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La labor de la FAO


Conferencia Internacional de Silvicultura y de Productos Forestales de la América Latina
Actividades del Subcomité de Bosques Inexplotados
Tercer Congreso Mundial de Silvicultura
Comisión Internacional de los Arboles de Alamo

Conferencia Internacional de Silvicultura y de Productos Forestales de la América Latina

La América del Sur es una de las regiones forestales inexplotados más grandes en el mundo. Se está haciendo un esfuerzo conjunto para lograr el desarrollo de estos bosques, cosa que resaltará el 19 de abril de 1948, con la inauguración de la Conferencia Internacional de Silvicultura y de Productos Forestales de la América Latina, en la ciudad de Teresópolis que se encuentra situada cerca de Río de Janeiro, Brasil. Esta Conferencia es la segunda que se celebra de la serie proyectada por la FAO. La primera conferencia efectuada en Marianske Lazne Checoeslovaquia en 1947, estudió la situación de emergencia y la de largo plazo, de la producción en los bosques europeos. La convocatoria de la actual reunión, fué el resultado de la recomendación formulada por la Conferencia de la FAO que fue celebrada en Ginebra, durante el otoño del año pasado, la cual hizo resaltar el hecho de que el desarrollo de la vasta riqueza maderera de la América Latina, ayudaría a elevar el nivel de vida de sus habitantes y proporcionaría las cantidades adicionales de madera, que tan urgentemente se necesitan para la reconstrucción de las regiones devastadas por la guerra.

El Gobierno de los Estados Unidos de Brasil atenderá a los representantes de todas las repúblicas latinoamericanas, y de los demás estados miembros de la FAO que tienen especial interés en la situación silvícola latinoamericana o en la materia a discusión. Fueron invitados también los observadores de las Naciones Unidas y de otras organizaciones internacionales públicas incluyendo la Unión Panamericana y la Comisión del Caribe.

Quedó establecido un Comité Preparatorio en Río de Janeiro y la correspondencia relativa a la Conferencia puede ser dirigida a AGRIRURAL, Para Comissão Florestal, Rio de Janeiro, o a la "Food and Agriculture Organization" (FAO) en Washington, D. C.

Actividades del Subcomité de Bosques Inexplotados

La primera reunión del Subcomité de Bosques Inexplotados fué celebrada en Ginebra, Suiza, del 20 al 22 de agosto de 1947, inmediatamente antes de la reunión de la Tercera Conferencia Anual de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

El Subcomité desarrolló sus trabajos bajo la presidencia del señor Tom Gill, Secretario de la Fundación "Charles Lathrop Pack", y fué integrado por expertos en bosques tropicales, de la siguiente manera: territorios británicos el Profesor Stebbing y el señor Scott; territorios franceses, los señores Terver y Fournols; territorios belgas, el señor van den Abeele, territorios holandeses los Señores Gonggryp, Sewandono y Winkoop; y en representación de los países latinoamericanos, el señor Bazán del Perú, el señor Salazar de Columbia, y los señores de Souza y de Fonseca del Brasil. El Señor Show Jefe de la Sección Forestal de la Dirección de Silvicultura y Productos Forestales de la FAO, estuvo presente en las reuniones. El Señor Terver fué designado Secretario del Subcomité.

En vista del número y la variedad de los puntos de estudio, así como de la gran importancia de algunos de ellos, se decidió que las labores se limitarían al bosquejo de los problemas más serios y de urgente solución, en las regiones tropicales y subtropicales del mundo, a fin de facilitar la tarea de los Servicios de la FAO, proporcionándoles información técnica sobre los problemas peculiares a esas regiones. De esta manera la FAO podrá hacer sugestiones y dar consejos a los países que así lo soliciten, de acuerdo con una amplia política silvícola racional y general.

PRODUCTOS FORESTALES

Las zonas tropicales y subtropicales del mundo contienen grandes extensiones de bosques, cuya explotación deberá ser tema de estudio, si se desea solucionar rápidamente la situación de escasez de madera que se experimenta en todo el mundo. Consecuentemente, uno de los problemas más importantes se relaciona con las medidas aplicables para fomentar la utilización en gran escala de selvas de especies exóticas, que hasta la fecha son poco conocidas.

El Subcomité llegó a las siguientes conclusiones generales:

1) Es de vital necesidad ensanchar considerablemente el campo de aprovechamiento de las especies exóticas comerciales, con el objeto de aumentar, primero, el rendimiento de estos bosques y satisfacer así en una medida considerable, las demandas crecientes de los mercados, particularmente en el renglón de madera de construcción para las industrias y de madera aserrada. Una vez que se haya hecho esto, será posible mecanizar la explotación requisito esencial en vista de la extrema escasez de mano de obra en algunas de estas regiones, además se podría también reducir el costo de producción, expendio que hasta la fecha ha sido prohibitivo. Estas especies exóticas podrían así competir con las maderas de producción local, en los mercados de consumo.

2) Parece que, con el fin de estimular el comercio de maderas exóticas, seria conveniente uniformar la terminología de las especies forestales de importancia económica. Sin embargo, en vista de las dificultades prácticas, ya bien conocidas por los técnicos, en el sentido de acelerar la ejecución de tal glosario, es opinión del Subcomité que, durante la etapa inicial, seria mejor que limitara su actividad a los tres fines siguientes:

(a) la información de los nombres científicos de las especies que son bien conocidas y de características claramente definidas;

(b) la formulación de cuadros que contengan los nombres científicos y las correspondientes designaciones nombres vernáculos y comerciales aplicadas a estas especies en los diferentes países

(c) la compilación de una simple clasificación comercial en el caso de nueva explotación y distribución de especies para que, mientras llega el momento en que puedan ser identificadas con precisión, se les clasifique de acuerdo con la similitud de sus características técnicas y de sus usos posibles.

Para este fin, la FAO deberá establecer un Comité de Identificación y Nomenclatura, integrado por los técnicos más calificados en esta materia, que estén dispuestos a emprender la tarea.

3) se deberá proseguir con intensidad el estudio de las propiedades físicas, mecánicas y técnicas de todas las maderas exóticas de importancia económica, y la FAO deberá continuar recabando, analizando y distribuyendo toda la información que sobre la materia le suministren los laboratorios existentes.

El Subcomité no apoya la ejecución de un programa completo de trabajo en un laboratorio colectivo, ya que considera que la FAO no debe duplicar o infringir la labor de los gobiernos de aquellos países en donde ya se lleve a la práctica este programa. Por otra parte, en los países que aún no cuentan con organismos ea. paces de emprender estas investigaciones, y en particular en las naciones de la América Latina, opina el Subcomité que es de la mayor urgencia que la FAO continúe prestando sus buenos oficios para que se hagan los trabajos requeridos en los laboratorios existentes en los estados miembros que estén dispuestas a realizarlos y que tengan capacidad para ello. La FAO deberá también instar a estos países para que acepten en bien de su entrenamiento, a técnicos jóvenes de otras naciones.

4) Al mismo tiempo y con la aprobación de los países latinoamericanos interesados, la FAO deberá tomar la iniciativa en el establecimiento de un laboratorio forestal colectivo de investigaciones para ese continente.

5) Los estudios de investigación en lo referente a la euro de la madera, su tratamiento al vapor, el control de parásitos y la conservación general y preservación de maderas exóticas en el lugar de su producción, en tránsito y durante su uso fueron considerados por el Subcomité como de particular importancia, y deberían ser intensificados en todos los países.

En esta esfera de acción, la FAO debe continuar desempeñando su función como centro mundial de documentación.

Lo mismo se aplica al estudio de las reglas de estipulaciones y la determinación de las normas de las maderas exóticas.

PROTECCIÓN DE LOS BOSQUES - POLITICA GENERAL Y LEGISLACIÓN

En las regiones tropicales y subtropicales, los tres grandes enemigos de los bosques son la agricultura nómada, los incendios o quemas anuales, y el excesivo pastoreo, los que ocasionan estragos que pueden afectar adversamente las condiciones de vida de extensas áreas y algunas veces convertir la totalidad de la tierra en un desierto.

Estos factores tienen una directa relación sobre la composición y ano la preservación de los nucleos boscosos, la fertilidad del suelo y las propiedades del agua; y son las causas principales de los fenómenos de erosión, que revisten una seriedad particular en las regiones montañosas.

El Subcomité ha llegado a las siguientes conclusiones generales sobre las medidas que deben adoptarse para la protección de los países amenazados por estos males.

1) En esas regiones, el problema agrícola está íntimamente ligado al problema forestal. Sin duda, en algunos lugares el problema ea primordialmente forestal, ya que en esos países predomina necesariamente una agricultura forestal.

Es pues esencial, por una parte, que los técnicos forestales intervengan de inmediato para restablecer el equilibrio, en la actualidad alterado, entre la agricultura y los bosques, y por la otra que su participación en la agricultura sea primordial, y no secundaria, como sucede en algunos países. No se debe pasar por alto el ejemplo del Congo Belga, donde no se titubea en dar a los especialistas en bosques puestos directivos, en las proyectos agrícolas emprendidos en ciertas regiones amenazadas.

2) Por lo que respecta a la cuestión de efectuar cultivos agrícolas en suelos forestales, sería juicioso reconsiderar nuestra condenación de las prácticas aborígenes ancestrales. Más bien que tratar de formar agrónomos con demasiada prisa, probablemente sería mejor llegar a un nomadismo dirigido, mediante la instauración de los métodos indígenas de cultivo mejorándolos, desde luego, en la forma que se juzgue necesaria. Sólo se puede efectuar eficazmente esta primera etapa de la operación mediante estaciones experimentales agrícolas y forestales y el establecimiento de contactos permanentes entre los técnicos forestales y agrónomos y la población local, con el fin de que los primeros lleguen a familiarizarse con la manera de vivir de la segunda y con sus métodos de trabajo y obtengan así la confianza de los del lugar.

A este respecto, el problema que sin duda alguna predominará es el de las tierras en barbecho o en descanso, ya que la agricultura nativa tiene que ser de siembras efectuadas en el lapso entre las dos cosechas principales de las tierras forestales en barbecho, con una adecuada rotación de cultivos para que se mantenga la fertilidad del suelo, y se asegure la conservación de los bosques. Enseguida hay que resolver los problemas de fertilización del suelo, y en esto el principal objetivo debe ser conservar y aumentar la pequeña cantidad de humus existente en aquellos suelos todavía no estabilizados.

3) No obstante, la FAO no se puede dedicar a elaborar un sistema uniforme de métodos agrícolas aplicables en las regiones tropicales y subtropicales dada la extrema diversidad de las condiciones físicas y económicas de esos países y las varias etapas de desarrollo de sus poblaciones.

Debe por tanto circunscribirse a la tarea, muy importante en sí, de servir como centro de estudio y documentación, de acuerdo con el plan de acción que se ha trazado.

Además, puede utilizar su influencia para la implantación y el desarrollo de reconocimientos aéreos, en aquellos países en donde ano no se les utilice, como base para tomar inventario de los bosques y de la tierra, así como para formular mapas de los suelos que facilitarán la apreciación de la potencialidad agrícola y la consecuente formulación de las políticas agrícolas y forestales a seguir.

Finalmente, considerando que los problemas de propaganda y educación de la población son de la mayor importancia, sería particularmente deseable que la FAO, para asegurar la realización de este plan de conservación de los bosques, solicite de los gobiernos la colaboración de todos los funcionarios públicos, los propietarios de tierras, las autoridades municipales y los habitantes de cada región, por intermedio de funcionarios locales de todas las categorías.

4) Los problemas relacionados con el control de incendios en los bosques y los chaparrales y la erosión del terreno, requieren medidas de acción más o menos similares a las que evitan la agricultura nómada.

La falta de disposiciones efectivas indica que se debe descentralizar la legislación en esta esfera y dejar, en ocasiones su aplicación a la iniciativa de las autoridades locales o ano a la iniciativa de las autoridades nativas tradicionales. En esto la FAO puede desempeñar, nuevamente, un importante papel e informar a las naciones de los resultados que se vayan obteniendo en los diversos lugares.

En particular podría servir como fuente de información del Servicio de Conservación de Suelos de los Estados Unidos, a fin de que se den a conocer en los estados miembros los métodos eficientes de control de la erosión, adoptados en ese país.

5) Por lo que respecta a los principios fundamentales de las leyes forestales que deben ser promulgadas en los países que a la fecha no cuentan con legislación adecuada, es importante, en primer lugar informarse de los resultados alcanzados en territorios que a la fecha cuenten con una prolongada experiencia en este campo, y en donde ya haya pasado el "período de gestación", necesario para la estructuración de disposiciones lógicas y efectivas.

Estos estudios podrían revelar los principios universales más fundamentales que son básicamente iguales en todos los países.

Se podrían recabar amplios informes en los archivos de la Organización Internacional para la Legislación colonial Comparada, que tiene su sede en Bruselas, en los trabajos del Segundo Congreso Internacional de Bosques en Budapest, en las leyes forestales de la India y de las colonias francesas, y en las investigaciones emprendidas y los sumarios redactados por las Direcciones Técnicas de la FAO; pero antes de que sea posible elaborar leyes apropiadas para un país dado será necesario obtener muchos otros datos. Si la FAO quiere ayudar a los países de la América Latina a estructurar leyes forestales progresistas, debe poseer una información bastea sobre las diferentes características que afectan al clima a los abastecimientos de agua, al suelo a la economía y a la población, dentro de cada uno de los países interesados. En particular, es esencial un conocimiento completo del problema de la tierra o sea, de los sistemas de propiedad y trabajo de la misma, ya que, en la mayoría de los casos, lo primero a realizar es delinear las áreas forestales.

6) Es por sí mismo evidente que si la legislación forestal ha de ser en algún modo efectiva, debe existir en el país un servicio forestal bien organizado, con personal competente y adecuado.

El problema de la creación de tales servicios forestales en países que aún no cuentan con ellos, es muy similar al del establecimiento de laboratorios. Por tanto las escuelas forestales existentes no sólo deben preparar a los jóvenes funcionarios forestales de los otros países, sino también los técnicos excedentes a las necesidades de un país deben prestar servicio en aquellos sitios en que se les necesite.

Sin embargo, todo esto es sólo un paliativo, lo esencial consiste en disponer lo necesario para el establecimiento de nuevas escuelas forestales en las que se imparta un entrenamiento de tipo avanzado. En vista de las numerosas dificultades inherentes, y en particular de la relativa escasez de buenos profesores con un conocimientos especializado de los problemas de los bosques tropicales, podría recomendarse, para los países latinoamericanos, un servicio de enseñanza común. Este servicio educativo debe ser proporcional a los laboratorios de forzosa creación, formando así, en conjunto, un vasto instituto de investigación forestal para la América Latina, cuyo quedaría a cargo de la FAO, en unión de los países interesados.

PRESERVACIÓN DE LOS BOSQUES

Los asuntos relativos a este tema fueron considerados como de menor importancia por todos los delegados. En consecuencia el Subcomité se limitó a las siguientes resoluciones:

1) Sin duda alguna que desde el punto de vista de los países con bosques tropicales y subtropicales, los cuestionarios sobre el Inventario Mundial de Bosques para 1947, tal como los preparó el personal de la FAO siguiendo las recomendaciones de las Conferencias de Estadística de Roma y Wáshington, contienen muchas imperfecciones, pero, no obstante y considerando la gran dificultad de elaborar un solo cuestionario que abarque todos los tipos de bosques en el mundo es necesario esforzarse por utilizar estos mismos cuestionarios en el caso de bosques tropicales.

Siendo así, es esencial que los gobiernos contesten de la mejor manera posible las preguntas que contiene el cuestionario, a fin de facilitar a la FAO la recabación y comparación, de una manera sistemática, de la información relativa a los bosques de todo el mundo.

Sin embargo, con el fin de remediar las imperfecciones y, sobre todo, de llenar las lagunas del cuestionario, los países que estén en posición de hacerlo deberán anexar a sus respuestas un informe adicional que contenga notas y explicaciones, señalando las peculiaridades de las regiones tropicales. De gran ayuda serían para esto los documentos cartográficos.

2) Con relación a la reforestación, primeramente es necesario determinar en qué regiones se debe suspender la desforestación para iniciar en forma urgente la reforestación. Como estas zonas muy bien podrían extenderse por el territorio de varias naciones, la FAO podría prestar un importante servicio a los Gobiernos, al asegurarles la coordinación de sus esfuerzos.

Con referencia a la actual técnica de reforestación, es importante prevenir a los países contra ciertas prácticas que son siempre muy costosas, y cuyo buen resultado es dudoso y con frecuencia definitivamente perjudicial. Como el problema invariablemente depende de asuntos ecológicas, a menudo es necesario crear nuevamente el clima forestal. Mientras haya cierta cantidad de vegetación, se debe permitir la reforestación espontánea y limitar la intervención a medidas de protección en cada región. Finalmente se debe dar énfasis en particular a un principio cardinal de reforestación, que consiste en utilizar en todas los casos posibles especies locales, y también al principio de crear plantaciones mixtas. En estas circunstancias el intercambio de información entre países distantes y la formulación de una lista de especies apropiadas a los fines de la reforestación, son solamente de una importancia relativa.

3) De la extensa gama de asuntos mencionados por primera vez en el curso de las deliberaciones del Subcomité, es aparente que la FAO aún no está adecuadamente organizada para dar solución a todos los numerosos y variados problemas que le fueron presentados, y que deberá resolver, no en una escala universal, sino en cada región. Consecuentemente, en relación con los bosques tropicales y subtropicales, parece ser tanto esencial como urgente el establecimiento de oficinas regionales en la América Latina, Africa y el Extremo Oriente; oficinas cuya creación fué recomendada ya en la Conferencia de Copenhague. Las nueve recomendaciones siguientes, resultado de sus deliberaciones, fueron adoptadas unánimemente por los miembros del Subcomité de Bosques Inexplotados.

EL SUBCOMITÉ RECOMIENDA:

1. Que la FAO reúna toda la documentación existente relativa a los bosques tropicales y subtropicales, especialmente la que se refiere a la identificación científica y pruebas de laboratorio; que recopile este material y lo facilite a los gobiernos miembros que éstos últimos se apresuren a informar a la Dirección de Silvicultura y Productos Forestales de la FAO sobre todos los estudios que se hayan hecho ya sean de carácter general o especifico, concernientes a los productos forestales de los territorios de su jurisdicción.

2. Que la FAO establezca un comité para que identifique y dé nombre a las especies tropicales y subtropicales de interés económico; que el objetivo de este comité sea el de uniformar la nomenclatura científica y establecer la debida concordancia entre los nombres comunes y los comerciales y que el comité fomente el establecimiento de una clasificación comercial de las especies, basada en las características técnicas.

3. Que la FAO continúe recabando toda la literatura relativa a la agricultura nómada, sus consecuencias y los medios de su control en los países tropicales y subtropicales, con objeto de recopilarla en beneficio de los estados miembros, y fomente los contactos interregionales con el propósito de examinar y solucionar los problemas que se presenten; que la FAO haga ver la urgente necesidad de que los gobiernos de los países actúen por mediación de sus cabecillas locales de los propietarios de tierras, de los jefes de aldeas, y la gente de la localidad en general, para impedir que la agricultura nómada, el pastoreo excesivo y las quemas anuales sigan causando daños considerables a la tierra.

4. Que la FAO haga valer su influencia para implantar y fomentar el sistema de reconocimiento aéreo en los países que ano no hagan uso de él, como medio de levantar inventario de los bosques y de las tierras, y de elaborar los mapas de suelos que facilitarían la apreciación de las potencialidades agrícolas y de esta manera determinar la política forestal y agrícola, que actúe como intermediario del Servicio de Conservación de los Suelos de los Estados Unidos, de modo que las medidas que este organismo adopte contra la erosión puedan ser comunicadas a los estados miembros; y que en relación con lo anterior se dé especial atención al uso del equipo mecánico agrícola, así como a la legislación para el control de la erosión.

5. Que la FAO establezca contacto con los países latinoamericanos deseosos de formular una legislación forestal avanzada, a fin de estructurar una política que defina las diferentes disposiciones que afectan al clima, al agua, al suelo, y a las condiciones económicas y sociales en cada una de las naciones interesadas; y que una vez obtenido este mínimo de información necesaria, la FAO haga todo lo posible por ayudar a los técnicos de estas naciones en la redacción de los anteproyectos de sus leyes.

6. Que la FAO tome la iniciativa en la creación de un instituto forestal dotado de laboratorios de investigación, que sea igualmente útil - a todas las naciones latinoamericanas que necesiten con urgencia de una institución de esa índole, así como de facilidades de enseñanza para el entrenamiento profesional de los forestales que mientras no se establezca ese instituto, la FAO continúe interesándose por que el trabajo urgente en la América Latina se lleve a cabo en los laboratorios existentes en los países miembros que estén en condiciones de efectuarlo y que se cerciore de la de la aceptación, para su entrenamiento en las escuelas forestales y laboratorios de esos países, de los técnicos forestales de la América Latina.

7. Que la FAO, en consulta con los gobiernos miembros que pidan su ayuda, investigue y especifique las regiones tropicales y subtropicales del mundo en donde es esencial detener la desforestación o iniciar inmediatamente la reforestación por razones climatéricas o sociales, o en bien de la conservación del agua; que la FAO continúe recabando y publicando toda la literatura disponible sobre las posibilidades de la repoblación natural de los bosques en estos países y formule listas, por su orden de regiones naturales, de las especies locales y más tarde de las especies exóticas apropiadas para la reforestación, así como que señale la técnica que conviene en el fomento de cada una de estas especies.

8. Que la FAO solicite de los gobiernos cuyos territorios se encuentren en regiones tropicales o subtropicales que proporcionen la información más completa posible en respuesta a los cuestionarios sobre inventarios forestales que se les han enviado y que, en vista de que las preguntas del cuestionario Son inaplicables en el caso de ciertas regiones, se pida a los gobiernos que anexen a sus respuestas todos los informes, gráficas y comentarios explicativos que puedan servir para hacer conocer a la FAO los detalles particulares relativos a cada uno de los bosques y a los productos forestales de esas regiones

9. El Subcomité de Bosques Inexplotados, convencido de la necesidad de buscar soluciones regionales a los problemas silvícolas del mundo, considera esencial la inmediata creación, bajo la Dirección de Silvicultura y Productos Forestales de la FAO, de las oficinas regionales cuyo establecimiento fué recomendado por la Conferencia de la FAO, en su segundo período de sesiones, celebrado en Copenhague, con la sugestión especial de la conveniencia de solucionar los problemas de esta índole en los bosques tropicales y subtropicales de la América Latina, Africa y el Lejano Oriente.

Tercer Congreso Mundial de Silvicultura

La Conferencia la FAO, en el período ordinario de sesiones que fué celebrado en Ginebra en 1947, aprobó una resolución que dispone la convocación para un Congreso Mundial de Silvicultura, en el año de 1949 El Gobierno de Finlandia acaba de informar a la FAO que está dispuesto a que su país sea la sede del Congreso. Fué ya designado un comité organizador, del cual es Presidente el Profesor Eino Saari.

Durante las sesiones celebradas en Copenhague, la Conferencia señaló la conveniencia de que los proyectos elaborados antes de la Segunda Guerra Mundial, para el Tercer congreso Mundial de Silvicultura que había de celebrarse en Finlandia se continuaran; por consiguiente, es muy satisfactorio que el Gobierno de Finlandia haya podido reasumir su papel de gobierno invitante de este congreso que habrá de efectuarse en Helsinki.

El primer Congreso Mundial de Silvicultura fué celebrado en Roma, en el año de 1926 y el segundo se reunió en Budapest en 1936. Estas dos conferencias han constituido la base para el desarrollo de la cooperación internacional en el campo de la silvicultura, y el impulso que proporcionaron se patentiza en el esfuerzo colectivo siempre creciente que se observa en la solución de los muchos problemas que afectan a la silvicultura y a los productos forestales. Cuando el tercer Congreso próximo revise los progresos logrados desde 1936, se pondrá de manifiesto el gran beneficio para las ideas y las prácticas en los diversos países, resultante del intercambio internacional de opiniones y de experiencias.

Comisión Internacional de los Arboles de Alamo

La Comisión Internacional de loa Arboles de Alamo se reunió en Bruselas los días 27 y 28 de octubre último, bajo la presidencia del Sr. Ph. Guinier (Francia); la FAO fué representada en esta sesión.

Después de haber preparado un informe relativo a los usos de la madera del álamo y finalizar la formulación de un registro de identificación, la Comisión estudió un proyecto de nomenclatura para los álamos, y otros asuntos de gran interés en especial, los relacionados con el intercambio de especies de álamos entre los países, con la lucha contra la gangrena (canker) y con el control de varias de las especies.


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