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CUESTIONES ECONÓMICAS Y NORMATIVAS RELACIONADAS CON EL DESARROLLO DE PLANTACIONES FORESTALES

En la presente sección se ofrece una sinopsis de algunas de las principales cuestiones y variables que determinan si, y dónde, se llevarán a cabo inversiones en las plantaciones forestales. Se presenta un amplio análisis comparativo de diferentes mecanismos económicos, estructuras de incentivos y políticas relacionados con las plantaciones forestales en el mundo, junto con un examen de las principales razones para que los gobiernos estimulen el desarrollo de plantaciones forestales. El análisis explora además algunos de los desafíos económicos que plantea el establecimiento de plantaciones forestales como el riesgo, el tamaño y ubicación más viables, y los asuntos relacionados con el costo y los precios.

Las pautas futuras de inversión en las plantaciones forestales por el sector privado (esto es con exclusión de la plantación realizada directamente por el estado) dependerán en gran medida de la ventaja comparativa. Sin embargo, al considerar esta ventaja, es preciso hacer dos tipos de comparaciones generales:

una comparación entre países (es decir, ¿cuáles son los países que parecen ofrecer las mejores condiciones para la inversión en plantaciones forestales?); y

una comparación entre las inversiones en plantaciones y otras formas de inversión en cada país (es decir, ¿cómo puede compararse la inversión en una plantación con, p. ej., la inversión en la bolsa de valores local?).

Para la primera de estas comparaciones es imprescindible formular consideraciones relativas a la tasa de crecimiento relativa de las plantaciones; la eficiencia de conversión de la madera extraída y los productos; las economías de escala; y los costos y precios relativos. Para la segunda, en cambio, quizá sean más pertinentes consideraciones de índole económica más general, como los beneficios globales de las inversiones en plantaciones forestales, los riesgos de inversión, y la liquidez. Estos temas se describen y examinan más abajo con mayor detenimiento.

Con toda seguridad, las estructuras de los incentivos desempeñarán un papel significativo para determinar dónde reside la ventaja comparativa. Así pues, en el análisis se examina también a los países en los que la intervención gubernamental (bien sea en forma de plantación directa por el sector público o incentivos al sector privado para la plantación) es responsable de gran parte del aumento de las dimensiones de las plantaciones. Se analiza además la función que las plantaciones podrían desempeñar para atender las obligaciones de los países en materia de reducción de las emisiones de carbono con arreglo al Protocolo de Kyoto , y el efecto que ello podría acarrear en las perspectivas futuras.

La principal finalidad de la presente sección es proporcionar, desde una perspectiva analítica, una lista de variables que determinan las razones por las que las plantaciones se establecen (o no) en determinados países. Con ello se persigue ayudar a los países a identificar las variables que ejercen una fuerte influencia en el desarrollo de plantaciones forestales de manera que intenten influir en ellas mediante sus políticas forestales y otras políticas públicas.

 

¿Por qué es necesario plantar árboles?

Antes de realizar un análisis detallado, es importante hacer presente que existen muchas razones para plantar árboles, que a menudo difieren según se encargue de ello el sector público o el privado.

Motivaciones del sector privado para la plantación de árboles

En general, la motivación primordial para que el sector privado efectúe la plantación de árboles es la generación de beneficios financieros a partir de las inversiones (si bien en algunos casos también son importantes factores no relacionados con el mercado). Los beneficios que se derivan de la plantación pueden ser directos, como los ingresos originados por la venta de madera rolliza, o de carácter más indirecto, como los que se mencionan a continuación:

el beneficio de contar con un suministro de madera seguro para el funcionamiento de una instalación de elaboración de la madera;

una mayor seguridad de tenencia de la tierra (en los casos en que la inversión en tierras forestales dé lugar a algún tipo de derecho de utilización de la tierra a largo plazo); o

la seguridad financiera que otorga poseer un activo tangible como una plantación forestal.

En algunos casos, los incentivos estatales (p. ej. las donaciones y subvenciones gubernamentales o regímenes fiscales favorables para el desarrollo de plantaciones forestales) conforman una porción considerable de los beneficios financieros conexos con las inversiones en plantaciones forestales.

Cabe destacar asimismo que las razones para plantar árboles pueden variar de acuerdo con los diversos inversionistas del sector privado. Por ejemplo, muchos inversionistas individuales (en especial en las áreas rurales de Europa) perciben las plantaciones como una especie de cuenta de ahorros. Invierten directamente en el establecimiento de plantaciones, a veces jóvenes, que puedan manejar con un bajo nivel de intensidad y las explotan en el momento o a medida que necesitan ingresos adicionales. El tipo de ordenación aplicado a estas plantaciones con frecuencia no sigue criterios económicos estrictos, y podría dar lugar a un aprovechamiento no encaminado a la consecución de beneficios comerciales (p. ej. con fines de caza o esparcimiento). A menudo ello se traduce en una explotación maderera de baja intensidad y el uso de rotaciones prolongadas.

Por otro lado, los inversionistas empresariales tienden a perseguir beneficios financieros más cuantiosos, inmediatos y estables. Suelen manejar sus plantaciones más intensamente y utilizar criterios económicos para determinar la duración óptima de las rotaciones y adoptar decisiones en materia de silvicultura. Asimismo, a menudo desarrollan una cartera de plantaciones de edades diferentes que generen un suministro relativamente estable de madera rolliza y, en consecuencia, ingresos. Todo esto lo llevan a cabo mediante la plantación o la adquisición de plantaciones ya establecidas.

 

Motivaciones de los gobiernos para respaldar la plantación de árboles

Los gobiernos apoyan el desarrollo de plantaciones forestales tanto directamente, por medio de la plantación por conducto de empresas forestales estatales, como indirectamente, con la concesión de donaciones, subvenciones u otros incentivos al sector privado para la plantación de árboles. La principal diferencia entre las motivaciones de los gobiernos y las del sector privado es que los primeros con frecuencia incorporan consideraciones no financieras en sus decisiones.

En términos de los beneficios económicos derivados del desarrollo de plantaciones forestales, los gobiernos pueden apoyar este desarrollo por razone puramente financieras, pero a menudo lo hacen en vista de beneficios económicos más amplios. Tal es el caso del apoyo al desarrollo de plantaciones que puede tener por finalidad la promoción de una industria forestal, a nivel nacional o en determinadas regiones. O también la creación de una masa de plantaciones que despierte el interés del sector privado hacia la realización de inversiones propias.

Los gobiernos también apoyan el desarrollo de plantaciones con miras a generar beneficios sociales y ambientales. De hecho, los gobiernos a menudo indican tales objetivos como la principal razón de su respaldo. La creación de oportunidades de empleo, en especial en las áreas rurales, es una importante razón social utilizada para justificar la financiación del establecimiento de plantaciones forestales. En Europa, se estimula dicho desarrollo a fin de sustraer tierras agrícolas a la producción. (objetivo que puede apoyarse sobre bases económicas, sociales y ambientales). Otra motivación de los gobiernos es la generación de beneficios no comerciales, a saber: protección de cuencas hidrográficas; mejoramiento del paisaje; retención del carbono; facilitación de oportunidades de recreación al aire libre; y regeneración o rehabilitación de tierras. En los casos en que prevalecen estos objetivos, el modo de establecer y manejar las plantaciones indudablemente presenta marcadas diferencias respecto de una plantación de propiedad privada.

 

Factores subyacentes que determinan la ventaja de un país en relación con el desarrollo de plantaciones forestales

Se han formulado diversas teorías para tratar de explicar por qué algunos países obtienen mejores resultados que otros en las diversas esferas económicas (es decir que cuentan con una especie de "ventaja" respecto de los demás en esos sectores). Según dichas teorías, la ventaja competitiva y la ventaja comparativa determinarán a largo plazo el nivel de éxito de un país en relación con un sector determinado. Merece por lo tanto la pena examinar lo que plantean esas teorías por lo que se refiere al desarrollo de plantaciones forestales en el mundo.

Ventaja natural

El factor de fondo (y de más fácil comprensión) en el que se basa el éxito de un país en un sector dado es la ventaja natural. Ésta surge en el momento en que existen elementos inherentes a los recursos, ubicación o capacidad natural de producción de un país que le permiten producir con mayor facilidad un determinado bien o servicio en ese contexto más que en otro lugar. En muchos casos, es probable que el desarrollo de una actividad económica se ponga en marcha gracias a una ventaja natural respecto de esa actividad.

Por lo que se refiere al sector forestal, el ejemplo más común de ventaja natural está representado por la presencia de bosques naturales de grandes dimensiones. Por ello, hasta años recientes, la ventaja natural en esta esfera se registraba en los países con amplias superficies de tierras, altos niveles de cubierta forestal y una densidad demográfica por lo general baja. La mayor parte de los países que encajan en esta descripción (p. ej., la Federación de Rusia, el Canadá, los Estados Unidos de América, Indonesia y el Brasil) han desarrollado industrias forestales consistentes, sobre la base de esta ventaja natural (lo que por lo general se traduce en una capacidad para producir grandes cantidades de madera rolliza industrial a precios relativamente bajos).

Sin embargo, en los últimos años, la producción de madera rolliza industrial procedente de bosques naturales se ha visto restringida por el agotamiento de los recursos (en algunos países) y, más generalmente, por una mayor regulación. Una consecuencia de ello es que la ventaja natural se desplaza paulatinamente hacia los países en que los árboles crecen con mayor rapidez. En otras palabras, la ventaja natural en el sector forestal está registrando un desplazamiento gradual desde los países con la mayor intensidad de bosques a aquellos con la mayor productividad forestal.

Por cuanto concierne a las especies latifoliadas, las plantaciones de especies de Eucalyptus de crecimiento rápido que se han establecido recientemente en áreas tropicales (particularmente en América del Sur), muestran una considerable ventaja natural en la producción de pasta de madera. De manera parecida, respecto de las especies de coníferas, se observa un movimiento gradual de la ventaja natural hacia las regiones tropicales y subtropicales donde se cultivan pinos (Pinus caribaea; P. elliottii; P. merkusii; P. oocarpa; y P. patula) y los países de zonas templadas aptos para la producción de Pinus radiata (como Chile; España, Sudáfrica, Nueva Zelandia y Australia).

Esta variación queda demostrada en las tres figuras que se presentan a continuación, en las que se comparan las tendencias en la producción de madera en rollo industrial en los países que han desarrollado importantes sectores forestales con base en el primer tipo de ventaja natural (es decir, un alto nivel de recursos de bosques naturales) con cuatro países que poseen el segundo tipo de ventaja natural (esto es, un alto nivel de productividad forestal). En este contexto, estos cuatro países (Australia, Chile, Nueva Zelandia y Sudáfrica) se denominan "productores de plantaciones meridionales". Cada figura indica la cuota de producción de la producción total de madera rolliza industrial (para el grupo en su conjunto) que detiene por separado cada uno de los países señalados en la figura.

En la Figura 16 se compara la producción de madera rolliza industrial en el Canadá con la de los cuatro productores de plantaciones meridionales. Desde 1962, los cinco países han incrementado sensiblemente su producción de madera rolliza industrial. Así, por ejemplo, el Canadá ha duplicado su producción a lo largo del período. No obstante, come se evidencia en el gráfico, los cuatro productores de plantaciones meridionales han aumentado su producción de manera aún más apreciable. De hecho, ellos abarcan cerca del 30 por ciento de la producción total de madera rolliza industrial generada en los cinco países, frente a tan sólo el 20 por ciento a comienzos de ese período.

El Canadá es un país con un importante patrimonio de bosques naturales, pero con una pequeña ventaja natural en materia de productividad forestal (es decir, el ritmo de crecimiento de los árboles no es particularmente elevado). En consecuencia, las actividades forestales dependen en gran medida de opciones de establecimiento a bajo costo, como la regeneración natural o la siembra al voleo, que tardan diversos años en restablecer la cubierta forestal tras la explotación del bosque. Por el contrario, en aproximadamente el mismo tiempo (o tal vez en un lapso algo más largo), las plantaciones forestales sujetas a una ordenación intensiva en los cuatro productores meridionales pueden producir una masa final para la explotación, lo que brinda a esos países una ventaja natural considerable respecto de la producción de madera rolliza.

Las proyecciones de la producción de madera rolliza industrial indican que en el Canadá se mantendrá por lo general constante durante el próximo decenio, mientras que se prevé que en el mismo período la producción en los cuatro productores de plantaciones meridionales registre un aumento apreciable.

Figura 18: tendencias pasadas en los niveles de comparación entre la producción de madera rolliza industrial en el Canadá y la de los cuatro productores de plantaciones meridionales


Fuente: FAO (1997b).

VERTICAL: Cuota de cada país respecto de la producción total del grupo

Análogamente, en la Figura 17 se compara la producción de madera rolliza industrial en los países nórdicos (Noruega, Finlandia y Suecia) con la de los cuatro productores de plantaciones meridionales a partir de 1962. En este caso, puede observarse el contraste entre los niveles en rápido aumento de producción en los cuatro países meridionales y el crecimiento más limitado en el sector forestal de mayor "madurez" de los países nórdicos. En este caso, la parte correspondiente al total detenido por los productores de plantaciones meridionales ha aumentado de un 20 por ciento a algo más del 40 por ciento.

Sin embargo, es interesante poner de relieve que a pesar del incremento en la producción generada por los cuatro productores meridionales, los países nórdicos han mantenido más del 80 por ciento del valor total combinado de las exportaciones de productos forestales procedentes de los siete países, y lo han logrado centrándose en el mantenimiento de una ventaja competitiva en la producción de productos forestales de elevado valor. Esto muestra que la ventaja competitiva (p. ej. en la producción de productos forestales) no depende por completo de la existencia de una ventaja natural.

Figura 19 tendencias pasadas en los niveles de comparación entre la producción de madera rolliza industrial en los países nórdicos y la de los cuatro productores de plantaciones meridionales


Fuente: FAO (1997b).

VERTICAL: Cuota de cada país respecto a la producción total del grupo

 

En la Figura 18 se presenta una comparación entre los niveles de producción de madera rolliza industrial durante los años en los cuatro productores de plantaciones meridionales y tres de los principales productores de madera rolliza del sudeste de Asia (Indonesia, Malasia y Filipinas). En la figura se hace notar el hecho de que probablemente amplias zonas de bosques naturales den lugar a una considerable ventaja natural a corto plazo, si bien esta ventaja tal vez di sminuya si el sector no se maneja con gran cuidado y atención.

En este caso, por ejemplo, Filipinas contaba con una apreciable ventaja natural en los años '60 debido a la gran extensión de sus bosques en aquel entonces. Sin embargo, a causa de la explotación excesiva, dicha ventaja ha ido desapareciendo hasta tal punto que actualmente el país es tan sólo un productor relativamente menor de madera rolliza en la región. Malasia e Indonesia dieron inicio en fecha posterior a la explotación en gran escala de madera en rollo en sus bosques naturales y han obtenido beneficios de la ventaja natural representada por la existencia de amplios bosques durante gran parte de los decenios de 1970 y 1980. No obstante, en los años '90 ha habido algunas señales en el sentido de que las plantaciones forestales de crecimiento rápido ubicadas en los cuatros productores meridionales han comenzado incluso a apoderarse de cuotas de mercado de estos dos países.

Figura 20: tendencias pasadas en los niveles de comparación entre la producción de madera rolliza industrial en el sudeste asiático y la de los cuatro productores de plantaciones meridionales


Fuente: FAO (1997b).

VERTICAL: Cuota de cada país respecto a la producción total del grupo

 

Ventaja competitiva

Una teoría de mayor complejidad que explica por qué algunos países logran un mejor desempeño que otros en algunas actividades económicas es la teoría de la ventaja competitiva. En relación con esta ventaja, la ventaja natural representa sólo uno de los muchos factores que determinan si un país posee ciertas ventajas en una esfera determinada. La ventaja competitiva en un sector dado (a nivel nacional) se define por lo general como la capacidad de un país de lograr tasas de crecimiento y rentabilidad más altas y una mayor cuota del mercado internacional respecto de otros países en el mismo sector. El "diamante de Porter" (véase la Figura 19 a continuación) expone los principales elementos de la ventaja competitiva a nivel nacional.

Figura 21: el diamante de Porter: elementos fundamentales de la ventaja competitiva

Source: Porter (1998).

El diamante de Porter (Porter, 1998) sugiere que la ventaja competitiva a nivel nacional puede conseguirse uniendo los siguientes cuatro elementos clave:

estrategia y estructura de las empresas, y sentido de competencia: una fuerte competencia en el plano nacional, que obligue a las empresas a desarrollar suficientes estructuras y estrategias claras para lograr buenos resultados, es un elemento crucial del éxito.

patrimonio de factores: es decir, un cierto grado de ventaja natural, como lo es un recurso natural cuantioso o la fuerza de trabajo calificada;

condiciones de la demanda: existencia de mercados viables, caracterizados por una fuerte y eficiente competencia; y

industrias conexas y auxiliares: esto es, una sólida infraestructura de apoyo, que permita una entrega a los mercados eficaz en función de los costos.

Porter sostiene que la ventaja competitiva a largo plazo depende de la capacidad de cada país (y de las empresas presentes en él) para aportar innovaciones y mejoras. Dicha ventaja competitiva se deriva a su vez de la presencia de competencia, presión y desafíos. Las innovaciones y las demás condiciones fundamentales para la competitividad se influyen mutuamente a fin de determinar el nivel de ventaja global. Las otras condiciones clave consisten en un mercado interno altamente competitivo, una infraestructura y una red de industrias auxiliares bien desarrolladas, y cierto grado de ventaja, o competitividad, en los factores de producción (como la fuerza laboral calificada). No obstante, Porter hace también hincapié en modo específico en el papel que desempeñan los gobiernos y los factores aleatorios en la determinación del éxito.

Por lo que respecta al sector forestal, la competitividad de un país en términos de la producción de madera rolliza industrial procedente de plantaciones forestales, podría entonces estar determinada por los siguientes elementos:

una fuerte y dinámica competencia entre los terratenientes forestales nacionales, que conduzca a técnicas y prácticas eficaces de ordenación de las plantaciones y a una industria en consonancia con la innovación y el contexto empresarial (estrategia y estructura de las empresas, y sentido de competencia);

ventajas naturales en materia de disponibilidad de tierras y rendimiento de las plantaciones, junto con una fuerza de trabajo capacitada (patrimonio de factores);

una afianzada industria de elaboración y manufacturera a nivel nacional que posea familiaridad con las diversas especies cultivadas en las plantaciones del país (condiciones de la demanda); y

una infraestructura eficaz (es decir, unos sólidos complejos de industrias auxiliares interrelacionadas entre sí, p. ej.: huertos de semillas; viveros; industrias especializadas en la manufactura de equipo o servicios de mantenimiento; contratistas en materia de explotación maderera; y empresas de transporte), una elevada capacidad para la investigación en la esfera forestal y un entorno normativo que favorezca a las empresas (industrias conexas y auxiliares).

Los países que logren desarrollar y aunar más eficazmente estos elementos conseguirán los resultados más satisfactorios en cuanto a la producción de madera rolliza industrial en sus plantaciones forestales. Al hacerlo, permitirán la aparición de una ventaja competitiva respecto tanto de los demás países que albergan plantaciones considerablemente extensas como de los que poseen importantes sectores forestales basados en bosques naturales.

La teoría desarrollada por Porter establece además que a largo plazo la competitividad a nivel internacional no puede basarse en factores exógenos como las ventajas cambiarias, unas tasas de interés bajas, o unos costos de fuerza laboral. Invariablemente, tales ventajas se irán perdiendo con el tiempo a medida que crece el nivel de éxito de un país.

Este último punto queda demostrado en el sector forestal por el alto grado de desempeño de algunos países desarrollado con costos de vida relativamente altos, en especial en América del Norte y Europa. Cabe subrayar particularmente los casos en la esfera forestal ampliada, en que tales países han desarrollado una ventaja competitiva sin poseer en realidad ninguna ventaja natural. Entre ellos podemos mencionar la industria del mueble en Italia; las industrias papeleras en el Reino Unido y los Países Bajos; y la industria de tableros de partículas en Bélgica. A su vez, existen diversos países en desarrollo en los que las ventajas de costos de grandes extensiones de bosques naturales de valor elevado se han explotado y agotado, sin que se hayan realizado inversiones suficientes para desarrollar los otros atributos necesarios para mantener la competitividad en el plano internacional.

 

Ventaja comparativa

Las muchas ventajas técnicas y en materia de infraestructura con que ya cuentan los países desarrollados, comportan también una considerable ventaja competitiva en el sector forestal. En consecuencia podría suponerse que tales países desarrollarán unos sectores forestales importantes y que se disuadirá a los países en desarrollo de invertir en el desarrollo de plantaciones forestales. Este razonamiento, sin embargo, no toma en cuenta la importancia de la teoría sobre la función de la ventaja comparativa en la determinación de las modalidades de producción.

Esta teoría sostiene en esencia que no es necesariamente la ventaja absoluta (es decir la capacidad de producir un bien más eficazmente que otro país) que determina el lugar en que se producirá ese bien. En cambio, la ventaja comparativa (esto es, la capacidad de producir un bien más eficazmente en relación con las demás oportunidades de producción en ese país) reviste una importancia crucial. En otras palabras, la ventaja comparativa la detiene el país que posee el menor costo de oportunidad para producir el bien en cuestión (véase el Recuadro 3 que figura más abajo).

 

Conclusiones acerca de los tipos de ventaja

Las teorías sobre la ventaja natural, competitiva y comparativa tratan de explicar la aparición en el pasado de patrones de desarrollo industrial y brindar medios para evaluar la forma en que podrían evolucionar en el futuro. Son de utilidad para comprender las razones por las que algunos países logran mejores resultados que otros en el desarrollo de industrias manufactureras, mientras que otros países permanecen en una condición de productores y exportadores de productos básicos y materia prima. Al igual que la mayor parte de las teorías económicas, las teorías de la ventaja se basan en una asignación de recursos eficiente.

En su nivel más básico, las teorías de la ventaja parecen indicar que una plantación forestal se establecerá en los países donde los costos de producción de madera rolliza industrial en las plantaciones son menores y donde las tierras utilizadas para su establecimiento ya no pueden aprovecharse para otro uso rentable.

 

Recuadro 3: un ejemplo de ventaja comparativa

 

Tasas de rendimiento y rentabilidad

Si las fuerzas del mercado libre determinaran por completo las decisiones en materia de inversiones, éstas de se adoptarían sobre la base de una comparación entre las ventajas competitiva y comparativa de un país, las cuales, a su vez, serían coherentes con los beneficios de capital conexos (a una determinada tasa de preferencia temporal) de diferentes proyectos de inversión. No obstante, en el mundo real, esas decisiones son mucho más complejas y se ven afectadas por diversos factores intangibles (a menudo denominados condiciones de mercado "deficientes"), entre los que figuran las deficiencias en la información de mercado de importancia crucial (o a menudo ausencia total de ésta), la presencia de costos y beneficios no financieros y los efectos de la intervención del estado. Sin embargo, pese a estas imperfecciones, por lo general los criterios financieros son los principales instrumentos cuantitativos que se utilizan para evaluar los méritos relativos de diversos tipos de inversiones.

Las técnicas de actualización de los flujos de efectivo constituyen la base analítica para muchas decisiones relacionadas con inversiones en el sector silvícola. En el caso de inversiones en plantaciones forestales, el instrumento financiero comparativo que probablemente se utiliza con mayor frecuencia es el análisis de la tasa interna de rendimiento (TIR). La TIR es el nivel de beneficios previsto de un proyecto de inversiones, y se expresa como un porcentaje equivalente del tipo de interés anual sobre la cantidad total de dinero invertida en ese proyecto (véase el Recuadro 4).

Recuadro 4: cálculo de los flujos de efectivo actualizados y de las tasas internas de rendimiento

El análisis del flujo de efectivo actualizado se basa en la teoría del interés compuesto, y en esencia permite a un inversionista calcular el valor total de todos los costos e ingresos futuros relacionados con un proyecto como si se estuviesen sosteniendo y recibiendo en ese momento (lo que se denomina valor actual neto (VAN) de un proyecto). Este proceso se efectúa proyectando los ingresos netos (es decir los ingresos deducidos los costos) para cada período de la inversión, y convirtiendo sucesivamente cada una de esas cifras en un valor actual. Éste consiste en la cantidad que, tras tomar en cuenta el costo y los ingresos de los intereses para el período en años requerido, resulta en la cantidad equivalente al valor futuro determinado anteriormente. El VAN es la suma de estos valores ajustados a lo largo de todo el período del proyecto. La tasa a la que se reducen los valores venideros para tomar en cuenta el plazo futuro en que se originan es la tasa de actualización (y no tipo de interés, si bien los dos conceptos significan básicamente lo mismo). La fórmula empleada para calcular el VAN es la siguiente;

Valor actual neto = S [ C0 + C1/(1 + r) + C2/(1 + r)2 +….Cn/(1 + r)n]

Donde: C = ingresos netos previstos en un período dado;

r = tasa de actualización; y

n = duración total del proyecto

El análisis de la tasa interna de rendimiento (TIR) aplica un proceso similar para calcular la tasa de rendimiento sobre el capital prevista en un proyecto. En este caso, mediante este análisis no se selecciona una tasa de actualización sino más bien se calcula la tasa de actualización en la que el VAN equivale a cero. Esto, en efecto, proporciona el tipo de interés devengado sobre la cuantía invertida en el proyecto.

La fórmula relativa a la TIR respecto a un número indeterminado de períodos es muy parecida a la del VAN salvo que en este caso, la tasa de actualización se ajusta hasta que el VAN corresponda a cero.

así: búsquese r, de modo que el VAN [es decir, C0 + C1 /(1+r) + C2/(1 + r)2 +….Cn/(1 + r)n] = 0

 

Casi todos los análisis multinacionales en materia de inversiones en plantaciones forestales presentan comparaciones en términos de las TIR. Como norma general, aun cuando todos los cálculos hayan sido hechos por un único organismo, deberían tratarse con cautela, pues por ejemplo en muchos casos no está claro si se habla de rendimientos en términos nominales (que incluyen la inflación) o reales (que excluyen la inflación) o si éstos se calculan antes o después del pago de impuestos. Análogamente, surgen interrogantes relativas a cómo se consideran los valores iniciales de la tierra en los análisis, el grado de complejidad con que se han aplicado los regímenes tributarios y cómo se han tomado en cuenta los diferentes y variables incentivos gubernamentales. A ello hay que añadir las preguntas usuales relativas a la calidad de los datos utilizados, y de las hipótesis sobre las previsiones de los precios y costos, así como los supuestos formulados respecto de factores relacionados con la silvicultura, la ordenación y la biología, que pueden contribuir a dificultar las comparaciones. Estos obstáculos se tornan aún mayores cuando se comparan inversiones relativas a las plantaciones forestales con inversiones en otras esferas económicas con otros instrumentos financieros.

 

Principales factores que afectan a los costos y beneficios de las plantaciones forestales

A fin de llevar a cabo un análisis sólido de proyectos sobre alternativas de inversiones en plantaciones forestales es preciso realizar una evaluación detallada de los costos y beneficios inherentes a cada alternativa. En el Cuadro 9 se enumera una serie de factores que deberían considerarse en todo análisis de esa índole. Entre los valores importantes para la adopción de decisiones figuran: la duración total de la inversión (es decir, la duración de la rotación); la distribución cronológica de las inversiones silviculturales; y las fechas y valor previsto de la producción futura de madera rolliza procedente de la plantación forestal (aclareo y tala rasa final ).

La información disponible en el sector público acerca de costos de plantaciones en países diferentes es muy escasa y muy difícil de uniformar. Por consiguiente, en el presente análisis se aplican diversas medidas sustitutivas a fin de establecer niveles indicativos de costos comparados en distintos países.

Cuadro 16: principales factores que afectan a los costos y beneficios de proyectos relativos a plantaciones forestales

Tipo de costo o beneficio

Comentarios

Costos de capital

Adquisición/arrendamientos de tierras

Preparación del suelo

Plantas

Plantación

Erección de cercas

Construcción de caminos de acceso y de caminos permanentes antes de la explotación

Por lo general se incurren en gastos de capital en la fase inicial de un proyecto y por ello son de suma importancia, ya que deben sostenerse por toda la duración de la rotación (es decir, son inmediatos y a menudo representan la mayor parte de la inversión total).

Gastos silviculturales

Fertilizantes

Pulverización

Poda

Aclareo

Los gastos silviculturales varían de acuerdo con la ubicación de la plantación, las especies que la pueblan y el régimen de ordenación que se le aplica. Estos costos pueden considerarse como gastos variables porque una vez que la plantación se ha establecido, pueden omitirse o incluirse diversos tratamientos, lo que modificará los rendimientos y los riesgos conexos con el proyecto.

Gastos generales

Seguros

Tarifas y gravámenes

Costos de gestión

Costos de financiación

Los gastos generales son generalmente estables, si bien se hallan mucho más allá del control del encargado de la ordenación del bosque. Los gastos relacionados con los seguros puede, p. ej., no tomarse en cuenta (como ocurre a menudo en los países en desarrollo) pero esto no hace sino aumentar los riesgos relacionados con el proyecto.

Costos de la explotación maderera

Construcción de caminos

Gastos de extracción

Transporte

Los gastos vinculados con la corta y extracción de la madera se afrontan al final del proyecto y, si bien son elevados, no deben sostenerse por un período considerable de la vida del proyecto. En los emplazamientos de difícil acceso, los gastos relativos a la construcción de caminos y arrastre de la madera pueden ser extremadamente altos.

Ingresos

Aclareo de la producción

Tala final

Otros ingresos

Reventa de las tierras

Los ingresos se basan en las previsiones de los precios futuros y están por ende sujetos a un considerable nivel de incertidumbre. Es muy difícil realizar estimaciones valederas de los precios de madera en rollo en un futuro lejano, pues las evaluaciones reflejarán una visión particular del futuro más que un análisis definitivo (sea cual fuere la metodología científica). Beneficios adicionales podrían derivarse de, por ejemplo, los derechos de pastoreo.

Impuestos e incentivos

Impuestos sobre la renta

Regímenes de amortización

Incentivos para las inversiones

Los regímenes tributarios varían mucho según los países y los organismos presentes en ellos. En consecuencia, es probable que las TIR calculadas después de la tributación (y a veces los requisitos necesarios para obtener incentivos) varíen según cada caso por separado.

 

Costos de la tierra

Los costos de la tierra dependen fundamentalmente de su ubicación, por lo que en un mismo país es posible y verosímil que exista un alto grado de variabilidad de precios. Los costos pueden depender de la topografía y una gama de otros factores geográficos y económicos, a saber: productividad del suelo; potencial de rendimientos de cultivos alternativos; y proximidad relativa a obras de infraestructuras y mercados (véase el Recuadro 5, en que se expone un modo de calcular el valor de la tierra sobre la base de su capacidad productiva). En consecuencia, las estimaciones nacionales de los costos de la tierra representan promedios en bruto de un costo sujeto a diversas variaciones.

Recuadro 5: valor previsible de la tierra

El planteamiento del valor previsible de la tierra encaminado al cálculo del valor de la tierra reconoce que el precio de una parcela guarda directamente relación con el valor del flujo de ingresos netos que se generará en el futuro gracias a las actividades productivas que allí se emprendan. Este enfoque se deriva en gran medida de un documento elaborado por el economista forestal del siglo XIX Martin Faustmann (Alemania). Su fórmula es fundamentalmente la relativa al efectivo actualizado, y puede utilizarse para calcular la cuantía máxima que podría pagarse por una parcela de tierra para que un proyecto forestal pudiese devengar una tasa de rendimiento predeterminada. De hecho, la fórmula de Faustmann proporciona las bases para gran parte de la economía forestal y la teoría sobre el capital de los tiempos modernos y fue la precursora del desarrollo de los análisis del VAN y la TIR.

El valor previsible de la tierra es, en esencia, el VAN de una corriente continua de proyectos de inversiones repetidos del mismo tenor y duración. Ello se puede calcular gracias a la naturaleza asintótica de la fórmula del VAN expuesta anteriormente. Presuponiendo que el valor de una parcela de tierra se deriva básicamente de la rentabilidad de la actividad que pueda realizarse en ella con mayor provecho, el valor previsible de la tierra relativa a esa actividad debería teóricamente determinar el precio de la tierra si se cuenta con un consenso predominante respecto de la tasa de rendimiento más adecuada para realizar este cálculo.

 

El desarrollo de un índice internacional de costos de tierra comparados es una tarea muy compleja que además rebasa el alcance del presente estudio. A decir verdad, como resultado de la búsqueda de documentación efectuada como parte de este análisis se encontró sólo un estudio con el que se ha intentado calcular un promedio de los precios de la tierra en el pasado. El estudio, realizado por el Banco Mundial (Global Approach to Environmental Analyses (GAEA). Enfoque mundial de los análisis ambientales; Banco Mundial, 1999), procura aprovechar el trabajo llevado a cabo anteriormente por el Banco Mundial en que se señalaba que los precios nacionales de la tierra corresponden aproximadamente a un múltiplo de los ingresos per cápita. Las estimaciones del valor de la tierra calculadas de esta manera se ajustaron luego sucesivamente para incorporar factores de mayor amplitud, como la proporción de pastizales, tierras de cultivo, bosques y tierras áridas respecto de la superficie total, a fin de obtener unos precios indicativos a nivel nacional. Las cifras proporcionadas por el estudio se reproducen en el Cuadro 10 que figura a continuación.

Cuadro 18: precios estimados de la tierra a nivel internacional

Valor de la tierra (por ha)

Países

menos de USD100

Etiopía, Nepal, Uganda, Viet Nam, Sierra Leona, Níger, Malí, Chad, Sudán, Bhután, Mauritania, Guyana, Egipto, Tanzanía, Mozambique

USD101-200

Burundi, Malawi, Guinea-Bissau, Camboya, Burkina Faso, Kenya, Nigeria, Madagascar, Somalia, República Popular de China, Laos, Guinea Ecuatorial, Yemen, Maldivas, Zambia

USD201-300

Rwanda, Bangladesh, Gambia, Haití, Santo Tomé y Príncipe, Benin, Pakistán, Ghana, Nicaragua, Liberia, República Centroafricana, Jordania

USD301-500

Honduras, Cote d'Ivoire, Armenia, India, Togo, Afganistán, Tayikistán, Lesotho, Zaire, Zimbabwe, Cabo Verde, Argelia, Guinea, Mongolia, Libia

USD501-1000

Marruecos, Omán, Angola, Jamaica, Senegal, Guatemala, Congo, Kiribati, Camerún, Myanmar, Filipinas, Uzbekistán, Georgia, Perú, Papua Nueva Guinea, Iraq, Indonesia, Azerbaiyán, Kirguistán, Islas Salomón, Swazilandia, Islas Comoras, Djibouti, Sri Lanka, Bolivia

USD1 001-2 000

República Democrática de Corea, Cuba, Sudáfrica,, Chile, Yugoslavia, Albania, Letonia, Eslovaquia, Micronesia, Islas Marshall, Ucrania, Kazajstán, Belice, Bulgaria, Colombia, Túnez, Turkmenistán, Vanuatu, Samoa occidental, Rumania, El Salvador, Líbano, Lituania, Paraguay, Ecuador, República Dominicana, República Árabe Siria, Moldova, República Islámica del Irán

USD2 001-3 000

Polonia, Estonia, Brasil, Belarús, Santa Lucía, Dominica, Tailandia, Panamá, Turquía, Federación de Rusia, Tonga, Fiji, Granada, Venezuela, Bahrein, Namibia, Botswana, Costa Rica, San Vicente y las Granadinas

USD3 001-5 000

Guam, Macao, Nueva Caledonia, Martinica, Aruba, Antillas Nerlandesas, Hungría, Qatar, Seychelles, Kuwait, Mauricio, Antigua y Barbuda, Malasia, Trinidad y Tabago, Reunión, Saint Kitts y Nevis, República Checa, México, Arabia Saudita, Uruguay

USD5 001-10 000

Barbados, Portugal, Israel, Irlanda, Nueva Zelandia, República de Corea, Grecia, Polinesia Francesa, Islas Anglo-Normandas, Islas Vírgenes (EE.UU), Islandia, Argentina, Bahamas, Malta, Suriname, Chipre, Puerto Rico, Eslovenia, Brunei, Gabón, Singapur, Guadalupe, Emiratos Árabes Unidos

USD10 001-15 000

Canadá, Australia

USD15 001-20 000

Bélgica, Reino Unido, España, Noruega

USD20 001-30 000

Suiza, Alemania, Suecia, Francia, Italia, Austria, EE.UU., Países Bajos Finlandia

más de USD30 000

Dinamarca, Luxemburgo, Japón

Fuente: Banco Mundial(1999).

Hay que tener presente que los valores que se acaban de presentar en el Cuadro 10 probablemente tengan un nexo muy débil con los precios corrientes de mercado relativos a cualquier año, pues se han expuesto más bien para fines comparativos. Así, se prevé que los países que en el estudio del Banco Mundial registran valores de la tierra muy elevados presentarán precios comerciales igualmente altos. En forma parecida, en el caso de los países con valores estimados en el estudio de medios a bajos, los precios comerciales de la tierra serán inferiores.

En el estudio del Banco Mundial se calcula que, en promedio, Dinamarca posee las tierras más costosas en el mundo, pues su estimación media por hectárea equivale a USD 38 100. El valor más bajo se halla en cambio en Mozambique, con una valoración de tan sólo USD 30 por hectárea. Esto significa que la tierra de Dinamarca es 1 270 veces más costosa que la de Mozambique. A pesar de esta desventaja competitiva que aparenta ser abrumadora, según se informa, Dinamarca posee 410 000 ha de plantaciones forestales, mientras que Mozambique cuanta únicamente con 32 000 ha.

 

Costos relativos a la fuerza laboral

Un componente importante de muchas actividades del sector forestal el costo de la fuerza de trabajo. En términos generales, las actividades de ordenación como la plantación, la poda y el aclareo requieren una gran densidad de mano de obra si bien en algunos países (por lo general desarrollados) suele realizarse la siembra al voleo y algunas de estas actividades pueden mecanizarse. Las operaciones relativas a la explotación maderera suelen estar mecanizadas, con diversos grados de insumos de trabajo, que pueden variar de un nivel relativamente alto, con un uso escaso de capital en muchos países en desarrollo, a los altos niveles de mecanización (p. ej., arrastre con cable en vez de apeo con motosierras) existentes en algunos países desarrollados. Los costos de la fuerza de trabajo varía drásticamente de acuerdo con los países, si bien se mantienen generalmente uniformes dentro de un país.

Es preciso considerar dos aspectos esenciales de los costos de la fuerza laboral para poder evaluar los costos relativos a las plantaciones forestales, es decir, las escalas de salarios y la productividad. Las escalas de salarios son normalmente más elevadas en los países más desarrollados, donde la tecnología y la capacitación tienden asimismo a generar una mayor productividad. En consecuencia, unos salarios elevados suelen ir acompañados de unos costos de capital también elevados. A nivel internacional, los salarios se distribuyen de acuerdo con una escala, mientras que los avances tecnológicos y sistémicos permiten la existencia de aumentos diferenciados en la esfera de la productividad. Por consiguiente, la ventaja competitiva relacionada con el costo de la fuerza laboral se acumula en los países con los costos salariales más bajos dentro de una categoría productiva.

Los niveles medios de los ingresos nacionales (esto es, el PIB per cápita) proporcionan un instrumento sustitutivo muy útil, si bien diste mucho de la perfección, para comparar las escalas de salarios de diferentes países, y en el Cuadro 11 a continuación se presenta el PIB per cápita promedio para cada país y territorio del mundo.

 

Cuadro 20: producto interno bruto (PIB) per cápita en 1995

PIB per cápita (en USD)

Países

menos de USD100

Eritrea, Etiopía, Mozambique, Santo Tomé y Príncipe, Sudán

USD101-200

Bhután, Burkina Faso, Camboya, Chad, R.D. del Congo, Guinea-Bissau, Malawi, Somalia, Tayikistán, Tanzanía

USD201-300

Bangladesh, Bosnia y Herzegovina, Burundi, R.P.D. de Corea, Madagascar, Malí, Nepal, Níger, Rwanda, Sierra Leona, Viet Nam

USD301-500

Angola, Armenia, Azerbaiyán, Benin, República Centroafricana, Comoros, Guinea Ecuatoria l, Gambia, Georgia, Ghana, Guinea, Haití, India, Kenya, Kirguistán, Laos, Lesotho, Mauritania, Mongolia, Nicaragua, Moldova, Togo, Turkmenistán, Uganda, Uzbekistán, Zambia

USD501-1000

Albania, Belarús, Bolivia, Camerún, Cabo Verde, China, Cote d'Ivoire, Djibouti, Egipto, Guyana, Honduras, Kazajstán, Kiribati, Nigeria, Pakistán, Papua Nueva Guinea, Senegal, Islas Salomón, Sri Lanka, Suriname, Ucrania, Yemen, Zimbabwe

USD1 001-2 000

Argelia, Bulgaria, Congo, Cuba, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Indonesia, Irán, Jamaica, Jordania, Letonia, Liberia, Lituania, Maldivas, Islas Marshall, Marruecos, Paraguay, Filipinas, Rumania, Samoa, Swazilandia, Macedonia, Tonga, Vanuatu, Yugoslavia

USD2 001-3 000

Afganistán, Belice, Colombia, Costa Rica, Dominica, Estonia, Fiji, Granada, México, Micronesia, Myanmar, Namibia, Panamá, Perú, Federación de Rusia, San Vicente y las Granadinas, Tailandia, Túnez, Turquía

USD3 001-5 000

Botswana, Brasil, Chile, Croacia, República Checa, Hungría Líbano, Malasia, Mauricio, Polonia, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucía, Eslovaquia, Sudáfrica, Siria, Trinidad y Tabago, Venezuela

USD5 001-10 000

Antigua y Barbuda, Argentina, Bahrein, Barbados, Islas Cook, Gabón, Grecia, Guadalupe, Corea, Libia, Malta, Antillas Neerlandesas, Omán, Palau, Arabia Saudita, Seychelles, Eslovenia, Uruguay

USD10 001-15 000

Bahamas, Chipre, Iraq, Martinica, Portugal, Puerto Rico, Qatar, Reunión, España

USD15 001-20 000

Brunei-Darussalam, Canadá, Irlanda, Israel, Italia, Kuwait, Nueva Caledonia, Nueva Zelandia, San Marino, Emiratos Árabes Unidos, Reino Unido

USD20 001-30 000

Australia, Austria, Bélgica, Finlandia, Francia, Guayana Francesa, Polinesia Francesa, Alemania, Islandia, Mónaco, Países Bajos, Singapur, Suecia, EE.UU.

Más de USD30 000

Dinamarca, Japón, Liechtenstein, Luxemburgo, Noruega, Suiza

Fuente: Banco Mundial.

 

En términos de la productividad, los insumos de trabajo por unidad de producción varía de conformidad con las especies plantadas, el terreno, la intensidad de la ordenación y el nivel de utilización de capital. Estos factores difieren enormemente según los países, e incluso dentro de un mismo país pueden registrarse diferencias considerables por lo que se refiere a la productividad de la mano de obra en las actividades relativas a las plantaciones forestales.

Thompson (1990), a este respecto, llevó a cabo un estudio sobre el empleo en el sector forestal en Gran Bretaña y halló una marcada diferencia en el factor trabajo entre los bosques de la Comisión Forestal, de propiedad estatal, y los de propiedad privada. Esos resultados se resumen a continuación en el Cuadro 12.

Cuadro 22: estimaciones de la productividad del trabajo en el sector forestal en Gran Bretaña (1988-1989)

Función, unidades de evaluación y encargados de la ordenación forestal

Cuantía

ESTABLECIMIENTO (años laborales por hectárea)

Comisión Forestal

Propietarios privados

0,057

0,145

MANTENIMIENTO (años laborales por 1 000 hectáreas)

Comisión Forestal

Propietarios privados

1,507

4,276

EXTRACCIÓN MADERERA (años laborales por 1 000 metros cúbicos)

Comisión Forestal

Propietarios privados

0,961

1,098

COEFICIENTE DE EMPLEADOS OFICINAS/BOSQUES

Comisión Forestal

Propietarios privados

0,249

0,182

Fuente: Thompson (1990).

Thompson demuestra ulteriormente la dificultad que presenta la realización de estimaciones amplias de la productividad laboral en relación con un país determinado, al indicar que:

"Las tierras boscosas de propiedad privada por lo general están situadas en tierras de mejor calidad, y se concentran en áreas de tierras bajas, contando una mayor proporción de latifoliadas, y por lo tanto requieren un nivel más alto de mantenimiento."

Asimismo, podría conjeturarse que la Comisión Forestal utiliza una fuerza de trabajo especializada, cuenta con mayores economías de escala en la esfera de la ordenación forestal y hace uso de una mayor densidad de capital.

 

Otros costos silviculturales

Entre los otros costos silviculturales figuran una gama de costos no relacionados con la fuerza de trabajo y conexos con la plantación, la protección, la poda y el aclareo de las plantaciones. En general, tales costos son relativamente modestos frente a los concernientes a la tierra, la fuerza laboral y la explotación maderera.

El costo de los plantones de vivero depende normalmente de las especies y la medida en que se han mejorado los plantones. Por ejemplo, en los Estados Unidos de América, el costo de costo de un plantón forestal cultivado en vivero para la plantación en pequeña escala tiende a oscilar entre unos USD 50 por cada 1 000 plántulas en el caso de Pinus taeda a USD 225 por cada 1 000 plántulas de las especies de Quercus (roble ). Respecto de la plantación en gran escala, el costo de los plantones de vivero por lo general disminuye, pues los compradores pueden negociar mejores precios con los abastecedores, o, como es el caso de muchos organismos gubernamentales y algunas de las principales compañías privadas, tal vez cuenten con sus propios viveros forestales o instalaciones de producción o mejoramiento de plantas.

El costo de las aplicaciones de fertilizantes, herbicidas y plaguicidas guarda relación con los niveles de nutrientes en cada emplazamiento y con la necesidad de suprimir malezas o combatir plagas o enfermedades. Por ejemplo, se estima que en las plantaciones de Pinus radiata de Nueva Zelandia, los costos típicos de los fertilizantes oscilan entre cero y USD 350 por hectárea. (Ministerio de Montes de Nueva Zelandia, 1997). Se calcula que la lucha contra las malezas y las plagas puede tener un costo anual de hasta USD 20 por hectárea.

En los países en desarrollo, los costos silviculturales adicionales son por norma general mucho más reducidos, pero se puede incurrir en una serie de gastos de índole diferente. Así, por ejemplo, en 1991, el costo total relativo a la plantación y manejo de una plantación forestal en un período de rotación de 8 años en el Sudán se estimó en USD 500 por hectárea (Ministerio de Recursos Agrícolas, Naturales y Animales del Sudán, 1991). Los costos inherentes a la ordenación de los recursos hídricos y el riego representaron cerca del 47 por ciento de ese monto, y la protección de los bosques (es decir, vigilar las plantaciones forestales contra el fuego y el robo) constituyó otro 6 por ciento de los costos.

Costos de explotación y transporte

En términos generales, en una plantación forestal la actividad más costosa es la explotación maderera del cultivo final y la entrega de la madera rolliza a la planta de elaboración de la madera. Los costos de explotación y transporte pueden varias considerablemente y dependen de factores geográficos como la ubicación, la topografía y la extensión y calidad de los caminos necesarios para llevar a cabo las operaciones relativas a la explotación.

Como ejemplo, en la Figura 20 se presentan los resultados de un estudio llevado a cabo en Columbia Británica en el Canadá (Ministerio de Montes de Columbia Británica, 1997) que mostraba que los costos conexos con la construcción de caminos, la corta y el transporte abarcaban el 52 por ciento del costo total estimado relativo a la entrega de la producción de madera rolliza en 1996. Si bien estas cifras se refieren a la extracción de la madera en los bosques naturales y no a las plantaciones (en las que los costos podrían ser inferiores), son útiles para demostrar otro punto concernientes a los costos de las plantaciones, es decir, que el beneficio neto derivado de unos costos de regeneración y ordenación forestales bajos in el bosque natural (frente a las plantaciones) pueden verse reducidos si los costos de extracción y transporte son altos a causa de la lejanía del bosque natural o de condiciones de trabajo difíciles en el emplazamiento. De hecho, una de las principales ventajas del establecimiento de plantaciones consiste en que su localización y ordenación pueden planificarse de manera que los costos de extracción y transporte se reduzcan al mínimo en el momento de la corta.


Figura 22: componentes del costo total estimado de la producción de madera rolliza en Columbia Británica (Canadá, 1990)

Fuente: Ministerio de Montes de Columbia Británica (1997).

 

Ingresos

Es evidente que las evaluaciones de las inversiones en plantaciones forestales están orientadas no sólo por los costos sino también por las expectativas de ingresos en el futuro. Se ha dedicado un cuantioso volumen de documentación y análisis a las previsiones de los niveles de los futuros precios de los productos forestales, y, en general, esta labor ha dado origen a dos corrientes principales. Por un lado, algunos analistas prevén una demanda cada vez más creciente de productos forestales y un aumento de las restricciones de la explotación forestal (en especial en los bosques naturales), lo que probablemente resultará en un incremento prolongado de los precios de los productos forestales en el futuro. Por otro lado, y en oposición a esta teoría, otros analistas hacen notar que las posibilidades de que los precios aumenten se ven limitadas por la competencia que se deriva de los productos no madereros, y que en el sector forestal se desarrollan constantemente nueva tecnologías y técnicas de ordenación con objeto de aumentar la productividad de los bosques y mejorar las técnicas de producción. Si se considera esta perspectiva, es poco probable que los precios de los productos forestales aumenten en general, si bien los precios, en algunas áreas y en relación con algunos tipos de productos pueden aumentar si la oferta no puede mantenerse a la par de la demanda.

La primera teoría expuesta supra se desarrolló a lo largo del decenio de 1980 y los primeros años '90, cuando se registró un alto grado de preocupación ante la posibilidad de que se registrase una crisis del suministro de madera. En ese período, el abastecimiento de madera y fibras procedentes de diversas fuentes tradicionales se redujo a causa de las restricciones impuestas a la explotación y exportación. Esto hizo suponer que esa escasez proseguiría en el futuro cercano, lo que ocasionó un incremento considerable y sostenible de los precios de la madera en rollo. Así, por ejemplo, en 1992 y 1993, una rápida expansión a corto plazo de por precios de las trozas se vio reforzada por la coincidencia de nuevas restricciones del madereo en los Estados Unidos de América y Malasia. En ese entonces, diversos comentaristas señalaron que el aumento de los precios representaba un realineamiento estructural en los mercados madereros que seguiría vigente en el futuro. Debido en gran medida a las ganancias inesperadas obtenidas por los dueños de plantaciones forestales gracias a la venta de madera rolliza en ese período, el establecimiento de plantaciones sufrió una fuerte aceleración en muchos países. Como muestra de ello, en Nueva Zelandia la plantación de nuevas áreas se multiplicó por cuatro entre 1991 y 1994.

Más recientemente, la segunda corriente expuesta anteriormente ha venido obteniendo una aceptación cada vez mayor. Ello obedece en parte a que el aumento de los precios relacionados con el auge maderero de 1992 y 1993 no fue duradero. Es más, la opinión de que los suministros de productos forestales sufrirán un incremento general a fin de satisfacer la demanda sin que se origine un aumento significativo de los precios en el futuro previsible, se ha visto fortalecida por los resultados de diversos análisis realizados sobre la oferta y la demanda a nivel mundial.

De manera similar, el análisis de muchas series de precios de los productos forestales a largo plazo daría motivo para creer que si las tendencias pasadas son buenos indicadores de las tendencias futuras, entonces caben pocas posibilidades de que el precio real de la mayoría de esos productos aumente próximamente.

En la Figura 21, por ejemplo, se observa que el precio real (es decir ajustado según la inflación) del valor en pie de sugi (Cryptomeria japonica) ha disminuido durante los últimos 30 años en el Japón. La figura indica también que en el mismo período, los costos de la plantación y los salarios relativos a la tarea de corta y extracción de la madera en ese país han aumentado drásticamente, en términos reales. Esto ha reducido probablemente la rentabilidad de las actividades forestales en el Japón, y se considera que ha disuadido a los propietarios de emprender una serie de operaciones silvícolas (como el aclareo) en años recientes (Organismo Forestal del Japón, 1995).

Las series de precios a largo plazo del valor en pie y de las trozas relacionados con otras especies (como el : abeto de douglas en los Estados Unidos de América; el Pinus radiata en Nueva Zelandia; y las especies de frondosas de los bosques naturales del Brasil) registran tendencias similares a las señaladas más arriba.

En resumen, un volumen importante de evidencias históricas apoyaría la opinión de que una escasez significativa puede inducir un incremento de los precios a corto plazo, o tal vez a largo plazo en determinados nichos de mercado. No obstante, por lo que se refiere a la mayor parte de la producción de madera rolliza procedente de plantaciones forestales, que está destinada a los principales mercados de productos básicos al por mayor, seguramente la hipótesis de un incremento de precios a largo plazo es optimista.

 

Figura 23: tendencias pasadas en los costos y salarios reales conexos con la plantación en el sector de la explotación maderera y en los precios del valor en pie de sugi en el Japón (1965-1994)


Fuente: Organismo Forestal del Japón (1995).

VERTICAL: ÍNDICE

 

Impuestos

En la mayoría de los países, los impuestos que se aplican a las inversiones en las plantaciones forestales constituyen un tema bastante complejo. Los regímenes tributarios son muy distintos entre los varios países y, con frecuencia, también difieren mucho según los distintos tipos de inversionistas (p. ej., fondos de pensiones, corporaciones y particulares). Sería una enorme tarea intentar clasificar la gran variedad de regímenes tributarios y tipos de imposición que se aplican a las inversiones en las plantaciones forestales en todos los países del mundo. No sólo estaría fuera del ámbito del presente documento, sino que probablemente también caducaría muy rápidamente. Por consiguiente, en esta parte se prese nta un análisis muy general acerca de los distintos mecanismos de tributación relacionados con las inversiones en las plantaciones forestales en el mundo y cómo, en principio, éstos afectan al establecimiento, la ordenación y el aprovechamiento de las plantaciones forestales.

Un modo muy sencillo de confrontar los regímenes tributarios en los distintos países es comparar la tasa impositiva básica sobre la renta aplicada a las compañías y a los particulares. Esta comparación, sin embargo, no es lo suficientemente exacta para evaluar el nivel total de los impuestos en los diversos países. Por ejemplo, los inversionistas en plantaciones forestales pueden también tener que pagar una variedad de otros tributos, con inclusión de: sobretasas adicionales de los impuestos directos; formas indirectas de contribuciones (como impuestos sobre las ventas y el consumo); contribuciones territoriales; impuestos sobre las plusvalías e impuestos sobre las plusvalías de cesión. Asimismo, es probable que la capacidad de contrapesar los impuestos y otras pérdidas financieras difiera de un país a otro, así como pueden ser distintas varias otras estructuras de incentivos basadas en los impuestos o concesiones que podrían ser disponibles. En cuanto al cálculo de los impuestos, también pueden variar las normas con respecto a la depreciación o en caso de que los impuestos se basen en las ganancias de efectivo o en los ingresos acumulados. Por último, es posible que el grado de sofisticación de la legislación tributaria y el nivel de supervisión de parte de las autoridades también cambien según el país. Cualquiera de estos factores o bien todos ellos pueden afectar considerablemente al nivel total de impuestos que el inversionista en plantaciones forestales tendrá que pagar.

El Cuadro 13 presenta tasas básicas indicativas de impuestos sobre las sociedades para una variedad de países. Como se muestra, existen diferencias sustanciales entre los tipos de imposición en los distintos países, incluso en este nivel más básico. Por ejemplo, las tasas impositivas en la pequeña selección de países enumerados a continuación varían del 10 por ciento al 45 por ciento. Si se ignoran los efectos de los subsidios e incentivos, es probable que el monto total de las contribuciones pagadas en los varios países oscile entre el 0 por ciento (en los "refugios fiscales") y el 70 por ciento.

 

Cuadro 24: tasas básicas indicativas de impuestos sobre las sociedades en el mundo

País/región

Tasa básica de impuesto sobre sociedades (%)

País/región

Tasa básica de impuesto sobre sociedades (%)

Europa

Bélgica

Alemania

Italia

Reino Unido

Dinamarca

Países Bajos

Suecia

Hungría

Federación de Rusia

40,17

45,00

41,25

31,00

34,00

35,00

28,00

18,00

35,00-43,00

Asia

India

Indonesia

Malasia

Filipinas

43,00

10,00-30,00

30,00

35,00

Oceanía

Nueva Zelandia

Australia

33,00

36,00

África

Sudáfrica

Marruecos

Botswana

Swazilandia

Zimbabwe

35,00

35,00

15,00

37,50

37,50

América del Norte

Estados Unidos

Canadá

40,00

39,00-43,50

América del Sur

Argentina

Chile

Brasil

30,00

15,00

15,00

Fuente primaria: Danziger Foreign Direct Investment (1999).

El primer punto (y probablemente el más importante) que hay que tener en cuenta sobre los impuestos aplicados a las inversiones en plantaciones forestales es que éstos probablemente afectan de forma significativa a los rendimientos financieros de cualquier inversión en plantaciones. Aunque esto pueda parecer bastante obvio, es muy importante tenerlo presente, dado que los resultados de la mayoría de los análisis comparativos de las inversiones en plantaciones forestales se presentan sin tomar en consideración los efectos de dichos impuestos. Este es el caso sobre todo de las comparaciones entre los países, donde sería complicado intentar introducir los efectos de los distintos regímenes tributarios.

La práctica común (de presentar solamente los datos de los rendimientos antes de pagar los impuestos) puede ser muy engañosa tanto al intentar comparar las oportunidades de inversión en las plantaciones forestales entre los distintos países, como al confrontar, en particular, las oportunidades de inversión en las plantaciones forestales con otras ocasiones de inversión en un país. La regla más importante que se debe recordar al parangonar cualquier análisis financiero de las oportunidades de inversión es que la información más importante son las ganancias después de pagar los impuestos.

El segundo punto que hay que tener en cuenta es que, en general, el tratamiento fiscal de las inversiones en las plantaciones forestales es favorable. Por ejemplo, una de las mayores ventajas fiscales que la inversión en plantaciones forestales tiene con respecto a las otras inversiones es que generalmente los impuestos no se recaudan anualmente de acuerdo al valor del crecimiento anual de la madera rolliza en pie. En cambio, por lo general, los impuestos se pagan sólo cuando se corta la madera rolliza y ésta origina ingresos para el inversionista o el propietario.

Perley (1992) ofrece un ejemplo sobre la magnitud de ese beneficio. Perley demuestra que, para la inversión en una plantación forestal por 30 años en Nueva Zelandia, el efecto de los impuestos es solamente la reducción de la rentabilidad real de la inversión del 8,5 por ciento (antes de pagar impuestos) al 7,89 por ciento (después de pagar impuestos, calculado utilizando una tasa impositiva del 33 por ciento). En contraste, el efecto de los impuestos en una inversión anual de interés fijo (en el mismo período) que devenga una tasa real de rendimiento del 7,32 por ciento (antes de pagar impuestos), es su reducción al 4,1 por ciento (después de pagar impuestos). La diferencia relativa entre los rendimientos antes y después de pagar los impuestos de las dos inversiones se debe a la carga fiscal que hay que pagar anualmente sobre la inversión de interés fijo. Los impuestos sobre la renta procedente de la inversión en las plantaciones forestales deben pagarse sólo cuando se recolecta la madera rolliza.

En algunos países, la inversión en plantaciones forestales recibe un tratamiento fiscal aún más favorable, cuando los costos de establecimiento pueden deducirse de otros ingresos anteriores al pago de los impuestos o contrapesar las pérdidas en otras partes de la cartera del inversionista. Estas "exenciones fiscales" han sido muy populares en varios países, aunque a menudo producen consecuencias involuntarias (véase el Recuadro 6 para un ejemplo). Asimismo, generalmente en los países en desarrollo son menos eficaces que las donaciones directas en efectivo o los subsidios puesto que, de todas formas, muchos pequeños terratenientes pagan poco o ningún impuesto.

Recuadro 6: promoción del establecimiento de plantaciones forestales a través de un tratamiento fiscal favorable: un ejemplo del Reino Unido

Durante gran parte de los años setenta y ochenta, en el Reino Unido se lograron altos índices de establecimiento de plantaciones forestales. Este éxito fue impulsado en gran medida por el tratamiento fiscal favorable de las inversiones en las plantaciones forestales; pero acarreó consecuencias involuntarias.

¿Cómo se logró?

Sencillamente, la evasión legal de los impuestos sobre las inversiones en las plantaciones forestales implicó tres etapas:

1. Cuando un inversionista adquiría una plantación forestal o la tierra para la plantación, elegía gravarla básicamente como un negocio (es decir, sobre la base de las ganancias y las pérdidas cada año). En los primeros años del establecimiento se producían grandes pérdidas al incurrir en los costos de plantación y ordenación, sin obtener ningún ingreso de la venta de la madera rolliza. Estás pérdidas se contrapesaban con los otros ingresos del inversionista.

2. Una vez que la plantación forestal había alcanzado la primera etapa de aclareo, el inversionista transfería la propiedad a otra persona (p. ej., un miembro de la familia). Esta transferencia no resultaba en una obligación tributaria.

3. Entonces, el nuevo propietario elegía gravar la plantación forestal básicamente como un bien territorial. En este caso, los impuestos se cobraban sobre el valor esperado de alquiler de la tierra en su estado sin reformar. En muchos casos, éste era tan bajo, que las autoridades tributarias no se preocupaban de recaudarlo.

Este sistema funcionaba porque los propietarios podían elegir bajo cuál programa deseaban que se le impusieran las cargas fiscales y porque el aumento en el valor de los árboles estaba excluido explícitamente del impuesto sobre las plusvalías y, por tanto, no resultaba en una carga cuando se transfería la propiedad.

¿Cuáles fueron las consecuencias?

Este acuerdo resultó muy exitoso en la promoción de la forestación, pero acarreó dos consecuencias involuntarias. En primer lugar, el esquema presentaba un método muy eficaz desde el punto de vista fiscal para que las personas de altos ingresos crearan un bien libre de impuestos. Esto resultó impopular para el público general (y las autoridades fiscales). En segundo lugar, fomentó el embosquecimiento en las tierras más baratas (el costo de adquisición de la tierra no era deducible de los impuestos de acuerdo con el punto 1 arriba citado y la tierra más pobre atrajo la carga más baja según el punto 2 supra). Esta tierra solía ser un terreno con la menor productividad forestal, pero con frecuencia también poseía un alto valor de conservación (en su estado original).

En el Reino Unido se han reducido los beneficios fiscales para la inversión en las plantaciones, pero todavía las actividades forestales en gran parte están exentas de la mayoría de impuestos.

Fuente: A. Whiteman (comentario personal).

 

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