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Métodos de pronosticar la producción obtenible de las ciaras en Gran Bretaña

F. C. HUMMEL
Comisión Forestal del Reino Unido, Londres

EN los países se ha efectuado una repoblación en gran escala, el volumen de productos forestales comercializables aumentará rápidamente y la calidad de los mismos cambiará En particular, las claras proporcionarán grandes cantidades de maderas de pequeñas dimensiones para las cuales puede que no exista una fácil salida. Puede recurrirse a la creación de nuevas industrias de la madera, pero esto debe planearse cuidadosamente si se quiere que las industrias prosperen al tiempo que paguen un precio adecuado por las materias primas. Deben elegirse el tipo y la magnitud apropiados de instalación, la cual se debe montar en el lugar y en el tiempo justos. Este cuidadoso planeamiento es solamente posible Bi se dispone de pronósticos de producción dignos de confianza.

El objeto del presente trabajo1 es estudiar el problema de la previsión de la producción de las claras y mostrar el modo en que se trata este problema en Gran Bretaña, donde las condiciones forestales son algo peculiares.

1Este artículo se ha redactado tomando como base el titulado «Regulación de los rendimientos y pronósticos de producción», que fué leído en la reunión de la Asociación Británica para el Progreso de la Ciencia, en Dublín, en septiembre de 1957

Nuestra superficie forestal total es de 1.600.000 hectáreas, o sea, aproximadamente el 7 por ciento de la superficie total del país; el Servicio Forestal del Estado administra 400.000 hectáreas, en tanto que la mayor parte de las 1.200.000 hectáreas restantes son de propiedad privada. Existen pocos montes de gran extensión pues la mayor parte de nuestra superficie forestal está formada por muchos montes pequeños ampliamente dispersados por todo el país pero fácilmente accesibles por carretera. La mayoría de los montes del Estado se componen de masas menores de 40 años entre las que predominan las coníferas. Los montes privados, por el contrario, contienen gran proporción de masas antiguas, principalmente de frondosas y también grandes extensiones que no son plenamente productivas como consecuencia de los apeos realizados durante la guerra. En la actualidad, el Servicio Forestal del Estado planta 20 a 25.000 hectáreas anuales, la mayoría de las cuales se encuentran en terrenos no dedicados anteriormente a bosque. Esta plantación se hace con especies de coníferas, excepto en las zonas relativamente pequeñas donde son favorables las condiciones para el crecimiento de las especies frondosas. Los propietarios privados, que son aproximadamente unos 40.000, plantan de 10 a 12.000 hectáreas al año principalmente en terrenos primitivamente boscosos. El Estado presta asesoramiento técnico y asistencia financiera y ejerce un cierto control sobre los apeos.

Tanto en las plantaciones del Estado como en las privadas, las especies más comunes son: pino silvestre, pino de Córcega, abeto de Menzies, pinabete, alerce japonés, alerce europeo y abeto de Douglas, pero otras varias especies tales como Tsuga heterophylla, Abies grandis y Pinus contorta están adquiriendo popularidad.

Métodos para abordar el problema

En términos generales, existen tres procedimientos para la preparación de los pronósticos de producción de los montes.

En primer lugar, está el plan de cortas que consiste en un programa por el cual cada año se apea un cierto volumen de producto. A la determinación de estos volúmenes se puede llegar después de estudiar las necesidades de las industrias, los factores silvícolas y otros factores pertinentes, pero la característica fundamental es que el volumen real que se ha de apear se prescribe de un modo definitivo. Para la totalidad de un país, este procedimiento es posible solamente si la economía está estrictamente dirigida. La Unión Soviética ha preparado pronósticos de producción de este tipo.

El segundo procedimiento posible es prever la demanda del consumo. Un pronóstico de este tipo, que tiene en consideración factores tales como los probables cambios demográficos y del nivel de vida y los progresos técnicos que puedan o conducir a nuevas aplicaciones para la madera o a la sustitución de ésta por otros materiales, ha sido preparado recientemente por los Estados Unidos. Este procedimiento es particularmente apropiado cuando la autoridad forestal central ejerce poco o ningún control sobre la corta permisible.

El tercer procedimiento, que es el que interesa principalmente en la Gran Bretaña, consiste en tomar como punto de partida el potencial silvícola; esto es, en cal. calar los volúmenes que se apearán con arreglo a un tratamiento silvícola especificado. La diferencia esencial entre este procedimiento y el plan de cortas es que en este caso se prescribe el tratamiento silvícola y se calculan los rendimientos que resultarán del mismo, mientras que en el plan de cortas se prescriben los volúmenes a apear, ajustándose a esto el tratamiento silvícola.

Método en la Gran Bretaña

Para determinar el potencial silvícola de un monte o de todo un país es necesario poseer datos sobre los puntos siguientes:

1. Superficie, volumen e incremento; esto implica un reconocimiento de las existencias en formación.

2. Tratamiento silvícola.

3. Estadísticas de los rendimientos anteriores.

La recogida y reunión de estos datos es quizás la parte más difícil y laboriosa de la preparación de los pronósticos y, por ello, debe estudiarse con cierto detalle.

La primera de estas exigencias no presenta dificultades particulares ni en los bosques del Estado ni en los privados, siempre que se pueda obtener permiso para entrar en las propiedades privadas para recoger los datos necesarios. Los datos referentes a los tratamientos silvícolas futuros y a las estadísticas de rendimientos anteriores sólo existen frecuentemente, por otra parte, para los montes del Estado. Pero si se recogen del mismo modo datos sobre las existencias en formación en todos los montes, sin tener en cuenta a quién pertenecen, se pueden hacer pronósticos para los montes de propiedad privada utilizando los montes del Estado como término de comparación y como guía. Por esta razón nuestro Servicio Forestal Nacional abarca tanto los montes del Estado como los privados.

Reconocimiento de las existencias en formación

Aunque existían algunos estudios anteriores, podemos tomar como punto de partida, a los efectos del presente trabajo, el censo completo de todos los montes de más de 2 hectáreas de extensión que se confeccionó entre 1947 y 19492 La primera fase del trabajo consistió en visitar todos los montes de más de 2 hectáreas y clasificar cada rodal por el tipo de producción, la clase de edad, la forma del árbol, la densidad de masa y la especie. Para disponer de estimaciones adecuadas de las superficies totales de cada especie y edad con el fin de pronosticar los rendimientos no era necesario un censo completo de todos los montes; habría bastado un reconocimiento de una zona adecuadamente elegido que representase de 5 a 10 por ciento de la superficie total. Sin embargo, se levantó el censo completo para poder cumplimentar la política general de fomento de una eficaz ordenación de los montes de propiedad privada.

2U.K. FORESTRY COMMISSION (1952). Report on the Census of Woodlands 1947-49, Her Majesty's Stationery Office, London.

La segunda fase del trabajo consistió en obtener estimaciones del volumen en pie. No se intentó estimar el volumen en pie de cada rodal o incluso de cada monte, sino que para cada región principal se obtuvieron estimaciones basadas en enumeraciones de muestras que dan un volumen medio por hectárea y los volúmenes totales por especies y clases de edad. Las unidades de muestreo eran parcelas circulares de 0,04 hectáreas, habiendo una parcela por cada 80 hectáreas, lo que da una fracción de muestreo de 1 en 2.000. La muestra se estratificó por condados, especies y clases de edad, pero dentro de cada estrato la elección de los rodales que se iban a someter a muestreo y la distribución de las parcelas en dichos rodales se hacían al azar El método del muestreo tendía a proporcionarnos una estimación imparcial de adecuada precisión al mínimo costo y un cálculo aproximado de tal precisión. Se midieron en total unas 7.000 parcelas.

La tercera fase consistió en llegar a una estimación del incremento corriente No se consideró necesaria por entonces ninguna estimación muy precisa, puesto que la importancia de los apeos y las claras no sería influida grandemente en muchos años por el incremento corriente. Esto se debe en parte a la muy anormal distribución por clases de edad de nuestros montes y en parte a la necesidad sentida inmediatamente después de la guerra de reponer nuestras existencias muy agotadas de madera en pie, restringiendo los apeos al mínimo con relación al incremento. La estimación del incremento se basó no sólo en mediciones tomadas como parte del reconocimiento de los montes nacionales por el Servicio Forestal Nacional, sino también en los datos de nuestros estudios a largo plazo del incremento y el rendimiento en las parcelas de muestra permanentes de la Comisión Forestal. En especies importantes, para las cuales no se disponía de suficientes datos sobre las parcelas permanentes, se obtuvieron datos complementarlos sobre el porcentaje de crecimiento mediante análisis del tronco de varios cientos de arboles.

Los estudios a largo plazo sobre crecimiento y rendimiento constituyen un campo de actividades en el cual probablemente resultará especialmente útil la cooperación entre países vecinos. La cooperación conduce a una economía de esfuerzos y puede ahorrar tiempo. Por ejemplo, los resultados de los estudios realizados por nosotros en Gran Bretaña acerca de especies tales como abeto de Menzies deben servir de útil indicación preliminar del crecimiento potencial de masas jóvenes de esta especie en Irlanda y como punto de partida para estudios locales más detallados en dicho país. Inversamente, la Gran Bretaña debe poder sacar gran partido de la experiencia irlandesa con pino torcido.

El censo de 1947-1949, cuyo costo resultó ligeramente inferior a 2 chelines y 6 peniques (36 centavos de dólar E.U.A.) por hectárea, fué seguido en 1951 de un reconocimiento por muestreo de los bosquetes, setos y parques que, en Gran Bretaña, representan más del 20 por ciento de toda nuestra madera en pie y constituyen un rasgo característico y bello de nuestro paisaje, particularmente en la mitad meridional del país. Se ha publicado un informe detallado de este reconocimiento y de los métodos empleados.3

3U.K. FORESTRY COMMISSION (1953). Census Report N° 2 Hedgerow and Park Timber and Woods under Five Acres , 1951, Her Majesty's Stationery Office London.

Los datos sobre la superficie y el volumen de nuestros montes se mantienen actualmente al día por un sistema de revisión continua del censo, mediante la cual se vuelven a reconocer cada año algunos condados. Esta revisión se comenzó en 1963; comprende árboles de los setos y de los parques, así como también arboledas mayores, los montes del Estado y los de propiedad privada. Tratándose de montes del Estado, la mayor parte de los datos proceden de los registros de ordenación, pero nosotros registramos los datos de un modo exactamente igual que para los montes de propiedad particular porque esto facilita los pronósticos de producción en estos últimos. Los métodos usados en la revisión del censo son muy semejantes a los usados en el censo original, salvo algunas modificaciones secundarias de las cuales solamente una merece citarse aquí.

En cada parcela en la que se mide el volumen se registra la porción de este volumen que podría extraerse si se efectuaran claras en el momento de la medición. Esto tiende a ayudar a determinar el potencial de claras. El método no lleva en uso bastante tiempo para poder estimar su utilidad en Gran Bretaña, pero ha resultado ser valioso en otras partes, por ejemplo en Finlandia, Suecia y Chipre y es poco el trabajo suplementario que entraña. El criterio de los encargados del reconocimiento respecto a cuántos y cuáles árboles podrían extraerse es necesariamente subjetivo, pero se mantiene cierta uniformidad de normas por el hecho de que los examinadores tienen todos experiencia en la medición y el aclareo de las parcelas de muestra permanentes de la Comisión Forestal.

Electos del tratamiento silvícola

Debemos estudiar ahora el modo en que, en una masa en crecimiento dada, pueden ser afectados los rendimientos por un tratamiento silvícola. A la larga, el rendimiento de un monte será igual al incremento y la experiencia enseña que el tratamiento silvícola tiene solamente un efecto limitado sobre el incremento total, aunque influye grandemente en el tipo y el tamaño de los productos, el tiempo en que llegan éstos al mercado y la proporción relativa de rendimiento de las claras y las cortas finales. De aquí se deduce que es necesario un conocimiento más exacto del tratamiento silvícola propuesto si los pronósticos han de referirse a las claras sólo en lugar de a la producción total y si los pronósticos son a corto plazo más bien que a largo plazo. Los rendimientos de las claras son afectados principalmente por la calidad y la frecuencia de las claras y, en menor medida, por la duración del turno.

En zonas donde se practica la repoblación en gran escala, como Gran Bretaña, los rendimientos totales de claras y cortas pueden resultar también afectados grandemente durante cierto tiempo por las medidas tendentes a mejorar las muy anormales distribuciones de edades que pueden presentarse cuando se planta todo un bosque solamente en una fracción del turno previsto. El problema del mejoramiento de las distribuciones anormales por edades con vistas a conseguir un rendimiento sostenido ha sido estudiado en dos trabajos recientes.4

4HUMMEL, F.C. (1956). A Note on the improvement of Abnormal Age Class Distribution, I.U.F.R.O. 56-25-15.
HUMMEL, F. C. and GRAYSON A.J. (1967). The Achievement of Sustained Yield by Varying Thinning Treatment and Rotation. Forestry, XXX, n° 2.

Existen cinco métodos por los cuales se puede conseguir una transición a un rendimiento sostenido:

1. agrupando, temporal o permanentemente, los montes vecinos para formar una sola serie de corta;

2. plantando bajo cubierta o reponiendo las plantaciones insatisfactorias o que han marrado;

3. aprovechando el hecho de que algunas especies crecen con más rapidez que otras y que la velocidad de crecimiento de cualquier especie varía según la estación;

4. apeando las masas antes o después del momento en que normalmente se consideran maduras; y

5. finalmente, variando el tratamiento de entresaca

FIGURAS 1. - En los montes del Reino Unido existen actualmente considerables cantidades de madera procedente de claras. Para encontrar y establecer mercados es muy importante poder predecir la producción de los años venideros. (Arriba) Extracción del producto de una clara en un monte privado de frondosas.

FIGURAS 2. - En los montes del Reino Unido existen actualmente considerables cantidades de madera procedente de claras. Para encontrar y establecer mercados es muy importante poder predecir la producción de los años venideros. (Abajo) Extrayendo la madera resultante de una clara de una plantación de piceas propiedad del Estado.

Fotografías facilitadas por la Oliver Ltd., Londres Fotocraft Co. Chester.

Se ha visto que la conversión a rendimiento sostenido no presenta dificultades técnicas particulares y poco o ningún sacrificio en el incremento, siempre que se planee a su debido tiempo y se deje un amplio período de conversión. El resultado principal de la investigación en lo que se refiere a los pronósticos de producción es que la conversión entraña generalmente algunos aclareos fuertes y cortas antes del turno; esto significa que puede disponerse de un volumen considerable de productos para la venta antes que sin la conversión.

Estadísticas de rendimientos anteriores

Aunque es posible preparar pronósticos tomando exclusivamente como base el conocimiento de las existencias en formación y del tratamiento futuro, la exactitud de todo pronóstico se aumenta mucho si se dispone como orientación de datos estadísticos acerca de rendimientos reales anteriores. Por esto conviene prestar una pronta atención a la recopilación de estadísticas de corta en todo plan de repoblación en gran escala cuando cabe esperarse que los rendimientos de las nuevas plantaciones difieran considerablemente de los de las masas establecidas de antiguo. Al recopilar estadísticas sobre el rendimiento tres puntos requieren atención especial.

Primero, la estadística debe ser lo más sencilla posible. Existe una gran tendencia, en la intención de conseguir la perfección, a idear sistemas de registro demasiado complicados que no es posible mantener con exactitud; y los registros inexactos pueden ser peor que inútiles porque inducen a error. Segundo, los registros deben ser consecuentes. La industria forestal es complicadísima dada la multiplicidad de unidades de medida y sistemas de medición. La madera puede venderse por volumen o por peso; con corteza o sin ella; los volúmenes pueden referirse a volúmenes «en bruto» de un árbol o a volúmenes «netos» de lo que se considera mercantilizable en condiciones particulares. Incluso cuando estas complicaciones sigan siendo inevitables las estadísticas deben reducirse a una unidad común haciendo uso de factores de conversión apropiados. En Gran Bretaña, hemos adoptado la troza principal con corteza, medida hasta un diámetro máximo de 7,6 cm., como base para nuestros registros de cortas y los volúmenes se expresan en pies «hoppus», equivaliendo un pie «hoppus» a 1,27 pies cúbicos o a 0,036 m3. La arcaica medida «hoppus» apenas puede justificarse racionalmente, pero está tan extendida en la práctica que fué la preferida como unidad tipo. Tercero, como ya se ha dicho, conviene que las estadísticas para montes de propiedad privada sean comparables con las hechas para los montes del Estado. En Gran Bretaña, todas las operaciones de aclareo y corta importantes en propiedades privadas necesitan la autorización del Estado, por lo que los registros adecuados no presentan dificultad alguna.

La labor de predicción

Una vez reunidos todos los datos existentes sobre las existencias en formación, el tratamiento futuro y los rendimientos anteriores, se puede empezar la labor de pronóstico propiamente dicho.

En Gran Bretaña, ha resultado útil, tanto en los montes del Estado como en los particulares, distinguir entre pronósticos a largo plazo que abarcan períodos de unos 6 a 30 años, pronósticos a plazo medio para períodos de 2 a 5 años y pronósticos a corto plazo para el año inmediato.

Pronósticos a largo plazo

Al preparar pronósticos a largo plazo para los montes del Estado, la primera operación consiste en determinar la superficie total que se encuentra en fase de aclareo en el momento de la estimación y calcular cuál sería esta superficie al cabo de 5, 10, 16, 20, etc., años. Dentro de cada monte se calculan separadamente la superficie por grupos de especies y tipos de estación principales, pero, según nuestra experiencia, si esta diferenciación se lleva demasiado lejos puede resultar un trabajo excesivo sin ningún correspondiente beneficio en la exactitud de la predicción. Para llegar a la superficie total es necesario conocer el promedio de edad a que comienzan los aclareos: En nuestras condiciones, esto sucede generalmente pasados 15 a 20 años. De las superficies totales se deben deducir las superficies en «comprobación» (esto es, cuando un crecimiento anormalmente lento conduce a un retraso en la primera clara), así como las posibles pérdidas, por ejemplo, las producidas por el viento y el fuego y, allí donde existan clases de edad viejas, las cortas finales según el plan de cortas.

Una vez determinada la superficie neta para cada categoría de especie y estación, la operación siguiente es determinar el rendimiento medio de aclareo anual de la misma. En nuestras condiciones, este rendimiento viene a ser generalmente de entre 4 y 7 m3 por hectárea y año en el caso de tratarse de coníferas, y de algo menos de la mitad de esta cantidad para las especies frondosas. Esta cifra se calcula generalmente de registros anteriores hechos en el bosque de que se trate, pero en los montes de reciente plantación, de los que no existen datos, el cálculo se basa o en datos de otros montes comparables o en una estimación del incremento que se hace mediante tablas de rendimientos. Aunque los rendimientos de aclareo difieren algo con la edad de una masa, hemos encontrado que el calcular rendimientos de aclareo separados para cada clase de edad no mejora apreciablemente el pronóstico del volumen de aclareo total, si bien facilita el desglose de este total en clases de tamaños o de productos. Cada 5 años los pronósticos a largo plazo se amplían por 6 años y se revisan las predicciones para el período intermedio.

Los pronósticos a largo plazo en montes de propiedad privada se preparan de una manera semejante, pero con menos detalle. Las «superficies totales» en fase de aclareo se determinan del censo de bosques, pero se calculan para regiones enteras y no para cada bosque. Las deducciones necesarias para obtener las superficies «netas» se estiman aprovechando la experiencia adquirida en los montes del Estado. La predicción del rendimiento medio anual de las claras por hectárea se basa en parte en la experiencia adquirida en los montes estatales que indican el potencial silvícola y en parte en datos de volúmenes de aclareo en predios de propiedad particular, datos disponibles, ya que, salvo algunas excepciones poco importantes, siempre que un propietario privado desea aclarar una plantación tiene que solicitar una licencia, indicando el volumen que desea cortar.

Pronósticos a plazo medio

Los pronósticos a plazo medio, que abarcan un período de 2 a 6 años, son en cierto modo más difíciles de preparar que las predicciones a largo plazo, porque los rendimientos pueden reducirse o aumentarse temporalmente debido a cambios relativamente secundarios de orden silvícola o económico. Aunque la producción a largo plazo viene determinada principalmente por el potencial de crecimiento físico de una estación, la cantidad que se aclareo durante cualquier breve período de años puede variar mucho. La predicción del comportamiento humano desempeña pues un papel importante en los pronósticos a plazo medio y a corto plazo.

Predicciones a plazo medio seguras, solamente pueden hacerse cuando existen planes de aclareo definidos, tales como los que tenemos de todos los montes del Estado y de algunos privados. Estos planes de aclareo se basan en un ciclo de aclareo que generalmente es de 3 a 4 años para las plantaciones jóvenes y de 6 a 8 años para las más viejas; prescriben la superficie a aclarear cada año y, en algunos casos, también los subtramos en que han de tener lugar estos aclareos. Es particularmente importante tener en cuenta las superficies que llegan a la fase de primer aclareo durante el período. La superficie a aclarar se multiplica por el rendimiento en volumen por hectárea previsto, que normalmente es de 20 a 40 m3. Este rendimiento previsto por unidad superficial se estima o de datos anteriores o de la cubicación de cada rodal. Excepto en circunstancias especiales, las estimaciones basadas en valores medios registrados anteriormente para el monte en conjunto, han resultado ser tan seguras como las estimaciones más detalladas hechas subtramo por subtramo. En el caso de los montes de propiedad privada, para los que no existen planes de aclareo o son desconocidos de los servicios forestales del Estado, los pronósticos a plazo medio se preparan tomando los rendimientos conocidos del año anterior y del primer año del pronóstico a largo plazo, es decir, para 5 años, e interpolando para los años intermedios, dejando un margen conveniente para cambios esperados en los mercados, por ejemplo, el establecimiento de nuevas industrias de la madera y otros factores pertinentes. Cada año las predicciones a plazo medio se amplían por un año y se revisan las predicciones para los años intermedios.

Pronósticos a corto plazo

Los pronósticos a corto plazo para el año inmediatamente siguiente, se preparan con gran detalle. Para los montes del Estado, guardan relación con el programa de explotación subtramo por subtramo y con las estimaciones financieras para el año. En los montes de propiedad particular, donde esto no es posible, se toman como punto de partida los resultados del año anterior y se adaptan dejando margen para los cambios que se esperen en los mercados, etc.

La responsabilidad de la preparación de pronósticos de aclareos en Gran Bretaña era en principio de la Sección de Dasonometría del Departamento de Investigaciones; pero gradualmente una cantidad creciente de este trabajo ha pasado a los conservadores de montes territoriales. Esta tendencia es probable que continúe porque la exactitud de los pronósticos hechos localmente aumentará continuamente a medida que se disponga de más datos de los registros locales de ordenación, tanto en los montes del Estado como en los privados.

Enseñanzas de la labor realizada en Gran Bretaña

No es probable que los métodos reales de predicción que se utilizan en Gran Bretaña sean aplicables, sin modificación alguna, en otros países de condiciones diferentes, pero puede que sea útil concluir este artículo mencionando algunas lecciones generales que hemos aprendido y que pueden ser de interés para otros. La mayoría de estos puntos se han estudiado o al menos se ha hecho alusión a ellos anteriormente en este trabajo.

1. La mejor guía para todo pronóstico es el conocimiento de la experiencia anterior; para esto es indispensable disponer de registros adecuados. Los registros de rendimiento de los montes son solamente dignos de confianza, por lo general, cuando son sencillos y cuando las unidades de medida (por ejemplo, con corteza o sin corteza) son uniformes y están claramente definidas.

2. Conviene mantener el esquema general de la estadística para los montes del Estado y para los de propiedad particular sobre una misma base de modo que se puedan hacer comparaciones válidas y se puedan aprovechar al máximo las estadísticas más detalladas acerca de los primeros para pronosticar los rendimientos de los segundos.

3. En los pronósticos a largo plazo, lo mejor suele ser adaptar el procedimiento analítico, es decir, tomar montes o regiones enteros y volúmenes totales como unidades básicas de estimación y deducir estimaciones para superficies o volúmenes menores en grupos de especies o clases de productos particulares por desglose de los totales. Esto es válido también para los pronósticos a plazo medio y a corto plazo, cuando no se dispone de datos detallados o de planes de aclareo concretos. Simplificando: si es necesario hacer una conjetura es probable que una suposición por exceso sea más exacta que la suma total de muchas pequeñas, y además implica menos trabajo.

El procedimiento de síntesis opuesto, es decir, la formación de estimaciones totales por subtramos, por especies y por categoría de volumen, da mucho más trabajo y proporciona predicciones más fidedignas solamente cuando se conocen los hechos pertinentes y se dispone de registros y existe un programa de ex plotación detallado, programa que únicamente es factible para un período limitado. Un plan de ordenación y el mantenimiento de registros adecuados son requisitos indispensables para todo pronóstico exacto.


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