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CAPÍTULO XI ESTUDIOS DE CASO


A continuación se presentan trece estudios de caso sobre la preparación tradicional de heno o sobre sistemas pastorales. Sólo el caso de África occidental trata la producción de heno como una innovación. Estos estudios cubren un amplio rango de las prácticas existentes y sirven como antecedentes para los capítulos anteriores. Hay estudios en diez países de África, Asia occidental y del Sur y América Latina. Algunos materiales han sido preparados por especialistas nacionales y el resto se basa en la experiencia recogida por el autor durante los viajes de trabajo con la FAO.

Si bien las áreas estudiadas no se presentan como representativas de la producción de heno en pequeña escala, de cualquier manera es posible extraer algunas conclusiones de las mismas. Nueve de los trece estudios involucran heno de las praderas naturales, pero este es un componente importante en sólo seis de ellas: Etiopía, India, Mongolia, Nepal, Nicaragua y la zona del Sahel. Con la excepción de Mongolia, todos los otros casos se encuentran en situaciones monzónicas o tropicales donde la producción de heno es posible solo después de las lluvias o sea cuando la calidad del forraje es baja. En el área seleccionada en Mongolia hay una estación térmica de crecimiento muy corta para los forrajes sembrados y la calidad del forraje en el momento de la producción de heno es satisfactoria. Muchos sitios para la producción de heno a partir de pasturas naturales están en tierras montañosas o marginales y los problemas de acceso y los derechos de corte del forraje dificultan el mejoramiento de su manejo.

El heno de leguminosas se produce en siete de los casos analizados: Afganistán, Argentina, tres casos en China, Pakistán y Turquía. En todos ellos las leguminosas son la principal fuente de heno y en cinco de ellos, son regadas. Todos los ejemplos de cultivo de leguminosas están en áreas subtropicales o de inviernos fríos, semiáridas y, con excepción de Argentina, están en Asia. La alfalfa es el cultivo más difundido para heno mientras que el trébol persa (Trifolium resupinatum) es importante en Afganistán y Pakistán y la esparceta (Onobrychis viciifolia) se menciona en Turquía. Ningún estudio de caso de producción de heno en pequeña escala informa acerca la conservación de gramíneas -si bien son usadas en las explotaciones en gran escala en climas similares. El heno de avena es importante solo en Pakistán pero también es cultivado en gran escala en el norte de África.

La mayor parte de los forrajes se siembran con semillas de pobre calidad de variedades locales producidas en la finca. La baja calidad de las semillas y la falta de disponibilidad de semillas de buena calidad de cultivares ensayados en la zona se menciona frecuentemente como un problema. El estudio de las Provincias del Norte de Pakistán demuestra como la introducción de un cultivar de alfalfa adaptado a la región puede tener un gran impacto en una cierta área donde los ecotipos tradicionales son inadecuados para el clima local. En Pakistán, la introducción de variedades de avena de multicorte cambió la categoría del cultivo que era considerada intrascendente y pasó a ser principal cultivo para heno y fuente de forraje verde durante la época fría.

En varios casos se menciona la falta de mantenimiento de los niveles de fertilización como una causa que lleva a la disminución de rendimientos y mala persistencia de las poblaciones de alfalfa. Las malas técnicas de corte manual y el momento inadecuado del corte, sobre todo en el caso de la alfalfa, son también frecuentes. Sin embargo, la capacitación sobre este tema, en muchas zonas puede ser más compleja en razón de que el trabajo es hecho por mujeres y niños. La competencia con los cultivos alimenticios debido a la escasez de tierra y agua es una limitación importante para la expansión de la producción de heno y la necesidad de un mejor abastecimiento de heno en la época fría se menciona en todos los casos, por lo que, evidentemente, la estrategia deberá ser de incrementar los rendimientos por unidad de superficie.

El corte manual del forraje es hecho por lo general con una hoz, algunas veces con machetes y raramente con guadaña. Solamente en el caso de Altai se menciona el corte con segadora mecánica. En ese caso, el área para forraje por familia es grande, cerca de cuatro hectáreas, y muchos de los pastores están en el período de transhumancia durante la cosecha. En otros lugares, el heno es cortado gradualmente todos los días y llevado bajo techo para el secado final. El enrollado o atado del heno a armazones o en pequeños montones está muy difundido y se informa de ello en siete casos, todos ellos en Asia además de Argentina. Es una forma tradicional de reducir la pérdida de hojas en las áreas secas, tanto durante el secado como durante el transporte. El enfardado es raro y está asociado con el transporte a grandes distancias; en general, es organizado por los comerciantes y no por los productores.

La producción de cereales gruesos para secar y usar como forraje se encuentra en algunas áreas tropicales y subtropicales con una clara estación seca: India, Nepal, Nicaragua y Pakistán. Los cultivos afectados por sequías también pueden ser usados como forraje. Frecuentemente, el heno de cereales gruesos se produce en las zonas que serían inadecuadas para obtener un buen cultivo de grano. La cosecha manual de maíz, mijo y sorgo, por lo general permite cortar los tallos y secarlos en una etapa más temprana que con la cosecha mecanizada, lo cual produce un forraje de mejor calidad.

El uso como alimento de la paja y los tallos se encuentra en todos los casos estudiados, excepto en la zona de Mongolia que no puede cultivar cereales, pero el grado de cuidado de la cosecha y el almacenamiento son variables. El tratamiento de la paja no está difundido y se informa acerca del mismo solo en Afganistán y Pakistán. Nueve casos informan que parte del heno y de la paja se venden. Algunas veces en la India el heno de pasturas naturales es cosechado sólo con el objetivo de la venta y el heno de avena es ahora un cultivo comercial en Pakistán. En otros casos, el heno se vende al contado y el ganado del agricultor está obligado a sobrevivir alimentándose de paja.

Estudio de caso 1. PRODUCCIÓN DE HENO EN ETIOPÍA[2]

LAS PRÁCTICAS TRADICIONALES DE LOS AGRICULTORES Y LAS PRÁCTICAS MEJORADAS

La agricultura siempre ha sido y continúa siendo la actividad económica más importante de Etiopía en la cual los pequeños productores son la base productiva de ese sector. La producción de los pequeños agricultores cubre el 96 por ciento del área cultivada y entre el 90 y 94 por ciento del cultivo de cereales, leguminosas y oleaginosas. La agricultura da empleo a 80-85 por ciento de la población y cerca del 60 por ciento de la producción agrícola proviene de los cultivos, 30 por ciento de la ganadería y 7 por ciento del sector forestal. De acuerdo con la encuesta agrícola de 1995/96, los cereales absorben la mayor parte de la tierra cultivada (84,55 %) seguidos por las leguminosas con 11,13 por ciento y otros cultivos con 4,32 por ciento.

La tecnología del sector subsistencial es en su mayor parte tradicional, de secano y con escasas áreas con riego. El rendimiento de los cereales ha sido estimado por la Agencia Nacional de Estadísticas en 0,8-1,0 t/ha para el tef, 1,2-1,4 t/ha para la cebada y 1,6-2,0 t/ha para el maíz. La producción ganadera es una parte integral del sistema de producción agropecuaria del país. Las distintas zonas ecológicas permiten la producción de distintos tipos de ganado los cuales representan un importante recurso productivo. Etiopía tiene la mayor población de ganado de África: 30 millones de bovinos, 23 millones de ovejas, 18 millones de cabras, 7 millones de equinos, 1 millón de camellos y además 53 millones de aves. El ganado mayor tiene un papel importante en la economía agrícola, seguido por ovejas y cabras.

En Etiopía los sistemas de producción están determinados por el clima, la vegetación, los tipos de cultivos, las especies de animales criados y su importancia económica para el productor rural. En las zonas altas, la agricultura es la actividad agropecuaria más importante y la ganadería es económicamente complementaria a la producción de cultivos; en estas zonas, el ganado, especialmente el ganado bovino, proporciona tracción que es fundamental para todos los trabajos de la finca. Los animales también proporcionan leche, carne, abono orgánico, ingresos en efectivo y una defensa contra los riesgos. En las zonas semiáridas, el ganado bovino constituye el grupo de animales más importante ya que provee leche para la subsistencia de la familia pastoral. Sin embargo, en las zonas más áridas, las cabras y los camellos son las especies dominantes; las cabras proporcionan leche, carne e ingresos en efectivo y los camellos son mantenidos por los pastores nómades por su leche, como medio de transporte y en menor medida por su carne.

Los niveles de productividad son bajos; los rendimientos por animal faenado u ordeñado se estiman en 110 kg de carne, 10 kg de oveja y 213 kg de leche de vaca. La producción de huevos de las aves nativas es 55 a 80 huevos/año con un peso promedio de 45 g. Las tasas de crecimiento del ganado son muy lentas y están por debajo del crecimiento de la población; por esta razón, ha habido una caída neta del consumo per capita de productos ganaderos. En la actualidad, el consumo anual per capita de leche y carne se estima entre 16 y 10 kg, respectivamente. Esto coloca a Etiopía con el menor consumo de carne y leche, incluso entre los países vecinos, si bien tiene el mayor rebaño de África.

El desarrollo del subsector enfrenta numerosas limitaciones, incluyendo una inadecuada nutrición de los animales, fuerte incidencia de las enfermedades, bajo potencial genético, mal manejo de los animales, falta de servicios e infraestructura como comercialización y crédito, programas de desarrollo sin una adecuada coordinación y falta de políticas apropiadas. La falta de conocimientos de la conservación de forrajes y el mejoramiento de los alimentos de baja calidad son áreas que merecen inmediata consideración. En las zonas altas, la paja de cereales y el heno de las pasturas naturales son los alimentos más importantes. En la zona del sistema de producción de agricultura mixta cultivos-ganadería, la producción de heno es una actividad tradicional. En muchas partes de las zonas altas de Etiopía, el forraje es abundante durante la época de las lluvias pero hay gran escasez en la estación seca. Los requerimientos de la estación seca pueden ser satisfechos conservando el forraje de la estación húmeda y los residuos de los cultivos. La nutrición inadecuada se debe a la falta de tecnología para la producción de heno y el almacenamiento de los residuos.

Producción de heno - praderas naturales

La mayor parte del heno se produce a partir de las praderas naturales y de los residuos de los cultivos; algunas veces es hecho de avena y vicias sembradas específicamente con ese propósito. En las partes bajas de las zonas altas hay vertisoles inadecuados para la labranza y pasturas y en las laderas se encuentran pasturas naturales que podrían ser utilizadas para henificar. En los sistemas tradicionales de manejo los animales no pastorean las tierras bajas, las cuales son reservadas para la producción de heno. El manejo de los suelos bajos es común en la parte norte del país. En las tierras de ladera los animales pastorean por un corto período y después el área es cerrada para cosechar heno. El heno de ambos orígenes es usado durante el período seco. La mayor parte del heno usado en el país proviene de pasturas naurales nativas y su calidad es baja (ver Cuadro 15).

Cuadro 15. Calidad del heno cosechado en distintas fechas en Debre Libanos, zona alta central, Etiopía

Propiedades del heno de pasturas naturales

Cosecha en octubre

Cosecha en diciembre

Promedio materia seca (t/ha)

5,1

5,1

Contenido PC (%)

9,6

5,8

Rendimiento PC (kg)

600

350

Proporción de leguminosas (%)

11

5,8

Fibra natural detergente (%)

61,8

66

PC Degradable en rumen (RPD/MJME) (1)

7,5

3,6

Notas: (1) RDP/MJME = Proteína degradable del rumen por megajoule energía metabolizable.

Fuente: Informe sobre recursos alimenticios, no publicado. 1960. ILCA, Addis Ababa, Etiopía.

Las especies de gramíneas más importantes para producir heno son Andropogon spp., Festuca spp., Eragrostis spp., Hyparrhenia spp., Themeda spp., Setaria spp., Brachiaria spp., Pennisetum spp., Cynodon sppp., Sporobolus spp. y Phalaris arundinacea. Las leguminosas que más comúnmente se encuentran en las mezclas con los pastos naturales y que son usadas para la producción de heno son Trifolium semipilosum y Trifolium burchellianum. Los agricultores cosechan tardíamente -noviembre a diciembre- una vez que el clima está seco. En las áreas donde predomina la actividad pastoril, la alimentación de los animales se basa en el pastoreo libre. El heno y el uso de residuos de los cultivos no son comunes.

Los cultivos para heno se cortan con hoz o con guadaña -llamada localmente falch; casi todos los agricultores tienen hoces. El segador se coloca en cuclillas para cortar con la hoz, la cual es una herramienta económica pero insume tiempo, es laboriosa y además causa dolor de espalda a los operadores. La guadaña es usada por pocos productores en las zonas altas. Los operadores toman la guadaña con las dos manos estando de pie; de esta forma el corte es rápido y eficiente pero el costo de esta herramienta es mucho mayor que el de una hoz. El heno cortado con cualquiera de estas herramientas se deja en el suelo por dos o tres días para que se seque al sol, lo que constituye un método económico y eficiente.

Una vez seco, el heno se recoge y se apila sobre una plataforma de madera o piedras para evitar el contacto con el suelo y su posible deterioro. En unos pocos lugares el heno se almacena a la sombra. Los productores de leche en zonas periurbanas almacenan el heno y la paja en fardos; el peso medio de un fardo de pasturas naturales es 15-20 kg y el de residuos de cultivos es de 8-15 kg. El precio del fardo depende de la época y de la distancia entre el área de producción y las áreas ganaderas. Por ello, en las zonas periurbanas, un fardo de heno de pasturas naturales cuesta 5-6 birr en el momento de la cosecha y llega a 10-15 birr durante la estación seca. El precio de un fardo de paja es menor comparado con el de un fardo de heno.

El rendimiento de heno de las pasturas naturales varía según el lugar. El rendimiento de las tierras bajas es de 4-5 t/ha de materia seca mientras que las pasturas en las laderas rinden 2-2,5 t/ha. La calidad del heno de estas pasturas es muy baja, sobre todo en el caso de las cosechas tardías. Un estudio llevado a cabo por el Centro Internacional de Ganadería para África (ILCA) indica que la cosecha temprana mejora el contenido de proteína cruda (Cuadro 16). Con el heno se alimentan sobre todo animales en ordeñe, terneros y bueyes y en cierta medida pequeños rumiantes.

Residuos de cultivos

Los residuos de cultivos, especialmente las pajas de los cereales y los tallos de maíz o de sorgo son la mayor fuente de alimentos para los períodos de sequía en Etiopía. De acuerdo a la encuesta sobre rendimientos de los cultivos de 1995 se producen un total de 4,5 millones de toneladas de materia seca a partir de los residuos de los cultivos. Estos residuos proceden de tef, trigo, cebada, maíz y sorgo y también de leguminosas como arvejas, frijoles y garbanzos. Los residuos de los cultivos se recogen y se apilan en el campo tal como se hace con el heno de pasturas naturales.

La alimentación del ganado con residuos de cultivos es de primera importancia en los sistemas mixtos de producción en las zonas altas. Los agricultores dan la mayor parte de la paja a los bueyes y a las vacas lecheras y si existe algún sobrante lo dan a las ovejas. Las cabras por lo general no reciben residuos de cultivos. Los residuos son ofrecidos a los animales sin ningún tipo de tratamiento. Además de este uso, los residuos también se utilizan para la construcción de casas y como combustible.

Cuadro 16. Análisis de algunos residuos de cultivos en Etiopía

Tipo

MS

EE

Cenizas

PC

FDNe

Paja de cebada

92,6

2,3

8,4

4,7

71,5

Paja de tef

92,6

1,9

8,4

5,2

72,6

Paja de trigo

93,1

1,2

9,0

3,9

79,8

Residuos de habas

91,7

0,8

10,4

7,2

74,3

Residuos de arvejas de campo

91,9

1,2

6,1

6,7

73,6

Heno de pasturas naturales

92,2

1,5

9,5

6,6

73,8

Clave: MS = materia seca; EE = extracto al éter; PC = proteína cruda; FDNe = fibra detergente neutro.

Lámina 48. Tallos de sorgo protegidos por espinas, cerca de Jijiga, Etiopia

Producción de heno - praderas sembradas

Este concepto es nuevo en Etiopía. La atención al problema del desarrollo forrajero aumentó después del Cuarto Proyecto de Desarrollo Ganadero del Ministerio de Agricultura. El forraje es usado para el desarrollo del sector lechero y para el engorde del ganado y la mayor parte del forraje es cortado y transportado fuera del predio o es elaborado para heno. Los cultivos forrajeros más comunes son la avena, la vicia y el pasto Rhodes. Los árboles leguminosos como la Sesbania sp., el árbol alfalfa [Chamaecytisus (=Cytisus) palmensis]y la Leucaena sp. son usados como corte y para alimentar el ganado fuera del campo. Los rendimientos de materia seca varían entre 5 y 10 t/ha y la proteína cruda entre 15 y 30 por ciento. Las semillas de las especies forrajeras se producen por contrato con los agricultores y también en establecimientos gubernativos y criaderos. Los forrajes para corte y transporte y para henificar se producen en pequeños predios o son sembrados bajo los cereales, en áreas para conservación de aguas y suelos, en áreas de exclusión del ganado y en áreas específicas de pastoreo, por ejemplo áreas de los pequeños productores de leche. El forraje de las tierras mejoradas es usado para alimentar cerca de la mitad de las vacas lecheras de raza pura, los terneros y los toros jóvenes en los programas de engorde.

Sugerencias para mejoramiento

Para mejorar la cantidad y la calidad del heno de los distintos forrajes, deberían ser consideradas en el futuro las siguientes intervenciones:

estimular a los agricultores a la cosecha temprana del heno, antes de que las plantas maduren;

secar y almacenar adecuadamente el forraje, por ejemplo, apilado y almacenado sobre plataformas de madera o piedra para evitar su deterioro y sombra para la protección del heno del sol fuerte;

mejoramiento de la utilización de los residuos de cultivos y del heno de pobre calidad de las pasturas naturales agregando o mezclando el forraje con otro forraje o con árboles leguminosos para mejorar su calidad;

establecimiento de especies arbóreas de leguminosas forrajeras de modo que las hojas y las ramas puedan ser usadas como fuente de proteínas en el desarrollo de las lecherías en pequeña escala.


[2] Preparado en base a materiales proporcionados por Alemayehu Mengistu

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