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La importancia internacional de la fauna africana

THANE RINEY

Museo Nacional, Salisbury, Rhodesia del Sur

El hombre se enfrenta con el problema internacional del crecimiento demográfico con su secuela de dificultades que no logrará evitar si no aprende a vivir más sensatamente dentro de sus medios. Desde un punto de vista internacional, a largo plazo, la fauna silvestre del mundo no representa relativamente quizás más que una parte pequeña del total de recursos renovables, pero en algunas partes del mundo tiene que tener en última instancia considerable importancia. Hoy día es difícil imaginar nuestra vida sin animales domésticos pastando o ramoneando. A nuestro alrededor están las pruebas de algunas de las formas en que el hombre ha aprovechado los animales. Nuestros alimentos, nuestros vestidos, y hasta en realidad casi toda nuestra economía siguen dependiendo en gran parte de los animales domésticos y precisamente de las mismas especies domesticadas que han servido a la humanidad desde hace siete u ocho siglos, a saber, los vacunos, las ovejas, los cerdos y las cabras.

Hemos recorrido un largo camino desde los tiempos de los palafitos suizos cuyos moradores fueron los primeros que al parecer domesticaron animales. Si fuera posible mostrar a uno de aquellos hombres primitivos de hace unos 7.000 años nuestra llamada civilización occidental presente, no cabe duda que quedaría anonadado. Muy pocas cosas podría reconocer a excepción de los vacunos, ovejas, cerdos y cabras.

Hemos conseguido considerables mejoramientos en nuestras especies domésticas, pero al cabo de casi 7.000 años de que estas especies fueran domesticadas por primera vez nuestras investigaciones ganaderas, por adelantadas que estén, siguen principalmente dedicadas a los mismos cuatro animales domésticos. Desde el punto de vista del mejoramiento de la calidad de las canales, del de las técnicas de ordeño, o de criar un número creciente de animales en superficies limitadas de tierra, particularmente en las regiones templadas, hemos conseguido un éxito asombroso. Pero al considerar nuestras relaciones casi siempre excelentes con los animales domésticos, menospreciamos fácilmente el hecho de que ciertos aspectos de la domesticación de animales en nuestra cultura actual pueden causar graves dificultades. Se han acuñado unas cuantas frases que ya todos conocemos como por ejemplo - «Mientras la población del mundo crece sin cesar, la erosión está sustrayendo tierras a la producción, debido a prácticas equivocadas de explotación o sencillamente a falta de comprensión». El pastoreo abusivo, la degradación de la vegetación y el consiguiente aumento en pérdidas de suelo son conceptos familiares a toda persona culta del mundo actual. Los peligros inherentes al fracaso en satisfacer los requisitos de conservación son cuestiones bien conocidas por la opinión pública de la mayoría de los países, pero son pocos en cambio los que nos percutamos del papel que han desempeñado nuestros tradicionales métodos de domesticación para llegar a esta situación.

Las zonas más expuestas a la acción nociva de los animales domésticos son las zonas montañosas y las zonas áridas lindantes con aquellas otras explotadas actualmente con éxito. A lo largo de los siglos se han creado diferentes razas de animales domésticos adaptadas a los ambientes montañosos o áridos. Existen, sin embargo, vastas zonas donde no parece factible la cría de vacunos u ovejas sin que la tierra quede inutilizada para la producción por la consiguiente pérdida de vegetación que a su vez provoca la erosión acelerada del suelo. Es alarmante comprobar cuántas son las zonas montañosas y áridas donde las tierras están quedando improductivas a consecuencia de la explotación de animales domésticos. Al proyectar toda explotación ganadera en dichas zonas marginales, ¿no sería de simple sentido común averiguar cuáles son los animales más apropiados para cada zona particular? No limitarse a buscar una nueva raza de vacunos resistente a las garrapatas o al calor, o mejor adaptada al veld, o más corniabierta, sino una especie o combinación de especies completamente diferente.

FIGURA 1. - En las Rhodesias es necesario bañar a los vacunos una vez a la semana para combatir las infestaciones de garrapatas. Estos y otros muchos gastos que exigen los animales domésticos se podrían ahorrar en la explotación de poblaciones de animales silvestres.

Todas las fotografías fueron tomadas por Thane Riney

FIGURA - La demanda africana da carne es uno de los principales motivos para buscar medios adecuados de aprovechar las poblaciones africanas de grandes mamíferos. Este es uno de los cinco elefantes que se mataron por haber causado ligeros daños en un pequeño maizal próximo a un remoto poblado indígena. La fotografía se tomó 20 minutos después de haber empacado las operaciones de desuello.

FIGURA 3. - En Rhodesia el «steenbock» (Raphicerus campestris) vive en los matorrales o zonas boscosas lindantes con los pastizales y su alimentación consiste principalmente en matas y hierbas. Constituyen pues un freno para la invasión de los matorrales, por lo que su utilización debe ser fomentada en muchos de los tipos de aprovechamiento de la tierra en que la ordenación tiende a mantener pastos perennes.

Es mucho todavía lo que queda por conocer y por comprender antes de que sepamos utilizar debidamente las zonas marginales; no sólo para mantenerlas en producción, sino para ir poniendo en alguna forma de explotación económica una extensión cada vez mayor de tierras pobres. Necesitamos conocer más cabalmente los recursos básicos del suelo, de la vegetación y de su relación con los animales de ramoneo y pastoreo, dentro de cada zona crítica, y de cada zona marginal si queremos evitar que el hombre siga agotando esas zonas de tan vital importancia para él. Esta tarea no incumbe exclusivamente a los edafólogos o a los botánicos, los zoólogos o los zootécnicos, sino que todos ellos, aparte de otros muchos especialistas, tienen que aportar su contribución. Antes de que podamos estabilizar esas zonas marginales en degradación, habrá que conseguir un enfoque ecológico y una acción conjunta integrada que todavía se desconocen en el campo de la biología y de la agronomía. Se tardará en conseguir tales conocimientos y comprensión. Tal vez cincuenta años tal vez doscientos. ¿Qué es lo que cualquiera de nosotros conoce del animal básico, la vaca u oveja, al que el hombre ha venido imponiendo durante siglos sus conceptos sobre la domesticación? En lo que se refiere a los animales domésticos, esto puede exigir un estudio de poblaciones en régimen de libre pastoreo y sin explotar en forma muy parecida a como se estudia una población de animales salvajes, con el fin de determinar las tendencias naturales de nuestras razas domésticas en diferentes tipos de ambiente, y compararlas con las de los animales salvajes en el mismo ambiente. ¿Existen principios básicos de comportamiento y aprovechamiento que pudieran estudiarse en los animales salvajes contribuyendo así a nuestra comprensión de la economía de los animales domésticos en tierras marginales? Existe ya un cúmulo suficiente de pruebas sobre animales salvajes ramoneadores y pastantes que permite una respuesta rotundamente afirmativa.

Zonas que ofrecen oportunidades la investigación

Sobre una base internacional son varias las partes del mundo que ofrecen oportunidades para la investigación que si se aprovecharan podrían contribuir en grado sumo a la eventual comprensión requerida.

América del Norte constituye una de estas zonas. Se trata de una zona septentrional templada que, especialmente durante los últimos 200 años, ha pasado por un período de colonización, de aprovechamiento abusivo de las tierras por los pastores colonizadores europeos, de devastación de grandes extensiones en las áridas regiones del Oeste. Ha llegado a ser objeto de preocupación por parte del gobierno que, presionado por una perspicaz opinión pública ha emprendido programas de investigación, de demostración y de educación en todos los niveles con el fin de conseguir una creciente estabilidad del suelo y de la vegetación. Es precisamente en este aspecto donde, sobre todo en los últimos 50 años, se ha desarrollado la llamada ordenación de pastizales. Este acontecimiento puede muy bien considerarse como una importante contribución para conseguir la comprensión eventual que con tanta urgencia se necesita. En este caso, en los climas templados y de tipo mediterráneo se ha desarrollado el estudio, no ya exclusivamente de la vegetación o del ganado vacuno u ovino como temas particulares, sino de las relaciones ecológicas entre dichos animales y el medio ambiente en que viven. La ordenación de pastizales abarca problemas tales como el de determinar el equilibrio tolerable entre el número de cabezas de ganado que entran en un pastizal y la cantidad de hierba que éste produce cada año para la manutención de dicho ganado asegurando su supervivencia y al mismo tiempo conservar el valor de la tierra, incluso en inviernos rigurosos o en años de sequía. Se han desarrollado varias técnicas para asentar estas relaciones sobre una base objetiva y ya existe un cúmulo de trabajos técnicos publicados sobre el tema de las relaciones animales-vegetación-suelo en las regiones templadas. Esto no significa que la labor realizada en el Canadá o en los Estados Unidos tenga que repetirse en todas partes en el mundo. Sin embargo, constituye una excelente fuente de consulta que puede servir de criterio para otras zonas y es importante mencionarla como base de la ordenación de la fauna silvestre, ya que ésta aumenta el valor económico de muchos de los pastizales de Norteamérica, donde animales como por ejemplo el ciervo, el oso y el antílope, están incluidos en muchos tipos de programas de aprovechamiento de la tierra.

En partes de la Europa occidental y nordoccidental ciertas formas de aprovechamiento de la tierra, incluyendo la explotación forestal, el pastoreo y la caza y la pesca, se practican desde hace siglos, y grandes zonas han permanecido bajo la continua ocupación del hombre sin la menor pérdida de su productividad o destrucción de los valores de conservación. Es muy importante comprender lo que sucede en dichas zonas, y es de esperar que cuando los estudios ecológicos apropiados proporcionen información sobre las importantes relaciones existentes entre suelo, vegetación, clima y régimen de aprovechamiento continuo de la tierra, incluyendo los animales ramoneadores y pastantes, la naturaleza de esta estabilidad podrá compararse con provecho para su significado con informaciones análogas sobre muchas otras partes del mundo.

FIGURA 4. - Pintura rupestre bosquímana que representa un hombre dando de comer a un oreas. Este antiguo testimonio no significa, naturalmente, que el bosquímano se diera cuenta de las posibilidades de domesticación tal y como las entendemos hoy pero parece verosímil que conociera perfectamente lo fácil que es domar al oreas.

FIGURA 5. - En varias explotaciones de Rhodesia se está experimentando con rebaños mixtos de vacunos y oreas. Vemos a un oreas de dos años regresando al corral al atardecer después de haber pasado el día en compañía de vacunos pastantes. Durante la estación seca, en esta zona, el oreas se alimenta sobre todo de matas leñosas, mientras que el ganado se alimenta de la rala cubierta herbácea.

En la conferencia de 1960 de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y de los Recursos Naturales, celebrada en Polonia, los delegados pudieron visitar un gran bosque que ha permanecido imperturbado durante varios siglos y vieron con agrado que los hombres de ciencia polacos están realizando una labor muy completa y de gran alcance, esforzándose en determinar la compleja, pero relativamente equilibrada economía de este prístino bosque. Lo están utilizando - como muchos países podrían hacer con sus parques nacionales - como testigo biológico de comparación con las adyacentes tierras explotadas.

Si bien pueda parecer algo teórico para la comprensión de la ecología del ramoneo y pastoreo sobre una base internacional, debe considerarse Australia como zona de estudio potencialmente importante. En las regiones templadas del norte y en Africa existe una gran variedad de especies de animales ramoneadores y pastantes siendo casi todos ellos ungulados de varios tipos y en su mayoría venados y antílopes. Si generalizamos acerca de los animales ramoneadores y pastantes sobre base internacional, debemos incluir Australia, ya que aquí, en un grupo zoológico muy diferente, los marsupiales, tenemos las casillas ecológicas de animales ramoneadores y pastantes ocupadas casi enteramente por los marsupiales. Aquí, los walabíes, los falangeros y los canguros, ocupan el puesto en el medio ambiente que en otras partes del mundo es propio del ciervo, la ardilla y el antílope, y ya se está considerando a los marsupiales como un recurso potencialmente aprovechable en ciertas regiones australianas no adecuadas para las formas actuales de pastoreo.

FIGURA 6. - Si bien la jirafa come hierbas, especialmente al principio de la temporada de lluvias - como casi todos lós otros grandes mamíferos conocidos principalmente como ramoneadores - ramonea durante el periodo del año en que la hierba escasea para los mamíferos, talas como la cebra y el gnu, los cuales viven sobre todo de la hierba. La jirafa obtiene su alimento principalmente a partir de una altura que se acerca a la más alta que pueden alcanzar otras especies ramoneadoras, y llega a más del dable de dicha altura, por lo cual aprovecha los ramos de arbustos y árboles situados en un plano al que sólo alcanzan también los elefantes.

Nueva Zelandia es una zona muy pequeña en relación a estas otras, pero constituye una importante zona de estudio. Es un lugar de experiencia casi perfecto en cuanto a ciertos tipos de estudios fundamentales sobre animales ramoneadores y pastantes ya que antes de su ocupación por el hombre Nueva Zelandia no albergaba mamíferos indígenas excepto dos especies de murciélagos. En este vacío animal se introdujeron casi todos los animales domésticos y diez especies diferentes de ungulados silvestres, principalmente venados. Esto representa una oportunidad ideal para estudiar el comportamiento en libertad de una variedad de animales ramoneadores y pastantes la selección del habitat, los tipos de diseminación que presentan las varias especies, las primeras fases de la migración y el desarrollo y definición de los problemas zoológicos.

Desde hace más de 20 años se están llevando a cabo campañas para eliminar a los animales indeseables y durante este tiempo algunas poblaciones perseguidas han aumentado mientras que otras han disminuido y son pocas las que han sido eliminadas. Nueva Zelandia ofrece, pues, excelentes demostraciones de la reacción de las poblaciones de venados silvestres a varias intensidades y procedimientos de caza. Los principios formulados partiendo de estas pruebas pueden ser útiles para otros países que deseen desarrollar programas de caza de poblaciones silvestres con el fin de alcanzar la máxima productividad.

Como en muchas partes de Nueva Zelandia no existen más que una o dos especies de mamíferos, se dispone para el estudio de condiciones ecológicas sumamente simplificadas en las que es posible llevar a cabo tipos de investigación que serían mucho más difíciles, costosos y que requerirían más tiempo en otras partes. Por ser estas islas de condiciones climáticas muy variadas, constituyen lugares ideales para estudiar los efectos de los ambientes templados sobre las poblaciones de ungulados silvestres en pastoreo libre y sobre los vacunos, ovinos, cerdos y cabras asilvestrados también en régimen de pastoreo libre.

Pero es en Africa donde se nos presenta la oportunidad esencial para el estudio de los grandes mamíferos. Es posible que de Africa pueda venir la mayor de las contribuciones, pues mientras Nueva Zelandia presenta el más simple de los ecosistemas, Africa ofrece el más complejo. Lo asombroso de Africa es que desde los tiempos más remotos ha existido allí un grupo fáunico que ha subsistido virtualmente intacto hasta el siglo actual, con muy poco cambio de forma desde el pleistoceno. Estos animales han sobrevivido en presencia de poblaciones africanas y de sus diferentes formas de vida a pesar de los años de sequía y de los años de inundación, y a pesar de los incendios periódicos. En este proceso ciertas partes de Africa han estado dando cifras ponderales de animales por unidad de superficie que no solamente pueden compararse ventajosamente con las de animales domésticos en el mismo tipo de tierras, sino que no han causado prácticamente daño alguno a la tierra en todo ese tiempo. Merece la pena tratar de comprender este fenómeno de estabilidad relativa en las zonas áridas y hay que aprovechar para ello el que todavía subsiste.

FIGURA 7. - El búfalo es una de las especies que puede subsistir a base principalmente de plantas arbustivas, hasta el final de la estación seca. Pesa más que los vacunos, y como otros muchos grandes mamíferos africanos si se le compara con el ganado vacuno, resulta más adecuado para condiciones de sequía, más resistente a las garrapatas, e indiferente a los efectos destructivos de la mosca tse-tsé.

Cada una de las especies africanas encaja como las piezas de un complicado rompecabezas en el lugar que le corresponde en el conjunto ambiental. Algunos animales como el antílope de los pantanos sitatunga (Tragelaphus spekei) y el lechwe (Kobus leche) prefieren los terrenos húmedos, otros como el gemsbuek (Oryse gazella) y el adax, toleran condiciones de extrema sequía. Los herbívoros, como por ejemplo el gnu rayado y la cebra viven juntos, cada uno a su manera. Los animales ramoneadores tales como el steenbok (Raphicerus campestris) y el duiker (Sylvicapra grimmia) utilizan los pisos inferiores de vegetación; el kudú (Tragelaphus strepsiceros), el búfalo (Syncerus caffer y el oreas Taurotragus oryx) utilizan pisos más altos, y la jirafa ramonea las copas de los árboles. Los depredadores no solamente contribuyen a frenar el crecimiento de las poblaciones de estos animales, evitando con ello el excesivo consumo de vegetación, sino que también contribuyen a que la actividad alimentaria de los mismos se distribuya más. El elefante, al que puede considerarse como el primer forestal que ha habido en el mundo, suele ejercer a menudo una influencia dominante en los ambientes donde vive.

Los elefantes derriban los árboles para su propio uso, pero al mismo tiempo ponen las hojas más altas al alcance de animales más pequeños y las ramas caídas protegen a menudo trozas de terreno en los que logran establecerse hierbas, matorrales tiernos y árboles. Los elefantes, lo mismo que muchos antílopes, diseminan en sus deyecciones semillas de muchos árboles. Los elefantes que excavan la tierra en busca de agua en los lechos secos de los cursos de agua suelen poner ésta al alcance de diferentes especies de animales que de no ser por ello se verían privadas de agua. Así podríamos seguir indefinidamente reseñando las innumerables complejidades e interrelaciones que existen. En la práctica ninguna de ellas ha sido debidamente estudiada y documentada o comprendida.

La tierra a su vez responde en forma algo diferente a cada una de las especies y a través de todo el complejo sistema ha subsistido desde el pleistoceno una estabilidad de existencia en muchas partes de Africa.

Aprovechamiento de la vida silvestre

¿En qué forma podemos utilizar mejor nuestros crecientes conocimientos de esta antigua estabilidad y productividad de la tierra? El concepto de Parques Nacionales para proteger la tierra y sus comunidades vegetales y animales para recreo y estudio es bien conocido y ha sido ya puesto en práctica en muchas partes de Africa. Además la idea de domesticar animales salvajes o de reunir poblaciones de mamíferos africanos salvajes ha ido ganando popularidad en los últimos años particularmente en zonas donde los animales domésticos no se adaptan al ambiente africano, en zonas marginales y en muchas otras a las cuales todavía no se les ha asignado forma alguna de aprovechamiento de la tierra. Este enfoque positivo quizás entrañe el aprovechamiento de la fauna silvestre para añadir valores suplementarios a las actuales formas de aprovechamiento de la tierra en ciertas zonas. Sobre una base nacional el concepto de aprovechamiento significa que complementa (sin sustituir) los muy auténticos valores económicos y estéticos conseguidos con la protección de las poblaciones indígenas en los parques y reservas nacionales.

Podemos domesticar especies nuevas para la producción de carne, pieles y otros productos; podemos recoger poblaciones salvajes, y cabe ser optimistas en cuanto a la posibilidad de idear eventualmente algo más adecuado para muchas de las zonas consideradas como críticas áridas y montañosas que hay en el mundo. El aprovechamiento de la fauna como ciencia se encuentra aún en sus albores. Hoy día el hombre sigue utilizando los mismos animales de pastoreo que hace 7.000 años Sin embargo hay animales salvajes del tamaño de los ovinos y mayores que abundan en muchas zonas. Su área natural se encuentra en las regiones templada y tropical y abarca casi todos los tipos de países y situaciones. El reno y el caribú, por ejemplo, se extienden al norte casi hasta los extremos límites de las tierras. Varios antílopes de Africa se adaptan al parecer muy bien a las regiones escasas en agua. Hay una raza de ovino silvestre que vive a más de 6.000 m. de altitud en el Himalaya.

Un importante argumento en pro de un mayor aprovechamiento de las especies silvestres africanas es su mejor adaptación al ambiente africano, mejor incluso que el de las posteriores razas domésticas de ganado vacuno u ovino. Esta adaptación ha quedado perfectamente comprobada a lo largo de los siglos. Muchas especies silvestres están bien adaptadas a tipos de regiones que ni el ganado vacuno ni el ovino soportan o apenas soportan, y son, sin embargo, muchos los ambientes montañosos ó desérticos que una especie silvestre puede tolerar indefinidamente. En muchas de estas mismas zonas pueden bastar unos pocos animales domésticos para perturbar el medio ambiente en grado tal que la vegetación no se renueva, se acelera la pérdida de suelo, éste retiene menos agua, desciende la capa freática, los cursos de agua se secan cada vez más pronto en la estación e incluso la tierra deja de producir lenta. Por desgracia, durante las primeras fases de este proceso de degradación de la tierra es posible seguir criando desde el punto de vista económico vacunos u ovinos en condiciones buenas o regulares. Todos los futuros tipos de aprovechamiento de la tierra deberán basarse en la estabilidad suelo-vegetación, aunque ello signifique un ligero cambio en la economía pastoral, si se utilizan los animales domésticos actuales, o implique la inclusión de animales silvestres como forma de aprovechamiento secundario, o el fomento de la fauna silvestre como forma de aprovechamiento principal de algunas tierras.

Existe una pintura rupestre en una cueva de la Provincia Oriental del Cabo, en Africa del Sur, en la que se ve un bosquímano que ofrece un ramo de áloes a un oreas. El Dr. Livingstone, hace aproximadamente un siglo, indicó en su diario al oreas como un animal bien adaptado al país y adecuado para la domesticación. Este gran antílope ha sido domesticado por algunos ganaderos interesados en muchas partes de Africa, pero hasta ahora no se ha intentado seriamente explotar a fondo sus grandes posibilidades económicas. No es raro ver vacunos y oreas perfectamente domados en el mismo rebaño sin que apenas compitan por la comida, ya que los vacunos se dedican a pastar, en tanto que los oreas ramonean matorrales y árboles. Es concebible que en algunos tipos de tierras boscosas actualmente en degradación bajo el peso de algún programa de cría de vacunos, se podría reducir el número de éstos lo suficiente para permitir que se iniciaran los procesos de recuperación introduciendo la cría de oreas, que permite seguir aprovechando el medio ambiente sobre una base económica. Este es un ejemplo del tipo de actuación que podría ampliarse una vez que hayamos aprendido a someternos a los límites que imponen nuestros medios ambientes críticos en vez de luchar contra ellos. En Africa del Sur, la gacela (Antidorcas marsupiales), el impela (Aepyceros melampus), el orea y el avestruz se crían como animales domésticos o semi-domésticos, para carne, cecina, cuero y plumas. Una de las principales actividades al sur del Limpopo es la repoblación con especies localmente extinguidas de las zonas de donde habían sido eliminadas.

La domesticación de animales silvestres no debe considerarse en ningún momento como una panacea para resolver automáticamente todas las dificultades que nos plantea la conservación pastoral. Todo nuevo animal doméstico es una fuente potencial de problemas exactamente igual que ocurre con los actuales y por las mismas razones. Después de todo, la domesticación significa tener los animales cerca y generalmente sometidos a un régimen de ordenación intensivo, para satisfacer las necesidades del hombre. Los animales se meten y sacan de los corrales y pasan de un recinto a otro a ciertos intervalos. Se los esquila, desmocha, baña, descola y vacuna, pero sobre todo, lo que es más importante, se les concentra en un área mucho menor que la habitual en animales silvestres. El resultado lamentable es que, especialmente si se trata de regiones montañosas o áridas, la colonización a base de una economía pastoral de tipo europeo suele traer consigo una continua degradación de la tierra.

La domesticación de especies silvestres no es sino uno de los dos principales tipos posibles de aprovechamiento. El otro procedimiento consiste en elaborar sistemas de agrupación de grandes poblaciones de animales silvestres sin domesticarlos y si acaso sometiéndolos a un programa de ordenación muy ligero. Esto no es nuevo. Pero, hoy día, con los «jeep», los helicópteros y las facilidades que existen para la refrigeración, el aprovechamiento potencial de las poblaciones fáunicas silvestres de Africa se sitúa en un plano muy diferente, e incluso hasta hace pocos años inconcebible. Son muchos los obstáculos de orden práctico que quedan por salvar en el desarrollo del aprovechamiento de la fauna silvestre, exactamente igual que sucede en una u otra fase del desarrollo de todo recurso renovable. Las vastas perspectivas de desarrollo que ofrece el futuro entrañan el fomento de la comercialización, el transporte y las técnicas de conservación, la modificación de las prácticas actuales y el desarrollo de nuevos métodos de captura y agrupación, y el continuo perfeccionamiento de las técnicas para mantener un habitat estable y adecuado para las combinaciones más productivas de animales capturables.

Hay que enfrentarse también con una enorme labor educativa: educación en los distintos niveles de la administración para estimular el estudio en grupo de las muchas formas de aprovechamiento de la tierra, cada una con sus propios problemas de utilización de las zonas marginales; educación en una casi descorazonadora diversidad de niveles culturales, ya que la conservación ha de desarrollarse en forma integrada y que tenga sentido para la sociedad necesitada de métodos de conservación o, en caso contrario, el esfuerzo educativo tiene pocas probabilidades de éxito; educación en ambientes culturales muy diversos fuera de Africa, con vistas a estimular una ayuda inteligente y tangible, en lo que se refiere a investigaciones especialmente adaptadas a las necesidades inmediatas del país en cuestión. No cabe duda de que la tarea es enorme, pero es vital. Es sumamente urgente que se realicen investigaciones sobre los grandes mamíferos africanos. Ello se debe, en parte, por la expansión de las poblaciones en Africa y la consiguiente prioridad que reclama la investigación de formas más adecuadas de un aprovechamiento de la tierra estable y productivo. Muchas especies de grandes mamíferos han quedado eliminadas en áreas vastísimas.

La gran variedad de especies existentes en aquellas zonas donde abundan todavía grupos muy heterogéneos de grandes mamíferos no se ve en ninguna otra parte del mundo; por tanto, los conocimientos conseguidos en Africa, estudiando los principios ecológicos fundamentales en relación con diferentes combinaciones de animales ramoneadores y pastantes pueden contribuir mucho a la comprensión y a la solución de los problemas de las tierras marginales en otras muchas partes del mundo.

Aunque, por el momento, el número de investigadores sobre este tema es pequeño, está aumentando y las investigaciones futuras sobre estos grandes mamíferos africanos pueden demostrar que éste es uno de los campos de estudio más importantes para los biólogos de nuestro siglo.


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