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Perspectivas para la pasta y el papel

El consumo mundial de papel y cartón se ha duplicado en los 20 últimos años, pasando de 28 millones de toneladas métricas en 1938. a más de 62 millones en 1958. Teniendo en cuenta el probable aumento de la población y el desarrollo económico general, tal consumo se hará más - de dos veces mayor en los próximos 15 años.

Esta afirmación la han hecho los principales expertos mundiales que asistieron a la Consulta Mundial de la FAO sobre la demanda, el abastecimiento y el comercio de la pasta y el papel, celebrada en Roma en septiembre. Cifraron el consumo para 1965 en 88 millones de toneladas (de los cuales 17 millones corresponderían al papel para periódicos) y en 134 millones de toneladas para 1975 (26 millones de papel para periódicos). Solamente en América del Norte, el consumo interior habrá llegado para entonces a 57 millones de toneladas (10 de ellos de papel para periódicos) y a 27 millones en Europa Occidental (de éstos, 6 millones de papel para periódicos). La industria ha trazado ya planes para ampliar su capacidad que le permitirán satisfacer la mayor parte del incremento esperado hasta 1965.

Para producir la pasta adicional necesaria para 1975 se necesitarán unos 280 millones de metros cúbicos más de madera rolliza si la pasta se fabrica únicamente a partir de madera. Esta cifra representa aproximadamente una tercera parte de las extracciones actuales de madera para usos industriales. En la Consulta se hizo observar que existen ya dificultades de abastecimiento en Europa Occidental, Cercano Oriente y en algunas partes del Lejano Oriente, o que puede que surjan no tardando mucho. Incluso en Europa Occidental será necesario realizar un esfuerzo sostenido si quieren evitarse dificultades. Se subrayó la importancia del establecimiento de planes a largo plazo para asegurar las necesidades futuras de la industria en cuanto a materias primas.

Para hacer frente al incremento de las necesidades se precisarán inversiones considerables, que por término medio (a los precios actuales) serán de más de 1.000 millones de dólares anuales hasta 1965 y quizás de 1.500 millones de dólares anuales en el decenio 1965 - 75. Es en las regiones deficitarias donde las necesidades de inversión crecerán con mayor rapidez y en los países en desarrollo habrá no solamente posibilidad para las inversiones del exterior sino necesidad de ellas.

Actualmente sólo dos regiones: América del Norte y Europa Occidental son exportadoras netas. Entre las dos suman las cuatro quintas partes de la producción mundial. Todas las demás regiones dependen en mayor o menor grado de los suministros procedentes de estas dos regiones, dependencia que va desde un tercio del consumo interior en el caso de América Latina a dos tercios en el caso de Africa.

Estas otras regiones cuentan con planes ambiciosos para desarrollar sus industrias de la pasta y el papel. La producción se ha elevado ya mucho en la última década. Simultáneamente, sus importaciones netas de papel han aumentado en un 40 por ciento y las de pasta se han duplicado. Estas regiones no pueden permitirse un incremento ilimitado de las importaciones de papel. Será necesario efectuar grandes esfuerzos para elevar los abastecimientos nacionales si los países de estas regiones no quieren verse precisados a restringir el consumo. La escasez de papel podría poner en peligro su progreso económico, cultural y social.

En la Consulta se convino en la necesidad de disponer de una capacidad de reserva marginal si quiere asegurarse la estabilidad de los mercados. No es probable que se utilice prácticamente la capacidad total habiendo necesidad de un «amortiguador» que absorba los inesperados incrementos pasajeros de la demanda, así como los retrasos imprevistos en los planes de producción. Después de la guerra, ha habido épocas en que la industria de diversos países ha trabajado durante períodos prolongados casi a su capacidad máxima. Esto alentó las inversiones y tuvo como consecuencia que en 1958 la capacidad total mundial fuese superior en 4,5 millones de toneladas aproximadamente a la que se hubiese necesitado para satisfacer el consumo aun en el supuesto de que la demanda hubiese crecido normalmente, esto es, si no hubiese habido un retroceso en la expansión económica general en el período 1957/58.

El comercio internacional de la pasta y el papel se ha desarrollado hasta el punto de que, con sus 3.000 millones de dólares, representa más del 3 por ciento del valor total del comercio mundial. Como se ve, no es muy inferior al del comercio del hierro y del acero, que es menor del 5 por ciento. El nivel total del comercio mundial de la pasta de madera llega ahora a 7,5 millones de toneladas (4,5 millones de toneladas en 1948) y el del papel y el cartón ha ascendido a 10,5 millones de toneladas (6,5 millones de toneladas en 1948). En los últimos años, la U.R.S.S. y los países de Europa Oriental han ampliado su comercio de pasta y papel, exportando cerca de 300.000 toneladas de pasta y papel en 1958. Estas exportaciones quedaron compensadas por importaciones de una magnitud aproximadamente igual. Las necesidades interiores crecen rápidamente en dichas regiones, por lo que en la Consulta, y conforme a las informaciones obtenidas, no se creyó que las disponibilidades de exportación aumenten en dichas zonas en los años venideros en una escala capaz de influir en la estabilidad del mercado mundial.

En la Consulta mencionada, a la que asistieron 27 expertos y asesores de 16 países, se eligió presidente de la misma al Sr. Robert M. Fowler, Presidente de la Canadian Pulp and Paper Association.

FIGURA 1. - La fisonomía forestal de la Columbia Británica va modificándose lentamente a medida que se multiplican las empresas industriales basadas en el principio del rendimiento sostenido y que se generalizan las técnicas de entresaca por pies, fajas o bosquetes.

FIGURA 2. - Característica operación de carga en la zona costera de la Columbia Británica. El árbol-grúa móvil y la pala de carga independiente accionada por motor Diesel permiten apreciar lo moderno del sistema empleado.

Todas las fotografías han sido facilitadas por el Servicio Forestal de la Columbia Británica.


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