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Contribución al Aprovechamento de las Selvas Tropicales

Ensayos con Maderas Birmanas para la Edificación

por K. A. MIEDLER

Funcionario de Asistencia Técnica de la FAO, Birmania

Hace dos años se trasladó a Birmania una misión de la FAO con el fin de investigar las posibilidades de crear una industria forestal coordenada para cubrir las necesidades de madera del país y aumentar sus exportaciones. La actual producción maderera en Birmania se ve limitada por una serie de circunstancias, y el beneficio económico que el país obtiene actualmente de sus bosques no guarda proporción en modo alguno con las posibilidades de sus recursos naturales en madera.

Aparte de la inaccesibilidad general de los bosques, la falta de medios de transporte y las dificultades del clima es, sobre todo, la composición misma de la selva tropical, lo que imposibilita el aprovechar plenamente las riquezas forestales conforme a una técnica intensiva. La gran variedad de especies y su gran diversidad de propiedades técnicas, incluso en pequeñas zonas cosas, impiden el aprovechamiento integro, y, en tales circunstancias, solamente se extrae una pequeña proporción seleccionada de maderas de las especies más valiosas.

Las exportaciones de Birmania se han limitado, hasta ahora, a la madera de teca, y la ordenación de estas especies ha dado un carácter peculiar a la silvicultura birmana. Por la facilidad de su labra, consistencia y duración, la madera de teca desempeña un importante papel en la satisfacción de las necesidades nacionales. Aparte de la teca hay otras cuarenta maderas de cierta importancia en el mercado nacional y existen otras doscientas o trescientas especies. Aquellas frondosas, que se encuentran en los rodales en una proporción mucho mayor que la teca, tienen una importancia secundaria y local.

En Birmania, antes de la guerra, la producción de teca alcanzaba 460.000 toneladas anuales de madera en rollo (una tonelada equivale a 50 pies cúbicos), lo cual constituye probablemente el máximo posible con una ordenación tendente a obtener un rendimiento continuo. Por tanto, si se ha de aumentar la producción de madera, únicamente podrá hacerse mediante una mayor explotación de otras frondosas, aparte de la teca, hasta ahora poco utilizadas. Debido a la corta excesiva de teca durante la guerra, cabe preverse como objetivo una cifra de producción de esta madera inferior en un 10 por ciento a la de antes de la guerra, pero la producción de otras maderas duras, que es hoy día igual a la de la teca, podría cuadruplicarse.

Este aumento potencial depende de la eliminación de las dificultades técnicas derivadas de ciertas características, que han venido obstaculizando hasta ahora el aprovechamiento generalizado de estas especies. Estas características son esencialmente las siguientes:

(1) escasa duración;

(2) conservación insuficiente de la forma

(3) dificultades que ofrecen las maderas para su secado al aire y al horno en las condiciones locales.

Es bien sabido el hecho de que la gran mayoría de las maderas tropicales son muy susceptibles al ataque de hongos e insectos y, sobre todo, de los termitas, por lo que resulta innecesario insistir aquí. Por esta razón, todos los trabajos de construcción realizados en los trópicos (excepto con maderas naturalmente duraderas, las cuales son escasas) quedan destruidos, en un tiempo relativamente corto, por los hongos o los insectos, lo cual constituye el mayor obstáculo para una mayor utilización de las maderas no duraderas.

Figura 3 Muestras de «Baing»; Tetrameles nudiflora, madera frondosa dura típica de muchas especies frondosas tropicales. Obsérvese el revirado del grano.

Figura 4 Muestras de tablas hechas de especies frondosas birmanas no comerciales (Baing, Tetrameles nudiflora; Gwe, Spondias mangifera; Taungpeinne, Artocarpus chapas; Lein, Terminalia pyrifolia) con una clara tendencia al alabeo, flexión irregular y agrietamiento, después de la desecación al aire.

El segundo gran defecto inherente a la mayoría de las frondosas, a excepción de la teca, es su gran tendencia a la contracción, lo que limita su empleo en la construcción, especialmente para trabajos de ensambladura.

Existe otra característica importante que es típica de muchas maderas tropicales y que dificulta la conservación de la forma. Se trata de la estructura especial del grano, exclusiva de los trópicos, y que es común a la mitad aproximadamente de las especies botánicas. En estas especies, el grano no corre paralelo al eje del tronco, sino en capas en forma de espiral, alternadas y más o menos definidas. La figura N°. 3 ilustra este revirado, el cual, aunque sirve para reforzar el conjunto del tronco, imposibilita al mismo tiempo la conservación de la forma de la madera obtenido. Esto se ve claramente en la figura 4, la cual nos muestra casos extremos de tablas deformadas que han perdido por completo su forma original, a pesar de que han sido desecadas al aire solamente.

Las dificultades que surgen tanto en el desecado natural como en el artificial de las maderas tropicales se deben, en parte, a esta estructura irregular, y también a los diversos elementos constitutivos en muchas de las maderas, tales como aceites, gomas y resinas, etc., los cuales entorpecen mucho el curado artificial, especialmente. La gran vulnerabilidad de muchas de las maderas tropicales no resistentes a los hongos e insectos requiere la elaboración y secado de la madera en un plazo muy breve de su corta, lo que, en la práctica, rara vez es posible. En la mayoría de estos casos no es posible practicar la desecación al aire, debido a que la madera, que en verde resulta especialmente vulnerable, suele perder calidad antes de secarse. Por tanto, es necesario sustituir, en la medida de lo posible, el secado al aire por el artificial.

NECESIDADES PARA CONSTRUCCIÓN DE VIVIENDAS

La demanda de materiales para la edificación ocupa el primer lugar en el consumo de madera en Birmania.

Durante la guerra y su secuela de perturbaciones, ciudades, pueblos y aldeas perdieron gran parte de sus casas. Se nota especialmente la escasez de viviendas en las ciudades grandes y poblaciones de tipo medio. El hecho de que el Gobierno de Birmania haya creado un Ministerio especial de Trabajo y Alojamientos, cuya misión es aliviar la escasez de viviendas mediante un programa a largo plazo, indica claramente la importancia que se concede a la edificación. En un país como Birmania, en el que el 56 por ciento de su superficie está dedicada a bosques, la madera constituye el elemento natural para la construcción de viviendas permanentes. Por tanto, cualquier plan tendente al aprovechamiento pleno de los bosques y recursos madereros tendrá que coordinarse con el programa de construcción de viviendas.

Como primera medida, el Gobierno birmano y la FAO organizaron un experimento técnico de gran envergadura, de acuerdo con las recomendaciones formuladas por la Misión de Asistencia Técnica de la FAO para un programa de cuatro años en el que, además de una relativa mecanización del transporte de la madera, se procurará la construcción de instalaciones modernas para la industria maderera.

Este experimento ha sido concebido con el fin de determinar hasta qué punto y con qué garantías de éxito pueden aplicarse a las frondosas de origen birmano, a excepción de la teca, los últimos adelantos en la elaboración, desecación e impregnación de la madera.

Para realizar estos experimentos, la Dirección Forestal de Birmania facilitó unas 60 toneladas de maderas duras, teca exclusive, y 9 toneladas cúbicas de postes y esteras de bambú, las cuales fueron enviadas a Alemania. Allí, en los talleres de una de las principales industrias madereras, próxima a Karlsruhe, basada en los principios de una industria forestal coordinada, se ofrecieron toda clase de facilidades para realizar un experimento de esta envergadura.

Esta fábrica dispone de grandes instalaciones para el almacenamiento de las trozas a orillas del Rin (figura 1), de un gran aserradero, de las instalaciones más modernas para el desecado e impregnación, y para la fabricación de aglomerados, lo cual facilita la elaboración de las diversas clases de madera y bambú en un mismo sitio.

INVESTIGACIONES EMPRENDIDAS

La labor principal fué la construcción de dos casas modelo, utilizando dichas materias primas y cuyos planos fueron facilitados en Rangún, para ser erigidas en Birmania, y sometidas a una prueba práctica de duración y utilidad. Los postes y esteras de bambú se transformarían en materiales de construcción duraderos mediante una impregnación adecuada.

Una de las casas experimentales tenía que ser construída siguiendo la costumbre tradicional en Birmania, con el armazón integrado por postes y vigas y las paredes formadas por tableros con listones de cubierta. La segunda casa experimental se construirá, en la medida de lo posible, con tableros de construcción.

En total se facilitaron trece especies de madera, entre ellas algunas en uso, tales como Kanyin (Dipterocarpus sp.), Taungthayet (Swintonia floribunda), Taung-peinne (Autocarpus chaplasha) y algunas que, aunque utilizadas para ciertos fines, no se habían empleado para la construcción de viviendas, o también otras que se caracterizan por su ligereza excepcional o por su escasa duración, tales como Baing, Gwe (Spondias mangifera), etc.

Para modificar artificialmente la constitución de las maderas y mejorar sus propiedades, se emplearon tres métodos de tratamiento:

(1) Desecado artificial en un secador sometido a altas temperaturas y corrientes cruzadas de aire, construido de acuerdo con los últimos experimentos;

(2) Impregnación con una nueva resina sintética medio condensada descubierta recientemente en Alemania;

(3) Trituración en virutas del cuerpo de la madera, que luego se mezclan con resinas sintéticas como aglutinantes y con otros productos químicos, para ser luego prensados, hasta formar tableros a una temperatura del 130 a 140°C.

Los dos primeros métodos se adaptan en principio a procedimientos bien conocidos, y sólo se distinguen por la aplicación de los últimos e importantes detalles, pero el tercer método significa la introducción en los trópicos de algo fundamentalmente nuevo, descubierto y utilizado en especies de la zona templada hace pocos años pero sumamente perfeccionado.

Teniendo en cuenta los efectos de los resultados obtenidos hasta ahora, los tres procesos pueden describirse brevemente como sigue:

Desecado

El nuevo procedimiento de secado se realiza, de acuerdo con las necesidades especiales de las diversas clases de madera, a temperaturas alrededor de los 100° C y, en caso necesario, se elevan a 120° C. La innovación de este procedimiento reside en la gran velocidad del aire seco, la cual puede alcanzar los 10 m. por segundo. De esta forma es posible reducir considerablemente el tiempo de desecación y consiguientemente el gasto.

La cámara desecadora de la figura 5 es de acero o de láminas de aluminio. Todas las aberturas pueden quedar herméticamente cerradas al aire o a la humedad. Esto tiene especial importancia porque para vigilar la operación del desecado es imprescindible que las aberturas para la entrada y salida del aire puedan ser cerradas herméticamente y reguladas con precisión. El empleo de temperaturas máximas de 120° C. para desecado no es enteramente nuevo, pero hasta ahora resultaba sólo en parte satisfactorio por no existir el nuevo procedimiento de conducción horizontal del aire. Actualmente el aire es introducido directamente por los intersticios del tiro del secadero y mantenido en movimiento por medio de uno o más ventiladores grandes, de un diámetro máximo de 180 cm., los cuales están fijos en una pared lateral de la cámara desecadora. Movidos directamente por un motor eléctrico, estos grandes ventiladores, que se asemejan a las hélices de un avión, resultan bastante más eficaces que muchos ventiladores pequeños dispuestos en el techo, cuya función se ve considerablemente entorpecida por las múltiples desviaciones producidas por la corriente de aire seco. Conforme al nuevo dispositivo, la corriente de aire de los ventiladores penetra directamente en los intersticios del tiro y es posible lograr corrientes de aire seco a grandes velocidades con muy poco gasto.

En una instalación de este tipo para desecar la madera, que puede ser denominada apropiadamente una máquina desecadora, es posible regular con toda precisión los factores esenciales del desecado, es decir, la temperatura, el contenido de humedad y la velocidad del aire, utilizando aparatos reguladores enteramente automáticos. Con esta cámara desecadora altamente eficaz, es posible determinar, mantener y regular el grado óptimo de desecación para cada especie. El tiempo necesario para la desecación puede reducirse al mínimo imprescindible para cada especie, límite del que no se puede pasar sin perjudicar el producto.

Esta instalación, que ya demostró su utilidad con especies europeas en lo relativo al costo y rendimiento, confirmó su eficacia en la desecación de las maderas birmanas.

Figura 5 - Ultimo modelo de cámara desecadora rápida, que funciona a temperaturas máximas de 100 grados centígrados y en la que el aire alcanza una velocidad máxima de 10 m./ por segundo.

Figura 6 - Muestras de varios tipos de tableros para construcción, algunos fabricados con una sola especie y otros con una mezcla de varias especies.

Figura 7 - Tableros de grandes dimensiones para pared fabricados con madera de frondosas birmanas (4 X 8 pies) después de canteados. La fotografía también muestra tableros especiales para suelos con capas exteriores del palo de hierro birmano denominado «Pyinkado» o Xylia dolabriformis.

Por ejemplo, las tablas de Gwe, con una gravedad específica de 0,4 y unas dimensiones de 2.500 X 120 X 19 mm. quedaron secas en el tiempo excepcionalmente breve de 5 horas y 50 minutos, siendo el promedio inicial de humedad del 45 al 9 por ciento. Se logró una temperatura máxima de 117°C sin perjuicio apreciable para la madera. La desecación de tablas de Kanyin (gravedad específica 0,76) de grandes dimensiones (2.600 x 160 X 80 mm.) requirió una temperatura máxima de 81° C y 78 horas. El contenido de humedad al término de la operación oscilaba entre 11 y 17 por ciento y se observaron únicamente pequeñas resquebrajaduras en los bordes y extremos. En general, el producto seco conservó su forma.

Mejoramiento de la madera mediante la impregnación con resina sintética

Los grandes adelantos realizados en el empleo de la resina sintética desde la terminación de la Segunda Guerra Mundial han abierto posibilidades enteramente nuevas para el mejoramiento de las propiedades de la madera. En Alemania se ha perfeccionado una substancia para conservar y mejorar la madera, cuya aplicación a la madera de Birmania parece ofrecer resultados prometedores.

La ventaja de este procedimiento de impregnación no reside en la resina sintética misma, sino en la utilización de una base pobre en moléculas como agente de impregnación. Una resina sintética de alto contenido molecular no puede penetrar por sí misma, naturalmente, las paredes celulares, sino que queda adherida a la superficie sin conseguir efectuar ningún cambio permanente ni en la estructura de la madera ni en sus propiedades. No obstante, cuando se utiliza un producto de bajo contenido molecular con la resina especial, puede penetrar la estructura micela de las paredes celulares y tapar completamente los espacios intermicelares. Se añade a la solución acuosa del producto semicondensado una substancia endurecedora, la cual necesita algún tiempo para surtir efecto. De este modo, la resina sintética queda finamente esparcida en su forma definitiva y ocasiona una modificación esencial en la estructura de las paredes celulares, con la mejora consiguiente de varias propiedades de la madera.

La resistencia a la presión de la madera así tratada aumenta por término medio en un 30 por ciento y la dureza de la superficie en un 80 por ciento, mientras que, en comparación con las maderas sin tratar, el grado de contracción y dilatación disminuye aproximadamente en un 45 por ciento. No se modifican en la misma medida la resistencia a la tensión y a la flexión.

Aunque esta resina sintética especial no posee ninguna cualidad tóxica, constituye un excelente conservador de la madera. Se ha demostrado en experimentos muy amplios que la impregnación con una solución al 12 por ciento basta, generalmente, para hacer inmunizar contra los hongos a las maderas de origen europeo.

También han dado resultado satisfactorio los ensayos sobre resistencia contra la infestación por insectos. Esta resistencia obedece a que cuando la pared celular se halla parcialmente cubierta de la resina sintética no ofrece campo alimenticio a los hongos o insectos. No obstante, es aconsejable añadir un anticriptogámico o insecticida de probada eficacia, con objeto de asegurar la inmunidad. Ha quedado demostrado que es posible utilizar para la impregnación sales tóxicas, juntamente con la resina sintética, la cual ejerce un excelente efecto fijador sobre la solución de sal. En consecuencia, basta un tratamiento mucho más ligero de la madera por cada unidad de superficie para protegerla completamente, en comparación con la cantidad de dichas sales que serían necesarias de no mezclarlas con la resina.

Para asegurar la protección contra los termitas se añade a la solución de resina sintética un 1 por ciento de pentaclorfenol. La impregnación con esta substancia también ofrece la ventaja de que puede hacerse a temperaturas normales, eliminándose así el coste sumamente elevado de la calefacción necesaria en la mayor parte de los procedimientos utilizados hasta ahora.

Las pruebas con la resina sintética fueron satisfactorias y parte del material de construcción de las dos casas experimentales fué sometido a tratamiento con ella, especialmente las puertas, armazón y marquería. La condición más importante para estos materiales es que mantengan su forma y se espera, basándose en el resultado satisfactorio observado en maderas europeas tratadas de esta manera, que será posible emplear maderas duras mucho más baratas que la teca en las industrias de la construcción y de la labra de la madera en Birmania.

Las demás maderas de construcción, que constituyen con mucho la mayor parte, fueron sometidas, como es costumbre, a la impregnación total de las células con sales, a base de un compuesto de fluoro-sodio-cromo-arsénico. De esta forma será posible establecer una comparación adecuada entre los efectos de varias substancias conservadoras de la madera, con vistas al futuro.

Aglomerados

El empleo de aglomerados para la construcción de viviendas, particularmente tropicales, constituye un experimento innovador cuyas posibilidades deben examinarse con más detalle.

Si el Gobierno birmano se propone la utilización de la madera como el principal material de construcción para cumplir su programa de edificación (lo cual es lógico en vista de la situación de las materias primas), únicamente podrá hacerlo, dentro del plazo fijado, si establece una industria forestal y maderera basada en técnicas modernas y si emplea la producción en serie de viviendas, es decir rasas prefabricadas, en lugares seleccionados del país.

Era evidente cuando se preparó el programa de experimentación que no se podía pensar en la producción de casas prefabricadas utilizando maderas baratas birmanas en forma sólida, debido a los diversos defectos de esta clase de maderas. Naturalmente, existía la posibilidad de producir las denominadas «casas preseccionadas» y era aconsejable utilizar este método para un periodo de transición, pero el desecado e impregnación descritos harán posible el empleo de muchas más clases de maderas que hasta ahora no era posible utilizar.

Unicamente mediante la producción en serie cabe esperar un eficaz impulso a la edificación, en la que las unidades de construcción son hechas a máquina y el montaje de esas unidades es lo único que se hace en el lugar de la edificación. Las maderas tropicales aserradas no se adaptan para estos fines, pero hasta ahora no se ha dispuesto de otro material de construcción adecuado.

No obstante, en los últimos tres o cuatro años ha asumido una importancia cada vez mayor un nuevo material maderero denominado aglomerado y es de esperar que ofrezca la solución del problema. Estos aglomerados se habían fabricado hasta ahora con maderas de la zona templada y se utilizaban principalmente en la fabricación de muebles, pero no en la construcción.

Figura 8 - Ensambladura de secciones de pared, fabricadas con maderas birmanas, antes de ser encoladas a presión y calor.

Figura 9 - Prueba de la resistencia a la compresión de secciones de pared integradas enteramente por tableros fabricados con maderas birmanas, (la muestra pesa 75 kilos y es capaz de soportar una carga máxima de 42.000 kilos).

Los aglomerados se construyen en tableros de grandes dimensiones (la dimensión media es de 4 X 8 pies). Tienen gran resistencia (soportan una presión media a lo largo de 200 kilos por cm.2), aguantan bien los clavos, puede trabajarse en ellos con cualquier herramienta. lo mismo que un tablero corriente, y toman bien la cola. Además de estas excelentes cualidades, los aglomerados tienen la gran ventaja de ser prácticamente inmutables en anchura y largura, es decir, que ni se dilatan ni contraen en ningún sentido.

Era necesario probar las maderas birmanas para determinar su aptitud de conversión en aglomerados. Primero se hicieron virutas de todas las especies disponibles utilizando diversos procedimientos, empleándolas en muchas combinaciones para fabricar aglomerados de cinco espesores diferentes y para tipos distintos de construcciones, es decir, con una o más capas hechas de especies distintas (véanse las figuras 6 y 7). Estos experimentos han demostrado que es diversa la aptitud de las distintas maderas para esta fabricación.

Generalmente las especies más ligeras y blandas produjeron aglomerados mejores en lo que respecta a lo compacto de la superficie exterior y la homogeneidad de la estructura interna. Las maderas más pesadas, y sobre todo aquellas de las que se obtienen virutas menos pulidas y más quebradizas, presentaron, al ser convertidas en aglomerados, una estructura interna menos uniforme, aunque demostraron ser muy resistentes. En consecuencia, se consideró preferible utilizar las virutas más duras y pesadas, con buena resistencia natural, para la parte interna, y las más blandas y adaptables para las capas exteriores, con el fin de obtener aglomerados sólidos y de buena superficie.

En general se comprobó que las maderas tropicales sometidas a prueba resultaban sumamente aptas para la producción de aglomerados, y, en muchos aspectos, incluso más que las maderas europeas, probablemente porque poseen una variedad mucho más amplia de propiedades mecánicas y químicas. Entre otros resultados, se ha comprobado el hecho sorprendente de que el grado de contracción en anchura de tales aglomerados, cuando eran fabricados con una mezcla de maderas ligeras y pesadas, fué por término medio del 7 por ciento, solamente, es decir, menos de la mitad del promedio de contracción de los aglomerados fabricados con maderas europeas.

En el caso de la especie denominada Lagerstrœmia tomentosa, que tiene una gravedad específica de 0,67, se obtuvieron aglomerados (con gravedad específica de 0,64) cuya contracción media fué solamente de 3,2 por ciento, y la contracción mínima del 2,25 por ciento. Este fenómeno se explica en parte por el hecho de que ciertas especies de maderas birmanas parecen tener una gran capacidad de absorción de la resina sintética que se añade a la cola en la fabricación de los aglomerados.

CONSTRUCCIÓN DE UNA CASA CON AGLOMERADOS DE MADERA

Demostrada la aptitud de las maderas tropicales para la fabricación de aglomerados, quedaba por resolver el problema de su aprovechamiento para la edificación. De acuerdo con los planes originales, las dos casas experimentales tendrían exactamente el mismo armazón, pero en la casa de aglomerados únicamente los tableros que forman la superficie de las paredes serían reemplazados por otros de aglomerado clavados a la estructura. Para esta construcción se pensó utilizar dos materiales absolutamente heterogéneos, es decir, se reforzaría permanentemente la madera cuya tendencia a deformarse no ofrece garantías por medio de aglomerados.

Era por tanto necesario volver a los principios generales requeridos para la prefabricación, con los elementos de la estructura divididos en unidades separadas y dispuestos de tal forma que fuese posible construirlos enteramente de aglomerados y con la mayor economía posible (figura 8). Por añadidura, todas las unidades debían ser exactamente de la misma anchura y espesor para ser intercambiables. Toda la estructura de la casa debía de tener, por tanto, paredes capaces de soportar el peso del tejado. Se realizaron experimentos preliminares con el fin de determinar las propiedades estáticas de este tipo de construcción de aglomerados, nunca empleado hasta entonces, con el fin de fijar las dimensiones exactas de las unidades de construcción.

Después de experimentos satisfactorios realizados con modelos pequeños en el laboratorio, se hicieron unidades de tamaño normal que fueron sometidas a prueba para determinar su resistencia de carga y de compresión axial. La figura 9 muestra una unidad después de haber sido sometida en la máquina a una prueba hasta el límite de rotura. Se halló que la capacidad de resistencia era bastante mayor que la corriente en construcciones de madera clavadas y fué excepcionalmente alta la proporción entre el peso específico de una sección de pared (75 kilos) y su carga de ruptura (42.000 kilos).

Figura 10 - Esquina de una casa prefabricada compuesta de secciones de pared fabricadas enteramente con aglomerados (maderas birmanas).

Esto se explica si se tiene en cuenta que la sección de pared fué fabricada en una sola pieza, con las nervaduras, perpendiculares y horizontales que sostienen a las láminas internas y externas, aglutinadas a los tableros por medio de resina sintética. Esto tiende a distribuir la presión por igual sobre toda la sección transversal de una unidad y a asegurar que los tableros interiores y exteriores, que forman la superficie de las paredes, compartan el peso de la carga. La línea de ruptura, que se observa claramente en la figura 9, también indica las características normales de muestras para envayos de compresión hechas con maderas sólidas.

La figura 10 indica cómo se descompone la construcción de paredes en unidades componentes de tabiques, todas de la misma anchura y espesor, para que puedan ser utilizadas de acuerdo con las necesidades. De esta forma sería posible ejecutar cualquier plan en la forma y tamaño deseados, utilizando unidades independientes de acuerdo con el sistema de «construcción por bloques» con tal de que las dimensiones de la armazón sean múltiplos de 1.240 mm., medida de la unidad elegida y tamaño normal de los aglomerados.

Resultó posible conseguir esto utilizando en total sólo cinco tipos distintos de unidad, demostrándose que pueden fabricarse en serie de forma sencilla y económica. La figura 2 muestra secciones para la erección de paredes de una casa con una superficie terrena de aproximadamente 8 x 11 metros, incluyendo los tabiques. Estas unidades apiladas ocupan un espacio de unos 18 m3, solamente, y por tanto pueden ser fácilmente transportadas en un camión con remolque.

Para proteger contra la humedad las superficies exteriores de las paredes construidas de aglomerados, un instituto de Alemania ha perfeccionado una pintura que posee cualidades excepcionales de elasticidad y duración absoluta, incluso frente al calor húmedo. Esta pintura debe ofrecer la máxima protección posible de los tableros contra la penetración de la humedad, de modo que queda prácticamente eliminada la dilatación en el espesor de la madera.

No figura en este artículo el tratamiento y elaboración del material de bambú, que fué utilizado en parte para la fabricación de aglomerados y de esteras trenzadas para las capas internas de dichos tableros.

POSIBILIDADES FUTURAS

En conclusión, este experimento técnico, el primero que se ha realizado con maderas de origen tropical, siguiendo estos métodos especiales, ha proporcionado, incluso en su estado actual, un valioso caudal de conocimientos y experiencia. Igualmente ha servido para plantear muchos problemas, los cuales únicamente podrán ser resueltos mediante nuevas investigaciones científicas.

En todo caso, los resultados obtenidos hasta ahora justifican la esperanza de que, con la ayuda de la técnica descrita, será posible llevar a cabo un aprovechamiento más intenso de ciertos bosques tropicales y al mismo tiempo contribuir a aliviar la escasez de viviendas en Birmania. También parece estar justificada la esperanza de que estos experimentos servirán de guía para resolver problemas idénticos o similares en otras regiones tropicales.

Como resultado inmediato de este plan de ensayos realizados en Europa, se han tomado medidas para que sea entregada a Birmania una instalación modelo para la desecación completa e impregnación de la madera con el fin de efectuar sobre el terreno trabajos de investigación en escala industrial.


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