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El Programa especial para la seguridad alimentaria

Dirección de Operaciones de Campo, Departamento de Cooperación Técnica de la FAO

 

Qué es el PESA

El Programa especial para la seguridad alimentaria (PESA) tiene por objeto apoyar a los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos (PBIDA) en sus esfuerzos por:

  • mejorar su seguridad alimentaria nacional mediante rápidos aumentos de la productividad y de la producción de alimentos sobre una base económica y ambientalmente sostenible;
  • reducir la variabilidad de la producción agrícola de un año a otro;
  • mejorar el acceso de la población a los alimentos.

Fue iniciado por la FAO en 1994 y aprobado por la Cumbre Mundial sobre la Alimentación (CMA) en noviembre de 1996, y está haciendo ya una importante contribución al objetivo de la Cumbre de reducir a la mitad el número de personas crónicamente desnutridas del mundo en desarrollo.

Construcción de una alcantarilla en un emplazamiento piloto en Camboya
Desde su iniciación en 1994, el PESA ha entrado en funcionamiento en 36 países.

Objetivos y enfoque

La FAO define la seguridad alimentaria como el acceso por todas las personas en todo momento a los alimentos necesarios para una vida activa y sana. Lograr la seguridad alimentaria significa asegurar que se disponga de alimentos suficientes, que los suministros sean relativamente estables y que quienes necesiten alimentos puedan obtenerlos. Aunque, a lo largo de los años, los gobiernos, con apoyo de la FAO y de otros organismos de desarrollo, se han ocupado de la seguridad alimentaria y de sus elementos conexos de muchas formas, hoy existen unos 800 millones de personas en los países en desarrollo –alrededor del 20 por ciento de su población total–que están crónicamente desnutridos. Al crecer la población mundial –se prevé que la cifra actual de 5 700 millones aumente hasta 8 300 millones para el año 2025– la situación empeorará si no se adoptan medidas muy decididas y bien orientadas para mejorar la seguridad alimentaria.

La desnutrición y la inseguridad alimentaria crónicas son consecuencia principalmente de:

  • una baja productividad agrícola, frecuentemente causada en parte por limitaciones políticas, institucionales y tecnológicas;
  • una gran variabilidad estacional y anual de la oferta de alimentos, con frecuencia debida a la inseguridad de las lluvias y la insuficiencia de agua para la producción agropecuaria;
  • la falta de oportunidades de empleo no agrícola, que contribuye a que los ingresos sean bajos e inciertos en zonas urbanas y rurales.

Las causas y las consecuencias de la inseguridad alimentaria y la pobreza están inextricablemente unidas. Una forma de romper ese círculo vicioso es aumentar la productividad agrícola, especialmente cuando pueden obtener ganancias los pequeños agricultores, que figuran a menudo entre los más pobres. A medida que la población mundial y los niveles de vida aumenten, la necesidad de alimentos crecerá y la disponibilidad de tierras de labranza subutilizadas seguirá disminuyendo.

Por consiguiente, es importante intensificar la producción, utilizando métodos sostenibles, en las tierras con potencial agrícola y actualmente subutilizadas, en lugar de invadir tierras sólo marginalmente utilizables para el cultivo.


 

LAS MUJERES SUJETAN AL LEÓN POR LA COLA

Las mujeres de las regiones de Dodoma y Morogoro de la República Unida de Tanzanía son un buen ejemplo del tema del Día Mundial de la Alimentación 1998: «La mujer nutre al mundo». Las agricultoras de Tanzanía trabajan en grupos para formar asociaciones de ahorro y crédito, a fin de tener un acceso más fácil a los insumos. Esos grupos de mujeres afirman que, al obtener buenos rendimientos de sus explotaciones agrícolas, están a punto de «sujetar al león por la cola».

Se cree que sujetar a un león por la cola es la forma más eficaz de luchar contra él, porque sus costillas no le permiten revolverse. De forma que, mientras se sujete al león por la cola y dé vueltas y más vueltas, se está seguro.

Las mujeres del programa dicen que están sujetando al hambre, la malnutrición y la pobreza por la cola, porque sus esfuerzos están comenzando lentamente a dar resultado en forma de un aumento de la producción de los pequeños grupos de animales. En Kongwa, un grupo de agricultoras ha podido abrir una cuenta bancaria y depositar 300 000 chelines de Tanzanía (450 dólares EE.UU.), una medida útil para superar las dificultades de la adquisición de insumos.

Con insumos mejorados, las agricultoras de Kilombero han logrado aumentar la producción de 17 sacos de arroz por acre (unos 42 sacos por hectárea) hasta 35 ó 40 sacos (de 85 a 100 sacos por hectárea).

Adaptado de The African, the Tanzanian Daily, 24 de julio de 1998.

 


 

¿Cómo funciona el PESA?

Entre las características esenciales del PESA se encuentra la elevación de los ingresos netos de los agricultores, la generación de empleo rural y el aumento de la igualdad social. Sus actuaciones más específicas comprenden:

  • demostraciones, a cargo de agricultores, de tecnologías mejoradas y prácticas de gestión;
  • difusión de métodos eficaces entre los pequeños agricultores;
  • reformas de política para eliminar las limitaciones prácticas y burocráticas y crear condiciones que conduzcan a un aumento de la producción de alimentos, mayores ingresos agrícolas y más empleo no agrícola.

En general, el PESA se concibió como un proceso evolutivo que se formaría y reformaría mediante los conocimientos locales de los participantes y los resultados de la experiencia con proyectos adquirida en circunstancias reales. Además de la igualdad social, la sensibilidad a las diferencias por razón de género y la conciencia ambiental son preocupaciones esenciales, y los proyectos se adaptan a las condiciones y prioridades locales definidas conjuntamente por los agricultores y los planificadores de los países.


 

APLICACIÓN DEL PESA

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En septiembre de 1998, el PESA funcionaba en 36 PBIDA: 20 de África, 10 de Asia y el Cercano Oriente, tres en América Latina, dos en Europa y uno en Oceanía. Estaba en diversas etapas de formulación en otros 33 países.

 


 

El PESA pertenece a los países beneficiarios que deciden adoptar sus principios. De esa forma, aunque la FAO y otras organizaciones internacionales y fuentes nacionales prestan su apoyo financiero y técnico, corresponde a los distintos gobiernos el diseño y la aplicación reales de sus propios programas.

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