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Enfermedades forestales de trascendencia internacional

A. J. RIKER

Profesor de Fitopatología y Silvicultura, Universidad de Wisconsin, Estados Unidos

UNO de los objetivos principales de toda investigación forestal es la consecución de rendimientos sostenidos de madera de primera calidad. Entre los enemigos del rendimiento sostenido figuran los siguientes: incendios, insectos, mamíferos, incursiones de la «civilización »y enfermedades. En esta última categoría figuran no sólo los agentes patógenos que destruyen el follaje y matan a los árboles, sino también aquellos otros organismos que provocan la pudrición de las raíces, del raigal y del tronco. En los Estados Unidos, se estima que alrededor del 45 por ciento de las pérdidas causadas por todos los agentes destructivos corresponden a las enfermedades forestales.¹

¹ UNITED STATES DEPARTMENT OF AGRICULTURE, FOREST SERVICE, 1958. Timber resources for America's future. Forest Resource Report No. 14, 713 págs. ilustr.

En América del Norte, la invasión de enfermedades de los árboles forestales provenientes del exterior ha provocado enormes pérdidas. Como ejemplo, pueden citarse el chancro del castaño, la roya vesicular del pino de Weymouth y la enfermedad holandesa del olmo. Esta última queda transmitida por insectos. Está igualmente reconocida la importancia de los insectos destructivos que pueden llegar desde el exterior. Sin embargo, los insectos caen fuera del alcance de las presentes consideraciones.

Las enfermedades epidémicas son mucho más graves para los árboles forestales que para los cultivos agrícolas comparables. Si un trigal queda destruido podrá plantarse otra especie en el año siguiente. Pero si los árboles quedan dañados, con ello pueden perderse 10, 25 ó 50 años de productividad de la tierra. Además en el caso de algunos hongos causantes de la podredumbre de las raíces y del raigal, surge otro peligro, y es que estos organismos pueden desarrollarse en forma aparentemente inocua en los viveros. De esta forma, estos organismos patógenos podrían quedar distribuidos con los materiales de vivero en las zonas utilizadas para la repoblación.

Se ha iniciado un programa para investigar:

1. Cuáles son las posibilidades de que determinadas enfermedades de peligrosidad internacional puedan trasladarse de un país a otro;

2. En qué forma puede evitarse, o al menos dificultarse, este desplazamiento;

3. Por cuáles medios puede acrecentarse la eficacia de las cuarentenas;

4. Cómo podría conseguirse la erradicación en el caso de que apareciera una enfermedad extraña;

5. En qué forma sus efectos perniciosos podrían evitarse o reducirse en el caso de que apareciera y no pudiera erradicarse;

6. En qué modo la investigación puede proporcionar la información tan urgentemente necesitada acerca del hospedante, el organismo patógeno y la evolución de la enfermedad.

Para facilitar este programa, el autor, en calidad de miembro del Grupo de Trabajo sobre Enfermedades exóticas de los árboles en la Sección 24 (Protección) de la Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal, visitó 16 países distintos para celebrar consultas con los forestales, oficiales de cuarentena especialistas en genética forestal y patólogos de mayor autoridad. Su viaje fue financiado por la Universidad de Wisconsin.

Muchas personas de competencia reconocida formularon un gran número de sugerencias, que se resumen en las líneas siguientes:

Repertorio de enfermedades preocupantes de los árboles

Con objeto de contar con información acerca de las enfermedades epidémicas y de su importancia en cada país, en muchos lugares se ha preparado, o se está preparando, una lista anotada de las mismas. Utilizando estas listas, pueden trazarse mapas de distribución que podrían también utilizarse para indicar la distribución de los patólogos informantes. De este modo sólo se prestaría fe a un informe negativo cuando fuera fruto de la labor diligente de una persona competente.

Estas listas quizá no arrojen luz sobre aquellas enfermedades que pasan por inocuas en un país, siendo en cambio peligrosas en otros (como el chancro americano del castaño en el Asia oriental). Sin embargo, como se expone más adelante, éstas pueden quedar descubiertas gracias a la investigación. Un ejemplo de tal lista anotada que preparó el Dr. P. Spaulding para los Estados Unidos puede verse en la página siguiente.

Mucho puede aprenderse estudiando los árboles exóticos supervivientes en las plantaciones ya establecidas, como lo hizo Spaulding.

Lista de los especialistas más autorizados en cada país

Se está preparando una lista de aquellas personas que despliegan sus actividades acerca de la patología forestal, enumerando uno o más para cada país. Estas personas intercambiarán información crítica, organizarán la investigación en un plano internacional y en colaboración con las personas más indicadas, y notificarán los casos de brote.

ENFERMEDADES DE LOS ÁRBOLES FORESTALES DE LOS ESTADOS UNIDOS QUE: REPRESENTAN UN PELIGRO POTENCIAL PARA LOS BOSQUES DE OTROS PAISES *

Organismo causal

Enfermedad

Virus

Enfermedad de Pierce de la vid

Cephalosporium diospyri

Cefalosporiosis del melocotón

Ceratocystis fagacearum

Marchitez del roble

Cerarocystis fimbriata platani

Mancha cancerosa

Cercospora thujina

Viruela de la Thuja

Ciitocybe tabescens

Podredumbre radical

Coryneum berckmanii

Viruela

Cronartium coleosporioides

Roya vesicular del pino torcido

Cronartium comptoniae

Roya vesicular del arrayán brabántico

Cronartium harknessii

Agalla globoide del tallo

Diplodia pinea

Muerte descendente de los ramos del pino

Endotha parasitica

Chanoro del castaño

Erwinia amylovora

Chamusco

Erwinia nimipressuralis

Bacteriosis de los olmos

Fusicladium saliciperdum

Sarna del sauce

Gloeosporium ulmicolum

Antracnosis del olmo

Guignardi aesculi

Manoha foliar del castaño de Indias

Gymnosporangium libocedri

Roya del Libocedrus y de las pomáceas

Gymnosporangium nootkatensis

Roya del cedro de Alaska

Melampsora abietis-canadensis

Roya del abeto del Canadá

Melampsora occidentalis

Roya del abeto Douglas

Peridermium coloradense

Escoba de bruja de la picea

Phomopsis juniperovora

Chancro del cedro

Phyllosticta mínima

Mancha foliar del arce

Phymatotrichum omnivorum

Podredumbre radical

Rhizoctonia ramicola

Necrosis filamentosa

Scirrhia acicola

Necrosis de las acículas

Sclerotium bataticola

Podredumbre del cuello

Septoria musiva

Viruela del álamo

Trichoscyphella willkommii

Chancro del alerce

Thyronectria austro-americana

Chancro de las frondosas

Uncinula flexuosa

Oídio

Xanthomonas corylina

Bacteriosis del avellano

* SPAULDING, P. 1958. Diseases of foreign forest trees growing in the United States. U.S. Dept. Agr. Handbook N° 139, 118 págs. (véanse páginas 113-118)

Robustecimiento de las cuarentenas

Las cuarentenas de plantas constituyen el baluarte aceptado contra la penetración de enfermedades peligrosas de los árboles. Los modernos medios de transporte aéreo multiplican las posibilidades de llevar organismos patógenos de un país a otro. Sea cualquiera el grado de perfección con que se administran las cuarentenas, muchos forestales actúan en torno a éstas, contribuyendo a evitar la penetración de agentes patógenos. Los fitopatólogos forestales tienen la obligación de enviar a los oficiales de cuarentena una lista de los organismos más peligrosos y de describir los síntomas diagnósticos por los que pueden reconocerse. Estas actividades de protección deben a la vez interferir lo menos posible en el comercio, los viajes y el intercambio de materiales científicos. En muchos aspectos es necesaria una investigación más a fondo si se pretende que las cuarentenas sean de la eficacia máxima.

Organizaciones ya existentes

Diversas organizaciones se ocupan en una u otra forma de aspectos varios de la patología exótica de los árboles forestales. Algunas de las más importantes son las siguientes: Organización de Protección Fitosanitaria para Europa y el Mediterráneo; Convención Moscú-Pekín; Comité de Protección Fitosanitaria para el Asia sudoriental y el Pacífico; Comisión Fitosanitaria Interafricana; Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (Centroamérica, México y Panamá). La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, con sede en Roma, se interesa también en limitar la propagación entre continentes de patógenos forestales y puede proporcionar el nombre y dirección de los servicios de cuarentena en todos sus Estados Miembros.

Simposio sobre las enfermedades preocupantes

La Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal proyecta la celebración de un simposio sobre enfermedades forestales críticas en su próxima reunión en Viena, del 10 al 19 de septiembre de 1961. Los fitopatólogos seleccionarán y describirán aquellos patógenos forestales que se consideren de mayor importancia potencial si quedaran transferidos de un continente a otro. Las actas publicadas servirán de útil manual.

Investigación cooperativa internacional

Hoy se ignora la respuesta a un cierto número de problemas críticos. Para llegar a este esclarecimiento, es esencial una investigación cooperativa entre especialistas de diversos países. Es evidente que el desplazamiento, sea de los patógenos o de los árboles vivos que puedan ser portadores de ellos, sólo es posible ajustándose a estrictas precauciones. Sin embargo, las semillas seleccionadas o tratadas y libres de enfermedades pueden llevarse desde un país hasta otros con muy poco peligro relativo.

A continuación se citan algunos de los temas más interesantes para la investigación:

a) Polifagia. Es preciso explorar las diferentes clases de árboles que sufren los ataques de agentes patógenos críticos. En algunos casos, las plantas ornamentales emparentadas son portadoras de enfermedades de los árboles. La mejor forma de efectuar esta investigación es en condiciones naturales y en lugares en que el patógeno sea activo.

b) Huéspedes alternativos. En especial en el caso de las royas (por ejemplo, la roya vesicular del pino de Weymouth atraviesa una fase crítica sobre grosellero y uva espín) es preciso determinar con toda precisión las diversas plantas necesarias para el desarrollo de determinadas fases del hongo.

c) Influencias ambientales. La temperatura, la humedad, la luz y los elementos minerales influyen decisivamente a favor o en contra de las epidemias. El estudio del microclima es esencial para conocer en qué forma actúa el patógeno y por qué procedimientos pueden evitarse sus daños.

d) Agentes diseminadores. Exige también investigación la capacidad difusora de diferentes portadores de los patógenos, en especial los insectos vectores.

e) Patógenos aparentemente inocuos. Deberá tratarse de descubrir los patógenos peligrosos que pasan por inocuos en los países de que son originarios. El chancro del castaño se consideraba como sin graves consecuencias en el Asia oriental. Pero una vez que el patógeno llegó hasta América, prácticamente eliminó los castaños americanos. Las adecuadas plantaciones experimentales deberán poner al descubierto estos patógenos engañosos. (Las técnicas para esta investigación podrían ajustarse a las que se aplican en el caso de la colección mundial de trigos).

f) Métodos perfeccionados de erradicación. En el caso de que una enfermedad peligrosa apareciera en una zona poco extensa de un país, podría intentarse la erradicación. El fuego y los preparados químicos han sido de gran utilidad, pero también pueden resultar valiosos algunos otros procedimientos. Para conseguir una eficacia máxima, la técnica de erradicación deberá surgir en el país en que la enfermedad se mantiene activa. Los resultados se pondrían para su inmediata aplicación, a disposición de los países en que la enfermedad pudiera aparecer.

g) Resistencia a las enfermedades. En muchos países, los árboles indígenas no satisfacen las exigencias de la repoblación forestal. En estos casos se han utilizado amplia y provechosamente árboles procedentes de otros países, aunque a veces los resultados fueron desastrosos por causas patológicas. Además, los fitogenetistas forestales de continuo obtienen árboles mejorados. En ambos casos son esenciales los ensayos de resistencia a las enfermedades peligrosas. La selección y fomento de los árboles resistentes a las enfermedades encierran grandes beneficios potenciales.

Muchos tipos de investigación en torno a los patógenos y a su aislamiento exigen una diversidad de localidades. Una isla con una montaña puede ofrecer condiciones varias muy convenientes. La humedad es variable entre la ladera lluviosa y la seca. La temperatura variará también según la altitud. En algunos valles, la longitud del día se reduce. En tales lugares aislados, los organismos patógenos pueden estudiarse con toda eficacia y con pocos peligros de difusión de la enfermedad.

Relaciones con las estaciones de investigación agronómica

En muchos países, el fitopatólogo forestal trabaja relativamente aislado de los especializados en aspectos diversos, como patología de los forrajes, de las frutas, de las plantas textiles y de los sembrados. Con frecuencia, tales especialistas poseen un fundamento y una experiencia, junto con otros materiales de trabajo, que el fitopatólogo forestal podría utilizar con provecho. En general, bastaría solicitarlo para poder utilizar estos elementos. La activa cooperación entre los fitopatólogos silvícolas y agrícolas merece no sólo todo el estímulo posible, sino también el allanamiento de cualesquiera barreras físicas o administrativas que impidan su cooperacion.

En resumen, existe la nefasta posibilidad de que puedan trasladarse de un país a otro enfermedades de los árboles de peligrosidad internacional, quebrantándose con ello los rendimientos sostenidos. Sin embargo, la comprensión, cooperación e investigación internacionales pueden hacer mucho para dificultar o incluso impedir nuevas catástrofes como la provocada por el chancro del castaño en América.


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