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EXPLOTACION RACIONAL DE LAS PESQUERIAS FLUVIALES

OBJETIVOS Y ESTRATEGIA

Las pesquerías fluviales pueden explotarse racionalmente de diversas maneras. Primero, en la cuenca deben fijarse prioridades entre varios usos competitivos de los cuales la pesca es uno. Segundo, las técnicas directas de ordenación de la pesquería tratan de regular las especies y cantidades d e peces pescados. Finalmente, las pesquerías pueden desarrollarse indirectamente produciendo cambios sociales o creando nuevos tipos de pesca. Las técnicas seleccionadas actualmente para la ordenación dependen de que se formulen claramente los objectivos y la estructura socioeconómica dentro de la cual existe la pesquería. En las cuencas fluviales en las que se ha dado prioridad al desarrollo urbano o industrial, las posibilidades que tiene la gestión de la pesquería están limitadas a las que se pueden conseguir dentro de la comunidad y de la productividad que sobreviven en los ecosistemas acuáticos modificados. Los efectos de estos hechos externos a la pesquería se pueden mitigar algo mediante una planificación cuidadosa y anticipada que dé por resultado la formulación de leyes que fijen el caudal mínimo de los ríos o la descarga máxima consentida de substancias tóxicas. En cuanto a la propia pesquería se tienen que tomar varias decisiones. Es posible que la comunidad íctica tenga que desempeñar varias funciones, entre ellas el suministro de alimento, la pesca recreativa o el atractivo indefinible de estar presente en las aguas, por nombrar unas pocas nada más. Es posible que la pesca tenga que suministrar alimento a comunidades urbanas y rurales y dar trabajo a los pescadores. Puede basarse en unas pocas especies particularmente favorecidas o tener que suministrar la máxima cantidad de proteína independientemente de la calidad. Es posible que muchos de estos objectivos y otros que no se han mencionado sean antagónicos. Por ejemplo, en casi todos los países industrializados la pesca se ha explotado en el pasado comercialmente, pero esto ha sido substituido en gran parte por intereses deportivos debido a razones económicas y sociales.

Uno de los problemas fundamentales que se plantea al gerente pesquero es si explotar un pequeño número de especies o permitir que se pesquen todas las de una comunidad. La primera posibilidad exige una reglamentación estricta y con frecuencia costosa de la pesca, mientras que la segunda, la del “laissez-faire” puede resultar en la degradación de las poblaciones hasta el punto en que aunque se produce más pescado su calidad es inaceptable.

Las decisiones sobre los objectivos de la pesca se pueden implantar de dos maneras principales. Primero está la ordenación científica con su investigación inicial para comprender el sistema en que se van a basar las decisiones sobre la ordenación. Este es un buen sistema, pero costoso y dilatorio y con frecuencia depende de la experiencia adquirida durante varios decenios de investigación. Como estas condiciones raramente se encuentran en los países tropicales y subtropicales, se tiene que encontrar otro procedimiento. En el segundo caso, la ordenación experimental exige la formulación de hipótesis sobre la pesca basadas en la información que se pueda obtener fácilmente. La estrategia de la ordenación se basa en esta hipótesis y sus efectos se evalúan durante un período, transcurrido el cual, la hipótesis y la estrategia se pueden modificar para ajustarse mejor a las circunstancias. Este tipo de ordenación es muy común en las pesquerías tradicionales y se acepta cada vez más como un procedimiento satisfactorio cuando faltan recursos de personal y financieros para aplicar la ordenación científica. Es evidente que estos métodos empíricos se tienen que regular estrictamente y que su evaluación requiere una gran vigilancia.

Los muchos métodos que existen para regular las pesquerías se muestran en la Figura 15. Para ser efectivos casi todos dependen de la regulación jurídica o económica, pero también presuponen la existencia de los conocimientos técnicos necesarios para formular correctamente la legislación y de información socioeconómica para aplicar controles económicos. La selección de objectivos y de métodos para la ordenación y de las materias que se van a investigar dependerá mucho de la fase de explotación del río.

En el Cuadro 3 se expone una estructura general que clasifica los ríos en cuatro categorías según el grado en que ha progresado a lo largo de su explotación. Se trata solamente de ideas orientativas y están lejos de ser exhaustivas.

ORDENACION DE LOS SISTEMAS FLUVIALES A EFECTOS DE LA PESCA

Como las muchas presiones creadas por los diversos usos del agua y la tierra dentro de las cuencas fluviales tienen amplios efectos perjudiciales en las comunidades de los peces y en las pesquerías que dependen de ellos, es evidente que se necesita una cuidadosa ordenación si se desea mantenerlas. La ordenación deberá practicarse en dos formas: i) en la cuenca fluvial en conjunto y ii) en la pesquería. En este subcapítulo se examinerá la primera forma y la segunda se tratará en un segundo subcapítulo más adelante.

Lo más importante en las cuencas es asegurarse de que la tierra y el agua se utilizan de tal manera, que la cantidad y calidad del agua de los sistemas fluviales son adecuados para el mantenimiento de una comunidad íctica saludable.

Corrección de la erosión y la escorrentía : En su forma general, la conservación de la cantidad y calidad del agua exigen una cierta regulación de las práctics agrícolas y forestales en las cuencas, para asegurarse de que no son excesivas la erosión y la sedimentación. Al mismo tiempo deberá conservarse suficiente cobertura vegetal para que el agua se esparza por la superficie y no cause inundaciones repentinas.

Mantenimiento del hábitat natural del río : La conservación de la comunidad íctica requiere que dentro de la planificación global de la cuenca de un río se destine una superficie suficiente para que constituya una reserva en la que puedan salvaguardarse debidamente las diversas fases de la vida de las especies que pueblan la cuenca. Esto se aplica en particular a los tipos de hábitat especializados, como los fondos de cantos rodados de desove de la zona ritron de los ríos de orden bajo o las zonas anegadizas de los ríos de potamon de orden más alto.

Mantenimiento de un caudal adecuado: El mantenimiento de regímenes de caudal adecuados es necesario en los sistemas regulados parcialmente, de los que es prueba el mal estado de las pesquerías donde los regímenes normales del caudal han sido suprimidos por presas artificiales o por modificaciones del clima naturales. En los sistemas totalmente regulados, donde se han fijado reservas, la creación de éstas debe ir acompañada de mediadas que aseguren que el caudal es suficiente para mantener la población de peces. En gran parte de la zona templada se ha legislado para asegurar un caudal mínimo para la pesca deportiva, pero hasta la fecha no se han hecho adelantos para la simulación de las inundaciones que mantienen la pesca para la alimentación en las llanuras anegadizas. Los experimentos que se han realizado, por ejemplo en el río Pongolo de Sudáfrica (Phelines et al., 1973), demuestran que la descarga de agua regulada de las presas puede simular una inundación con la verosimilitud suficiente para que los peces se reproduzcan y haya reclutamiento. Por otro lado, es posible que se hayan sacrificado algunos de los principales objectivos para los que se construy ó la presa, en el sentido de que disminuye el agua retenida para usarla en la époco seca. No obstante, cuando se disponga de los resultados de más estudios de este tipo, será posible incorporar las necesidades de agua de las pesquerías en la planificación de la forma y funcionamiento de la presa.

Mantenimiento de la calidad del agua: Durante el siglo pasado la calidad del agua de los ríos de toda la zona templada se ha deteriorado rápidamente porque la urbanización y el desarrollo industrial han necesitado cantidades siempre mayores de agua. Parece ser que actualmente ocurre un proceso similar en algunos ríos tropicales y subtropicales, en los que diversas prácticas agrícolas han incrementado los peligros originales. Casi todos los países de la zona templada han reaccionado ante la contaminación de sus aguas tomando medidas estrictas en cuanto a su calidad, pero éstas se dirigen más a salvaguardar la salud pública que a proteger las pesquerías. Esa legislación ha dado disposiciones relativas a las descargas de las instalaciones de tratamiento de las aguas de albañal y a los afluentes de la industria y ha dado por resultado la rehabilitación de algunos tramos de los ríos. Esta legislación se basa en un amplio conocimiento de la tolerancia de la vida humana o acuática a los principales contaminantes que aparecen en el agua. Por desgracia, con frecuencia no se dispone de tal información en los países tropicales y subtropicales en los que se necesita con urgencia una legislación análoga.

Fig. 15

Fig. 15 Esquema de la relación entre las técnicas principales de ordenación de la pesca

Estructuras artificiales para mejorar el hábitat: En los ríos donde hay poblaciones que se pescan por deporte, el recurso tiene tal valor que se justifica la manipulación artificial del ambiente. Durante el último siglo se han ensayado gabiones desviadores de la corriente, reforzamiento de las orillas y refugios artificiales. Muchos han sido aceptados como modelos para mejorar las condiciones de especies determinadas como trucha y salmón.

Son más especializadas las diversas estructuras empleadas para superar presas y otras obstrucciones del río. Tienen por objeto asegurar el paso de peces migratorios y originalmente se construyeron para los salmones en los ríos de la zona templada de norte. Más recientemente y en relación con las presas hidroeléctricas, se han construido pasos para peces en varios sistemas tropicales y subtropicales. Los experimentos no han tenido mucho éxito. En casi todos los casos, los pasos, cuya forma se basaba en la experiencia con salmónidos, no se han adaptado al comportamiento de otros peces. Aún cuando los peces han aceptado la escala para sus movimientos migratorios, el núumero de los que las buscan ha resultado ser excesivo. No hay duda de que con el aumento del número de presas en los grandes ríos, es necesario investigar más a fondo las estructuras de los pasos y escalas adaptados a las especies migratorias en general.

Dotación de medios para la pesquería: En algunos lugares existen poblaciones de peces adecuadas, pero que por diversas razones no mantienen una pesquería. Entre éstas están la inaccesibilidad y la falta de enlaces por carretera, ferrocarril o río entre las zonas de pesca y los mercados. Como parte esencial del desarrollo, las comunicaciones deberán incluirse en la planificación de la cuenca del río, por ser benéficas para las pesquerías y otras actividades. Existen muchas pesquerías, particularmente en las grandes llanuras anegadizas, donde no hay lugares convenientes para que vivan los pescadores. En algunos lugares esto se ha resuelto ocupando los diques y las islas, pero en otros ni aún esto existe, por lo que han recurrido a hacer casas sobre postes donde encontraban madera o construyendo montículos de tierra donde no tenían materiales distintos. Estos últimos tienen varias áreas de superficie, quedan por encima del nivel máximo de las inundaciones y se hacen fácilmente con ayuda de maquinaria para la remoción de tierra.

Otro factor que limita la eficacia de la pesquería como proveedora de pescado de buena calidad es la falta de madera para ahumar. Aunque existen otras posibilidades, el ahumado sigue siendo una de las maneras más baratas y sencillas de conservar el pescado. En los lugares donde se practica el ahumado, la repoblación forestal con árboles de crecimiento rápido podría suministrar madera adecuada para el ahumado.

Planificación general: De lo dicho se desprende que las pesquerías sólo pueden desarrollarse y ordenarse en estrecha colaboración con los demás usuarios de la cuenca. Por esta razón, los encargados de la pesca continental de un país deberán disponer de medios para participar en el desarrollo integrado de los lugares bajo su jurisdicción. Por desgracia, hasta hace poco las que tienen que tomar decisiones disponían de poca información sobre esos tipos de aguas y sus pesquerías. Por esta razón, el sector pesquero ha quedado descuidado al formular los planes de explotación de la cuenca del río. Al disponerse de más información, los legisladores tendrán que decidir entre las diversas partes interesadas para asegurarse de que con la debida planificación y una cierta avenencia, las pesquerías pueden mantenerse junto con otros usos para suministrar un alimento protecio de buena calidad.

ORDENACION DIRECTA DE LA PESCA

Regulación de los artes y aparejos

Uno de los conceptos fundamentales de la ordenación es la regulación de los artes y aparejos de pesca. Esto presenta dos aspectos: la prohibición de ciertos métodos de pesca y la limitación de la luz de malla de artes selectivos.

Prohibición de ciertos métodos: Tiene especial importancia limitar o prohibir el empleo de ciertos métodos destructivos. Los casos más típicos son los venenos y los explosivos, los cuales son muy comunes en toda Africa y América Latina. Estos métodos son especialmente perjudiciales cuando se emplean en las pozas de los lechos de los ríos o en las aguas permanentes del llano anegadizo, que es donde habita la población íctica durante la época seca. Por otro lado, el empleo de venenos en estanques temporales del llano o en el canal del río es permisible porque permite el aprovechamiento casi total de peces que hubiera desaparecido al secarse la capa de agua. Otros dispositivos que en general son desfavorables son las presas de nasas que cierran secciones del río o de canales que comunican con la llanura de inundación impidiendo los movimientos de los peces y en los casos extremos el que lleguen a los lugares de reproducción.

Regulación de la malla: Gran parte de la teoría relativa a la restricción de la malla se basa en la de la dinámica de la población y tiene por objeto una especie o grupo de especies determinados de tamaño o características de crecimiento similares. La limitación de la luz de la malla de los artes selectivos es una medida excelente donde la pesca se basa en un cierto número de especies de gran importancia económica. En el caso de las poblaciones de diversas especies esta solución no es muy satisfactoria porque muchas de ellas y con frecuencia casi toda la biomasa disponible, queda fuera del alcance de la pesca. Además, las restricciones sobre la luz de malla deben ir acompañadas de una vigilancia estricta y, de ser posible, de limitaciones del número de pescadores y dispositivos en uso. En caso contrario la luz de malla tenderá a disminuir al agotarse la clase de peces de un tamaño dado.

Regulación de la captura: Las medidas de regulación de las capturas se usan raramente en la pesca comercial de los ríos, aunque en la pesca deportiva se aplican con frecuencia restricciones sobre el número y tamaño de los peces que se pueden capturar. Es difícil aplicar los sistemas de cupos en los ríos debido al gran número de pescadores. También se ha ensayado la restricción sobre la talla de ciertas especies o la protección de especies raras o valiosas. Generalmente estas medidas han fracasado debido a la dificultad de aplicar la reglamentación.

Regulación del lugar: La creación de lugares reservados o acotados o la protección de hábitat tales como las zonas de reproducción, son vitales para la sobrevivencia de algunas especies. Muchos métods tradicionales de regulación de las presquerías contienen disposiciones a tal efecto que no se respetan al aumentar al aumentar la presión sobre los recursos. Un tipo especializado de regulación del lugar es la división del río y de los lagos de las depresiones de los llanos de inundación en “partidas” cuyo alquiler se subasta entre los pescadores o grupos de ellos, que de esta manera adquieren el derecho exclusivo a pescar en su “partida”. Si la duración del alquiler es muy corta o el canon de arrendamiento muy alto, los pescadores se ven obligados a pescar destructivamente para recuperar su inversión. Como contraste, en los lugares donde la tendencia de la tierra asigna tramos de río o parte de la llanura anegadiza durante muchos años a un individuo y su familia, tienen suficiente estímulo para mejorar la parte de la cual están encargados de explotarla sistemáticamente.

Regulación estacional: Como en el caso de la regulación de lugares, generalmente hay muchas disposiciones que regulan las épocas de pesca en las comunidades pesqueras tradicionales, que tienden a persistir más que las de lugares, debido principalmente a que las dicta el estado físico de los ríos o el comportamiento de los peces. Durante las inundaciones de las llanuras los peces están tan dispersados que no son accesibles a casi todos los métodos de pesca y por esta razón se pesca poco en esa época en casi todas partes del mundo. Sin embargo, con frecuencia es necesario aplicar nuevas disposiciones basadas en un conocimiento más completo de la biología de una especie para impedir su pesca durante el desove o cuando los peces se congregan en una capa de agua mucho menor durante la época seca inmediatamente antes del desove, porque son mucho más vulnerables a ciertos métodos de pesca.

Regulación de los pescadores: Las pesquerías fluviales, como casi todas las demás, responden a una explotación más intensa con una disminución de la pesca por pescador y después de llegar a un número óptimo de pescadores por unidad de superficie, con la reducción de la captura total. Estas pesquerías son sensibles a aumentos de los esfuerzos que pueden deberse a un mayor numero de pescadores de la misma capacidad ténica o un aumento de la capacidad de cada pescador. En el último caso, cuando la pesca se aproxima a la plena explotación, la mayor captura que las innovaciones tecnológicas permitan hacer a un pescador, se tiene que compensar reduciendo el número de pescadores.

Teóricamente la reglamentación del número de pescadores es tal vez la manera más sencilla de regular la pesca de artesanía, aunque sus aspectos prácticos, como licencias, impuestos, vigilancia, etc., presentan enormes dificultades. De los datos de que se dispone se desprende que el número óptimo de pescadores en un llano anegadizo es de 10/km². Por encima de esta cifra las capturas comienzan a disminuir y las poblaciones de peces dan señales de hiperexplotación. En realidad es difícil emplear al pescador como una sencilla medida del esfuerzo, ya que la mayoría de los habitantes de las tierras de inundación son a la vez pescadores y agricultores. Estos pescadores tienden a repartir el tiempo que dedican a sus actividades segun los beneficios que les dejan. Cuando es intensa la presión sobre la pesca, están menos tiempo pescando que trabajando la tierra. Esto da a la pesquería mucha flexibilidad y tiende a evitar la explotación excesiva, aunque se sabe que esto ocurre en algunos casos.

La regulación del esfuerzo de pesca puede lograrse por métodos distintos de las licencias, por ejemplo, haciendo cambios sociales que suprimen parte del esfuerzo mejorando otra actividad del pescador o facilitándole trabajo en otro lugar. Lo contrario es de aplicación en las pesquerías subexplotadas a las que se puede dar acceso enseñando a los interesados métodos de pesca, dándoles subvenciones o creando infraestructuras como carreteras, caminos, escuelas, viviendas, etc.

Mejora del ambiente y de la ecología

En “Ordenación de los sistemas fluviales para la pesca” se describen varios métodos para conservar o mejorar el ambiente. Hay otros para mejorar las poblaciones de peces eliminando los indeseados o introduciendo especies nuevas. Por ejemplo, uno de los grandes problemas que se plantean en América Latina para explotar ciertos tipos de ríos o embalses es la proliferación de la piraña. En otras partes del mundo la expansión excesiva de peces morralla que compiten con especies comerciales más favorecidas, también limita la efectividad de la pesca, Este problema no se ha resuelto aunque en la pesca deportiva de gran valor, se practica el envenenamiento a gran escala de todo un ambiente para eliminar todos los peces y repoblarlo después de especies seleccionadas. En las presas pequeñas del nordeste de Brasil se ha tratado de eliminar las pirañas envenenándolas (Braga Adhemar, 1976).

En tales aguas se practican programas de repoblación para mantener artificialmente la proporción de abundancia de las especies a favor de las seleccionadas. También esto es muy popular en las pesquerías de salmón de la zona templada, pero se emplea igualmente en las presas y embalses pequeños de los trópicos.

A primera vista puede parecer innecesaria la introducción de nuevos elementos en una comunidad que ya es muy compleja, pero son tales los cambios que ocurren en un ecosistema fluvial modificado, que con frecuencia faltan las especies capaces de colonizar las aguas bajo el nuevo régimen. Cuando ocurre esto puede recurrirse a la introducción de una especie nueva para que ocupe el nicho. Tales introducciones hay que estudiarlas mucho antes de hacerlas, porque existe gran peligro que las especies exóticas sean una plaga o compitan con las existentes. Puede ocurrir que con los peces se introduzcan organismos patógenos. No obstante, ciertas introducciones han tenido éxito en algunos lugares.

CREACION DE NUEVAS PESQUERIAS

Como se indica en el Cuadro 3, al aumentar la explotación de una cuenca fluvial para la agricultura, la industria o la colonización por el hombre, la pesquería original, que ha sido el tema principal de este manual, se contrae y en casos extremos acaba desapareciendo y es substituida por dos tipos nuevos: i) la que se practica en los embalses que se forman detrás de las presas hidroeléctricas y de regulación de las riadas y ii) la acuicultura.

Pesquerías de los embalses: Lo que modifica más intensamente un río es la construcción de presas. Inicialmente pueden ser embalses relativamente pequeños en los afluentes, pero terminan siendo grandes embalses en el rí principal. Todas estas presas se han caracterizado porque se construyeron para la pesca y en algunos casos han llegado a ser parte considerable de los beneficios sociales y económicos generados por la estructura. La construcción y explotación de los embalses han sido tema de muchos estudios independientes y se ha discutido extensamente en diversas publicaciones, aunque no en ésta. No obstante, desde el punto de vista de la ordenación de la cuenca fluvial, existen ciertos principios interesantes. El primero es la evaluación del rendimiento que se espera del embalse nuevo o propuesto. Esto se necesita para determinar los efectos de las modificaciones del sistema en la producción pesquera dentro de la cuenca y para planificar la infraestructura necesaria para la nueva pesquería.

Es posible que la medida más sencilla para evaluar la producción pesquera en los embalses nuevos sea el índice morfo-edáfico (MEI). Este índice:

se basa en parámetros sencillos de conductividad y la profundidad media del embalse, que pueden obtenerse antes de construir la presa. En Africa, el índice lo convirtieron en rendimientos reales Henderson y Welcomme (1974), aplicando la relación

 Y = 14,3136 MEI0,4681
en la queY = rendimiento en kg/ha

Comparando los datos de Africa con los de otros lugares tropicales se ha demostrado que los rendimientos de los embalses del sudeste de Asia y de América Latina tienden a ser algo menores. Se cree que esto se debe a que en ninguna de estas zonas continentales existen suficientes especies lacustres para colonizar debidamente las nuevas masas de agua. Donde se han introducido especies como Tilapia para compensar éste, los rendimientos se han aproximado y aún han excedido a los de Africa.

En contraste con los ríos, los lagos y los embalses mantienen mucho menos pescadores. La información relativa a Africa indica que los rendimientos óptimos se obtienen con una densidad de 1–2 pescadores por km². Estas cifras mucho más bajas se deben probablemente a que casi todos los pescadores lacustres no hacen otra cosa que pescar. Por tanto, no se puede esperar que un nuevo embalse absorba más de una pequeña parte de los pescadores del río original.

Acuicultura en sistemas fluviales

La producción natural de los ríos puede excederse mediante diversas formas de cultivo o la acuicultura intensiva. Ambos se practican mucho en las llanuras de inundación como eran originalmente y existen varias técnicas para las diferentes fases de explotación de los ríos.

Bloqueo de las depresiones naturales de los llanos de inundación:  En muchos sistemas se acostumbra a cerrar por completo los canales por los que sale el agua de las depresiones, con presas de tierra temporales y vegetación. La laguna que se crea se pesca, con frecuencia mucho más tarde, en la época seca. Esto constituye la primera tentativa sistemática de explotación o acuicultura extensivas. Reed (FAO/UN, 1969) experimentó con presas sencillas, pero más permanentes hechas de postes de madera, tierra y sacos llenos de arcilla en el río Níger y en Reizr (1974) en el Senegal. Aumentó mucho la superficie del agua retenida (Figura 16) y la Figura 17 muestra como variaron la superficie y el nivel de los estanques antes y después de las obras. Las recolecciones de los estanques son respetables: unos 185 kg/ha/año en el estado primitivo, pero con la repoblación con alevines y la fertilización con derivados de la agricultura como cás caras de arroz, la producción alcanza hasta 500 kg/ha/año.

Estanques de desagűe:  En los sistemas de cultivo más avanzados de las tierras de inundación, a las depresiones se les da forma más regular y más profundidad y con el paso del tiempo pueden excavarse estanques de desague en la superficie del llano. En la actualidad tres sistemas fluviales aprovechan esta forma de ordenación. En la cuenca del río Oueme (Africa), cerca del 3 por ciento de los 1 000 km² de superficie del llano está ocupado por estanques de desagűe, algunos de los cuales tiene varios km de longitud y se construyen como se ve en la Figura 18. En la llanura anegadiza del río Mekong existen construcciones análogas que varían de 20 a 100 m de longitud y de 2 a 3 m de profundidad. En Bangladesh se crean unos 30 000 estanques en los fosos que se forman en las excavaciones para construir islas artificiales. Los estanques de desagüe generalmente se llenan demasiado de vegetación acuática durante la época seca. Además se desoxigenan, se hacen anóxicos y la temperatura del agua sube mucho. Por esto, aunque originalmente los colonizaron varias especies durante la primera parte del desagűe, sólo sobrevivieron las más resistentes, que generalmente respiran aire como Clarias, Channa, Ophicephalus, Anabas o Protopterus. Generalmente en los estanques se pesca cerrando una parte con una barrera de bambú, quitando la vegetación que contiene la parte aislada y adelantando la barrera hasta que los peces quedan en un espacio pequeño del que se extraen con redes de mano y con cestos.

Fig. 16

Fig. 16 Extensión de los lagos de las depresiones de las tierras de inundación antes y después de construir presas que cierran los canales de desagűe

Fig. 17

Fig. 17 Diferencias entre la profundidad máxima (A) y la superificie (B) de una laguna de llano anegadizo antes y después del represamiento

Fig. 18

Fig. 18  A.  Construcción de un estanque de admisión de agua típico en el llano del Ouémé
B.  Sitiuación de los estanques en el llano

Los rendimientos de estos estanques pueden ser grandes. En el Oueme se produjeron por término medio 2,1 t/ha/año en 1955-58 y diez años más tarde seguían rindiendo 1,5 t/ha/ano a pesar de la pesca excesiva en todo el resto del sistema.

Estos estanques se emplean mucho junto con la acuicultura. En Africa se cultivan pimientos y tomates en la parte alta de los diques y en los espacios entre ellos se produce el maíz típico de los llanos inundables. En Asia los estanques se excavan junto a los arrozales para que los peces puedan retirarse a ellos cuando se vacía el agua antes de la recolección.

Trampas de refugio y parques de matorrales:  En el río Oueme se plantan masas de vegetación al terminar la riada, bien en la orilla o en cavidades que se hacen en ella en la boca del canal de desagüe del llano (Figura 19). Se dejan para que capten peces unos dos meses, transcurridos los cuales se sacan con los peces y se reemplazan para vaciarlas de nuevo al terminar la época seca. En esas trampas y en los matorrales se puede pescar mucho y en el río Oueme se capturan cada vez hasta 1,88 t/ha (de parque) o 3,88 t/ha/año.

Fig. 19

Fig. 19 Trampa de refugio pequeña, circular, empleada en el delta del Ouémé
Ramas de perennes verticales
Ramas de coníferas colocadas horizontalmente en el fondo

La práctica de plantar vegetación o ramas en el agua para atraer peces está muy extendida, habiéndose observado en el río Mekong en el sudeste de Asia, en el delta del Ganges en Bangladesh, en el Níger y el Benue en Africa y en Ecuador. Las técnicas de la pesca en trampas de refugio en el Oueme y sus lagunas ha sido descrita con detalles por Welcomme (1972). Las trampas de refugio del río Oueme y los lagos y lagunas con él asociados, son de dos clases principales, además de las masas de vegetación flotante ya descritas. Generalmente son pequeñas depresiones circulares de unos 22 m² (Figura 19) que rinden hasta 2,8 t/ha cada vez. Como se pescan hasta 10 veces durante los siete meses de la época seca, se puede obtener anualmente un rendimiento hasta de 28 t/ha sin influir en la pesca por otros métodos en el lugar. Los grandes parques rectangulares o “acadjas” son de construcción mucho más compleja (Figura 20) y se pescan con menos frecuencia, pero también se logran grandes rendimientos. En la zona de agua dulce, a los parques de peces del Oueme llegan muchas especies, habiéndose registrado hasta 32. En contraste, en la zona de agua salobre sólo dos especies Sarotherodon melanotheron y Chrysichthys nigrodigitatus constituían el 95 por ciento de los ejemplares presentes. Se reproducen activamente en el parque durante todo el año y como resultado la población se pone muy rápidamente (Figura 21) y el rendimiento consecuente as muy alto, hasta 8 t/ha/año en 1957–59.

Fig. 20

Fig. 20 Plano de una trampa de refugio rectangular empleada en el delta del Ouémpe: observese la complejidad:
Ramas separadas verticales
Ramas de coníferas verticales

Fig. 21

Fig. 21 Relación entre el rendimiento y duración de la instalación de dos series de parques de matorrales construidos en la laguna Nokoué del delta del río Ouémé

El rendimiento de los parques de matorrales parece estar relacionado directamente con la densidad de lo plantado: cuantas más plantas por unidad de superficie mayor es la captura. En el lago Aheme, Benín, el rendimiento aumentó de unos 20 kg/ha con una densidad de plantación de 1 rama/m² a 20 t/ha con una densidad de 20 ramas/m².

Investigaciones más recientes han demostrado que la población íctica aumentaba de la misma manera en 1969-70, aunque los rendimientos eran algo menores como resultado de los cambios en el ambiente de la laguna producidos por la construcción de un puerto. Las únicas instalaciones análogas que se han investigado sistemáticamente son los parques “Samra” del Grand Lac del Mekong que parecían dar rendimientos comparables con los de las instalaciones tipos Benín. Las opiniones están divididas en cuanto a los parques pesqueros de matorrales. No hay duda de que aumentan la productividad de las aguas en que se usan, pero es posible que tambien acorten su vida al acelerar la sedimentación. Además, requieren mucha madera, hasta 60 t/ha, para lo que se necesitan plantaciones especiales si los bosques adyacentes están depauperados.

Cultivo mixto de arroz y peces

Está muy extendida la piscicultura en arrozales, lo que puede considerarse como un método casi ideal de utilizar la tierra, que produce a la vez hidratos de carbono y proteínas en el mismo terreno. En Asia y en Madagascar está muy perfeccionada, pero continua en la fase experimental en Africa y América Latina. Coche (1967) estudió a fondo la situación hasta hace 15 años. Se pueden distinguir dos clases de explotación:

i)  sistemas de captura de los peces que entran por los canales naturales;

ii)  sistemas de cultivo mediante los cuales el arrozal se puebla de alevines.

La pesca puede consistir en una sola captura anual con una sola cosecha de arroz, o en una captura intermedia entre una cosecha de arroz y la siguiente, durante la época de crecimiento o como una captura alternativa donde se practica la rotación. Con frecuencia los peces que quendan atrapodas durante la época de crecimiento son se envían a estanques o canales construidos especialmente cuando se secan los campos. Tang Cheng Eng et al. (1973) han calculado que los rendimientos durante el período de crecimiento son de cerca de 132 kg/ha. Si el arroz se cosecha sólo una vez al año, los estanques colectores rinden de unos 162,8 kg/ha a unos 262,9 kg/ha (media de 200 kg/ha) pero si hay dos cosechas el rendimiento de peces baja a entre 68,2 y 143,0 (media de 95,7) kg/ha. Al mismo tiempo se obtuvieron entre 2 277 y 2 975 kg de arroz por ha. Los peces representan entre el 12 por ciento y el 50 por ciento de los ingresos totales de una sola cosecha y del 6 al 27 por ciento de una cosecha doble. Se registraron rendimientos análogos en la cuenca del río Mekong en Tailandia, donde se muestrearon 433 km² de arrozales, obteniéndose capturas entre 50 y 1 710 kg/ha² (media de 433 kg/ha²) (Secretaría de Pesca de Tailandia, 1974).

Como se ha descrito en el capítulo sobre los usos en competencia, la producción pesquera de los arrozales disminuye desde hace mucho tiempo. Las razones principales de esto son el aumento del uso de los plaguicidas, herbicidas y fungicidas relacionado con las prácticas agrarias modernas necesarias para el cultivo de variedades de arroz de gran rendimiento.

Además, el concepto de las cosechas múltiples de arroz deja poco margen para la piscicultura debido al poco tiempo que está inundado el arrozal.

La producción de una planta y de proteínas en el mismo terreno anegable es de gran valor para el mantenimiento de un rendimiento equilibrado nutricionalmente, aunque no sea el máximo en cuanto a tonelaje absoluto y por esto se han propuesto proyectos para ampliar esta clase de cultivo. Entre los proyectos está la ordenación del pantano de Candaba, que tiene 32 000 ha y que inundan los ríos Pampanga y Angat; es uno de varios llanos anegadizos parecidos en Filipinas. La llanura ha sido redeada de diques y dotada de un canal para la recolección de los peces (Figura 22). Los campos se emplean para el cultivo de sandías y arroz durante la época seca en la que los peces están en los canales. El rendimiento de los peces basado exclusivamente en la productividad natural, oscila entre 300 y 500 kg/ha² en siete meses. La cosecha de sandías es de 5 000 kg/ha². Delmendo (1969) propuso varias maneras de mejorar la tierra con la inclusion de canales piscícolas al pie de los diques principales y la intensificación de la piscicultura mediante la repoblacion y la fertilización de los estanques.

Acuicultura intensiva en estanques

Las muchas técnicas acuícolas en estanques y presas pequeñas de los valles de los ríos tropicales y templados se describen en numerosos manuales y libros de texto. Normalmente, los llanos anegadizos del potamon no sirven para esta actividad debido a la inundacíon ocasional de los estanques por las riadas, pero una vez que al caudal se regule completamente y la vieja llanuara de inundación se seque y se dedique a la agricultura, pueden crearse los centros acuícolas de la forma tradicional. Esto es facilísimo donde existen canales de riego con los que pueden relacionarse los estanques. La impermeabilidad de los suelos aluviales, la tierra llana y el acceso a un suministro de agua mediante canales, hacen de esta clase de llanos anegadizos modificados un lugar especialmente conveniente para la piscicultura intensiva en estanques. En estos centros se pueden criar los peces hasta que alcancen un tamaño conveniente para el consumo o se pueden obtener jaramugos para la repoblación de los lagos permanentes que queden en el llano, de los embalses próximos y de los campos en los que se crían peces como un cultivo secundario o alterno.

Cultivo en jaulas en ríos

Una vez que se ha estabilizado el caudal en los canales principales o aun antes, los peces se pueden criar en jaulas flotantes. De esta manera se cultivan en particular las especies de mucho valor comercial como Pangastus sutchii. Esto se practica en Tailandia. Generalmente los peces se capturan en la fase jaramugo y se crían en las jaulas hasta que alcanzan el tamaño comercial.

Fig. 22

Fig. 22 Esquema de la sección transversal de un estanque para la rotación arroz y sandías en la llanura anegadiza de Candaba, Filipinas (de Delmendo, 1969) (las medidas se dan en metros)


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