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Resumen


El heno y los residuos de cultivos se discuten dentro del ambiente de los sistemas de producción del pequeño productor. La producción de heno es una operación agrícola simple y al mismo tiempo muy antigua. La disponibilidad de forraje fresco varía a través del año pero el ganado debe comer todos los días; la conservación del forraje es, por lo tanto, deseable en la mayoría de los sistemas mixtos de producción. Las partes no comestibles de los cereales y las leguminosas -pajas, tallos y rastrojos- comprenden cerca de la mitad de la biomasa de los cultivos que permanece sobre la tierra, la mayor parte de la cual puede ser convertida por los rumiantes en productos de valor económico.

Los residuos de los cultivos son muy importantes y extensamente usados como alimento animal en las épocas de escasez, sobre todo en los sistemas de producción en pequeña escala, pero su cosecha, almacenamiento y uso pueden ser mejorados. Los residuos secos a menudo son complementarios del heno en los sistemas de alimentación y el equipo y las técnicas usadas para la cosecha y su manejo son similares, por lo que ambos temas se tratan en forma combinada.

Dado que el objetivo principal de la producción de heno es almacenar alimentos para su uso diferido por los animales es, por ello, un producto comercializable que además es fácil de transportar y almacenar. En algunos países, las lecherías urbanas o los animales de tiro o de monta ofrecen un buen mercado y algunos pequeños productores producen heno para esos mercados. Otros productores lo venden a fin de tener un ingreso rápido y alimentan a su ganado con paja. Las grandes fincas con tierras arables pueden cultivar heno como un cultivo comercializable, si es que no lo utilizan con su ganado.

Las técnicas y los equipos que se describen están a tres niveles: manual, usando fuerza animal y mecanizados, si bien se pone énfasis en los dos primeros. La producción de heno totalmente mecanizada es ahora una técnica compleja que está en rápido desarrollo, por lo que una discusión detallada de la misma está fuera de los objetivos de esta publicación.

El heno se produce a partir de praderas naturales y de forrajes sembrados con ese propósito, tanto en praderas artificiales -que pueden servir para pastoreo y para cosecha de forraje- o en cultivos específicos para heno. La producción de heno no es universal y como parte de la agricultura tradicional está localizada. Los cultivos para heno han sido un factor importante para la intensificación de la producción agropecuaria en occidente y se han difundido en gran escala a la producción mixta en muchas partes del mundo.

La producción en pequeña escala del heno de cultivos específicos está ampliamente difundida en las partes más secas de Asia, sobre todo en las zonas semiáridas o regadas y donde los campos de pastoreo en invierno son cubiertos por la nieve. El heno obtenido a partir de las pasturas naturales produce un producto más pobre que el de las praderas sembradas ya que su composición específica es menor y es producido, por lo general, en tierras marginales de baja fertilidad.

En los países tropicales y subtropicales, el heno natural es comúnmente cosechado después de las lluvias, cuando las plantas han pasado el punto óptimo de madurez y su calidad alimenticia no es superior a aquella de la paja. Los pastos tropicales maduran más rápidamente y tienen un valor alimenticio menor que los de zonas templadas, pero su uso está muy extendido en las zonas en que el forraje es escaso, particularmente en India.

Hay una amplia gama de cultivos forrajeros adecuados para la producción de heno, con especies y ecotipos adaptados a todas las zonas agrícolas. El heno no se produce fácilmente en los trópicos húmedos y en ese caso los agricultores usan forraje verde a lo largo de todo el año.

En esta publicación se describen los principales cultivos para heno, su manejo y su cosecha. También se discute la selección de cultivos de acuerdo a las zonas agroecológicas, a los sistemas de producción y a su posible uso y se resumen las estrategias para la época de baja producción ya que el heno es solo una parte del programa de los agricultores para la alimentación animal.

El heno y los residuos de los cultivos deberían ser usados en un sistema racional de alimentación y con un mínimo de desperdicio; siempre que sea posible deberían ser ofrecidos en pesebres o comederos para evitar las pérdidas. Los henos ordinarios y los residuos son utilizados en forma más eficiente si son triturados; en la zona del Punjab están muy difundidas trituradoras simples, pero son escasas entre los pequeños productores. El valor alimenticio de la paja y los tallos puede ser mejorado por un mayor cuidado en la cosecha y el almacenamiento. La palatabilidad y la digestibilidad de los residuos de los cultivos y del heno pobre pueden ser mejorados con tratamientos simples de urea o amoníaco, pero la viabilidad de esos tratamientos tiene que ser decidida en función de los costos locales.

La publicación incluye trece Estudios de Caso que proporcionan una visión global de las prácticas actuales y de los problemas que ocurren con el heno natural y con el heno de cultivos específicos.

El heno de las pasturas naturales a menudo es de calidad pobre y de especies no mejoradas; además hay falta de definición de los problemas de tenencia de la tierra o los plazos muy largos para el corte y el pastoreo son limitaciones importantes para el mejoramiento. La siembra de cultivos para henificar está difundida y es tradicional en países semiáridos, especialmente en el norte y oeste de Asia, donde los cultivos son casi exclusivamente de leguminosas. La siembra de gramíneas no es muy utilizada por los pequeños productores pero los cereales mayores como el maíz, el sorgo y el mijo se siembran y se henifican especialmente en el sur de Asia y en América del Sur. Los pequeños agricultores raramente siembran cultivos para henificar en los trópicos subhúmedos si bien en esas regiones el heno algunas veces es hecho en grandes fincas mecanizadas.

Los residuos de los cultivos han sido siempre una fuente importante de alimentos en muchas áreas y, en general, son cada vez más importantes como forraje ya que la disponibilidad de las pasturas naturales disminuye y el número de animales aumenta. Los métodos de cosecha y almacenamiento deberían ser mejorados. El tratamiento de la paja con urea o amoníaco para mejorar el valor alimenticio del forraje es una técnica actualmente bien comprendida pero el elemento económico debería ser debidamente analizado antes de introducir dicho método.

La tecnología disponible, mejorada y adaptada, a veces no es aceptada por los agricultores sobre todo debido a una falta de conocimiento de la misma, si bien los investigadores locales tienen la información adecuada. La capacitación será necesaria a todos los niveles para hacer que esa información sea trasladada al público, en este caso específico los productores: en un principio, para actualizar los conocimientos de los asesores y de los técnicos cuya educación raramente incluye en profundidad temas de heno, forraje y cultivos forrajeros. Después de esto, pueden ser llevadas a cabo demostraciones en las fincas de los agricultores, incluyendo las comunidades agrícolas y donde esta producción sea económicamente viable. Todas las actividades de capacitación deben ser llevadas a cabo dentro del ámbito de la producción de ganado y dentro de los sistemas de producción existentes.


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