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Situaciones Nacionales

Con el deseo de proporcionar a la Conferencia Internacional del Asia y del Pacífico sobre Silvicultura y Utilización de la Madera, material informativo que sirva como antecedente para los trabajos de la misma, se pensó que seria útil incluir un breve resumen de datos comparables respecto a los países de la región. No se pretende que este resumen sea la última palabra. dado que solamente comprende los datos de que se pudo disponer, pero sin embargo da una idea condensada de las condiciones generales.

Australia

Este país tiene una superficie de más de 770 millones de hectáreas (1,900 millones de acres), de la cual el 4 por ciento es de terrenos forestales, con unos 20.25 millones de hectáreas (50 millones de acres) clasificados como bosques productivos. Como la población es de 7.5 millones, la proporción de bosques productivos por persona es de 2.7 hectáreas (6.7 acres). La parte forestal de Australia se distribuye entre los diferentes estados, en la forma siguiente: Australia Occidental, 23 por ciento; Queenslandia 22 por ciento, Victoria, 22 por ciento; Nueva Gales del Sur y Territorio Capitalino Australiano, 16 por ciento; Tasmania. 12 por ciento, Australia Meridional, 5 por ciento. Estas cifras no incluyen una superficie considerable que contenga solamente madera para leña. Del total de bosques productivos, 13.7 millones de hectáreas (34 millones de acres) se consideran como accesibles. Estos incluyen 12 millones de hectáreas (30 millones de acres) de árboles de hojas anchas, constituidos en su mayor parte por especies de la familia de los eucaliptos, y 0.5 millones de hectáreas (1.2 millones de acres) de coníferas, consistentes de Arucaria o pino "hoop", de Callitris o pino ciprés, y de una gran superficie de Pinus radiata y de plantaciones de pinos exóticos. Los bosques de propiedad pública representan dos terceras partes de la superficie total de los bosques productivos.

El crecimiento anual de todos los bosques productivos accesibles se estima en 0.75 m3 por hectárea (11 pies3 por acre), o sea un total de 10.3 millones de m3 (367 millones de pies3). Esto representa un crecimiento total neto por año de 8.6 millones m3 (304 millones de pies3), una vez rebajadas las pérdidas causadas por incendios, insectos y enfermedades, que ascienden a la suma de 1.8 millones m3 (63 millones de pies3). El promedio de tala anual en los años anteriores se calculó en un poco más de 8.2 millones m3 (290 millones de pies3), dejando por lo tanto un balance neto de casi 400,000 m3 (14 millones de pies3) por año. Este balance no es tan favorable como parece, debido a que los bosques de eucalipto están explotándose intensamente, a razón de 266,000 m3 (9 millones de pies3) por año, en tanto que los bosques de coníferas, especialmente los de plantaciones, dan un balance neto de 656,000 m3 (23 millones de pies3) sobre las talas realizadas durante el año.

Para satisfacer sus necesidades de consumo que ascendían a más de 8.8 millones de m3 (310 millones de pies3), Australia importó en los años anteriores alrededor de 2.2 millones de m3 (78 millones de pies3) de madera. Estas importaciones se hicieron del Canadá, 68 por ciento, de Nueva Zelandia, 12 por ciento; de los Estados Unidos 10 por ciento, del norte de Europa, 5 por ciento; de las Filipinas, 2 por ciento; de las Islas Británicas del Pacífico, 2 por ciento; y de otros países, 1 por ciento. Desde la guerra, Australia ha tratado de adquirir la mayor parte de las exportaciones de maderas coníferas de Nueva Zelandia, que provienen principalmente de las plantaciones de Pinus radiata de aquel país. El medio millón de m3 de madera que Australia exporta aproximadamente consiste principalmente de Jarrah, Eucalyptus marginata, y de karri, Eucalyptus diversicolor, maderas que se aprecian para durmientes de ferrocarril y la construcción de muelles. Estas exportaciones las absorbían antes de la guerra Nueva Zelandia, en un 23 por ciento; el Reino Unido, en un 19 por ciento; Africa del Sur y Oriental, en un 16 por ciento; India y Ceilán, en un 5 por ciento; otros países británicos, en un 5 por ciento; Egipto y el Mediano Oriente, en un 14 por ciento; China, en un 12 por ciento, y otros países extranjeros, en un 6 por ciento. Durante este período el país contaba con más de 1,500 aserraderos, 23 fábricas de madera multilaminar, 18 trituradoras de casca, y 35 fábricas de papel. Además, había alrededor de 3,000 talleres dedicados a la fabricación de muebles, tornería, tonelería, cajas, fósforos y otros muchos productos de madera. Todas estas fábricas, incluyendo las operaciones de corte y transporte de trozas, empleaban más de 80,000 personas. Antes de la guerra la producción anual de los principales productos forestales era la siguiente: más de 2.8 millones de m3 (99 millones de pies3) de madera aserrada para construcción, manufactura en general y fabricación de cajas; 350,000 de m3 (12 millones de pies3) de madera redonda (postes y pilotes); 2.8 millones de m3 (99 millones de pies3) de leña; más de 12 millones de m2 (129 millones de pies2) de madera multilaminar; y más de 300,000 toneladas de papel, fabricado en un 25 por ciento con pasta importada.

Cada uno de los seis estados es prácticamente independiente en cuanto a la administración de sus bosques. La Oficina de Silvicultura de la Mancomunidad controla o asesora los asuntos de carácter forestal para el Territorio Capitalino Australiano, el Territorio del Norte y Papua, la isla Norfolk y Nueva Guinea. La organización de las autoridades forestales varía de acuerdo con cada estado. En Nueva Gales del Sur, Victoria, Australia Occidental y Tasmania, los poderes y las funciones de las autoridades forestales están definidos por leyes forestales. No sucede así en Queenslandia y Australia meridional. Desde que terminó la guerra, el Director General de la Oficina de Silvicultura de la Mancomunidad ha logrado progresar bastante en sus esfuerzos por coordinar la acción de las autoridades forestales de los diferentes estados.

Las investigaciones sobre silvicultura y administración forestal están bajo la responsabilidad de la Oficina de Silvicultura de la Mancomunidad y las realiza la Escuela Australiana de Silvicultura de Canberra. Constantemente se trata de coordinar este trabajo con los estudios de silvicultura emprendidos por las autoridades forestales de carda estado en particular. Una de las instituciones más sobresalientes en el mundo, en materia de investigación de productos forestales es el Laboratorio de Productos Forestales del Consejo para la Investigación Científica e Industrial de Melbourne. Ya ha realizado importantes trabajos sobre la contextura de la madera, química maderera, cualidades físicas de la madera de construcción, mecánica maderera, desecación y preservación, chapas y encoladura, y utilización industrial. Ha contribuido en forma muy amplia en la modernización de muchas de las industrias que usan madera, y en particular, de la industria de la pasta y el papel en Australia. También ha hecho trabajos valiosos sobre uniformación de los grados y de las características de los productos forestales.

La Escuela Australiana de Silvicultura en Canberra tiene la importante función de preparar personal técnico, cada vez más necesario. Establecida en 1925, cuenta ahora con ocho profesores y una matrícula de aproximadamente cincuenta estudiantes por año. Otorga el grado de Bachiller en Ciencias Forestales, después de un curso de dos años, a los estudiantes que hayan aprobado el curso oficial preliminar de Ciencias, de dos años, en las universidades de Adelaide, Melbourne, Sydney, Australia Occidental o de Queenslandia. El trabajo práctico es una parte importante del curso. Comprende amplios estudios en las regiones de jarrah y karri del oeste de Australia, en las plantaciones del sur en los bosques de fresno de Victoria y Tasmania, en los bosques de la zona montañosa del este, en los bosques de la costa occidental de Nueva Gales del Sur, en la región del pino ciprés, y en algunos distritos de Queenslandia.

La repoblación de bosques ha constituido una actividad importante en Australia para satisfacer la escasez de bosques de coníferas. El pinus radiata, originario de California, ha sido plantado en muchas partes del país, con éxito especial en Australia Meridional y en Victoria. En estas plantaciones se lograron promedios extraordinarios de crecimiento. En un caso, una plantación de Pinus radiata, de 30 años de edad, rindió 1,120 metros cúbicos por hectárea (16,000 pies cúbicos por acre). Muchas de estas plantaciones se explotan sobre bases de rendimiento permanente. Dos grandes aserraderos y una fábrica particular de papel fueron instalados por el gobierno y la industria privada, respectivamente, para poder responder a ese crecimiento. En las vecindades de cada uno de los aserraderos del gobierno, se han levantado comunidades estables. También han sido plantadas con éxito, otras especies extranjeras, tales como los pinos del sur de los Estados Unidos, especialmente en Queenslandia. Durante la década de 1930, los desocupados fueron empleados exclusivamente en trabajos de almáciga y trasplante. Ahora están trayéndose personas desplazadas de Europa para obtener mano de obra semitécnica para el fomento de plantaciones.

La protección contra los incendios es un problema serio, especialmente en Victoria, Tasmania y Australia Occidental. En 1939, hubo un incendio crítico en Victoria que arrasó miles de hectáreas de valiosos bosques de eucalipto. Afortunadamente, se rescató una considerable cantidad de esta madera que fué utilizada para pasta y para enchape.

Uno de los problemas más importantes es el estado poco satisfactorio en que se encuentran muchos de los bosques de eucalipto. En opinión de los técnicos forestales australianos, esto se debe a la explotación sin control llevada a cabo durante mucho tiempo, por intereses madereros con muchos anos de existencia. a las normas bajas de utilización, a los incendios frecuentes, y a un inadecuado personal técnico. Probablemente, lo que más necesitan los bosques australianos es que el control de incendios se vuelva más efectivo. En este sentido, se ha progresado considerablemente desde que terminó la guerra.

Para mejorar la silvicultura en Australia también hace falta: levantar un inventario forestal completo; confeccionar programas de operaciones para adaptar la industria presente y del futuro y la capacidad de crecimiento de los bosques; segregar superficies forestales para la producción de madera; un programa de fomento de bosques en gran escala en terrenos accesibles que sirvan para la producción de maderas blandas para todo uso; acordar una política de administración forestal para los bosques de eucalipto, y establecer comunidades forestales acordes con la capacidad de crecimiento del bosque.

Borneo Septentrional

Antes de la guerra, el norte de la isla era un protectorado británico gobernado por una compañía concesionaria, la Chartered Company of North Borneo. Desde la guerra, el Ministerio británico de Colonias se hizo directamente cargo de su administración. Borneo Septentrional tiene una superficie de 7.5 millones de hectáreas (18.5 millones de acres), con un 82 por ciento de tierras forestales, de las cuales, un poco más de un millón de hectáreas (2.5 millones de acres) están clasificadas como bosques productivos. La población antes de la guerra era de 400,000 habitantes, ascendiendo, por lo tanto, la superficie de bosques productivos por persona a 2.6 hectáreas (6.4 acres).

Una cuarta parte del total de los bosques productivos se considera accesible. Consiste en diversos tipos de dipterocárpeas y de mangle. Las clases de bosques son bastante similares a las de Indonesia y de Malaca. A excepción de ciertos pequeños lotes enajenados de tierra privada, prácticamente todos los bosques productivos son propiedad del Estado. Cálculos aproximados hacen ascender el volumen total de las especies comerciales a 11 millones de m3 (390 millones de pies3) con un promedio de bosque en pie por hectárea de 42 m3 (600 pies3 por acre). El promedio anual de corte, antes de la guerra, era de más de 350,000 m3 (12 millones de pies3). Esto representa un 50 por ciento más de lo que se estima sea el crecimiento anual neto estimado. Durante este período había 5 aserraderos, 1 planta para la extracción de tanino, 170 hornos de carbón, y una planta para la preservación de la madera, los cuales, junto con las operaciones de corte y transporte de trozas, daban trabajo anualmente a casi 7,000 personas. Como resultado de la ocupación japonesa, todas las instalaciones industriales, a excepción de la fábrica de tanino, fueron destruidas. Después de la guerra, un pequeño número de aserraderos ha empezado a trabajar para satisfacer las necesidades de reconstrucción de la población local.

Antes de la guerra las exportaciones de maderas duras en trozas y aserradas alcanzaron un volumen de más de 250,000 m3 (8.8 millones de pies3) por año. Estas exportaciones se hicieron principalmente a Hong Kong, Japón, las Islas Británicas y China, y en menores cantidades a Australia y Africa. Además de las maderas de exportación, Borneo Septentrional está en condiciones, potencialmente, de exportar leña, especialmente a Hong Kong. En el pasado también embarcó considerables cantidades de cachú y corteza de mangle, goma de domar y "jeluton".

Cuando el personal técnico regresó después de la guerra encontró todos sus archivos destruídos. Se requieren grandes esfuerzos para establecer de nuevo una administración forestal, y regular los cambios que se han registrado en la agricultura. El reemplazamiento de durmientes, los puentes de madera y la construcción de casas para los que trabajan en los bosques, absorben la mayor parte de la capacidad productiva actual.

Birmania

El cincuenta y ocho por ciento de los 68 millones de hectáreas (168 millones de acres) que comprende la superficie de Birmania, lo constituyen tierras forestales, de las cuales más de 25 millones de hectáreas (62 millones de acres) están clasificadas como bosques productivos. La población antes de la guerra, era de 17 millones de habitantes, ascendiendo, por lo tanto, a 1.5 hectáreas (3.75 acres) la superficie de bosques productivos por persona.

Los ríos Irrawaddy y Salween, junto con sus muchos tributarios, permiten que sea económica la extracción de la teca y otros productos forestales que se llevan a Rangún y Moulmein, centro de aserraje y embarque.

Los principales tipos de bosque son: (1) bosques pantanosos a lo largo de las costas, constituidos principalmente por diferentes especies de mangle, madera importante como combustible y para la extracción de tanino; (2) bosques de los tipos propios de playas y dunas que se encuentran en estrechas planicies costeras, más arriba de la línea a donde llega la marea, y formados por Casuarina, Hibiscus y Pongamia, que son buenas fuentes de combustible, de fibras de cordelería y de productos de tornería; (3) bosques tropicales de especies siempre verdes, en los valles sombreados que reciban más de 300 centímetros de precipitación, y compuestos de Dendrocalamus y otros bambúes tan importantes para la construcción de chozas y la fabricación de esterillas y canastas - y de dipterocárpeas, Hopea, Parashorea y Legerstroemia, que son importantes como maderas de construcción; y (4) bosques mixtos, de especies de hojas caducas, en zonas que reciben de 100 a 300 centímetros (de 40 a 120 pulgadas) de precipitación. Se presentan en grupos bastante abiertos, compuestos de varias especies de bambú, teca, Tectona grandis, Pyinkado o Xylia Terminalia, padauk o Pterocarpues y Shorea. Este es el tipo más importante de bosque en Birmania. Además, hay algunos tipos de bosque de poco valor en zonas que reciben menos de 125 centímetros (50 pulgadas) de precipitación, que producen combustible y maderas duras usadas en la fabricación de implementos agrícolas, ejes de carreta y yugos para bueyes. Estos tipos comprenden también la Acacia, que produce cachú, que es un producto importante para teñir y para la extracción de tanino. Otros tipos comprenden especies de dipterocárpeas de hojas caducas, desarrolladas en suelos arenosos, de gravilla y arcillosos situados a más de 800 metros (2,600 pies) de elevación. También comprenden pequeños bosques de roble, castaño, magnolia y laurel, a unos 1,000 metros de altura, y algunas veces, bosques puros de Pinus khasya y Pinus merkusii.

Un elemento importante y pintoresco del panorama forestal de Birmania es el elefante, que se emplea como animal de tracción en aquellas áreas de corte y transporte de trozas donde la mecanización resulta difícil o imposible. Estos animales también son extremadamente útiles en los aserraderos y en los depósitos de madera.

El Servicio Forestal de Birmania, organizado por sir Dietrich Brandis, ha confeccionado un excelente sistema de mapas y planes de trabajo para todas las reservas de teca y también para algunos otros tipos de bosque. Dirige ahora la organización un Conservador en Jefe, quien depende del Secretario Forestal del Ministerio de Agricultura y Silvicultura. Para ayudarlo en sus funciones, cuenta con especialistas en utilización, programas de operaciones, silvicultura, entomología, economía y con un jefe guardacaza. Existen cinco Direcciones administrativas, cada una a cargo de un conservador del que dependían, antes de la guerra, unas 34 divisiones forestales, cada una a cargo de un funcionario forestal de división. Antes de la guerra, los técnicos en silvicultura recibían su enseñanza en la Universidad de Rangún o en las escuelas británicas, y el personal subalterno en la escuela de guardabosques en Pyinmana. Actualmente existen algunos planes para que se amplíe en Birmania la enseñanza forestal, en Rangún o en Pyinmana, o en ambas ciudades.

El trabajo de investigación era realizado por el Instituto de Investigación Forestal de Dehra Dun, en la India, aun después que Birmania se separó de ese país, en 1937. Como resultado de esto, Birmania tiene que confeccionar todavía su propio: programa de investigación forestal. Antes de la guerra se instaló un laboratorio de productos forestales para estudiar la tecnología maderera, los métodos de transformación, preservación y desecación (al aire y en estufas), algunos productos forestales menores como la laca, el cachú y varias drogas. También se trabajó algo en la preparación de reglas de clasificación para la teca.

La política forestal es la misma que la de la India. Está basada en la Ley Forestal India, que fué adoptada cuando Birmania se separó de aquel país. De acuerdo con esta política, los bosques quedaron clasificados en bosques de producción, comerciales de abastecimiento local y de pastoreo. Además de las reservas forestales, hay varias zonas sagradas para animales salvajes y un buen sistema de protección de la caza, aun fuera de estas zonas.

El sistema de administración forestal que se emplea para los bosques de teca es de selección o agrupación de árboles, lo que se ha llevado a cabo en los últimos años, principalmente de acuerdo con el diámetro le los mismos. Los árboles se agrupan de acuerdo con el plan de trabajo y se cortan tres anos después, dentro de un ciclo de tala de 30 años. Los cortes de mejoramiento, la eliminación de plantas trepadoras y otras medidas para estimular la regeneración natural, así como las plantaciones que sean necesarias. constituyen partes importantes del sistema. Otro aspecto esencial es el que ofrece el sistema taungya de plantaciones de teca combinadas con cultivos. La protección contra los incendios se mantiene principalmente en las zonas de regeneración, aunque todavía se discute si debe prohibirse completamente el fuego, o controlar su uso. La teca se considera una madera bastante resistente al fuego después del período de regeneración, pero, a pesar de esto, se encuentran profundas cicatrices causadas por el fuego en muchas de las trozas.

Desde el punto de vista de la ingeniería, se ha trabajado mucho en la construcción de caminos forestales, veredas y edificios administrativos. En este respecto, otra actividad importante es el dragado que se lleva a cabo para abrir canales permanentes en los grandes bancos de sedimento depositados en los principales ríos cuya corriente se utiliza para arrastrar las trozas. Con ello, se sigue un sistema originado por los birmanos y ampliado por los técnicos forestales británicos. El corte y transporte de trozas corría por cuenta del gobierno en algunas "divisiones" de operación y de concesionarios privados en las otras. Sin embargo, en el mes de junio de 1948 todas las concesiones privadas se nacionalizaron y la extracción de la teca está ahora bajo el Programa Maderero del Servicio Forestal. Las trozas de teca se examinan en los ríos, en los lugares de fiscalización, para comprobar que llevan el sello de "royalty" del gobierno. Se subastan generalmente en Rangún o en Moulmein.

Antes de la guerra, Birmania producía alrededor de 710,000 m3 (25 millones de pies cúbicos) de teca anualmente. La producción actual es considerablemente inferior debido a la desorganización causada por la guerra y a la incertidumbre reinante en relación con el programa de nacionalización. Birmania exportaba anualmente entre 284,000 y 355,000 m3 (de 10 a 12.5 millones de pies cúbicos) - en su mayor parte madera transformada, madera aserrada y costeras -; a la India, un 75 por ciento; a Europa, un 20 por ciento; y a otros países, un 5 por ciento. La India exportaba, antes de la guerra, menos de 2,840 m3 (0.1 millones de pies3), Siam, 92,300 m3 (3.3 millones de pies3), la Indochina Francesa, 18,460 m3 (0.65 millones de pies3), y las Indias Orientales Holandesas, 15,720 m3 (0.56 millones de pies3).

La fama mundial de que goza la teca se basa en ciertas características sobresalientes. Solamente se encoge la mitad de lo que generalmente se contraen las principales maderas de Europa y América, tales como el pino, el abeto, el alerce, el pino Douglas, el roble, el fresno, el olmo, el haya y el pinabete. Puede ser fácilmente trabajada a mano y a máquina, y se presta para hermosos trabajos de tallado. Se le puede "pelar" con facilidad para la manufactura de chapas. Su calidad superior como madera para la construcción de barcos se conoce desde hace siglos, desde tiempos de Nabucodonosor. El trasatlántico Queen Mary, que comenzó a navegar en 1936, contiene 1,500 m3 (53.000 pies cúbicos) de teca de Birmania. Esta madera es muy útil en la construcción de muelles, tablados para subir a los barcos, pasamanos, paneles y toda clase de motivos; en la construcción de vagones de ferrocarril, puentes y traviesas; y para la construcción de casas, como madera exterior e interior.

El principal problema de Birmania es poder cubrir los puestos vacantes del Servicio Forestal con expertos que puedan mantener, bajo plan, el trabajo en los bosques de teca, y desarrollar más adelante otros planes aplicables a los demás tipos de bosque. La modernización de los aserraderos y de las operaciones de corte y transporte de trozas, es también importante. Sería conveniente promover una utilización mayor de otras especies que la teca. También es necesario que se adopten, en gran escala, medidas para la conservación del suelo, particularmente en los estados de Shan y Birmania Superior.

Ceilán

Ceilán tiene una superficie territorial de casi 6.5 millones de hectáreas (16 millones de acres), de las cuales el 55 por ciento es de tierras forestales, con más de un millón de hectáreas (2.5 millones de acres) clasificadas como bosques productivos. La población fluctúa entre 6.5 y 7 millones de habitantes, de tal manera que la proporción de bosques productivos por persona es de 0.16 hectáreas (0.40 acres).

Todas las tierras forestales Son propiedad del Estado y están divididas en dos tipos de bosques: los de la zona seca constituidos por especies mixtas siempre verdes, y los bosques de la zona húmeda. Se calcula aproximadamente que la madera en pie llega a casi 141 millones de m3 (4,980 millones de pies3), de los cuales el 20 por ciento es de madera de calidad aserrable, y el 80 por ciento para leña, por su tamaño.

Entre los productos importantes está el palo áloe. empleado en la fabricación de muebles finos el Campnosperma y el Doona, empleados para el enchapado de los cofres de té. Además, Ceilán produce ciertas especies de bambúes y caña, corteza de tanino y materiales para tintes. En 1944, Ceilán importó 11,500 m3 (406,000 pies:) de madera para aumentar su propia producción, que ascendió a 64,000 m3 (2.3 millones de pies'), y satisfacer un consumo total de 75,500 m3 (2.7 millones de pies3). En lo que respecta a madera para leña, el país pudo abastecerse a sí mismo, consumiendo una producción de 235,000 m3 (8.3 millones de pies3). Se calcula que el incremento anual fué de 252,000 m3 (8.9 millones de pies3) de leña y 60,000 m3 (2.1 millones de pies3) de madera para aserrar.

La política forestal de Ceilán tiende a que el país pueda abastecerse a sí mismo en madera y leña, mediante una explotación sistemática de los recursos existentes y una repoblación artificial de bosques en algunas zonas seleccionadas. Además, dispone que todas las áreas forestales situadas a más de 1,700 metros (560,000 pies) de altura, se consideren como reservas de protección y no como bosques para la explotación económica. También establece que se planten de árboles las "patnas", o tierras de pastoreo, que se encuentran a esa altura.

Se ha puesto mucho interés en que se lleven a cabo proyectos de tipo cooperativo para la repoblación de bosques, con teca, "jak", Antocarpus, acacia y eucalipto. También se ha trabajado en un censo que sirva de base para la confección de planes de trabajo con respecto a las reservas forestales. Más de 250,000 hectáreas (620,000 acres) están sujetas actualmente a planes que comprenden la mejora de los cortes, la extracción de teca, la explotación de bosques con fines comerciales y el corte de madera de transformación. Más de 800,000 hectáreas (2.000,000 de acres) no están ano sujetas a planes. Hay unas 28,000 hectáreas (69,000 acres) que se encuentran sometidas al proceso de regeneración natural y 800 hectáreas (2,000 acres) de plantaciones.

De acuerdo con los planes de trabajo para los bosques de la zona seca, de los cuales se extraen todas las maderas duras de tipo primario para durmientes de ferrocarril y construcción de edificios, el volumen de crecimiento es mayor que la explotación y las pérdidas. Este superávit ascendió a 37,000 m3 (1.3 millones de pies3) en 1947. Sin embargo, los bosques de la zona húmeda, que suministran maderas duras de segundo crecimiento y otras para la elaboración de madera multilaminar y para fabricar cajas, fueron explotados en 3,700 m3 (130,000 pies3) más de lo que permitía el crecimiento anual. Por lo tanto, puede decirse que, en lo que respecta a árboles en crecimiento, hay en el país un superávit de 33,300 m3 (1.2 millones de pies3), cantidad que no incluye las reservas climatéricas, ni las zonas inaccesibles.

Como resultado de la guerra, se ha incrementado la construcción de caminos de acceso a los bosques que antes eran inaccesibles. También se ha desarrollado el uso de maderas locales para substituir la teca y otras especies importadas. La industria maderera tiene 50 sierras circulares, 4 sierras de faja, 16 sierras de marco con una capacidad potencial de 85,000 m3 (3 millones de pies3) en conjunto. La escasez de madera debida a dificultades de transporte y el abastecimiento actual de trozas, no permiten que se utilice más del 60 por ciento de esa capacidad. Una planta de madera multilaminar explotada por el gobierno, produce más de 370,000 m2 (4 millones de pies cuadrados) de madero multilaminar para la construcción de cofres de té. Una fábrica privada de madera multilaminar que se abrió recientemente, tiene una capacidad de casi 46,000 m2 (500,000 pies cuadrados) de madera multilaminar para cofres de té.

El Departamento Forestal se componía, en 1946, de 11 funcionarios forestales europeos, con cargos de responsabilidad; 8 funcionarios con categoría intermedia procedentes de Ceilán, y un personal subalterno de 240 personas para trabajo externo. Las facilidades para realizar investigaciones, que en el pasado se han concentrado principalmente en la silvicultura y en la administración forestal, podrían aumentarse con el establecimiento de un instituto central de investigación. Esto podría incluir un nuevo programa de investigación del aprovechamiento de la madera en relación con problemas inmediatos tales como desecación, clasificación, producción de carbón vegetal, sierras y preservación de la madera. Debiera considerarse cuidadosamente la posibilidad de combinar la creación de tales institutos de investigación con el establecimiento de una escuela forestal. Hasta el presente, los guardabosques y los guardas se han preparado en las Escuelas de Guardabosques de Coinbatore y Dehra Dun, en la India, pero el Departamento Forestal ha recomendado el establecimiento de una escuela nacional.

El Departamento Forestal también ha recomendado que los bosques de la Corona, que actualmente se encuentran bajo la administración de funcionarios fiscales, sean puestos bajo la protección y administración del Departamento Forestal.

China

De los 944 millones de hectáreas que constituyen la superficie de China, menos del 9 por ciento, o sean 83 millones de hectáreas, están cubiertas de bosques. De esta cantidad, 56 millones se clasifican como bosques productivos, lo que significa que, con una población de más de 455 millones de habitantes, la proporción de bosques productivos por persona asciende solamente a 0.12 hectáreas. Los bosques están clasificados como bosques vírgenes - 29 millones de hectáreas, con una reserva estimada de árboles en pie de menos de 5,000 millones de m3; y como bosques de segundo crecimiento, que cubren una superficie de casi 54 millones de hectáreas y representan menos de 3,000 millones de m3. Se calcula que más de 230 millones de hectáreas de vertientes montañosas denudadas y de terrenos baldíos podrían repoblarse de bosques. Aproximadamente el 90 por ciento de los bosques vírgenes y un 5 por ciento de los bosques de segundo crecimiento son propiedad del gobierno nacional y los provinciales. A los propietarios privados corresponde el 10 por ciento de los bosques vírgenes y el 95 por ciento de los de segundo crecimiento. El gobierno nacional y los provinciales poseen el 60 por ciento de las regiones montañosas denudadas y el resto es propiedad de particulares y de comunidades.

En China, los bosques naturales están distribuidos en la forma siguiente:

Región del suroeste, provincias de Szechwan, Sinkiang, Yunnán, Kui-cheú y Kuang-si, que tiene casi 16 millones de hectáreas de abeto, pícea, pino, Cunninghamia, roble, alcanforero y ocozol.

Región del noroeste, o Manchuria, que abarca más de 45 millones de hectáreas de abeto, alerce, pino, abedul, álamo temblón y roble.

Región del noroeste (provincias de Kan-su y Ninghsia), con casi 7 millones de hectáreas de pícea, Thuja, enebro, olmo, abedul y álamo temblón.

Región del sureste (Formosa, Hainán, Hunán y Kuang-Tun), que tiene más de 4 millones de hectáreas de Chamaecyparis, pino, Cunninghamia, pinabete, roble y alcanforero.

China Central (provincias de Shensi y Hu-Pe), que abarca más de 4 millones de hectáreas de pícea, pinabete, pino, álamo, nogal y castaño.

Tienen gran importancia económica los bambúes, el Phyllostachys y la Bambusa, las cuales se encuentran profusamente distribuidas en los valles de los ríos Azul y Perla.

Una gran parte de los bosques de segundo crecimiento de propiedad particular se encuentra en forma de arboledas en las granjas, generalmente en regiones onduladas tales como las situadas al sur del valle del río Azul. Estas arboledas han sido una fuente importante de madera para combustible, cuyo abastecimiento constituye uno de los problemas más urgentes en China. En muchas de las regiones rurales, estos terrenos ondulados se siembran de yerba, la que se usa como combustible. Para poder obtener combustible, la gente corta a menudo plantaciones de árboles jóvenes sin darles tiempo a que se desarrollen. Por lo tanto, ha sido muy difícil proteger estas plantaciones.

Las necesidades de madera se calculan aproximadamente en 45 millones de m3. El corte anual representa aproximadamente la mitad de esta cantidad, de tal suerte que es necesario realizar grandes importaciones para compensar la diferencia. Las industrias de productos forestales de las cuales el gobierno tiene conocimiento oficial hasta la fecha son: 24 aserraderos, una fábrica de madera multilaminar, 20 fábricas de fósforos y 14 fábricas de muebles y de tornear madera.

Al establecerse la República China, se promulgó la legislación forestal. En 1940, las diferentes dependencias gubernamentales responsables de la aplicación de esta legislación, fueron consolidadas en el Departamento de Silvicultura y en la Oficina de Investigación Forestal del Ministerio de Agricultura y Silvicultura. Se han llevado a cabo trabajos considerables en materia de repoblación forestal e investigación. Entre los trabajos especiales que se han realizado, pueden citarse el fomento de bosques para controlar las tolvaneras en las regiones afectadas por las inundaciones del Río Amarillo, y el suministro de materiales de construcción para uso del Ministerio de Comunicaciones en su programa de fomento de los sistemas de transporte.

Existen 10 universidades con cursos forestales y 20 escuelas vocacionales de agricultura que también enseñan silvicultura. Los graduados en silvicultura, que ascienden casi a 400, encuentran dificultades para obtener empleo debido a que el presupuesto nacional concede solamente una pequeña cantidad de dinero para labores forestales.

Entre las necesidades principales se cuentan: (1) la de llevar a cabo una mayor repoblación forestal; (2) la de desarrollar las facilidades de transporte para que los bosques vírgenes se vuelvan accesibles; (3) la de importar equipos para el corte y transporte de trozas, y aserraderos modernos; y (4) la de que haya, ante todo, un mayor interés de parte del gobierno en la confección de un programa adecuado de conservación forestal.

Fidji

Fidji es una colonia británica formada por más de 300 islas, de las cuales 100, aproximadamente, están inhabitadas. De la superficie total de algo más de 1.800,000 hectáreas (4.4 millones de acres), más de la mitad, o sea casi 957,000 hectáreas (2.4 millones de acres), están cubiertas de bosques, clasificados como productivos, y que comprenden alrededor de 20,000 hectáreas (50,000 acres) de manglares situados en regiones que cubre la marea alta. La población del archipiélago es de 300,000 habitantes, de manera que la proporción de bosque productivo por habitante es de 3.2 hectáreas (8 acres). De las dos islas principales, Viti Leva (en la cual se encuentra situada Suva, que es la capital) tiene aproximadamente el 50 por ciento de su superficie cubierta de bosques y Vanua Leva, alrededor del 60 por ciento. Las islas son escabrosas y montañosas. El punto más alto está a más de 1,200 metros (4,000 pies) de altura sobre el nivel del mar. Las rocas del subsuelo son principalmente de origen volcánico. La mayoría de las islas se encuentran rodeadas por barreras de arrecifes abiertas generalmente en los lugares donde los ríos tienen sus desembocaduras, factor éste que tiene importancia en lo que concierne al envío de materiales a Fidji o al embarque de productos forestales a lugares situados fuera de las islas.

Debido a los vientos alisios del sureste, las regiones que se encuentran en el sureste de las islas tienen una precipitación pluvial de aproximadamente 325 centímetros (130 pulg.) por año y están cubiertas de bosques tropicales húmedos. El lado de sotavento de las islas tiene una precipitación pluvial de alrededor de 175 centímetros (70 pulg.) y posee algunos bosques de tipo húmedo, pero está compuesto principalmente de llanos cubiertos de carrizales. Durante los meses de noviembre a abril, el archipiélago es azotado por huracanes. Fidji es una estación cablegráfica importante en el Pacífico, pero las comunicaciones internacionales no se encuentran bien desarrolladas. El viaje de la costa al interior es difícil y se realiza casi completamente por veredas, algunas de las cuales son suficientemente anchas para que pueda pasarse a caballo.

A pesar de que el pueblo ha dependido tradicionalmente de la madera para los postes empleados en la construcción de casas, canoas, utensilios domésticos, arpones de pesca, cordeles, telas y para la elaboración de antorchas, grandes regiones forestales fueron destruidas por el sistema de la agricultura errante. El sándalo fué un factor importante en la colonización de las islas, y su descuidada explotación ha conducido a su casi completa extinción. El corte excesivo de mangle y otras especies en la vecindad de Suva y la propagación de la erosión en muchas regiones de plantaciones causaron tal preocupación que en 1913 se aprobó una ordenanza forestal autorizando al gobierno a establecer reservas forestales. Desgraciadamente, las pocas regiones que así se reservaron, no fueron protegidas ni patrulladas. En 1927, se propuso que se creara un Departamento Forestal y se promulgara una nueva legislación forestal que dispusiera la creación de un sistema basado en bosques reservados, administración e investigación forestales, para hacer que Fidji pudiera abastecerse de madera. Ese departamento fué creado en 1937.

Las clases de bosques de Fidji son las siguientes: manglares, bosques propios de las playas, y bosques húmedos. En casi todas las clases de bosques, las especies que tienen valor comercial se encuentran muy desperdigadas. Muchos de los bosques inaccesibles del interior se han visto seriamente perjudicados por los cultivos errantes. Los principales bosques locales comprenden maderas duras primarias (Eugenia spp., Intsia sp.); maderas de utilidad general (Agathis sp., Calophyllum spp. y Podocarpus spp.); maderas de utilidad especial (Bassia sp. y Dacrydium spp.); madera para fabricar cajas (Endospermum spp., Myristica spp.); y leña (Rhizophora mucronata y R. mangle).

Con respecto a la propiedad de los bosques, el 90 por ciento de las tierras forestales pertenece a los habitantes del archipiélago, principalmente como propiedad de las tribus o de la familia, variando en tamaño desde 0.40 hectáreas (1.0 acres) a 400 hectáreas (1,000 acres). La previa aprobación de la familia o de la tribu se requiere para que pueda llevarse a cabo cualquier actividad en esas tierras. La Corona posee relativamente muy pocas tierras. Tiene la propiedad de pequeñas extensiones de desagüe, de unas pocas reservas de terrenos pintorescos y de todos los manglares.

Las cifras relativas al consumo de madera muestran que de los 42,500 m3 (1.5 millones de pies cúbicos) de madera que se usaron en Fidji, aproximadamente, 16,000 m3 (0.6 millón de pies cúbicos) fueron producidos localmente, habiéndose importado el resto; más de 23,000 m3 (0.8 millón de pies cúbicos) de madera para combustible, fueron producidos localmente. En estas cifras no se incluyen los productos forestales de que dispusieron los habitantes para su uso, sin efectuar pago alguno. Por lo tanto, en 1938 la colonia produjo menos del 60 por ciento de sus necesidades. Existen 6 aserraderos y varios talleres en que la madera se asierra a mano. La mayoría de los aserraderos explotan sus propias concesiones, ya sea en terrenos de la Corona o de particulares. La extracción de la madera se hace arrastrándola en el suelo, por medio de cables y grúas de vapor. Las trozas son luego transportadas a los aserraderos en carros pequeños tirados por tractores montados en rieles de madera. Los impuestos se perciben de acuerdo con la cantidad de madera ya aserrada. El control de la tala se ejerce haciendo que se observe parcialmente un diámetro límite mínimo de generalmente 45 centímetros (18 pulg.). Algunos de los aserraderos, principalmente los que son propiedad de indios, emplean trozas compradas a madereros particulares, quienes celebran convenios privados con los propietarios nativos.

La producción de madera para combustible está compuesta casi enteramente de mangle. Aunque se perciben algunas rentas por concepto de estas operaciones, no existe control en los cortes. La mayoría de la población rural obtiene su leña cortándola indistintamente en los lugares en que la encuentra. Aunque la mayor parte de los convenios sobre corte y transporte de trozas contienen cláusulas relativas a la reforestación, éstas muy pocas veces se respetan.

Se han hecho ciertas siembras experimentales de especies exóticas, incluyendo varias especies de coníferas procedentes de los Estados Unidos. Se ha trabajado, asimismo, en la aplicación de métodos silvícolas para promover la regeneración natural y en el levantamiento de estadísticas sobre volumen de madera. Se ha recogido material para los herbarios; se han hecho pruebas con ciertas especies para la producción de pasta para papel y fósforos; se han realizado experimentos con varios tipos de hornos para la producción de carbón vegetal y se ha introducido el método de labrar tejamanil. Las principales necesidades consisten en la adopción de una política forestal, el restablecimiento de un sistema de reservas forestales, la iniciación de labores silvícolas de mejoramiento en estas reservas, el fomento de plantaciones en las zonas secas, la selección y adiestramiento de un personal competente y la confección de programas de investigación botánica, silvícola y de productos forestales.

Hawai

Hawai, que es un territorio de los Estados Unidos, tiene una superficie total de más de 1.500,00 hectáreas (3.500,000 acres), de las cuales el 46 por ciento está cubierto de bosques clasificados como productivos. Tiene una población de 500,000 habitantes. La proporción de bosques productivos por persona es, por lo tanto, de 1.5 hectáreas (3.7 acres). De la superficie de bosques productivos, menos de 450,000 hectáreas (1.100,000 acres) de especies dipterocárpeas mixtas, se consideran accesibles. El 40 por ciento de la superficie forestal, que es de dominio público, se utiliza como bosques de protección. Las 470,000 hectáreas (1.2 millones de acres) restantes son de propiedad privada y producen pequeñas cantidades de trozas para los cuatro aserraderos con que cuentan las islas.

Las funciones principales de los terrenos forestales de dominio público son servir de protección en las vertientes y como lugar de esparcimiento. Debido al valor de las zonas productoras de piñas que están en la llanura, se concede gran importancia a las influencias protectoras que tienen las vertientes cubiertas de bosques. Durante 1947, 100 hectáreas (250 acres) de tierra ya explotada, que habían sido dañadas por el pastoreo y los incendios fueron repobladas de bosques, usándose especies que se habían probado en almácigas situadas en lugares de clima diferente. La labor forestal está a cargo de un silvicultor territorial, con un personal muy reducido.

India y Paquistán

Debido a la falta de datos estadísticos individuales desde la época de la partición llevada a cabo en 1947, la información sobre la India y Paquistán se presenta reunida. De los 222 millones de hectáreas (550 millones de acres) de superficie territorial, alrededor del 20 por ciento es terreno forestal. La superficie que se encuentra bajo el control efectivo del Departamento Forestal representa de un 13 a un 14 por ciento de la superficie total de esos países. En 1941, la población de las regiones que ahora constituyen Paquistán era de más de 70 millones de habitantes, con una densidad media de 80 personas por km2 (200 personas por milla2), pero que fluctuaba desde 300 personas por km2 (780 personas por milla2) en la parte oriental de Paquistán hasta 35 personas por km2 (90 personas por milla2) en la parte occidental. Las provincias y los estados que constituyen la India tenían, en 1941, una población de 314 millones de habitantes, con una densidad media de más de 106 personas por km2 (275 personas por milla2). Cachemira, estado sobre el cual no se ha llegado todavía a ninguna decisión, tiene más de 40 millones de habitantes, con una densidad media de 19 personas por km2 (49 personas por milla2) y una superficie forestal de más de 2.5 millones de hectáreas (6 millones de acres). Tomando a la India, Paquistán y Cachemira en conjunto, puede decirse, por lo tanto, que la proporción de bosques productivos por persona asciende, aproximadamente, a un poco más de 0.1 hectáreas (0.25 acres).

Los bosques se encuentran repartidos en las pendientes más bajas del Himalaya, en las serranías orientales situadas cerca de la frontera de Birmania, en las sierras de menos altura de la India central, en el borde de la Meseta de Chota Nagpur, en la Ghats occidental y en otras serranías.

Los bosques del Himalaya son esenciales para la protección del valle del Ganges contra la erosión y las inundaciones. Además, son especialmente importantes porque el valle del Ganges está densamente poblado y muchos de los llanos del norte de la India casi no tienen ningún bosque para suministrar a las aldeas leña y madera de pequeña dimensión. En la región del Indo y del Punjab, en el occidente de Paquistán. se considera que la falta de bosques es un factor importante de la aridez gradual que está sufriendo el país. Muchas de las malas condiciones de los bosques de propiedad privada, que representan casi el 30 por ciento del total, pueden achacarse al continuo empleo de métodos inadecuados de explotación que desde hace tiempo se usan para la tala realizada con vista a la obtención de durmientes de ferrocarril madera de construcción y madera para combustible. Aun en la actualidad, el Servicio Forestal de la India, que está bien organizado, no tiene suficiente autoridad para controlar adecuadamente las prácticas de corte en los dominios privados.

En 1878, Se promulgó la Ley Forestal de la India, cuyos fines eran los siguientes: (1) Mantenimiento de los bosques para preservar las condiciones climatéricas Y físicas favorables; (2) preservación de una superficie mínima de bosques necesaria para el bienestar general; (3) debe concedérsele al uso para fines agrícolas preferencia sobre el uso para fines forestales; (4) las necesidades de madera gratis, o a precios módicos, de la población local deben tener prioridad; (5) debe tratar de obtenerse las mayores rentas posibles, pero sólo después que los cuatro primeros objetivos hayan sido alcanzados. Por consiguiente, los bosques gubernamentales se clasificaron como reservas de protección contra las inundaciones, la erosión o la desecación; los bosques de los que se extrae la madera para las industrias y para la exportación, como productores de rentas; los bosques secundarios, para satisfacer las necesidades de combustible y de madera de pequeña dimensión; y bosques para el pastoreo. Los planes para el trabajo forestal se formularon pronto pero sólo después de 1918 se les colocó sobre bases científicas, con respecto a las reservas gubernamentales. Sin embargo, sólo parte de estas reservas han recibido una protección adecuada para prevenir su deterioro que, en muchos casos, es semejante en grado al de los bosques privados.

En el año 1944-45, los bosques gubernamentales produjeron un total de 9 millones de m3 (320 millones de pies3) de madera. De esta cantidad, solamente 200,000 m3 (7 millones de pies3) fueron de madera blanda, los 8.8 millones de m3 (313 millones de pies3) restantes fueron de madera dura. La leña y la madera usada para la producción de carbón vegetal representan más de las dos terceras partes de la producción total. De acuerdo con la capacidad anual de rendimiento permanente calculada antes de la guerra, esto representa un corte excesivo. Sin embargo, se cree que el Servicio Forestal pueda lograr, mediante una administración cuidadosa, que los bosques produzcan un rendimiento normal dentro de diez años. La producción de madera multilaminar, que aumentó considerablemente durante la guerra, disminuyó al cerrarse varias fábricas. La India consume más de 7.5 millones de m2 (80 millones de pies cuadrados) de madera multilaminar en la fabricación de cajas para té solamente y podría usar mucho más para otros fines. La capacidad actual de las fábricas, si fueran administradas adecuadamente, se estima que sería de más de 9 millones de m2 (97 millones de pies cuadrados) de madera multilaminar. El Instituto de Investigación Forestal está realizando esfuerzos por satisfacer la necesidad qué existe de técnicos en la producción de madera multilaminar. Se calcula que, al año, el consumo total de madera sea aproximadamente de 0.03 m3 (1 pie3) por habitante; pero con un pequeño aumento del poder adquisitivo, se estima que la demanda efectiva podría ser 6 a 8 veces esta cantidad. Para obtener esto, sería necesario mejorar los métodos de extracción, utilizar varias especies que actualmente se consideran como "maderas de la selva;', hacer mayor uso de los desperdicios de madera provenientes de las operaciones de corte y transporte de trozas y de los aserraderos, y mejorar el fomento de los bosques existentes. Un Comité sobre Papel, creado por el gobierno de la India, está formulando planes para fomentar una industria de papel y cartón. También se están formulando planes para aumentar la producción de rayón y celofán. Además de pasta de maderas blandas, estas industrias requieren abastecimientos de bambú y de hierbas.

Hay facilidades para que el personal técnico del Ser. vicio Forestal pueda prepararse en el Colegio Forestal de la India, situado en Dehra Dun, que tiene una capacidad anual de 60 estudiantes. El personal que ha de servir como guardabosque se prepara en el Colegio Central de Guardabosques de Dehra Dun, el cual tiene una capacidad anual de 100 estudiantes, o en el Colegio de Guardabosques de Coimbatore, que tiene una capacidad anual de 30 estudiantes. Además, varios de los gobiernos provinciales han formulado planes para que reciba enseñanza forestal en las escuelas agrícolas el personal que tiene un grado inferior al de guadabosques. Paquistán proyecta establecer una escuela forestal en Murree. La investigación forestal está centralizada en el Instituto de Investigación Forestal de Dehra Dun. Algunas provincias mantienen, dentro de sus organizaciones forestales para estudios silvícolas, secciones de investigación que el Instituto de Dehra Dun asesora sobre bases voluntarias. Este instituto ha realizado una labor extraordinaria en el campo de la dendrología, silvicultura, entomología, química de la madera, productos forestales secundarios, celulosa y pasta para papel, tecnología de la madera, preservación y secado de la madera, carpintería y mecánica de la madera.

Entre los problemas actuales se cuentan: (1) El suministro de leña a los habitantes de las aldeas para que satisfagan sus propias necesidades (para evitar que quemen el estiércol de vaca seco, que es vital como fertilizante en las granjas) y de madera de pequeñas dimensiones para la fabricación de implementos agrícolas y viviendas; (2) el control de la erosión de las tierras mediante la adopción de medidas en gran escala con el fin de detener la erosión causada por el viento en las zonas secas y el derrubio de los suelos y las inundaciones en las zonas que tienen una gran precipitación pluvial; (3) la promulgación de una legislación especial para controlar el corte destructivo en los terrenos privados; (4) el fomento de la silvicultura en las granjas, aunque la enorme presión que ejerce una población numerosa hace esto muy difícil.

Indochina

Indochina tiene una superficie de casi 67 millones de hectáreas, de las cuales alrededor del 65 por ciento, o sea aproximadamente 34 millones de hectáreas, son tierras forestales distribuidas entre las cinco provincias, de la manera siguiente: Tonquín, 5.5 millones (47 por ciento con bosques); Anam, 6 millones (40 por ciento con bosques); Cochinchina, 2 millones (33 por ciento con bosques); Camboja, 10 millones (66 por ciento con bosques), y Laos, 10.5 millones (55 por ciento con bosques). Antes de la guerra, la población era de 25 millones de habitantes, aproximadamente, lo cual representa una superficie forestal de 1.4 hectáreas por habitante.

En la parte meridional de la Indochina, que comprende Camboja, Cochinchina, el sur de Anam y el sur de Laos, los bosques los componen manglares a lo largo de la costa y de las regiones pantanosas; especies dipterocárpeas mixtas y leguminosas, en las regiones de menor elevación; Pinus merkusii y Pinus khasya en las regiones que tienen una elevación de más de 1,000 metros y, en algunos lugares, una combinación de especies dipterocárpeas y de Quercus. En algunas localidades, se encuentran reunidas especies de coníferas Dacrydium y especies Podocarpus. En la parte norte de Indochina, que comprende el norte de Anam, el de Laos y Tonquín, se encuentran manglares a lo largo de las costas y de las regiones pantanosas; especies mixtas de dipterocárpeas y leguminosas, así como también Quercus, en las regiones de una altura mediana; y Podocarpus, abeto chino, Cunninghamia, pinabete, Abies, y Cryptomeria, en las regiones de mayor elevación.

No existen cifras de volúmenes, excepto con respecto a las reservas individuales, las cuales están bajo la estrecha vigilancia del Departamento de Bosques y Aguas. En estas reservas se han realizado estudios para el desarrollo de métodos de administración, especialmente con respecto a las especies dipterocárpeas, y a la producción de trementina en los pinares. Antes de la guerra la explotación no se hacía de manera sistemática y, a partir de su iniciación, las condiciones militares y políticas han sido tan inestables, que no han permitido la realización de los planes que podrían mejorar esta situación. En 1941, la producción total de madera de construcción fué casi de 900,000 m3 y de 1.75 millones de m3 de leña. Antes de la guerra, la mayor parte de la producción estaba en manos de chinos y malayos, contándose muy pocos explotadores europeos. Los métodos de producción varían de acuerdo con las provincias. Por ejemplo, en Camboja se producen trozas de 10 metros de largo; en Tonquín, la longitud de las trozas es de 4 a 6 metros y en Anam, de 8 a 12 metros. El transporte desde el lugar en que se corta la madera hasta el camino o río, se hace mediante carretas de madera tiradas por bueyes y, en algunos casos, mediante el uso de tractores o elefantes. El Mekong es el río principal para el transporte de trozas. Aunque en Indochina no se produce teca, una cantidad considerable de trozas de esta madera se transporta de Siam por el río Mekong y se beneficia en los aserraderos de Saigón.

Antes de la guerra, la industria maderera consistía de 10 aserraderos europeos, de gran cantidad de aserraderos pequeños en manos de propietarios locales o chinos, de fábricas de muebles y de fósforos, de contratistas de obra y de fábricas de pasta. También hay una cantidad indeterminada de talleres con sierras de abrazadera. Durante la ocupación los japoneses combinaron los aserraderos y toda la tala y producción de madera de construcción estuvo bajo su control. Después de la guerra, las condiciones de inestabilidad han desorganizado grandemente la producción maderera, especialmente la de los aserraderos de propiedad europea. El gobierno francés se ha hecho cargo de la explotación y aserraje de la madera a troves de una organización conocida como la SOCAFAR. Bajo su dirección, se está introduciendo equipo moderno en varias de las fases importantes del corte y transporte de trozas y en los aserraderos, especialmente en Camboja y Cochinchina.

Antes de la guerra existían seis fábricas importantes de fósforos que producían anualmente casi 500 millones de cajas. En Saigón, existe una fábrica importante de chapas de madera multilaminar. Antes de la guerra, existían cinco fábricas de pasta de madera que empleaban maderas suaves y bambú. La producción anual de papel alcanzó, en un tiempo, más de 1,000 toneladas métricas. También hay una producción importante de muebles, construcción de botes y durmientes de ferrocarril.

El Departamento de Bosques y Aguas se organizó a la imagen del Servicio Forestal de Francia. Lo formaron graduados de la Escuela Nacional de Aguas y Bosques de Nancy. A consecuencia de las condiciones de inseguridad que han existido durante y después de la guerra, casi todo el personal se ha concentrado en Saigón, quedando sólo unos cuantos técnicos en Camboja. Uno de los adelantos más recientes es el empleo de técnicos forestales preparados localmente por los técnicos franceses. Se proyecta enviar cada año dos técnicos locales a Nancy, para que reciban un curso de entrenamiento. La preparación de los guardabosques se verifica en Pnompenh.

El trabajo de investigación que se llevó a cabo antes de la guerra, comprendió importantes contribuciones a la botánica y la determinación de las cualidades físicas de las principales especies madereras de Indochina. Desgraciadamente, el laboratorio y el equipo que estaban cerca de Saigón fueron completamente destruidos. En espera de que las actuales dificultades políticas se solucionen pronto, los técnicos forestales franceses han trazado planes para extender sus operaciones, incluyendo la construcción sistemática de los caminos que se necesitan con urgencia, para tener acceso a las áreas que hasta ahora no se han explotado. También esperan modernizar la industria de la madera de construcción y aumentar la producción de trementina y abetinote. Existe aquí la necesidad, como en otros países de esa región, de uniformar los grados y especificaciones de la madera de construcción. También es necesario que se construyan estufas secas, y se adopten mejores métodos de desecación y preservación. Hay también proyectos para convertir los bosques de especies dipterocárpeas mixtas de poco valor, en plantaciones de teca, siguiendo un sistema de cultivo intercalado, similar al "taungya" birmano. También se ha trabajado considerablemente en lo que respecta a la repoblación de bosques con otras especies y se proyecta ampliar ese tipo de actividad.

Indonesia

La superficie forestal de Indonesia se calcula en 120 millones de hectáreas, de las cuales 70 millones de hectáreas, aproximadamente, son bosques productivos y el resto, casi en su totalidad, bosques de protección. La población es de más de 75 millones de habitantes, lo que da una proporción de bosques productivos por persona de 0.93 hectáreas. Las estadísticas de Indonesia se dividen generalmente en dos grupos: el primero, que abarca a Java y Madura, y el segundo, que comprende las islas restantes de Sumatra, la parte holandesa de Borneo, las Islas Célebes, las Islas de la Sonda, las Molucas y el oeste de Nueva Guinea.

Java y Madura: El 21 por ciento del territorio está poblado de bosques, lo que hace un total de 28,000 kilómetros cuadrados de tierras forestales. Antes de la guerra, había más de 8,000 kilómetros de bosques naturales de teca, Tectona grandis, casi puros. La explotación de este árbol se ha desarrollado en un alto grado, debido a su apreciable valor, lo que ha justificado la construcción de vías ferroviarias estrechas y de caminos entre los bosques y las ciudades y los puertos de la costa. Los bosques que no eran de teca cubrían, antes de la guerra, 23,000 kilómetros cuadrados, pero alrededor de 3,000 kilómetros cuadrados de bosques fueron destruídos durante la ocupación japonesa. Los bosques de teca ocupan las faldas montañosas más bajas de la parte oriental del centro de Java. Los otros bosques se encuentran principalmente en las cumbres de las montañas y en las faldas superiores, donde sirven para proteger el abastecimiento de agua necesario en la irrigación de los cultivos de arroz.

La política forestal tiene dos objetivos principales: el primero, hacer que la producción de madera y otros productos forestales sea económica y el segundo, mejorar hasta donde sea posible el agua, el suelo, y la influencia climatérica de los bosques. Desde 1860, ha existido un Servicio Forestal organizado, que comprende 50 secciones forestales, a cargo principalmente de la administración productiva de la teca. Esta administración incluye el sistema cuidadosamente desarrollado, del clareo de los bosques naturales para la obtención de carbón, leña y otros productos forestales. En las zonas que han sido clareadas, los nativos siembran cultivos entre las hileras de tecas recién plantadas. Hacen esto por varios años hasta que los renuevos de la plantación sombrean el terreno. Entonces, se trasladan a otras zonas e inician de nuevo el proceso. Antes de la guerra, la producción ascendió a 500,000 metros cúbicos de madera de teca, en parte como resultado de las caladas, y a 1 millón de metros de leña hacinada. Los bosques de otras especies produjeron, antes de la guerra, 45,000 metros cúbicos de madera por año y 280,000 metros de leña hacinada; además se obtuvieron unas 20,000 toneladas de carbón de las dos clases de bosques. En ese periodo existían unos 64 aserraderos. Se desconoce el número exacto de los que están en operación actualmente.

Las otras islas: Las otras islas tienen un área forestal mucho mayor, que alcanza casi 1.250,000 kilómetros cuadrados, o sea el 68 por ciento de la superficie territorial total. La densidad de población es mucho más baja que la de Java y Madura. Los bosques consisten en unos 500,000 kilómetros cuadrados del tipo montañoso y en más de 700,000 kilómetros cuadrados de bosques de tierras bajas, incluyendo tipos propios de las tierras secas, de las tierras pantanosas, y de las zonas inundables. Con el objeto de controlar los actuales movimientos de la agricultura, el Servicio Forestal ha establecido reservas forestales. A excepción de unos pocos bosques en el sur de Sumatra y en las islas de Moena y Boetón, no existen tecas en esta parte de Indonesia. Los bosques consisten principalmente de especies dipterocárpeas en el oeste, y de Agathis y eucalipto en la parte oriental. En el norte y centro de Sumatra se encuentran bosques puros y mixtos de Pinus merkusii. Los bosques puros se hallan en las zonas de incendios frecuentes ocasionados por los movimientos de la agricultura variable. Desde la guerra no ha vuelto a producirse trementina y abetinote. El Pinus merkusii se ha empleado con éxito en la repoblación de bosques en Sumatra, las Islas Célebes, las Islas Menores de la Sonda y en Java. Los bosques de tierras bajas que se hallan cerca de la costa o a lo largo de los ríos navegables en el noreste de Sumatra, cerca del estrecho de Malaca, constituyen la fuente principal de madera, especialmente de madera blanda. La mayoría de las trozas las producen explotadores chinos que emplean trabajadores de su misma nacionalidad. Estas trozas, así como la leña y el carbón obtenido de los manglares de los bosques inundables, se enviaban en su mayor parte a Singapur. Después de la guerra ha comenzado a explotarse la costa sur de Borneo. Un problema importante en estas islas, como en otras partes de la región, con excepción de Java y Madura, es la escasez de trabajadores. Las pruebas recientes sobre mecanización de las operaciones de corte y transporte de trozas para resolver ese problema, han dado resultados satisfactorios en la mayoría de los casos. Antes de la guerra, la producción se calculaba en 1.300,000 m3 de madera, 1 millón de metros de leña hacinada y 290,000 toneladas de carbón. En esa época existían 82 aserraderos. Otros productos forestales de considerable valor comprenden la rota o retén, las resinas y las gomas. Entre las resinas se halla el copal, extraído del Agathis, que se emplea en la industria de la pintura, y entre las gomas está el "jelutong", que procede del Dyera y se usa en la fabricación de goma de masticar.

La Estación Experimental de Bosques, en Buitenzorg, que antes de la guerra había realizado importantes investigaciones, ha reanudado sus actividades, especialmente en lo que respecta a la administración de bosques de especies distintas a la teca en las islas que rodean a Java. Esta estación ha llevado a cabo investigaciones notables de carácter botánico y dendrológico en colaboración con los jardines botánicos de Buitenzorg.

Los técnicos forestales holandeses que forman el Servicio Forestal, son, por lo general, graduados de la Universidad de Wageningen. Ha de dársele al personal indonés, en el país, un entrenamiento del tipo del que reciben los guardabosques.

Japón

Las cuatro islas principales del Japón tienen una superficie territorial de 37.5 millones de hectáreas cubiertas de bosques casi en un 60 por ciento, lo que da un total de más de 22 millones de hectáreas de superficie forestal productiva. La población asciende a más de 75 millones de habitantes, lo que da una proporción de bosques productivos por persona de 0.3 hectáreas. Más de 19.5 millones de hectáreas se han clasificado como bosques accesibles y consisten de 5.5 millones de hectáreas de coníferas, en su mayor parte plantaciones, casi 10 millones de hectáreas de maderas duras, y más de 4 millones de hectáreas de bosques de especies mixtas. La propiedad de estos bosques está dividida más o menos igualmente entre particulares y el Estado. El volumen total de todas las especies se calcula en 1.25 millones de m3, de los cuales 645,000 corresponden a las coníferas y 579,000 a las maderas duras. La densidad de bosque de todas las especies, por hectárea, es de 62 m:, de 83 m3 para las coníferas, y de 48 m3 para las maderas duras. El crecimiento anual de los bosques productivos accesibles, se calcula en 40.5 millones de m3, o sea 2 m3 por hectárea.

En 1947, existían 34,000 aserraderos trabajando que consumían 11.6 millones de m3 de trozas, y 320 fábricas de madera multilaminar que producían alrededor de 16 millones de m3 de este producto. Hay más de 100 compañías productoras de pasta y 300 de papel en Japón, pero el 85 por ciento de la producción de pasta la realizan seis compañías, y el 65 por ciento de la producción de papel corresponde a una sola compañía. La reparación de los daños de guerra absorbe más de la capacidad productiva de todos los aserraderos. También hay escasez de durmientes de ferrocarril, de maderas para minas, y de pasta de madera.

Notable durante muchos años por su activa repoblación de bosques, tanto para proteger sus vertientes como para mantener la producción de madera, el Japón ha aumentado sus planes para que cubran la creación de almacigales y programas de trasplante. En 1947 se habían repoblado de bosques más de 400,000 hectáreas. Se han preparado planes sistemáticos de administración forestal para los bosques del estado, cuya superficie total asciende casi a 8 millones de hectáreas, y se está tratando de aplicarlos también a los bosques de propiedad privada. La Oficina de Silvicultura del Ministerio de Agricultura y Silvicultura, ha unificado las actividades forestales en las 47 provincias, en los bosques imperiales y en los bosques nacionales. El trabajo de investigación forestal lo realizan las estaciones experimentales de la Oficina de Silvicultura de la Casa Imperial y de cierto número de provincias. La mayor parte del trabajo se ha concentrado en los métodos de repoblación y dendrología, pero también se ha hecho algo sobre tecnología maderera. Se espera extender esta clase de actividades al campo de la utilización industrial. La instrucción sobre silvicultura la dan las escuelas forestales de las cuatro universidades imperiales, y 17 colegios agrícolas provinciales. Los principales problemas que tiene la industria maderera comprenden la restauración de las facilidades de transporte y la obtención de ciertas materias primas, tales como la cola, para la industria de madera multilaminar y el carbón y productos químicos para la industria de la pasta y el papel.

Parte sur de Corea

Los datos disponibles sobre la sección de Corea situada al sur del paralelo 38, indican que el 40 por ciento de los 16 millones de hectáreas que constituyen el total de la superficie territorial, están constituidos por tierras forestales. La mitad de estas tierras tienen pocas reservas y necesitan ser repobladas. Cálculos superficiales arrojan un volumen de madera de 300,000 millones de m3. El crecimiento se estima en poco más de 12 millones de m3 por año. Como este crecimiento proviene, en su mayor parte, de árboles muy pequeños, no podrá ser utilizado por algún tiempo. La tala que se estima posible, dentro de una política de rendimiento permanente asciende, aproximadamente, a 7 millones de m3. Con una población de 15 millones de habitantes, la parte sur de Corea da una proporción de tierras forestales por persona de 0.4 hectáreas. Las necesidades mínimas de maderas por año son de 17 millones de m3, lo que hace que la superficie forestal se distribuya en un 44 por ciento para la producción de leña y carbón, un 30 por ciento para la producción de los aserraderos, y el resto para el control de la erosión y la protección de las vertientes. Una cuarta parte de las tierras forestales es del dominio público. Los tipos de bosque existentes consisten de pino rojo, Pinus densiflora, pino coreano Pinus Koreaensis, roble, alerce, abeto, pinabete, y algunas especies mixtas de maderas duras.

El Servicio Forestal se ha reorganizado con personal técnico coreano. El Director de Silvicultura del Departamento de Agricultura y Silvicultura, que dispone de un pequeño personal en su oficina de Seúl, tiene Jurisdicción sobre las organizaciones forestales de las 8 provincias.

En 1947, 800 aserraderos produjeron casi 600,000 m3, o sea el 47 por ciento de su capacidad; tres fábricas de madera multilaminar produjeron casi 420,000 m2 de este producto; 14 fábricas de papel produjeron más de 3,000 toneladas métricas. Otros productos importantes de los bosques son la leña, el carbón, la pasta de madera, el corcho, el tanino, la laca y algunas resinas.

Con el objeto de llenar las necesidades de repoblación de bosques del sur de Corea, estimadas en un tiempo en 275,000 hectáreas por año, se han establecido varios almacigales que habrán de producir 200 millones de árboles. En 1947, los almacigales produjeron alrededor de 100 millones de plantas. Un problema importante relacionado con el programa de repoblación es la protección de las nuevas plantaciones, que requiere una legislación adecuada y la aplicación de la misma. La falta de protección ha dado lugar a que se destruyan muchas plantaciones fomentadas durante la dominación japonesa. El trabajo de investigación se realiza en la Estación Experimental cerca de Seúl. Los estudios se han concentrado especialmente en los métodos de repoblación, almacenaje de semilla, proporción de crecimiento de los árboles y resistencia de la madera. Muchos de los archivos formados antes de la guerra, fueron destruídos. Se han establecido varias estaciones experimentales de silvicultura en cada provincia. Antes de la guerra, los colegios de Suigen y Taikeyu otorgaban títulos en silvicultura, pero ahora todas las escuelas de enseñanza secundaria del sur de Corea tienen cursos en esta materia.

El principal problema que tiene el servicio forestal es el de obtener un apoyo adecuado de parte del gobierno para emplear más personal técnico, y para llevar a cabo la labor que debe realizar.

Malaca

Malaca tiene una superficie territorial de 13.5 millones de hectáreas, de las cuales el 77 por ciento se halla cubierta de bosques. De ésta, 7.3 millones de hectáreas están clasificadas como bosques productivos. La población casi llega a 6 millones de habitantes, de tal suerte que la proporción de bosques productivos por persona es de 1.25 hectáreas. Se ha realizado una gran labor en materia de nomenclatura botánica y propiedades técnicas de las maderas malayas más importantes. Los tipos de bosques comprenden manglares a lo largo de las costas y las áreas pantanosas, y especies dipterocárpeas y Shorea sp. en las montañas.

La explotación de las maderas comerciales está bien organizada. La controla cuidadosamente el Departamento de Silvicultura. A fines de 1946, trabajaban 4 fábricas de fósforos y 110 aserraderos que produjeron ese año 500,000 m3 de madera de construcción. Una nueva planta de madera multilaminar, para la fabricación de cofres de té y de paneles para pared, se abrió en 1948. Malaca es un país exportador de madera. Todos los embarques que pasan por Singapur tienen que ser inspeccionados y clasificados por el inspector forestal.

Se ha progresado bastante en Singapur en lo que concierne a la confección de una clasificación maderera que pueda ser satisfactoria para los importadores de Europa, el Reino Unido y el hemisferio occidental. Los importantes estudios sobre tecnología maderera realizados por el Instituto de Investigación Forestal en Kepong cerca de Kuala Lumpur, han sido de gran valor para la confección de esta clasificación. Este organismo también ha realizado importantes trabajos sobre silvicultura y administración de bosques de especies mixtas de dipterocárpeas. El Departamento Forestal consiste a la fecha de 40 técnicos británicos aproximadamente, encargados de las reservas madereras, y asistidos por 20 técnicos del país preparados en la escuela vernácula de Kepong. El personal comprende también cinco técnicos británicos que trabajan en el Instituto de Investigación Forestal.

La industria minera del estaño emplea buena cantidad de la madera producida localmente. La industria del caucho, que también es muy importante en esta región, está tratando de obtener del Departamento de Silvicultura, autorización para cortar más bosques y fomentar en ellos nuevas plantaciones de cancho.

Entre los problemas más sobresalientes que se relacionan con el incremento de la producción maderera en ese país, se hallan los siguientes: una mejor comprensión de parte de los productores de los requisitos del merca do; uniformidad de las calidades y características; fletes marítimos elevados; escasez de trabajadores agravada por las actuales dificultades políticas; modernización de a desgastada maquinaria de los aserraderos; construcción de caminos en las zonas forestales antes inaccesibles, adopción general de métodos modernos de desecación y preservación de la madera.

Nueva Guinea y Papua

Estos territorios se hallaban bajo la administración del Departamento de Bosques del Territorio y de la Oficina de Silvicultura y Madera de la Mancomunidad de Australia. Tienen una superficie territorial de más de 46 millones de hectáreas (115 millones de acres) distribuídas casi por mitad entre Papua y Nueva - Guinea. Juntas, tienen un área forestal que equivale al 60 ó 70 por ciento de esa cantidad. La población asciende aproximadamente a un millón de habitantes. Desde el nivel del mar hasta 700 metros (2,000 pies) de altura, los bosques son del tipo que se encuentra en las zonas bajas y lluviosas. Los bosques de la zona media montañosa, consisten de araucaria y robles; los bosques musgosos que se encuentran entre 2,300 y 3,500 metros (7.000 a 11,000 pies) de altura, están compuestos de Nothofagus, Phyllocladus, Dacrydium, Librocedrus y Podocarpus. También existen algunos bosques del tipo pantanoso y de sabana, de muy poco valor comercial, a excepción de los manglares. Los bosques locales de la zona lluviosa se asemejan a los bosques de especies dipterocárpeas mixtas de Indonesia, Filipinas, Indochina y Malaca. Los bosques de araucarias se asemejan a los del noreste de Australia, y los bosques musgosos, al tipo nativo de Nueva Zelandia.

Las tierras forestales son propiedad de los habitantes, ya como individuos, ya como grupos comunales. El gobierno tiene que adquirir de los nativos, mediante compra, las reservas forestales que quiera establecer.

Durante la guerra, se sacaron fotografías aéreas de una extensa superficie. También trabajaron mucho en la clasificación y colección de ejemplares botánicos, el Laboratorio de Productos Forestales Australianos del Consejo de Investigación Científica e Industrial de Melbourne, y el Botánico del Estado de Queenslandia en Australia. Sin embargo, sólo se poseen cálculos muy vagos acerca del volumen maderable de los territorios. De acuerdo con estos cálculos, los bosques de la zona lluviosa tienen un volumen de trozas de 38 a 114 metros cúbicos por hectárea (640 a 1,630 pies cúbicos por acre). Los bosques de araucaria y roble tienen 1.1 millones de m3 (40 millones de pies cúbicos) en una superficie total de 15,000 hectáreas (37,000 acres). Durante la guerra, los aserraderos explotados por el ejército de los Estados Unidos produjeron grandes cantidades de madera. Actualmente, trabajan unos 11 aserraderos, los cuales produjeron en 1947 alrededor de 21,000 m3 (740,000 pies cubicas) de madera. El gobierno australiano administra un aserradero para que se entrenen los aserradores locales y se preparen algunos operarios técnicos. Conforme se aumente la producción, Australia espera satisfacer no solamente las necesidades actuales de cada uno de los territorios, sino también obtener considerables cantidades de maderas duras para uso de la Mancomunidad. A pesar de que el consumo anual de madera en los territorios no era muy grande antes de la guerra, se calcula que las necesidades de rehabilitación ascenderán casi a 23,600 m3 (830.000 pies cúbicos) anualmente, en los próximos 5 ó 6 años. Los productos forestales de menor importancia comprenden sagú, que se extrae de la palma Metroxylon, hojas de la palma nipa que se emplean para embardar, corteza de mangle, que se emplea para la extracción del tanino, goma "dammar," cañas y bambúes.

Entre los problemas con que tropiezan los programas forestales en los territorios, el más urgente es el control de las prácticas de la agricultura errante o inestable. Deben establecerse reservas forestales en los territorios para que puedan satisfacerse las necesidades locales y las de las industrias de exportación que se han desarrollado. También debe hacerse un inventario muy amplio, aprovechando las excelentes fotografías aéreas de que se dispone. Será necesario conseguir técnicos forestales bien preparados. Esa preparación la proporciona actualmente la Escuela de Silvicultura Australiana, en Canberra. El trabajo de investigación necesita ampliarse y ya se están haciendo planes para que la Oficina de Silvicultura y Madera de la Mancomunidad lleve a cabo un programa de investigación forestal y para que el C.I.C.I. de Melbourne se haga cargo de otro sobre productos.

Nueva Zelandia

Nueva Zelandia tiene una superficie de más de 26 millones de hectáreas (64 millones de acres), de la cual el 26 por ciento está cubierta de bosques. De este porcentaje, casi dos millones de hectáreas (5 millones de acres) están clasificadas como bosques productivos. La población es menor de 2 millones de habitantes, de tal suerte que la proporción de bosques productivos por persona es de 1.1 hectáreas (2.7 acres). Actualmente, el 60 por ciento de los bosques productivos se considera inaccesible. Los bosques accesibles consisten de un 85 por ciento de coníferas y un 15 por ciento de especies de maderas duras.

Dos tercios de la superficie forestal es del dominio público, especialmente en forma de bosques del Estado, con una pequeña extensión de bosques comunales. Las plantaciones exóticas de coníferas constituyen casi el 50 por ciento de las tierras forestales accesibles. Se calcula que los bosques productivos accesibles contengan 31 millones de metros cúbicos (1,100 millones de pies cúbicos) de coníferas y 19 millones de m3 (670 millones de pies cúbicos) de maderas duras, con un volumen promedio por hectárea de 47 m3 (670 pies cúbicos por acre) de coníferas y de 316 m3 (4,520 pies cúbicos por acre) de maderas duras. El crecimiento anual se calcula en más de 1.5 millones de m3 (53 millones de pies cúbicos), lo que equivale a un promedio de 2.4 metros cúbicos por hectárea (34 pies cúbicos por acre). El promedio anual de tala es considerablemente superior al crecimiento anual neto.

Los bosques de la región se clasifican como bosques de zonas lluviosas y como bosques de haya. Los bosques de las zonas lluviosas consisten de kauri, Agathis australis; rimu, Dacrydium cupressinum; pino blanco, Podocarpus daycydioides; y de totara, Podocarpus totara. Los bosques de haya consisten de cierto número de especies Nothofagus. Las plantaciones de especies exóticas consisten principalmente de Pinus radiata, con cierto número de otras especies de coníferas de los Estados Unidos. Casi el 50 por ciento de la producción. que en 1947 ascendió a cerca de 3 millones de m3 (106 millones de pies cúbicos), fué de rimu, y cerca del 30 por ciento, de Pinus radiata. El resto de la producción consistió de Podocarpus, kauri y haya.

Existen 608 aserraderos que, en su mayoría, realizan grandes cortas en los bosques de coníferas de la región. En el pasado, el objeto de la mayor parte de estas cortas era obtener tierra que dedicar a la agricultura, y resultaba muy difícil convencer al público de la necesidad de que se repoblaran esos bosques. Debido a que la proporción de crecimiento del Pinus radiata en esta región es considerable, muchas componías privadas invirtieron grandes sumas de dinero en plantaciones de esta especie durante las décadas de 1920 y 1930. El propio gobierno utilizó trabajadores desempleados, durante la década de 1930, para fomentar un gran número de tales plantaciones en los bosques del Estado. Sin embargo. muchos de los que invirtieron originalmente, dejaron de obtener las ganancias rápidas que esperaban. Actualmente estas plantaciones, tanto las privadas como las del gobierno, están abasteciendo a varios grandes aserraderos del estado y a gran cantidad de aserraderos privados y de fábricas de pasta, papel y láminas de fibra.

Existe, de una parte, el serio peligro de que se corten excesivamente los bosques naturales y, de la otra, el deseo general de que se aproveche el rápido crecimiento de las especies exóticas. La industria en general sufre la escasez de mano de obra, pero debido al activo empeño del gobierno en mejorar las condiciones de vida y proporcionar casas de calidad, la industria maderera se halla, en este aspecto. en una posición más ventajosa que otras. Nueva Zelandia se encuentra en excelentes condiciones para exportar una cantidad apreciable de maderas de pinos exóticos, pero depende de las importaciones para abastecerse a sí misma de maderas duras. Por esta razón, Australia y Nueva Zelandia se complementan en un alto grado. El aumento de la intervención gubernamental en el funcionamiento de los aserraderos y de las fábricas de pasta y papel, desde luego, habrá de afectar considerablemente esta situación. Uno de los problemas actuales es la escasez de barcos y las dificultades que existen para cargarlos.

El Servicio Forestal del Estado comprende un pequeño personal en las oficinas centrales en Wellington, y siete regiones de conservación, bajo la dirección de un conservador de bosques. El resto del personal consiste de seis técnicos forestales, cinco asistentes, y de 12 a 15 guardabosques. El Director de Silvicultura está tratando de reclutar más personal técnico y espera restablecer la enseñanza forestal que fué suspendida en 1934. El plan consiste en establecer un centro de entrenamiento en Rotorua que también es la sede de la recién creada Estación Experimental de Silvicultura. El profesorado del centro de entrenamiento estará integrado por algunos de los técnicos empleados en la Estación Experimental. Las investigaciones realizadas en el pasado han ofrecido contribuciones importantes en el campo de la determinación de las cualidades madereras de la mayoría de las especies comerciales, de la desecación al aire y en estufa, y de la protección de la madera contra el ataque de los insectos.

En el pasado, los trabajos sobre administración forestal, silvicultura, entomología y patología se habían dedicado principalmente a las plantaciones de pinos exóticos, pero ahora se han extendido para que abarquen los bosques de coníferas naturales. Una importante actividad de investigación es el Inventario Nacional Forestal, en el que está utilizándose con éxito la fotografía aérea, en combinación con métodos de levantamiento terrestre para determinar no sólo el volumen, la proporción de crecimiento y el grado de regeneración natural, sino también para obtener la información ecológica necesaria para el desarrollo de métodos efectivos de administración forestal. Se ha realizado un esfuerzo considerable en lo que respecta a la protección de las plantaciones de pinos exóticos contra los incendios, y se han adoptado técnicas modernas de prevención y exterminación del fuego.

Debido a los actuales empeños del gobierno en aumentar la población, dando facilidades a la inmigración, ha vuelto a examinarse la cuestión del uso de la tierra. La distribución de la tierra en áreas para la producción de ovejas y agricultura de alto valor, y en áreas para el fomento de bosques y la protección del suelo y del agua. constituye un problema de verdadera importancia. El uso indebido de la tierra en el pasado, ha tenido como consecuencia una intensa erosión del suelo, especialmente en las vertientes en que se pastó en exceso, y que debieran por lo mismo, dedicarse ahora a la producción de madera.

Los principales problemas que tiene Nueva Zelandia en este campo comprenden el reclutamiento de personal técnico en silvicultura, la escasez de mano de obra, la expansión de los trabajos de investigación forestal, la planificación racional del aprovechamiento para relacionar la capacidad productiva de los aserraderos y fábricas de papel con la proporción de crecimiento de los bosques naturales de coníferas y hayas, y, en especial, a la de las plantaciones de pinos exóticos. Existe la necesidad de controlar en forma más adecuada los métodos de explotación de los bosques naturales, lo que tal vez podría lograrse mediante un cambio en la política forestal.

República de las Filipinas

Las numerosas islas que forman el grupo de las Filipinas tienen casi 17.5 millones de hectáreas de tierras forestales, lo que representa un 59 por ciento de la superficie total, con una población de más de 19 millones de habitantes. Del 95 al 100 por ciento de las tierras forestales son propiedad del gobierno. Las islas de Luzón, Mindanao, Samar, Negros y Palawan son las que se hallan más densamente pobladas de bosques. De las 3,000 especies de árboles conocidas que crecen en las islas, menos de 60 se llevan al mercado. El 75 por ciento de los bosques productivos consisten de especies dipterocárpeas, conocidas más comúnmente como "lauans." Se calcula que el volumen de la madera comercial en pie, asciende a más de 1,000 millones de m3. Además de los bosques de dipterocárpeas, existen otros como los de "molave," frecuentes en las regiones calizas más secas; los de pino, compuestos de Pinus insularis y Pinus merkusii, que crecen en las montañas altas al norte de Luzón y Mondoro; de mangle, a lo largo de la costa; y los bosques musgosos y del tipo medio de montaña, distribuídos en las elevaciones más altas y que son, en su mayor parte, bosques de protección.

Las maderas comerciales más importantes pueden agruparse en la forma siguiente: (1) "lauan," Pentacme contorta, Shorea negraensis; (2) "apitongs," Pipterocarpus grandiflorus; (3) guijos, S. guijo, (4) yacales, Hopea especie; (5) otras especies dipterocárpeas; y (6) leguminosas. La madera de la mayoría de estas especies ha sido sometida a pruebas; tanto las propiedades mecánicas como los usos más adecuados de las mismas se conocen. Los productos forestales menores incluyen la leña y el carbón, los productos de las palmas, la corteza de cachú y tanino, las fibras, las resinas, las gomas, los aceites, el caucho y la gutapercha, la cera de abejas y las plantas medicinales. La Oficina de Silvicultura tiene a su cargo la expedición de licencias a corto plazo (1 año) y a largo plazo (de 5 a 10 años), para la extracción de madera y productos forestales menores. Existe un impuesto de destronque, basado en el valor de la especie, para todo corte de madera. Además, hay un impuesto para repoblación forestal que se ingresa en un fondo destinado al fomento de bosques. También se permite el uso libre de los bosques a los individuos, a las instituciones religiosas y para obras públicas.

En 1941, los 163 aserraderos existentes, que tienen una capacidad diaria de más de 3,500 m3, emplearon alrededor de 70,000 personas. La producción anual excedió con bastante margen de 2.4 millones de m3. Durante la guerra, la producción de trozas y madera de construcción estuvo prácticamente paralizada. Después de la liberación, en 1945, solamente 38 aserraderos con una capacidad diaria total de menos de 700 m3 se hallaban en condiciones de trabajar. Actualmente, existen 342 aserraderos con una capacidad diaria total de 5,000 metros cúbicos, aproximadamente. De éstos, 207 también se hacen cargo del corte y transporte de trozas. Los 135 restantes tienen que comprar las trozas.

La producción de 1948 se calcula en 3.2 millones de m3 (medida de trozas), lo que equivale a una producción total de madera aserrada de 593,000 m3, aproximadamente. Alrededor de unas 50,000 personas trabajan en la industria maderera. Con el objeto de estimular la reconstrucción, se implantaron algunas medidas restrictivas para la exportación de madera de construcción, pero como la reconstrucción progresó rápidamente, la cuota de exportación fué aumentada hasta el 50 por ciento de la producción, y se eximieron de las regulaciones las trozas para chapa y las costeras. En 1948, se exportaron más de 40,000 m3 de trozas y 6 millones de m3 de madera aserrada y costeras, en su mayor parte a los Estados Unidos. Toda la madera de exportación debe ser inspeccionada por el gobierno, de acuerdo con las reglas de clasificación filipinas y las de la Asociación Nacional Americana para las Maderas Duras de Construcción.

La industria maderera se ha fijado una meta de producción anual de 4.7 millones de m3. Para lograrlo, tendrán que sustituirse muchas de las fábricas actuales que, en su mayoría, pertenecen al tipo del Ejército de los Estados Unidos, así como gran parte del equipo que se emplea actualmente para la corta y transporte de trozas. También se estima que será necesario que se invierta más en la construcción de nuevos aserraderos, fábricas de acabado, fábricas de chapas, estufas secas, plantas para la preservación de la madera, y fábricas de cajas y toneles.

La Oficina de Silvicultura consiste de un Director con su personal asesor, de un servicio de inspección, de un servicio externo formado por 44 distritos forestales distribuídos en las provincias, y de 144 estaciones forestales. Esta constituido por las siguientes secciones: administrativa, de investigación, de operaciones, de ingeniería, de restauración y repoblación, de concesiones, y de aserraderos y aprovechamiento. La Oficina clasifica las tierras forestales que pueden dedicarse a la agricultura. También administra los parques nacionales, las grandes reservas madereras, y los bosques y praderas montañosos. Una de sus principales actividades es la repoblación de los terrenos que fueron talados y, en especial, de los 5 millones o más de hectáreas de tierras abandonadas, cubiertas de zacate "cogón" (Imperata exaltada), que es un pasto que se introdujo cuando los bosques fueron destruidos por la agricultura errante o inestable. La Escuela de Silvicultura de la Universidad de Filipinas fué fundada en 1910 y hasta 1948 se habían graduado en ella 638 estudiantes, en su curso de guardabosques y 182, en su curso profesional. El 80 por ciento del personal actual de la Oficina de Silvicultura está constituido por graduados de la escuela de Los Baños. Gran parte del trabajo de investigación se realiza en este lugar, en combinación con la escuela, y mucho del personal investigador también enseña.

Los principales problemas son los siguientes: (1) la restauración de los laboratorios, archivos, bibliotecas, equipo y herbarios; (2) la escasez de personal técnico para cubrir las plazas en los servicios del gobierno; (3) mayor rapidez en la clasificación de la tierra reclamada por los veteranos para establecer granjas; (4) un control más adecuado de la destrucción de los bosques por la agricultura errante; (5) un apoyo económico y técnico de la industria maderera para lograr su pronta rehabilitación; y (6) la ampliación de los trabajos de investigación para que cubran la utilización de los productos forestales.

Sarawak

Situada en la parte noroeste de la isla de Borneo, esta colonia británica tiene un 89 por ciento de su superficie territorial poblada de bosques, esto es, unos 10.5 millones de hectáreas (26 millones de acres). De éstas, no menos de 4 millones de hectáreas (10 millones de acres) se consideran bosques productivos, constituidos en su mayor parte de especies dipterocárpeas. Existe también una pequeña pero importante zona de manglares. La población es de medio millón de habitantes, de tal suerte que la proporción de bosques productivos por persona es de casi 8 hectáreas (20 acres).

Este país sufrió pocos daños en sus archivos, instalaciones experimentales y reservas madereras en pie, durante la invasión japonesa y las operaciones aliadas subsiguientes. Los bosques demarcados abarcan menos del 8 por ciento de la superficie forestal de la colonia. La formulación de planes de trabajo forestal no se ha considerado necesaria, debido a que las operaciones forestales se han concentrado principalmente en la producción del "jelutón," que se usa en la elaboración de la goma de mascar, y la plantación de Shorea y Casuarina. En 1946, se produjeron 14 millones de m3 (490 millones de pies cúbicos) de trozas para aserrar, 56,000 m3 (2 millones de pies cúbicos) de leña, y 2,500 toneladas de carbón. Se hallaban funcionando doce aserraderos. Otros productos importantes son el cachú, la goma "dammar," y el rotén.

Se necesitan mayores inversiones y equipo de trabajo para colmar las aspiraciones de una creciente industria maderera. Se están haciendo esfuerzos para reanudar las exportaciones a Borneo, Singapur, el Reino Unido y China, y para establecer relaciones comerciales con Australia y el Africa del Sur.

Siam

Este país tiene una superficie de más de 51 millones de hectáreas, con un 63 por ciento cubierta de bosques, todos clasificados como productivos. La población es de más de 18 millones de habitantes, lo que da una proporción de bosques productivos por persona de 1.8 hectáreas aproximadamente. Las tierras forestales se encuentran en las regiones montañosas que rodean la llanura central y a lo largo de la angosta faja de la península. Las ocho cuencas principales son factores importantes en el transporte de la teca. Dos de estas cuencas desembocan en el río Salween, que lleva las trozas de teca de Siam a Moulmein, en Birmania. Otras dos cuencas desembocan en el río Mekong, que lleva la madera a través de la Indochina Francesa. Las 4 cuencas restantes se juntan para formar el río Menam, que lleva las trozas de teca hasta Bangkok. Esta distribución dificulta la administración de las conceciones de teca, puesto que implica pactos con Birmania e Indochina.

Los tipos de bosques incluyen bosques de especies siempre verdes en las regiones húmedas, constituidos principalmente de dipterocárpeas y Hopea, con algunos árboles de teca, y de coníferas montañosas, Pinus khasya y Pinus merkusii. Estos bosques, que se hallan en gran parte confinados a la región sureste de la península, suministran un buen número de maderas valiosas, bambúes y cañas. El principal tipo de bosques en Siam es el de especies mixtas de hojas, caducas. Los forman importantes cantidades de teca junto con numerosas especies dipterocárpeas, Pterocarpus sp., Xylia sp., Lagerstroemia sp., y Terminalia sp. Junto con éstos, crece gran cantidad de bambúes útiles. El mangle crece a lo largo de la costa y en las zonas pantanosas. En los suelos lateríticos, se desarrollan bosques mixtos, de maderas duras que son importantes como fuentes de leña. Todos los bosques de teca son propiedad del gobierno, el cual otorga concesiones a compañías privadas. El corte y transporte de trozas se hace principalmente de acuerdo con métodos primitivos que comprenden el uso del elefante como principal medio de transporte hacia las corrientes y los tranvías. En las secciones más secas, se han introducido recientemente tractores y camiones en sustitución de este útil animal. Antes de la guerra las compañías europeas tenían el 85 por ciento de las concesiones de corte y transporte de trozas, pero ahora se está revisando completamente la política de los arriendos madereros, y existe la posibilidad de que aumente algo la explotación por parte del gobierno. El control sobre la explotación de todos los productos se vió interrumpido considerablemente durante y después de la guerra. El sistema de arriendos y licencias requiere. para su administración adecuada, un mayor personal del que se dispone actualmente.

El Departamento Forestal de Siam fué creado en 1896, muy apegado a las bases establecidas por Brandis para Birmania. El apoyo que se ha dado a la organización ha variado a través de los años. Los métodos de administración son semejantes a los que se emplean en Birmania, o sea, el sistema de agrupación y selección de árboles con cortes de mejoramiento y la regeneración natural y artificial de la teca. Además de esta valiosa madera, existe una producción importante de bambúes, laca, carbón, leña, maderas especiales para muebles, gutapercha. goma de benjuí, aceite de madera extraído de las especies dipterocárpeas, goma guta, y hojas de nipa.

Los técnicos forestales se preparan en la Escuela de Silvicultura de Phrae. El Colegio de Agricultura cerca de Bangkok está también considerando el establecimiento de cursos de entrenamiento profesional. La reciente misión de la FAO a Siam recomendó la reorganización y fortalecimiento del Departamento Forestal bajo el Ministerio de Agricultura. Hizo hincapié especialmente en que se aumentara el personal de campo de las secciones y de las provincias. También recomendó que se hiciera un inventario aéreo del país. Hace falta que se lleve a cabo una reservación sistemática de bosques para proteger las vertientes y para la producción comercial. La protección de las vertientes es especialmente importante para asegurar un abastecimiento de agua adecuado para los cultivos de arroz en las planicies. La misión estimó que si el 20 por ciento de los terrenos forestales fueran reservados para la producción comercial, podrían rendir anualmente 25 millones de m3 de madera y leña, satisfaciendo de este modo los requerimientos de Siam. En cuanto a las necesidades de leña, postes y estacas en las vecindades de las aldeas de pescadores, de cobertizos para la cura de tabaco y de estaciones de ferrocarril, la misión recomendó que se fomentaran plantaciones de madera especial para leña, principalmente de eucalipto y Casuarina. Además, recomendó que se estimulara a los agricultores de la llanura central, donde los árboles escasean, para que sembraran especies arbóreas en aquellos lotes de tierra que no fueran a cultivarse. Deben seleccionarse especies que produzcan, directa o indirectamente, leña, postes, corteza de tanino, laca y sombra y forraje para el ganado.

La misión también consideró que la regeneración artificial debía hacerse en gran escala, empleando el sistema de "taungya," desarrollado en Birmania e Indonesia, en las plantaciones de teca. Asimismo, que debía tratarse de establecer una administración más estricta de las concesiones de corte y transporte de trozas, permitiendo la regeneración natural donde fuera posible. Una recomendación importante de esta misión se refirió al fortalecimiento de la División de Investigación del Departamento Forestal, incluyendo el establecimiento de un laboratorio bien equipado para estudiar la química y tecnología madereras, e intensificar la investigación silvícola de los bosques.

Las Islas Salomón

Estas islas, que se hallaban bajo el protectorado británico antes de la guerra, tienen una superficie territorial de 3 millones de hectáreas (7 millones de acres), de las cuales el 93 por ciento es de bosques. De éstos, menos de 21,000 hectáreas (52,000 acres) se consideran como bosques accesibles productivos y más de 2.5 millones de hectáreas (6 millones de acres), están clasificadas como bosques no productivos, incluyendo una pequeña cantidad de barbecho, producto de la agricultura nómada. En 1945, se calculó la población en algo más de 94,000 habitantes. Muy pocos europeos han regresado después de la guerra. Menos del 6 por ciento de la superficie territorial ha sido enajenada mediante arreo damientos otorgados por la Corona u otros arriendos, así como concediendo derechos de ocupación o de dominio absoluto. Sin embargo, no se han establecido reservas forestales.

Se distinguen dos tipos de bosques: los del litoral y los del interior. En el litoral se encuentran bosques de la clase propia de las playas y formados de Calophyllum, Barringtonia, Terminalia, Casuarina, Intsia e Hibiscus y bosques de mangle. Los bosques del interior están constituidos principalmente por las especies Pometia, Vitex, Calaphyyllum, Terminalia y en menor cantidad. por Agathis en las llanuras y faldas de las montañas. Existen también zonas pantanosas, de agua dulce, donde crecen las especies Calophyllum y Terminalia. El clareo llevado a cabo por la agricultura errante, ha producido una combinación de sabanas y especies arbóreas de poco valor, incluyendo el bambú. Las maderas de las islas se han estudiado y han demostrado ser apropiadas para la fabricación de muebles, postes, construcción en general. y algunos usos especiales, tales como el tallado, la tornería, la fabricación de remos, mangos para herramientas y chapas. Los productos menores incluyen la corteza del mangle para la extracción del tanino, la cordelería de retén para la fabricación de redes, palmas para embardar, pinturas y medicinas.

Las islas produjeron madera para las fuerzas armadas durante la guerra, usando principalmente los aserraderos y equipos de corte y transporte de trozas del Ejército de los Estados Unidos. Se calcula que esa producción ascendió a más de 28,000 m3 (un millón de pies cúbicos). El consumo anual de leña se ha estimado en 0.08 metros cúbicos (2.8 pies cúbicos) por persona, aproximadamente, lo cual significa una producción total de más de 7,500 m3 (260,000 pies cúbicos). Inventarios de prueba realizados en la mayoría de las islas, permiten que se calcule aproximadamente en casi 8 millones de m3 (280 millones de pies cúbicos) la madera en pie, encontrándose la mayor concentración de bosques, en el grupo de las islas de Nueva Georgia, la isla de Santa Isabel, Guadalcanal, y Choiseul.

La industria forestal comprende una empresa de corte, transporte y aserraje de trozas en Malaita, y otra en la isla de Vanikoru, que produce kauri o Agathis sp., que es una madera similar a la que se encuentra en Nueva Zelandia. La construcción de canoas y botes también constituye una actividad importante.

Los problemas de las Islas Salomón comprenden la organización de un nuevo departamento forestal, la aprobación de una legislación pertinente, el establecimiento de reservas forestales, operaciones silvícolas en los bosques de kauri de Vanikoru, impulsar la explotación bajo un control adecuado, una mejor utilización de la madera local, y la iniciación de investigaciones sobre crecimiento y métodos de regeneración.


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