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Actividades forestales de la FAO

La FAO y el desarrollo sostenible de las zonas de montaña

Desde la celebración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (Rio de Janeiro, 1992), y la posterior designación de la FAO como coordinador sectorial del Capitulo 13 del Programa 21, titulado Ordenación de ecosistemas frágiles: desarrollo sostenible de las zonas de montaña, la Organización concede mayor importancia a los ecosistemas de montaña en el conjunto de sus actividades. La función de coordinador sectorial comprende la presentación de informes sobre la aplicación del Programa 21 a la Comisión sobre el Desarrollo Sostenible (CDS), la intensificación del intercambio de información, la catalización de actividades y programas conjuntos y el fomento de la cooperación y la adopción de estrategias conjuntas entre distintos organismos.

La FAO participa desde hace muchos años en el desarrollo humano y la ordenación de los recursos naturales, así como en actividades de conservación en las zonas de montaña en todas las regiones del mundo, mediante la ejecución de programas en los ámbitos forestal, agrícola, pesquero, de los asuntos sociales, el desarrollo sostenible y la información. El programa de campo de la FAO tiene una larga tradición en la prestación de asistencia técnica para la conservación del suelo y el agua, las actividades forestales y otras actividades conexas en las regiones montañosas.

El Grupo interagencias sobre montañas, creado y coordinado por la FAO, es un mecanismo importante para promover la cooperación, que tanto ha contribuido a conseguir avances en las cuestiones relacionadas con las zonas de montaña. Este grupo interinstitucional no está formado únicamente por organismos de las Naciones Unidas. En efecto, las ONG participan en él (cada vez más activamente) desde el momento de su creación como miembros de pleno derecho, y desempeñan una importante función en la elaboración de estrategias, la promoción de organizaciones locales, nacionales y regionales y la creación de redes a nivel internacional. Entre ellas, el Instituto sobre la Montaña, el Centro internacional para la Ordenación integrada de las montañas (ICIMOD) y la Universidad de las Naciones Unidas han desempeñado el papel de precursores y, en colaboración con la FAO, han establecido el Foro sobre las zonas de montaña, una confederación de redes sobre las montañas [Ndr: véase el artículo de E.A. Byers, pág. 13, en este mismo número de Unasylva].

Muchos gobiernos han manifestado gran interés, como se desprende del hecho de que hayan participado en la consulta intergubernamental de Asia y el Pacífico en Kathmandú (1994), en la de América Latina y el Caribe, en Lima (Perú), en 1995; en la de África, en Addis Abeba (Etiopía), en 1996; y en la de Europa, cuya primera sesión tuvo lugar en Aviemore (Escocia), en 1996, y la segunda en Trento (Italia), en ese mismo año. También se celebraron consultas de ONG en la India (1994), Perú (1995) y Francia (1996). La FAO asistió y presté apoyo a la mayor parte de esas reuniones (FAO, 1998; Sène y McGuire, 1997).

Ejemplos de iniciativas del programa de campo de la FAO referentes a las zonas de montaña

· El Programa interregional de desarrollo y conservación participativos en las tierras altas, en Bolivia, Burundi, Nepal, el Pakistán y Túnez, 1992-1977. La finalidad del programa es elaborar y experimentar metodologías participativas de planificación, ejecución, seguimiento y evaluación de actividades encaminadas al desarrollo sostenible de las zonas de montaña. La tercera fase (1998-99) tiene por objeto consolidar la institucionalización del enfoque participativo en la ordenación de las cuencas hidrográficas de montaña.

· Las iniciativas de Fouta Djallon (Guinea). Varios países del África occidental tienen una gran dependencia de los recursos hídricos de la cordillera de Fouta Djallon. Durante los dos últimos decenios, la FAO y el PNUD han participado en una serie de proyectos de donantes múltiples encaminados a la conservación y desarrollo de los recursos naturales de las montañas de Fouta Djallon y a fomentar el desarrollo comunitario. Las numerosas fases que se han sucedido han tenido como finalidad promover actividades de conservación en el marco de la ordenación y la protección de los recursos de agua, prácticas de lucha contra la erosión, la conservación de la vegetación natural y actividades relacionadas con la seguridad a nivel local.

· Definición de estrategias y políticas para el desarrollo sostenible de las zonas de montaña en México. Actualmente, la FAO está prestando apoyo al Gobierno de México y cooperando con él para preparar políticas y estrategias de planificación y ordenación participativas del desarrollo sostenible de las zonas de montaña. Entre las actividades que se están llevando a cabo figuran la planificación nacional del desarrollo sostenible de las zonas de montaña, la difusión de información estructurada sobre experiencias técnicas y sobre los recursos humanos para rehabilitar y ordenar las tierras montañosas, y el apoyo a las comunidades agrarias y a las actividades de capacitación de esas comunidades sobre diversos aspectos relacionados con la planificación, la extensión y la conservación de los recursos de carácter participativo.

· Alternativas al cultivo de la adormidera. En Colombia, la FAO está cooperando con el Programa de las Naciones Unidas para la Fiscalización Internacional de Drogas (PNUFID) en la preparación de un proyecto de desarrollo rural para prestar apoyo a las comunidades de las zonas afectadas por el cultivo de la adormidera mediante una serie de actividades como la implantación de viveros comunitarios, el establecimiento de plantaciones agroforestales y plantaciones forestales de fines múltiples, la protección de las cuencas de captación y los lechos de los ríos, la ordenación de bosques naturales, la recuperación y conservación de suelos y el desarrollo de pequeñas empresas forestales y de sistemas de comercialización.

· Proyecto piloto para la ordenación de cuencas hidrográficas en Marruecos. Marruecos adoptó muy pronto el Plan internacional para la conservación y rehabilitación de tierras en África, promovido por la Dirección de Fomento de Tierras y Aguas de la FAO. Se consideró que ese plan podía ser un marco adecuado para organizar la conservación del suelo y el agua en Marruecos, a la luz de las preocupaciones medioambientales propias de las tierras secas. En 1997 se concerté un acuerdo de cooperación entre la FAO y el Ministerio de Agricultura y Ordenación de las Tierras Rurales, y se proyectaron varios talleres como preparación de un plan piloto para la conservación de las tierras agrícolas de secano. Aunque la FAO destina algunos fondos para las actividades de los talleres, y presta asesoramiento, es Marruecos el que aporta la mayor parte de los fondos y el esfuerzo.

Recientemente, la FAO ha llevado ha llevado a cabo las siguientes actividades para contribuir a la aplicación del Capítulo 13:

· Examen de la aplicación del Capítulo 13. La FAO ha contribuido a ampliar el alcance del informe Rio + 5 sobre el Capítulo 13. En este documento se examina la aplicación del Capítulo 13 desde la celebración de la CNUMAD hasta finales de 1997. Se puede acceder a este documento en el sitio Web del Programa de la FAO sobre las zonas de montaña.

· La FAO, con la participación activa de la copresidencia portuguesa, organizó la 21a reunión del Grupo de trabajo de la Comisión Forestal Europea sobre la ordenación de las cuencas hidrográficas de montaña, que tuvo lugar en Marienbad, República Checa, en octubre de 1998. El tema principal de la reunión fue la ordenación integrada de las cuencas hidrográficas. La Reunión Ministerial de Helsinki eligió al Grupo de trabajo como foro para facilitar la aplicación de la Resolución S4 de Estrasburgo, relativa a la «Adaptación de la ordenación de los bosques de montaña a las nuevas condiciones medioambientales». En el curso de la 21a reunión se celebró un simposio organizado por la FAO/IUFRO sobre el tema «Las fuentes de materiales y el manejo de su transporte en los torrentes».

· Contribución a la cooperación y creación de redes internacionales:

i) Apoyo a iniciativas regionales. Se han organizado numerosas reuniones sobre las cuencas de captación de las tierras altas y sobre el desarrollo sostenible de las zonas de montaña, algunas de las cuales han contado con el apoyo de la FAO en colaboración con otras organizaciones, como la UNESCO.

ii) Cooperación permanente con el Foro sobre las zonas de montaña. La FAO seguirá participando en sus actividades, incluso en la evolución de los centros de América del Norte y Europa y en la creación y desarrollo del centro africano, en cooperación con el Foro sobre las zonas de montaña, el Instituto Internacional de Investigaciones Agropecuarias (ILRI), el Programa de las Naciones Unidas para el medio ambiente (PNUMA) y otros asociados.

· Se ha establecido un sitio en Internet, el «Programa de la FAO sobre las zonas de montaña», para facilitar y difundir información sobre el Capítulo 13 y sobre proyectos, asuntos y publicaciones de la FAO. El sitio en la Web tiene enlaces con otros sitios pertinentes. Periódicamente, se actualiza la lista de reuniones del bienio 1998-99 sobre las zonas de montaña. El Programa de la FAO sobre las zonas de montaña se puede consultar en: http://www.fao.org/fo/Mountain/mntpag3.htm

CUESTIONES FUTURAS

Durante el período de sesiones especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas celebrado en julio de 1997 se establecieron nuevas directrices y mecanismos para la aplicación y seguimiento del Programa 21. Entre ellos figuran nuevos temas sectoriales e intersectoriales que centrarán la atención a lo largo de los cinco próximos años. Aspectos tales como los recursos de agua dulce, la planificación integrada y la ordenación de los recursos de tierras, la transferencia de tecnología y la energía serán objeto de informes anuales, con aportaciones del Capítulo 13 y otros capítulos, según sea pertinente.

En 1997, el Presidente de la República Kirguisa propuso que las Naciones Unidas proclamaran un Año Internacional de las Montañas. La propuesta contó con el apoyo de 43 países y fue aprobada por la 37a reunión plenaria del Consejo Económico y Social (ECOSOC) en forma de la Resolución 1997/45. La decisión definitiva acerca de la proclamación de un año internacional de esa naturaleza deberá ser adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas.

La FAO proyecta organizar una reunión mundial sobre el desarrollo sostenible de las zonas de montaña como actividad complementaria de las diferentes experiencias regionales e internacionales en este ámbito. Los planes relativos a esta reunión dependerán de las modalidades y el momento del eventual Año Internacional de las Montañas.

Bibliografía

CDS. 1998. Programa plurianual de trabajo - 1998-2002. Recuperado del sitio Web sobre desarrollo sostenible, correspondiente al Departamento de Desarrollo Económico y Social (UN DESA), Nueva York, Comisión sobre el Desarrollo Sostenible.

FAO. 1998. Implementation of Chapter 13 from 1992 to 1997. Report. Por M. Price. Roma.

Sène, E.H. y McGuire, D. 1997. Sustainable mountain development - Chapter 13 in action. En B. Messerli y J.D. Ives, eds. Mountains of the world: a global priority. Carnforth, Reino Unido y Nueva York, Estados Unidos, Pantheon Publishing Group.

Un taller latinoamericano de la FAO estudia la movilización de recursos y los programas forestales nacionales

Los nuevos mecanismos y oportunidades para movilizar recursos para la silvicultura presentados en el Protocolo de Kyoto fueron objeto de estudio del Taller sobre Cooperación Internacional y Movilización de Recursos convocado por la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe en Santiago de Chile del 3 al 5 de junio de 1998.

Organizado en estrecha cooperación con la Secretaría del Foro intergubernamental sobre los bosques y del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el taller tuvo los siguientes objetivos principales: examinar los métodos de colaboración para la movilización de recursos destinados a la gestión forestal sostenible en la región; y difundir información sobre la ejecución de las recomendaciones del Grupo intergubernamental especial sobre los bosques (IPF/CSD) en lo que se refiere a los programas forestales nacionales en América Latina y el Caribe.

El taller, financiado por el proyecto regional de la FAO Apoyo a los programas forestales nacionales en América Latina y el Caribe, contó con la asistencia de participantes de más de 25 países, representantes de gobiernos y organismos donantes, entre ellos el Ministerio de Asuntos Exteriores y el Servicio Forestal de los Países Bajos, la Oficina Nacional de Bosques de Francia, la Cooperación Finlandesa, el Organismo Canadiense de Desarrollo Internacional (CIDA), la Sociedad Alemana de Cooperación Técnica (GTZ), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Consejo Centroamericano de Bosques y Áreas Protegidas (CCAB-AP) y diversas organizaciones no gubernamentales.

Los participantes se dividieron en dos grupos de trabajo. Un grupo se ocupó de los nuevos mecanismos de movilización de recursos para la ordenación y la conservación de los bosques, mientras que el otro dirigió su atención a los mecanismos de cooperación y colaboración en apoyo de los programas forestales nacionales.

Nuevos mecanismos de movilización de recursos

El primer grupo analizó los nuevos mecanismos de movilización de recursos presentados por el Protocolo de Kyoto para el Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (FCCC), primer protocolo jurídicamente vinculante para reducir las emisiones de gases productores del efecto invernadero. El Protocolo prevé políticas y medidas sobre promoción de prácticas sostenibles de gestión forestal, de plantación forestal y de reforestación; y participación de organizaciones internacionales y gobiernos de países determinados en su ejecución.

Los participantes instaron a los gobiernos de América Latina y el Caribe a firmar y ratificar el Protocolo, y también abogaron por asumir un papel activo en las labores de la Cuarta Conferencia de las Partes en el Convenio que tendrá lugar en Buenos Aires en noviembre de 1998. Se formularon recomendaciones para pedir a la Comisión Forestal para América Latina y el Caribe (COFALC-FAO) que incluyese el Protocolo de Kyoto en el orden del día de su próxima reunión (La Habana, Cuba, septiembre de 1998).

El grupo apoyó la propuesta hecha por los ministros del medio ambiente de América Latina y el Caribe en la reunión de Lima, Perú, de mayo de 1998, de poner en marcha el "Mecanismo para un desarrollo limpio» (artículo 12 del Protocolo de Kyoto). Su finalidad es ayudar a los países a alcanzar un desarrollo sostenible.

Se pidió a los organismos de las Naciones Unidas y a otras organizaciones internacionales que continuasen prestando apoyo técnico y económico a América Latina y el Caribe para que la región pudiese participar adecuadamente en el desarrollo de sistemas mundiales de mercado que limiten o reduzcan las emisiones de gases. Los delegados instaron a la FAO a desempeñar un papel más activo en este campo y a seguir difundiendo la información pertinente sobre técnicas y estrategias de mitigación de los efectos invernadero.

El grupo recomendé que los gobiernos de la región apliquen políticas fiscales basadas en el principio de que el contaminador paga. La aplicación de este principio obtendría compensación de las industrias contaminantes para financiar los proyectos de conservación y gestión sostenible de los recursos forestales.

Apoyo a los programas forestales nacionales

El segundo grupo recalcó que los programas forestales nacionales han de utilizarse como instrumentos para la ejecución de las propuestas de acción del IPF. Los participantes pusieron de relieve las necesidades de coordinación de tales programas en los planos nacional, regional e internacional. El fortalecimiento de los programas forestales nacionales ante los órganos decisorios, dando una amplia y equitativa participación a los actores principales, y la creación de un foro permanente para el diálogo y la resolución de conflictos, se consideraron cuestiones clave a nivel nacional.

Los participantes recalcaron la necesidad de mejor coordinación regional. El grupo recomendó que la Comisión Forestal para América Latina y el Caribe de la FAO fuese uno de los mecanismos principales para apoyar los programas forestales nacionales, mientras que el proyecto regional de la FAO Apoyo a los programas forestales nacionales en América Latina y el Caribe seguiría desempeñando un papel importante en el intercambio de información y tecnología.

A nivel internacional, el taller consideró que era prioritario el establecimiento de un grupo oficioso de representantes de países latinoamericanos y de los órganos internacionales presentes en la región. Este grupo se reuniría una vez al año coincidiendo sea con las reuniones de la COFALC sea con otros eventos forestales importantes y serviría como foro permanente de debate, evaluación y análisis de los programas forestales nacionales y de su ejecución.

Antes de dar por concluido el taller, los delegados subrayaron la importancia para los países de incluir los problemas del sector forestal en sus temarios nacionales de políticas con objeto de una mejor utilización y conservación de los recursos forestales. Instaron también a la FAO a analizar y evaluar los planes que reforzarían los programas forestales nacionales mediante el proyecto regional de la Organización.


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