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Los bosques canadienses de la costa del Pacífico

R. G. MCKEE

Subsecretario de Montes de Columbia Británica, Canadá

El año de 1958, en que la Columbia Británica celebró su primer siglo de existencia como provincia canadiense, revistió además un significado especial para los forestales de profesión por cumplirse en tal fecha el primer decenio en que viene aplicándose en dicha provincia la llamada política forestal del rendimiento sostenido.

Aunque a primera vista puedan parecer acaecimientos distintos, la realidad es que se trata de dos hechos que guardan una relación muy directa.

La historia económica y social de Columbia Británica es historia forestal. Es ésta tierra de bosques, la llamada por antonomasia «Provincia forestal» de un país de montes. Sus bosques están hondamente integrados en la médula misma de la provincia y sus habitantes.

Gracias a sus montes, la Columbia Británica se sitúa entre las primeras regiones productoras de maderas de coníferas. Privada de ellos, quedaría convertida en una zona verdaderamente pobre.

Los montes de la Columbia Británica proporcionan a sus habitantes un alto nivel de vida gracias a la venta de productos forestales. Pero significan mucho más: significan esparcimiento en todos sus aspectos de vida al aire libre y fuentes de energía hidroeléctrica con todas sus diversas ramificaciones.

Es indiscutible que ésta es tierra de bosques. De las 94.794.000 hectáreas que comprende la superficie total de la provincia, el 60 por ciento está constituido por tierras boscosas, tierras que, según nos permiten afirmar los conocimientos de que hoy se dispone, se prestan óptimamente para el aprovechamiento forestal. Según las estimaciones más recientes, suman 47.753.125 hectáreas los rodales comerciales medidos por las actuales normas de aprovechamiento.

El 4 por ciento del territorio de la provincia se presta a la agricultura; el resto está constituido por roca estéril y agua.

En el curso de los últimos cinco años, la cosecha forestal industrial ha arrojado un promedio anual de 27.810.240 m3 reportando a la provincia un valor anual medio de bastante más de 500 millones de dólares (Cuadro 1).

CUADRO 1. - VALOR ESTIMADO DE LA PRODUCCIÓN INCLUSIVE CARGA Y FLETE DENTRO DE LA PROVINCIA 1949-58

Se estima que en las industrias forestales están empleadas directamente de 70.000 a 80.000 personas, lo que hace que sean las que emplean con creces los mayores efectivos de mano de obra. De cada dólar ganado en la provincia, 40 centavos tienen su origen en los montes.

Durante el pasado decenio, se han invertido unos 1.000 millones de dólares en la ampliación de instalaciones fabriles forestales y en la creación de instalaciones nuevas.

El recurso en que se basa esta grande y compleja industria es viril y multisecular. El volumen de madera sana se cifra en 8.700 millones de m.3; el incremento anual neto, en 65.136.000 m.3 y el coeficiente de agotamiento anual neto, en 62.304.000 m.3

En cuanto a su puesto en el panorama general de la industria forestal del Canadá, las estadísticas corroboran la afirmación de que, en punto a producción, la Columbia Británica es la provincia forestal por excelencia. A la Columbia Británica le corresponde, por ejemplo, el 63,9 por ciento del valor en dólares de la producción maderera del Canadá; el 63 por ciento del valor de la producción nacional de madera contrachapeada y el 36,7 por ciento del valor nacional neto de la producción de madera en rollo. A la industria de la pasta y el papel de la Columbia Británica corresponde el 13 por ciento del total del Canadá (esta cifra casi se ha duplicado en el pasado decenio) (Cuadro 2). El 70 por ciento de las exportaciones totales canadienses de madera proceden de la Columbia Británica, así como el 16 por ciento de los envíos canadienses de pasta y papel al extranjero (Cuadro 3).

Desde el punto de vista de la administración, es evidente que las mismas proporciones del recurso plantean algunos problemas de consideración. Sin embargo, estos problemas están constituidos por fenómenos naturales, como el carácter extraordinariamente abrupto de gran parte de la topografía de la provincia, por las grandes distancias y por la falta de acceso fácil a una considerable área de la zona boscosa y por la división económica y biótica de la - provincia en «costa», e «interior». La tradicional estructura de la propiedad de las tierras forestales pone el 93 por ciento de todos los montes maduros accesibles bajo la jurisdicción de la Provincial Crown administrada por el Servicio Forestal.

CUADRO 2. - PRODUCCIÓN DE PAPEN, 1949-58

Producto

1949

1950

1951

1952

1953

1954

1955

1950

1957

1958

Promedio del decenio 1949-58

En toneladas

Papel para periódicos

378355

388191

385172

428832

501083

536655

560993

595717

583850

608743

496959

Otras clases de papel

83927

89437

99409

92777

96853

110461

127880

112299

157872

200406

117132

Ademas de las 759.493 toneladas de pasta convertidas en papel en la provincia, ésta exportó al año 663.727 toneladas.

CUADRO 3. - COMERCIO MARÍTIMO DE MADERA. 1949-58

1 Bélgica y Holanda juntas en 1951.

Deben señalarse además factores tales como la completa dependencia de nuestros productos forestales con respecto a los mercados de exportación y la consiguiente concentración de la gran industria en las zonas del litoral inferior.

Desde los primeros tiempos del Servicio Forestal, creado en 1912, ha habido siempre algunos forestales, tanto dentro como fuera del servicio, que entendían la función de éste como algo más que la de simple organismo de lucha contra incendios. Sin embargo, el camino hacia un enfoque más amplio de la ordenación de montes fue largo y tortuoso y sembrado de obstáculos.

La conmoción dramática que en la conciencia pública causaron las enormes devastaciones anuales provocadas por los incendios tuvieron por consecuencia que se llamara la atención general sobre los montes en su calidad de activo provincial y nacional de valor inestimable. Sin embargo, el Servicio quedó limitado en general a la función de prevención y extinción de incendios, y de venta de madera, siendo objeto de escasa atención por parte del público los aspectos más generales de ordenación de montes.

Los devotos, sin embargo, no cesaron y hacia mediados del decenio 1930-39, se habían granjeado aliados poderosos en los cuales ejerció impresión profunda la noticia de que el recurso aparentemente inagotable no lo era en absoluto. Aterrados advirtieron que por efecto de los incendios, las enfermedades y los insectos y de prácticas de explotación viciadas por la imprudencia y el desperdicio, los ingentes montes del litoral empezaban a menguar a ritmo sensible. La segunda guerra mundial, con su natural y voraz apetito de madera de la Columbia Británica hizo que llegara a un punto crítico la cuestión de la conservación de los montes. Ello se tradujo en la creación de una Real Comisión de Montes presidida por el malogrado honorable Gordon McG. Sloan, Chief Justice de Columbia Británica.

FIGURA 3. - Desde mediados del cuarto decenio de siglo la repoblación forestal constituye un programa de gran importancia en la Columbia Británica. Cuatro viveros del Servicio Forestal proporcionan gratuitamente a la industria material de plantación. Esta la llevan a cabo brigadas de empresas privadas o del Servicio. Hasta la fecha se han plantado cerca de 63.000 hectáreas de tierras denudadas.

FIGURA 4. - El programa de construcción de carreteras de fomento forestal constituye un instrumento clave para equilibrar la industria forestal y potenciar la riqueza forestal accesible a los pequeños productores. Puentes de gran duración y calidad como el enclavado en la Unidad de Rendimiento Sostenido de Chilliwack permiten formarse idea del tipo de carreteras.

En 1945, la primera Comisión Sloan emitió - su informe, siendo entonces cuando resonaron ampliamente por toda la provincia las mágicas palabras «rendimiento sostenido» y «ordenación forestal».

Así se proclamó el fin de una era para empezar a desarrollarse un plan nuevo y revolucionario.

En 1947, la Ley de Montes de Columbia Británica fue objeto de modificaciones importantes a fin de atender al establecimiento de unidades de rendimiento sostenido supervisadas pero explotadas por particulares. Al año siguiente se concedió a la Columbia Cellulose Company la primera de estas licencias de ordenación forestal, hoy denominadas «licencias de explotación forestal» (Tree Farm Licence) para operar en los que anteriormente se consideraban rodales económicamente inaccesibles de la zona de Prince Rupert, al sudeste de la Punta de Alaska.

FIGURA 5. - Tipos y edades en las zonas forestales de la Columbia Británica. Base: montes comerciales en estaciones productivas, sean accesibles o no. fuente: «Continuos Forest Inventory - Initial Phase - 1957». Téngase en cuenta que 1 acre equivale a 0,4 de hectárea.

En la actualidad, asciende a 33 el número de estas licencias que comprenden en total una superficie forestal productiva de unos 21/4 millones de hectáreas con una posibilidad anual total de unos 6 ½ millones de m.3

El propósito fundamental en que se basan tales licencias es el de brindar a la industria privada la oportunidad de una larga tenencia para la explotación forestal, beneficiándose de la financiación y de la integración a largo plazo a cambio de aplicar en todo el monte comprendido por la licencia, sea de la Corona, sea de propiedad privada, técnicas de aprovechamiento de rendimiento sostenido con sujeción a planes de explotación previamente aprobados. El contrato es objeto de revisión general cada 20 años. Se registra, sin embargo, un intercambio constante de información entre el adjudicatario y el Servicio Forestal en punto a presupuestos de corta y prácticas silvícolas generales. El titular de la licencia es totalmente responsable de la protección contra incendios, y la corta debe ser igual por término medio a su capacidad de rendimiento sostenido en cada decenio de explotación.

La Tree Farm Licence presenta interés para la gran empresa integrada que está en condiciones de hacer frente a los grandes compromisos de orden económico y forestal que supone. Sin embargo, la industria de la Columbia Británica tiene una parte importantísima constituida por lo que suele llamarse «los pequeños» (esto es, los pequeños industriales). Al menos en el litoral, este término es verdaderamente relativo. No está en absoluto fuera de lo corriente que un pequeño explotante independiente tenga invertidos en su empresa 500.000 dólares o más, desempeñando un papel muy importante en la economía forestal. Había que hacer algo para brindarle la oportunidad de seguir trabajando.

FIGURA 6. - La Columbia Británica, la provincia canadiense de la costa del Pacifico, ultimó en 1957 la fase inicial de su nuevo inventario forestal, de conformidad con la Ley de Montes del país después de siete años de trabajos sobre el terreno. Por primera vez en su historia dispone la provincia de un inventario que reviste precisión suficiente para servir de base de su programa de rendimiento sostenido.

Con este propósito, en el curso del pasado decenio se han establecido unidades de rendimiento sostenido explotadas por la Corona. Con arreglo a esta forma de tenencia, el productor puede tomar parte en la subasta de madera puesta a la venta en una unidad de rendimiento sostenido explotada por el Estado. El volumen de corta a que se procede en cada unidad lo determina el Servicio Forestal, como también el método de aprovechamiento.

Las unidades de rendimiento sostenido permiten que los pequeños explotantes y la economía local dependiente se beneficien de una explotación de rendimiento sostenido sin tener que efectuar cuantiosas inversiones de capital.

FIGURA 7. - La frecuencia de los incendios forestales y la falta de acceso siguen planteando el problema de mayor importancia en los bosques de la Columbia Británica. En 1958 se registraron £.120 incendios, ardiendo más de 809.400 hectáreas. Fue la peor temporada de incendios en la historia de la provincia. En la fotografía puede verse un Sikorsky 858 transportando material para combatir un incendio que se propagó por una extensión de más de 12.000 hectáreas al norte de Prince George.

A finales de 1958 funcionaban en toda la provincia 61 unidades de rendimiento sostenido que comprendían 13.108.193 hectáreas de tierras forestales productivas con una posibilidad anual de 10.761.600 m.3

Además de estas dos principales formas de arrendamiento con rendimiento sostenido, pueden señalarse las licencias de explotación forestal y de arbolado de finca agrícola, estas últimas al alcance únicamente de agricultores de probada buena fe.

La actual capacidad anual en régimen de rendimiento sostenido de las zonas acogidas a licencias de explotación forestal y de las enclavadas en unidades de rendimiento sostenido ascienden a unos 17 millones de metros cúbicos o sea el 66 por ciento de la corta total de la provincia en 1958 aportada por todas las formas de tenencia forestal.

El administrador de montes de la Columbia Británica no sólo atiende a mantener la salud y vigor de la industria, sino que además ha de tener viva conciencia del efecto que una industria tan vasta ha ejercido, ejerce y es probable que ejerza sobre el bienestar del propio recurso primario.

Ordenación de montes

La primera medida, que es esencial, encaminada a la planificación amplia de la ordenación de montes es levantar un inventario lo más exacto y completo posible ajustado a las normas de aprovechamiento del día. Desde los albores del Servicio Forestal se ha ido llevando a cabo la inventariación forestal. Debido a falta de fondos y de personal, estos primeros intentos, aunque aprovechables, no aportaban información suficiente para servir de base para la planificación del rendimiento sostenido. En 1951, sin embargo, el Servicio pudo acogerse a la Ley Forestal del Canadá y al Convenio Federal Provincial sobre inventarios forestales. Se ponía a disposición de la provincia una considerable ayuda económica si se comprometía a elaborar estadísticas forestales ajustándose rigurosamente a un modelo para incluirlas en los totales nacionales. La fase inicial del inventario fue ultimada hace dos años, traduciéndose en la publicación del informe titulado Continuous Forest Inventory of British Columbia - Initial Phase, 1957 (Inventario forestal continuo de Columbia Británica - fase inicial, 1957). Por vez primera disponía la Columbia Británica de una evaluación precisa de sus recursos forestales. La Dirección de Reconocimientos e Inventarios, que aún actúa en virtud de una prórroga del Convenio Federal Original, está empeñada o se encuentra en el segundo año de un ciclo decenal de mantenimiento.

Accesibilidad

Determinadas de un modo realista las proporciones de los recursos, el problema que a continuación había que resolver era el de la accesibilidad. La inaccesibilidad ha planteado siempre un tremendo problema en la Columbia Británica debido a su extensión, a su abrupta topografía y a lo limitado de los fondos disponibles para el fomento forestal.

En materia de ordenación de montes interviene siempre el factor clave de la accesibilidad. Esta se relaciona no sólo con la topografía y la disponibilidad material de mercados, sino también con los propios precios del mercado, de los precios de exportación en el caso de la Columbia Británica.

En el caso de la Licencia de Explotación Forestal, el problema de la accesibilidad se transfiere en gran medida al titular en cuanto éste acepta las condiciones del contrato. Sin embargo, tratándose de las unidades de rendimiento sostenido, era evidente que habría que hacer algo para que tales bosques resultaran económicamente accesibles al pequeño productor, ya que, en aso contrario, éste no salía mejor librado que antes.

Se originó así el programa de carreteras de fomento forestal. Este sistema de carreteras a través de las unidades de rendimiento sostenido persigue la finalidad de hacer accesibles rodales que antes no lo eran. Tales vías se proyectan y trazan con arreglo a distintos tipos según el volumen de madera y la calidad de la estación en cada sector del bosque con sujeción al plan de aprovechamiento más eficaz. Las carreteras de fomento forestal son vías de saca (las pendientes se proyectan teniendo en cuenta el coste del acarreo y de la construcción) para uso de conductores expertos. Se construyen en calidad de carreteras de gran duración para un determinado volumen de tráfico que aumentará en muy escasa medida. El capital invertido se amortiza durante un plazo comparable al que sirve de referencia a la industria para determinar la factibilidad de cada proyecto. El gravamen de amortización se calcula a base de la unidad de medida de los productos forestales que haya que extraer.

Desde 1950 la Dirección de Servicios de Ingeniería del Servicio Forestal ha ultimado la construcción de bastante más de 320 kilómetros de carreteras de fomento forestal, ha trazado otros 764 kilómetros y efectuado el reconocimiento de 2.476 kilómetros de posibles rutas.

Gracias a este programa de carreteras van pasando a la categoría de accesibles vastas zonas forestales, con lo que el pequeño productor independiente puede seguir actuando de elemento clave de las ingentes industrias forestales de la Columbia Británica.

Además, el desequilibrio de la corta forestal va corrigiéndose en medida alentadora. Hasta hace no más de 5 años, casi el 80 por ciento de la corta de la provincia se efectuaba en la zona costera inferior, donde predominaba la corta excesiva regional. Hoy corresponde a dicha zona el 56 por ciento de la corta de la provincia, procediendo el resto de las regiones interiores, donde la corta era antes defectiva.

Cabe decir, pues, de un modo general, que se han dado los primeros pasos para que toda hectárea arbolada de la Columbia Británica quede sujeta a algún sistema de ordenación tendente a un rendimiento sostenido, que constituye la meta que se ha fijado el Servicio Forestal.

Este es el panorama general, que no es sino el reflejo de los progresos concretos logrados en muchas esferas: investigación, repoblación, tratamiento silvícola de las masas, etc.

La repoblación artificial ha constituido una de las grandes directrices del Servicio a partir de mediados del cuarto decenio de siglo. Actualmente funcionan cuatro viveros: tres en la costa, que producen material de plantación de abeto Douglas de 2 años, y uno en el interior, especializado en pino amarillo. Además, se han montado viveros experimentales en los bosques de abeto balsámico de la zona norte-centro de Columbia Británica. Si tienen éxito, la repoblación artificial desempeñará un importante papel en la tarea de hacer frente al problema de regeneración de los rodales en el norte.

Previa petición, los viveros del Servicio Forestal facilitan gratuitamente material de plantación a la industria. Los titulares de licencias de explotación forestal aprovechan satisfactoriamente estas facilidades para mantener sus terrenos en plena producción. La plantación en tierras industriales la llevan a cabo brigadas de la compañía empleando material proporcionado por el Servicio Forestal o, de solicitarse en tal sentido, por brigadas del Servicio. En este último caso, los gastos de plantación se cargan a la compañía interesada (Cuadro 4).

Las Direcciones de Investigación y Repoblación del Servicio y un comité especial industrial llevan a cabo una considerable labor en genética en relación con la producción de estirpes selectas de abeto Douglas que han de plantarse en «huertos de semillas», formando todo ello parte de un programa general de mejoramiento de semillas que se encuentra ahora en su fase inicial.

Lucha contra incendios

Si en la Columbia Británica existe un solo problema de ordenación de montes que haya eclipsado siempre a los demás, ése ha sido y sigue siendo el de la supresión de incendios forestales. El pasado año constituyó la temporada de incendios más devastadora que se ha registrado jamás. Se dio cuenta de un total de 4.120 incendios, que hicieron arder más de 809.400 hectáreas destruyendo 3.476.000 m.3 de madera situada en zonas accesibles y que resultaba susceptible de venta. Los gastos de lucha contra incendios efectuados por el Servicio sumaron 4.500.000 dólares y la industria invirtió por su parte 1 millón de dólares en la extinción de incendios.

CUADRO 4. - RESUMEN DE LAS PLANTACIONES EFECTUADAS DURANTE LOS AÑOS 1949 A 1958

1 EL Servicio Forestal plantó 1.899.000 árboles en 2.128 acres de tierras privadas sujetas a convenios de repoblación (Forest Act, sección 166).

FIGURA 8. - Empresas tan sólidas y tan firmemente integradas como esta fábrica de celulosa situada cerca de Prince Rupert han pasado a ser una realidad en la Columbia Británica como consecuencia de lograrse abastecimientos de trozas gracias al sistema de licencias de explotación forestal.

CUADRO 5. - CAUSAS DE INCENDIO, SUPERFICIE INCENDIADA, COSTE DEL SERVICIO FORESTAL Y DAÑOS TOTALES EN 1958

Los gastos más cuantiosos por concepto de extinción de incendios son imputables a los incendios provocados por rayos. A éstos les correspondió el 75 por ciento de los gastos totales, aunque sólo representaron el 28 por ciento del número total. Vuelve a resaltar aquí, con toda su fuerza, el viejo problema de la accesibilidad (Cuadro 5).

En la temporada se hizo uso de todos los tipos de material antincendio con que se contaba. Aviones y helicópteros actuaron constantemente para transportar brigadas y material empleándose ambos medios para bombardear incendios con agua y borato de sodio y calcio.

Si era necesaria una prueba, la temporada de 1958 demostró concluyentemente que el elemento decisivo en la extinción de incendios siguen constituyéndolo los hombres destacados a la línea de fuego. La falta de accesibilidad plantea el gran obstáculo del programa de extinción de incendios de la Columbia Británica. En la pasada temporada se construyeron más de 320 kilómetros de nuevas vías de protección forestal que se suman a los 1.368 ya existentes; todo ello, sin embargo, sólo es una gota en el mar.

Actualmente no se escatiman esfuerzos, dentro de los límites de fondos y personal disponibles, para aumentar la eficacia de la lucha contra incendios. Las industrias forestales han cooperado en alto grado y suponen una gran ayuda, sobre todo en las zonas costeras del sur. El programa de rendimiento sostenido, por lo que se refiere a las licencias de explotación forestal, ha contribuído mucho a relevar al Servicio Forestal de una parte de su labor de extinción de incendios. El constante desarrollo de unidades de rendimiento sostenido explotadas por la Corona con su red cada vez mayor de carreteras buenas, irá aumentando la accesibilidad. con fines de extinción de incendios.

FIGURA 9. - En la Columbia Británica se lleva a cabo una considerable labor genética tanto por el Estado como por la industria, encaminada a la producción de estirpes selectas de abeto Douglas.

Sin embargo, habrá que recorrer un largo camino para resolver siquiera parcialmente este problema. Pero abrigamos la esperanza de que a su debido tiempo, si se efectúan progresos constantes, nuestras fuerzas y elementos de lucha contra el fuego podrán enfrentarse satisfactoriamente con la tarea que les corresponde.

Tenemos la esperanza de que este prolongado período podrá acortarse en gran manera aumentando la ayuda federal para intensificar la protección de montes y el número de vías de acceso acogidas a la Ley Forestal del Canadá. Cuando tal ayuda guarde proporción con la aportada oficialmente a la silvicultura estatal por los Estados Unidos en virtud de la Ley McNary habremos adelantado no poco hacia la constitución de nuestro objetivo.

Es un hecho que nadie que tenga noción de la situación forestal de la Columbia Británica puede considerar que el programa del rendimiento sostenido está casi terminado. Lejos de tal cosa: no hemos hecho más que empezar. Y, sin embargo, tal comienzo, por modesto que sea, constituye para nosotros un jalón de enorme importancia. Nos alienta el hecho de que en el curso de los últimos siete años se ha hecho más por el futuro de los montes de la provincia que en toda su larga historia.


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