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Estudio de caso 13. ALIMENTACIÓN DEL GANADO EN LA ÉPOCA SECA - UN ESTUDIO DE CASO EN NICARAGUA[10]


Nicaragua está ubicada en América Central entre Costa Rica y Honduras y tiene un área de 130 700 km2. La capital Managua está ubicada a 12°06'N y 86°18'O. En el país se distinguen tres zonas agroclimáticas: del Pacífico, la Central y la Atlántica.

Este estudio se refiere a la zona del Pacífico. Esta zona tiene un área de 28 000 km2 con lluvias anuales entre 600 y 1 800 mm distribuidas en los seis meses que van de mayo a octubre; el 90 por ciento de la zona recibe menos de 1 000 mm de precipitación por año. Los suelos son profundos, derivados de materiales volcánicos, algunas veces con horizontes impermeables. La textura del suelo es típicamente de limos arenosos, excepto en algunas áreas limitadas que son suelos arcillosos. La topografía es caracterizada por terrenos con colinas y formación de cárcavas. La temperatura media anual varía entre 25,5 °C a 1 000 msnm y 28 °C a nivel del mar.

Lámina 62. Precipitación y temperatura en Managua, Nicaragua

La producción ganadera está aún en crisis debido a la influencia de la inestabilidad civil de las décadas de 1980 y 1990. Durante el período 1975 y 1979, la ganadería y sus productos llegaron al 30 por ciento del PNB. En 1975 la población vacuna fue estimada en 2,5 millones de cabezas; en 1997 se estima entre 1,5 y 2,5 millones, pero datos más precisos se encuentran en el censo agrícola de 1997. En la zona del Pacífico, se mantiene el 29,4 por ciento de los animales en el 21,4 por ciento del área nacional. Los animales son por lo general vacunos para todo propósito. No es posible dar una descripción precisa de los animales debido a los varios cruzamientos de las razas indígenas (Criollo) con Pardo, Brahman y en menor grado, Holstein. Algunos parámetros de producción típicos indican: primer ternero a los cuatro años, intervalo entre terneros 18-24 meses, promedio de producción de leche 2,5 l/día -los terneros maman en una teta- para un promedio de ocho meses y una ganancia media diaria de peso de 250-300 g. Las ovejas y las cabras son escasas en la zona del Pacífico.

El sistema de producción es predominantemente mixto, cultivando maíz (Zea mays) y frijoles (Phaseolus vulgaris) para el consumo doméstico; el exceso de producción se vende en el mercado local. Otros cultivos importantes son el sorgo (Sorghum bicolor) para la industria avícola y el sésamo (Sesamum indicum) como producto de exportación. En los últimos años los grandes productores han empezado a cultivar soja (Glycine max) para extracción de aceite y maníes (Arachis hypogaea) para la exportación. Un pequeño productor típico tiene por lo general menos de cuatro hectáreas; un productor de tamaño medio posee entre cinco y 40 ha; con más de 40 ha son considerados grandes productores.

La producción animal es un componente importante del sistema de producción de los pequeños y medianos productores de la zona del Pacífico. Los bueyes son el grupo más importante ya que son usados en las áreas rurales para transportar leña y extraer agua de más de 100 m de profundidad; además son la fuerza tiro esencial para la agricultura de los pequeños productores arando, sembrando, escardando, cosechando y transportando la cosecha. Los animales lecheros se mantienen en las pequeñas fincas para la producción de leche y otros derivados lácteos como crema, manteca y queso fresco (cuajada) para consumo doméstico. Las fincas de tamaño medio con más de 20 ha y más de 10 animales, en el caso de ser especializadas en lechería, venden leche fresca, productos lácteos y algunas veces animales vivos.

Los alimentos predominantes para los animales son pasturas y árboles forrajeros (García Guillén, 1996). Los animales se mantienen todo el año en pasturas naturales dominadas por especies nativas que incluyen el aceitillo (Aristida jorrulensis), zacate torcido (Heteropogon contortus), zacate rosado (Rhynchelytrum roseum), pasto Bahía (Paspalum notatum), pata de gallina (Eleusine indica), pasto ilusión (Panicum trichoides), pasto Bermuda (Cynodon dactylon) y pendejuelo o salea (Digitaria sanguinalis). Desde la década de 1980 se han sembrado praderas mejoradas con Andropogon gayanus, pasto estrella (Cynodon nlemfluensis) y pasto elefante (Pennisetum purpureum) en los suelos limoso-arenosos, y con pasto Angleton (Dicanthium aristatum) en los suelos arcillosos. En menor medida los productores más avanzados están utilizando un híbrido de Pennisetum purpureum × P. typhoides y la caña de azúcar (Saccharum officinarum) como forraje cortado para la estación seca. Entre los árboles forrajeros, el jícaro (Crescentia alata) en las pasturas sobre tierras arcillosas es altamente apreciado por sus frutos en la estación seca. Las plántulas de los árboles de jícaro son por esta razón volcadas y protegidas ya que los animales son responsables por la difusión de sus semillas.

La práctica de plantar árboles para forraje no se utiliza. El uso de árboles forrajeros es limitado; los agricultores ocasionalmente se benefician de las hojas y los frutos de árboles como el guanacaste blanco (Albizia caribea), el guanacaste negro (Enterolobium cyclocarpum), el guácimo de ternero (Guazuma ulmifolia) y el genízaro (Samanea saman). Dos árboles nativos que tienen un gran potencial como especies forrajeras con un contenido de proteínas de 18 a 28 por ciento son Leucaena sp. y el madero negro (Gliricidia sepium); son, sin embargo, poco usados para la alimentación animal.

La alimentación en la época seca es para el manejo de la sobrevivencia; se estima que en ese período los animales pierden 50 por ciento del peso que ganaron durante la época de lluvias. Los principales alimentos animales durante la época seca son los residuos como paja, residuos de cultivos y cáscaras de maíz y sorgo. Dependiendo de las lluvias y de las prácticas agronómicas se producen entre dos y tres toneladas de tallos en los cultivos de maíz y sorgo. Los productores que tienen más animales de los que puede mantener su propia tierra alquilan tierras de pastoreo adicionales pagando un equivalente de $EEUU 0,05 por animal/día, hasta $EEUU 0,10 en los períodos de extrema escasez de alimentos, cuando comienza la estación de las lluvias, después de la tercera semana de mayo. Si bien quedan muy pocos restos en el campo después de la cosecha de la soja y el maní, estos campos también son alquilados para el pastoreo animal. Los residuos de soja son apreciados por los productores ya que aumentan la producción. Los productores procuran dar sales a sus animales a fin de estimular su sed y obligarlos a beber agua y resistir a las altas temperaturas.

Los animales también son alimentados con la parte superior de la planta de la caña de azúcar y con melazas de las prensas tradicionales de caña. Las cáscaras de los maníes se obtienen en las aceiteras y se dan al ganado después de regarlas con melazas diluidas con agua. Un complemento alimenticio local de alta calidad es el fruto del jícaro. Durante la estación seca se recolectan los frutos, se dejan madurar y después se rompen para dar la pulpa y las semillas al ganado seleccionado: vacas lecheras, animales débiles y terneros destetados.

También existe la práctica tradicional del cultivo guate, un forraje de maíz o sorgo para la temporada seca. En los suelos livianos limosos-arenosos se usa comúnmente el maíz mientras que en los suelos arcillosos el sorgo está mejor adaptado. El cultivo se siembra al final de la época de las lluvias, en septiembre u octubre, para aprovechar las últimas lluvias o en otros casos el cultivo crece sólo con la humedad residual del suelo. El suelo se prepara con tractor, arado y rastra y se siembra al voleo o en surcos. Se usan densidades de siembra muy altas, de 60 a 120 kg/ha, tanto para maíz como para sorgo, para evitar que las plantas tengan tallos gruesos. Este forraje produce entre 5 000 y 10 000 kg/ha de materia seca, considerando un porcentaje de materia seca de 90 por ciento ya que ha sufrido un prolongado período de secado en el campo. Después de 90-120 días -en diciembre o enero- el cultivo se arranca con las raíces y se deja secar en el campo por una o dos semanas; el material entonces se recolecta en manojos que se atan con sus mismas hojas y tallos. Cada manojo pesa entre 2 y 3 kg y se depositan cerca de la casa, a veces alrededor de un poste en un lugar sombreado o al aire libre; durante la estación seca no se usa ningún tipo de protección contra el sol. Si es posible este forraje se mantiene hasta marzo o abril cuando se empieza a usar para los animales más débiles o los terneros destetados o para mejorar la condición de los bueyes. Este forraje es usado sobre todo como un complemento y se da a los animales durante la estación seca a última hora de la tarde, en el corral, después que los animales regresan de pastorear los residuos de los cultivos.

La deficiencia de proteínas en los forrajes es muy evidente durante la estación seca y también en parte de la estación lluviosa. Los concentrados no son usados en razón de su alto precio: $EEUU 22/100 kg mientras que la leche es pagada $EEUU 0,25/litro al productor y $EEUU 0,35 al consumidor en las ciudades.

El tratamiento de la paja ha sido ensayado en escala piloto por algunos proyectos. Los costos están alrededor de $EEUU 0,80/kg para el fertilizante nitrogenado y $EEUU 2,00 para el plástico, necesarios para tratar 100 kg de paja. Los bloques de urea y melaza también han sido ensayados en escala piloto y sus ingredientes cuestan $EEUU 13.


[10] Basado en material cedido por Pascall Eleegert

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