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Estudio de caso 2. PRODUCCIÓN DE HENO EN LA ZONA DEL SAHEL Y EN LAS SABANAS DE ÁFRICA OCCIDENTAL[3]


LA GANADERÍA EN LA ZONA DEL SAHEL

La ganadería en la zona del Sahel de África occidental está dominada por los bovinos, los ovinos y los caprinos. Tradicionalmente también se crían caballos, asnos, gallinas y gallinas de Guinea. La cría semi-industrial de cerdos, de otras aves y de conejos se ha desarrollado en base a tecnología introducida de los países occidentales. En este estudio se hará referencia a bovinos, equinos, ovinos y caprinos.

Hay dos tipos de criadores: los transhumantes que cumplen desplazamientos estacionales para resolver tres problemas simultáneos, a saber: la nutrición de los animales buscando forrajes, los abrevaderos o costosas bombas de agua y la posibilidad de vender la leche o los animales debilitados en los mercados importantes. Los ganaderos transhumantes tienen rebaños de por lo menos 60 animales y los criadores sedentarios tienen de dos a 60 animales que retienen todo el año en el espacio comunitario de pastoreo.

El manejo diario de los animales, tanto por parte de los pastores transhumantes como por los sedentarios se desarrolla de la siguiente forma: en la estación de las lluvias los animales van al pastoreo durante la noche y regresan del mismo a la mañana siguiente entre las 8 y las 9 horas, cuando son ordeñados, después de lo cual parten nuevamente al pastoreo del cual regresan al atardecer; después del correspondiente ordeñe, el pastor reposa y se alimenta y vuelve con los animales al pastoreo. El agua para abrevar los animales no es, en general, un problema porque se encuentran frecuentemente pequeñas lagunas así como también afloramientos salinos para satisfacer las necesidades minerales de los animales. Las principales enfermedades son provocadas por las garrapatas, los protozoarios y los parásitos internos. La estación de las lluvias corresponde con la época del apareamiento y los nacimientos en el mes de mayo. En el momento de la cosecha del mijo, en octubre y noviembre, las pasturas se han empobrecido ya que son pajizas o tienen un grado alto de lignificación. Las lagunas que conservan aún algo de agua están prácticamente asediadas y los animales deben luchar para acceder a las mismas con los consiguientes conflictos que genera esta situación entre los propietarios. Otros conflictos son debidos a la negligencia de los pastores que permiten que los animales devasten en una noche toda la cosecha de un año de trabajo. Después de las cosechas los animales pueden acceder a los residuos en el campo. Sin embargo, después de un cierto tiempo, los agricultores recogen y almacenan los residuos para darlos a los animales en la estación seca o para su venta.

En la estación fría ocurre la verdadera penuria alimentaria. Las hierbas están casi todas secas, los árboles han perdido sus hojas y la vida de los pastores y sus animales es penosa. Los hombres, como los animales, a causa del frío se enferman de bronquitis y neumonías, a menudo fatales.

En la estación seca, de marzo a mayo, el hambre, la sed, las enfermedades y el desasosiego se abaten sobre el hombre y los animales; estos últimos enfiaquecen y pasan a ser estériles. En este período, los animales enfiaquecen en tal medida que sus músculos no les permiten levantarse del suelo y sólo lo hacen con la ayuda del pastor.

Cuando la estación de las lluvias es tardía, las pariciones de abril y mayo ocurren en el peor momento para las madres y las crías. A pesar de esta situación repetida en la zona del Sahel, los criadores no han introducido la práctica de la henificación en gran escala. Para los caballos, de los cuales las familias poseen por lo general solo una cabeza, existe un cierto tipo de heno tradicional en base a Alysicarpus glumaceus y Rottboellia exaltata; sin embargo, esto se refiere sólo a las necesidades de los equinos y por un período de dos o tres meses.

El heno - generalidades

En la zona del Sahel y en la sabana de África occidental ocurre una estación de lluvias de junio a octubre. Durante esos cinco meses hay forraje verde y los animales que lo consumen son genéticamente muy productivos. Sin embargo, a partir de noviembre, la hierba se vuelve pajiza y este es el único recurso forrajero de los animales hasta el próximo junio. Este período muerto es el que penaliza la producción animal e incluso pone en peligro la sobrevivencia de los animales. Si bien este problema siempre ha existido en la zona del Sahel y de las sabanas occidentales, la idea de recoger y almacenar hierba verde conservando sus propiedades nutritivas nunca ha sido considerada. Algunos técnicos, después de la independencia, han tentado la implantación de esta idea pero sus tentativos han quedado confinados a las estaciones experimentales y a algunos establecimientos piloto. No se ha encontrado la forma de transmitir este mensaje y de que sea recibido y puesto en práctica. Sin embargo, las sequías de los años 1973 y 1984 han modificado la mentalidad de los ganaderos y, por ende, la cría del ganado. Algunos criadores se han abierto a las nuevas ideas, han sido más receptivos y más ansiosos de enriquecer sus conocimientos sobre cría de ganado. En razón del efecto acumulativo de las sequías citadas se ha aceptado la idea de producir heno en gran escala, directamente con los ganaderos. Con el correr del tiempo, la idea se ha impuesto como una evidencia y una necesidad. Ha quedado claro que el momento en que la hierba es más nutritiva y más abundante debe ser recogida en la mayor cantidad posible, debe ser secada directamente al sol y almacenada para conservar la calidad nutritiva esencial.

Propuesta de utilización del heno con los ganaderos

La propuesta de producir heno ha sido hecha a los ganaderos en relación directa con el objetivo común de todos los productores: obtener leche todos los días y mantener un rebaño que se multiplica y aumenta. La leche y los nacimientos regulares constituyen factores de una vida próspera y de una evolución positiva. Los ganaderos conocen bien estas virtudes y se les ha explicado que el heno genera leche todos los días y todo el año y también nacimientos regulares; por ello, han aceptado probar abiertamente esta operación. Como consecuencia, los procedimientos demostrativos utilizados han permitido obtener resultados convincentes. Si bien los ganaderos han rápidamente comprendido la idea, se han planteado cuatro preguntas:

1. Si todos los ganaderos siegan la hierba para hacer heno ¿dentro de pocos años no habrá escasez de semillas para la producción de forraje?

2. ¿Es posible segar hierba para alimentar 100 animales?

3. ¿Cómo es posible proteger los pastizales de los animales sueltos y poder obtener buenos rendimientos de heno?

4. ¿Será posible vender leche si todos los ganaderos la producen durante todo el año?

Las respuestas dadas a las preguntas anteriores son:

A la pregunta 1. En el suelo hay cantidades importantes de semillas de pastos y los cortes repetidos no impiden que el mismo predio se recubra con abundantes pastos en los años siguientes. Por una parte el viento y por otra parte las aguas superficiales arrastran habitualmente de semillas de pastos; los animales, por medio de las deyecciones también contribuyen con semillas. Existe también la posibilidad de dejar fajas de pasto sin segar para que fructifiquen y dejen sus semillas. Si todo esto no fuera suficiente se pueden recoger semillas forrajeras y sembrarlas al voleo, en rodales o en líneas, inmediatamente después de la primera lluvia intensa.

A la pregunta 2. Es posible alimentar 100 animales con heno. Es necesario poseer cuatro elementos y dominar cinco factores: un espacio rico y extenso que permita producir forraje que tenga un buen rendimiento de heno; un instrumento de corte rápido y eficiente (para un centenar de animales diez segadores con sus hoces o una cortadora mecánica son suficientes para recoger el forraje necesario para la época seca); un instrumento de transporte rápido capaz de transportar grandes volúmenes (un carro de cuatro ruedas tirado por caballos; en su defecto, pueden suplirlos los jóvenes con una pequeña retribución). Una infraestructura de almacenamiento al abrigo de la intemperie (sol, viento, polvo, lluvia) y de los predatores (animales, insectos) constituye el último factor.

A la pregunta 3. Es necesario proteger las parcelas con forraje en crecimiento y defenderlas de los animales de pastoreo incontrolado. Es posible poner cercos, que sin embargo son muy caros o poner ramas secas, pero esto degrada la vegetación; lo más ventajoso es un seto vivo y el arbusto más indicado es probablemente Ziziphus spina-christi. Sus frutos son apetecidos por el hombre y los pequeños rumiantes y estos gustan también de sus hojas; sus ramas son flexibles y espinosas por lo que se entrelazan fácilmente impidiendo el paso de los animales; tiene buena germinación, su crecimento es rápido y en dos a tres años ya forma una buena barrera. Además es un árbol reconocido por las religiones cristiana e islámica y por ciertas prácticas culturales africanas, simbolizando los límites, las barreras.

A la pregunta 4. Si todos los ganaderos producen leche todo el año, la distribución de esa leche se hará por medio de su transformación en lecherías especializadas y de quesos regionales. Los consumidores de productos lácteos existen en todas partes del mundo y un país como Nigeria puede consumir toda la producción de la zona del Sahel, de Senegal y de Chad.

Propagación de la idea y la práctica de la henificación

Para que la idea y la práctica de la henificación se mantenga y se extienda es necesario poner en movimiento mecanismos de realización, de propagación, de protección y de perfeccionamiento. Estos son:

1. La organización de técnicos con el deseo de perfeccionarse y de aumentar el número de técnicos que reforzarán el grupo. La Asociación para la Promoción de la Ganadería en el Sahel y las Sabanas (APESS) es un ejemplo; creada en mayo de 1989, está presente en cerca de 15 países de esa región, solo siete años después de su creación. Sus fundamentos son la producción forrajera en base al heno y a los cultivos forrajeros perennes.

2. La capacitación: los productores comprenden mejor, enriquecen sus conocimientos y se entusiasman mutuamente cuando se encuentran en grupos de capacitación.

3. El interés de la capacitación consiste en reconstituir dentro de la mentalidad de los ganaderos, las piezas que componen la ganadería, su orden lógico de viabilidad, sus proporciones, la calidad necesaria de cada elemento, los criterios para el reconocimiento de la naturaleza de cada elemento en su calidad óptima y las condiciones para su obtención en forma más económica. Una vez que los productores de ganado descubren los objetivos y los límites de la ganadería, aparecen los fundamentos del productor: su predisposición a la cría de ganado que se exprime a través de sus ideas, la calificación que le da la capacitación y los objetivos de sus ideales que son los valores universales que lo llevan a progresar constantemente.

La información al alcance de los ganaderos

Todos los ganaderos del Sahel son culturalmente sensibles a la adquisición de conocimientos. En consecuencia, si la información ofrecida abarca los conocimientos dentro de estos conceptos y se presenta al alcance de los ganaderos, se sentirán motivados y terminarán reaccionando. Es esto lo que la APESS ha intentado obtener por medio de su revista Jawdi Men que se publica desde 1993. Las visitas entre los productores: dentro de todas las sociedades hay personas (familias) que reciben numerosas visitas durante todo el año; estas personas son muy importantes para la difusión. Desde el momento que ponen en práctica una innovación, muchas otras personas tentarán de imitarlas y reproducir sus actos. Este hecho es también un factor indispensable para la impregnación de una idea y para su propagación; libera y amplía las emociones de las personas que de este modo se vuelven muy receptivas para absorber y asimilar los mensajes. Por ejemplo, la APESS ha desarrollado su asamblea general como forma de un evento cultural. Gracias a esta asamblea general, la APESS y su elemento clave, un depósito lleno de heno, han abierto las fronteras de los países y de las culturas. El evento, sobre todo cuando se repite regularmente, atrae a las personas en forma definitiva.

La práctica de la henificación: el actor, el criador, el agricultor

El productor de heno es una persona que tiene perspectiva, que anticipa, que tiene sentido de continuidad y de regularidad, que tiene constancia. Con estas cualidades una persona puede fácilmente desarrollarse y ayudar a desarrollar a otras personas. La práctica de la henificación es un indicador del carácter de los individuos y de su potencial más o menos fuerte para ser desarrollado. Para ser un buen trabajador es necesario tener conocimientos y poder actuar, saber observar para conocer mejor y más eficientemente, ser trabajador para concretizar, ser calmo para suprimir la agresividad, ser riguroso, perseverante para vencer las dificultades, ser aplicado y soñador y, finalmente, apreciar su trabajo dentro de todas sus variaciones para ser optimista, gustar del mismo y mantenerse. Esta es la ocasión de la capacitación en la cual el ganadero toma conciencia y conocimientos del tema. Esta capacitación, es por lo tanto, necesaria para todas las empresas que desean comenzar o progresar.

La parcela para henificar

La parcela para producir heno debe ser elegida cuidadosamente para poder escapar de todas las penurias agroclimáticas y situaciones antagónicas. La parcela debe partir del centro de un bajo fondo de corrientes de agua y extenderse perpendicularmente hacia las partes altas. Esto tiene la ventaja de garantizar siempre una producción en las partes altas cuando la corriente es abundante y en las partes bajas cuando las corrientes son insuficientes o irregulares. Otra ventaja es que las especies están diversificadas, ya que aquellas que crecen en las partes bajas son distintas de las que crecen en las partes altas; las distintas zonas del terreno desde la parte baja hacia la parte alta permiten de este modo contar con distintas especies forrajeras. Una tercera ventaja radica en que las distintas especies se pueden segar en distintos momentos lo cual extiende el período de corte y lo distribuye en 30 a 60 días según los terrenos y las variedades presentes.

El terreno debe ser preparado de tal modo de dar a las plantas las mejores condiciones para su desarrollo y para facilitar la siega. Es necesario delimitar y cerrar la parcela, limpiarla dejando solo los grandes árboles frutales o maderables, recoger todas las piedras, las cepas y los troncos de los árboles secos, cerrar con ramas y hacer un corral para el encierro nocturno de los animales a fin de que fertilicen la parcela con sus deyecciones; después de la primera lluvia se deberán esparcir al voleo las semillas de las especies a cortar; será necesario recogerlas antes de que finalice su fructificación.

Las especies a segar

Las declaraciones de los ganaderos, los análisis bromatológicos y los efectos del heno sobre los animales coinciden en indicar como superiores las especies mencionadas en el Cuadro 17.

Hay algunas especies perennes que se adaptan óptimamente para los fines forrajeros. Según la APESS, las mejores especies son el siratro (Macroptilium atropurpureum) y Andropogon gayanus.

Cuadro 17. Especies preferidas para heno en el Sahel

Nombre científico

En lengua fulfulde

Nombre científico

En lengua fulfulde

Panicum laetum

Pagguri

Dactyloctenium aegyptium

Burgel

Brachiaria ramosa

Pagguri

Andropogon gayanus

Dayve

Pennisetun pedicellatum

Bogodolo

Alysicarpus ovalifolius o A. glumaceus


Cenchrus biflorus

Kebbe

Zornia glochidiata

Dengeree

Rottboellia exaltata

Nielo

Pennisetum typhoides

Gawri

Ipomoea vagrans

Layndi

Echinochloa stagnina

Burgu

Las herramientas para la siega del heno

Dado que la mano de obra es poco costosa -cuando está disponible- constituye una situación favorable para el uso de la hoz como elemento de corte del heno. Con una cierta abundancia de segadores, es posible obtener grandes cantidades de heno, si la superficie es grande, bien preparada y con una buena población de plantas. Para recoger el heno se utiliza un rastrillo y para cargar en los carros se utiliza una horquilla. Para el transporte del heno del lugar de cosecha al lugar de almacenamiento se utiliza un carro grande y estable tirado por un caballo; a falta de este carro, se recurre a la ayuda de jóvenes y niños. El aspecto principal de estas herramientas es que obligan a los operarios a trabajar agachados y en grandes extensiones. En las grandes empresas agrícolas la motosiega reemplaza la hoz.

La infraestructura de almacenamiento del heno

Existen varios tipos de depósitos. La APESS recomienda un cobertizo con techo a dos aguas de 8 m de largo, 4 m de ancho, 3,5 m de altura central y 1,7 m de altura lateral. Los pilares pueden ser de madera o de ladrillos. Los costados pueden ser cubiertos con seccos de paja o hechos de ladrillos de tierra y el techo también puede estar recubierto de paja de tal modo que asegure su cobertura. La infraestructura, en todos los casos, debe permitir en su interior movimientos amplios para no limitar las posibilidades de trabajo.

Períodos de siega

La primer siega del día se debería efectuar después que se ha disipado el rocío; se corta hasta las 11 horas y se recomienza hacia las 14 horas revolviendo lo cortado en la mañana para secarlo en su totalidad. Alrededor de las 16 horas se comienza a amontonar la hierba seca para llevarla al depósito. No es conveniente hacer atados ya que podrían ser invadidos por los mohos. La siega comienza cuando han cesado las lluvias cortas; en la zona del Sahel este período se sitúa alrededor del 15 de agosto, en los años de lluvias normales. Para aquellos ganaderos que interpretan las estrellas, estas les indican el período conveniente. Con la maduración escalonada de las hierbas es posible proseguir la siega hasta el 15 de octubre, o sea cerca de 60 días después de su iniciación.

Práctica de la siega

Es necesario disponer de una hoz, de una piedra de afilar y de un recipiente con agua para templar la hoja durante el afilado. Es necesario que la hoja de la hoz esté bien fijada al mango y verificar que el ángulo de corte sea correcto. El próximo paso es el afilado de la hoja. Antes de segar es necesario comprobar que no haya piedras, troncos ni cepas de árboles en la zona a cortar. El segador procede con un movimiento de rotación del tronco de modo que el radio sea constante entre el momento en que la hoja toca las hierbas y aquel en que el movimiento se detiene. Se toman pequeños manojos de hierba y se avanza lentamente hasta el fin de la parcela. Este método permite cortar bandas regulares y la hierba puede ser recogida fácilmente mas tarde siguiendo las bandas con el carro.

Rendimientos

Los rendimientos dependen de la naturaleza de las especies ya que algunas son más bajas y otras son menos densas, de la riqueza del terreno que condiciona la producción de biomasa, de la habilidad y resistencia del segador y finalmente de la calidad de la hoz. Los rendimientos en buenas condiciones de trabajo oscilan entre 150 y 200 kg de heno por día y por segador; de este modo, en cuatro días un segador puede recoger el heno necesario para alimentar una vaca durante la estación seca, o sea de 600 a 800 kg de heno.

Utilización del heno

El heno está destinado a nutrir los animales en la estación seca cuando las hierbas son sólo paja seca. Es por ello lógico dar este heno a los animales más valiosos. En razón de la producción de leche, de estiércol y de energía, los bovinos son el grupo más valorizado, seguidos por los caballos. Dentro de los bovinos, las hembras en gestación son los ejemplares más apreciados: producen leche además de estiércol y alimentan a los terneros durante la estación seca. Los terneros jóvenes y los animales enfermos constituyen la segunda prioridad de los animales que se benefician con el heno. El heno se ofrece de mañana a las vacas en lactación desde el momento en que empieza a disminuir su producción de leche y a los animales enfermos en el momento en que se manifiesta la enfermedad. Los animales jóvenes reciben heno desde cuando son capaces de consumirlo. El mejor lugar para distribuir el heno a los animales es el área de las tierras de cultivo; los animales se encuentran a gusto en un espacio amplio y dejan sus deyecciones que fertilizan los campos a bajo costo. La cantidad de heno la determinan los animales mismos en función de sus necesidades. Sin embargo, por lo general el heno está limitado y debe ser racionado. La práctica corriente que ha dado buenos resultados (leche, partos y peso) son de alrededor de 3-4 kg de heno por día por vaca adulta. Esta cantidad corresponde a un complemento ya que el animal va al pastoreo y consume paja y a veces puede recibir torta o granos de algodón.

Lámina 49. Demostrando tecnologías apropiadas en el Sahel. Dori, Burkina Faso

La distribución de heno a los animales ha dado los siguientes resultados (datos de APESS). Aumento de la producción de leche: entre 30 y 60 por ciento; aumento del volumen del estiércol, cerca de 50 por ciento más que su volumen en la estación de las lluvias; mejores partos de las hembras tres semanas después de la distribución de heno, para por lo menos el 80 por ciento de las hembras que lo han recibido.

El heno también se puede disponer para la venta. En la zona del Sahel es uno de los productos vegetales más buscados y que producen más ganancias y debería ser considerado como un producto comercial por excelencia. En la zona de las Sabanas el heno tiene también gran valor en razón de la lignificación del forraje nativo. Sería interesante, en consecuencia, desarrollar proyectos para reintroducir esta práctica en las regiones sudanesas.

La práctica de la henificación en el Sahel y en África occidental

Es posible estimar la propagación de la producción de heno en África Occidental haciendo referencia a la experiencia de la APESS. Directa o indirectamente, la APESS, creada en 1987, ha llegado a inducir producción de heno en el año 1997 a los ganaderos de los siguientes países:

Burkina Faso: todas las regiones del país;
Malí: el Delta (Macina), el Sdno (Bankass-Douciitza);
Senegal: Fleuve, Ferlo;
Níger: Tomodi, Dallol Dogongoutchi, Maradi;
Mauritania: Fleuve; y
Camerún: Adamaoua y el Norte.

La idea y la práctica de la henificación están bien difundidas y tienen buenas raíces; debe, sin embargo, tomar una mayor magnitud a nivel de los ganaderos interesados, lo que es un trabajo que involucra información, capacitación, seguimiento y organización de los productores.

Especies forrajeras

El valor de las especies forrajeras es el de producir forraje verde para la estación seca. Por lo tanto, son de mas interés las especies perennes. Entre ellas, han dado buenos resultados: el siratro (Macroptilium atropurpureum), una leguminosa importada de Australia y Andropogon gayanus, una gramínea local. El siratro produce bien en en la estación seca en la zona de la Sabana pero en la zona del Sahel es atacado por insectos. En la zona norte está mejor adaptado Alysicarpus ovalifolius que en las zonas arenosas (dunas) produce excelentes resultados. El siratro necesita un terreno húmedo, de preferencia con dunas, y en la Sabana en zonas bajas pero donde el agua no se estanca; es necesario limpiar el terreno y sembrar al inicio de la época de lluvias después de una labranza del terreno, escardar para combatir las malezas o cuando se endurece el suelo, cercar el predio con alambrado (muy costoso) o con árboles secos para proteger el siratro y el seto vivo recién plantado. La mejor forma de cerrar el predio es con un seto vivo de Ziziphus spina-christi. Para su siembra se deben recoger las semillas maduras, separarlas de su pulpa y al inicio de las temporada de las lluvias sembrarlas a lo largo del perímetro, después de la primera lluvia intensa; las semillas para la siembra se ponen en remojo 24 horas y se colocan de 5 a 10 semillas en pequeños hoyos en el terreno a una distancia de 50 cm entre los mismos; es aconsejable fertilizar los hoyos para acelerar su crecimiento en la época de las lluvias y para que desarrollen un buen sistema radicular que les permita sobrevivir en la estación seca.

Una vez que las plantas de siratro tienen un cierto desarrollo y que las primeras hojas comienzan a aparecer es necesario recoger el forraje cortando todas las ramas de la planta a una altura de alrededor de 3 cm sobre el suelo. Es importante cortar todos los brotes antes de que la planta envejezca. La planta responde con un buen vigor de crecimiento pero a una edad más avanzada su fuerza de rebrote disminuye. Después de la cosecha y según la humedad del aire es necesario dejar marchitar el material cortado de uno a tres días. Es necesario recoger los tallos cortados y almacenarlos bajo techo (ver párrafo relativo al heno). Los rebrotes del siratro llegan a su tamaño adulto cuatro a seis semanas después del corte. Esto depende de la riqueza y del grado de humedad de la tierra y también de la calidad de los trabajos hechos sobre las plantas. Si la parcela está bien cerrada y los trabajos de manejo han sido hechos correctamente, en la estación seca es posible hacer cuatro o cinco cosechas. Si los suplementos fertilizantes son abundantes las plantas rebrotan aún mejor. El siratro se recoge en la época seca ya que durante la época de las lluvias ha producido en abundancia. El forraje se da a voluntad a los animales, los que raramente consumen más de 2-3 kg por día. Con la alimentación en base al forraje verde, la producción y el estado de los animales comienzan a aumentar y mejorar en el plazo de una semana. El siratro cultivado en una buena tierra y habiendo recibido el manejo correcto, puede subsistir de tres a cinco años antes de ser renovado por medio de semillas. En un año, con varias siegas, puede rendir de 2 a 20 toneladas de heno.

En el caso de Andropogon gayanus es necesario elegir un terreno en el que ya exista el mismo o sobre el que se sepa que puede prosperar; es necesario limpiar el terreno, sembrar al voleo o repicando maciegas, limpiar las malezas, cerrar el predio en forma permanente, regar si fuera posible, cosechar antes de la lignificación de los tallos y dejar marchitar uno o dos días antes de llevar al depósito; en la estación seca se puede recoger la parte verde y darla a las mejores lecheras.

La práctica de los cultivos forrajeros es compleja y la extensión cultivada es mínima en relación al ambiente ganadero del Sahel. En general, falta la costumbre de cultivar y, sobre todo, de la constancia del trabajo en la estación seca, lo cual no permite un buen desarrollo de los cultivos forrajeros en ese medio. Los servicios técnicos de la agricultura y la ganadería han hecho algunos ensayos de cultivos forrajeros pero principalmente con especies anuales. La especie que ha dado la mejor respuesta es Lablab purpureus, pero los ganaderos hasta el momento han sido muy prudentes en su adopción.

Los residuos de los cultivos

Los residuos de cultivos más comunes son de frijoles, de maníes y los tallos más o menos maduros de mijo. En la zona del Sahel es habitual recoger el mijo verde, cerca del momento de la fructificación, para usarlo como forraje ya que en caso de pocas lluvias la entrada de los animales al campo no permitiría su desarrollo final. La calidad de estos residuos es muy variable, dependiendo del estado de desarrollo de las plantas en el momento de la cosecha. Por lo general, se transportan con carros al lugar de almacenamiento, que muchas veces es sobre los árboles o en los techos de las casas. En estos casos, una parte de los residuos son dañados por los rayos solares. Los residuos pueden ser consumidos en la finca o vendidos y los principales beneficiarios son las lecherías y los animales en engorde.

Venta de forrajes y residuos de cosecha

El heno, los residuos de frijoles y de maní, los tallos de mijo y la paja amarilla de las malezas mantienen un importante flujo comercial entre la campaña y las ciudades y entre agricultores y ganaderos. El mercado del ganado está siempre rodeado del mercado de forrajes de todo tipo y los precios del forraje son muy variables, relacionados con la escasez o abundancia de los mismos de un año a otro, de una estación a otra, entre regiones y según la calidad del forraje. Los forrajes que están aún verdes son los de mayor demanda y los que obtienen los mejores precios. A pesar de esto, todavía no existe el concepto de producir heno en forma sistemática. Normalmente, el forraje debería ser el primer cultivo comercial en la zona del Sahel, pero los ganaderos no consideran este elemento desde el punto de vista económico y los técnicos no los han estimulado en este sentido. Con la aparición de explotaciones lecheras en algunas áreas, muy probablemente surgirán también productores de forrajes en grandes cantidades. La aparición de industrias lácteas exigiendo que la leche provenga de explotaciones especializadas donde los animales son alimentados básicamente con forrajes, podrá estimular la evolución de la ganadería.

LA IMPORTANCIA DE LA VULGARIZACIÓN DEL HENO PARA EL DESARROLLO SOCIOECONÓMICO DEL SAHEL

El éxito de las experiencias de la APESS en el campo de la vulgarización de la producción forrajera abre nuevas perspectivas y esperanzas para la región del Sahel. El Sahel no es una región pobre, sino una región que tiene su potencial económico adormecido. Si los habitantes del Sahel esperan hoy día la asistencia de los proyectos es porque la política y la administración han asumido que los proyectos de desarrollo combatirán las penurias y el miedo a las catástrofes, como por ejemplo las grandes sequías. Además, se ha contribuido a difundir entre la población rural una actitud fatalista y pasiva que es el obstáculo para el desarrollo socioeconómico del Sahel. Las dificultades ecológicas, climáticas y demográficas que constituyen los problemas actuales son, según los expertos, los factores principales del bloqueo del desarrollo en el segundo plan. Es decir, que esos obstáculos podrían ser superados si los productores rurales tuvieran la audacia, la voluntad y los conocimientos necesarios para estimular el sector político y administrativo a explotar el potencial productivo de la región. Las experiencias de la APESS muestran que es posible obtener resultados favorables si se aplican estrategias susceptibles de entusiasmar a los productores rurales y suscitar en ellos otras ambiciones. Si esto estuviera comprendido dentro de una estrategia amplia y bien organizada, la simple producción de heno puede revelarse como un indicador o como una actividad para la iniciación de una nueva era de desarrollo.


[3] Preparado en base a materiales proporcionados por Boubacar Ly.

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