FAO/SMIAR - Perspectivas Alimentarias No. 5 , Noviembre 1999 pa9911 p. 3

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CEREALES



RESUMEN DE LA SITUACION DE LA OFERTA Y LA DEMANDA


Cuando se han recogido ya o están a punto de recogerse la mayor parte de las cosechas de cereales de 1999, la información más reciente, sigue indicando una producción mundial de 1 866 millones de toneladas (incluyendo el arroz como elaborado) que vuelve a ser superior a la media y ligeramente inferior a la del año pasado. Este nivel de producción sería algo inferior a la utilización prevista en 1999/2000, por lo que habría que recurrir a las existencias acumuladas en los tres últimos años, las cuales se reducirían en un 2,5 por ciento. No obstante, la relación entre los remanentes mundiales previstos de cereales en 2000 y la utilización tendencial en 2000/01, es del 17,3 por ciento, cifra que se mantiene en los límites del 17 al 18 por ciento que la Secretaría de la FAO considera el mínimo necesario para salvaguardar la seguridad alimentaria mundial. Con todo, es de señalar que, aunque se pronostica que disminuirán las existencias mundiales de cereales, las de los principales países exportadores, que constituyen el principal amortiguador contra cualquier déficit importante de producción, cambiarán relativamente poco con respecto al nivel de apertura, que actualmente es superior a 50 millones de toneladas y más del doble del mantenido hace cuatro años, cuando se registró la última subida considerable de los precios.

PRODUCCIÓN, SUMINISTROS, COMERCIO
Y EXISTENCIAS MUNDIALES DE CEREALES

  1997/98 1998/99
estim.
1999/00
pronóst.
  (millones de toneladas )
Producción 1/ 1 905 1 883 1 866
Trigo 613 595 582
Cereales secundarios 905 905 889
Arroz (elabor.) 387 383 395
Suministros 2/ 2 197 2 213 2 205
Utilización 1 865 1 866 1 876
Comercio 3/ 216 213 221
Existencias finales 4/ 330 340 331
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Los precios internacionales de exportación de los principales cereales se mantienen en general más bajos que hace un año. Al finalizar el año 1999, se reducen las probabilidades de que en 1999/2000 se registren cambios importantes en las perspectivas de la oferta y la demanda mundiales de cereales. Aun así, está aumentando el número de países que padecen escasez de alimentos en todo el mundo, como consecuencia de guerras/conflictos civiles, catástrofes naturales y crisis económicas, lo que sigue constituyendo una grave causa de preocupación (véase la página 6).

Como se ha indicado ya, el último pronóstico de la FAO sobre la producción mundial de cereales de 1999 es ahora de 1 866 millones de toneladas (incluyendo el arroz como elaborado), 4 millones menos que la cifra indicada en el último informe de septiembre. La última revisión se debe sobre todo a la reducción de las estimaciones de la cosecha de cereales secundarios en varios países de todo el mundo, pero especialmente en Asia y América del Norte, que contrarresta con creces las revisiones al alza efectuadas en las cosechas mundiales de trigo y arroz. A nivel de pronóstico, la producción mundial de cereales de 1999 sería un 0,9 por ciento menor que la del año pasado, pero superior a la media de los últimos cinco años.

El pronóstico de la producción mundial de trigo ha aumentado en 3 millones de toneladas desde el último informe y ahora es de 582 millones. Esta revisión se debe a la acumulación de varios pequeños reajustes de las estimaciones de las cosechas ya recogidas en el hemisferio norte, así como de los pronósticos de las que están a punto de recogerse en el hemisferio sur. A nivel de pronóstico, la producción de trigo de 1999 sería un 2,1 por ciento menor que la de 1998, pero superior a la media de los últimos cinco años; los notables descensos registrados en Europa, América del Norte y África y la reducción marginal de América Central contrarrestarían con creces los aumentos obtenidos en Asia, América del Sur y Oceanía. Se están sembrando ya, con condiciones en general favorables, las cosechas de trigo de invierno que se recogerán en el 2000 en los principales países productores del hemisferio norte. La superficie que se dedicará a la cosecha del año próximo es muy incierta, pero, según las primeras indicaciones, no cambiará mucho con respecto al año pasado. El pronóstico de la FAO para la producción mundial de cereales de 1999 es ahora de 889 millones de toneladas, unos 10 millones menos que la cifra indicada en el pasado informe, lo que se debe principalmente a los reajustes a la baja en los pronósticos relativos a Asia y América del Norte. A nivel de pronóstico, la producción mundial de cereales secundarios de 1999 sería un 1,8 por ciento menor que la de 1998, pero se mantendría próxima al promedio de los últimos cinco años; el descenso de las cosechas previsto actualmente en Asia, África, América del Norte y del Sur y Oceanía contrarrestaría con creces los incrementos marginales logrados en Europa y América Central. Según pronósticos actuales, la producción mundial de arroz cáscara de 1999 ascenderá al récord de 590 millones de toneladas (325 millones como elaborado) nivel muy superior al del año pasado y al del récord anterior de 578 millones de toneladas (387 millones como elaborado) establecido en 1997. En el hemisferio sur y en torno al Ecuador, donde se ha completado prácticamente la campaña arrocera de 1999, la producción se ha recuperado notablemente con respecto al año pasado. En el hemisferio norte se está recogiendo la cosecha y, de no registrarse importantes problemas meteorológicos en las próximas semanas, se esperan cosechas extraordinarias en varios países.

El pronóstico de la FAO relativo a las importaciones mundiales de cereales en 1999/2000 (junio/julio) ha aumentado desde septiembre en 3 millones de toneladas, ascendiendo a 221 millones, lo que se debe principalmente a que la demanda de trigo y cereales secundarios es más fuerte de lo previsto. A nivel de pronóstico, el volumen de las importaciones de cereales sería de 8 millones de toneladas, casi un 4 por ciento más que el total revisado del año pasado, repartiéndose el aumento entre unos pocos países desarrollados y varios países en desarrollo, especialmente los de la categoría de bajos ingresos y con déficit de alimentos. Se ha revisado el pronóstico de las importaciones mundiales de trigo elevándolo en 1 millón de toneladas, a 102 millones, volumen que sería superior en 4,6 millones de toneladas o el 5 por ciento al alcanzado el año pasado. Se prevé que aumentarán las importaciones de trigo de varios países de Asia, Europa y África del Norte. Las importaciones mundiales de cereales secundarios en 1999/2000 se pronostican ahora en 96 millones de toneladas, 1,5 millones más que el pronóstico de septiembre y unos 3,7 millones más que el volumen del año pasado. Lo mismo que en el caso del trigo, se prevé que aumentarán las importaciones de cereales secundarios en varios países de Asia, Europa y África del Norte, así como en algunos de la zona subsahariana. Con respecto al arroz, según pronósticos muy provisionales, el volumen de las importaciones mundiales en el 2000 se mantendrá muy parecido al del año en curso. El volumen del comercio en 1999 se pronostica ahora en 23,5 millones de toneladas, es decir, unas 800 000 toneladas más que la cifra indicada en el último informe, pero, a pesar de todo, 4 millones de toneladas menos que el récord del año pasado.

La utilización mundial de cereales en 1999/2000 se pronostica en 1 876 millones de toneladas, volumen superior en 10 millones de toneladas o el 0,5 por ciento al de la estimación revisada del año anterior y que supera al de la producción mundial por primera vez en los últimos cuatro años. Aunque se prevé que el consumo mundial de cereales como alimento seguirá aumentando al paso del crecimiento demográfico, la utilización como piensos disminuirá probablemente por segundo año consecutivo, debido en gran medida a la continuación de la contracción del sector ganadero en la Federación de Rusia.

Los precios internacionales de exportación de todos los principales cereales han estado sometidos a presión a la baja durante las últimas semanas. En la tercera semana de octubre, el trigo Nº2 (duro rojo de invierno, fob) era cotizado a 112 dólares EE.UU. por tonelada, es decir, 2 dólares menos que en agosto y 16 menos que hace un año, lo que se debía principalmente a los buenos resultados de las cosechas en los principales países productores. También los precios internacionales del maíz siguieron debilitándose como consecuencia del aumento de las cosechas en algunos de los principales productores. Durante la tercera semana de octubre, el maíz amarillo Nº 2 de

EE.UU. se cotizó a 67 dólares EE.UU. por tonelada, 5 dólares menos que en agosto y 33 menos que hace un año. El índice de la FAO para los precios de exportación del arroz (1982-84=100) arrojó el promedio de 109 puntos durante octubre, lo que representa 7 puntos menos que en agosto y el nivel más bajo de los últimos 5 años. También en este caso, la llegada al mercado de los suministros de las nuevas cosechas, así como el volumen récord de las cosechas en algunos casos, y la limitación de la demanda de importación son las causas principales del debilitamiento de los precios del arroz.

El pronóstico de la FAO relativo a las existencias mundiales de cereales en las campañas agrícolas que terminan en el 2000 ha aumentado en 8 millones de toneladas con respecto a la cifra indicada en el último informe, ascendiendo a 331 millones de toneladas. El cambio se debe a que se ha revisado y elevado el volumen de las existencias al final del año. No obstante, pese a estas últimas revisiones, las existencias mundiales de cereales al cierre de las campañas agrícolas que terminan en el 2000 tendrían un nivel inferior al de apertura en 9 millones de toneladas o el 2,5 por ciento, disminuyendo por primera vez después de haber registrado un crecimiento durante tres años consecutivos. Como consecuencia de ello, la relación entre los remanentes mundiales de cereales en el 2000 y la utilización tendencial en el 2000/01 disminuiría al 17,3 por ciento, mientras que el nivel revisado del año pasado era del 18,1 por ciento. No obstante, se mantendría en los límites del 17 al 18 por ciento que la Secretaría de la FAO considera el mínimo necesario para salvaguardar la seguridad alimentaria mundial.


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