EL sentido de los trabajos que desarrolla la FAO en lo que se refiere a la Silvicultura, es ayudar a los pueblos de muchas naciones a seguir el difícil camino de la conservación y el aprovechamiento de los montes. A tal fin se contribuye de muchas maneras - conferencias, jiras de estudio, visitas de expertos en diversas especialidades - todas las cuales tienden a la cooperación directa con los técnicos de los países interesados. Tales medidas son, en verdad, indispensables.
Pero la reflexión, la experiencia, e incluso un examen superficial de las estadísticas, nos demuestran que el método de consulta no puede menos de ser lento, si se tienen en cuenta las muchas naciones y los múltiples problemas que exigen atención. Sólo la palabra escrita puede realmente llenar las lagunas que hay.
No cabe duda de que las actividades de la FAO y otros organismos estimulan en muchos países el interés por la silvicultura. Pero es evidente que el director entusiasta de la administración o las investigaciones y el agrónomo ambicioso carecen todavía de respuesta para la justísima e insistente pregunta: «¿Dónde, exactamente, puedo encontrar los materiales técnicos más importantes producidos hasta la fecha, y que contengan ideas fecundas que yo pueda aplicar en mi propio proyecto o trabajo?».
Como no podía ser menos, las bibliografías registran tanto lo enjundioso como lo insignificante, y los miles de títulos anuales desconciertan inevitablemente al estudioso, a menos que ya sepa de antemano qué autores o qué publicaciones suelen decir algo que valga la pena.
La admirable y concienzuda publicación Forestry Abstracts, editada por cuenta de los países de la Mancomunidad Británica, selecciona los trabajos técnicos que considera más importantes, pero, a semejanza de la Bibliografía del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, sólo se ocupa del material reciente.
Son demasiado pocos los aspectos de la silvicultura respecto a los cuales se han preparado resúmenes críticos, amplios y de actualidad, de los trabajos hechos por personas equipadas con la suma de conocimientos, la madurez, el equilibrio y el don crítico necesarios. Esos análisis suelen tener un alcance nacional. Hasta cierto punto los libros de texto contribuyen a aliviar la situación, pero con frecuencia tardan mucho en aparecer, especialmente cuando se trata de ediciones revisadas y puestas al día. Es evidente que se necesitan tratadistas técnicos y directores de trabajos de investigación conscientes de que su labor es, en potencia, útil para los investigadores de muchos otros países.
Naturalmente, y en lo que se refiere a los proyectos locales, regionales o nacionales, los autores tienen la tendencia a escribir dirigiéndose a un público limitado, y es habitual que «la reseña de obras anteriores» o «la bibliografía selecta» tiendan a cubrir sobre todo, y de manera exclusiva, temas particulares, institucionales o nacionales.
Esta actitud particularista era comprensible antes de que las Naciones Unidas emprendieran la tarea simbolizada en el término «Unasylva». Hoy ya no es satisfactoria. Actualmente los autores y los dirigentes tienen la oportunidad (y, ciertamente, la: obligación) de contribuir en la gran empresa de hacer llegar los conocimientos y las ideas a los afanosos investigadores de todas partes, de ayudarles a evitar los callejones sin salida de los trabajos anteriores y de proporcionarles la sólida base que supone la experiencia mundial ya comprobada.
La disciplina admitida del trabajo erudito supone la exploración de la literatura técnica pertinente, y los investigadores y dirigentes de primera línea no son, a decir verdad, tan limitados como se podría pensar al examinar los resúmenes de sus obras anteriores. Algunos investigadores e instituciones han efectuado ya el cambio. El problema es hacer la excepción a la regla.
En estas dos fotografías aparecen dos aspectos del problema de las dunas en Tripolitania.