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Reseña bibliográfica

Humanité et subsistances [LA HUMANIDAD Y LAS SUBSISTENCIAS] André Guerrin, 492 págs. Scientific Library Series N° 31, Lee Editions du Griffon, Neuchâtel, Suiza, 1957 48,70 Fr. suizos.

Este estudio trata de los problemas básicos de la nutrición a la vista de la disminución de las zonas productoras y del aumento de la población mundial, pero es interesante para todos aquellos que se ocupan de cuestiones forestales porque se examina y discute, en el aspecto regional e incluso en algunos casos en el nacional el papel de la cubierta forestal en la atenuación «del lamentable factor de regresión de las posibilidades de cultivo de los suelos de nuestro planeta y la posibilidad de dedicar a la producción de alimentos zonas que ahora son de bosque.

La preocupación principal del autor es hallar un equilibrio entre los posibles aumentos de la producción de alimentos y los probables ritmos de incremento de la densidad de población y llegar a ciertas conclusiones respecto al modo de mejorar una situación al parecer crítica. Desde el punto de vista forestal es de lamentar a este propósito que el autor no preste más atención a la influencia de la cubierta forestal y de los árboles sobre la producción agrícola y en el mejoramiento de los rendimientos de producción; y que omita por completo todo estudio de los bosques como fuentes de materias primas esenciales para el bienestar económico.

Muchos de los problemas planteados en este libro son muy complejos y, a posar de la urgente necesidad de emprender una acción determinada, se necesitan aún profundos estudios antes de tomar una decisión en relación con las recomendaciones del autor. Es difícil que una Organización tal como la FAO acepte en particular ciertas conclusiones a que llega el Profesor Roger Heim en su prólogo al libro de André Guerrin. Esto, sin embargo, no resta valor a la obra de este último, tan rica en datos, que servirá para que el lector se forme sus propias opiniones respecto a un problema inmediato y fundamental con que se enfrenta la humanidad.

Forest Trees of Australia [ARBOLES FORESTALES DE AUSTRALIA]. Forestry and Timber Bureau Commonwealth of Australia. 230 págs. ilust. Govt. Printing Office, Canberra, 1957. 2 libras y 2 chelines (australianos).

He aquí un hermoso libro que describe con ilustraciones en color y en blanco y negro 82 especies indígenas de árboles forestales australianos. De estas especies, 67 son eucaliptos, 7 otras especies frondosas y 8 coníferas.

El primer capítulo presenta un conciso resumen de la vegetación de Australia, que abarca las comunidades desarboladas, las comunidades arboladas y las comunidades de «mallee» que se dividen en «mallee» y parque xerofítico, parque y bosque, este último se denomina también formación esclerófila o higrofítica. A continuación sigue una breve descripción de los árboles y grupos de árboles forestales australianos con introducciones generales sobre géneros de frondosas, principalmente de la familia de las Mirtáceas como Eucalyptus (95 por ciento de la superficie forestal australiana), Angophora, Syncarpia y Tristania, así como los géneros Acacia de las Leguminosas y Casuarina de las Casuarináceas, y de las coníferas los géneros Agathis, Araucaria, Callitris, Athrotaxis, Dacrydium y Phyllocladus.

Los eucaliptos se clasifican por la estructura de las anteras de las flores en tres grupos principales: los que tienen anteras oblongas, con dos largas hendiduras paralelas; los que tienen anteras reniformes con una sola abertura; y los que tienen anteras en forma de receptáculo con dos orificios minúsculos. Aunque existe hibridación entre las especies de cada grupo, no se ha registrado esta hibridación entre las especies de grupos diferentes. Dentro de estas tres divisiones basadas en las anteras, se admiten grupos de acuerdo con la corteza, el follaje, las flores, las yemas y el fruto, caracteres todos que en el campo son fácilmente identificables de un modo general. Del estudio de los nombres comunes de las espacies de estos diversos grupos resulta evidente que es más seguro y menos confuso emplear solamente los nombres latinos,

Este libro constituirá una valiosa obra de consulta fuera de Australia para todos aquellos que tengan que ver con la introducción y el cultivo de eucaliptos, por lo que el Director General de la Australian Forestry and Timber Bureau y todos los que han contribuído a la preparación de este volumen merecen ser felicitados por su publicación.

The Federal Lands: Their Use and Management [LAS TIERRAS FEDERALES: su APROVECHAMIENTO Y ADMINISTRACIÓN] Marion Clawson y Burnell Held. 500 págs. Indice y apéndices estadísticos. Editado para Resources for the Future Inc. por The Johns Hopkins Press, Baltimore. 8,50 dólares.

Este libro constituye una historia de las tierras federales de los Estados Unidos; un análisis de las políticas de aprovechamiento de la tierra aplicadas a ellas y de los métodos administrativos mediante los cuales se llevan a cabo estas políticas; un estudio crítico de las realizaciones logradas por estos métodos y, finalmente, un intento de proyección en el futuro del papel de estas tierras en la economía del país, con sugerencias para aumentar la eficacia de su administración.

Todos estos fautores están en realidad estrechamente relacionados entre sí y seria difícil comprender la administración actual de estas tierras federales sin un estudio, al menos general, de su historia a través de lo que los autores llaman las eras de la adquisición de las tierras, de su atribución a personas privadas, de su reserva, administración de custodia o conservación y, por último, administración intensiva que comenzó hace solamente 10 años.

La política aplicada a 376 millones de acres de tierras federales rurales (excluida Alaska, las reservas indias y las tierras propiedad del Departamento de Defensa) ha sido la de aprovechamiento múltiple. Los autores explican muy claramente no sólo los fundamentos de esta política, que establece ciertas prioridades para uno u otro tipo de aprovechamiento de la tierra en cada zona, sino que describen también cómo son utilizados los productos de estas tierras por determinados grupos de beneficiarios o por el público en general. Muestran, en particular, la influencia de grupos organizados sobre la formación de esta política, demostrando la génesis de la decisión desde la más modesta organización local hasta el Congreso y el Presidente de los Estados Unidos.

La administración de las tierras federales se confía a numerosos organismos gubernamentales, siendo los cuatro principales:

1. el Servicio forestal (Forest Service), que administra los montes nacionales;

2. el Departamento de administración de la tierra (Bureau of Land Management), que administra las tierras de pastoreo no comprendidas en los montes nacionales, las tierras derivadas de la reversión parcial de las zonas originariamente transferidas como concesión a los ferrocarriles de Oregón y California (Oregon and California Railroads), que comprendían grandes extensiones forestales, y otras tierras de dominio público y, finalmente, las zonas sumergidas de la plataforma continental exterior, las llamadas tierras «de la costa» en donde últimamente se han adjudicado concesiones petrolíferas;

3. el Servicio de parques nacionales (National Parks Service), que administra 9 millones de acres reservados por su belleza estética y su atractivo turístico, así como también un cierto número de lugares histéricos, campos de batalla, cementerios, monumentos nacionales, etc., y los parques de la capital federal;

4. finalmente, el Servicio de Pesca y Fauna Silvestre (Fish and Wildlife Service), encargado de varios refugios de fauna silvestre y que ayuda además a algunos de los servicios antes mencionados o a los Estados a administrar otras tierras del dominio público.

Para cada uno de estos cuatro organismos gubernamentales, los autores consideran la importancia relativa presente y futura (hasta 1980) de los principales aprovechamientos de las tierras de su jurisdición, a saber: para pastoreo, para producción de madera, para caza y pesca, para fines recreativos, como y regulación de las corrientes y para la localización y explotación de los recursos minerales.

De interés especial es el Capítulo 4 en el cual los autores analizan los varios factores que intervienen en los procesos de evaluación para llegar a precios uniformes para los productos extraídos de las tierras federales y también los factores que influyen en la formación del capital de inversión a utilizar para elevar la productividad de tales tierras. A este respecto, es de observar su «critica» del sistema de ceder a cada estado y país, en lugar de los impuestos que no les es permitido exigir, una gran parte de los beneficios de estas tierras (25-75 por ciento).

A pesar de la dificultad de trazar una distinción entre los gastos de inversión y los gastos corrientes (excepto para el Servicio forestal que establece tal diferenciación en sus propios libros de contabilidad), los autores pudieron calcular el beneficio neto de estas tierras federales para 1955 y 1956, compararlos con los gastos y predecir el curso de los acontecimientos hasta 1980. Este balance arroja un buen saldo a favor tanto actualmente como para el porvenir, pero esto se debe enteramente a los ingresos que proporciona el arriendo de las tierras de la costa y se traduce en déficit si estos ingresos se restan de la cifra total.

Los autores concluyen su estudio indicando que la era de la administración intensiva de las tierras federales, que ahora comienza, conducirà en todo caso a profundos cambios en los métodos aplicados debido a la creciente complejidad de los problemas que entrañan. Establecen claramente el principio de que la finalidad de tal administración no debe ser nunca buscar a toda costa el aumento al máximo de los ingresos monetarios netos; en opinión de ellos se debe parecer más que hasta ahora a una empresa comercial cuyas transacciones se efectúan directamente con el público y que obtiene un beneficio que le permite potencialmente sostenerse por si misma sin recurrir a consignaciones presupuestarias. Pero requiere un presupuesto más flexible y una intervención comercial que corrientemente no permite un organismo gubernamental.

Este resultado se puede alcanzar por varios métodos que los autores estudian detalladamente. Sin embargo parece que están en favor de sustituir los actuales sistemas de administración por una Corporación federal de la tierra, o sea por un tipo de empresa estatal, ya común en los Estados Unidos, que goza de gran autonomía y a la cual podrían aplicarse fácilmente los criterios que acaban de mencionarse. Además, podría ser relevada de las funciones no productivas que actualmente llevan a cabo organizaciones adecuadas, por ejemplo, las labores de investigación y de asistencia técnica del Servicio Forestal.

Estas actividades continuarían siendo efectuadas por el tipo normal de organismo gubernamental.

Franklin D. Roosevelt and Conservation · 1911-1945. [FRANKLIN D. ROOSEVELT Y EA CONSERVACIÓN - 1911-1945]. Volúmenes I y II (Recopilación de Edgar B. Nixon), U.S. Government Printing Office, 1957.

Los documentos oficiales y privados de una gran figura pública revelan a menudo aspectos de sus intereses personales y realizaciones significativas que muy frecuentemente escapan al historiador que solamente se ocupa de los problemas políticos de orden general. Que esto es particularmente aplicable a Franklin D. Roosevelt lo demuestra esta colección de 1.300 páginas de sus documentes relativos a la conservación de bosques, suelos, aguas, fauna y parques, y sobre sus planes de ordenación de los recursos naturales.

Existe una razón fundamental del gran interés de Roosevelt por los problemas de los recursos naturales y es que era un campesino de corazón. Tenía lo que Aldo Leopold ha llamado «una conciencia ecológica» Muchas páginas de sus cartas, informes de conferencias y mensajes escritos, revelan un hombre con un profundo conocimiento de los árboles y la naturaleza y con un «sentido» de la tierra que no es el de un sentimental, sino el de un realista práctico. Unicamente un hombre que repobló sus propiedades con especies arbóreas que él mismo eligió cuidadosamente y cuyo crecimiento vigiló podía tener la visión necesaria para orear y defender firmemente un programa de repoblación nacional de forma que los sin trabajo de las ciudades pudieran adquirir una experiencia análoga en el Civilian Conservation Corps.

Estos volúmenes no comprenden ninguno de los documentos de Roosevelt sobre energía hidroeléctrica ni sobre el rescate de tierras, excepto en cuanto se refieren al aspecto general del establecimiento de planes para el fomento de los recursos. Probablemente, los documentos referentes a la Tennesee Valley Authority (Administración del Valle del Tennessee) la Rural Electrification Administration (Administración de Electrificación Rural) y otras empresas hidráulicas se incluirán en otra colección. Abundan las pruebas que indican que Roosevelt estaba interesado primordialmente en la ordenación coordinada de los recursos, especialmente de las cuencas fluviales y los planes para el aprovechamiento de los recursos regionales. La T. V.A. y la National Resources Planning (Junta Nacional para el Establecimiento de Planes de Aprovechamiento de los Recursos) abrieron el camino a este respecto.

Sus programas de conservación se instituyeron principalmente durante sus mandatos primero y segundo antes de la segunda guerra mundial. Reseñarlos todos exigiría más páginas de las que normalmente se conceden a un orifico, pero para poder apreciar su importancia hay que mencionar por lo menos los más descollantes: creación del servicio de conservación del suelo (Soil Conservation Service) creación de 159 nuevos refugios nacionales para la conservación de la fauna (National Wildlife Refuges), creación de los parques nacionales de King's Canyon, Great Smokies e Isle Royal y concesión del titulo de Monumento nacional a otros, primera ley nacional contra la contaminación de las aguas, ley Taylor de pastoreo de 1934; leyes Duck Stamp, Pittman-Robertson y de coordinación de los servicios de protección de la naturaleza, de capital importancia las tres, creación del comité del parque Quetico-Superior; ampliación de los bosques nacionales en 13 millones de acres; ley de creación de una barrera de protección de las llanuras, y ley sobre la explotación forestal en predios agrícolas Norris-Doxey. En su haber figuran otros muchos avances en programas que ya existían pero que llevaban parados años.

El interés personal de Roosevelt por la conservación explica que prontamente fuera el primer defensor de la política de conservación cuando como senador del estado en Albany, defendió el proyecto de ley de protección de la fauna y flora silvestres Roosevelt-Jones. Su primer roce verdadero con el ex-gobernador del estado de Nueva York se produjo en 1931 con motivo de la enmienda de la ley de repoblación (Reforestation Amendment) para aislar y repoblar tierras submarginales del estado de Nueva York, a la que se oponía dicho gobernador por considerarla innecesaria (La enmienda fué aprobada por gran mayoría de votos). Estas primeras experiencias fueron fomentadas y alentadas por Glifford Pinchot a quien desde 1911 le unía una gran amistad. En muchas ocasiones a lo largo de su carrera política Roosevelt solicitó y utilizó los consejos de Pinchot en cuestiones forestales. Es interesante observar que Pinchot y Roosevelt estaban preparando los planes para la celebración de una Conferencia Mundial sobre Conservación poco antes de la muerte del segundo. Esta idea se materializó posteriormente en la Conferencia Científica de las Naciones Unidas sobre la Conservación y el Aprovechamiento de los Recursos Naturales.

Como participante en varios programas de conservación del New Deal empezando con el desempeño de la tarea de capataz forestal en un campo del Civilian Conservation Corps durante los años estudiantiles, el autor de esta reseña oreja que tenía un conocimiento bastante detallado de la cuestión de la conservación en el New Deal; pero estos dos volúmenes proyectan nueva luz sobre Roosevelt como hombre, como político y como defensor de la conservación, y revelan aspectos de él que serán instructivos tanto para los conservadores profesionales como para los profanos. Ningún historiador que se ocupe de los hechos acaecidos después de 1930 puede dejar de considerar este capítulo dinámico y perdurable de la historia de los Estados Unidos.

C. H. S

ESTADISTICAS MUNDIALES DE PRODUCTOS FORESTALES

(Resumen decenal - 1946-1955)

En un solo volumen se dan las estadísticas de productos forestales correspondientes al decenio en que la FAO ha publicado sus Anuarios estadísticos de productos forestales. Esta importante obra de consulta contiene, además de cifras revisadas inéditas, cuadros, notas técnicas, definiciones, notas sobre países, gráficas y análisis de la producción y el comercio. 200 páginas. Trilingüe (inglés, francés y español).

Precio $ E.U.A. 3.00 o 15 chelines

TABLEROS DE FIBRA Y DE MADERA AGLOMERADA

Informe de la Consulta Internacional FAO/CEE sobre Tableros Aislantes, Tableros Duros Tableros de Madera Aglomerada, celebrada en enero 1957 en Ginebra.

Temas de los capítulos: Descripción de productos, terminología y definiciones
Producción, comercio y consumo mundiales
Materia prima
Procesos y equipo
Aspectos económicos de la producción y del comercio
Propiedades, aplicaciones y usos
Necesidades de investigación

La edición inglesa se pondrá a la venta en junio de 1958. En preparación, ediciones en francés, español y ruso.

También se están preparando los documentos técnicos presentados en la Consulta para publicarlos mimeografiados en su versión original. Estos documentos sólo se podrán obtener pidiéndolos directamente a las Oficinas Centrales de la FAO.

INDIAN FORESTER
Fundada en 1875

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es una revista mensual, editada y publicada por el Instituto de Investigaciones Forestales de Dehra Dan. Contiene artículos originales, reseñas y resúmenes de trabajos sobre dasonomía tropical, además de los resultados de las investigaciones efectuadas en el Instituto. Publica asimismo artículos sobre agricultura, caza y viajes Es la única revista de la India dedicada exclusivamente a asuntos forestales y afines y es conocida en todo el mundo.

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