Página precedente Indice Página siguiente


Las dunas del Pakistán Occidental

Los trabajos de fijación de dunas iniciados por el gobierno pakistaní en 1955 empiezan a dar resultados alentadores, especialmente con las pertenecientes a la clase de «dunas de las regiones frías», como las que se aprecian en estas fotografías, tomadas por la Organización Central de Conservación de Suelos, que tiene a su cargo, en Quetta, las investigaciones en esta materia.

FIGURA 2. - Las dunas irrumpen en un trigal. En segundo término, un huerto al que ya han sepultado parcialmente.

FIGURA 3. - Cubierta arbórea y viviendas invadidas por las dunas.

Para gran parte de estos trabajos ha sido elegido el valle de Mastung, entre Quetta y Kalat, a 1.800 metros de altitud, celebrado por sus cultivos de regadío, como patatas, cebollas, tabaco, especias, melones, verduras, almendras, albaricoques, melocotones, ciruelas, uvas y manzanas. Por no haber agua suficiente para regar todas las tierras cultivables, parte de ellas tienen que quedar inactivas cuatro o cinco años, durante los cuales se deja al ganado pacer las plantas adventicias, arrancando las arbustivas para hacer leña, con el resultado frecuente de que el horizonte superior del suelo queda expuesto a la erosión eólica durante la sequía estival. De este modo, unos 26 kilómetros cuadrados de terrenos productivos han quedado transformados ya en estériles dunas vivas, cuya sola presencia es una amenaza para vías de comunicación y campos circundantes, además de reducir los rendimientos por la acción abrasiva de las arenas movedizas. Fruto de la investigación de los métodos de lucha contra las dunas, con su fijación ha sido un eficaz sistema para levantar barreras rompevientos y fijar las dunas en la zona sin riegos.

FIGURA 4 - Plantación de Arando donax, Calligonum polygonoides y Tamarix gallica, sin riegos, después del primer ciclo vegetativo.

FIGURA 5. - Rehabilitación de dunas. Plantíos de dos años, a la derecha del sendero, y de un año, a la izquierda.

Cortinas de Calligonum polygonoides, obtenido de semilla; de Arando donax, de cañas muy juntas, y de Tamarix gallica, cuyos esquejes de rama se plantan, en hileras, a metro y medio de distancia, forman rápidamente un rompeviento eficaz y económico. Hay hasta ocho hileras en profundidad, espaciadas a una distancia igual a diez veces la altura que se suponga alcanzará la barrera. Los espacios intermedios se siembran después de especies de árboles maderables y forrajeros resistentes a la sequía, de especies arbustivas y de gramíneas, todas las cuales benefician la economía y el bienestar locales.

FIGURA 6. - Tamarix, a los dos años de su plantación, sin riegos. Obtenido a partir de esquejes.

FIGURA 7. - Robinia pseudoacacia, en una plantación de un año y sin riego, procedente de plantitas de vivero.

FIGURA 8. - Gramíneas forrajeras plantadas después de establecidos los rompevientos. Aquí, una barrera de Arundo donax protege una plantación de Agropyron desertorum y Boutelona spp., de seis meses.

FIGURA 9. - Otra gramínea forrajera, Agropyron elongatum, defendida por una cortina de Arundo donax, a los dieciocho meses de la siembra directa.


Página precedente Inicìo de página Página siguiente