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ANÁLISIS MUNDIAL

II.SITUACIÓN AGRICOLA ACTUAL: HECHOS Y CIFRAS

1. PRODUCCIÓN  AGROPECUARIA

• Según las estimaciones, la producción agropecuaria mundial creció en 1997 sólo un 1,2 por ciento con respecto al año anterior, lo que representó la tasa de crecimiento más baja desde 1993. No obstante, esta desaceleración se produjo después de la excepcional campaña agrícola de 1996, en que la producción mundial había crecido nada menos que un 4,5 por ciento. Dicha desaceleración afectó a numerosos países, tanto desarrollados como en desarrollo.

• En cuando a los países en desarrollo en general, la producción agropecuaria de la campaña de 1997 fue decepcionante. El aumento del 1,8 por ciento registrado ese año fue el más bajo desde 1979 y representó el final de cinco años de crecimiento firme y acelerado, que para 1996 había alcanzado el 5,3 por ciento. La tasa registrada en 1997 fue sólo proporcional a la del crecimiento demográfico. En consecuencia, por primera vez desde 1987, los países en desarrollo en general no consiguieron ninguna mejora en la producción agropecuaria per cápita.

Los países en desarrollo en general no consiguieron ninguna mejora en la producción agropecuaria per cápita.
• odas las regiones con países en desarrollo sufrieron en mayor o menor medida esa desaceleración de la producción. El cambio negativo más acusado de los rendimientos agropecuarios en 1997 tuvo lugar en la región del Cercano Oriente y África del Norte, donde la producción agrícola disminuyó, según las estimaciones, casi un 4 por ciento después de una expansión de más del 9 por ciento en 1996. La merma de la producción en esta región fue consecuencia de las malas condiciones atmosféricas, sobre todo en algunos países del África septentrional, donde la sequía causó una fuerte reducción sobre todo de las cosechas de cereales, pero se estima que la producción disminuyó también en el Irán, Iraq y la República Árabe Siria.

MAPA 2
CAMBIOS EN LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA Y GANADERA, 1994-1997

• También en el África al sur del Sahara la producción agrícola disminuyó un 1 por ciento en 1997. Ello representa un descenso del 4 por ciento per cápita, lo que puso fin a un período de cuatro años de expansión de la producción agrícola per cápita. Los resultados de la producción en 1997 acusaron enormes diferencias en esta subregión, debido sobre todo a las irregulares condiciones atmosféricas. No obstante, una mayoría de 36 países registraron pérdidas en la producción per cápita; la disminución más fuerte tuvo lugar en el África austral.

Aunque es posible que los efectos de la crisis financiera influyeran en las decisiones de siembra en algunos países de la región, los efectos sobre la producción no se apreciaban todavía en 1997.
• En el Lejano Oriente, la producción agrícola continuó creciendo pero a un ritmo bastante menor, estimado sólo en el 2,6 por ciento, el más bajo de los años noventa, siendo sólo la segunda vez a lo largo de ese mismo período en que el aumento de la producción fue inferior al 4 por ciento. La causa de ese retroceso fue la caída de las tasas de expansión de la producción en la mayor parte de los grandes países de la región. En China, el crecimiento de la producción agrícola se desaceleró, pero continuó siendo notable, mientras que las cosechas de la India fueron castigadas por circunstancias atmosféricas desfavorables en gran parte del país. Los países del África sudoriental sufrieron también los efectos de las sequías, asociadas en gran parte al fenómeno El Niño, que causaron un descenso de la producción agrícola en Indonesia y una desaceleración de la tasa de expansión en Filipinas, Myanmar y Tailandia. Aunque es posible que los efectos de la crisis financiera influyeran en las decisiones de siembra en algunos países de la región, los efectos sobre la producción no se apreciaban todavía en 1997.

• En la región de América Latina y el Caribe el crecimiento de la producción se desaceleró sólo marginalmente en 1997, situándose según las estimaciones en el 2,9 por ciento. Se trata de una cifra todavía ligeramente superior a la media de los cinco años anteriores y aproximadamente un 1 por ciento por encima de la tasa de crecimiento demográfico. No obstante, este crecimiento se concentró en un número relativamente pequeño de países (en particular, la Argentina, el Brasil y el Perú), mientras que varios países de América Central y el Caribe, así como Colombia y el Paraguay, registraron descensos de la producción per cápita. En América Latina y el Caribe, como en otras regiones, la merma de la producción se debió en muchos casos a los efectos iniciales del fenómeno El Niño.

• En los países desarrollados, el crecimiento global de la producción agropecuaria en 1997 se desaceleró, situándose sólo en el 0,5 por ciento, tras una expansión de más del 3 por ciento estimada en 1996. El cambio más notable tuvo lugar en la Unión Europea (UE), donde la producción se contrajo hasta casi el 2 por ciento, después de haber alcanzado entre el 4 y el 5 por ciento el año anterior. La contracción afectó a la mayor parte de los miembros de la UE y se hizo notar en la producción tanto agrícola como ganadera. La producción de cereales fue ligeramente inferior a la cosecha récord de 1996, ya que los retrasos causados por las precipitaciones afectaron a los rendimientos del trigo en varios países.

• En América del Norte la producción agrícola continuó creciendo en 1977 a un ritmo estimado en el 2,6 por ciento. Si bien la producción se contrajo ligeramente en el Canadá por primera vez desde 1992, los Estados Unidos registraron una expansión del 3 por ciento.

En los países en transición, 1997 fue el primer año desde el comienzo del proceso de transición en que creció la producción agrícola general, aunque a un ritmo relativamente reducido del 1 por ciento.
• Tras los niveles récord de producción de 1996, la producción agrícola de Australia descendió aproximadamente un 1 por ciento en 1997, mientras que en Nueva Zelandia la producción agrícola global continuó creciendo, registrando un aumento del 2 a 3 por ciento. En el Japón la producción agrícola de 1997 se mantuvo prácticamente en el nivel de 1996 tras dos años de descenso. Así pues, la producción global es todavía aproximadamente un 7 por ciento inferior a la de hace un decenio
.
• En contraste con los resultados generales negativos de las demás regiones, 1997 representó una evolución positiva para los países en transición. Fue el primer año desde el comienzo del proceso de transición en que creció la producción agrícola general, aunque a un ritmo relativamente reducido del 1 por ciento. La producción de cereales creció de forma significativa, mientras que la producción ganadera continuó su tendencia descendente. La producción aumentó de forma significativa en Ucrania y algo menos en la Federación de Rusia y Kazajstán. En Europa central y oriental, la producción de los países en transición acusó notables diferencias: en Polonia disminuyó debido sobre todo a causas atmosféricas, mientras que en Rumania se registró una importante expansión de la producción de cereales


2. SITUACIONES DE ESCASEZ Y DE EMERGENCIA ALIMENTARIAS

• El número de países que sufrieron situaciones de emergencia alimentaria subió de 29 a mediados de 1997 a 36 a mediados de 1998, debido sobre todo a los efectos del fenómeno El Niño.

• En África oriental, las dificultades de suministro de alimentos se deben a las recientes sequías, seguidas de inundaciones en la mayor parte de los países, a lo que se suman los disturbios civiles en algunas de ellas. En Somalia, la situación del suministro de alimentos continuará siendo extremamente difícil hasta la próxima cosecha, a partir de agosto de 1998, como consecuencia de las mayores inundaciones registradas desde hace decenios, que han reducido enormemente los cultivos secundarios «Dyer» de 1997/98. Las inundaciones provocaron también pérdidas de ganado y un brote de enfermedades de animales. En Kenya, la asistencia alimentaria continúa distribuyéndose a la población afectada por las graves inundaciones de la zona oriental. En Uganda, se necesita todavía asistencia alimentaria de urgencia para unas 400 000 personas desplazadas en las zonas septentrionales afectadas por la persistente insurrección. En Tanzanía, se registran dificultades alimentarias en las zonas donde la cosecha secundaria «Vuli» de 1997/98 se redujo como consecuencia de las intensas lluvias y de las inundaciones. En Etiopía, se necesita ayuda alimentaria para más de 5 millones de personas vulnerables, entre ellos los afectados por la mala cosecha de 1997. En Eritrea, tras dos escasas cosechas de cereales sucesivas, el suministro global de alimentos en 1998 es escaso; los precios de los alimentos han aumentado fuertemente en los últimos meses. En el Sudán, a pesar de una cosecha en general satisfactoria, la situación alimentaria es crítica para unos 2,4 millones de personas, castigadas por la sequía y los disturbios civiles, que requieren asistencia alimentaria. No obstante, la distribución de alimentos está dificultada por la inseguridad y las malas condiciones de los caminos y carreteras. En Burundi, la situación alimentaria se ha deteriorado como consecuencia del descenso de la producción de la primera campaña de 1998 y del continuado embargo económico impuesto por los países vecinos. La situación del suministro de alimentos es también difícil en Rwanda, debido a la reducción de la cosecha de la primera campaña en 1998 y a la inseguridad existente en algunas zonas occidentales.

• En el África occidental, a pesar de que las cosechas de los países ribereños fueron en 1997 superiores a la media, se señalan dificultades del suministro de alimentos de varios países. En Liberia y Sierra Leona, el sector de la agricultura está mejorando gracias a los programas de rehabilitación emprendidos, pero ambos países continúan dependiendo fuertemente de la asistencia alimentaria internacional. En Sierra Leona, los problemas de inseguridad en la zona oriental están provocando grandes desplazamientos de la población y perturbando todas las actividades agrícolas. En el Sahel, varias zonas tienen dificultades de suministro de alimentos, después de las malas cosechas de finales de 1997, sobre todo en el Senegal septentrional, Mauritania, Gambia y algunas partes de Burkina Faso y el Níger.

• En el África central, las perspectivas de las cosechas son poco prometedoras en el este de la República Democrática del Congo, debido a las inundaciones, la escasez de insumos y los disturbios civiles.

• En el África austral, la situación del suministro de alimentos durante la campaña de comercialización de 1998/99 será más difícil que en el año anterior. En Zambia, la producción de cereales será muy inferior a la media como consecuencia de unas precipitaciones incesantes y de numerosas inundaciones registradas en las zonas septentrionales, al mismo tiempo que la zona meridional registró condiciones climáticas próximas a la sequía. En Angola y Mozambique la producción de los cultivos alimenticios mejorará este año, pero se requerirá asistencia de socorro para los desplazados internos, las personas vulnerables y los afectados por la sequía o las inundaciones.

En Asia, los efectos reunidos de las malas condiciones atmosféricas, la crisis financiera, terremotos y los combates ocasionaron situaciones de emergencia alimentaria en varios países.
• En Asia, existen graves dificultades de suministro de alimentos en la República Popular Democrática de Corea, donde continúa la necesidad de ayuda alimentaria. En Indonesia, la grave sequía, atribuida a El Niño, junto con la crisis financiera han minado la seguridad alimentaria de la población, lo que ha provocado la necesidad de considerable asistencia internacional. En Afganistán, la situación alimentaria general en 1998 será difícil como consecuencia de los actuales combates y de los daños provocados por el reciente terremoto en la infraestructura de riego de las provincias septentrionales. En el Iraq, a pesar de algunas mejoras en la situación general del suministro de alimentos después de la aplicación del acuerdo «petróleo por alimentos», la malnutrición continúa siendo un grave problema en todo el país. En la República Democrática Popular Lao, las malas condiciones atmosféricas han provocado daños en las cosechas en las grandes zonas productoras de arroz, lo que ha exacerbado los problemas de suministro de alimentos en el país. En Mongolia, el descenso de la producción agrícola y los problemas de la transición económica continúan repercutiendo negativamente en la situación del suministro de alimentos de los grupos vulnerables. Persisten las graves dificultades de suministro alimentario en Papua Nueva Guinea debido a la escasa producción de la cosecha agrícola tras la sequía asociada al fenómeno El Niño.

MAPA 3
PAÍSES QUE SUFREN SITUACIONES DE ESCASEZ DE ALIMENTOS Y NECESITAN ASISTENCIA EXCEPCIONAL
 

• En América Latina, las condiciones atmosféricas anormalmente secas debidas al fenómeno El Niño están retrasando la siembra de la cosecha de cereales de la primera campaña de 1998/99 en los países de América Central. Se está ofreciendo asistencia alimentaria en Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala y Panamá.

• En la Comunidad de Estados Independientes (CEI), aproximadamente el 16 por ciento de la población de Tayikistán necesita ayuda alimentaria destinada a grupos específicos, después de los daños generalizados provocados por las inundaciones y los corrimientos de tierras. Las personas vulnerables de Armenia (aproximadamente el 13 por ciento de la población residente), Azerbaiyán (11 por ciento) y Georgia (7 por ciento) continúan necesitando asistencia alimentaria de socorro. En lo que se refiere a otros países, las personas necesitadas de Bosnia y Herzegovina, están recibiendo asistencia alimentaria.
 


3.  SITUACIÓN  Y PERSPECTIVAS DEL SUMINISTRO MUNDIAL DE CEREALES4

La producción mundial de trigo alcanzó un máximo histórico de 615 millones de toneladas.
• La producción mundial de cereales alcanzó en 1997 una cifra récord de 1 909 millones de toneladas (incluido el arroz elaborado), aun cuando el crecimiento fue de sólo el 1 por ciento (17 millones de toneladas) con respecto a 1996. La producción mundial de trigo alcanzó un máximo histórico de 615 millones de toneladas, un 4 por ciento (25 millones de toneladas) por encima de la abundante cosecha de 1996. La producción de trigo aumentó en casi todas las regiones, con excepción de África del Norte donde la grave sequía redujo la producción en varios países. Por el contrario, la producción mundial de cereales secundarios en 1997 bajó aproximadamente un 1 por ciento, es decir, 8 millones de toneladas, situándose en 911 millones de toneladas, aunque se trataba de una producción superior a la tendencia. El descenso de la producción de cereales secundarios se debió sobre todo a la merma de las cosechas de maíz en China, América del Norte y África, mientras que en América del Sur, Europa y la CEI se recogieron cosechas mucho más abundantes. La producción mundial de arroz en 1997 se mantuvo en 571 millones de toneladas, igual que en la cosecha del año anterior, superior a lo normal. El ligero aumento de la producción de arroz en Australia, China, Egipto, Estados Unidos, Pakistán y Nigeria compensó casi por completo la merma de la producción en el Brasil, Indonesia, Myanmar y la República Democrática de Corea.

• Las existencias mundiales de cereales correspondientes a las campañas agrícolas que finalizan en 1998 alcanzarán, según las previsiones, los 321 millones de toneladas, lo que representa un crecimiento del 8 por ciento (25 millones de toneladas) con respecto al volumen inicial. La mayor parte de esta reposición se debería al aumento de las existencias de trigo y de cereales secundarios como consecuencia de las abundantes cosechas y de la desaceleración del crecimiento de la utilización de piensos, a pesar del debilitamiento de los precios de los cereales durante la campaña. Por el contrario, se prevé un descenso de las existencias mundiales de arroz, sobre todo en Indonesia, Filipinas y el Brasil, donde la producción de 1997 sufrió los efectos del fenómeno El Niño. El total de los remanentes de cereales en poder de los grandes exportadores aumentaría por segundo año consecutivo, acercándose a un 39 por ciento del total mundial, frente al 34 por ciento al comienzo de la campaña y sólo el 28 por ciento en 1996. En cambio, es probable que las existencias de cereales en poder de otros países, en particular los países en desarrollo, se mantengan sin cambios con respecto al año anterior. En términos globales, la relación entre las existencias al final de la campaña y la utilización prevista en 1998/99 se aproximaría al 16,9 por ciento, lo que significa un aumento de más del 1 por ciento con respecto a la campaña del año anterior y se situaría en un nivel próximo al 17 a 18 por ciento que la FAO considera el mínimo necesario para salvaguardar la seguridad alimentaria mundial.

• Las perspectivas de la campaña de comercialización de 1998/99 apuntan a una ulterior mejora de la situación de los suministros mundiales. Tomando como base la situación de las cosechas en mayo de 1998 y suponiendo que las condiciones atmosféricas sean normales en el resto de las campañas de ese año, la producción mundial de cereales en 1998 alcanzaría según las previsiones un total de 1 911 millones de toneladas, volumen ligeramente superior al de 1997 y que representaría un nuevo récord. Todo el aumento previsto de la producción mundial de cereales se debería al crecimiento de la producción de cereales secundarios que, con un volumen de 925 millones de toneladas, sería un 1,6 por ciento superior a la de 1997 y superior a la tendencia por tercer año consecutivo. No obstante, se prevé que la producción de trigo disminuirá algo situándose en 606 millones de toneladas, al mismo tiempo que la producción mundial de arroz disminuirá ligeramente bajando a 567 millones de toneladas, después de las magníficas cosechas de los dos años anteriores.

Si se confirman los pronósticos actuales, los suministros de cereales serían suficientes para atender la demanda prevista en 1998/99 y permitir una nueva reposición de las reservas mundiales.
• Si se confirman los pronósticos actuales, los suministros de cereales serían suficientes para atender la demanda prevista en 1998/99 y permitir una nueva reposición de las reservas mundiales. Según los primeros indicios, los remanentes de cereales de las campañas agrícolas que finalizan en 1999 podrían aumentar por tercer año consecutivo y alcanzar un total de 328 millones de toneladas, es decir un 2 por ciento (6 millones de toneladas) por encima del nivel inicial estimado. Por ello, por primera vez en cuatro años, la relación existencias mundiales-utilización podría situarse dentro del intervalo del 17 a 18 por ciento. No obstante, la probabilidad de que se cumpla este pronóstico dependería no sólo del resultado final de la producción de 1998 sino también del volumen efectivo de utilización de cereales durante la campaña de 1998/99.
El previsto aumento del consumo alimentario de cereales en los países en desarrollo superaría por un pequeño margen el ritmo de crecimiento demográfico y, por ende, daría lugar a un ligero incremento de su consumo alimentario per cápita.
• La utilización mundial de cereales en 1998/99 crecerá, según los pronósticos actuales, aproximadamente un 1 por ciento y alcanzará los 1 904 millones de toneladas, cifra ligeramente superior a la tendencia a largo plazo. La mayor parte de este aumento procederá de los países en desarrollo, debido sobre todo al mayor consumo de alimentos en los países donde se prevé un mayor crecimiento de la producción. Este aumento del consumo alimentario de cereales en los países en desarrollo superaría por un pequeño margen el ritmo de crecimiento demográfico y, por ende, daría lugar a un ligero incremento de su consumo alimentario per cápita. Por el contrario, el aumento de la utilización mundial de cereales para pienso será menos pronunciado, a pesar de que se prevé que persista un período de debilidad de los precios de los cereales. La mayor parte de la expansión prevista de las existencias tendría lugar en países desarrollados, sobre todo en los grandes países exportadores de cereales, donde las perspectivas de cosechas abundantes y una reducción del consumo para pienso podrían dar lugar a una nueva reposición de sus existencias.

FIGURA 4A
TENDENCIAS DEL SUMINISTRO Y UTILIZACIÓN DE LOS CEREALES

FIGURA 4B
REMANENTES DE CEREALES
 
 


4. ASISTENCIA EXTERIOR A LA AGRICULTURA

• El total de los compromisos efectuados por donantes bilaterales y multilaterales en calidad de asistencia oficial al desarrollo (AOD) con destino a la agricultura (entendida en sentido amplio5) ascendió en 1996, según las estimaciones, a 10 985 millones de dólares EE.UU. en precios corrientes. Esta cifra es 297 millones de dólares inferior a la registrada en 1995. No obstante, se trata de magnitudes no directamente comparables, ya que la estimación correspondiente a 1996 no incluye los compromisos efectuados ese mismo año por los Estados Unidos, sobre los que no se dispone todavía de datos. En 1995 los compromisos de los Estados Unidos habían ascendido a 400 millones de dólares EE.UU., por lo que si se excluye a ese país la cifra correspondiente a 1996 representa un ligero aumento de aproximadamente 100 millones de dólares con respecto a 1995.

FIGURA 5
COMPROMISOS DE ASISTENCIA EXTERIOR A LA AGRICULTURA
 

• Los compromisos de 1996 (excluidos los de los Estados Unidos), expresados en precios constantes de 1990, sumaron un total de 10 363 millones de dólares, frente a los 10 446 millones de 1995. Así pues, en términos reales de 1996 los compromisos se mantuvieron en un nivel más o menos semejante al de 1995, y quizá un poco superior si se incluyen los datos correspondientes a los Estados Unidos. No obstante, este hecho difícilmente se puede calificar como un viraje de la tendencia descendente de la asistencia exterior a en el sector de la agricultura durante los años noventa, que dio lugar a que el total de los compromisos medidos en precios constantes de 1990 bajara desde un nivel de 12 200 millones de dólares EE.UU. en 1991 a 10 400 millones en 1995.


FIGURA 6
COMPROMISOS, POR OBJETIVO PRINCIPAL
 

• La parte de la asistencia en condiciones concesionarias en el total de los compromisos ha oscilado en torno al 70 por ciento durante todos los años noventa, y se mantuvo en el 72 por ciento del total en 1996, mientras que la parte de las donaciones fue del 47 por ciento. La mayor parte de la asistencia bilateral (más del 95 por ciento) se concede en forma de donación, mientras que en el caso de la asistencia multilateral la parte de las donaciones es sólo el 20 por ciento.


FIGURA 7
COMPROMISOS, POR PRINCIPALES REGIONES DESTINATARIAS
 

• En lo que se refiere a los compromisos bilaterales a la agricultura, el Japón continúa siendo el principal donante y representó por sí solo casi la mitad de los compromisos bilaterales de los países del Comité de Asistencia al Desarrollo (CAD) en 1996. En cuanto a los demás países del CAD, aumentaron de forma significativa las contribuciones efectuadas por Australia, el Canadá y Dinamarca. Australia consignó 300 millones de dólares EE.UU. (a precios corrientes) para la formulación de políticas pesqueras en los países en desarrollo.

• Según las estimaciones, la asistencia multilateral disminuyó ligeramente (bajando de 10 446 millones de dólares en 1995 a 10 363 millones de dólares en 1996). Entre los donantes multilaterales, los compromisos de 1996 procedentes del Banco Mundial bajaron unos 1 200 millones de dólares EE.UU. (el 27 por ciento a precios constantes de 1990). El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) incrementó sus compromisos, que pasaron de 276 millones de dólares en 1995 a 405 millones en 1996 (un aumento del 50 por ciento en términos reales), lo que significó la vuelta a unos niveles semejantes a los de 1994, tras la fuerte reducción de 1995. Los compromisos de los bancos regionales de desarrollo aumentaron también a 869 millones de dólares, situándose en 1 987 millones de dólares EE.UU., casi el mismo nivel en términos reales que en 1994, tras un fuerte descenso en 1995 semejante al registrado por el FIDA.

• Según datos provisionales sobre los compromisos del Grupo del Banco Mundial en 1997, las contribuciones del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) deberían ser aproximadamente 1 000 millones de dólares superiores a las de 1996, mientras que las de la Asociación Internacional de Fomento (AIF) se mantendrían en el mismo nivel.

• En lo que respecta al destino sectorial de la asistencia encauzada a la agricultura, entendida en sentido estricto6, los compromisos  aumentaron un 24 por ciento hasta alcanzar los 8 121 millones de dólares en precios de 1990, pero continuaron siendo muy inferiores al nivel máximo de 1992. El aumento afectó tanto a la agricultura como a la pesca, la silvicultura y la ordenación de tierras y aguas, correspondiendo el porcentaje mayor al sector pesquero. En cuanto a los subsectores de la agricultura entendida en sentido amplio, aumentaron únicamente los compromisos destinados a las agroindustrias, mientras que disminuyeron en el caso de la protección ambiental, el desarrollo rural y, sobre todo, el desarrollo regional y fluvial.

• En cuanto a la distribución geográfica de la ayuda, la parte de los países en transición continúa aumentando y llegó a casi el 7 por ciento en 1996, frente al 5 por ciento en 1995. En lo que se refiere a la parte de los países en desarrollo, no se registró ningún cambio importante, y sólo se observó un pequeño aumento en la parte de Asia y un ligero descenso en la de América Latina y el Caribe. La parte de Asia continúa siendo la mayor de todas, con poco más del 40 por ciento, y la de África es la segunda, con un 23 a 24 por ciento, mientras que la de América Latina y el Caribe sería algo menos del 20 por ciento. La parte de la asistencia no asignada a países específicos ha ido en aumento, hasta alcanzar el 16 por ciento en 1996.
 


5. CORRIENTES DE AYUDA ALIMENTARIA7

El total de los envíos de ayuda alimentaria en cereales en 1997/98 aumentó, según las estimaciones, un 3 por ciento respecto al año anterior.
• El total de los envíos de ayuda alimentaria en cereales en el marco de la ayuda alimentaria para programas, proyectos y situaciones de emergencia en 1997/98 (julio/junio) alcanzó, según las estimaciones, un total de al menos 5,5 millones de toneladas. Ello representa un aumento de aproximadamente el 3 por ciento con respecto a 1996/97, debido sobre todo a un ligero aumento de los envíos a los países de bajos ingresos con déficit de alimentos (PBIDA), a causa del mayor número de emergencias alimentarias, en comparación con el año anterior, y de los suministros adicionales de ayuda alimentaria en respuesta a la crisis financiera de Asia. Los envíos de ayuda alimentaria en cereales con destino a los PBIDA en 1997/98 han aumentado, según las estimaciones, un 3 por ciento con respecto a los de 1996/97, alcanzado aproximadamente los 4,6 millones de toneladas. Los envíos de ayuda alimentaria de trigo en 1997/98 alcanzaron los 3,5 millones de toneladas, los de cereales secundarios habrían ascendido a 1,3 millones de toneladas y los de arroz sumarían casi 700 000 toneladas, y el total de los tres cereales habría aumentado un 3 por ciento con respecto a 1996/97.

FIGURA 8
DESTINATARIOS DE LOS ENVÍOS DE AYUDA ALIMENTARIA EN CEREALES
 

• Las estimaciones sobre los envíos de ayuda alimentaria en productos distintos de los cereales, es decir, en buena parte legumbres y aceites vegetales, revelan un nuevo descenso de aproximadamente el 30 por ciento en 1997 (enero-diciembre), con un total de unas 646 000 toneladas, frente a las 948 000 toneladas de 19968. Esta reducción afecta a la mayor parte de las regiones y también a los PBIDA. Si bien el descenso de 1997 se manifiesta sobre todo en una reducción de los envíos de las dos mayores categorías antes mencionadas de ayuda alimentaria en productos no cereales, los envíos de todos los demás productos alimenticios habrían disminuido también con respecto al año anterior.

• Según cifras de diciembre de 1997, las contribuciones de cereales a la Reserva Alimentaria Internacional de Emergencia (RAIEA), administrada por el Programa Mundial de Alimentos (PMA), crecieron casi un 12 por ciento en 1997 (enero-diciembre) alcanzando un total de 993 000 toneladas, frente a las 887 000 de 1996. Estas contribuciones son notablemente superiores al objetivo anual mínimo de 500 000 toneladas establecido por la Conferencia Mundial de la Alimentación de 1974. En cuanto a los productos distintos de los cereales, las contribuciones bajaron desde las 225 000 toneladas de 1996 a las 167 000 toneladas de 1997. Además, las contribuciones de cereales para situaciones prolongadas de refugiados, administradas también por el PMA, sumaron en 1997 un total de 529 000 toneladas, nivel marginalmente superior al de 1996. Las contribuciones en otros productos bajaron en 1997 a 70 000 toneladas, 20 000 toneladas menos que el año anterior.
 


6. PRECIOS AGRÍCOLAS INTERNACIONALES9

• Las abundantes cosechas de cereales en la campaña de 1997/98 y el continuado aumento de las existencias mantuvieron durante la mayor parte de la campaña de 1997/98 unos niveles de precios significativamente inferiores a los del año anterior. En ausencia de un cambio fundamental en los mercados internacionales del trigo y dadas las perspectivas favorables de las cosechas y la presión asociada a la cosecha estacional, los precios del trigo han continuado disminuyendo durante la segunda mitad de la campaña de 1997/98, y a finales de mayo de 1998 eran entre un 20 y un 25 por ciento inferiores a los del período correspondiente del año anterior. Ha continuado también el descenso de los precios del maíz, cebada y sorgo, que a finales de mayo eran aproximadamente un 10 a 15 por ciento inferiores a los del período correspondiente de 1997. La caída de los precios de los cereales secundarios se explica en parte por el mayor volumen de los suministros y la mayor debilidad de la demanda de importaciones, especialmente de Asia, al mismo tiempo que las favorables perspectivas de las cosechas en todas las regiones, con excepción del África austral, han ejercido nueva presión a la baja sobre los precios desde abril de 1998. En lo que se refiere a la futura campaña de comercialización de 1998/99, dadas las perspectivas favorables de las cosechas y un probable descenso de la demanda de importaciones, sobre todo de trigo, se prevé que los precios de casi todos los tipos de cereales se mantengan bajo presión al menos a lo largo de la primera mitad de la próxima campaña. La evolución de los precios durante la segunda mitad de 1998/99 dependerá, como es habitual, de la superficie sembrada y de las perspectivas de las cosechas de 1999, al mismo tiempo que es posible que la situación económica de Asia continúe influyendo en los precios de los cereales internacionales hasta el final de la campaña.

• En contraste con lo ocurrido recientemente en los mercados de cereales, los precios internacionales del arroz de la mayor parte de las procedencias continuaron una tendencia al alza durante los meses anteriores a mayo de 1998. En consecuencia, el índice de los precios de exportación de arroz de la FAO (1982-84), que había registrado un alza desde diciembre de 1997, alcanzó un nivel medio de 128 puntos en mayo, frente a los 125 de marzo. La subida de los precios se puede atribuir, en parte, al fortalecimiento del baht tailandés frente al dólar de los Estados Unidos y, en parte, a la preocupación por la disponibilidad de suministros para la exportación, en particular en Viet Nam y Pakistán, tras las considerables adquisiciones efectuadas por Indonesia y Filipinas.

• El descenso de los precios internacionales de los aceites desde la campaña de 1994/95 finalizó durante 1997/98. El índice de la FAO de precios de aceites y grasas comestibles y para saponificación aumentó aproximadamente un 14 por ciento con respecto a la campaña de 1996/97, pasando de 135 a 154 (1990-92 = 100). El aumento medio mensual de los precios ponderados de todos los tipos de aceites y grasas entre agosto de 1997 y mayo de 1998 fue de aproximadamente el 2,5 por ciento, debido al enrarecimiento del mercado de los correspondientes productos, pero sobre todo de los aceites fluidos, cuya subida de precios fue todavía mayor.

• Al mismo tiempo, la subida de los precios internacionales de las harinas oleaginosas desde la campaña de 1994/95 finalizó también durante 1997/98, y el índice de precios de las tortas y harinas oleaginosas de la FAO bajó aproximadamente un 7 por ciento en 1997/98 con respecto a la campaña anterior, debido a la abundancia de suministros de esos productos en el mercado.

Las semillas oleaginosas han mantenido la viabilidad económica de su producción con respecto a otros productos agrícolas.
• La divergente evolución de los precios, es decir, la subida de los precios internacionales de los aceites y el descenso de los precios internacionales de las harinas, junto con otros cambios registrados en los elementos básicos del mercado, dieron lugar durante ese mismo período a un descenso del 2,5 por ciento en los precios internacionales de las semillas oleaginosas, manifestado en el índice de precios de la FAO. A pesar de ello, parece que las semillas oleaginosas han mantenido la viabilidad económica de su producción con respecto a otros productos agrícolas, ya que hay indicios de que la producción mundial de semillas oleaginosas aumentará de nuevo en 1998/99. En consecuencia, la presión a la baja de los precios de las semillas, tortas y harinas oleaginosas podría continuar hasta bien entrada la próxima campaña, mientras que podría frenarse el alza de los precios de los aceites y grasas.

• Los precios mundiales del cacao aumentaron de forma continuada durante 1997, y el precio mensual medio de la Organización Internacional del Cacao (ICCO) se situó en 78 centavos de dólares EE.UU. por libra en diciembre de 1997, es decir, 11 centavos por encima del nivel de diciembre de 1996. En enero de 1997, el precio mensual medio de la ICCO era de 65 centavos por libra. Se trata del final de un ciclo de evolución de los precios a la baja iniciada en 1996, debido a que los abundantes envíos procedentes de Côte d’Ivoire ejercieron presión sobre los precios a pesar de la previsión general de un déficit mundial de los suministros. En marzo de 1997, comenzó la tendencia ascendente de los precios, ya que volvió a aparecer la preocupación por un continuado déficit estructural del mercado mundial del cacao y se temían los efectos negativos de las malas condiciones atmosféricas sobre las cosechas de Indonesia. En septiembre de 1997, el precio medio de la ICCO alcanzó el máximo de los diez últimos años, situándose en 80 centavos de dólares por libra, debido también al aumento de las adquisiciones efectuadas por los especuladores del mercado y los molturadores de cacao en grano, en respuesta al fenómeno El Niño. En el último trimestre de 1997 se publicó un análisis sobre los efectos de El Niño que hizo desaparecer los temores del mercado, y los precios comenzaron a estabilizarse. En diciembre de 1997, el precio mensual medio de la ICCO cerró el año a 78 centavos. En el primer trimestre de 1998, los precios fluctuaron entre 75 y 80 centavos de dólar por libra. El promedio mensual medio de la ICCO de 1997 fue de 73 centavos por libra, frente a un promedio de 66 centavos en 1996, lo que representa un aumento anual medio de 8 centavos por libra, es decir, del 12 por ciento.

El punto máximo del mercado se alcanzó en mayo de 1997, en que el precio compuesto del Convenio internacional del café alcanzó los 180 centavos de dólar por libra, el nivel más alto registrado desde 1986.
• Los precios mundiales del café subieron en forma espectacular durante 1997, y el precio compuesto del Convenio internacional del café subió de 100 centavos de dólar por libra en enero de 1997 a 130 centavos por libra en diciembre de ese mismo año, lo que representó un aumento del 30 por ciento. El máximo se alcanzó en mayo de 1997, en que el precio compuesto del Convenio internacional del café alcanzó los 180 centavos de dólar por libra, el nivel más alto registrado desde 1986. A diferencia de las considerables subidas de precios de 1986 y 1995, debidas a heladas ocurridas en el Brasil, la subida de precios de 1997 estuvo impulsada por una fuerte demanda y el enrarecimiento de los suministros de café tipo arábica, sobre todo el de Colombia y el de otros cafés suaves. Debido a ese enrarecimiento, el precio del café arábica en grano creció más de un 100 por ciento entre enero y mayo de 1997, mientras que el del tipo robusta subió sólo un 39 por ciento. En consecuencia, la diferencia de precios entre las variedades arábica y robusta se multiplicó por más de tres durante ese período. Desde su nivel máximo de mayo de 1997, el precio compuesto comenzó a bajar, ya que la producción y las exportaciones consiguieron atender las necesidades de consumo. En diciembre de 1997, el precio había descendido a 130 centavos de dólar por libra y se mantuvo sin grandes cambios en el primer trimestre de 1998 y después comenzó a subir de nuevo debido a las favorables perspectivas de las cosechas de la campaña de 1998, sobre todo en el Brasil, donde se prevé una cosecha muy abundante.
El debilitamiento del mercado del algodón se ha debido a la crisis financiera de Asia y a la reducción de las importaciones de varios grandes países importadores, como China.
• Los precios mundiales del algodón reflejados en el índice «A» Cotlook han acusado una tendencia descendente desde julio de 1997, pasando de 81,3 centavos de dólar por libra en julio de 1997 a 63,9 centavos de dólar por libra en mayo de 1998 (promedio de las tres primeras semanas). El debilitamiento del mercado se ha debido en gran parte a la crisis financiera de Asia y a la reducción de las importaciones de varios grandes países importadores, como China. La producción mundial de 1997/98 (la campaña de comercialización comienza el 1° de agosto) alcanzará, según las previsiones, el mismo volumen que en 1996/97. No obstante, se prevé que el consumo disminuya con respecto al año anterior, debido en buena parte al considerable descenso del consumo de varios países del Asia sudoriental. Por ello, se prevé que para finales de 1997/98 las existencias mundiales serán ligeramente superiores a las del mismo período del año anterior. El comercio mundial se contraerá aproximadamente un 6 por ciento en 1997/98. Las importaciones de China, Asia sudoriental y la República de Corea disminuirán un 45, 20 y 21 por ciento, respectivamente, en comparación con los niveles de 1996/97. En consecuencia, la mayor parte de los países exportadores podrían tener un volumen de exportaciones ligeramente inferior al de 1996/97. Es probable que los precios del algodón continúen sometidos a una presión a la baja en el futuro próximo, debido a la constante competencia de las fibras artificiales y a la menor demanda de importación tras la crisis financiera del Asia sudoriental.

FIGURA 9
ÍNDICE DE LOS PRECIOS DE EXPORTACIÓN DE PRODUCTOS ALIMENTICIOS
 
El comercio mundial de azúcar descenderá casi un 3 por ciento en 1997/98.
• Los precios mundiales del azúcar se mantuvieron relativamente estables en 1997. El precio medio del Convenio Internacional del Azúcar (CIA) fue de 11,37 centavos de dólar por libra, frente a los 11,96 centavos por libra de 1996. El precio del CIA subió de forma marginal a lo largo de 1997 y al final del último trimestre era de 12,33 centavos por libra. La estimación revisada de la FAO sobre la producción mundial de azúcar en 1997/98 es de 123,6 millones de toneladas (valor bruto), lo que representa un aumento marginal de aproximadamente 100 000 toneladas sobre la producción del año anterior. La parte de la caña de azúcar se mantuvo fundamen- talmente sin cambios, en torno al 70 por ciento del total, es decir, 85,6 millones de toneladas, frente a una producción de 38 millones de toneladas de azúcar de remolacha. El consumo mundial de azúcar en 1998 aumentará, según previsiones de la FAO, un 1,6 por ciento respecto a 1997, alcanzando un total de 123,1 millones de toneladas (valor bruto). Ello representa un descenso de la tasa media de crecimiento de los últimos años (2,5 por ciento), debido sobre todo a la desfavorable coyuntura económica de Asia. El comercio mundial de azúcar descenderá casi un 3 por ciento en 1997/98, y la demanda bruta de importación sumaría 33,5 millones de toneladas frente a los 34,5 millones de toneladas del año anterior. Las existencias mundiales de azúcar continuarán siendo abundantes, con más de 45 millones de toneladas, es decir, un 36 por ciento del consumo. En el primer trimestre de 1998 los precios mundiales del azúcar comenzaron a descender de nuevo, bajando a 9,77 centavos de dólar por libra en abril. Ello se atribuye en parte a la menor necesidad mundial de importaciones, en particular del Asia sudoriental, castigada por la agitación financiera; de la Federación de Rusia, con abundantes remanentes de 1997; de China, donde había aumentado la producción interna, y de la India, que había conseguido aumentar la producción interna y había utilizado parte de sus existencias. Teniendo en cuenta que el azúcar de la nueva cosecha en el hemisferio sur se colocará en el mercado en breve plazo, no es probable que se produzca próximamente una recuperación notable de los precios.

FIGURA10
PRECIOS DE EXPORTACIÓN DE ALGUNOS PRODUCTOS BÁSICOS, 1994-98
 
Los precios del mercado mundial del té continuaron su tendencia ascendente en 1997, alcanzando un aumento del 25 por ciento respecto a 1996.
• Los precios del mercado mundial del té continuaron su tendencia ascendente en 1997, alcanzando en el mercado de Londres una media de 2 215 dólares EE.UU por tonelada, lo que representa un aumento del 25 por ciento respecto a 1996, debido sobre todo al continuado aumento de la demanda en la Federación de Rusia y los países de la CEI, y a la merma de la producción como consecuencia de la sequía en Kenya. Los precios se mantuvieron firmes al comienzo de 1998, alcanzando los 3 118 dólares EE.UU. por tonelada en el mes de enero. Después de que las informaciones de comienzos de 1998 indicaran que la producción de los grandes países exportadores como Sri Lanka, Kenya y la India, era significativamente superior a la del año anterior, los precios del té descendieron rápidamente hasta 2 049 y 1 760 dólares en abril y mayo de 1998, respectivamente. Hay indicios muy convincentes de que en el resto de 1998 podría continuar la presión a la baja sobre los precios, dado el lento crecimiento de la demanda y los abundantes suministros disponibles en los países exportadores.
 


7. PESCA: PRODUCCIÓN, COLOCACIÓN Y COMERCIO

• La producción de pescado, moluscos y crustáceos y otros animales acuáticos alcanzó un volumen récord de 121 millones de toneladas en 1996, lo que representó un aumento del 3,2 por ciento con respecto a 1995. Las pesquerías de captura, con 94,6 millones de toneladas, aumentaron un 1,7 por ciento y aportaron el 78 por ciento del volumen total. El 22 por ciento restante procedió de la producción acuícola, que con 26,4 millones de toneladas registró un aumento del 8,2 por ciento respecto a 1995. Además, se extrajeron 9 millones de toneladas de plantas acuáticas (peso en húmedo), el 90 por ciento de las cuales procedía de la producción acuícola.

• La pesca de captura continental aumentó en todo el mundo un 2,3 por ciento, alcanzando los 7,6 millones de toneladas; el crecimiento se concentró totalmente en Asia, mientras que en África, América del Sur y Europa la producción descendió.

• El volumen de las capturas mundiales procedentes de aguas marinas aumentó un 1,7 por ciento, y su valor se estimaba en aproximadamente 80 000 millones de dólares EE.UU. Ello fue consecuencia del aumento de los desembarques procedentes del Pacífico noroccidental –que representa casi el 30 por ciento del total de la pesca de captura marina– y, en menor medida, del Atlántico centro-oriental y el océano Índico. Estos aumentos compensaron con creces la reducción de los desembarques en las pesquerías de algunas otras zonas marinas, como el Mediterráneo y el mar Negro (donde los desembarques descendieron un 11 por ciento), el Pacífico centro-occidental (–2 por ciento) y el Pacífico nororiental (–5 por ciento). Las capturas de pequeñas especies pelágicas, que representan el 40 por ciento de las capturas especificadas, aumentaron casi un 3 por ciento, situándose en 39 millones de toneladas. Las especies demersales, con 18 millones de toneladas, se mantuvieron en el mismo nivel de 1995, mientras que los salmones y túnidos descendieron un 10 y un 2 por ciento, respectivamente. Se registraron también aumentos de la producción con respecto a 1996 en el caso de las capturas de camarones (+8 por ciento), cangrejos (+4 por ciento) y cefalópodos (+6 por ciento), y la producción de moluscos disminuyó un 13 por ciento.


FIGURA 11
CAPTURAS Y SUMINISTROS MUNDIALES DE PESCADO
 
 

FIGURA 12
COMERCIO DE PRODUCTOS PESQUEROS
 
La producción derivada de la acuicultura continuó creciendo a un ritmo más rápido que la de cualquier otro sector de producción de alimentos.
• La producción derivada de la acuicultura continuó creciendo a un ritmo más rápido que la de cualquier otro sector de producción de alimentos. Entre 1986 y 1996, la producción acuícola mundial creció a un ritmo anual medio del 10 por ciento, tanto en lo que refiere al volumen como al valor, y en 1996 el valor de la producción mundial total de este sector alcanzó los 46 600 millones de dólares EE.UU. (incluidas las plantas acuáticas). Asia, y en particular China, continúan dominando la producción mundial, y en 1996 Asia representaba el 91 y el 83,5 por ciento del volumen y el valor, respectivamente, de esa producción. Por el contrario, África representaba sólo el 0,3 por ciento del volumen y el 0,6 por ciento del valor, aunque desde 1990 la producción de este continente ha aumentado a un ritmo anual del 5,4 por ciento.

• El total de las exportaciones pesqueras ascendió a 52 500 millones de dólares EE.UU. en 1996, cifra prácticamente igual a la de 1995. El volumen del comercio aumentó, pero como descendieron los precios de las pesquerías más importantes, el cambio del valor mundial fue insignificante. En lo que respecta al valor, poco menos del total de las exportaciones de 1996 procedió de países en desarrollo, frente a una cuota del 51 por ciento en 1995. Dentro de esa cifra, el 36 por ciento correspondió a países de bajos ingresos con déficit de alimentos, frente al 39 por ciento del año anterior. Para muchos países en desarrollo las exportaciones pesqueras constituyen una fuente importante de divisas; el total de los ingresos netos obtenidos de la pesca en 1996 por los países en desarrollo sería de 16 600 millones de dólares, más del triple que un decenio antes.


FOTO 3
Acuicultura orientada a la exportación en el río Tonle Sap en Camboya
La acuicultura es el sector de la producción alimentaria de más rápido crcimiento
 

• Veintidós países representan el 75 por ciento del valor de las exportaciones de pescado y productos pesqueros, y los 11 primeros acaparan el 51 por ciento del total. Tailandia, con unos ingresos de exportación de 4 100 millones de dólares en 1996 (9 por ciento del total mundial), mantuvo su posición de mayor exportador mundial, que ha mantenido desde 1993, a pesar de un descenso del 7,5 por ciento frente a 1995. El segundo mayor exportador, Noruega, con un total de 3 400 millones de dólares EE.UU., incrementó el valor de las exportaciones un 10 por ciento con respecto a 1995, mientras que el tercer exportador, los Estados Unidos, sufrió un descenso del 7 por ciento en el valor de sus exportaciones, que fue de 3 100 millones de dólares. No obstante, los Estados Unidos son el segundo mayor importador de productos pesqueros, siendo el valor de sus importaciones 4 000 millones de dólares superior al de las exportaciones. Las exportaciones de China continental sumaron 2 900 millones de dólares, igual que en 1995, y las de Taiwán (Provincia de China) fueron de 1 800 millones de dólares, después de las de Dinamarca y el Canadá, con exportaciones de 2 700 y 2 300 millones de dólares, respectivamente.

Los países industrializados representaron más del 80 por ciento del valor de las importaciones, y el Japón importó casi el 30 por ciento del total mundial.
• El destino de la mayor parte de las exportaciones pesqueras son las economías desarrolladas. Los países industrializados representaron más del 80 por ciento del valor de las importaciones, y el Japón (con 17 000 millones de dólares de importaciones) importó casi el 30 por ciento del total mundial. Los Estados Unidos fueron el segundo mayor importador, con un total por valor de 7 000 millones de dólares, seguidos de Francia y España, con poco más de 3 000 millones de dólares en cada caso. No obstante, en 1996 los tres mayores importadores registraron un descenso de sus importaciones con respecto a 1995. Las importaciones de los países en desarrollo crecieron un 7,5 por ciento, situándose en más de 9 000 millones de dólares EE.UU., que corresponden al 16 por ciento del total mundial, y un cuarto de ese total fue importado por países de bajos ingresos con déficit de alimentos. Algunas de esas importaciones eran de harina de pescado para su uso en la alimentación de aves de corral y en la acuicultura, con destino a la producción de especies de alto valor para la exportación.

• La mayor parte de la producción mundial de pescado y de moluscos y crustáceos (75 por ciento en 1996) se destina al consumo humano directo y llega a los consumidores en una gran variedad de usos finales, entre los que predominan los productos frescos o refrigerados. En los últimos años, en paralelo al crecimiento de la producción acuícola mundial, ha aumentado, tanto en términos absolutos como relativos, la importancia de los productos pesqueros comercializados frescos. En 1996, se comercializó como productos frescos /refrigerados un tercio de la producción mundial, lo que representó un volumen casi un 70 por ciento superior al de 10 años antes. Como consecuencia de la mayor producción pesquera y de la estabilidad de las actividades de reducción a harina, la disponibilidad mundial de pescado para la alimentación humana subió de 15,2 kg per cápita en 1995 a 15,7 kg en 1996.

• Según estimaciones iniciales sobre 1997, la producción pesquera disminuirá, debido sobre todo al descenso de las capturas de pequeñas especies pelágicas en América del Sur como consecuencia del fenómeno El Niño. Como estas especies se destinan en gran parte a la alimentación animal, es probable que la disponibilidad de pescado para la alimentación humana no sufra ninguna alteración.
 


8. PRODUCCIÓN  Y COMERCIO FORESTALES

En 1997 se registró un aumento generalizado de la producción de todos los productos forestales.
• La producción mundial de madera en rollo creció en 1997 un 1,6 por ciento, alcanzando los 3 410 millones de metros cúbicos. En los países en desarrollo, que representan casi las dos terceras partes del total (64 por ciento en 1997), la producción de madera en rollo aumentó un 2,3 por ciento, mientas que en los países desarrollados el crecimiento fue de sólo el 0,5 por ciento. La producción de madera en rollo industrial (que no incluye la leña y representa el 45 por ciento del total) aumentó a su vez un 1,9 por ciento, con lo que alcanzó un volumen de 1 520 millones de m3. Los países desarrollados producen la mayor parte de la madera en rollo industrial (70 por ciento) y su producción aumentó un 2,2 por ciento, alcanzando los 1 060 millones de m3, mientras que la producción de los países en desarrollo creció sólo el 1,5 por ciento, situándose en un total de 460 millones de m3.

• La producción mundial de productos madereros sólidos (madera aserrada y traviesas y paneles a base de madera) aumentó en 1997, año en que, según las estimaciones, la producción de madera aserrada y traviesas creció un 2,3 por ciento, alcanzando los 439 millones de m3, y la de paneles a base de madera habría aumentado entre un 2  y un 3 por ciento, situándose en 153 millones de m3. También en este caso el grueso de la expansión tuvo lugar en los países desarrollados, que representan más de dos terceras partes del total de ambos productos.

Para 1998 se prevé un descenso del consumo asiático, lo que reducirá probablemente la demanda mundial de pasta para papel y sus productos y dará lugar a una disminución de los precios.
• En el año 1997 se registró un importante crecimiento de la producción mundial de pasta y productos de papel tras el pequeño descenso experimentado por este sector en 1996. La producción de papel y cartón aumentó un 6,3 por ciento. El crecimiento más fuerte (6,8 por ciento) tuvo lugar en los países desarrollados, y sobre todo en Europa occidental, donde la producción de papel creció un 8,5 por ciento, seguidos de los Estados Unidos con una expansión del 5,2 por ciento, el Japón con el 3,3 por ciento y el Canadá con el 3 por ciento. Estos productores representan aproximadamente el 75 por ciento de la producción mundial de papel. La situación fue menos favorable en los países en desarrollo, donde el fuerte crecimiento anterior de algunos grandes países productores de Asia se desaceleró considerablemente. Como en el caso de los productos de papel, la producción de pasta de madera creció también de forma considerable, con un ritmo del 5,7 por ciento, y los precios internacionales se recuperaron lentamente después de la fuerte caída de 1996. Las existencias de pasta de madera descendieron del máximo de 2,5 millones de toneladas alcanzado en 1996 a 1,6 millones de toneladas, nivel que se considera más próximo a un mercado equilibrado. Debido a la crisis financiera de Asia, para 1998 se prevé un descenso del consumo asiático, lo que reducirá probablemente la demanda mundial de pasta para papel y sus productos y dará lugar a una disminución de los precios.

• Los mercados de otros productos forestales se mostraron particularmente favorables en Europa, donde se intensificó la demanda y aumentó el consumo de casi todos esos productos. No obstante, debido a unos mercados altamente competitivos, los precios europeos de los productos madereros no registraron ningún aumento en 1997. En América del Norte, la demanda se mostró favorable durante la mayor parte de 1997. En el Canadá, la construcción de nuevas casas, principal indicador económico para el sector de los productos mecánicos de la madera, subió aproximadamente un 20 por ciento. En cambio, en los Estados Unidos, debido a la fuerte reducción de los precios de las trozas como consecuencia de la disminución de la demanda en los mercados asiáticos, los precios internos de la madera aserrada bajaron fuertemente en la segunda parte del año. En el Japón se registró en 1997 un fuerte descenso (20 por ciento) de la construcción de nuevas casas de madera, resultado del deficiente comportamiento de su economía. Ello provocó una fuerte reducción de sus importaciones de productos de madera elaborada, tanto de zonas tropicales como templadas, que habían crecido de forma constante en los años anteriores.

• Los precios de la mayor parte de los productos de madera de países tropicales, como trozas, madera aserrada y madera contrachapada, disminuyeron notablemente en 1997 debido al debilitamiento de la demanda en los grandes importadores asiáticos. Los exportadores de trozas de Papua Nueva Guinea y las Islas Salomón han tenido que soportar las condiciones de mercado más difíciles de los diez últimos años. Por otro lado, los precios internacionales de la pasta de madera y productos de papel subieron marginalmente por encima de los bajos niveles de 1996.


FIGURA 13
PRINCIPALES PRODUCTOS FORESTALES
 

• Como consecuencia de la subida de los precios de la pasta y los productos de papel, el valor de las exportaciones de productos forestales creció en 1997 un 2,2 por ciento. Este aumento se concentró sobre todo en los países desarrollados, que son los principales productores y comerciantes de pasta y productos de papel. Por el contrario, los bajos precios de los productos de madera de países tropicales dieron lugar a una caída del 5 por ciento en las exportaciones forestales de los países en desarrollo y a un descenso de la proporción de éstos en el valor total del comercio de productos forestales, que pasó del 18 por ciento en 1996 al 16,5 por ciento en 1997.
 

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