

Zegache

Pahuacán

Etla

Valores promedio

(nuevos pesos)

Preparación del terreno

86

40

62

58

59

Surcado de siembra

63

39

39

49

45

Primera escarda

75

39

40

48

45

Segunda escarda

75

-

49

48

49

Cajón

-

-

49

-

-

Total

299

158

223

203

203

Fuente: Cruz León, 1994.

Lo anterior trae como consecuencia que la eficiencia de utilización de los animales sea muy baja, situándose entre el 7,8 y 21,3 por ciento. Estos datos pueden significar que la mayoría de los productores compensan la baja productividad de los animales de tiro utilizando un gran número de animales.

Significado económico de los animales de tiro

La incorporación de los animales al tiro ocurre generalmente a los 2,5 a 3 años de edad (promedio: 2,7 años); dicha edad es inferior a las recomendaciones locales y a lo establecido en las recomendaciones técnicas (Pathak y Gill, 1985; Sasimowsky, 1987). Asimismo, se encontró que la permanencia de los animales en la unidad de producción - que debería ser de al menos 10 años para los vacunos y 15 para los équidos, es tan sólo de 3 años para los primeros, y equivale al 17 por ciento del valor óptimo de permanencia para los équidos. La razón de esta breve permanencia es de índole económica: se incorpora a los animales de corta edad a la unidad de producción con la finalidad de disminuir la inversión, y se saca provecho de su permanencia porque durante ella los animales crecen y se desarrollan. Los aumentos de peso asociados al crecimiento se traducen en ganancias para el productor; terminado el crecimiento los animales se venden, y esto sucede entre los cinco y seis años de edad, cuando han alcanzado su máximo desarrollo corporal. Este manejo indica que lo más importante para los propietarios es la obtención de ganancias por la venta de los animales, mientras que el aprovechamiento de la fuerza y otros usos se convierten en factores secundarios.

En Oaxaca, en el estado de México y en Morelos, la comercialización de los vacunos se realiza en mercados regionales. Los animales deben cumplir con los requisitos del mercado de la carne, es decir, ser jóvenes, sin castrar, encestados con Cebú y robustos. En el caso de los équidos, se evita su venta como animales de desecho, ya que se pierde gran parte de la inversión inicial.

Generalmente se obtienen ganancias anuales de entre 8 a 20 por ciento en relación con la inversión inicial y sin considerar el costo de manutención e infraestructura; además, hay que considerar como ingreso otros beneficios como el aporte de estiércol, la oportunidad de la realización de prácticas agrícolas y la condición social (Cruz León, 1994).

El costo de las prácticas agrícolas relativas a la producción de maíz para cuatro comunidades se presenta en el Cuadro 1. Los productores de Huitchila, que poseen una superficie media de maíz de 2,2 ha, obtienen como «ahorro» 777 nuevos pesos (130 dólares EE.UU.); en Pahuacán, con una superficie sembrada de 3,9 ha, obtienen 871 nuevos pesos (145 dólares). En el caso de que los animales se ofrezcan en arriendo se obtiene un ingreso adicional que aumenta los beneficios del propietario.

Los animales de tiro permiten el aprovechamiento de ciertos recursos de la unidad de producción y colectivos de la localidad, haciendo posible la conversión de rastrojos y residuos de cosecha para beneficio de sus propietarios. Los animales de tiro son alimentados con rastrojo de maíz, arvenses y otras especies vegetales espontáneas a través del pastoreo; sólo en dos comunidades de Oaxaca se recurre a la suplementación con alfalfa para la producción de leche.

El tipo de alimentación es diferente en cada región y varía también según las especies de tiro (Cuadro 2).

La producción de recursos forrajeros naturales es estacional, es decir que existe una época de escasez que el productor cubre de diferentes formas; con excepción de Huitchila, donde se incorporan directamente en el suelo, en el resto de comunidades existe como norma la cosecha y almacenamiento de rastrojo de maíz para usarlo en época de escasez. Otros esquilmos usados para la alimentación de animales de tiro son los de sorgo y arroz (en Morelos), trigo (en el estado de México), garbanzo (en Oaxaca) y frijol en todas las comunidades. Los esquilmos se aprovechan después de la cosecha del grano. En cambio, el maíz, cuyo mayor volumen se obtiene después de la cosecha del grano, se emplea en forma continua desde que la planta comienza a madurar.

2. Porcentaje de productores como indicador de la importancia relativa de los sistemas de alimentación - Percentage of farmers as an indicator of comparative importance of feed systems - Pourcentage de producteurs, en tant qu'indicateur de l'importance relative des systèmes d'alimentation

Tipo de forraje

Huitchila

Zegache

Pahuacán

Etla

Valores promedio

Bovinos

Equidos

Esquilmos

48,0

65,0

68,0

95,0

57,0

67,0

Pastoreo

52,0

26,0

2,0

-

1 ,5

1 6,3

Arvenses

-

8,0

27,0

5,0

10,5

10,1

Alfalfa

-

-

2,5

-

31,1

6,7

Fuente: Cruz León 1994.

Los equipos agrícolas en la zona de Veracruz - Agricultural implements in the area of Veracruz - Les outils agricoles dans la région de Veracruz

La suplementación de este tipo de alimentación - la más común para los équidos - es más frecuente en los meses secos (enero a mayo) y cuando los animales realizan el mayor esfuerzo, porque coincide con la preparación del terreno. Esta suplementación se hace con granos de maíz, trigo, cebada y ocasionalmente con gallinaza para los vacunos.

Adiestramiento, instalaciones y equipo

Los animales de tiro son adiestrados preferentemente por el futuro usuario, que se propone obtener animales de acuerdo con sus modalidades particulares de trabajo y establecer con ellos un mutuo «entendimiento» (obediencia por parte de los animales, buen trato por parte del dueño) indispensable durante el trabajo. El adiestramiento consiste en tres fases: en la primera se busca que los animales reconozcan a su pareja de tiro, a la vez que permitan el acercamiento del yuntero; en la segunda, se acostumbra a los animales a llevar los aperos, y en la tercera, a tirar los instrumentos y obedecer a las principales órdenes en función de las labores que se vayan a realizar.

El adiestramiento es una actividad que se ha mantenido sin grandes modificaciones desde su introducción por los españoles en el siglo XVI, y es muy semejante a las descripciones de adestramiento contenidas en los registros del siglo XIII (De Herrera, 1980).

Las instalaciones para los animales de tiro, cuando existen, son muy austeras y sus características dependen de las comunidades; así, en las regiones templadas y frías donde se emplean équidos, son frecuentes los comederos y pesebres.

En las comunidades que disponen de potreros comunales, los vacunos pacen libremente; no existen instalaciones para albergar a los animales, y éstos se valen de los árboles de los patios de las casas para resguardarse del sol.

El arado es el instrumento utilizado con mayor frecuencia para las diferentes labores realizadas con animales de tiro. Existe una gran diversidad de arados, y es común agruparlos en simétricos o «de palo», y de vertedera o «de fierro». Los primeros pueden ser radiales o dentales y reproducen los modelos introducidos por los españoles hace 500 años. La preferencia por los tipos de vertedera obedece a una tradición cultural; algunos presentan aspectos técnicos del diseño que responden a las condiciones del suelo y a los requerimientos de los cultivos. Los arados de vertedera son de diversos tipos, según la región donde se utilizan. Algunos son de fabricación nacional y se distribuyen en determinadas zonas; existen modelos que son construidos en pequeños talleres para satisfacer las necesidades locales de poblaciones pequeñas. Entre los tipos más usuales está el Apulco, que se fabrica en cinco tamaños; el Oliver, que se fabrica en tres tamaños, y el Matador. Además de los arados existen rastrillos, rastras, cultivadoras, sembradoras y otros instrumentos de fabricación local.

Bibliografía

Cruz León, A. 1994 Tracción animal en la agricultura de México. Tesis de Maestría en Ciencias, Colegio de Postgraduados, Montecillo. 297 págs.

De Herrera, A. 1980 Agricultura general. Ministerio de Agricultura, Madrid. 445 págs.

Inns, F.M. 1980. La fuerza animal en los sistemas de producción agrícola. Revista mundial de zootecnia, 34: 2-10

Montañez, C. y Warman, A. 1985. Los productores de maíz en México. restricciones y alternativas. Centro de Ecodesarrollo. México, D.F. 226 págs.

Pathak, B.S. y Gill, B.S. 1985. Ordenación y empleo del ganado vacuno para el trabajo. Energía animal en la agricultura de Africa y Asia. FAO, Roma. Págs. 9-22

Romero, P.J. 1986. La producción de maíz en el estado de Colima. Tesis profesional. Universidad Autónoma Chapingo. 201 págs.

Romero, P.J., García, L.B., Martínez, G.J., Ramírez, M.C., Reyes, M.F. y Ramos M.T. 1986. Diagnóstico de la producción agrícola de las Mixtecas oaxagueña alta y baja. Inédito. Universidad Autónoma Chapingo, Chapingo. 1006 págs.

Sasimowski, E. 1987 Polonia - Empleo, producción y crianza de caballos de tiro. Estudio monográfico. Revista mundial de zootecnia 63: 31-39

1979. Manual de estadísticas básicas. Sector agropecuario y forestal. Talleres Gráficos de la Nación, México, D.F 1257 págs.

1988. VI Censo agrícola ganadero y ejidal. Resumen general, resultados muestrales a nivel nacional y por entidad federativa. INEGI, México, D.F. 573 págs.


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