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CAPÍTULO VIII ELECCIÓN DE LOS CULTIVOS PARA HENO


Las distintas especies, su adaptación y cultivo se describieron en los capítulos III a VI. Los forrajes son cultivos con una amplia gama de posibilidades de sustitución con especies y cultivares adaptados para todas las zonas agrícolas, por lo que los cultivos para heno pueden ser seleccionados en base a:

las condiciones agroecológicas locales;
el sistema de producción;
la estación en la que se produce el heno; y
el uso al cual será destinado el heno.

El nivel de tecnología tiene influencia sobre la elección del cultivo y los métodos de producción de heno. Por ejemplo, los cultivos que requieren un acondicionamiento rápido son menos adecuados para el uso de implementos manuales simples pero, en este caso, los sistemas mecanizados modernos podrían cumplir correctamente esa función.

Especies, cultivares y clima

Cuando se eligen las especies y los cultivares que se adaptan a las condiciones de suelos y climas locales, el cultivar o ecotipo es tan importante como la especie. Es necesario encontrar cultivares adaptados para cada situación y si no han sido evaluados, deben ser ensayados localmente antes de difundir su uso en el campo. Las prácticas locales, los productores de semillas y la información de las estaciones experimentales deben ser consultadas al planificar un programa de desarrollo forrajero. Por lo general existe, sorpresivamente, una gran cantidad de información disponible. Los nombres de las especies que se han citado en los Capítulos IV a VI, a menudo hacen referencia a situaciones específicas, si bien son solamente para ilustración. La evaluación en el campo es necesaria antes de que las especies puedan ser firmemente recomendadas. Un cierto número de cultivares, y algunas veces de especies, con diferentes épocas de madurez pueden ser deseables a fin de extender el tiempo de cosecha en un período mas extenso y así distribuir los riesgos.

Algunas especies tienen áreas naturales de adaptación muy amplias: el pasto azul, por ejemplo, se encuentra desde África del Norte hasta el límite de la agricultura en Europa occidental; los ecotipos mediterráneos tienen su mayor crecimiento en invierno y pasan los veranos largos y cálidos en forma latente y viceversa los cultivares del norte crecen en el verano y están latentes en invierno. Los raigrases perennes se comportan en la misma forma. Se han obtenido cultivares de alfalfa, durante la larga domesticación de esta especie, adaptados a situaciones que varían desde los oasis del borde del Sahara, a zonas templadas y a zonas muy frías, lugares de altas latitudes y de grandes altitudes. En todos los casos, por lo tanto, no son solo las especies forrajeras las que deben ser seleccionadas, sino el cultivar o ecotipo que se adapta a las condiciones agroecológicas donde este será cultivado y al uso que se pretende hacer del mismo.

Cuando se hacen introducciones, la información sobre las áreas de clima y sistemas de producción similares a las que se adaptan, deberían ser cuidadosamente estudiadas. Sin embargo, similar no significa igual, y tales estudios deben ser considerados solamente como una guía para la elección de cultivares para un programa de pruebas, pero no para la compra masiva de semillas. Los catálogos de semillas son sin duda útiles, pero deberían ser usados como simples indicadores cuando se evalúa el posible comportamiento en un lugar distinto del lugar de origen indicado en el catálogo. La primera observación es que algunos ecotipos son excelentes para pastorear pero menos adecuados para la producción de heno; el uso general de una pastura debe ser obligatoriamente considerado cuando se eligen los cultivares adecuados.

El Estudio de Caso en Altai, China, informa sobre el completo fracaso de una serie de variedades de alfalfa tolerantes al frío seleccionadas después de una cuidadosa revisión bibliográfica: la razón de ese fracaso fue probablemente que en Altai cae muy poca nieve en el invierno -o casi no cae- pero hay bajas temperaturas y a menudo viento fuerte y que, viceversa, muchos lugares en los cuales se hace mejoramiento de alfalfa buscando resistencia al frío, en invierno están cubiertos de nieve. El fracaso de muchas especies de Medicago seleccionadas en Australia para las condiciones australianas a partir de materiales de la zona mediterránea y reintroducidas en África del Norte o en Asia Occidental, indican la necesidad de la evaluación local de los materiales.

El concepto de climas análogos es útil, de cualquier manera, cuando se buscan nuevas especies o cultivares de un cultivo ya establecido; climas análogos son aquellos en que todos los elementos son similares. Es razonable asumir que las especies y los cultivares pueden tener éxito en áreas de clima similar a aquel en el que ya han sido exitosamente cultivadas, si bien esto considera ciertas variables como el problema de las enfermedades. Cuando se comparan los climas puede ser tomado en cuenta un cierto factor de sustitución: la altitud puede compensar la latitud en el control de la temperatura y mas allá de la influencia modificadora del mar o de otros grandes cuerpos de agua, hay una disminución de algo mas de 1°C por cada 200 m de incremento de altitud; la temperatura o la cobertura de las nubes pueden afectar las necesidades de agua de un cultivo y así también ocurre con la influencia de otros factores cambiantes. Estas sustituciones pueden no manifestarse en forma clara y definida, ya que los cultivos de altas latitudes cuando se trasladan a las alturas de los trópicos pueden ser afectados por el fotoperiodismo o por la falta de frío, si bien estas consideraciones pueden no ser importantes en el caso de las especies forrajeras.

Algunas veces, por lo general dentro del contexto de proyectos de desarrollo, forrajes identificados como de alto valor nutritivo -en otras condiciones- han sido ensayados repetidamente bajo condiciones inadecuadas; es frecuente la elección de especies básicamente adaptadas al pastoreo en áreas en las que solo es posible cortar y trasportar el heno. Las especies introducidas por lo general reflejan experiencias anteriores y la capacitación de los técnicos responsables de la actividad. Esto ha sido demostrado reiteradamente como el caso de la alfalfa en condiciones cálidas y húmedas en suelos ácidos o del raigrás y el trébol blanco donde la fertilidad del suelo es inadecuada y los veranos son excesivamente cálidos.

En algunos países en desarrollo, la disponibilidad de semillas puede ser, lamentablemente, un factor determinante en la elección de las especies. A menudo, se ha hecho investigación y se han identificado o desarrollado localmente nuevos cultivares, pero esto no ha sido seguido por la multiplicación de semillas en escala comercial. En cualquier trabajo de extensión para producir heno a partir de cultivos sembrados a propósito para ello, es necesario no solo recomendar el material correcto sino asegurar también que la semilla esté disponible a niveles comerciales. Si bien, indudablemente, es requerido un cierto trabajo de mejoramiento de los cultivos, la primera etapa y la más importante es hacer uso de los cultivares y ecotipos que han sido evaluados localmente y asegurar un abastecimiento permanente de semillas limpias de buena calidad.

Factores que afectan la elección de una especie

El sistema de producción existente

Este punto es de primordial importancia. Los pequeños agricultores que dependen de la mano de obra o de máquinas simples pueden tener necesidad de usar especies diferentes de aquellas que usan los productores mecanizados. El trabajo y la disponibilidad de insumos dentro del sistema afectarán muchas decisiones. Excepto en los casos específicos en los que el heno es producido para la venta, el heno debería ser desarrollado o introducido para complementar la alimentación existente -junto con el pastoreo, los residuos de los cultivos y los subproductos- en el contexto de la producción ganadera desarrollada. Grandes áreas bajo riego en el sur de Asia y Egipto, manejadas como pequeñas fincas, tienen muy poco o ningún pastoreo y aún así soportan un gran número de animales lecheros o de tiro; en esos casos, la producción de forraje tiene un papel importante en la organización de los programas de cultivo, ya que el forraje verde es el complemento esencial para los materiales más gruesos que forman la base de la dieta de los animales. Las preferencias personales también tienen parte en esto; por ejemplo, en el sudeste de Afganistán el trébol persa se prefiere al trébol de Alejandría de más alto rendimiento, ya que sus brotes son una hortaliza invernal para consumo humano mientras que el trébol de Alejandría es villoso y no es palatable para los seres humanos.

Lámina 25. Alimentación de cabras, en un sistema intensivo regado, sin pasturas. Punjab, Pakistán

Disponibilidad de residuos de cultivos

En muchos países en desarrollo, sobre todo en aquellos con producción en tierra arable desarrollada y con limitaciones en el pastoreo, la mayor parte de los alimentos para los rumiantes son los residuos de los cultivos. Estos, aparte de los tallos de unas pocas leguminosas, son materiales ordinarios y aún para el mantenimiento de animales adultos necesitan ser suplementados. Los forrajes verdes y el buen heno proporcionarán las vitaminas y los minerales que faltan a la paja y a los tallos de los cereales mayores; para los animales de tiro, para los animales en engorde y para las vacas lecheras se necesita además la adición de concentrados. El objetivo debería ser determinar la mejor forma de usar el heno y el forraje verde como complemento del régimen alimenticio basándose en la producción total de la finca. La alfalfa y los tréboles son cultivos difundidos en las partes semiáridas de Asia porque son usados en invierno para complementar la paja. La calidad de los cultivos que se transforman en heno puede ser apreciablemente mayor que aquella de los residuos de los cultivos. Esto parece evidente, pero el heno de pastos tropicales ordinarios y sobremaduros es apenas mejor que la paja u otros restos gruesos de cereales. Un proyecto en el sur de África encontró que un mijo perla (Pennisetum miliaceum)«forrajero» fue el cultivo forrajero de más alto rendimiento, pero no consiguió difundirse para su uso en la estación seca. En un último análisis, se encontró que este heno no era superior, como alimento, a los abundantes restos de los cereales.

La paja y los tallos gruesos de otros cereales han sido generalmente poco considerados por la agricultura mecanizada, sobre todo desde que la disponibilidad de fertilizantes inorgánicos redujo la importancia del estiércol y otros abonos orgánicos en los sistemas de producción. El interés se ha acentuado en los últimos años, apoyado por métodos modernos desarrollados para mejorar la ingestión y la digestibilidad y por un mejor manejo y almacenamiento. La primera etapa para mejorar cualquier sistema basado en la alimentación con residuos es, por supuesto, optimizar la calidad de la paja y los residuos por medio de una mejor cosecha, secado y almacenamiento. Por medio del tratamiento adecuado es posible mejorar la palatibilidad y la digestibilidad, tal como se discute en el Capítulo IX. En realidad merecen especial consideración los residuos de alta calidad como los tallos de leguminosas, la parte aérea del maní y los capítulos del girasol, siempre que las condiciones climáticas permitan un secado correcto.

Tamaño de las fincas y nivel de tecnología

Se distinguen dos tipos principales de fincas de acuerdo a su tamaño: (i) fincas lo suficientemente grandes como para usar pastoreo; y (ii) fincas pequeñas donde los cercos y el pastoreo no son una opción realista.

Anteriormente, se discutieron tres niveles de tecnología. La mecanización varía, por supuesto, desde las máquinas simples a tracción animal hasta los equipos más modernos y elaborados, con diferencias de grado. Las pequeñas fincas por lo general confían más en los residuos de los cultivos y en el corte y el trasporte del forraje verde que las fincas mecanizadas; sin embargo, en áreas adecuadas se produce forraje específicamente para heno, sobre todo en las áreas semiáridas en las que puede ser cultivada la alfalfa. También eventualmente se produce heno a partir de vegetación natural, si está disponible. En los lugares de inviernos severos, especialmente cuando las pasturas están cubiertas por la nieve, la producción de heno es una práctica común entre los pequeños agricultores. En las partes más secas de la región Himalaya-Hindu-Kush y en gran parte del Asia semiárida, las leguminosas para heno son un cultivo muy difundido; los agricultores tienen métodos propios locales para la cosecha que están bien adaptados para el secado del cultivo con poca pérdida de hojas. Los Estudios de Caso de Afganistán, China (Altai) y Turquía describen algunos de esos métodos. Las fincas grandes totalmente mecanizadas tienen una mayor posibilidad de elección de tecnologías y, además de la producción de heno, por lo general obtenido de las pasturas, también pueden ensilar forraje de las pasturas, de los cultivos forrajeros y de los cereales; su tamaño les permite combinar el pastoreo y la conservación en el manejo de sus tierras forrajeras. En las partes más secas de las regiones afectadas por los monzones existen técnicas locales para secar cultivos como el mijo perla, el maíz y el sorgo bajo la forma de heno; de este modo la producción de kadbi a menudo se combina con la conservación de residuos de los cultivos.

El sistema de producción de ganado

Los productores de ganado necesitan tener la seguridad de que sus animales sobreviven al invierno -o al período seco- tanto para mantenimiento como para producción. Si el heno es para la venta, las consideraciones difieren entre mercados especializados para heno de alta calidad y mercados que se rigen por el volumen y donde no se paga un precio mejor por la calidad. El tipo de ganado tiene una fuerte influencia sobre los cultivos a conservar. El ganado lechero, los caballos de montar y de trabajo y el ganado en engorde requieren alimentos de mayor calidad que las otras categorías de animales, incluidos los bueyes. Los camellos y las cabras aceptan arbustos secos mientras que otro ganado no consume este heno. Los búfalos comen la paja del arroz mas fácilmente que otros animales y con un mínimo de suplemento pueden producir leche en base a la misma. Los arbustos ordinarios pueden ser buscados por los productores de leche en la India, mientras que este forraje será rechazado en otros lugares; presumiblemente este forraje tiene dos usos: como una dieta de sobrevivencia en áreas muy pobres y como fuente de volumen en sistemas lecheros de alimentación con concentrados. La recolección de pastos naturales pobres está asociada con una aguda escasez de materia seca en los climas en que el cultivo de forraje no es fácil, como se indica en los estudios de caso de la India y el Sahel. Los pastores en las áreas en que la vegetación no es cubierta por la nieve en el invierno o en las épocas secas de las zonas tropicales y subtropicales, pueden aceptar que su ganado pierda algo de peso en la mala estación; también pueden adoptar otras estrategias para esa estación tales como bancos de forrajes y heno en pie, las que pueden ser más remunerativas. En las áreas en que hay inviernos severos o donde no hay forraje en pie, los alimentos conservados son esenciales.

Mantenimiento de la fertilidad del suelo

La producción de heno, en especial de leguminosas, ha sido siempre reconocida como un cultivo que dentro de las rotaciones con cultivos arables mejora la fertilidad del suelo. Las leguminosas fijan nitrógeno, parte del cual permanece en el suelo a disposición de los cultivos siguientes; muchos forrajes ofrecen una excelente protección del suelo y contribuyen a controlar las malezas si bien el incremento del uso de fertilizantes inorgánicos y de herbicidas en la agricultura comercial han en cierto modo reducido el papel de las pasturas en el mantenimiento de la fertilidad. Las leguminosas son aún ampliamente usadas entre los pequeños agricultores en parte de Asia y África del Norte y una razón es precisamente la capacidad de restaurar la fertilidad. Las rotaciones basadas en leguminosas y barbechos de cereales son comunes en áreas de lluvias de invierno. En los países en que la tierra es escasa como en Pakistán, India y Afganistán, el área cubierta con forrajes -buena parte de la misma es bajo riego- es importante: 19 por ciento de la tierra arable de Pakistán y 5-7 por ciento en la India es usada para la producción de forraje. Un estudio reciente sobre la agricultura en Afganistán indica que el área con forrajes -sobre todo alfalfa y trébol para heno- es de más del 5 por ciento, a pesar de las dificultades existentes que han desorganizado la agricultura local y la producción de semillas.

El uso del heno - consumo en la finca o para la venta

En el caso del heno para consumo en la finca el objetivo es el de hacer un producto de alta calidad para complementar los forrajes voluminosos disponibles -que por lo general son ricos en fibra pero pobres en proteínas, minerales y vitaminas- de modo de obtener su máximo impacto sobre el comportamiento del ganado. Comúnmente, en los sistemas de producción hay abundancia de materia seca -paja de arroz, follaje de caña de azúcar, tallos gruesos de cereales- disponibles durante la estación de escasez de alimentos, pero su calidad está por debajo de los requerimientos del mantenimiento y hace necesarios los suplementos.

Lámina 26. Contratista comprando forraje para su venta en la ciudad. Quetta, Pakistán

En el caso del heno para la venta, el heno se produce y se vende por numerosas razones. Una de ellas puede ser la necesidad de dinero efectivo, como ocurre cuando los agricultores de Anatolia venden sus praderas mientras alimentan sus animales con paja, hasta la siembra de heno para algunos mercados específicos. El heno puede ser producido si las condiciones son favorables para abastecer un mercado de calidad; o los agricultores pueden incluir un cultivo de heno en sus rotaciones si es que no quieren producir ganado -sobre todo en los casos en que los cercos o el costo del agua pueden ser altos- pero donde existe un mercado local para el heno.

Por ejemplo, muchos productores de cereales en el norte de Túnez producen heno de avena para los rebaños transhumantes o para los productores de ganado en el borde del desierto; estos productores cuentan con el equipo para la preparación de la tierra y la siembra y el cultivo madura en una estación en la cual el secado en el campo es fácil, por lo que el equipo adicional necesario es muy limitado, o sea está limitado a la segadora, el removedor de forraje y la enfardadora. Frecuentemente, en los países en desarrollo, se paga un escaso sobreprecio por el heno de calidad por lo que se pone énfasis en la producción voluminosa para los rumiantes y los pequeños animales.

El heno para los caballos da lugar a un comercio importante. Las situaciones varían entre los caballos urbanos de tiro y los asnos de las ciudades asiáticas hasta los caballos para recreación en los países industrializados. Los caballos y sus propietarios tienen claras preferencias por el heno de alta calidad de unos pocos cultivos: primeramente y en forma universal, por la alfalfa; en segundo lugar por la avena y el fleo que son altamente apreciados en Europa occidental y América del Norte; también el tef en Sudáfrica. El estudio de caso de Pakistán describe como en los últimos años se ha expandido el cultivo de avena para heno ya que su transporte a mercados urbanos distantes es poco costoso y además es menos perecedero que el forraje fresco.

Lámina 27. Distintos usos de las pasturas: fardos de heno secándose en el campo separados por un cerco eléctrico de la parte en que el rebrote es pastoreado directamente. Dunecht, Escocia

Heno de pasturas pastoreadas

El forraje puede ser considerado para la producción de heno porque hay más oferta de alimento de la que el rebaño puede pastorear; además, si la calidad del forraje es tal que puede generar desórdenes fisiológicos como el hipomagnesismo o el meteorismo, puede ser cortado para heno, que no presenta esos aspectos negativos. Los forrajes tropicales y subtropicales que en ciertas etapas de su crecimiento contienen cantidades peligrosas de susbstancias cianogénicas pueden ser transformados en forma segura en heno. Los sorgos son ejemplos notorios de toxicidad en condiciones de estrés, pero otros pastos tropicales como Cynodon también pueden afectar a los animales.

Mezclas de gramíneas y leguminosas

En las áreas templado-húmedas el heno es generalmente hecho de una mezcla de gramíneas y leguminosas, las cuales además son usadas para el pastoreo. La leguminosa, por medio de la fijación biológica del nitrógeno debería aportar proteínas al ganado y -directa o indirectamente a través de las heces y la orina del ganado en pastoreo- proporcionar nitrógeno a la gramínea asociada. Esto ocurre siempre que la leguminosa esté bien establecida, con una nodulación vigorosa y con el Rhizobium correspondiente presente en suficiente cantidad. Las plántulas de las leguminosas son muy sensibles a la sombra y una buena fotosíntesis es esencial para el crecimiento de la planta y para el abastecimiento de energía que las bacterias nitrificantes requieren para la fijación del nitrógeno. En la etapa de establecimiento, las hojas lineares de las gramíneas en su búsqueda del sol rápidamente sombrean a las plántulas de las leguminosas hasta que el pastoreo u otra defoliación reducen la cobertura favoreciendo así a la leguminosa. El trébol blanco, Trifolium repens, la leguminosa que se encuentra con más frecuencia en las mezclas forrajeras de zona templada es sumamente sensible a los errores en las primeras etapas del manejo (el establecimiento de la pastura se discutió en el Capítulo III). Sin embargo, una práctica común e indeseable es la de utilizar el primer crecimiento de una nueva mezcla para heno, aplicando a veces una cobertura de nitrógeno: las plántulas de trébol se debilitarán y las pocas que sobrevivan serán inadecuadas para tener efecto sobre la pastura. De este modo la pastura será menos productiva y la calidad del forraje será menor que si se hubiera obtenido un equilibrio adecuado con la leguminosa. Un bien establecida. Por lo tanto, los campos deberían ser manejados de modo de estimular el crecimiento de la leguminosa y mantener su vigor.

Lámina 28. Alfalfa sembrada debajo de frutales. Khost, Afganistán

Siembra debajo de frutales

Las leguminosas forrajeras frecuentemente son sembradas como cultivos invernales de cobertura en montes frutales y viñedos, sobre todo en los climas mediterráneos y en áreas semiáridas regadas. En algunos sistemas manuales se cortan para hacer heno. La alfalfa y el trébol persa están muy difundidos en algunas parte de Pakistán -Baluchistán y áreas del norte- donde es común hacer heno dentro de los montes frutales. El forraje controla las malezas, utiliza la tierra y el agua por un período mas largo que los frutales y agrega nitrógeno al sistema.

Estrategias alimenticias en las épocas deficitarias

Cuando se planifican la producción y la conservación del forraje de una finca, el heno no es la única solución para la alimentación del ganado en las épocas pobres -invierno o estación seca- y deben ser consideradas otras alternativas antes de tomar una decisión. Algunas alternativas se discuten a continuación.

Forraje verde permanente

En algunos climas suaves, ya sean templado-húmedos o bajo riego, el abastecimiento de forraje verde puede ser mantenido a través de la mayor parte, o incluso, de todo el año; sin embargo, inevitablemente, habrá variaciones estacionales, tanto en calidad como en cantidad. Aún en las grandes áreas regadas de producción de forrajes de Egipto, India y Pakistán, el abastecimiento de forraje verde es insuficiente en invierno y en el momento culminante del verano. En estas épocas, la ración del ganado está compuesta sobre todo por paja la que es insuficiente para la producción lechera. El pastoreo a lo largo de todo el año está sumamente difundido en los países tropicales y en los sistemas pastorales. En los países de temperaturas más suaves, un pastoreo razonable puede ser proporcionado durante la mayor parte del año; estos sistemas de pastoreo, sin embargo, deben ser suplementados estacionalmente, o de lo contrario aceptar pérdidas de producción y de la condición del ganado durante los períodos de baja disponibilidad y calidad del alimento.

Forrajes verdes de larga duración

En las zonas de altitud media de los trópicos, el pasto elefante (Pennisetum purpureum) manejado adecuadamente de modo que entre en la estación seca con abundante follaje, puede proporcionar un forraje razonable durante varios meses. Se ha utilizado en las lecherías comerciales de Kenya occidental, por lo general en rotación con maíz. La caña de azúcar es un caso poco común entre las gramíneas ya que almacena energía en el tallo y tiene el más alto contenido de materia digerible durante la estación seca. Es un alimento con energía altamente digerible pero que requiere suplementos proteicos y minerales; el jugo de la caña de azúcar puede ser usado en las raciones de los animales monogástricos y el residuo fibroso puede ser usado con los rumiantes.

Heno en pie

La reserva de algunas áreas de pastoreo durante un cierto período de crecimiento para su uso posterior es una práctica muy antigua y difundida en los sistemas de pastoreo en zonas templadas y semiáridas (por ejemplo el sistema hema en Cercano Oriente). Su efectividad depende sobre todo de la calidad del forraje que permanece en el campo. En las tierras de pastoreo tropicales con más disponibilidad de agua, la calidad del pasto senescente, seco, es tan baja y su palatibilidad tan pobre que es insuficiente aún para una ración de mantenimiento; en estos casos, la vegetación seca es quemada para estimular un pequeño pero nutritivo rebrote. En áreas frías semiáridas la calidad del forraje en pie -a menudo congelado- es mejor y los pastores, por lo general, no dan heno a sus rebaños a fin de estimularlos a consumir este forraje. El heno es reservado para ayudar a los animales débiles a pasar el invierno y para los animales de trabajo y en ordeñe.

Raíces forrajeras

Hasta no hace mucho tiempo varias raíces forrajeras eran usadas como alimento invernal en los países templado-húmedos; sin embargo, su importancia ha disminuido ya que la mecanización ha mejorado las técnicas de ensilaje y los equipos disponibles. Los rábanos (Brassica rapa var. rapa = B. campestris), los nabos (Brassica napus var. napobrassica) y la remolacha forrajera (Beta vulgaris) son los cultivos principales, si bien los nabos forrajeros grandes son importantes en las partes templadas de Asia. Estos son cultivos de tierras arables en sistemas mixtos de producción y constituyen un cultivo de limpieza para el control de las malezas en las rotaciones. Su contenido de humedad es muy alto -90 por ciento- y así como ocurre con el ensilado, deben ser consumidos cerca del lugar de producción. Las raíces pueden ser pastoreadas directamente por ovejas pero en los climas mas fríos por lo general se almacenan en cobertizos para su uso a fines del invierno o inicio de la primavera que es el momento en que son más necesarias.

Bancos de forraje

Consisten de parcelas de forraje cultivado expresamente para dar pastoreo de alta calidad en la estación seca y suplementar el forraje natural pobre disponible en ese momento. Estas parcelas son usadas en los sistemas de pastoreo; con este propósito se utilizan leguminosas herbáceas y bajo condiciones tropicales y subtropicales es de señalar el comportamiento de Stylosanthes spp.. Los bancos de forraje deben ser manejados a través de todo el año para asegurar que lleguen a la estación seca en la mejor condición. Si se dejaran sin pastorear durante la temporada de crecimiento las leguminosas podrían desaparecer y el banco degenerar a forraje viejo sin valor.

Árboles y arbustos forrajeros

Estas especies pueden proporcionar forraje verde en algunos casos específicos pero, más importante, es que pueden aportar forraje de alta calidad durante las épocas tropicales secas y en los inviernos mediterráneos. Leucaena leucocephala es una especie bien conocida en las condiciones tropicales subhúmedas y húmedas y junto con Atriplex spp. han sido ampliamente probados bajo condiciones mediterráneas semiáridas. El nopal forrajero (Opuntia ficus-indica) es usado en zonas semiáridas de países tropicales -noreste de Brasil-, subtropicales -sur de Madagascar, Sudáfrica- y mediterráneos -África del Norte. Cuando los arbustos y los nopales son usados como reservas alimenticias para las estaciones deficitarias deben ser manejados y explotados regularmente, de lo contrario se volverán leñosos, improductivos y de bajo valor alimenticio. Los árboles forrajeros salvajes y semi-domesticados son podados para alimentar el ganado en muchas áreas en las que no existen otros forrajes.

La poda es una práctica usada sobre todo en las partes bajas y medias de la zona del Himalaya donde los árboles productores de forraje espontáneos son conservados dentro de las tierras arables y en algunos casos plantados a propósito; su cosecha es estacional como reacción a la aguda escasez de alimentos y no por la calidad del forraje.

Los frutos de los árboles salvajes son pastoreados o lamidos sobre la tierra por el ganado, como por ejemplo las acacias de las sabanas africanas que son importantes para paliar déficit forrajeros. Algunas vainas son cosechadas para usar como alimentos concentrados, tanto de árboles salvajes protegidos como por ejemplo Acacia albida en la región del Sahel, o cultivados como el algarrobo -Ceratonia siliqua- en la región mediterránea o el tamarugo -Prosopis juliflora- en América del Sur.

Forrajes concentrados y comprados

Los concentrados y los forrajes comprados son, por supuesto, esenciales en muchos sistemas intensivos de producción, sobre todo en las lecherías, pero también son muy usados por los pastores en algunas áreas para asegurar la supervivencia del ganado a través del invierno. Algunos concentrados son subproductos del procesamiento de cultivos en la finca, incluyendo tortas de extracción de aceites, afrechillo, residuos de molinería, orujos y bagazo de manzanas; también se usan granos de cereales y leguminosas cultivados específicamente para forraje.

Secado de materiales no vegetales

Varios subproductos animales -en particular sangre, harina de pescado y harina de huesos- son secados para alimentar el ganado, pero son usualmente incorporados en los alimentos concentrados. Una tradición poco común es la usar pescado seco como suplemento en la estación seca; en el litoral sur de la península arábiga, las sardinas ocurren ocasionalmente en grandes cantidades; son secadas al sol y usadas para suplementar tallos vegetales pobres, el pastoreo de pasto seco o el heno.

Esta tradición ya fue señalada por Marco Polo en el siglo XIII:

«... y aquí hay algo más que puede sorprender como una maravilla: sus animales domésticos -ovejas, bueyes, camellos y pequeños ponies- son alimentados con pescado -shir. El pescado del cual se alimentan los animales es muy pequeño y se pesca en marzo y abril en cantidades sorprendentes. Son secados y almacenados en las casas y dados a los animales como alimento a lo largo de todo el año...»

e Ibn Batuta en el siglo XIV en Zhafar, (Dhofar) decía:

«...una cosa sorprendente es que las bestias de carga se alimentan con sardinas, así como también las ovejas»..

La tradición continúa -siempre con algún peligro de botulismo a causa del secado imperfecto- con la variación moderna de las cajas de cartón que se recolectan, se reciclan y se utilizan como base celulósica alimenticia; probablemente no sean peor alimento que el heno sobremaduro de Themeda australis y los pocos tallos de mijo disponibles.

Cultivos para henificar en distintos climas

No existe ninguna clasificación completa y satisfactoria para este tema. Las zonas que se describen más abajo fueron adoptadas por el International Grassland Congress en su reunión del año 1993. Las definiciones estrictas y los límites de las latitudes no son muy útiles en el contexto de los forrajes y las pequeñas variaciones locales en altitud, sobre todo las grandes altitudes, que pueden generar grandes diferencias entre los climas locales. Los climas tropicales son usualmente considerados aquellos donde las temperaturas medias mensuales y anuales están por encima de 20 °C; los climas subtropicales tienen entre cuatro y 11 meses entre 10-20 °C y el resto es mas frío; el clima polar implica todo el año por debajo de 10 °C.

En el caso de las especies anuales, los elementos importantes son la temperatura y la duración del período de crecimiento por lo que en climas continentales con inviernos fríos y veranos cálidos pueden ser cultivados forrajes de áreas cálidas. El número de días libres de heladas es un parámetro útil pero bastante variable; también son importantes las fechas de la primera y última helada intensas. Dentro de los grupos de temperaturas, la disponibilidad de humedad es un factor usado para su subdivisión. La fertilidad de los suelos, la acidez y el drenaje son, por supuesto, factores determinantes; los suelos inundados, en forma temporal o permanente son tratados aparte dentro de cada grupo climático. La estación en la cual el cultivo rinde sus mejores resultados desde el punto de vista nutricional es un elemento crítico y es esencial que coincida con el tiempo esperado para hacer heno. Los datos climáticos en muchos de los ejemplos que se ofrecen más adelante se obtuvieron de FAO (1987); las estaciones conocidas por el autor han sido usadas siempre que ha sido posible.

Zonas húmedas y subhúmedas tropicales y subtropicales

El heno no es comúnmente producido en los trópicos húmedos y los rumiantes no son tan frecuentes como en otras regiones, a pesar de que los animales de tiro son comunes en Asia; en África, las enfermedades y la mosca tsetsé, limitan la producción de ganado. La estación seca es corta por lo que el ganado usualmente podrá mantenerse en el pastoreo con relativamente pocas pérdidas. Para la producción de leche o el engorde es posible cortar y transportar forraje para el resto del año como suplemento del pastoreo. El pastoreo natural no es por lo general una característica importante de la vegetación -si bien puede haber Imperata cylindrica- y su calidad es pobre. En estas zonas el buen pastoreo se encuentra debajo de los árboles; su manejo se discute en detalle por Reynolds (FAO, 1995a). Los bancos de forraje y los árboles leguminosos como Leucaena pueden ser usados como suplementos proteicos. Para la producción de leche, los pequeños agricultores pueden usar el corte y transportar los forrajes de los cultivos que se mantienen verdes, por ejemplo pasto elefante (Pennisetum purpureum) y Leucaena. El ensilaje es una opción válida para las lecherías grandes. Si bien la agricultura está difundida en estas áreas, el secado y la conservación de paja y tallos de cereales -de las cuales la del arroz está entre los mas importantes- es difícil por razones climáticas. El tratamiento de la paja con amoníaco o urea es una forma posible de conservación y al mismo tiempo de mejoramiento de la digestibilidad. En general, es difícil secar los tallos de las leguminosas de grano.

Subtrópicos húmedos

Los rumiantes prosperan en estas zonas. Por lo general es posible para el ganado de carne -excepto que sea engordado para la venta en ese momento- y para los reproductores pasar el relativamente corto período seco en las pasturas, con poco o ningún suplemento. El pastoreo está fácilmente disponible y es de mejor calidad que en los trópicos húmedos. Los cereales son importantes y su paja y tallos son un alimento de valor en la estación seca.

Zonas de baja altitud

En estas zonas pueden ser cultivadas un amplio rango de gramíneas y leguminosas tropicales domesticadas en el último medio siglo, de acuerdo a la situación del suelo y de la humedad. En los últimos 40 años se han hecho progresos en el desarrollo de leguminosas tropicales de pastoreo, pero sin embargo, están mejor adaptadas al pastoreo directo que a la producción de heno. Aún así, no hay equivalentes del valor de la alfalfa o de los tréboles, si bien la alfalfa puede ser cultivada favorablemente en lugares tropicales o subtropicales, para la producción de heno subtropical. La combinación de leguminosas trepadoras con gramíneas puede ser usada para heno pero con serias pérdidas de hojas. La especie rústica Stylosanthes guianensis, que ha sido la base de muchos trabajos en los trópicos, es sumamente útil como forraje verde en los bancos de forraje pero es muy difícil de henificar y por lo general se echa a perder antes de secarse. Los henos tropicales, por lo tanto, se basan en gramíneas y algunas leguminosas de grano. Excepto en las áreas más secas, se deberían elegir gramíneas que en general son de rápido secado: el pasto Rhodes (Chloris gayana) y el pasto Guinea (Panicum coloratum) están entre los más apreciados; el tef (Eragrostis tef) puede ser cultivado en climas diversos pero solo en Sudáfrica es un heno importante; en los suelos arenosos, al final del período seco es adecuado el Cenchrus ciliaris.

Zonas de altitud media

Estas áreas están aproximadamente por encima de los 1 600 m. Existen un buen número de especies para pastoreo disponibles para estas zonas y los cereales forrajeros pueden ser cultivados para heno o ensilaje. Estas zonas son excesivamente altas para un crecimiento vigoroso de la mayoría de las leguminosas tropicales, incluyendo el Stylosanthes guianensis y el enfoque del banco de forraje está menos desarrollado que en los trópicos bajos. Las forrajeras grandes como el pasto elefante y el pasto Guatemala (Tripsacum fasciculatum) son usados por los pequeños agricultores para cortar y llevar y pueden ser usados también como bancos de forraje para pastoreo en la época seca. La producción de heno presenta pocos problemas en la agricultura mecanizada pero aún así, debe ser estacional y combinada con el pastoreo. Muy a menudo, en la región las lluvias caen en las horas de la tarde, por lo que es aconsejable cortar el forraje temprano y revolverlo tan pronto como sea posible: si el cielo está despejado podría ser posible tener el forraje lo suficientemente seco como para hilerarlo o emparvarlo o incluso en algunos casos enfardarlo antes de las lluvias de la tarde. Los cultivos más adecuados incluyen Chloris gayana, Cynodon spp., Panicum maximum y, en las partes más altas, Bromus unioloides. En las zonas de suelos neutros a alcalinos y baja humedad, puede ser cultivada la alfalfa si bien su adaptación en los trópicos es sumamente localizada. En Kenya, por ejemplo, durante casi un siglo la alfalfa se ha cultivado exitosamente en forma comercial en la cuenca del lago Naivasha, pero fuera de este microclima y de altitudes similares no es un cultivo viable. El Sudangrás y otros sorgos forrajeros crecen bien y con maquinaria adecuada pueden ser convertidos en un heno satisfactorio. En general el heno es usado para ganado lechero. Los residuos de los cultivos de cereales tienen un alto potencial en esta zona, sobre todo el maíz y los tallos de los sorgos; sin embargo, las condiciones son excesivamente húmedas para un buen secado de los tallos de frijoles y de otras leguminosas alimenticias.

Lámina 29. Precipitación y temperatura mensuales. Kitale, Kenya

Trópicos altos (aproximadamente más de 2 750 msnm)

Los cultivos de zona templada prosperan en las altas elevaciones, y sobre todo donde hay buenas lluvias no es difícil hacer un heno de buena calidad. En estas condiciones, y donde es posible producir heno en gran escala se cultivan con éxito y siempre que la fertilidad sea adecuada, raigrases, avena, festucas, pasto azul, Phalaris spp., vicia y tréboles -Trifolium pratense, T. repens y T. subterraneum- crecen bien y producen semilla (Morrison, 1966). En áreas de baja humedad atmosférica y buena fertilidad puede ser usada la alfalfa. Las pasturas de zona templada y los cultivos forrajeros fueron ampliamente usados en las zonas agrícolas más altas de Kenya en las décadas de 1950 y 1960 (ver Lámina 30 para una estación típica) pero han sido abandonados progresivamente debido a los cambios en los sistemas agrícolas. Los forrajes de zona templada son usados en altitudes similares en la zona andina de América del Sur.

Heno de tierras tropicales temporalmente inundadas

En las zonas tropicales de baja y media altitud, el pasto Pará (Brachiaria mutica) crece bien en áreas húmedas pero es algo ordinario y no se seca fácilmente. El pasto Guinea, Panicum coloratum y su variedad P. coloratum var. makarikariensis y la setaria, Setaria sphacelata son adecuados para tierras temporalmente inundadas; estas especies son apreciadas para henificar cuando la tierra está seca en el momento en que se cosechan. Echinochloa pyramidalis crece en áreas inundables y de aguas estancadas temporarias y es usada para henificar en el sur de África. Echinochloa scabra (=E. stagnina) del delta interno del río Níger está difundida en los trópicos del Viejo Mundo, puede tolerar una altura del agua de hasta un metro y es pastoreada después de las inundaciones. Panicum antidotale soporta inundaciones estacionales en los trópicos semiáridos. El pasto del Nilo (Acroceras macrum) ha sido cultivado experimentalmente con resultados promisorios en el sur y este de África.

Lámina 30. Precipitación y temperaturas mensuales en las zonas de altas elevaciones en los trópicos. Equator, Kenya

Las leguminosas para esta situación no son comunes. Aeschynomene spp., Sesbania sesban y Macroptilium lathyroides pueden ser usadas como pastoreo liviano pero no son adecuadas para henificar.

Heno en suelos salinos

El pasto Rhodes crece aceptablemente en suelos salinos y es una especie fácil de henificar; puede ser incluido en mezclas en suelos donde haya manchas de suelo salino las que serán colonizadas por este pasto mientras que el resto de las especies de la mezcla crecerán en el mejor suelo. Ha sido usado exitosamente en campos de alfalfa bajo condiciones semiáridas.

El pasto Guinea, Panicum coloratum y P. coloratum var. makarikariensis son tolerantes a la salinidad y producen un buen heno. Diplachne fusca es muy tolerante a las sales y ha sido usado para recuperar suelos salinos en tierras regadas, pero necesita abundante cantidad de agua; además, produce una discreta cantidad de heno. Entre los forrajes ordinarios, el mijo perla es bastante tolerante a la salinidad y algo menos el sorgo.

Algunas leguminosas son tolerantes a las sales: Melilotus indica y M. alba son muy tolerantes; esta última es adecuada solamente para altitudes medias y altas en los trópicos y puede ser henificada pero existe el peligro de su toxicidad si su heno es mal preparado. Sesbania sesban es usada para la recuperación de suelos salinos y como forraje, especialmente para cabras, pero por lo general es pastoreado directamente y no es henificado. El tamarugo (Prosopis juliflora) está bien adaptado a suelos salinos.

Zonas con estaciones secas y húmedas bien diferenciadas

En esta clasificación hay dos tipos de grupos climáticos: las tierras tropicales y monzónicas con lluvias en la época cálida y las tierras mediterráneas donde las precipitaciones ocurren en la estación fría y los veranos son secos. La flora y los cultivos forrajeros de estas difieren en gran medida.

Areas monzónicas

Los monzones son, en sentido estricto, vientos que afectan el clima de la India y en general de toda la región circundante: el monzón del suroeste, de abril a octubre, es el principal evento climático que lleva lluvias abundantes a la región, desde el valle del Indo hacia el este de la India. Las tierras con un modelo de lluvia monzónica, por ejemplo, con una larga estación seca y con un máximo de intensidad en el verano, cubren un área muy grande en los trópicos de África y Australasia. Whyte (1968) clasifica como monzónicas las tierras de pastoreo de las zonas del Sahel y Sudano-Saheliana de África, del Atlántico al mar Rojo. Parte del sur de África y la costa este de Madagascar también tienen un modelo de lluvia monzónica. El sur de Arabia, parte de Baluchistán y la Provincia del Noroeste en Pakistán, India, Nepal, Myanmar y el sudeste de Asia son zonas monzónicas, así como Queensland, los Territorios del Norte y parte de Australia occidental, en Australia.

En el concepto más amplio, la zona monzónica abarca una gran área de los trópicos y subtrópicos con una prolongada estación seca y un período corto pero intenso de lluvias. Las pasturas naturales de la zona monzónica tienen un modelo marcadamente estacional de producción que da lugar a un bajo potencial de desarrollo para la producción de los rumiantes, excepto cuando son suplementados con productos de tierras arables. Esta región es inapropiada para la producción de heno sin riego. Los cultivos de secano, tanto naturales como sembrados, llegan al mejor desarrollo en el momento máximo de lluvia y humedad, por lo general con tiempo nublado, lo que redunda en dificultades para el secado del forraje cortado. En las zonas de laderas y en ambientes forestales el heno se hace a partir de las pasturas naturales pero, por lo general, al final de los monzones cuando la calidad del forraje es muy baja, si bien el secado en este momento es más simple.

En gran parte de esta área los rumiantes son muy importantes. Pakistán, India y Bangladesh, en conjunto, tienen cerca del 23 por ciento de los grandes rumiantes del mundo (ver Cuadro 6) y 235 millones de ovejas y cabras que conforman cerca del 14,5 por ciento mundial. La leche es el alimento básico de esas poblaciones y gran parte del ganado lechero es criado por los pequeños agricultores. Algunos, especialmente los pastores que crían pequeños animales, dependen durante gran parte del año de los residuos de cultivos, rastrojos, forrajes en áreas irrigadas y alimentos secos.

Cuadro 6. Grandes rumiantes en el sur de Asia (en millones)


Vacunos

Búfalos

Total grandes rumiantes

India

196,5

73,7

270,2

Pakistán

17,4

14,4

31,7

Bangladesh

23,0

2,0

25,0

Total

236,9

90,1

326,9

% total mundial

18,5

64,3

23,0

Total mundial

1 281,5

140,0

1 421,5

Fuente: FAO, Animal Production Yearbook, 1989

Lámina 31. Precipitación y temperatura mensuales. Lahore, Pakistán

El clima de Lahore, Pakistán (Lámina 31) es típico de grandes zonas bajo riego de Punjab, una región en la cual la producción de leche es sumamente importante. El clima es semiárido, pero con riego el crecimiento continua durante gran parte del año, con unas pocas semanas en las que la temperatura es demasiado baja para muchos cultivos. Los principales alimentos del ganado son forrajes verdes y residuos de cultivos; además, hay una serie de cultivos anuales para aprovechar un amplio rango estacional de temperaturas: trébol de Alejandría, avena y rábano en invierno, sorgos y maíz en verano. El heno de avena es hoy día un importante cultivo de invierno; el sorgo seco y el mijo perla se conservan en otoño. En la parte oeste del estado se produce alfalfa, pero como cultivo anual ya que los monzones favorecen las enfermedades y la cobertura por gramíneas rizomatosas.

Lámina 32. Residuos de cultivos como forraje invernal: paja de trigo en montículos cerrados con barro, tallos de maíz y de restos de la trilla de mung (Vigna radiata). Geresh, Afganistán

Lámina 33. Precipitación y temperatura mensuales. Jhansi, India

El clima de Jhansi, India (Lámina 33) es típico de gran parte de las tierras altas con lluvias de Uttar Pradesh, donde por lo menos ocho meses son casi completamente secos y las fuertes lluvias caen desde la mitad de junio hasta la mitad de setiembre. Durante la mayor parte del año la producción de las tierras de pastoreo es escasa, pero en la economía local el ganado es importante por su producción de leche y como animales de tiro. La agricultura es de secano y el riego prácticamente inexistente; los predios de los productores son pequeños y sin mecanización. En tierras abandonadas se obtiene algo de heno pobre de plantas sobremaduras pero en el período en que los pastos -salvajes o sembrados- están en un momento adecuado para su conservación, el clima es inadecuado para la producción de heno. El sorgo se cultiva de manera que la formación de sus espigas coincida con el inicio de la estación seca; es cortado a mano, secado en el campo y engavillado en forma vertical; es triturado antes de alimentar al ganado.

Subtrópicos húmedos

El tef -Eragrostis tef- y el pasto llorón -E. curvula- son muy cultivados para heno en el sur de África. El pasto miel -Paspalum dilatatum-, el pasto estrella -Cynodon spp.- y los sorgos forrajeros son muy adecuados para esa zona. En los lugares en que las condiciones del suelo son adecuadas y la humedad es baja se cultiva la alfalfa. Entre las leguminosas de grano se cultivan para heno, soja, caupí y maní.

Suelos salinos en las zonas subtropicales

En estas áreas se cultivan para producción de heno Chloris gayana -pasto Rhodes-, Diplachne fusca, Melilotus indica y Sesbania sesban, así como también mijo perla y sorgo.

Zonas mediterráneas

El clima se caracteriza por la alternancia de una estación lluviosa en el invierno con una estación seca en los meses cálidos del verano. La producción de forraje es muy variable; por lo general comienza en otoño con las primeras lluvias y continúa, si bien disminuye a causa de las bajas temperaturas, durante el invierno; vuelve a activar su crecimiento en los meses de la primavera cuando llega a su máximo y cesa al final de la misma debido a la falta de agua. Cuanto mas fría es el área, mayor es el período deficitario invernal de alimentos.

Los pastores en las tierras del Mediterráneo han desarrollado, en muchos casos, sistemas transhumantes para sus rebaños (Papanastasis y Mansat, 1996). Esta zona tiene una gran tradición de cultivo de forrajes y de producción de heno y cuenta con muchas especies bien adaptadas para ello. En los casos en que es posible el riego, el heno puede ser hecho en los meses mas cálidos. Además de las tierras adyacentes al mar Mediterráneo, los climas de este tipo se encuentran en partes de Australia, Sudáfrica, el occidente de los Estados Unidos de América, Chile y Argentina.

Existen varias leguminosas forrajeras adecuadas para estas condiciones. La alfalfa es el principal cultivo para heno en suelos neutros a alcalinos, bien drenados, tanto de secano como bajo riego. La esparceta -Onobrychis viciifolia- algunas veces es usada, sobre todo cuando las condiciones del suelo y el abastecimiento de agua son marginales para la alfalfa. La zulla -Hedysarum coronarium- prospera en suelos pesados calcáreos inadecuados para otras leguminosas siempre que el área no sea demasiado fría en invierno; es una leguminosa ordinaria pero de buen rendimiento que necesita un secado cuidadoso.

Lámina 34. Precipitación y temperatura mensuales. Jendouba, Túnez

Hay varios tréboles adaptados a esta región: el trébol de Alejandría prospera donde los inviernos son suaves; el trébol persa y el trébol encarnado pueden sobrevivir a condiciones mas frías. En los suelos salinos puede ser cultivado Melilotus spp.; la serradella -Ornythopus sativa- se usa ocasionalmente en suelos arenosos. El trébol frutilla -Trifolium fragiferum- ocurre naturalmente en suelos que contienen humedad en profundidad.

Las gramíneas adecuadas para la producción de heno adaptadas a esa zona están, por lo general, adaptadas a fincas grandes donde es posible tener cercos y manejar el pastoreo. En áreas con abundancia de agua, prosperan los raigrases y Phalaris aquatica, siempre que la lluvia exceda los 500 mm anuales. La festuca alta, una vez establecida es muy tolerante a la inundación, si bien también puede crecer en lugares bien drenados; puede ser combinada en tierras húmedas y para el pastoreo con Trifolium fragiferum pero es difícil mantener la leguminosa en campos manejados para heno.

Los cultivos de especies forrajeras arables están bien representados. Las vicias y los guisantes son resistentes al rigor invernal y el heno griego también es usado como heno. La mayor parte de los cultivos para heno se siembra en la estación fría, pero confiando en la humedad disponible en verano se pueden cultivar el Sudangrás y los sorgos forrajeros. La avena es un cultivo importante en la henificación, especialmente en el norte de África donde a menudo es vendido a pastores transhumantes o para transportar hacia las zonas desérticas; puede ser cultivada en la mayoría de los suelos con buen drenaje. El heno de avena en Túnez -Jendouba es un lugar típico, ver Lámina 34- está asociado con la agricultura cerealera mecanizada ya que gran parte del equipo necesario es común para ambas producciones; el heno es hecho principalmente para la venta lo que permite a los agricultores concentrarse en el cultivo del cereal sin necesidad de cercos y problemas de abastecimiento de agua; esto también permite a los agricultores abandonar sus fincas durante el largo y cálido verano y atender otras actividades. El algarrobo es cultivado por sus vainas en algunas partes libres de heladas, siendo Chipre el ejemplo más representativo.

Zonas áridas y semiáridas

En las zonas áridas, por supuesto, todos los cultivos son regados. Los cultivos para heno son comunes en las partes áridas de Asia. Los cultivos para heno en zonas semiáridas de secano son más comunes en las grandes fincas ya que los rendimientos son erráticos debido a las variaciones de la lluvia. La alfalfa puede ser cultivada en los suelos adecuados. El tef se usa en Sudáfrica pero no en otras zonas; el Cenchrus ciliaris puede ser cultivado en lugares cálidos tropicales y subtropicales.

La producción de forraje bajo riego es tradicional en las zonas de oasis, donde la alfalfa es el cultivo principal. En los últimos años, en los países árabes productores de petróleo ha habido una gran expansión de la producción de forraje en gran escala usando sistemas de riego por aspersión, en algunos casos con pivotes centrales, para abastecer el ganado lechero. El principal cultivo es la alfalfa, pero también pueden ser usados los sorgos y el pasto Rhodes, sobre todo en los casos en que las aguas o los suelos sean más salinos de lo común. Estos sistemas de producción de forraje y de heno son altamente mecanizados y en los climas secos y soleados, en razón del rápido secado se debe observar cuidadosamente el problema de la caída de hojas.

Zonas de inviernos fríos

La situación de los pequeños agricultores

Grandes áreas de tierras tradicionalmente usadas para el pastoreo se encuentran en zonas templadas áridas o semiáridas con inviernos fríos y veranos cálidos. La alfalfa es el heno preferido en muchas de esas zonas y la esparceta se usa en los suelos más pobres. El trébol de olor puede ser cultivado en tierras que pueden ser muy secas o muy salinas para el cultivo de la alfalfa y como forraje de corta duración o para el mejoramiento de suelos. El trébol pata de pájaro (Lotus corniculatus) tiene un buen crecimiento pero hasta el momento, bajo las condiciones de los pequeños agricultores, ha sido cultivado solo en forma experimental. En Ghazni, Afganistán (Lámina 35) se encuentran las condiciones típicas así como también en el caso de Altai, China, y las áreas del norte de Pakistán: en todos los casos, se utiliza el riego y hay una temporada cálida de crecimiento. En esas condiciones, el heno es un componente importante de los sistemas de producción. Las gramíneas cultivadas no son frecuentes y la avena y las vicias son especies anuales adecuadas. En las situaciones en que la estación térmica de crecimiento es muy corta y la precipitación es muy baja como en Mongolia, el heno de las praderas naturales es la elección corriente.

Lámina 35. Precipitación y temperaturas mensuales. Ghazni, Afganistán

La situación en los climas templados extremos

La lluvia en los climas templados está distribuida a través de todo el año. En estas zonas se ha desarrollado una vasta gama de cultivos para heno ya que este ha sido un precursor en la modernización e intensificación de la agricultura en los sistemas mixtos de producción. Las numerosas variaciones climáticas pueden ser clasificadas de acuerdo a la severidad del invierno y a la calidez del verano.

Las áreas templadas con veranos cálidos

En las áreas con veranos cálidos, los cultivos como el maíz y el sorgo pueden ser cultivados para su conservación si bien hoy día su ensilaje es mas común que su henificación. La alfalfa puede ser cultivada en los casos en que lo permite la humedad del suelo.

Las áreas templadas con veranos moderados

En las áreas en que los inviernos y los veranos son moderados, se cultivan las leguminosas y gramíneas clásicas, solas o en mezclas: en los suelos fértiles, raigrás anual o perenne; en tierras más pesadas, el fleo; en suelos neutros a alcalinos bien drenados, la alfalfa; en las mezclas, trébol rojo o trébol ladino, y pasto azul en áreas más secas y más cálidas o en suelos más pobres. Las mezclas, tanto para pastorear como para conservar, son comunes. La avena y las vicias son especies forrajeras adecuadas para tierras arables.

Las áreas con inviernos fríos y veranos cálidos

En estos casos, el fleo (Phleum pratense) es la gramínea preferida para henificar y el trébol rojo o la alfalfa -de acuerdo al tipo de suelos- son las principales leguminosas adaptadas a estas condiciones. También pueden ser cultivadas la avena, los tréboles de olor y las vicias. En tierras inundadas puede ser usado Phalaris arundinacea; esta especie tiene un amplio rango de adaptación y, al ser muy resistente al frío, es parte tradicional de los campos para heno en las zonas altas de Etiopía.


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