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Estudio de caso 12. PRODUCCIÓN DE HENO DE ALFALFA POR PEQUEÑOS PRODUCTORES EN EL CHACO, REGIÓN SEMIÁRIDA DE LA PROVINCIA DE SANTIAGO DEL ESTERO, NOROESTE DE ARGENTINA[9]


La provincia de Santiago del Estero está ubicada en el centro del Chaco semiárido, en el noroeste de la Argentina; tiene un clima variable entre y dentro de los años debido a las lluvias erráticas. La precipitación disminuye del este hacia el oeste; la media anual de lluvia es de 716 mm (alta 1 008 mm, baja 455 mm), concentrada en los meses de verano, de octubre a abril. Los veranos son cálidos y húmedos y los inviernos son fríos y secos. El balance de evaporación/precipitación es negativo durante todo el año (Lámina 60). Los suelos son susceptibles a la erosión hídrica y eólica pero no presentan deficiencias minerales y el fósforo y el calcio se encuentran en niveles adecuados.

Los bosques naturales comprenden especies xerofíticas, incluyendo varios árboles: quebracho blanco (Aspidosperma sp.), quebracho colorado (Schinopsis sp.), Prosopis nigra, P. alba y Ziziphus mistol; arbustos como Acacia aroma, Celtis spinosa, Cercidium australe, Capparis sp., Schinus molle, y otros; gramíneas como Setaria sp., Trichloris sp., Digitaria sp. y Pappophorum sp., y dicotiledóneas como Justicia squarrosa y Wissadulia densiflora. La vegetación nativa es una importante fuente de forraje para el ganado vacuno y las cabras las cuales comen las hojas, los brotes y los frutos. La cantidad y la calidad del forraje son mejores en el verano.

Lámina 60. Precipitación y evapotraspiración potencial (ETP) (promedio 1934-1990) en Nueva Esperanza, departamento Pellegrini, Santiago del Estero, Argentina

Cuadro 36. Número de productores por tipo y zona de producción

Tipo

Río Dulce

Río Salado sur

Río Horcones

Río Salado norte

Total

Pequeños productores

850

600

400

700

2 550

(< 5 ha)






Medianos productores

20

100

-

-

120

(6-50 ha)






Grandes productores

30

-

-

-

30

(> 50 ha)






Total

900

700

400

700

2 700

Las principales actividades productivas en Santiago del Estero son la cría de ganado, la explotación forestal para carbón, postes y durmientes para vías de ferrocarril y la agricultura con la siembra de algodón, maíz, soja, porotos (frijoles) y alfalfa, cultivados con o sin riego. La alfalfa se produce en varias partes de la provincia y los productores aplican distintas tecnologías, sobre todo a lo largo de los ríos Dulce y Salado. En todas las áreas se trata de pequeños productores.

El área de estudio

El área está situada a 26°15'S y 64°10'O, departamento Pellegrini, provincia de Santiago del Estero. Está alejada de grandes ciudades como Santiago del Estero (240 km) y Tucumán (140 km) y de la provincia de Salta (100 km); caminos rurales unen el área con esas ciudades. La población más importante del área es Nueva Esperanza que cuenta con servicios: escuelas, sistema cloacal, agua corriente, electricidad y comercios. El resto del área no cuenta con agua corriente y sólo hay algunos pozos con agua de pobre calidad para consumo humano o animal. Estos pozos abastecen de agua a los productores, especialmente en invierno. Muchas fincas rurales tienen cisternas o pozos donde se recolecta el agua de lluvia o de los pozos.

Descripción de los sistemas de los pequeños productores

Tipos de productores

En el área hay más de 400 pequeños productores, aproximadamente 200 de los cuales están organizados en diez grupos y son miembros de este proyecto dirigido a fortalecer su organización y la productividad de sus explotaciones. La familia rural está por lo general encabezada por el hombre, que a menudo es la única fuente de sustentación. Muchos hombres (66 or ciento) tienen más de 40 años de edad (Cuadro 37) ya que emigran cuando son muy jóvenes y vuelven a su lugar de origen a esta edad. Para suplementar las ganancias y satisfacer sus necesidades los pequeños agricultores trabajan en otras provincias como Salta o Tucumán cosechando porotos o caña de azúcar o en grandes establecimientos. En algunos períodos no hay hombres en el área ya que están trabajando fuera de la misma; las mujeres y los niños cuidan los cultivos y los animales domésticos y trabajan pequeñas parcelas de hortalizas para el consumo familiar. Las familias en promedio tienen cinco hijos, pero el 50 por ciento de las familias tiene seis hijos. Estos niños son la fuerza de trabajo familiar hasta que llegan a los 15 años, cuando por lo general abandonan la casa paterna.

Cuadro 37. Edad de los productores y número de hijos de las familias en el caso en estudio

Edad en años

%

Número de hijos

%

20 - 40

34

0 - 3

25

41 –-60

66

4 - 6

75

Tamaño de la muestra: 78 familias

La casa rural, conocida como rancho, se construye con materiales locales como madera de Prosopis o Schinopsis con paredes de adobe. Muchos productores, sin embargo, han comenzado a construir casas modernas usando bloques de concreto con techos de hormigón o de metal galvanizado; la cocina y el baño por lo general están separados del resto de la casa.

Todos los productores son propietarios de la tierra. Muchos productores poseen seis hectáreas pero de las cuales sólo 2,5 ha o menos son productivas. Sólo la parte cultivada está cercada; el resto de la tierra está abierta y se transforma en un área de pastoreo comunal. Las pasturas naturales, en ausencia de cualquier tipo de manejo del ganado, están en malas condiciones y tienen una baja producción de forraje y un tiempo muy limitado para su recuperación.

Cuadro 38. Distribución del área total y del área cultivada por productores

Área total de la finca (ha)

%

Área cultivada (ha)

%

<5

62

<1

12

5 - 10

31

1 - 4

77

>10

7

>4

11

Tamaño de la muestra: 78 familias

Cuadro 39. Distribución del área cultivada y porcentaje de productores

Alfalfa

%

Maíz

%

< 0,5 ha

37

< 0,5 ha

31

0,5 - 2 ha

49

0,5 - 2 ha

55

2 - 4 ha

14

2 - 4 ha

14

Tamaño de la muestra: 78 familias

El INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) está tratando de mejorar esta situación colocando en esas áreas cercos eléctricos, estableciendo áreas prohibidas para los animales, sembrando pasturas subtropicales -sobre todo gramíneas- y manejando la población animal. Las tierras arables se obtienen de las tierras forestales y la subsecuente preparación y cultivo con los implementos de los agricultores. Sin embargo, la preparación de la tierra no es correcta debido a problemas de nivelación del suelo que prevalecen incluso después de varios años de cultivo. Cuando se resuelva este problema será posible hacer un mejor uso del agua de riego y disminuir su tiempo y su costo. Los agricultores siembran entre 0,5 y 4 ha de alfalfa, con un promedio de 1 ha. El resto de la tierra arable se destina a la producción de maíz, zapallos (calabazas), melones y sandías (Cuadro 39).

El maíz es el cereal más importante (Figura 61) y su producción se basa en variedades regionales con muy escasos insumos técnicos. Los ingresos son bajos ya que los rendimientos no superan 1 t/ha. La producción está destinada al consumo familiar y al ganado; cualquier exceso de producción se vende o se trueca. Los tallos de maíz son usados como forraje. El maíz es cultivado por todos los productores del área por lo que el mejoramiento de su productividad podría tener un impacto significativo en la economía de la misma. La tecnología debe estar orientada a mejorar los rendimientos de grano por medio de nuevos cultivares y de un mejor manejo, considerando especialmente el uso de los residuos de los cultivos y la incorporación de materia orgánica al suelo.

Lámina 61. Distribución del área de alfalfa y maíz por número de productores

La mayor parte de los productores (78 %) tienen caballos para transporte y para trabajo y también crían cerdos (79 %). Se ha observado un incremento en el número de aves de corral y en menor medida de vacunos (44 %), cabras (26 %) y ovejas (18 %). La dieta básica de estos animales proviene de tres fuentes: alfalfa, residuos de cultivos -sobre todo maíz- y pasturas naturales. Dado que los caballos se mantienen cerca de la casa para su utilización para transporte y trabajo, son alimentados con alfalfa fresca o seca, residuos de maíz y algunas veces con forrajes de praderas naturales. Las parcelas agrícolas son las únicas que están cercadas y el resto del campo está abierto. Los cerdos son alimentados con alfalfa fresca y maíz y ocasionalmente con forraje de árboles y residuos. Se mantienen encerrados durante la parición y la cría de los lechones. Los vacunos, las cabras y las ovejas (para carne) se alimentan sobre todo en las praderas naturales.

La labranza se hace básicamente con animales -caballos o mulas. Se usan arados y rastras simples y otras herramientas manuales para cortar y rastrillar. Algunos productores de la región tienen maquinaria como tractores y rastras que pueden ser alquilados a otros productores que pagan el trabajo por superficie trabajada. El gobierno provincial ofrece la alternativa de contar con estaciones mecanizadas, las que proporcionan servicios a los agricultores que pagan sólo el combustible, ya que el personal y el mantenimiento son financiados por el gobierno.

El sistema de riego es antiguo, basado en agua que algunos productores derivan del río Horcones por medio de canales; los otros agricultores pagan una tasa por el uso del canal. El riego es posible cuando el río tiene suficiente agua, lo que ocurre por lo general en la época de lluvias cuando las necesidades de riego son menores. Durante el verano el agua disponible es insuficiente por lo que debe ser tomada más al norte en las zonas de El Mojón o La Fragua con el consiguiente incremento de los costos estimados entre $EEUU 2-3 por hora; el tiempo necesario para regar una hectárea es de 6 a 16 horas, dependiendo del volumen de agua. En razón de los altos costos, los productores en los lugares más alejados no tienen acceso al riego debido a la distancia entre el origen del agua y sus parcelas, cerca de 30 km. Durante la estación de las lluvias la calidad del agua es buena si bien tiene sedimentos; su calidad decrece en los meses secos ya que aumenta la concentración de sales, pero su calidad es aún en estos casos aceptable para los cultivos.

La disponibilidad de riego es una limitación importante para la producción ya que la misma no es permanente y su manejo aún está en manos de grandes productores. Para resolver esta situación es necesario un esfuerzo integrado entre el gobierno provincial y los productores y construir un canal de mayor capacidad; esto permitiría el uso de mayores volúmenes de agua en el momento de alta demanda por parte de los cultivos. El sistema debería ser operado por grupos de productores.

Alfalfa

Es el principal cultivo desde el punto de vista de los ingresos familiares, proporcionando alimento para la mayor parte de los animales domésticos. En rotación con otros cultivos como el maíz y las cucurbitáceas mejora la disponibilidad de nitrógeno en el suelo.

La preparación del suelo para la siembra se inicia con una pasada de rastra; este servicio cuesta de $EEUU 35 a 40/ha. Frecuentemente, durante los períodos de alta demanda hay escasez de equipos para prestar este servicio lo que dificulta la preparación del suelo para la siembra. Muchas veces el trabajo no es satisfactorio ya que se hace sólo a 10 cm de profundidad dejando terrones y malezas como Cynodon dactylon y Sorghum halepense, por lo que los productores deben hacer la preparación final del terreno con rastras de dientes.

La densidad de siembra varía entre 25 y 40 kg/ha; la cantidad excesiva de semillas usadas en la siembra se debe a la baja calidad genética y física de las mismas. La semilla es producida por los mismos productores en los campos de heno. La siembra es manual, al voleo, y se cubre con una rastra de ramas tirada por caballos. Alrededor del 80 por ciento del área es sembrada con el ecotipo Saladina (Creole). No es resistente a áfidos y presenta un período de latencia. Su productividad es buena pero su calidad es baja debido a la alta relación tallo: hojas.

Después de la siembra las parcelas se riegan para permitir la germinación de las semillas y un rápido establecimiento del cultivo. Son necesarias por lo menos dos horas de riego en razón de la mala nivelación del terreno, los defectos en la siembra y los bajos volúmenes de agua.

La cosecha del forraje es manual usando machetes u hoces. Las plantas se cortan por lo general cerca del suelo para controlar las malezas y renovar la corona. Este tipo de cosecha no tiene en cuenta el rebrote desde la base. Son necesarios cuatro a cinco días para la cosecha de una hectárea y un día adicional para dar vuelta el material cortado y asegurar su secado, un trabajo tedioso y cansador. Algunos productores usan un rastrillo de mano con dientes de 30 cm de largo parajuntar el forraje cortado en hileras. El forraje seco se carga en un carro largo y angosto o zorra, y se lleva bajo techo para finalizar el secado. Cada año se hacen ocho cortes.

La peste principal de este cultivo es Aphasia sp.. Si bien se aplican las cantidades recomendadas, hay errores en la calibración y en la distribución del pesticida cuando se asperja dentro del lote. La fauna benéfica no es reconocida por los agricultores y no es respetada cuando se aplican insecticidas. La arañuela roja puede ser una peste seria en condiciones secas y de altas temperaturas y se controla con el mismo insecticida que Aphasia sp..

Los fardos se hacen por lo general en forma artesanal. Se usan cajas sin fondo, de madera de algarrobo (Prosopis juliflora) que se colocan en el suelo con cordeles de plástico para atar los fardos; se agrega el heno, se comprime y se ata el fardo que pesa entre 8 y 14 kg. La producción de fardos de alfalfa es variable durante el año. En los meses de primavera y verano se producen 150 fardos en el corte de una hectárea pero en el resto del año se obtienen sólo cerca de 80 fardos. La producción media anual se estima en 920 fardos/ha. En razón de la variabilidad del peso de los fardos es difícil estimar la cantidad de materia seca producida por hectárea.

La calidad del heno por su color y su contenido de humedad es considerada buena gracias al tipo de trabajo que hacen los productores. Después del corte el forraje no permanece más de 24-36 horas en el campo, cuando es llevado bajo techo y continúa su secado hasta que se alcanza el contenido de humedad adecuado para enfardar. El forraje mantiene un color verde oscuro y un alto porcentaje de hojas. El color verde del heno, el contenido de hojas, el secado y la ausencia de malezas son los parámetros cualitativos que se aplican en la comercialización.

Los fardos se venden a comerciantes de Salta y Tucumán a un precio comprendido entre $EEUU 0,80 y 3,00. Los precios más bajos se deben a un exceso de oferta en los meses de verano; en ese momento la producción es alta y hay baja demanda, lo que se agrava por el hecho que los agricultores necesitan dinero en efectivo y hay escasez de depósitos para almacenamiento, lo cual los fuerza a desprenderse de la producción.

Asistencia técnica

La asistencia técnica referida tiene los siguientes objetivos:

mejorar la producción de alfalfa por medio de prácticas adecuadas de manejo del cultivo, incluyendo nivelación del suelo, época de siembra, determinación del momento de corte y sistemas de cosecha;

introducir variedades mejoradas, más productivas y resistentes a pestes y enfermedades; esto incluye identificación de enfermedades, pestes e insectos benéficos, métodos de control y productos específicos y establecimiento de dosis y procedimientos de aplicación;

consolidar la organización de los grupos y motivarlos y fotalecerlos para desarrollar actividades integradas, incluyendo análisis de los problemas y sus soluciones, compra y venta de productos y presentación de solicitudes conjuntas para solucionar problemas regionales a nivel de los gobiernos locales y regionales.

Las actividades para satisfacer esos objetivos incluyen reuniones y visitas personales donde se consideran aspectos socio-organizativos y técnicos de la producción. Además, hay sesiones de capacitación ofrecidas por expertos sobre temas específicos.

Para ayudar a la consolidación de las organizaciones de grupos también se utilizan los servicios de otras organizaciones similares bajo la forma de una Federación de Grupos. Estas reuniones en su conjunto consideran aspectos comunes de los problemas regionales y tratan de sugerir soluciones. La capacitación relacionada con los problemas socio-organizativos es responsabilidad de los técnicos del Programa Social de Ganadería, un programa dentro de la órbita de la Secretaría de Agricultura, Pesca y Alimentación. Esta organización ha persuadido a la Federación de Grupos a considerar los problemas del riego. Otro tema propuesto a los Grupos ha sido la comercialización conjunta de los fardos de alfalfa como defensa contra las fluctuaciones de precio: cuando los precios son bajos, los fardos se almacenan en depósitos comunales y los productores reciben el precio de mercado; más adelante, cuando los precios aumentan los fardos se venden y los productores reciben la diferencia. Para iniciar este proceso el Programa prestó dinero para la construcción del depósito y para establecer un fondo de capital destinado a pagar los precios bajos del mercado. Los compromisos de los productores hacia el Grupo consisten en pagar los préstamos, en entregar parte de sus fardos al sistema y en contribuir con un porcentaje de sus ventas para mantener el fondo de capital.

Para apoyar las actividades de capacitación sobre aspectos técnicos se establecieron parcelas demostrativas en tres pequeños lotes de productores; se usaron los cultivares Cuf 101, INTA Salter y otros. El interés de los productores es la observación y comparación de los resultados de los ensayos y el comportamiento de esas variedades con la Creole. También se demuestran algunas técnicas de manejo recomendadas para el manejo de los cultivos de alfalfa, tales como:

nivelación de las parcelas de siembra usando niveladoras sencillas (tubos) y el uso de implementos simples y la tracción animal;

preparación temprana de la tierra siguiendo un largo período de barbecho, para controlar las malezas y mejorar las camas de semillas;

siembra en la fecha correcta en otoño -mediados de marzo a mediados de mayo; la mejor fecha es en abril, dadas las buenas condiciones de temperatura y humedad que aseguran una rápida germinación, emergencia y establecimiento del cultivo además de encontrar menos competencia de las malezas;

siembra en líneas a 12-15 cm usando una sembradora de tracción animal;

cortes programados de acuerdo al rebrote basal o al 10 por ciento de la floración;

observación de la reducción de la población de plantas en los diversos años;

reconocimiento de los insectos benéficos -parásitos y predatores de pestes- tales como coccinélidos, microhimenópteros, carábidos, himenópteros y dípteros; y

uso correcto de pesticidas específicos.

En esas parcelas experimentales la comparación entre el cultivar Creole y los otros cultivares se lleva a cabo durante todo el año. Estas comparaciones incluyen la relación hoja: tallo, varios análisis químicos incluyendo fibra (FDA, FDNa), proteína cruda (% PC) y digestibilidad in vitro. Los técnicos de la Estación Experimental Santiago del Estero del INTA están a cargo de la capacitación de los productores y de las parcelas experimentales.

Economía de la producción de alfalfa

Los estudios están basados en los costos de establecimiento, en los costos de producción y en las ganancias brutas de los cultivos para heno. Para calcular los costos se usaron las características del sistema de producción que se describen en el Cuadro 40. Para analizar los costos fueron considerados todos los gastos de los productores así como el costo de los servicios de maquinarias o los salarios de los operarios contratados.

Cuadro 40. Parámetros del sistema de producción de alfalfa

Rendimiento anual

920 fardos/año

Cortes por año

8

Rendimiento en primavera–verano

150 fardos/ha

Rendimiento en otoño–invierno

80 fardos/ha

Peso medio de los fardos

14 kg

Precio medio de venta de los fardos

$EEUU 1,53

Vida del cultivo

4 años

Los costos fueron divididos en costos de establecimiento y costos de producción. Los primeros incluyen los gastos de preparación de suelos -costos de los servicios- riego y semillas. Estos son amortizados en cuatro años, o sea el período considerado de vida útil del alfalfar. En los costos de producción se incluyen todos los gastos relacionados con el manejo de los fardos, protección del cultivo y riego. Los costos más altos fueron la mano de obra para el corte, el rastrillado y el enfardado. El contrato de operarios ocurre principalmente cuando los productores están trabajando en otras regiones. El análisis del sistema se presenta en el Cuadro 41.

El margen bruto anual por hectárea es aceptable para los productores cuando se lo compara con otras alternativas productivas en la región. El precio de los fardos es alto comparado con los precios de otras regiones, pero estos últimos pesan 20 kg. Cuando se considera el margen bruto relacionado con los días que el productor trabaja en el cultivo de alfalfa, este es 40 por ciento más alto que el salario diario que recibe cuando trabaja fuera de su finca. El principal ingreso del productor proviene de la venta de fardos, el que es suplementado con el trabajo fuera de su finca en otras provincias. Algunas veces la venta de productos animales como cabritos, aves de corral o huevos aumenta el ingreso familiar. Los niveles de consumo subsistencial son prevalentes en muchas familias.

Cuadro 41. Costos y ganancias en la producción de alafalfa



A – costo total ($EEUU/ha)

B – días de trabajo por productor

1.

Costos de establecimiento (disqueado, semillas, riego y trabajo de regado)

161

8


Costos de establecimiento en base anual (A o B amortizados en cuatro años)

40,25

2

2.

Costos de producción (riego, pesticidas, corte, rastrillada, trasporte a depósito, hilo enfardar, enfardado, alimento caballo de trabajo)

600,90

53

3.

Costos directos totales (1+2)

641,15

55

4.

Ganancia bruta total

1 407,60

-

5.

Margen bruto (4 -3) $EEUU/ha año

766,45

-

6.

Equivalente día de trabajo (5/3B) ($EEUU/dt)

-

13,94

Conclusiones

Este proyecto INTA-SAP está dirigido al mejoramiento del nivel de vida de los productores. Este objetivo será alcanzado si hay un esfuerzo conjunto entre los productores y las instituciones gubernamentales. El proyecto se inició en 1995 y ya ha hecho importantes avances en la organización de los productores (agrupación, análisis y soluciones a problemas comunes, comercialización) y para mejorar el cultivo de la alfalfa. Todavía persisten varios aspectos a dilucidar pero la única forma de hacerlo es fortaleciendo las relaciones entre los productores y los técnicos. En este proceso no se ha impuesto ningún elemento: ha comenzado con una evaluación de los problemas de los productores, una proposición por parte de los técnicos para resolver esos problemas y la búsqueda de apoyo financiero como préstamos en efectivo o subsidios. Los productores han comprendido que solamente con un esfuerzo conjunto podrán tener éxito; han formado grupos de trabajo, se han capacitado y han puesto de lado los aspectos personales. Al mismo tiempo los técnicos han aprendido a comprender los procesos de los productores y a respetar sus conocimientos empíricos resultantes de muchos años de acumulación diaria de experiencias. Claramente, no es una tarea fácil, pero el camino se ha iniciado y difícilmente se volverá atrás.


[9] Estudio de Caso preparado por Héctor Eduardo Pérez, INTA, Santiago del Estero.

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