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Aparatos para la lucha contra las plagas y enfermedades


S. F. POTTS

Entomólogo, ex-miembro del Servicio Forestal norteamericano, Secretaría de Agricultura de los Estados Unidos

Está ya muy generalizada la aplicación de espolvoreos, pulverizaciones diluidas y concentradas y aerosoles para combatir las plagas y enfermedades agrícolas y forestales. Las prácticas, sin embargo, no han alcanzado ano el grado de perfección que podrían haber logrado ya y muchas zonas se tratarían con mayor eficacia y menor costo si se contara con datos más exactos. El presente trabajo describe los métodos que se aplican actualmente en Norteamérica y, además de ocuparse de los insecticidas y fungicidas, ofrece información sobre aparatos y métodos de aplicación de nuevos herbicidas, silvicidas, nutrientes foliares y fertilizantes. Los posibles efectos nocivos de un generalizado empleo de métodos de lucha química en la agricultura y en la silvicultura interesan en modo particular a la FAO y a muchos otros organismos. Se estudian también estos efectos, pero todavía hace falta recoger muchos más datos.

Consideraciones sobre la aplicación

Tamaño de las partículas de los insecticidas y su relación con la aplicación, distribución y deposición

Los últimos adelantos en la aplicación de insecticidas en forma de humos, aerosoles de gas licuado y pulverizaciones finamente atomizadas con equipos de tierra o aéreos, han hecho resaltar la importancia del tamaño de las partículas o de las gotas como factor determinante de la deposición, distribución y eficacia de los espolvoreos y pulverizaciones concentradas (Potts, págs. 716-719). En las condiciones de campo, las diminutas partículas de polvos finamente triturados, humos insecticidas, aerosoles atomizados y pulverizaciones concentradas no se depositan en la superficie de las plantas, de los insectos o de otros objetos. Tales objetos están rodeados por una película o campo de resistencia a cuyo través no pueden penetrar las partículas diminutas. Un campo eléctrico y un blindaje de aire en torno a tales objetos puede ocasionar una repulsión de las partículas. Las condiciones microclimáticas originadas por diferencias de temperatura, humedad y peso del aire cerca de tales objetos, provocan corrientes de aire que arrastran las partículas. La deposición es especialmente reducida en los días cálidos y soleados, y con frecuencia existe una diferencia de temperatura de hasta 10° F. entre las porciones soleadas y en sombra de una hoja. En el envés de una hoja abarquillada se ha observado un depósito menor que en el haz.

Las partículas mayores, ya sean líquidas o sólidas, así como los grupos o aglomerados de pequeñas partículas de polvo, son lo suficientemente posadas para atravesar esta película resistente y entrar en contacto con la superficie de las hojas, de los insectos o de otros objetos.

Productos en polvo

Una serie de estudios efectuados entre 1926 y 1935 llegó a las siguientes conclusiones en cuanto a los productos en polvo:

Las partículas pequeñas de polvo no forman buenos depósitos. Las nubes de polvo están formadas por mezclas de partículas y de grupos de éstas, los cuales pueden constar de 25 a 300 partículas simples (Potts, 1940). Tales grupos pueden depositarse en una superficie, pero no se adhieren bien. Una vez expelido el producto en polvo a una distancia considerable mediante una turbina, los grupos de partículas no tienden a separarse, ni las partículas simples a aglomerarse.

Las partículas de sustancias pesadas, como la barita, se depositan algo mejor que las de materiales ligeros, como el derris, si bien desde el punto de vista de la deposición el peso de las partículas individuales no es tan importante como la presencia de aglomerados en la nube de polvo.

La cantidad depositada de una nube de polvo pesado expelida mediante corriente de aire a baja velocidad es proporcionalmente mayor que de una nube de polvo ligero expelida a gran velocidad y con un alto volumen de aire.

El polvo aplicado a gran velocidad penetra a través de la capa resistente que rodea los objetos próximos al soplador y se deposita sobre ellos; sin embargo, a pocos pies de distancia, el efecto de la elevada velocidad inicial queda anulado. Esto explica parcialmente por qué los aparatos de tierra nunca son del todo eficaces para espolvorear árboles grandes.

La finura de un producto en polvo indicada en el recipiente no es índica de sus cualidades de deposición. Los siguientes insecticidas se enumeran en orden decreciente según la proporción de polvo depositada sobre las hojas: azufre, arseniato de plomo, derris y cubé, pelitre y criolita. Las partículas de azufre son bastante grandes en comparación con las de otros materiales. Las de arseniato de plomo son pesadas y muy finas (casi siempre inferiores a 2 micras de diámetro), pero cuando se aplica, este material forma grupos de partículas. Las partículas de polvo de derris, cubé y pelitre son ligeras y ásperas. El polvo de criolita presenta mayor tendencia que gran parte de los demás materiales a descomponerse en partículas simples al ser aplicado. Proporciona un depósito más ligero que el arseniato de plomo, pero tal depósito puede aumentarse considerablemente añadiendo diez partes o más de pirofilita por cada parte de criolita.

El frente de espolvoreo desde aeroplanos con frecuencia es de varios centenares de pies, pero su anchura efectiva rara vez es superior a 30 ó 50 pies, limitándose la eficacia a aquella porción en que existe un depósito de aglomerados o de grupos de partículas.

Pulverizaciones concentradas

La insatisfactoria deposición y adherencia de los productos en polvo sobre las hojas de las plantas condujo a la preparación de pulverizaciones insecticidas alta mente concentradas y a la aplicación de éstas en forma nebulizada. Este procedimiento permite un recubrimiento con un menor volumen por unidad de superficie. Si bien es precisa una fina atomización para conseguir una distribución adecuada con dosis bajas, las gotitas deben ser lo suficientemente grandes para formar un depósito satisfactorio sobre las hojas y los insectos. La deposición es reducida cuando las gotitas tienen menos de 20 micras de diámetro; en realidad, muy pocas se depositan, a menos de que su diámetro exceda de 25 micras, salvo en los casos en que las gotas se mueven con gran velocidad. El depósito inicial de líquidos finamente atomizados es varias veces superior al de los productos en polvo. La pérdida causada por las lluvias y los vientos hace resaltar aún más las ventajas de las pulverizaciones atomizadas respecto de los espolvoreos.

Tamaño de las gotas en relación con el volumen y con el número de gotas por unidad de superficie

En el Cuadro 1 se muestra el número de gotas de tamaño determinado que se depositarán por milímetro cuadrado y por pulgada cuadrada (645 mm.2) distribuyendo un galón de líquido (3.785.000.000.000.000 de micras cúbicas) uniformemente en una superficie de un acre. Un diámetro de 40 a 70 micras dará por resultado un depósito de 17.931 a 3.354 gotas por pulgada cuadrada, y, un diámetro de 80 a 100 micras, un depósito de 2.157 a 1.164 gotas por pulgada cuadrada.

CUADRO 1. - TAMAÑO Y NUMERO DE LAS GOTAS DEPOSITA DAS POR UNIDAD DE SUPERFICIE DISTRIBUYENDO UN GALÓN DE LIQUIDO UNIFORMEMENTE EN UNA SUPERFICIE DE UN ACRE1.

Diámetro real, micras

Volumen, micras cúbicas

N° de gotas por mm.2

N° de gotas por pulgada cuadrada

1

0,52

1780125

-

2

4,2

222516

-

3

14,18

65930

-

4

33,6

27814

-

5

65,6

14242

-

6

113,4

8241

-

7

180

5197

-

8

269

3476

-

10

525

1780

-

12

907

1030

1148100

13,5

1289

725

-

15

1772

527

-

17,5

2814

332

-

18

3062

305

-

20

4200

222

143190

24

7257

129

-

25

7442

125

80625

30

14175

66

42570

35

22507

41,5

26767

40

33600

27,8

17931

45

47838

19,5

12577

50

65520

14,3

9224

55

87343

10,6

6837

60

113400

8,2

5289

70

180007

5,2

3354

80

268800

3,5

2157

90

382725

2,44

1574

100

525000

1,78

1164

110

699000

1,33

856

120

907000

1,03

664

130

1153000

0,81

530

140

1440000

0,65

425

150

1771000

0,53

347

160

2150000

0,43

277

170

2579000

0,36

232

180

3061000

0,30

194

190

3600000

0,26

168

200

4200000

0,22

142

220

5590000

017

111

240

7257000

0,12

78

260

9227000

0,10

65

280

11528000

0,08

52

300

14175000

0,066

43

400

-

0,028

18

500

-

0,014

9

1000

-

0,0018

1,1

1 Equivalente a 934.568 micras cúbicas de liquido por milímetro cuadrado.

Para la aplicación de líquidos concentrados con aparatos terrestres por corriente de aire, el margen óptimo de diámetros de las gotas es de 30 a 80 micras, con un diámetro medio de masa de 40 a 50 micras, y para la aplicación aérea de 70 a 100 micras, según la densidad y el tipo del insecticida, la volatilidad del excipiente, el tamaño de la vegetación, la clase de insecto, el tipo de aparato de distribución y las condiciones atmosféricas. En determinadas circunstancias, que se examinan más adelante, el tamaño de las gotas para la aplicación aérea debe ser considerablemente mayor. En el Cuadro 2 puede verse que un ligero cambio en diámetro altera notablemente el volumen y el número de gotas. Por ejemplo, cuando el diámetro es de 20 micras hay alrededor de 8 veces más gotas que cuando el diámetro es de 40 micras; cuando es de 40 micras, el número es 16 veces mayor que con diámetro de 100 micras; y en este último caso hay 125 veces más gatas que con un diámetro de 500 micras. Con un diámetro de 50 micras hay en un galón de mezcla tantas gotas como en 143 galones cuando el diámetro es de 260 micras. En toda pulverización el número de gotas pequeñas es, en proporción, mucho mayor que el de gotas grandes, pero son estas últimas las que contienen el mayor volumen de líquido.

CUADRO 2. - DIÁMETRO DE LAS PARTÍCULAS EN LOS SISTEMAS DE DISPERSIÓN LÍQUIDO-EN-AIRE Y SÓLIDO-EN-AIRE.

Clase

Diámetro (en micras)

Diámetro numérico (micras)

Sistemas de dispersión liquido-en-aire

Pulverización

150 a 3000

750

Nebulización concentrada gruesa

51 a 500

175

Nebulización media

60 a 350

75

Nebulización fina

10 a 50

30

Niebla húmeda

10 a 50

35

Niebla seca

1 a 10

5

Aerosoles (finos)

1 y menor

0,4

Aerosoles (gruesos)

2 a 4

3

Sistemas de dispersión sólido-en-aire

Polvo

más de 10

-

Nabos

de 0,1 a 10

-

Humo (casi siempre de partículas tamaño aerosol)

hasta 5 y menor

-

Aerosol

menos do 4

-

En la aplicación aérea, las gotas grandes son necesarias por razón del viento, corrientes ascendentes debidas a la radiación calórica, capas de aire pesado y húmedo por encima de las copas de los árboles y pequeñas zonas irregulares de terreno quebrado. Los vuelos bajos en extensas superficies de terreno nivelado hacen posible la adopción de gotas menores y, por consiguiente, el volumen usado es menor, y también el costo. Para vuelos bajos sobre sembrados sería posible adoptar un tamaño medio de las gotas de 60 a 70 micras. Excepto cuando se trate de destruir insectos bajo una espesa cubierta vegetal, es preferible reservar las gotas mayores para el tratamiento de zonas forestales.

Los caldos de peso específico elevado (1,3 a 1,6 pueden depositarse en gotas menores que los de peso especifico inferior (0,8 a 1,0). Para gotas con peso específico de 1,0 el tiempo necesario para descender 50 pies en aire quieto a una temperatura de 23º C., es el siguiente:

Diámetro en micras

Tiempo

200

13 segundos

100

51 segundos

80

1,3 minutos

50

3,4 minutos

40

5,2 minutos

20

21 minutos

10

1,4 horas

5

5,5 horas

1

5 días

Las corrientes de aire ascendentes o descendentes cambiarán la velocidad de subida o bajada, pero la velocidad del viento no altera ésta (Miller, 1935, pág. 160). La velocidad de descenso de las gotas de distintos tamaños se calculó por la ley de Stoke. Si las demás condiciones son las mismas, mientras menores sean las gotas y más tiempo floten en el aire, mayor será la evaporación y la deriva aérea. La temperatura, la humedad, la velocidad del viento y las características químicas influyen también sobre la evaporación y desecación de las partículas. Una considerable evaporación reduce el tamaño de las gotas y las obliga a descender más lentamente y a derivar más lejos. Se ha conseguido algún aumento en el tamaño y en el peso de las partículas descendentes añadiendo yumidol (un hexahidroxialcohol higroscópico). Las partículas de pentóxido de fósforo, cloruro de magnesio y cloruro de calcio aumentan grandemente de tamaño y peso mientras flotan en el aire, pero cuando se mezclan con un insecticida estos preparados dañan algunas clases de hojas.

La distancia a que derivará por el aire una gota de 100 micras de diámetro y peso específico de 1,0 mientras desciende 50 pies en una masa de aire que se desplace en sentido paralelo al suelo, es la siguiente:

Millas por hora

Pies

0,25

22

0,5

45

1

87

2

175

3

265

4

348

5

435

10

765

Una gata de 200 micras de diámetro y otra de 50 micras de diámetro derivará de un cuarto y cuatro veces respectivamente, los valores dados.

Para obtener gotas muy pequeñas de 4 a 40 micras de diámetro, el líquido puede atomizarse con un gas licuado o con un aparato adecuado. Para depositar el mismo número de gotas de tamaño dado, es preciso en el primer caso aplicar un mayor volumen de líquido dependiendo la cantidad de la proporción de gas licuado en la solución.

Aerosoles térmicos fumógenos

Los aerosoles térmicos están indicados en algunos tratamientos interiores 0 de locales cerrados. No son especialmente prometedores para su empleo en el campo, pese al carácter espectacular de las nubes de humo. Una de las cualidades del humo es que puede quedar dispersado a grandes distancias y depositarse sobre las alas, patas y antenas de pequeños insectos en vuelo, como los mosquitos y los simulios.

Los puntos flacos de los humos insecticidas son los siguientes:

1. Sólo queda depositado un porcentaje extremadamente reducido del insecticida.
2 No pueden dirigirse contra el viento ni hacia arriba.
3. El intenso calor necesario descompone algunos productos químicos.
4. Existe a veces el peligro de incendios.
5. De ordinario no pueden aplicarse suspensiones de polvos mojables.

La Figura 1 muestra un procedimiento de aplicar humos utilizando un aceite pesado combustible como fuente de energía térmica. Desde 1927 hasta 1929, S. F. Potts y D. F. Barnes aplicaron en experimentos preparados arsenicales, rotenona, pelitre, nicotina y aceites en prácticamente todas las condiciones posibles. El deposito al aire libre era por término medio sólo el 2 por ciento del obtenido cuando la misma cantidad de insecticida se aplicaba con pulverizador hidráulico. Los intentos de aumentar el tamaño de las partículas no alcanzaron gran éxito porque, cuando se conseguía un aumento suficiente para la deposición, las partículas sólo quedaban proyectadas a unos cuantos pies de distancia.

FIGURA 1. - Aplicación de aerosol «de humo» en zonas forestales infestadas de lagarta peluda.

Las partículas de polvo pueden recubrirse en el aire por gotitas de aceite si la mezcla se produce en el vacío 0 a presión.

Los aerosoles de gas licuado tienen un campo potencial de aplicación más limitado que las pulverizaciones concentradas, pero mucho mayor que los humos.

Para obtener una distribución adecuada con bajo volumen se precisa una fina pulverización, pero las gotas deben ser lo suficientemente grandes para depositarse sobre las hojas y los insectos. Todo parece indicar que para aplicaciones en tierra la pulverización debe estar compuesta en su mayor parte por gotas de 30 a 80 micras de diámetro. Para aplicaciones aéreas, el tamaño será de 70 a 100 micras si el terreno es amplio y nivelado, y de 100 a 300 micras si se trata de combatir ciertos insectos forestales en terreno quebrado. Los aerosoles de humo dan un depósito residual muy bajo.

Algunos de los factores que determinan el tamaño de las partículas o gotas son el tipo del dispositivo distribuidor, la presión, la clase de boquilla, el tamaño y la forma del orificio de ésta, la velocidad del viento, la concentración y densidad del caldo, el tipo de insecticida, la tensión superficial, la viscosidad de la mezcla, la velocidad de volatilización de los ingredientes, la distancia a que las partículas deben derivar, el viento y otros factores meteorológicos, el volumen y compacidad del follaje y la velocidad de descenso.

GASTO DE LA BOQUILLA EN RELACIÓN CON EL CALIBRE DEL ORIFICIO

Los datos y cuadros que siguen son los resultados de centenares de ensayos, reiteraciones de millares de muestreos y mediciones de gotas efectuadas durante un intenso y amplio estudio sobre este tema en los diez años últimos. Todos los datos que se dan son del autor, excepto cuando se indica lo contrario.

En el Cuadro 3 se da el gasto de boquillas de cono y de chorro lleno para diámetros del orificio y presiones determinados. El correcto empleo y ajuste de estas boquillas se discutirá más adelante al hablar de la cons- trucción y utilización de los aparatos. Es importante observar que las boquillas de pulverización en cono con ángulo de apertura de 80° gastarán sólo del 30 al 40 por ciento del líquido necesario para boquillas con orificio de pulverización en chorro lleno del mismo diámetro y presión. El gasto disminuye a medida que el ángulo de apertura de la pulverización aumenta desde 0° hasta 180°. Las boquillas de pulverización en abanico gastan teóricamente lo mismo que los orificios para pulverización en chorro lleno, pero en realidad el gasto es alrededor del 10 por ciento menor debido a la resistencia ofrecida por las paredes del pico de la boquilla inmediatamente delante del orificio. En general, el aumento o disminución del gasto es proporcional a la raíz cuadrada de la presión. Por ejemplo, un orificio determinado gastaba 5, 7,07 y 10 galones por hora a 25, 50 y 100 libras/pulgada cuadrada.

La viscosidad y la tensión superficial son a veces factores en el gasto del liquido en relación con la temperatura. Por ejemplo, a la temperatura de laboratorio, el gasto de 5 boquillas de presión directa cuando se aplicaba keroseno o aceites de viscosidad Saybolt de 30 a 35 segundos, era de un 5 a un 12 por ciento mayor que cuando se aplicaba agua. Si la viscosidad era de 40 segundos, el gasto de agua y de aceites era igual. Con una viscosidad de 50 segundos, el gasto de aceites era un 85 superior que el de agua, y a 100 segundos los aceites no fluían debidamente si los orificios eran inferiores a 3/32". Sin embargo, cuando se preparaban como emulsiones al 25 por ciento, los aceites de viscosidad de 100 a 200 segundos fluían a la misma velocidad aproximada que el agua. A temperaturas de 30° F. 0 inferiores, los aceites de viscosidad de 60 segundos o más no salían debidamente por las boquillas.

CUADRO 3. - GASTO DE LAS BOQUILLAS DE PULVERIZACIÓN EN CONO Y DE CHORRO O LLENO SEGÚN EL DIÁMETRO DEL ORIFICIO Y LA PRESIÓN

Diámetro del orificio en centésimas de pulgada

Gasto como chorro lleno a 50 libras

Gasto pulverización en cono1 con apertura de 70° a 80º

25 libras/pulgada2

50 libras/pulgada2

100 libras/pulgada2

Galones/hora

Galones/hora

Galones/hora

Galones/hora

1

1,1

-

-

0,5

2

4,4

1

1,45

2,1

3

9,9

2,3

3,24

4,6

4

17,6

4,1

5,76

8,1

5

27,5

6,3

9

12,6

6

40

9,1

13

18,3

7

54

12,6

18

25,3

7,8

66

15,4

22

30,8

8

70,4

16,1

23

32,2

9

89,1

20,5

29,3

42

10

110

25,3

36,3

51,8

12,5

172

39,2

56

78,5

15

248

57

81

114

17,5

337

77

110

154

20

464

101

144

202

25

688

158

225

315

37,5

1547

355

506

709

50

2750

630

900

1260

1 Con gastos inferiores a 3 galones/hora el ángulo de la boquilla era inferior a 80º dependiendo algo de la presión.
2 Divídase por 60 para averiguar los galones por minuto.

ANÁLISIS DE LAS NEBULIZACIONES

Para obtener la máxima eficacia en la lucha contra las plagas, ofreciendo a la vez el mayor grado posible de seguridad para las plantas, es preciso que el tamaño de las gotas y la velocidad sean los que exactamente convienen al recubrimiento completo y deposición de caldo sobre las hojas, acículas, ramos e insectos, a distancias determinadas verticales u horizontales. La penetración y recubrimiento de un follaje denso exige un menor tamaño de las partículas y una mayor velocidad del aire que en el caso de un follaje ralo y de árboles en período de reposo vegetativo. A medida que disminuye el tamaño de las partículas es mayor la necesidad de aumentar la velocidad del aire para proyectar las gotas. La solución de este extremo queda aún más dificultada por el hecho de que la velocidad del aire disminuye mientras mayor es la distancia desde el aparato, lo cual obliga a aumentar el tamaño de las partículas en proporción con esta distancia. En la medida de lo posible, se utilizarán preparados que no se volatilicen rápidamente, pues en este caso el tamaño de las partículas se reduciría en el aire.

Para determinar el tamaño óptimo de las gotas se han preparado dos series de cifras: una eran los cálculos teóricos basados en los estudios de Sell (1931) sobre la deposición de las partículas en una corriente de aire en movimiento y en la ley de Stoke (Miller, 1935), que muestra que las partículas caen con una velocidad que depende de su diámetro o de su área superficial y de su peso específico. La otra serie de cifras procedía de ensayos prácticos de campo.

La fórmula de Sell para calcular la velocidad mínima del aire para un depósito máximo es la siguiente:

, en la cual

V1 = es la velocidad mínima para un depósito máximo en millas por hora;
S = es la anchura del objeto en pulgadas;
D = es el diámetro de las partículas en micras.

La velocidad del aire ascendente necesaria para vencer la inercia de caída puede calcularse por la siguiente fórmula:

V2 = 0,0000605D2, en la cual

V2 = es la velocidad del aire en millas por hora para vencer la fuerza do gravedad do una pulverización oleosa que pese 7,8 libras por galón.
D = es el diámetro do las partículas en micras.

El aumento o disminución del peso específico de la solución hace aumentar o disminuir directamente la velocidad del aire necesaria para vencer la inercia de las gotas.

CUADRO 4. - VELOCIDAD DEL AIRE NECESARIA PARA VENCER EA GRAVEDAD DE GOTAS CON PESO ESPECÍFICO DE 1, APLICABLE A LA PROYECCIÓN VERTICAL

Diámetro de las gotas en micras

12.5

25

50

75

100

125

150

175

200

300

Velocidad V2 del aire para vencer la gravedad en millas/hora

0,01

0,044

0,018

0,38

0,67

1,06

1,51

2,06

2,7

6

La velocidad mínima del aire (V1) necesaria para la deposición varía en relación inversa con el tamaño de las gotas y con la velocidad del viento (V2) necesaria para vencer la gravedad. Cuando se suman estas dos puede averiguarse el tamaño óptimo de las gotas para objetos de diverso tamaño.

CUADRO 5. - VELOCIDAD MÍNIMA DEL AIRE PARA UNA DEPOSICIÓN EFICAZ CON ELEVACIÓN PARA GOTAS Y OBJETOS DE DIVERSO TAMAÑO

Anchura del objeto en pulgadas

Diámetro de las partículas en micras

25m

50m

75m

100m

125m

150m

175m

200m

300m

Millas por hora

½

4

1,2

0,7

0,8

1

1,4

1,6

1,8

5,5

1/4

8

2,2

1,2

1,1

1,3

1,6

2

2,5

5,7

½

16

4,2

2,1

1,6

1,6

1,8

2,2

2,7

5,8

1

32

8,2

3,9

2,6

2,2

2,3

2,5

2,9

5,9

2

64

16,2

7,5

4,6

3,5

3,1

3,2

3,4

6

3

96

24,2

11

6,6

4,8

4

3,8

3,9

6,1

4

128

32,2

14,6

8,6

6

4,9

4,6

4,4

6,2

8

256

64,2

28

16

11

8

7,4

5,4

6,3

Aparato terrestres

NEBULIZADORES

El nebulizador es la máquina pulverizadora más interesante por incorporar los principios de todos los tipos de aparatos de tierra y también muchos de los principios de los equipos aéreos. Se prestan a una gran variedad de usos y adaptaciones y si hasta ahora no gozan de tanta popularidad como los tipos de máquinas sin corriente de aire y a bajo volumen es porque sólo un reducido sector de posibles usuarios están familiarizados con ellos.

Los requisitos y accesorios para los aparatos por corriente de aire varían considerablemente según la clase de vegetación y la extensión de las zonas que deban tratarse. En el Cuadro 6 se indican las características aproximadas para usos generales.

Ventiladores y órganos de salida

En los nebulizadores por corriente de aire el ventilador es el órgano clave, de igual manera que la bomba lo es para los pulverizadores hidráulicos. Los ventiladores pueden aplicarse según dos modalidades:

1. Una corriente de aire a gran velocidad (185 a 300 millas por hora) atomiza y proyecta el líquido;

2. Una corriente de aire a media velocidad (90 a 185 millas por hora) combinada con boquillas hidráulicas de presión o centrífugas pulveriza y distribuye el líquido.

CUADRO 6. - POTENCIA, PESO Y CAPACIDAD DE AIRE DE LOS NEBULIZADORES

Potencia necesaria

Peso en libras

Velocidad del aire en millas/hora

Volumen de aire (pies3/min.)

Montaje preferente

1,5 a 2

90-100

225

150

Carretilla, camioneta, remolque, tractor pequeño

4 a 5

300

180

800

Remolque camión, tractor

7

500 a 1200

175

1700

Remolque, camión, tractor grande

12

600 a 300

145

3600

Remolque, camión, tractor

15

700

145

4000

Camión, remolque, tractor grande

25 a 30

1800 a 2000

135

8000

Camión, remolque arrastrado por tractor

40 a 50

3000

125

12000 a 15000

Camión, remolque arrastrado por tractor

25

2000

80 a 100

19000

Camión, remolque arrastrado por tractor

752

4000 a 5000

120

24000 a 30000

Remolque arrastrado por tractor

1 El poso de 200 a 300 libras se refiere al aparato con un motor ligero de dos tiempos.
2 Para la descarga desde ambos lados de la máquina.

Existen dos tipos generales de ventiladores: los axiales y los centrífugos. Los llamados ventiladores de álabes curvos de jaula o palas múltiples y de efecto múltiple son sólo variaciones de estos dos tipos. No existe un tipo concreto de ventilador que sea el más adecuado para todas las condiciones, pues un ventilador dado puede influir sobre una máquina favorable o desfavorablemente, según el trabajo que deba realizarse.

La transmisión por correa y a veces la transmisión directa han tenido buen éxito. Las transmisiones por engranajes cónicos en ángulo recto de construcción débil siempre se averían. Sin embargo, una transmisión de este tipo suficientemente robusta puede trabajar en una armazón resistente e inmóvil. Los ventiladores deben ser fijos y tan silenciosos como sea posible.

Los principales factores que determinan el tipo de ventilador que deberá usarse son la velocidad del aire exigida para pulverizar y depositar el líquido, las dimensiones de la máquina y si ésta ha de ser accionada por uno o dos hombres. En general los aparatos muy pequeños (Figuras 2 y 3) utilizan aire a gran velocidad para pulverizar el líquido por efecto cortante. Por consiguiente, pueden servirse de ventiladores de gran velocidad, bajo volumen y efecto sencillo o doble. De ordinario, los aparatos de dimensiones medias se sirven de una combinación de aire a la velocidad de 125 a 150 millas/hora y de presión hidráulica de 150 libras/pulgada2, expeliéndose el líquido pulverizado a través de boquillas de discos. Las máquinas de este tipo suelen expulsar de 4.000 a 10.000 pies3 de aire por minuto con cualquiera de los dos tipos de ventiladores (Figuras 5 y 6).

FIGURA 2. - Nebulizador de tipo trineo, de 90 libras de peso en vacío, que puede montarse sobre una carreta, un tractor o un camión para tratar árboles pequeños y arbustos de hasta 30 pies de altura

Foto: Connecticut Agr. Expt. Stn. New Haven, Estados Unidos.

Las máquinas de volumen muy elevado y baja velocidad pueden exigir un ventilador auxiliar pequeño de gran velocidad y bajo volumen para pulverizar el caldo y distribuirlo en la corriente de aire procedente de un ventilador grande, o bien pueden pulverizar el líquido con boquillas de cono o de abanico a una presión de 200 a 600 libras/pulgada2. Para la mayor parte de árboles forestales o de sombra son necesarias velocidades del aire de 120 a 150 millas/hora en volúmenes mínimos de 8.000 pies3/min. Para los árboles de 70 a 100 pies de altura son preferibles volúmenes de 12.000 a 15.000 pies3/min. a velocidades de 120 a 135 millas/hora, o de 18.000 a 26.000 pies3/min. a velocidades de 95 a115 millas/hora, especialmente cuando se trata de combatir el barrenillo del olmo y otras plagas en las cimas de los árboles.

FIGURA 3. - Nebulizador de carretilla. El motor (A) de 1,5 C.V. acciona el ventilador (B) de alta presión con una capacidad de 120 pies cúbicos de aire por minuto a una velocidad aproximada de 240 millas por hora a la salida de la boquilla (C) de 11/4" de diámetro. El caldo concentrado del depósito (D) de 3 galones se mantiene en suspensión por la agitación que proporciona una derivación de la bomba. La presión se mantiene por la bomba (E), accionada por una correa desde el meter, y se lee en el manómetro (F), regulándose con la válvula (G) a unas 5 libras. El circuito se mantiene limpio gracias al filtro (H) intercalado entre el depósito y la bomba. Las mangueras son de neopreno, resistentes a productos concentrados oleosos. Desde la bomba el liquido se dirige a la válvula de admisión (I), que se regula girando la empuñadura del manillar izquierdo (J), y continúa hasta el extremo de la boquilla. Penetra en la cámara circular hueca de la boquilla (K), que presenta cuatro bocas de salida con orificios de 1/6", con descarga en la corriente de aire del ventilador. Este chorro de aire a gran velocidad atomiza el producto concentrado y proyecta la niebla en la dirección en que se dirija la boquilla. La elevación y bajada de la boquilla se regula girando la empuñadura (L) del manillar derecho. Describe un arco de 200 o, pudiendo así pulverizar en ambos lados. El traslado del pulverizador hasta el próximo punto de tratamiento requiere un esfuerzo mínimo por estar equilibrado el peso de 140 libras sobre la rueda de 16" con neumático de 4". De esta forma un 8010 operario puede encargarse de toda la operación.

FIGURA 4. - Nebulizador de 6 C.V. con boquera simple de 5 pulgadas de diámetro, boquillas, bomba y triple orificio de salida.

Existe una relación óptima entre la velocidad y el volumen expulsado para conseguir la máxima altura y distancia de lanzamiento con una potencia mecánica determinada y en las condiciones de campo. El volumen de aire expelido es directamente proporcional al cuadrado del diámetro de la boquera. Por ejemplo, una de 24 pulgadas de diámetro hace salir cuatro veces más aire que una de 12 pulgadas de diámetro a la misma velocidad. En el Cuadro 7 se dan las velocidades óptimas para toberas de distinto tamaño y para el tratamiento de árboles de sombra. Las cifras del Cuadro 7 no corresponden exactamente a las del Cuadro 6, debido en primer lugar a una ligera diferencia en el diámetro de la boquera, ni con las del Cuadro 8, ya que este último se refiere a la máquina en funcionamiento, mientras que el Cuadro 7 refleja las condiciones óptimas.

Cuadro 7. - VELOCIDAD Y VOLUMEN ÓPTIMOS PARA BOQUERAS REDONDAS DE DIÁMETRO DETERMINADO (TRATAMIENTO DE ÁRBOLES)1

Diámetro de la boquera en pulgadas

Velocidad optima en millas/hora

Volumen en pies3/min.

4

170

1300

8

150

4200

10

145

6300

10,5

140

6300

12

130

8000

15

126

2

18

123

2

20

120

21000

24

115

27000 (aprox.)

1 Velocidad a la salida. La velocidad de deposición es mucho menor.
2 No se cuenta con cifras.

En las máquinas pequeñas, como las de tipo de carretilla, se ha utilizado una velocidad del aire mucho mayor (de 200 a 300 millas/hora) por ser ésta la que pulveriza el líquido (Figura 3).

Las máquinas grandes deben estar calibradas de forma que sea posible una regulación del gasto entre 20 y 180 galones/hora (1/3 a 3 galones/minuto) (Figuras 6, 7 y 8).

FIGURA 5. - Tratamiento de seis hileras de 30 pulgadas de materiales de vivero con un nebulizador montado a 4 pies sobre el nivel del suelo sobre un tractor pequeño.

El tamaño, forma y adaptabilidad de la boquera son importantes. Para máquinas pequeñas que desarrollan grandes velocidades es esencial una boquera muy adaptable para conseguir un recubrimiento uniforme. Cuando la pulverización debe proyectarse a grandes distancias, como en el tratamiento de árboles de sombra o en el combate contra mosquitos, el tipo de boquera más eficaz es el redondo y corto. Para las máquinas hortícolas grandes operadas por un hombre debe sacrificarse alguna fuerza y velocidad del viento en favor de una dispersión suficiente cerca de la máquina. Esta dispersión puede conseguirse con boqueras de abanico o acanaladas provistas de paletas deflectoras, o con toberas redondas múltiples.

FIGURA 6. - Nebulizador de 30 C.V. montado sobre una plataforma giratoria para el tratamiento de árboles altos.

La velocidad del aire a una distancia determinada del ventilador depende de los ocho factores siguientes:

1. movimiento del aire (viento);

2. volumen del aire;

3. diámetro de la tobera redonda o anchura de la tobera de abanico o acanalada;

4. forma de la boquera y ángulo de las paletas deflectoras;

5. temperatura, contenido de humedad y peso del aire;

6. corrientes de aire ascendentes o descendentes;

7. velocidad y dirección del viento en relación con la dirección de descarga del ventilador;

8. velocidad de desplazamiento de la máquina: ésta reduce la distancia y la velocidad del viento (una marcha de 2 millas por hora equivale a un viento de 5 millas).

CUADRO 8. - VARIACIONES EN EL GASTO DE LÍQUIDO SEGÚN EL TAMAÑO DE LAS BOQUERAS

Gasto de liquido en galones/hora

Diámetro de la boquera en pulgadas

Margen de variación

Satisfactorio en condiciones

1,25

5-15

7

2

10-25

14

4

15-40

20

10

20-72

40

12

25-120

50

15

30-150

60

18

35-168

70

20

40-180

80

24

45-180

90

La adaptabilidad de la tobera puede determinar el tipo de ventilador que se adopte para una eficacia máxima. Por ejemplo, algunos ventiladores axiales son más eficaces para proyectar el aire en línea recta que los ventiladores de paletas o de tipo centrífugo. Sin embargo, para utilizar ventiladores axiales en el tratamiento de árboles forestales y de sombra es necesario gastar parte de la energía en forzar un cambio de dirección de la corriente de aire si el ventilador y la boquera no pueden girar juntos. En cambio, algunos de los ventiladores de paletas o centrífugos con boquera recta y corta pueden girarse o inclinarse fácilmente hacia arriba y abajo en un arco de 180° a 230º sin alterar por eso la fuerza del aire. Esta posibilidad y la que ofrece una plataforma rotativa con ángulo de giro de 180° resuelven todos los problemas de aplicación. Además, es así posible hacer el aparato de menor longitud y más simple a la vez que de funcionamiento máz eficaz.

CUADRO 9. - VELOCIDAD DEL AIRE A DIVERSAS DISTANCIAS HORIZONTALES DEL VENTILADOR CON DESCARGA POR BOQUERAS REDONDAS 1

Diámetro de la boquera (pulgadas)

Volumen aproximado (pies3/min.)

Velocidad en millas/hora a las siguientes distancias desde el ventilador

A la salida

A 10 pies

A 25 pies

A 50 pies

A 75 pies

A 100 pies

A 150 pies

A 200 pies

1

140

300

15

2

0

0

 

 

 

1,25

200

225

20

3

0

 

 

 

 

2

370

200

30

5

1

0

 

 

 

4

1300

170

40

8

2

0,2

0

 

 

8

3800

125

40

10

3

1

0

 

 

10

6100

140

70

35

6

3

1,8

0

 

10,5

6300

140

75

40

7

3

2

0 a1

 

12

7500

125

60

30

7

4

2,5

1

0

24

20000

90

50

7

6

4

2

0

 

24

28000

120

75

40

17

10

9

7

3

542

27000

50

35

30

8

4

3

2

0

1 Los instrumentos utilizados fueron los siguientes: (a) un manómetro para medir la velocidad del viento en su equivalente en pulgadas de agua de presión; (b) un manómetro de aeroplano; (c) un velocímetro para bajas velocidades, y (d) un anemómetro.
2 No una boquera de tabiques.

Bombas

Pueden utilizarse tres tipos generales de bombas de líquido y de diafragma: de émbolo, centrífugas y de engranajes. Las bombas de émbolo y de diafragma pueden expulsar cualquier clase de mezcla y a cualquier presión. Son más pesadas y costosas que las bombas de engranajes, pero si se mantienen debidamente durarán más que éstas. Las bombas centrífugas metálicas pueden expulsar cualquier clase de mezcla a baja presión (menos de 40 libras/pulgada2). Las bombas de engranajes rectos pueden desarrollar hasta 150 libras de presión a 1.2002.000 r.p.m. De ordinario, las sustancias abrasivas como el azufre y la criolita desgastarán los engranajes a estas elevadas velocidades y presiones, por lo que los actuales tipos de bombas de engranajes no duran mucho cuando aplican tales sustancias abrasivas a presiones superiores a 20 libras. Sin embargo, a presiones de 2 a 15 libras y a velocidades de 350 a 700 r.p.m. las bombas de engranajes de buena calidad pueden durar de uno a tres años. Suelen ser más satisfactorias que las bombas centrífugas para la mayor parte de los nebulizadores. Para las máquinas pequeñas basta con una bomba de engranajes de 1/4", Sin embargo, las máquinas mayores pueden exigir engranajes de 3/8" o de 3/4" o bombas de émbolo de 2 a 4 galones/min. (Figura 9).

FIGURA 7. - Nebulizador de 25 C.V. pulverizando un roble rolo de 80 pies de altura en Yale Bowl, New Haven, Connecticut. La máquina permite la aplicación de espolvoreos, aerosoles, pulverizaciones-espolvoreos, y pulverizaciones concentradas. El conjunto de boquillas llena la corriente de aire. La boquera grande y la regulación de la velocidad hacen posible un chorro de pulverización abierto. Para facilitar la fotografía se añadió una corta cantidad de polvo.

FIGURA 8. - Nebulizador montado sobre camión, tratando un olmo de 70 pies durante el periodo de reposo vegetativo.

Los circuitos de circulación precisan de engrase, reguladores de presión, válvulas de descarga y manómetros con diafragma para impedir la entrada de los líquidos. Para un empleo general son preferibles las bombas de engranajes sin reguladores de presión incorporados. Para un trabajo a bajas presiones son esenciales una válvula de descarga y una válvula de regulación de presión de gran capacidad. En todos los sistemas de pulverización es esencial una presión continua sin oscilaciones.

FIGURA 9. - Cuatro tipos de bombas.

Juntas, guarniciones y mangueras

Todas las juntas, guarniciones y mangueras deben ser resistentes a los disolventes oleosos. Las piezas de caucho del circuito que se desintegran pueden provocar repetidas obstrucciones de las boquillas. Las arandelas de cuero y las mangueras de neopreno (como la Weatherhead), así como otras piezas de plástico, son más resistentes que las de cancho natural. Se espera que algunos de los nuevos materiales sintéticos puedan sustituir el caucho.

Depósitos y agitadores

Los depósitos deben ser del tamaño y forma adecuados, según la capacidad de la máquina y la naturaleza del tratamiento. Para la pulverización de árboles con máquinas grandes bastan depósitos de 40 a 75 galones, pero para frutales son preferibles los de 75 a 300 galones. Para mezclar y agitar toda clase de materiales conviene un fondo redondo o curvado con agitador mecánico. La agitación por válvula de retorno es insuficiente. Los agitadores de paletas deben girar despacio, remover el líquido hasta el mismo fondo y contar con un mecanismo de desembrague. Los agitadores de aletas en espiral pueden girar más de prisa. Los depósitos deben presentar una boca de llenado ancha con filtro desmontable de malla de calibre 12 a 16. Conviene que el depósito tenga un aforador que permita saber el volumen de mezcla presente en su interior. El depósito debe fabricarse con metales anticorrosivos y todas las pinturas con que se recubra deben ser resistentes a los disolventes y a los preparados químicos ordinarios.

Es esencial que el operario pueda vaciar el depósito y el circuito de conducción rápidamente y por completo por medio de un grifo de purga. A voces conviene poder conectar una manguera a este grifo de purga para vaciar los residuos en un lugar conveniente. Es esencial evitar filtros alojados en depresiones del fondo. Asimismo, es muy importante que el depósito pueda desconectarse del circuito de circulación en un punto inmediatamente por debajo del depósito para evitar que el líquido pueda depositarse en los conductos, filtros y boquillas.

Otros detalles constructivos

No deberán montarse llaves de rosca excepto para regular la presión o el líquido que deba desviarse. Es de todo punto esencial una válvula de cierre de efecto rápido accionada por pedal o manija. Esta válvula deberá situarse convenientemente de manera que el operario pueda servirse de ambas manos al mismo tiempo para la manipulación de la boquera o de las palancas de admisión de líquido o polvo. Deberá también permitirle observar la pulverización continuamente, sin cambiar su visual.

Entre la bomba y el depósito debe colocarse un filtro de gran superficie de malla de calibre 16 aproximadamente. Entre la bomba y las boquillas se colocará otro filtro de menor tamaño y de malla de calibre 20. Todas las mezclas preparadas fuera de la máquina deberán introducirse en el depósito a través de un filtro situado en su parte superior. Sin embargo, muchos de los modernos materiales de pulverización con partículas de pequeño tamaño no precisan tal precaución.

Conviene contar con algún medio para medir y regular la cantidad de líquido aplicado por minuto, por árbol o por unidad de superficie o distancia. Para ello debe disponerse al menos de uno de los tres instrumentos siguientes: un medidor de gasto, un medidor de tiempo (de cuadrantes) o un velocímetro para medir el régimen de desplazamiento entre 0 y 6 millas por hora.

La plataforma giratoria puede accionarse con motores hidráulicos o eléctricos (con generador en este caso), impulsarse por el operario con los pies sin moverse del sillín de la máquina o hacerse girar por medio de una polea y un cable. Este último es el procedimiento más simple y barato. La plataforma giratoria debe contar con un buen freno de mano o de pedal.

En el tratamiento de bosques para combatir las malezas y las frondosas, los nebulizadores por corriente de aire de 6 a 16 C.V. se montan en tractores de orugas. Para el tratamiento de árboles de sombra y contra mosquitos la máquina suele montarse sobre un camión con neumáticos anchos para reducir los posibles daños a los céspedes. En aplicaciones hortícolas, el pulverizador se suele arrastrar en un remolque.

Para operaciones nocturnas puede montarse una buena luz fija en las boqueras giratorias.

Conviene servirse de un micrófono de laringe o de uno reversible de pecho para que el operario pueda comunicarse con el conductor. El primero de estos micrófonos cuesta menos de 10 dólares y lleva como accesorios dos auriculares, cuatro pilas secas de 1,5 v. y un cable de dos conductores recubierto de goma.

Especificaciones de pulverizadores para árboles forestales y de sombra altos

Volumen de aire. 8.000 pies3/min. o más, según la velocidad.

Velocidad del aire. 125 millas/hora o más para volúmenes de aire de 8.000 a 10.000 pies3/min.; o 90 a 110 millas/hora para volúmenes de aire de 20.000 a 30.000 pies3/min.

Diámetro de la boquera. 12" o más, según el volumen del aire.

Bomba. Para un gasto de hasta 2 galones por minuto. Para todas las mezclas es satisfactoria una bomba de émbolo o de diafragma, que son las preferibles cuando se trata de aplicar suspensiones de polvo mojable a gran presión. Una bomba de engranajes es satisfactoria si se han de emplear únicamente soluciones y emulsiones. Para polvos mojables es aceptable una bomba de engranajes de ½" a 1" si la presión es menor de 20 libras, siempre que la bomba gire a menos de 750 r.p.m. para reducir el desgaste.

Regulación del gusto. De 1/5 a 2 galones por minuto con instrumento de medición o sin él.

Motor. De ordinario de más de 20 C.V., según el rendimiento exigido.

Depósito. De 40 galones o más, con tapón de vaciado y recubierto con una sustancia resistente a la oxidación y a la corrosión.

Agitador. Es preferible la agitación mecánica, sobre todo cuando se utilizan suspensiones.

Giro de la boquera. Un arco de 210° es suficiente. Debe ser de fácil rotación mecánica o manual.

Plataforma giratoria. Provista de freno y capaz de girar 360° fácilmente. Debe permitir fácilmente el engrase y el recambio de contactos, bujías, etc.

Válvula de cierre. De tipo de accionamiento rápido y al alcance del operario.

Diámetro de giro. Menos de 9 pies.

Espacio ocupado. Menos de 73" × 73".

Peso. Menos de 3.000 libras.

Filtros. Para suspensiones son necesarios filtros de mallas calibre 16 a 20.

Atomización. Capaz de producir gotas de diámetro medio de masa entre 35 y 80 micras.

Construcción. Resistente, duradera, simple, adaptable y fácil de accionar, preparar y transportar.

Situación del sillín y del operario. Debe estar lo más lejos posible del tubo de escape del motor y de forma que no llegue el aire o el material pulverizado.

Montaje. Sobre camión ordinario o remolque.

Rendimiento. Debe responder a las máximas exigencias del trabajo a que se destine, además de ajustarse a las especificaciones anteriores.

Con cada máquina debe suministrarse un folleto de instrucciones sobre funcionamiento y mantenimiento.

PULVERIZADORES DE AIRE COMPRIMIDO Y DE MOCHILA

Pulverizadores de aire comprimido

Llámanse así porque en el depósito y por encima del líquido se comprime una masa de aire. Las piezas esenciales son el depósito (de ordinario cilíndrico) para el líquido, con asa de transporte o correa de bandolera tapón de llenado de cierre hermético, bomba de aire para la compresión y tubo de descarga que conduce el líquido desde el depósito hasta el circuito de salida integrado por la manguera, la lanza, la llave de admisión, el filtro y la boquilla. Son más baratos, más fáciles de limpiar y más populares que los pulverizadores de mochila con bomba de émbolo o de diafragma accionada a brazo. Los pulverizadores de aire comprimido funcionan normalmente con una presión de aire de 25 a 50 libras sobre el líquido.

Para usos especiales que exijan una determinada presión constante es necesario un depósito de aire auxiliar con válvula de entrada y regulador de presión constante entre el depósito de aire y el de líquido.

Algunos modelos utilizan cilindros de dióxido carbónico para obtener la presión de funcionamiento. El gasto es de hasta 15 galones de líquido a una presión uniforme.

Los repuestos de gas son de bajo precio. El empleo del gas comprimido permite utilizar la capacidad máxima del depósito de líquido.

Pulverizadores de mochila

Como su nombre indica, estos pulverizadores se transportan a la espalda como una mochila por medio de dos correas (Figuras 10 y 11). La forma del depósito se adapta a la espalda del operario, pero no siempre es cómodo. Algunos modelos presentan bombas de líquido de émbolo o de diafragma incorporadas, que el operador acciona continuamente mientras pulveriza. Una cámara de compresión reduce las oscilaciones. Otros modelos van provistos con una bomba exterior deslizante de doble efecto. La presión máxima oscila desde 80 libras para el tipo de bomba interior hasta 175 libras para el de bomba deslizante. El accionamiento de la bomba proporciona un cierto grado de agitación mecánica que no es suficiente con mezclas de polvo mojable, si no se completa con sacudidas de vez en cuando. El mango de la bomba puede ir montado a un costado u otro para permitir la pulverización a derecha o a izquierda.

FIGURA 10. - Nebulizador de mochila de 2 C. V. y 38 libras de peso. En la fotografía puede verse el cojín de protección del operario.

FIGURA 11. - Pulverizador de mochila tratando la porción superior de pinos con pulverización concentrada expulsada por una boquilla atomizadora.

La mayor parte de los depósitos de los pulverizadores de mochila se hacen de chapa de acero galvanizada, pero otros modelos más caros llevan depósitos de cobre o de acero inoxidable. La capacidad del depósito varía entre 4 y 6 galones.

Las bombas contra incendios de tipo mochila no se adaptan para la aplicación de líquidos concentrados.

A continuación se dan los defectos más comunes de los pulverizadores de aire comprimido o de mochila hoy fabricados junto con algunos posibles remedios:

1. La manguera es demasiado corta. Para un buen alcance y una buena acción de la palanca es necesaria una longitud de 4 a 5 pies.

2. Con frecuencia el operario sufre daños en la espalda por una insuficiente protección contra el líquido que rezuma de la parte superior del aparato. Esto reviste particular gravedad cuando se trata de algunos disolventes y venenos. El oportuno almohadillado y las tapas herméticas eliminarían este peligro.

3. Las juntas, los émbolos de goma y las guarniciones quedan fácilmente atacados por los disolventes oleosos, como el xileno, por los aceites y por otras varias sustancias químicas. Los pulverizadores deben construirse con materiales resistentes.

4. Algunos aparatos no descargan la totalidad de las mezclas del depósito.

5. Casi ningún tipo está equipado con válvulas de paso duraderas y seguras que no goteen.

6. La agitación es insuficiente.

7. Hay tendencia a la corrosión y oxidación de los depósitos. Esto puede evitarse recubriendo el interior del depósito con una sustancia protectora y lavando y secando el depósito inmediatamente después del uso.

8. Las lanzas de longitud superior a 3 pies son demasiado posadas. Deberá usarse un material ligero, como el magnesio. Si aún así resultan pesadas, pueden usarse lanzas de bambú con un tubo metálico fijado por fuera o en su interior en toda la longitud de la lanza.

(Continúa en el próximo número)

FIGURA 1. - La erosión eólica y las dunas vivas causan graves problemas en muchas partes del Pakistán Occidental. No 8010 impiden las dunas cultivar la tierra, sino que perjudican a los terrenos productivos circundantes al cubrirlos de arenas estériles.


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