Página precedente Indice Página siguiente


CAPÍTULO X USO DEL HENO Y DE LOS RESIDUOS SECOS


Una vez que los residuos de los cultivos han sido almacenados deberían ser usados cuidadosamente y en la forma mas económica posible. Por lo tanto, el buen manejo debe ser aplicado durante el almacenamiento y el transporte para evitar pérdidas y deterioro; durante las técnicas de alimentación y el manejo del ganado para evitar desperdicios y, finalmente, para asegurar que son usados como parte integral de un sistema de alimentación equilibrada.

Para que el ganado mayor haga un buen aprovechamiento del forraje, debe estar sano y ser bien manejado. Aparte de los controles de rutina de las enfermedades epizoóticas es necesario controlar los parásitos internos y externos; tales tratamientos son costosos y si no son parte de los tratamientos de rutina, se debería aconsejar su aplicación como tales. En algunos climas son necesarios refugios o establos para proteger el ganado de la lluvia, el frío o los rayos solares.

Cuando el heno se cultiva para su venta, existe la posibilidad de venderlo inmediatamente -incluso en el campo- o de almacenarlo esperando precios mejores en el futuro. La elección dependerá de las circunstancias locales y de la situación financiera del agricultor. Los Estudios de Caso de Turquía e India indican que la producción de heno para la venta no se limita a las grandes fincas: los pequeños agricultores pueden hacer heno, a menudo de pasturas naturales, para su venta a las áreas urbanas y periféricas, si bien su propio ganado puede ser obligado a subsistir con paja. La paja a menudo se vende, suelta o enfardada, directamente desde el campo. En India y Pakistán es adquirida en las ciudades para las vacas lecheras y los animales de tiro.

El almacenamiento del heno y sus residuos han sido discutidos en los Capítulos II y IX. Una vez que ha sido almacenado, debe ser mantenido seco y protegido del ganado, la humedad y el fuego. Esto puede hacer necesario el techado o la cobertura de las parvas -en las cuales el heno es almacenado sin comprimir- y el mantenimiento de un área limpia de materiales sueltos. En los sistemas tradicionales, el heno emparvado es llevado de las parvas al establo o a un depósito antes de ser distribuido a los animales; si este depósito no puede contener todo el material de la parva, el resto debe ser adecuadamente protegido de la lluvia y el viento por una cubierta de plástico o de lona, de lo contrario el heno se deteriora y posiblemente sea desparramado por el viento. El transporte de heno suelto y de la paja hasta el lugar de consumo por el ganado, tanto en el establo como en el campo, también debe ser hecho de manera de evitar pérdidas. El heno enfardado es más simple de manejar ya que los fardos constituyen unidades prácticas de manejo y distribución.

El heno y los residuos en los sistemas de alimentación

El heno es un alimento ordinario e incompleto. Aún con el uso de cultivos de alto potencial y su cosecha con maquinaria moderna, el heno resultante es casi siempre inadecuado para proporcionar una dieta de mantenimiento al ganado. La mala calidad nutritiva de los pastos tropicales y, como consecuencia, de su heno, ha sido discutida anteriormente. La alta calidad del heno obtenido de las leguminosas en los climas cálidos y secos es generalmente de alto valor alimenticio, pero el heno de gramíneas en climas más húmedos y de los forrajes tropicales son de más baja calidad. Las pajas y los tallos son, por supuesto, de menor valor que un buen heno. Por lo tanto, se infiere que estos forrajes secos deben ser parte de un sistema de alimentación y no ser usados en forma aislada.

Algunos análisis de los henos y los residuos se encuentran en los Cuadros al fin de este capítulo. Estos indican claramente que muchos henos tropicales, e incluso muchos otros henos y casi todos los residuos, siempre requerirán un suplemento en las raciones de producción; muchos de ellos pueden incluso requerir el suplemento solo para el mantenimiento. Solo el heno de las leguminosas puede proporcionar suficientes proteínas para suplementar otros alimentos ordinarios.

En los sistemas de alimentación en el establo, como en el caso de las lecherías o del ganado para engorde, el papel del heno y de la paja son relativamente simples: proporcionan el volumen de la ración y, de acuerdo a su calidad, alguna energía y proteínas, pero por lo general serán suplementados con concentrados y según la estación con forraje verde. Los bueyes pueden subsistir con forrajes muy ordinarios pero pueden necesitar suplementos si están sometidos a trabajo intenso. Los animales en crecimiento y las lecheras constituyen un caso diferente ya que sus necesidades de proteínas y minerales son altas en proporción al crecimiento o al rendimiento de leche. La manera de formular una ración se encuentra en los libros comunes de texto sobre la alimentación del ganado; el hecho más importante es la composición general de la ración ya que los componentes son secundarios.

Métodos de alimentación

Las malas técnicas de alimentación son una fuente común de desperdicios: muy a menudo el heno se consume en el campo distribuyéndolo en el suelo, lo cual lleva a considerables pérdidas por pisoteo y contaminación. En algunas situaciones, la alimentación en el suelo puede ser inevitable, pero es recomendable el uso de comederos adecuados. Los comederos altos ayudan a evitar la contaminación pero son costosos. El heno y la paja a menudo se ofrecen a los animales en el invierno para su mantenimiento, distribuyendo los fardos en el campo con las consecuentes pérdidas y pisoteo. Cuando el forraje seco se distribuye suelto en el campo, el desperdicio será menor si se ofrece en poca cantidad de modo que los animales lo consuman y esperen la siguiente ración.

Lámina 41. Ganado lechero urbano alimentado durante todo el año con residuos de cultivos, forrajes verdes de la zona agrícola y concentrados. Lahore, Pakistán

El heno largo y la paja deberían ser ofrecidos a estos animales en comederos o pesebres para reducir el desperdicio; deberían ser diseñados para cada tipo específico de animales. En las áreas secas, se construyen simples canaletas de barro, madera, metal o albañilería. Cuando se alimentan búfalos, los comederos deben ser particularmente fuertes, de lo contrario los animales los pueden destruir. Una gran parte de los desperdicios de los comederos y las canaletas puede ser evitado si son cubiertos con alambre tejido a fin de limitar el número de animales que compiten por el forraje en un mismo momento. Los hábitos alimenticios selectivos de las ovejas son un problema, pero la colocación de alambre tejido puede contribuir a solucionarlo. Hay comederos portátiles, sobre ruedas, para la alimentación a campo, y deben ser ubicados en lugares firmes o en partes bien drenadas del campo y cambiados regularmente de lugar para reducir el daño a la pastura.

Lámina 42. Los fardos grandes se colocan en armazones adecuados para alimentar al ganado. Alford, Escocia.

Los fardos comunes deben ser abiertos para alimentar el ganado. Los fardos hechos con el compresor de golpes se desarman en partes, facilitando su distribución. Se debe tener un cuidado particular con los fardos atados con alambre, hoy día poco usados, para evitar que trozos pequeños del mismo queden en el área de alimentación, ya que si son ingeridos por el ganado pueden causar serios problemas e incluso su muerte. Los fardos grandes se colocan en marcos especiales para contener un fardo solamente: el fardo es colocado en el campo, se corta su cubierta y está pronto para el consumo (Lámina 42).

Para el ganado estabulado, los comederos están por lo general ubicados sobre la canaleta de modo que el forraje que cae sea recogido en esta. Todo el ganado alimentado en el establo, incluyendo los terneros atados al abierto cuando el clima lo permite, debería recibir sus alimentos en comederos o canaletas. La alimentación de los animales en el suelo además de generar muchos desperdicios tiene riesgos sanitarios. Equipos alimenticios simples pueden ser hechos con materiales locales: madera, ladrillos y piedras -incluso barro seco en lugares áridos- y están asociados universalmente con el mejoramiento y la intensificación de la producción animal. En los lugares en que la paja es abundante puede ser dada a los animales ad libitum de modo que el ganado coma en forma selectiva; en estos casos la paja rechazada se usa para las camas de los animales y de este modo las pérdidas de los comederos son menos importantes.

El pastoreo de la paja y los tallos secos es una operación que desperdicia forraje, sobre todo en los lugares en que hay escasez de los mismos. Cuando los residuos de los cultivos exceden las necesidades de la finca el pastoreo presenta la ventaja de que el ganado se alimenta en forma selectiva y los costos son menores; las desventajas son el pisoteo y el desperdicio. Las hojas son más palatables y tienen una mayor digestibilidad que los tallos -excepto en el caso del arroz en que la digestibilidad es similar; el ganado en pastoreo por lo general come las hojas más digestibles y deja los tallos. En el caso de los cereales menores, las cabras y las ovejas son particularmente selectivas; los rumiantes mayores pueden pastorear trozos de tallos y la parte aérea de la caña de azúcar en forma selectiva pero tienen dificultades en hacer los mismo con las pajas.

Cuando los residuos se remueven del campo después de la cosecha como en el caso de los sistemas intensivos bajo riego de modo de permitir la preparación del suelo para el próximo cultivo, pueden ser ofrecidos a los animales fuera del predio pero dándoles el doble de lo habitual de modo que puedan seleccionar y rechazar forraje; en este sistema los residuos no son triturados. Los residuos ordinarios rechazados no se desperdician ya que pueden ser recolectados, tratados con urea y después usados nuevamente para la alimentación. La alimentación selectiva con paja no asegura necesariamente una dieta adecuada si bien es un considerable mejoramiento sobre la alimentación no selectiva; de cualquier manera, el ganado en producción necesita suplementos alimenticios.

Planificación estacional

La conservación de forraje debe siempre ser considerada como parte del programa alimenticio del año agrícola: es el almacenamiento de forraje durante el máximo de producción de modo de poder abastecer el ganado con alimentos ordinarios cuando el pastoreo es escaso o inaccesible. En el proceso de planificación, todos los recursos alimenticios, incluyendo los cereales y los concentrados comprados deben, por supuesto, ser tomados en consideración así como también las fluctuaciones en el número de ganado debido a los nacimientos, la venta o la faena. El objetivo debería ser el de conservar algo más de lo que sea necesario para el año -salvo cuando la venta es el objetivo principal; un pequeño sobrante puede ser útil y puede servir para disminuir los riesgos en los años malos, pero es necesario tener en cuenta que el heno y la paja se deterioran con el tiempo y no son adecuados como reservas de emergencia a medio plazo.

El agua es un elemento esencial en todos los sistemas alimenticios y debe haber un abastecimiento regular de la misma en todas las estaciones; su disponibilidad puede determinar los movimientos del ganado en ciertas épocas del año, todo lo cual debe ser considerado en la planificación.

Los inviernos severos en las altas latitudes implican que el ganado sea alimentado al cubierto durante largos períodos. Tradicionalmente, en las zonas húmedas templadas se cortaban grandes áreas de pastizales para su henificación a pesar de que las condiciones para el secado eran apenas aceptables; esto es común aún hoy día en áreas montañosas de Europa, donde los rendimientos han mejorado gracias a la aplicación de fertilizantes químicos. En las tierras bajas arables el ensilaje de pasturas sembradas o de cereales ha reemplazado al heno y es común la alimentación invernal con concentrados.

En las regiones más secas y frías del centro y el norte de Asia, los inviernos y los largos períodos de sequía pueden limitar la disponibilidad de pastoreo verde, por lo que el heno es una forma tradicional de alimentar los animales. Los forrajes cultivados originados en la región son conservados como heno. La alimentación con concentrados no está limitada a los grandes productores: la alimentación con cereales -especialmente cebada y maíz- durante el invierno es común en los sistemas pastorales de las zonas mas frías semiáridas de Asia.

En los climas mediterráneos, el verano intenso, prolongado y seco es un período de escasez de alimentos lo que también puede ocurrir en invierno en las áreas más frías. Los excedentes del final de la primavera pueden ser cosechados como heno, el cual debería ser de mejor calidad que los forrajes normales; la avena y otras especies forrajeras se siembran para henificar.

En las grandes zonas regadas de los subtrópicos donde los animales alimentados en los establos y los búfalos son muy importantes, hay dos períodos marcados de escasez de alimentos: el invierno, de mediados de diciembre a mediados de febrero (hemisferio norte) y el período mas caliente del verano, por lo general desde fines de mayo hasta mediados de julio. Durante estas estaciones el ganado se mantiene en base a paja y tallos secos como alimentos ordinarios, sin el aporte normal de forrajes verdes. El heno es un producto secundario a pesar de la gran cantidad de forrajes sembrados; sin embargo, con el incremento de la urbanización de la industria lechera la producción de forrajes secos está en aumento. En las áreas en que ocurre una severa escasez de alimentos, tales como la zona pedemontana del Himalaya, el heno pobre hecho durante la época de los monzones es sin embargo muy valioso en razón de la ausencia de otros forrajes; los residuos de los cultivos pueden ser ofrecidos a los animales, los cuales pasarán gran parte del día pastoreando entre los mismos y buscando algún tipo de forraje en las tierras degradadas. El esfuerzo puesto por el hombre en la recolección y transporte, a menudo sobre sus espaldas, muestra que el forraje seco es apreciado, si bien no está claro si el principal objetivo es la producción animal o el estiércol como combustible o abono orgánico.

Cortado de la paja

Las cortadoras de paja con un volante son ampliamente usadas en Pakistán e India para los forrajes verdes y para los tallos secos y contribuyen en forma importante a la economía en el uso de los forrajes al reducir la selectividad y permitir que los materiales de tallos gruesos puedan ser consumidos fácilmente. Estas cortadoras consisten de un marco de metal en el cual un volante con dos cuchillas gira a una cierta velocidad; el forraje es forzado a pasar por esas cuchillas. Las cuchillas, que son fácilmente reemplazables, son ajustables en su angulación y deben ser afiladas con frecuencia. Estas máquinas son rústicas, construidas en cantidades industriales, de fácil mantenimiento y reparación por artesanos locales. Pueden ser movidas a mano, por animales -a menudo usando las trasmisiones de viejas ruedas persas- por medio de tractores o por motores eléctricos. Son usadas sobre todo en la región regada del norte y también son comunes en zonas urbanas. En las ciudades, el corte del forraje puede ser un trabajo especializado y asociado con el mercado local de forrajes. En esas áreas, la paja es cortada durante la trilla. Los tallos son ordinarios y por lo general gruesos; cuando se usa la recolección mecánica, casi siempre son cortadas por el mecanismo de recolección.

Lámina 43. Búfalo atado junto a paja de arroz suelta, vaquillona en el comedero para otros forrajes y el forraje más valioso que se ofrece en el carro con ruedas. Punjab, Pakistán

Sin embargo, el material cosechado a mano es recolectado y conservado por largo tiempo. En muchos casos debería ser cortado antes de dar al ganado. En India y Pakistán, los tallos cortados y la paja se mezclan con forraje verde y usualmente se dan al ganado en comederos. Los trozos más gruesos no comidos por el ganado pueden ser agregados a las tortas de estiércol para ser usados como combustible.

Lámina 44. Una prensa operada manualmente para enfardar heno natural. Gujarat, India. (Fotografía: Ian Lane/C.S. Pandey)

Las cortadoras con cuchillas articuladas, usadas a mano, son máquinas simples que aún se usan en algunas partes de China para cortar paja y tallos gruesos y también para preparar material para composte. Sin embargo, si bien es fácil de manufacturar, el procedimiento es lento y requiere gran cantidad de mano de obra. El heno suelto parcialmente cortado es ideal para ser mezclado con otros componentes de la ración y menos susceptible al desperdicio.

Suplementos de las pasturas

En los distintos sistemas de pastoreo la situación de la seguridad alimentaria es menos clara que en el caso de los animales estabulados. La alimentación suplementaria no es aditiva al pastoreo. Cuando se alimenta el ganado en pastoreo con heno, paja o concentrados que sustituyen parte de la dieta del pastoreo, el objetivo de utilizar las pasturas al máximo y suplementar los animales con alimentos adicionales, no puede ser alcanzado. Cuanto mayor es el suplemento, menor es la cantidad de forraje utilizada. Cuando la cantidad de alimentos ingeridos por los animales está limitada por la baja disponibilidad de forraje, la suplementación debe reemplazar al forraje.

Lámina 45. Un agricultor con heno de alfalfa en un área de extrema escasez invernal de forrajes. (Fotografìa: Dost Mohammad)

Sin embargo, donde la ingestión o la absorción de alimentos son severamente afectadas por una deficiencia a pesar del exceso de forraje, el suplemento actúa como un aditivo de la dieta -por ejemplo, micronutrientes o proteínas en una dieta deficiente.

La suplementación puede ocurrir a distintos niveles y por diferentes razones: para asegurar la sobrevivencia o para asegurar la producción y la reproducción. Puede proporcionar un alimento completo o, en el caso del pastoreo, puede ofrecer nutrientes específicos para permitir que el ganado consuma más forraje o que digiera la misma cantidad de forraje más eficientemente, o simplemente para superar una deficiencia nutricional per se. La suplementación de las pasturas con heno o paja puede ser hecha por otras razones aparte de la calidad de la pastura: el heno o la paja algunas veces se ofrecen al ganado cuando la pastura es excesivamente lujuriosa o con alto contenido de humedad o de proteínas o cuando hay peligro de meteorismo en pasturas ricas en leguminosas (Lámina 46).

Cuando las condiciones climáticas permiten que el ganado esté todo el año a la intemperie, las estrategias que se aplican en el sector tradicional a menudo incluyen la pérdida de algo de peso durante la estación fría o cálida y pastoreando sobre el forraje disponible, sin suplementación; cuando el forraje está nuevamente disponible, el peso se recupera rápidamente. Esto significa una ganancia de peso desuniforme, por lo que el ganado alcanza su madurez después de varios años; sin embargo, los costos y los insumos son minimizados. En los climas fríos, se puede dar algo de heno a los animales mas débiles para ayudarlos a sobrevivir. En las áreas tropicales el heno no es un alimento tradicional, pero los rebaños pueden tener acceso a tallos secos. En algunos países de África el ganado puede consumir mas energía caminando para alimentarse y beber que en las zonas de agricultura comercial. Su tiempo de pastoreo a menudo se reduce al estar encerrados durante la noche, ya que existe peligro de robo o de ataque nocturno de las fieras. Por ello, algunas veces puede ser ventajoso ofrecer paja o tallos secos a los animales en los corrales (boma, kraal).

Lámina 46. Ganado alimentado con heno ad libitum y con un buen pastoreo a su disposición. Dunetch, Escocia

Los propietarios del ganado saben que la distribución de heno u otros forrajes reduce el pastoreo del ganado, sobre todo cuando la calidad de este es baja. Cuando la suplementación se ofrece al ganado en pastoreo, esto debería ocurrir durante la noche cuando el ganado está encerrado. Una excepción ocurre cuando las pasturas de leguminosas son excesivamente lujuriosas y hay peligro de meteorismo; en estos casos, el forraje seco, tanto heno como paja, debe ser ofrecido a los animales antes de salir al pastoreo o, en el caso del pastoreo continuo, debe ser ofrecido en el campo.

En las áreas semiáridas los pastores de ganado y de yaks prefieren que los animales pastoreen el forraje congelado en lugar del heno, excepto para salvar los animales débiles de modo que puedan llegar a la próxima primavera. En una visita al campo a Arkanghai Aimak, Mongolia (ver Estudio de Caso) se encontró que los pastores estaban dispuestos a proporcionar alimentos suplementarios a algún tipo de ganado como animales lecheros o en gestación, caballos de andar o de carga, ya que esos animales tienden a pastorear menos y regresan al corral más temprano para esperar su forraje. En el Plateau de Qinhai-Tibet, China, Cai Li y Weiner informan que ...usualmente se hace un poco de heno pero es por lo general dado a los animales enfermos o muy débiles (yaks) hacia fines del invierno... (FAO, 1995b).

Alimentación de emergencia

Los principios seguidos para la alimentación para la sobreviviencia de los animales durante fuertes sequías o períodos de escasez de alimentos son similares a los de la alimentación estabulada. Cuando están disponibles, pueden ser usados los forrajes conservados o ensilados pero, en general, los granos son más económicos. El heno se produce dentro del contexto de la alimentación normal del año pero su producción raramente puede ser incrementada en caso de una sequía, incluso en el caso de que la emergencia pueda ser prevista. Las reservas de heno son difíciles de almacenar por largo tiempo y el costo del transporte del heno es más alto cuando se lo compara con los alimentos concentrados. Por lo tanto, si bien un banco de heno puede ser una opción prudente en el manejo de una finca, cuando ocurre una verdadera sequía o emergencia es por lo general más conveniente vender el ganado general y usar cereales y otros concentrados para ayudar a la supervivencia de los reproductores.

Lámina 47. Los pastores prefieren mantener la alimentación suplementaria de los yaks a un nivel mínimo con el objetivo de estimularlos a pastorear. Ikh Tamir, Mongolia

Aún los mejores henos son pobres en proteínas; el heno tropical y los residuos de los cultivos por lo general requieren proteínas adicionales si se desean utilizar como alimentos completos. La suplementación proteica puede ser hecha en forma de concentrados - vegetales o animales- o de leguminosas en bancos forrajeros. También puede ser hecha en forma de nitrógeno no proteico, que puede ser utilizado por la microflora del rumen; la urea o el bicarbonato de amonio son las fuentes comerciales más comunes. Ambas formas de suplementación son igualmente eficientes cuando el contenido de nitrógeno de la pastura está por debajo de niveles satisfactorios para la actividad microbiana en el rumen y donde hay una fuente de energía digerible disponible. Otras proteínas menos solubles pueden incrementar la ingestión de alimentos de los rumiantes, donde la proteína actúa como fuente de nitrógeno y azufre para la microflora del rumen, altera el flujo de la digestión y puede proporcionar una cantidad adicional de aminoácidos a los tejidos. Su efecto neto es de incrementar la ingestión de alimentos verdes o concentrados.

Los bloques de melaza y urea son una fuente simultánea de nitrógeno no proteico y de energía fácilmente disponible: en un principio se usaron para detener la pérdida de peso de los animales en pasturas pobres pero hoy día son más usados para suplementar los forrajes ordinarios y para integrar los sistemas alimenticios. Los bloques pueden ser hechos con herramientas simples si en el lugar hay una fuente económica de melazas y deberían ser considerados siempre que haya un problema de deficiencias proteicas.

Si bien las proteínas reciben la principal consideración en las pasturas, los minerales, especialmente el fósforo, pueden ser factores limitantes; este elemento frecuentemente se encuentra por debajo de los niveles de mantenimiento en los henos pobres y en las pasturas secas. El ganado adulto que no está en producción de leche, en las áreas que no son deficientes, puede ser capaz de pasar la mala estación en base a las reservas de su esqueleto, pero el ganado en crecimiento no puede hacerlo. El contenido de fósforo de los forrajes y su rendimiento pueden ser mejorados por medio de la fertilización orgánica, pero los suplementos fosforados son por lo general el enfoque más económico; la harina de huesos esterilizada y algunas formas inorgánicas del fósforo como el fosfato diamónico y el fosfato bicálcico pueden ser usados como concentrados o para lamer por el ganado.

Alimentación para la producción

El heno raramente proporciona una ración por si solo; la paja y la paja tratada nunca lo pueden hacer. Para hacer un uso completo de estos elementos es necesaria la suplementación. Para niveles moderados de producción de leche serán necesarios afrechillo, tortas de oleaginosas y restos de cereales. Para el crecimiento de animales de más de un año y de bueyes de trabajo son necesarias pequeñas cantidades de suplementos siempre que el heno sea de calidad razonable y la paja haya sido tratada. Bos indicus es probablemente una especie mas eficiente que B. taurus para mantener el peso vivo con raciones pobres a lo largo del tiempo y los bueyes de trabajo tropicales y los búfalos a menudo crecen con poco o ningún suplemento. En las áreas con inviernos suaves por lo general hay forraje suficiente para la sobrevivencia del ganado, pero pueden perder peso en la estación seca. En Australia, en verano es deseable dar algún suplemento al ganado que pastorea en zonas mediterráneas, en pasturas tropicales o en residuos de cosechas en invierno. Si fuera necesario, para mantener el peso o para la producción, pueden ser utilizados granos.

Valor alimenticio de algunos forrajes secos

A continuación se presentan los análisis de henos y residuos; se debe considerar, sin embargo, que los residuos maduros presentan poca variación pero que los forrajes cortados verdes varían ampliamente de acuerdo al estado de crecimiento de la planta y el heno resultante podrá variar de acuerdo a las condiciones climáticas en momento de su corte y de la habilidad con es secado.

Cuadro 9. Análisis de heno de gramíneas (valores en porcentaje de materia seca)

Forraje

PC

FC

Cenizas

ELN

Ref.

Heno veldt, Zimbabwe

3,7

42,8

5,9

45,5

(1)

Avena sativa, Chile

7,1

30,9

4,9

55,2

(2)

Cenchrus ciliaris, floración temprana, Tanzania

11,0

31,9

13,2

41,3

(2)

C. ciliaris, floración tardía, Tanzania

7,4

35,2

11,7

44,0

(2)

Chloris gayana, primer corte, Tanzania

3,7

43,5

8,7

42,8

(2)

C. gayana, segundo corte, Tanzania

3,7

42,0

8,7

42,4

(2)

C. gayana, 10 semanas, Tailandia

6,8

36,5

8,6

45,7

(2)

C. gayana, 12 semanas, Tailandia

4,1

38,2

6,7

49,2

(2)

C. gayana, heno, Zimbabwe

4,9

42,2

9,4

43,0

(1)

Cynodon aethiopicus, pre-floración, India

6,4

35,6

6,8

50,6

(2)

C. dactylon, media floración, Venezuela

10,4

27,9

9,9

48,8

(2)

Eragrostis curvula, tallos abundantes, Kenya

6,3

34,5

5,5

51,4

(2)

E. tef, vegetación tardía, Sudáfrica

10,5

34,2

5,3

48,9

(2)

E. tef, maduro, Sudáfrica

8,8

33,1

6,9

50,1

(2)

Hyparrhenia rufa, Brasil

6,5

35,0

17,9

38,3

(2)

Panicum coloratum, Sudáfrica

9,0

36,7

7,9

43,6

(2)

P. maximum, 10 semanas, Tailandia

6,6

35,5

13,2

42,9

(2)

Pennisetum americanum, Sudáfrica

6,6

41,2

10,0

40,9

(2)

Setaria italica, Sudáfrica

7,6

45,1

9,7

35,9

(2)

Sorghum bicolor, Sudán

4,2

32,1

7,9

55,0

(2)

S. sudanense, Sudáfrica

7,3

35,7

8,9

46,1

(2)

Themeda triandra, Uganda (media)

3,3

39,3

8,3

47,9

(2)

T. triandra, Kenya

4,4

40,4

10,3

43,3

(2)

Triticum aestivum, India

5,1

35,1

7,2

51,3

(2)

Notas: PC = proteína cruda; FC = fibra cruda; ELN = extracto libre de nitrógeno; Ref. = fuente de referencia.

Fuentes de referencia: (1) Topps y Oliver, 1993. (2) Tropical Feeds (FAO, 1993).

Cuadro 10. Valor alimenticio del tef (como porcentaje de MS, excepto MOD y EM). Sudáfrica


1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

11

Floración temprana (12)

9,4

1,8

30,4

53,6

5,3

59,29

9,15

61,00

-

-

-

Floración completa (12)

8,6

1,1

36,6

46,5

6,2

57,22

9,00

58,80

-

-

-

Bueno (12)

9,4

2,2

30,4

53,2

5,6

59,50

9,18

61,20

0,37

0,22

1,20

Medio (12)

8,6

2,0

36,6

45,6

4,7

57,50

8,85

59,00

0,37

0,17

0,90

Floración temprana (13)

12,1

1,8

30,4

-

-

61,00

9,10

-

0,37

0,22

1,20

Floración completa (13)

8,6

1,1

36,6

-

-

58,80

8,80

-

0,39

0,17

0,90

Clave: 1 = proteína cruda (PC); 2 = extracto en éter (EE); 3 = fibra cruda (FC); 4 = extracto libre de nitrógeno (ELN); 5 = proteína cruda digestible (PCD); 6 = materia orgánica digestible % (MOD); 7 = energía metabolizable (EM; Mj/kg); 8 = nutrientes digestibles totales (NDT); 9 = calcio (Ca); 10 = fósforo (P); 11 = potasio (K).

Fuentes: (12) Bredon, Stewart y Dugmore, 1987. (13) Department of Agriculture, 1995.

Cuadro 11. Análisis de leguminosas y otros residuos, expresados como porcentaje de la materia seca

Alimento

PC

FC

Ceniza

ELN

Ref.

Tallos de caupí, Nigeria

17,5

24,9

7,8

48,2

(2)

Tallos de maní, Sudáfrica

9,9

21,1

9,3

57,3

(2)

Ramas de guar, India

10,6

23,9

10,6

53,4

(2)

Paja de zulla, Italia

5,8

51,8

7,5

34,6

(2)

Capítulos de girasol, (todo)

12-14

-

-

-

(1)

Ramas de batatas - forraje seco

13,0

-

-

-

(1)

Clave: PC= proteína cruda; FC= fibra cruda; ELN= extracto libre de nitrógeno; Ref. = fuente de referencia.

Fuentes de referencia: (1) Topps y Oliver, 1993. (2) Tropical Feeds (FAO, 1993).

Cuadro 12. Análisis de heno de leguminosas expresado como porcentaje de materia seca

Alimento

PC

FC

Ceniza

ELN

Ref.

Alhagi sp., heno, Pakistán, toda la planta

10,2

28,8

2,42

-

(3)

Alhagi sp., hojas y espinas, Pakistán

10,6

-

-

-

(3)

Arachis hypogaea, Chile

26,2

27,9

11,6

31,6

(2)

A. hypogaea, maduro, Israel

12,8

29,0

8,5

47,8

(2)

A. hypogaea, Zimbabwe

11,1

27,9

19,1

38,7

(1)

Crotolaria juncea, Zimbabwe

13,9

30,8

9,9

30,8

(1)

Cyamopsis tetraglonoloba, heno, India

25,2

13,8

16,5

43,6

(2)

Glycine max, con hojas, Sudáfrica

13,9

35,5

5,5

42,6

(2)

G. max, pocas hojas, Sudáfrica

19,5

23,9

10,6

53,4

(2)

G. max, Zimbabwe

13,4

31,4

7,5

44,5

(1)

Hedysarum coronarium, Italia

13,6

30,0

10,7

43,7

(2)

Lablab purpureus, Sudán

16,6

37,1

9,3

34,1

(2)

Lathyrus sativus, heno, Israel

18,2

30,5

11,1

36,9

(2)

Medicago sativa, floración temprana, Sudáfrica

17,0

38,2

8,7

33,6

(2)

M. sativa, floración media, Sudáfrica

15,4

40,1

8,6

33,8

(2)

M. sativa, Pakistán

20,5

29,6

12,5

36,0

(3)

Trifolium alexandrinum, Pakistán

15,1

30,3

12,0

40,7

(3)

T. alexandrinum, Israel

16,6

26,2

11,1

43,7

(2)

T. alexandrinum, Israel

12,4

36,1

8,6

40,4

(2)

T. pratense, Chile

14,2

28,9

14,6

36,5

(2)

Vicia sativa, Israel

19,0

28,5

-

41,0

(2)

Vigna unguiculata, India

10,6

16,2

13,1

58,3

(2)

V. unguiculata, Sudáfrica

14,4

22,5

9,9

51,1

(2)

V. unguiculata, Zimbabwe

18,2

30,8

7,1

42,4

(1)

Clave: PC = proteína cruda; FC = fibra cruda; ELN = extracto libre de nitrógeno; Ref. = fuente de referencia.

Fuentes de referencia: (1) Topps y Oliver, 1993. (2) Tropical Feeds (FAO, 1993); (3) Estudios de Caso en esta publicación.

Cuadro 13. Análisis de algunas pajas y tallos, expresados como porcentaje de materia seca

Alimentos

PC

FC

Ceniza

ELN

Ref.

Paja de cebada, Kenya

6,0

39,6

9,3

44,5

(2)

Paja de cebada, Iraq

2,5

44,6

17,6

33,9

(2)

Tallos de mijo perla, Pakistán

3,3

40,2

6,8

48,6

(3)

Tallos de mijo perla, India

3,8

37,3

5,9

51,5

(2)

Tallos de mijo perla, Tanzania

4,3

43,6

9,3

41,9

(2)

Paja de mijo africano, India

3,7

36,5

7,5

-

(3)

Tallos de maíz, Zimbabwe

4,2

39,8

7,4

47,1

(1)

Tallos de maíz, India

4,6

32,0

7,1

-

(2)

Paja de avena, Kenya

5,3

38,0

10,2

45,1

(2)

Heno de sorgo, Sudán

4,2

32,1

7,9

55,0

(2)

Tallos de sorgo, India

3,7

41,8

9,4

44,0

(2)

Paja de trigo, India

3,5

-

7,5

-

(2)

Paja de arroz, India

4,0

37,0

18,0

-

(3)

Paja de trigo, Zimbabwe

3,7

-

-

-

(1)

Parte superior de caña de azúcar, India

5,0

32,0

8,5

-

(3)

Parte superior de caña de azúcar, Mauricio

5,9

33,5

8,5

50,3

(2)

Parte superior de caña de azúcar, Zimbabwe

3,1

38,7

8,0

47,1

(1)

Clave: PC = proteína cruda; FC = fibra cruda; ELN = extracto libre de nitrógeno. Ref. = fuente de referencia.

Fuentes de referencia: (1) Topps y Oliver, 1993. (2) Tropical Feeds (FAO, 1993). (3) Estudios de Caso en esta publicación.

Tratamiento de los residuos de los cultivos (y del heno de baja calidad)

El uso de amoníaco o urea para mejorar la digestibilidad de la paja y suministrar algo de nitrógeno ha sido mencionado en el Capítulo IX; estos compuestos además tienen capacidad para actuar como agentes conservantes en los lugares en que el secado es difícil. El mismo proceso puede ser usado con heno de arbustos de baja calidad y el tipo de tratamiento dependerá de las condiciones locales. El tratamiento con amoníaco es adecuado para grandes operaciones en áreas en las que existe un abastecimiento confiable de amoníaco anhidro y la infraestructura de tanques para su distribución; también es adecuado para su uso en zonas templadas donde la descomposición enzimática de la urea es más lenta.

El tratamiento con amoníaco es adecuado para organizaciones cooperativas y comunitarias y donde se usa heno enfardado; esto fue claramente demostrado con la paja del arroz en un caso comunitario en Egipto a inicios de la década de 1980 (Creek, Barker y Hargus, 1984; Barker et al., 1987). Después de varias pruebas y demostraciones se estableció un grupo para el tratamiento de la paja. La paja de arroz es la base de la alimentación de los rumiantes en muchas regiones ya que la paja de trigo es cada vez más escasa y costosa. Los agricultores reunieron sus fardos de paja en grandes pilas cubiertas las que fueron tratadas con amoníaco; una vez que se completó el tratamiento cada agricultor recuperó sus fardos. El amoníaco anhidro es barato, disponible localmente y de fácil transporte; las condiciones climáticas permiten un tratamiento rápido y son tan áridas que una vez tratada la paja no necesita protección.

Los animales se acostumbran a consumir la paja tratada en un período de siete a diez días; se proporciona en forma gradual, mezclado con el forraje que reciben habitualmente. La adaptación es más rápida cuando los animales están acostumbrados a comer paja, y sobre todo si la paja tratada ha sido ventilada por algunas horas antes de ser comida. Tan pronto como los animales se acostumbran a consumir la paja tratada puede ser ofrecida a los mismos sin ventilar. La paja tratada es más palatable y digestible que la paja no tratada, por lo que el tratamiento aumenta el consumo. Este es, por supuesto, el objetivo del proceso, pero en situaciones en las que el abastecimiento total de materia seca es un problema -lo cual es, lamentablemente, un problema serio en algunas áreas- no es sensato aplicar el tratamiento ya que esto será la causa de que las reservas de forraje se consuman antes. Esto es discutible en razón del mejor valor nutricional de la paja, pero en este caso el producto tratado deberá ser racionado cuidadosamente.

Dolberg (FAO, 1995c), indica (Cuadro 14) que los animales pueden consumir un tercio más de paja tratada que de paja no tratada y recomienda las siguientes cantidades:

El tratamiento de la paja es recomendado en los casos en que la paja constituye más de la mitad de la dieta de los animales a causa de la falta de mejores forrajes o cuando se busca mejorar los niveles de producción. Los agricultores a menudo están más interesados en tratar la paja para el ganado que puede dar un retorno inmediato como las vacas lecheras o los animales en engorde.

Cuadro 14. Cantidades de paja no tratada y tratada de acuerdo con el peso vivo

Peso vivo de los animales (kg)

Paja no tratada (kg)

Paja tratada (kg)

100

2,0-2,5

3,0-3,5

200

4,0-5,0

6,0-7,0

300

6,0-7,5

9,0-10,5

400

8,0-10,0

12,0-14,0


Página precedente Inicìo de página Página siguiente