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Noticiario mundial

Albania

· Una noticia aparecida en dice que con arreglo al primer plan quinquenal para la rehabilitación forestal y la plantación do árboles, que data de 1961, se repoblaron unas 8.000 hectáreas de monte y so llevaron a cabo trabajos do mejoramiento en más do 19.000 hectáreas. So crearon en total 133 nuevos viveros con una capacidad do producción do 48 millones do plantas. Esto plan se llevó a cabo en cuatro años.

El segundo plan quinquenal (1956-1960) comprende también un programa forestal, que entraña la repoblación de 4.000 hectáreas, trabajos de mejoramiento en 36.000 hectáreas; la construcción do 120 kilómetros do vías do acceso y de 60 kilómetros de ferrocarril de vía estrecha. So construirán más aserraderos con una capacidad anual de producción do 40.000 metros cúbicos. En 1948 había 24 serrerías en el país con una producción do unos 60.000 metros cúbicos anuales. A finos de 1951 se estableció en Elbasan una fábrica de industrias madereras combinadas con el concurso de técnicos rusos. Su capacidad anual de producción es do 30.000 metros cúbicos de madera aserrada y 5.000 metros cúbicos de tablero contrachapado.

Desde 1951 se organiza todos los años una Semana del árbol durante la cual se plantan miles do árboles do diferentes especies.

Australia

· Un representante do la FAO fué invitado a asistir a la 7a. Conferencia Forestal do la Commonwealth Británica que se celebró en Australia y Nueva Zelandia el año pasado. Delegados de 18 países de la Commonwealth, que representan aproximadamente la quinta parte de la riqueza forestal mundial, se reunieron en viajes y deliberaciones que duraron desde finos do agosto hasta primeros do octubre.

La labor importante de la Conferencia se llevó a cabo principalmente en comité. El informe del Comité de Montes Australiano, aprobado por la Conferencia, recomendaba que:

1. Se emprenda urgentemente y se termine para cuando se celebre la Conferencia de la Commonwealth en 1967 un inventario detallado de los montos indígenas, tanto de los pertenecientes a la Corona como de los de propiedad particular.

2. Todos los montes indígenas de valor real o potencial enclavados en tierras de la Corona pasen lo mas pronto posible al Patrimonio Forestal permanente, dado que los montos bien ordenados no sólo producen madera valiosa sino que al mismo tiempo sirven para otros finos, especialmente para proteger las zonas de captación de aguas.

3. So acelere el programa para lograr un aprovechamiento más comploto do los montos indígenas y darlos el tratamiento silvícola adecuado, y rehabilitar los degradadas por el fuego y la explotación post-selectiva.

4. Se satisfaga la urgente necesidad de arma mayor investigación forestal mediante la creación de un Instituto Central de Investigaciones, con estaciones regionales dependiente del Departamento Forestal y de la Madera de Canberra. Es fundamental contar con personal técnico bien retribuido y de alta calidad. Es función del Departamento ocuparse de mas problemas básicos y ayudar a coordinar las actividades estatales de investigación. El Departamento debe sor asistido en esta tarea por un Comité Asesor compuesto de representantes de la Commonwealth; de los Servicios Forestales de los diversos estados y de la Organización de Investigaciones Científicas e Industriales do la Commonwealth, junto con un número limitado de eminentes hombres de ciencia de otros campos.

Costa Rica

· En 1965 el Comité de Cooperación Económica de los cinco países de América Central (Costa Bita, El Salvador Guatemala, Honduras y Nicaragua) pidió a la Junta de Asistencia Técnica de las Naciones Unidas que le proporcionase, a través de los servicios de la FAO, un experto en enseñanza de cuestiones forestales para ampliar el curso de educación y capacitación forestales que desde 1951 viene celebrando el Instituto interamericano de Ciencias Agrícolas.

Al tomar esta decisión para ayudar a la expansión del Programa de Capacitación Forestal del Instituto de Turrialba, no se olvidó la existencia de las escuelas forestales de Mérida Venezuela y Medellín, Colombia, pero estas escuelas están establecidas sobro bases diferentes puesto que los estudiantes no graduados son admitidos en ellas para realizar un curso completo de dasonomía de cuatro años que comprende incluso las ciencias fundamentales, así como su aplicación a la dasonomía, mientras que en Turrialba se realiza un curso de un año do adiestramiento intensivo en dasonomía superior exclusivamente para postgraduados y especialmente para agrónomos. Además del curso de capacitación, se exige a cada cursillista que haga un estudio especial do un tema do libro elección, preferiblemente relacionado con un problema forestal específico do su propio país y que prepare una tesis sobro esto asunto para conseguir el título de «Magíster» conferido por el Instituto de Turrialba. En otras palabras, el curso de Turrialba tiende específicamente a completar los conocimientos científicos de los graduados. dándoles una orientación forestal definida que les permita ponerse al frente do los asuntos forestales en sus propios países.

Para todo programa de fomento forestal bien ponderado son igualmente necesarios los funcionarios forestales capaces do asumir las responsabilidad des administrativas y/o ejecutivas do todo un territorio y los funcionarios forestales especializados en la investigación forestal. La experiencia de otros países que tienen la suerte de contar con servicios forestales desde hace tiempo enseña que los hombros que desempeñan satisfactoriamente puestos administrativos o ejecutivos no siempre valen para los trabajos de investigación, en tanto que los investigadores dotados puede que no sirvan para los puestos administrativos 0 ejecutivos. Los cursos de capacitación que se dan en los Institutos do Turrialba y Mérida, lejos de ser antagónicos, se complementan en bien del progreso forestal.

Evidentemente es muy conveniente que se don en la misma América Central estos cursos do capacitación forestal.. La centralización del adiestramiento forestal do postgraduados tiene muchas ventajas evidentes, especialmente cuando entran en juego varios países pequeños. Para ello el Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas do Turrialba es sin duda alguna la institución más adecuada de América Central. El Instituto se sostiene por las aportaciones de varios estados miembros de la Organización de Estados Americanos como proyecto cooperativo internacional; dispone de residencias, clases y laboratorios amplios; de una excelente biblioteca técnica de consulta, de instalaciones para dasonomía experimental en terrenos del Instituto y tiene además la ventaja de que no lejos de él existen importantes tipos de bosques centroamericanos. Además de esto, dispone en el caso necesario, de profesores de fisiología, texonomía, patología, economía y extensión agrícolas. total del curso, incluyendo los gastos de manutención y los gastos de viaje durante el año, es de unos 2.000 dólares.

El Sr. E. J. Schreuder ocupó el cargo de Oficial Forestal de la FAO en el Instituto de Turrialba desde junio de 1955 a septiembre de 1956, fecha en que fué trasladado al Instituto Latinoamericano de Investigación y Capacitación Forestal, Mérida, Venezuela, proyecto internacional de la Comisión Forestal de la FAO para América Latina. Le sucedió el Sr. A. Hyndman Stein.

Chile

· El mes de diciembre último, un oficial de asistencia técnica de la FAO acompañó a un grupo de forestales del Departamento de Conservación de Recursos Agrícolas y Forestales del Ministerio de Tierras y Colonización al extremo meridional del país: Magallanes y Tierra del Fuego. La finalidad de esta visita era permitir a] nuevo Jefe de la Dirección de Bosques inspeccionar esta lejana zona y estudiar hasta qué punto podría adaptarse la explotación forestal a la cría de ganado lanar que, con la industria del petróleo, constituye la principal fuente de riqueza de esta región.

El oficial de la FAO informa que a excepción de las zonas de Monte Alto y Río Rubens donde los hermosísimos bosques de Nothofagus pumilio merecen protección y mejoramiento por la excelente madera que proporcionan, todo el territorio está evidentemente destinado a ser dedicado, con el tiempo, a la cría de lanares. Su topografía más bien llana, unida al clima, relativamente poco frío y suficientemente húmedo por lo general, favorece la formación de extensas praderas. Crecen silvestres numerosas plantas y especies leñosas no apetitosas que indistintamente se conocen por «mata negra» (Verbena tridens, Berberis calafate, Mulinum spinosum, Escallonia rubra, Senecio patogonensis).

El gran enemigo de la región es el viento que es siempre muy fuerte y frecuentemente alcanza velocidades huracanadas. Los períodos de calma son, según los indígenas, muy raros. En muchos lugares la vegetación parece tapizar el suelo como una bandera, a consecuencia de los fuertes vientos. Estos abrasan la vegetación herbácea y contribuyen a agravar la sequía cuando no llueve. La maleza y el matorral proporcionan una cierta protección a los pastos, pero terminan por cubrir prácticamente todo el terreno. Hay que eliminar casi todo el matorral para permitir la ampliación de las cabañas. En la actualidad la capacidad de pastoreo de un fundo medio es de una oveja por hectárea. Si se desbrozara y se sembrara el terreno con especies más apetitosas esta capacidad podría fácilmente hacerse cinco veces mayor.

Excepto en el caso de algunas zonas de propiedad privada, se ha observado hasta ahora poco entusiasmo por las operaciones de desbroce que, naturalmente, son muy costosas. La razón de esto se encuentra en el actual sistema de arrendamientos, con arreglo al cual las tierras propiedad del Estado, de aptitud agrícola, se clasifican en tres categorías de acuerdo con su calidad y se dividen en lotes de 2.500 a 100.000 hectáreas según la categoría. Estos lotes se arriendan por períodos de 15 años a particulares que pueden orlar ovejas o llevar a cabo otros tipos de explotación agropecuaria o incluso forestal. Sin embargo, pasados estos 15 años la tierra revierte automáticamente al Gobierno que no concede indemnización alguna al arrendatario por los edificios que haya construído ni por las labores de limpia, desmonte, plantación o mejoramiento realizadas.

Cuanto más se haya mejorado un campo, más competidores habrá para arrendarlo y no se concede prioridad alguna a los antiguos arrendatarios cuando el campo se arrienda de nuevo. Es comprensible que en estas circunstancias existan pocos incentivos para efectuar mejoramientos.

Aparte de las tres categorías de tierras agrícolas antes mencionadas, no existen normas para clasificar los terrenos como reservas forestales. Existe una reserva de unas 6.000 hectáreas en la Tierra del Fuego, de mala calidad, y que contiene principalmente la especie denominada «leña dura» (Maytenus magallanica) que proporciona una leña excelente pero que no tiene otro uso posible. Otra reserva de 15.000 hectáreas en Magallanes ha sido devastada en tiempos pasados pero actualmente es objeto de grandes cuidados por el oficial de montes local y ha comenzado a aparecer una buena regeneración, principalmente de Nothofagus pumilio y N. antarctica. Por desgracia, a unos 10 metros bajo tierra existen venas de carbón que se explotan en diversos lugares, ocasionando el hundimiento del terreno, y la reserva ofrece una tentadora fuente de madera para entibar gratuita.

La reserva cubre las orillas del Río de las Minas, que desemboca en el puerto de Punta Arenas. La antigua devastación de la cubierta forestal ha ocasionado una grave erosión de toda la cuenca colectora y el consiguiente entarquinado del puerto. Se ha intentado canalizar el curso inferior del río para impedir las inundaciones que frecuentemente se producen en los barrios bajos de la ciudad. La solución efectiva es evidentemente construir presas en el curso superior del río y repoblar su cabecera que, junto con otras zonas análogas, debe considerarse como reserva forestal.

Un problema que se plantea a los servicios forestales en esta región es cómo plantar y establecer rompevientos eficaces. Muy pocos árboles crecerán fácilmente, aunque el hecho de que haya algunos buenos rodales de Nothofagus demuestra que esto no es imposible. Debe observarse que a -menudo crecen en los fundos hermosos bosquetes detrás de altas empalizadas de zarzos que detienen la fuerza del viento. Si se pudiese resolver el problema de los rompevientos, esta extremidad de América del Sur podría transformarse, permitiendo a la vez mejorar la ganadería e introducir el cultivo de raíces.

China

· El redactor jefe de la revista China Forestry que se publica mensualmente en Pekín, escribe que a primeros de diciembre de 1957 una conferencia convocada conjuntamente por los Ministerios de Economía Forestal y de Industrias Forestales revisa la labor forestal llevada a cabo en China durante los últimos cinco años. Actualmente la superficie bascosa de China no llega al 8 por ciento de su extensión territorial total. Esta superficie está distribuida muy irregularmente. Se tiene el propósito de ampliarla hasta que alcance aproximadamente el 20 por ciento a fines de 1967.

En los últimos años se han tomado diversas medidas protectoras para preservar los bosques que aún existen en el país. El Estado ha aprobado leyes forestales que restringen la corta y los incendios en los bosques. Se confía también en la población para combatir los incendios forestales. La gente está empezando a apreciar la importancia de los árboles. Se están creando organizaciones para la prevención de los incendios. Entre las aldeas de las regiones forestales se suscriben contratos de prevención de incendios.

AFGANISTÁN: En algunas zonas existen masas de Pinus gerardiana que son conservadas por las gentes del país que obtienen unos saneados ingresos de la recogida y venta del piñón comestible de dicho árbol. Sin embargo, casi todos los pinos son decadentes y pocos pinos jóvenes consiguen establecerse debido a la recogida de las piñas, la remoción de las agujas y el barrujo al pie de los árboles, y al pastoreo. La especie se regenera de modo natural y si se la protege y ordena adecuadamente puede producir a la vez piñones comestibles y una buena cantidad de madera. Arriba, un P. gerardiana joven cerca del paso de Khadei en la provincia meridional.

Fotografía: B. Clarke

En los dos o tres últimos años se han construido 5.700 kilómetros de caminos forestales y se han instalado más de 7.000 kilómetros de hilo telefónico en los bosques. El año 1957 vió la creación de 37 estaciones meteorológicas y de previsión de incendios y se instalaron 14 estaciones de servicio contra incendios, provistas de aparatos de extinción química. En la Mongolia nororiental y en la Mongolia interior, donde existen vastas extensiones de bosques, se ha adoptado el reconocimiento aéreo. Como consecuencia de ello no han ocurrido incendios durante estos últimos años en muchos lugares.

Se ha lanzado un ataque a fondo contra las plagas forestales. Aparte de los espolvoreos o pulverizaciones de productos químicos, bien con aparatos de mano o bien desde aeroplanos, se han empleado enemigos parásitos de los insectos y gusanos que atacan al bosque, tales como parásitos himenópteros. La predicción de las plagas forestales se ha comenzado en un plan experimental.

Una vez que la población tenga conciencia de la importancia del árbol su iniciativa y espíritu creador aportarán muchos remedios eficaces. Una medida aceptada por el pueblo es facultar la regeneración natural cercando ciertas áreas forestales. Se afirma que sólo en 1956 se cercaron 3.890.000 hectáreas para permitir la regeneración natural. En los cinco años comprendidos entre 1953 y 1957 se han cercado 5.910.000 hectáreas para facilitar la regeneración natural.

El Estado ha popularizado este método y los campesinos se encargan de llevarlo a cabo, pues no sólo da origen a bosques florecientes que impiden la erosión del suelo y las inundaciones, sino que, además, proporciona valiosos productos como son leña forrajes y abonos. El ejemplo de Faku Hsiang (un hsiang es una unidad administrativa que abarca varias localidades) en la provincia de Liaoning de la China nororiental es aleccionador. En 1951 los campesinos de este hsiang acotaron 610 hectáreas para permitir la regeneración natural. Cinco años más tarde se levantó el coto durante cierto tiempo y los campesinos obtuvieron un beneficio total de 8.800 yuans (unos 3.530 dólares) en productos forestales. Hay más todavía, y es que, gracias a la cubierta forestal restaurada, más de 60 hectáreas de tierras áridas pudieron convertirse en arrozales y los campesinos criaron gusanos de seda en el bosque regenerado. Esto produjo a los campesinos 20.000 yuans más el último otoño.

El primer Plan Quinquenal preveía la plantación de 3.550.000 hectáreas de árboles madereros. Se afirma que para fines de 1957 se habían plantado 5.160.000 hectáreas, o sea un 45 por ciento más del plan primitivo.

El 85 por ciento de los montes recién plantados se encuentra en las provincias del Sur del río Yangtsé. Se ha dado preferencia a las provincias meridionales porque en ellas la plantación de árboles es una actividad tradicional y debido también al clima suave, la abundancia de lluvias y la fertilidad del suelo que permite un rápido crecimiento. Por ejemplo, en la provincia de Chekiang los pinos necesitan solamente dos terceras partes del tiempo necesario en las provincias nororientales para formar una tupida cubierta de copas. Por esto, la zona del sur del Yangtsé se convertirá en el porvenir en la principal región productora de madera del país.

Se calcula que las nuevas masas plantadas en el primer período del Plan Quinquenal comenzarán a dar rendimiento dentro de 30 a 40 años. Suponiendo una extracción media de madera de 150 a 300 m3 por hectárea el rendimiento de madera proporcionado por estos nuevos bosques ascenderá a un total de 1.000 millones de metros cúbicos.

Son conocidas las gigantescas obras para la conservación de las aguas que realiza China en los valles del Yangtsé y del Huai. Pero si no se restaura el arbolado en los cursos superiores de algunos de los grandes ríos, especialmente en el río Amarillo, y si no se contiene al devastador desierto de Gobi, ningún trabajo de conservación puede considerarse completo. En realidad sería muy poco útil. Esta es la razón por la cual, en el programa de repoblación, se da tanta importancia al establecimiento de cortinas protectoras y a la plantación de árboles para la conservación del agua y el suelo.

Se han plantado cortinas protectoras contra la arena en la parte occidental de la China nororiental, en el Este de la Mongolia interior y en las provincias de Hopei, Shensi, Honan y Kansu. Se piensa también construir cortinas protectoras en la cuenca de Turfan en Sinkiang y en la Isla de Hainan. Se encuentran en vías de realización los trabajos de reconocimiento y prospección de estas zonas.

La plantación de árboles destinados a productos forestales especiales ha superado el plan original en casi el 400 por ciento, según se afirma. En 1956 se plantaron 600.000 hectáreas de árboles del tung (Aleurites fordii). Se han plantado también en considerable escala árboles como el del anís estrellado (Illicium verum), la camelia (Thea oleosa), el sapio de China (Sapium sebiferum), el nogal y el alcanforero (Cinnamomum camphora), y se ha mejorado la ordenación de las viejas masas de esta categoría. La producción de aceite de madera de China en 1956 fué aproximadamente 45 por ciento superior a la de 1949 y la de aceite de camelia comestible en 1954 fué 30 por ciento más elevada que en 1950. La labor forestal en este aspecto no sólo contribuye a satisfacer la creciente demanda del mercado nacional sino que proporciona también una gran cantidad de materias primas para exportación. Las estadísticas del Ministerio de Comercio Exterior muestran que entre las 23 materias primas exportadas en los últimos cuatro o cinco años, 12 eran productos forestales.

China posee tres institutos de investigación especializados en cuestiones forestales, a saber: el Instituto de Dasonomía dependiente del Ministerio de Montes de Pekín, el Instituto de Dasonomía y Edafología de Shenyang (Mukden) y el Instituto de Botánica de la China Meridional en Cantón estos dos últimos dependientes de la Academia de Ciencias China. Aparte de esto, cada provincia tiene su propio centro de investigaciones.

Estados Unidos

· Las actividades del Servicio Forestal en el campo de las investigaciones sobre los incendios de los bosques han tomado gran incremento en los últimos años. Se realizan muchos estudios locales y algunos de interés general. Entre ellos figuran:

1. la evaluación del peligro de incendio;

2. el empleo de aeroplanos para lanzar agua y productos químicos sobre los incendios en apoyo de las brigadas de tierra está siendo perfeccionado (empleo en campo limitado en California en 1956 y 1957);

3. los accesorios y mangas para lanzar el agua desde helicópteros se están perfeccionando, tanto para helicópteros pequeños como para helicópteros grandes;

4. los ensayos realizados con borato de sodio y calcio como retardador del fuego han dado buen resultado en incendios tanto pequeños como grandes;

5. se han recogido más datos sobre lar orígenes y el comportamiento de las tormentas, se ha demostrado que los cúmulos recientes y en desarrollo pueden romperse por lo menos antes de que alcancen la fase de descarga eléctrica;

6. se ha iniciado la formación de índices de sequía para poder demostrar los efectos acumulativos del mal tiempo anterior sobre los riesgos actuales.

Los planes exigen continuar los estudios sobre algunos proyectos y comenzar otros nuevos sobre los puntos siguientes:

1. se ensayará en el sur el uso de aeroplanos en apoyo de los que combaten el incendio desde tierra;

2. se ensayará el borato de sodio y calcio como retardador del fuego en el sur, tanto en aplicaciones desde el aire como en aplicaciones desde tierra;

3. se ampliará el proyecto «Skyfire» de detección de fuegos y rastreo de tormentas eléctricas conjuntamente con ensayos de lluvia artificial;

4. se fomentará el estudio de los fuegos desencadenados (que no se pueden dominar);

5. técnicas para realizar estudios de los vientos en zonas locales críticas;

6. ensayos de campo de métodos para destruir amplias extensiones de maleza con objeto de facilitar la lucha contra los incendios;

7. medios para aumentar la eficacia del ataque inicial mediante un ataque más rápido y más fuerte a la vez;

8. medios sistemáticos para identificar y clasificar los combustibles por tipos;

9. técnicas de quema regulada para conseguir los resultados deseados con la adecuada seguridad.

· La revista trimestral Fire Control Notes del Servicio Forestal de los Estados Unidos ha publicado, durante 1957, más artículos que de ordinario sobre los aspectos generales de la lucha contra incendios. El número de estos artículos ha superado al de los referentes a progresos en utensilios y maquinaria, que no obstante no han sido olvidados.

Un importante artículo del que es autor un alto funcionario del Servicio Forestal trata de toda la compleja cuestión de los planes para combatir el fuego establecidos en la región septentrional del Parque Nacional de las Montañas Rocosas. Esta región, durante los primeros años de la historia del Servicio Forestal que comenzó en 1905, fué escenario de vastos y arrasadores incendios de bosques que, hasta 1930, destruyeron un promedio anual superior a 102.000 hectáreas. Gran parte de la explicación de esta intolerable pérdida está en la inaccesibilidad de la mayoría de las zonas forestales que dificulta la lucha contra el fuego en muchos casos.

Después, con la invención de poderosas máquinas capaces de construir carreteras de montaña rápida y económicamente, la década 1931-40 se caracterizó por la construcción de numerosas carreteras hasta zonas inaccesibles, lo cual tuvo como consecuencia la reducción del promedio anual de pérdidas a 25.300 hectáreas.

A fines de este período el empleo de aviones para combatir los incendios en los bosques condujo a la elaboración del proyecto «Smoke Jumper» y, a partir de 1951, las pérdidas medias anuales se han reducido a 3.240 hectáreas, indudablemente a causa también de las favorables condiciones del tiempo.

Como cada avance importante en la tecnología fué acompañado por un serio estudio del problema, hubo que trazar nuevos y más complejos sistemas de planeamiento de la lucha contra incendios tratando cada plan de la prevención, la pre-extinción, esto es, la organización por adelantado del combate y extinción. La principal lección de esta evolución de 50 años es que cada nuevo avance en el aspecto de la invención y de la investigación implica necesariamente el desarrollo de nuevos planes y métodos, por lo que los planes para combatir el fuego constituyen, en esencia, una empresa continua. Cada unidad administrativa, ya sea federal o estatal, ha elaborado su propio sistema de planeamiento, pero el sistema de que aquí se da cuenta está considerado como uno de los mejores.

Otro importante artículo que trata del nuevo medio: el aereocisterna, que se construye en California, parece indicar que es inminente una innovación en los planes para combatir los incendios. El aereocisterna utilizado en California en 1956 y 1957 ha alcanzado algunos resultados espectaculares. Inicialmente, los aviones utilizados en agricultura se empleaban para dejar caer cargas, primero de agua, posteriormente de agua con una gran cantidad de borato sódico y actualmente en todo este proyecto se están estudiando un gran número de situaciones especiales que entrañan su aplicación táctica en incendios difíciles. Hasta ahora el aereocisterna parece capaz de contener un foco pequeño hasta la llegada de las brigadas encargadas del ataque inicial; para enfriar puntos calientes de modo que los hombres puedan penetrar en la zona y trabajar con seguridad; para apagar fuegos aislados; para crear una línea ignifugada con borato delante de un fuego o allí donde los hombres no puedan trabajar; para reducir la probabilidad de que el fuego se propague por las copas; para reforzar las líneas cortafuegos existentes; para apoyar directamente a las brigadas terrestres empeñadas activamente en la construcción de cortafuegos; y para ignifugar determinadas zonas locales susceptibles de fuegos secundarios. Pero hasta ahora el aereocisterna es ineficaz contra los incendios intensos y veloces de maderas o malezas, no puede descargar con seguridad cuando soplan vientos fuertes; no puede descargar en el fondo de cañones profundos o en otros lugares inaccesibles; no puede apagar fuegos vivos de combustibles pesados bajo masas maderables, ni puede trabajar de noche.

El empleo de este nuevo medio de combate ha entrañado necesariamente la creación de nuevos dispositivos de organización, pues ordinariamente se usa una flota de aereocisternas en un incendio determinado y la cuestión de la correcta organización y sincronización de las operaciones complementarias terrestres y aéreas se encuentra todavía en proceso de evolución. Otro tanto puede decirse de la creación de una flota de aereocisternas susceptibles de operar a baja altura sobre terreno frecuentemente escarpado y extremadamente abrupto. La cesión de aparatos considerados anticuados por la Marina de los Estados Unidos ha significado un gran avance en la seguridad con que las operaciones de bombardeo pueden realizarse.

En conjunto, este novísimo método puede que obligue a volver a estudiar seriamente los problemas de la extinción de los incendios en los tipos de monte muy peligrosos, de cubierta densa, de rápida propagación, tales como el matorral del sur de California y de otras partes y de la extinción de los focos violentos que se originen en zonas inaccesibles.

Este avance tecnológico significa y requiere que los hombres que actualmente están encargados de la extinción de los incendios posean una mayor información indispensable para el más eficaz empleo del nuevo método. Entre la información que precisan figura la referente a los principios de la conbustión y su importancia en los incendios forestales. En un artículo aparecido en Fire Control Notes debido a una autoridad en la materia se hace un resumen de los conocimientos actuales sobre esta materia.

Esta pequeña revista, pues, proporciona a sus lectores datos que tods oficial de los servicios de incendios forestales debe conocer y aprovechar.

Filipinas

· El Instituto de Investigaciones sobre Productos Forestales está situado en una finca de dos hectáreas en el Makiling Park, no lejos de Los Baños, Laguna. Es una institución estatal semiautónoma dependiente de la Universidad de Filipinas. Su creación se debe a la necesidad cada vez mayor de aprovechar más eficaz y cabalmente los productos de los montes de Filipinas.

IRAK: Populus canadensis de dos años en una gran chopera a orillas del río «Bigger Zab» entre Arbil y Mosul. La plantación se riega con aguas de este río.

Foto: S. von der Recke.

LIBANO: De las dos zonas de bosques de cedro que ano quedan, una, emplazada a una altura de 1.900 metros, tiene una e extensión de sólo dos hectáreas. La fotografía ilustra el cedro mayor de este bosque. Hoy se están repoblando dilatada zonas en sus cercanías. Los Cedrus se siembran, y a la vez se plantan pies de e Robinia como cortina de protección.

Foto facilitada por S, von der Recke

Ya el Departamento de Montes y el Departamento de Ciencias comenzaran por el año 1905 a realizar investigaciones en pequeña escala sobre las propiedades y las aplicaciones de la madera. En 1926 se creó una Dirección de Productos Forestales en el Departamento de Montes para efectuar investigaciones en esta esfera. En 1933 esta Dirección se convirtió en una Sección de la Dirección de Investigaciones Forestales. Durante dicho año vieron la luz diversas y valiosas publicaciones que todavía son de actualidad. En 1952 se ordenó la creación de un Laboratorio de Productos Forestales como sección independiente del Departamento de Montes. Comenzó sus investigaciones en noviembre de 1954. El 5 de julio de 1957 el Presidente de la República firmó una orden ejecutiva por la cual se fundían la Sección de Productos Forestales del Departamento de Montes y el Laboratorio de Productos Forestales en una nueva entidad denominada Instituto de Investigaciones sobre Productos Forestales. Esta reorganización dió al nuevo Instituto mucha libertad de acción en sus funciones y en la realización de sus investigaciones.

Los métodos actuales de desembosque y de transformación de las trozas en productos útiles dejan mochos árboles en pie porque son defectuosas o porque hay especies que no pueden mercantilizarse provechosa mente. Además, quedan sobre el terreno tocones altos, ramas largas copas y desperdicios, extrayéndose solamente las trozas vendibles. Luego que éstas llegan a la serrería para ser transformadas en madera normal, madera contrachapada y otros productos, se producen nuevas pérdidas en forma de serrín, costeros, recortes viruta, desechos, cortezas y piezas defectuosas o rotas. En conjunto, de la mitad a los dos tercios de la madera de cada árbol extraído se pierde desde el monte hasta que llega al usuario final.

La enorme cantidad de madera desaprovechada tiene un gran valor potencial como fuente de materias primas para nuevas industrias de aprovechamiento de la madera y nuevos productos. Por ejemplo, algunos de los desperdicios se pueden transformar en tableros de fibra, pasta y papel, carbón vegetal, celulosa refinada, extractos de corteza, pequeños objetos de madera y diversos productos químicos. Estos productos solamente pueden lanzarse al comercio cuando se puede contar con un margen de beneficio. Ninguna instalación comercial puede trabajar largo tiempo perdiendo. Uno de los principales problemas de la investigación de las aplicaciones de la madera, por lo tanto, es cómo aprovechar ventajosamente sus residuos. Esto requiere investigaciones y mejoramientos continuos y en gran escala, pero, a la larga, la acción resultará compensada con creces.

Los objetivos del programa de investigaciones y trabajos del Instituto se pueden indicar brevemente como sigue:

a) Estudiar las propiedades de las 3.000 especies diferentes de maderas filipinas para determinar las aplicaciones a que se prestan.

b) Estudiar y mejorar la elaboración química, el secado, los tratamientos de conservación y otros procesos de fabricación o de mejoramiento con el fin de poder convertir la madera en productos finales más eficaz y más provechosamente y de poder servir mejor al usuario.

c) Crear nuevas industrias para el aprovechamiento de los residuos de madera que actualmente no se aprovechan, proporcionando así nuevas oportunidades de empleo y ventajas económicas.

d) Encontrar aplicaciones útiles para las especies que ahora no las tienen y para las especies que se ha visto que poseen propiedades especialmente valiosas.

e) Emprender cualquier otro tipo de investigaciones que permita un aprovechamiento más eficaz de los productos forestales.

El Instituto de Investigaciones sobre Productos Forestales y su programa de trabajo se deben principalmente a los esfuerzos cooperativos del Gobierno de Filipinas que proporcionó los edificios y sufraga los gastos, de la Administración de Cooperación Internacional de los Estados Unidos. que suministró la mayor parte del primitivo material de investigación y trabajo, y de la FAO, que envía asesores técnicos, dirigidos por el Señor G. M. Hunt, para ayudar a escoger el material, a capacitar personal y a desarrollar los programas de investigación. Estas organizaciones y otros muchas más, así como particulares han aportado libros y otros materiales, han concedido becas de estudios en el extranjero y/o fondos para otras atenciones:

El Instituto funciona bajo la inspección de una Junta Directiva. La administración y la investigación corren a cargo de un Director, un Subdirector y los Jefes de cada una de las cinco Secciones siguientes:

Sección de servicios administrativos - se ocupa de la administración y del funcionamiento y el sostenimiento general del Instituto.

Sección de investigaciones químicas - investiga la composición química de las maderas y de otros productos forestales, la fabricación de pasta, papel, tableros de fibra y productos químicos secundarios y problemas afines.

Sección de investigaciones industriales - investiga la resistencia de las maderas, los problemas de las industrias de fabricación de productos a base de madera y la adecuación de las maderas para aplicaciones especiales.

Sección de conservación de la madera - estudia las propiedades físicas de la madera, la duración de la madera tratada y sin tratar, los tratamientos antisépticos y de secado, las actividades de los insectos y de los hongos que atacan a la madera y los métodos para combatirlos e investigaciones afines.

Sección de tecnología de la madera - investiga la estructura microscópica y las características de la fibra de la madera, los métodos para la identificación de cada especie, las relaciones entre la estructura, las propiedades y los usos, la fabricación de chapa, madera contrachapada y otros productos encolados, la producción secundaria del monte y los problemas afines.

El personal del Instituto sumaba un total de 152 empleados en enero de 1958. Lo componen ingenieros químicos, civiles , el e electricistas e industria les, químicos, tecnológicos, botánicos, forestales, entomólogos, patólogos, funcionarias administrativos, oficinistas mecánicos, carpinteros y peones. Es necesario que la labor de todos estos técnicos y obreros se dedique al programa de investigación para que pueda progresar prontamente en todos los sentidos.

Irán

· Gholam Ali Banan, del Ministerio de Agricultura del Irán, ha escrito y publicado recientemente en persa un interesante libro sobre ordenación de montes. Contiene una detallada exposición de los métodos clásicos europeos y norteamericanos aplicables al Irán.

Después de una introducción en la que el autor explica especialmente las relaciones entré la silvicultura la ordenación, la obra se divide en dos partes. La primera trata de los principios generales que informan la labor de ordenación forestal. En ella el autor da importancia a los conceptos de monte normal y de posibilidad al tiempo que describe los diferentes tipos de métodos de recolección. La segunda parte describe las técnicas de ordenación y examina a la vez la labor preparatoria (reconocimientos inventariación, subdivisión de los montes en secciones de ordenación, etc.) y luego las labores preliminares básicas (determinación de la posibilidad, elección del tratamiento silvícola y de los métodos de regeneración de las masas y normas para las aortas). Por último, examina algunos casos particulares: ordenación de masas convertidas, parques y bosques destinados al turismo, etc.

El autor menciona particularmente el sistema de fondos de reserva que muy a menudo se descuida, aun cuando posee indudables ventajas por cuanto proporciona flexibilidad a la ordenación al permitir hacer frente a los cambios que se producen en las situaciones económicas.

El autor no hace recomendaciones específicas sobre los métodos más adecuados a la actual situación forestal del Irán. No se ocupa tampoco de la posibilidad de una ordenación para el aprovechamiento múltiple en los montes donde se permite el pastoreo, como sucede frecuentemente en este país, ni de la utilización de zonas de montaña para aprovechamiento forestal y pastoral a la vez. Sin embargo, su libro pone en manos de los estudiantes y técnicos de habla persa una excelente obra de consulta sobre los problemas que plantea la ordenación de montes y los métodos aplicados en otros países para resolverlos.

Nueva Zelandia

· La Séptima Conferencia Forestal de la Commonwealth, a la que se ha aludido en páginas anteriores de esta revista, se describe detalladamente en el número de diciembre de 1947 de la Empire Forestry Review. En relación con el empleo de especies exóticas en los programas de plantación, que constituyó uno de los temas principales de la Conferencia y en el que Nueva Zelandia tiene, por supuesto, una gran experiencia, la Conferencia invitó al Instituto Forestal de Oxford, Inglaterra, a emprender la recopilación y la publicación de un extenso resumen por especies de los amplios datos presentados a la Conferencia por los Estados Miembros.

La próxima Conferencia que se celebrará en 1962 se reunirá en el Africa Oriental: Kenya, Uganda y Tanganyika.

Con relación a Nueva Zelandia, la Conferencia recomendó que:

1. Se determine el área mínima de monte de especies indígenas necesaria en interés de la nación y que se tomen las medidas para lograr en ésta un rendimiento sostenido; se intensifique el trabajo de repoblación de los terrenos de espesura defectiva en los Montes del Estado y que se incremente la investigación de los problemas de los montes de especies indígenas.

2. En vista de la gran importancia de la ordenación de las cabeceras hidrológicas montañosas para Nueva Zelandia, donde el nivel de vida general depende mucho del elevado nivel de la producción agropecuaria en sus tierras bajas, los problemas de los bosques de protección reciban la más cuidadosa atención por parte de las autoridades pertinentes a la terminación de los reconocimientos ya iniciados.

3. Las plantaciones exóticas se diversifiquen por el empleo de una más amplia gama de especies.

4. Se realicen aclareos y podas tempranos en todas las plantaciones de especies exóticas de segunda rotación y, siempre que sea posible, en las plantaciones más jóvenes de primera rotación, aun cuando tales tratamientos tempranos no sean inmediatamente remuneradores.

5. Es necesario encontrar nuevas salidas y mercados para los productos forestales con el fin de poder someter los bosques de especies exóticas racionalmente, es necesario la creación de importantes instalaciones industriales integradas en las principales zonas forestales, como lo es también la instalación en otros distritos de fábricas para la manufactura en pequeña escala.

6. En vista del auténtico peligro de enfermedades y ataques de insectos, especialmente en los bosques de especies exóticas, se deben intensificar las medidas de precaución y preventivas.

7. Aunque se ha producido una notable expansión en las investigaciones forestales en Nueva Zelandia en los últimos años, es muy necesario que esta expansión aumente en vista de los numerosos problemas pendientes de solución.

Reino Unido

· La Timber Development Association ha empleado aparatos ultrasónicos para descubrir defectos en la madera, habiéndose indicado la posibilidad de utilizar esta técnica para determinar la presencia de tejidos enfermos. El fundamento de este tipo de descubrimiento de los defectos consiste en engendrar ondas de presión (sonoras) de elevadísima frecuencia que se transmiten a través de materiales sospechosas tales como metales o plásticos. Cuando hay defectos, se puede medir la reducción del grado de transmisión en la zona defectuosa. Las ondas ultrasónicas producidas por los detectores de defectos de importancia comercial no dañan los materiales que se ensayan. Los aparatos son portátiles.

En estos ensayos la transmisión de la energía ultrasónica a través de madera se midió tanto en el sentido de la fibra como en sentido transversal a ésta. Una vez alisadas dos zonas situadas en lados de las muestras exactamente opuestos, cada una de unos 25 cm2 de extensión, se aplicó a la madera un agente adhesivo para conseguir un buen contacto entre las probetas y la madera. Para conseguir la transmisión en el sentido transversal a la fibra hubo que quitar la corteza de las superficies a ensayar, pues resultó que la corteza es impenetrable a las energías ultrasónicas empleadas.

La transmisión de energía ultrasónica a través de madera se reduce considerablemente, incluso cuando los defectos que ésta tiene son pequeños. La sensibilidad podría aumentarse probablemente con aparatos especialmente adaptados para descubrir defectos en la madera. No se pudo obtener transmisión alguna a través de 5 cm. de pino rojo infectado de pudrición seca, mientras que se pudo transmitir energía ultrasónica a través de 130 cm. de haya bien seca.

PERÚ: El oficial de asistencia técnica de la FAO destacado en el Perú envía esta fotografía de algunos hermosos troncos de caoba que esperan ser cargados en camiones de 5 toneladas cerca de la carretera principal que va de Pucallpa a Tingo Maria. El desembosque se hace mediante arrastre con tractores y 1a carga, con tractores provistos de malacate.

Foto: M.A.F. Dijkmans

Aparte de su valor potencial como instrumento de investigación para el estudio de la ecología de los organismos patógenos en los árboles, el resultado más importante de esta técnica sería la reducción de las pérdidas de madera de importancia económica. Los árboles de valor se pierden frecuentemente porque las infecciones criptogámicas (tales como las pudriciones del duramen y del raigal) permanecen sin descubrir durante muchos años. El pronto descubrimiento de enfermedades en una plantación selecta permitiría adoptar decisiones en cuanto a su valor potencial y su ordenación futura.

Suiza

· La Dirección de Montes de la FAO ha visto con interés una publicación titulada La forêt et l'économie pastorale dans le Jura (LA SILVICULTURA Y EL PASTOREO EN EL JURA). Se trata de una tesis preparada por el Sr. E. Rieben, oficial de montes de Vallorbes, para presentarla en la Escuela Politécnica Federal de Zurich y representa un profundo estudio de los pastizales alpinos del Jura suizo y más particularmente de los sectores de habla francesa de los cantones de Vaud, Neuchâtel y Berna. Sin embargo, debido al modo en que el autor trata los problemas del aprovechamiento de la tierra y más específicamente de la tierra dedicada a monte y a pastizales en las zonas montañosas y la relación entre ambos aprovechamientos, el libro es de interés general para todos los forestales que se ocupan de estos problemas tan discutidos.

La primera parte de la obra describo el medio físico y las condiciones pasadas que han conducido a los actuales aspectos de las regiones alpinas del Jura de habla francesa. Prácticamente todos los pastizales de esta zona han nacido a expensas del bosque por la acción del hombre y de sus rebaños. Cuando la población estaba esparcida, la tierra se dedicaba a un doble uso: pastoreo y monte, práctica que aún sigue en más de 18.000 Ha., y la consecuencia fué una distribución de los dos aprovechamientos, que a menudo resultó impropia e incluso contraria a la conservación del suelo. La Ley Forestal Federal de 1902, al considerar los pastizales arbolados como parte de los montes y prescribir «el mantenimiento de la actual superficie forestal de pastizales arbolados», asigna a los forestales una gran responsabilidad en el tratamiento de los pastizales alpinos.

La segunda parte del libro es de interés más general. El autor estudia los efectos recíprocos de dos tipos de aprovechamiento de la tierra: forestal y pastoral. Muestra a su vez el efecto del pastoreo sobre la composición específica de las masas forestales, en este caso particular, la regresión del abeto y el haya en relación con la picea, luego su efecto sobre los suelos y finalmente las lamentables consecuencias del pastoreo abusivo. En su conclusión a la segunda parte, el autor muestra muy claramente la necesidad, dadas las condiciones ecológicas y de suelo del Jura y dentro del mareo de una economía que, como en este caso, debe aprovechar al máximo la productividad del suelo, de una completa separación del pastoreo y la silvicultura como formas de aprovechamiento de la tierra. Naturalmente esto no significa en modo alguno que los árboles que crecen en los pastizales, especialmente en las arboledas de protección o en los rompevientos deban eliminarse necesariamente. Muy al contrario, de estos árboles debe sacarse el mayor partido posible y, si es preciso, deberán plantarse árboles y se tomarán medidas especiales para asegurar su regeneración; sin embargo, estos árboles se considerarán como formando parte de los pastizales donde, si están adecuadamente situados, son de gran valor. Por otra parte, la cubierta arbórea continua que ocupa zonas pastorales capaces de producir forrajes de buena calidad debe eliminarse. En las tierras reservadas a la producción de madera, se excluirá definitiva y completamente el pastoreo. La distribución de los árboles a dejar en las tierras de pastoreo dependerá de las condiciones locales y de los fines que se persigan, siendo el principal en esta región proporcionar al ganado un abrigo apropiado contra los vientos fríos y el mal tiempo y proteger el suelo contra la erosión ocasionada por el escurrimiento en las pendientes. En general se eliminarán los árboles aislados o los rodales poco densos en los que solamente se producen pequeñas cantidades de forraje de mala calidad si bien en condiciones distintas a las peculiares del Jura (el autor cita particularmente el caso de las masas de alerce en las grandes alturas de los Alpes) estas masas arbóreas pueden ser especialmente valiosas para los usuarios de los pastizales.

Los puntos que hay que considerar antes de decidir sobre una sensata división de la tierra en terrenos de pastoreo y terrenos forestales, aprovechamientos actualmente bastante distintos, se estudian en la parte tercera de este libro. El autor examina sucesivamente los factores físicos (estación, geología, edafología, clima, re. lleve, que juntos constituyen el grupo fitosociológico) y luego los factores económicos y sociales. Con respecto a los factores económicos, observa que, tomando como base las rentas de los pastizales alpinos obtenidas por las comunidades propietarias, los ingresos por hectárea de pastizal son generalmente nada más que la mitad de los de los bosques (60 francos suizos contra 120 francos suizos). Sin embargo, añade acertadamente que hay que tener presentes otros muchos factores, especialmente el considerable beneficio que obtiene el ganado y la población montañera de su estivación en los pastizales alpinos.

La cuarta parte del libro se refiere a los medios eficaces de separar los terrenos de pastoreo de los forestales (mediante setos y cercas) y a los métodos de repoblación de las zonas en las que ya no se permite el pastoreo.

La eliminación del pastoreo en las tierras dedicadas a bosque entrañaría normalmente la restricción del número de cabezas de ganado que entran a pastar. Sin embargo, el autor oree que no existe necesidad de esto en absoluto en el Jura y que el mejoramiento de los pastizales, descrito por extenso en la quinta parte de este libro, permitirá ampliamente compensar la pérdida de producción de forraje de las zonas restadas al pastoreo. Debe notarse, sin embargo, que este mejoramiento de los pastizales requiere a menudo métodos técnicos muy complejos y una mano de obra, un material y un capital que ciertamente pueden reunirse fácilmente en el Jura, pero que sería difícil encontrar en otras condiciones.

Aquí, además, las operaciones de este tipo son muy favorecidas no solamente por las organizaciones obreras y las asociaciones cooperativas, de las cuales los mismos dueños o arrendatarios de pastizales son los principales sostenedores, sino también por importantes subvenciones cantonales y federales. Esta contribución de las varias partes interesadas en ver realizados estos mejoramientos silvopastorales se estudia en la sexta parte del libro. En conclusión, el autor llama la atención sobre la necesidad de coordinar los esfuerzos de todas las partes interesadas en el aprovechamiento apropiado de la tierra y sugiere la creación de «un organismo servido por personas que posean los necesarios conocimientos de biología, tecnología y economía política que se ocupe especialmente de los problemas de silvicultura alpina y economía pastoral y que pueda establecer enlace además entre los servicios de mejoramiento agrícola, forestal y pastoral...», recomendación general que tiene igual aplicación en otras muchas regiones.


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