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Productos forestales

Silvicultura e industrias forestales en el Sexto Plan Quinquenal de Rusia¹

(¹ En la sección de Productos Forestales del próximo número de Unasylva aparecerá un informe sobre la madera terciada. Este análisis del Sexto Plan Quinquenal de la U.R.S.S. fué escrito por un funcionario de la FAO.)

LAS directrices generales formuladas por el XX° Congreso del Partido Comunista para el desarrollo de la economía nacional de la Unión Soviética, durante el quinquenio de 1956 a 1960, hacen ver con bastante claridad la evolución que se prevé en la economía e industrias forestales en los próximos años.

Dos aspectos del plan ofrecen interés particular: el abandono del uso de la madera como material de construcción en favor de otros productos, y la medida en que se depende de una mayor productividad, de un uso más eficaz de la capacidad y de un aprovechamiento más racional de las materias primas, para lograr los considerables aumentos de producción que requiere dicho plan.

Para 1960 se ha proyectado un incremento de producción industrial del orden del 65 por ciento en relación con 1955. El suministro de bienes de producción habrá de elevarse en un 70 por ciento y el de artículos de consumo en un 60 por ciento; lo que significa que se mantendrá la primacía de los primeros, si bien el aumento previsto para los bienes de consumo aventaja al de los planes anteriores. Se ha proyectado asimismo, a expensas del Estado, la edificación de unos 205 millones de metros cuadrados de viviendas durante dicho quinquenio, es decir, casi el doble de la cifra señalada en el Quinto Plan Quinquenal. Frente a estas ambiciosas metas de producción industrial y al impulso paralelo que se prevé en las actividades de construcción, el incremento fijado para los productos forestales primarios parece relativamente modesto. Las extracciones de madera industrial habrán de ascender de 197 a 264 millones de metros cúbicos (o sea, un 34 por ciento) en el período de 1955 a 1960, y la producción de madera aserrada se elevará de 58 a 80 millones de metros cúbicos (es decir, un 38 por ciento). Esta discrepancia entre el curso del consumo de madera aserrada y el desarrollo de la producción industrial y de la actividad de edificación es semejante a los movimientos análogos que han existido y aún perduran en Europa Occidental y América del Norte.

¿Cómo habrán de lograrse las metas fijadas para la construcción de viviendas y otros tipos de edificación? En primer lugar, mediante un intenso desarrollo de la producción de cemento y productos derivados. Se espera que la producción de dicho material, que en 1955 ascendía a 22 1/2 millones de toneladas, llegue en 1960 a 55 millones, lo que representará un avance de 145 por ciento.

Uno de los objetivos principales del fomento de la industria de materiales de construcción, según señala el plan, es la producción en grande escala de materiales y de artículos manufacturados en firme que permita el uso extensivo de unidades prefabricadas, v. gr.: piezas prefabricadas de hormigón armado, tableros murales, tabiques divisorios, equipo sanitario y materiales de revestimiento. De esta forma, por ejemplo, la producción de elementos de armazón y de otras piezas prefabricadas de hormigón logrará sextuplicarse al mismo tiempo que la producción de láminas de construcción a base de cal y bitumen podrá llegar al doble. El plan general acordado para la industria manufacturera de materiales de construcción se expone más detalladamente en los párrafos que tratan sobre las metas establecidas para las diversas repúblicas soviéticas. En otras secciones del proyecto, se estipula una mayor producción de vagones para el transporte del cemento. Para 1960 la cantidad de piezas prefabricadas de hormigón armado que deberán ser absorbidas por la edificación y por las actividades de la ingeniería civil ascenderá a 28 millones de metros cúbicos, de las cuales 7 millones serán de cemento sometido previamente a pruebas de resistencia. Esto requiere una rápida mecanización de los métodos de construcción, un parque de maquinaria más extenso para la industria de la edificación, el establecimiento de talleres de reparación y la integración de las empresas. Se ha dado gran preponderancia a la consecución de las máximas economías en el uso de la madera y del metal, y se ha concedido atención particular al desenvolvimiento de la industria de construcciones en las regiones orientales de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia (RSFSR).

La mecanización de las operaciones de construcción irá acompañada de la racionalización y automatización de la industria de materiales para construcción. En el capítulo especial dedicado a la mecanización y automatización de las operaciones industriales, se establece que la extracción de materiales no metalíferas será totalmente mecanizada, que en la industria del cemento se introducirá una automatización extensiva y que en las fábricas de cemento de asbestos y otras industrias similares se implantarán, en gran escala, diversos métodos de producción en cadena. A este respecto se ha proyectado que la producción de cemento de asbestos aumente a más del doble, a fin de que en 1960 llegue a 3.050 millones de láminas normales.

La sustitución de la madera con otros materiales no se ha limitado a las actividades de construcción. Los planes para la industria del carbón tienden también a reducir el consumo de madera en las minas y a aumentar considerablemente la proporción de las piezas de metal y de hormigón armado que se usan como ademes. De igual forma, el capítulo referente al transporte prevé la adopción de todas las medidas necesarias para pro longar la vida de los durmientes o traviesas de madera y para hacer un uso más extenso de los de hormigón.

Sin embargo, a pesar de la sustitución y de las economías en el uso de la madera, se requerirá una considerable expansión en las industrias forestales para que se puedan alcanzar las metas establecidas. A este fin se proyecta aumentar las cortas y construir aserraderos en las regiones densamente arboladas. Entre 1956 y 1960 deberá lograrse un incremento de 16 1/2 millones de metros cúbicos en la capacidad de los aserraderos. Se harán mayores esfuerzos para reducir el carácter estacional de las operaciones forestales, creando un contingente estable de trabajadores para la explotación de los bosques durante todo el año. Es evidente que la numerosa mano de obra absorbida por todas las operaciones incluidas en el dominio de la silvicultura y de los productos forestales (corta, arrastre, y transformación de la madera) constituyen una gran preocupación y, de acuerdo con el plan, se mecanizarán completamente las operaciones principales de explotación y muchas de las secundarias. Por tanto, seguirán adelante las medidas encaminadas a procurar que algunas de las operaciones de conversión sean transferidas del propio lugar de la corta a las estaciones de carga situadas en las vías de salida. Esto requerirá un mayor número de tractores y de autocamiones de gran capacidad y, al mismo tiempo, se crearán fuentes permanentes de energía para la industria forestal, especialmente instalaciones productoras de electricidad que funcionen a base de desperdicios de madera.

En el nuevo plan se concede atención particular al desarrollo de la especialización y de la cooperación interindustrial. Conforme a este propósito, habrán de levantarse por lo menos 15 aserraderos y fábricas especializadas de elaboración de la madera, con una capacidad total de 4 1/2 millones de metros cúbicos al año, para la producción de artículos semiacabados destinados a las industrias de automóviles, maquinaria agrícola, vagones y muebles.

El plan, desde luego, no hace mención alguna al fomento del potencial de exportación de madera de la Unión Soviética. Es evidente que la mayor parte de la producción forestal se destinará, como hoy día, a satisfacer las necesidades domésticas. Actualmente las exportaciones soviéticas de madera aserrada no representan sino un 3 o un 4 por ciento de su producción total, a pesar de que Rusia figura ahora entre los cuatro principales abastecedores de la Europa Occidental. Sin embargo, ciertos aspectos del plan sugieren la posibilidad de un aumento en las exportaciones de madera de sierra, siempre y cuando existan condiciones comerciales favorables. Estas suposiciones se basan en los detalles concernientes al desarrollo de los medios de transporte y comunicaciones.

En el volumen del tráfico de mercancías por ferrocarril (en toneladas kilométricas) se ha proyectado un aumento del 42 por ciento. A este efecto, se pondrán en servicio 225.000 vagones nuevos para carga, se electrificarán 8.100 kilómetros más de líneas de ferrocarril se extenderán al doble los 6.600 kilómetros actualmente existentes y se tenderán 6.500 kilómetros de nuevas vías. Se ha dado importancia especial al incremento de la capacidad del tráfico de la región de los Urales y Siberia, y de las líneas que conectan los Urales con el Volga y con las regiones del centro y del oriente del país. Algunas de estas nuevas líneas tienen como fin específico el facilitar el desarrollo o el establecimiento de industrias forestales como, por ejemplo, las que conectan Atchinsk con Abalakovo (en la región del alto Yenisei, cerca de Krasnoyarsk), y Mikun con Koslan (en el alto Mezen). La construcción de nuevas vías férreas continuará asimismo en la República Finlandesa de Karelo, donde se ha proyectado un aumento de 50 por ciento en las extracciones de madera industrial y de un 80 por ciento en la conversión.

El volumen del tráfico fluvial de mercancías aumentará en un 80 por ciento. El número de barcos para la navegación por ríos y canales se elevará notablemente y los servicios portuarios del interior, incluidos los de los caudalosos ríos siberianos, serán ampliados y modernizados. De acuerdo con el plan, en el curso del quinquenio, el Ministerio de Transporte por Ríos y Canales habrá de disponer de remolcadores y barcos de autopropulsión que representarán en conjunto 720.000 caballos de fuerza, y de lanchones con una capacidad total de 2.245.000 toneladas.

El volumen- del tráfico marítimo crecerá a más del doble. La marina mercante aumentará 1.140.000 toneladas (excluidos los barcos tanque). El uso del barcos de carga más grandes y más rápidos, provistos da motores Diesel, incluidos los destinados al transporte de la madera, permitirá que una mayor proporción del comercio marítimo de la U.R.S.S. se efectúe en embarcaciones soviéticas. Entre los puertos marítimos que merecerán especial atención para la expansión de los servicios y de la mecanización figuran Leningrado y Murmansk, Vladivostock y Vanino, que quedan muy juntos, y Petropavlovsk en Kanchatka. Se terminará la construcción del puerto de Nakhodka, en el mar del Japón, y se continuarán los trabajos emprendidos en el nuevo puerto de Ozernovski, situado en la costa occidental de Kamchatka. Nadhodka y Slavianka se convertirán en importantes centros de reparación de barcos en el Lejano Oriente.

Estos adelantos en materia de transporte y comunicaciones concuerdan con aquellos aspectos del plan que exigen una creciente integración de la economía soviética y están igualmente en consonancia con una notable expansión en el comercio exterior. Es apreciable el desarrollo de medios materiales en los territorios del Lejano Oriente de la RSFSR. De hecho, las metas industriales, agrícolas y de transporte fijadas para las diversas regiones de la RSFSR y las distintas repúblicas son índices de quel el centro económico de gravedad de la U.R.S.S. continúa desplazándose hacia el oriente.

Lo mismo que en el anterior Plan Quinquenal, se proyecta elevar la producción de papel en un 46 por ciento en el curso de los próximos cinco años. Esta cifra no incluye, sin embargo, el cartón, cuya producción en 1955 ascendió a unas 500.000 toneladas, y en la que se prevé un aumento de 180 por ciento. Si las metas establecidas se logran, la producción soviética de papel y de cartón se acrecentará en la forma siguiente:

Año

Papel

Cartón

TOTAL

miles de toneladas métricas

1955

1 830

500

2 330

1956

2 720

1 400

4 120

Esta expansión es mucho mayor que la prevista para las cortas de madera industrial, y el texto del plan confirma que, además de la intensificación del uso de especies de maderas duras, las fábricas de celulosa utilizarán como materia prima creciente cantidades de desperdicios de los aserraderos y de los bosques, así como materiales no leñosos, especialmente cañas. El plan estipula el incremento de la producción de láminas de fibra y conglomerados, cuya fabricación (hasta la fecha ha sido más bien de pequeña magnitud; estos dos derivados de la madera están destinados a desempeñar un papel cada vez más importante en la industria soviética de construcción. Una cifra interesante en este capítulo del plan es la que se ha fijado para la expansión de la producción de alcohol y que equivale a 180 por ciento.

La modalidad de la expansión papelera difiere algo de la de Europa y América del Norte. En contraste con un incremento de 46 por ciento en la producción total de papel, cabe advertir que la producción de papel para periódicos y la de papel de imprenta habrán de aumentar en un 51 y un 60 por ciento, respectivamente. Esto concuerda con el incremento de 50 por ciento indicado para la industria periodística y editorial (periódicos, revistas y libros). El hecho de que en la actualidad todo nuevo libro que sale al mercado, se trate de novelas o de obras técnicas, cuenta invariablemente con más suscripciones de las que se pueden atender atestigua la necesidad de aumentar ostensiblemente la producción de papeles de imprenta y de escribir. Como la producción de diversos papeles industriales debe también ascender en forma brusca, es evidente que el desarrollo de la manufactura de papeles de empacar y de envolver (aunque no de cartón) será relativamente menor. Naturalmente, no todos los factores que han motivado la sorprendente expansión de la producción de papel kraft en los países del Occidente pueden encontrarse en la Unión Soviética; lo que quizás explica la diferencia que ofrece la modalidad del incremento del papel.

En conexión con los planes para la industria de la celulosa cabe mencionar el notable aumento que se prevé en la producción de fibras artificiales, la cual habrá de cuadruplicarse durante el quinquenio, para llegar en 1960 a la cifra de 330.000 toneladas. Este avance ofrece un fuerte contraste con los planes para las fibras naturales (algodón, 23 por ciento; lana, 45 por ciento), y pone de manifiesto la fe de los planificadores soviéticos en el futuro de las fibras artificiales. La proporción de fibras no celulósicos se elevará de 9.000 a 44.000 toneladas, habiéndose señalado, al mismo tiempo, que para 1960 se producirán 6.000 toneladas de fibras de cristal.

El plan no da pormenores geográficos completos acerca de la expansión proyectada para la pasta y el papel, pero en su texto se hace referencia especial a la República Finlandesa de Karelo y a las regiones orientales de la RSFSR. En la primera, las fábricas de pasta y de papel, situadas en Kondopoga y Segueja, serán agrandadas y se construirá una nueva fábrica de cartón (así como un aserradero combinado con una instalación para la elaboración de la madera y una fábrica de muebles en Novo-Kemskaia). En las regiones orientales se levantarán cinco nuevas fábricas de pasta y de papel y siete de rayón.

En todo el plan se da gran importancia a la necesidad de aumentar la productividad de la mano de obra, hacer un uso mas eficaz de la capacidad disponible simplificar los métodos de producción y eliminar los desperdicios. De los incrementos proyectados en la producción de papel y de cartón, no menos del 56 por ciento y del 12 por ciento, respectivamente, se obtendrán mediante la aplicación de estas medidas.

Aunque los montes no han quedado olvidados en el nuevo plan, el máximo interés parece alejarse ligeramente de los planes grandiosos de transformación de la naturaleza, tendiendo más bien hacia una mayor concentración en la ordenación eficaz de los bosques actuales. Se realizarán trabajos de mejoramiento en más de 190 millones de hectáreas, 3 millones de las cuales se poblarán con especies comerciales de rápido crecimiento, en tanto que la labor de regeneración natural comprenderá a una extensión de más de 3,8 millones de hectáreas. Continúa la lucha contra la erosión del suelo y la invasión del desierto y, a este efecto, se plantarán 370.000 hectáreas en diversas hondonadas y suelos arenosos. Se establecerán abrigos vivos en 460.000 hectáreas de terrenos pertenecientes a granjas colectivas.

La superficie forestal de la U.R.S.S., calculada por habitante, excede en más del doble al promedio mundial. Dentro de los límites del país se encuentra una tercera parte del material en crecimiento de todos los bosques del mundo actualmente en explotación. Las secciones del Sexto Plan Quinquenal que se citan en los párrafos precedentes demuestran que estos bosques, y las industrias que de ellos se derivan, habrán de desempeñar un papel importante en el desarrollo de la economía soviética durante los próximos anos.

J. C. W.


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