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Algunas reflexiones sobre la conservación genética en el sector forestal

C. Palmberg-Lerche

Christel Palmberg-Lerche
es el Jefe del Servicio de Desarrollo
de Recursos Forestales, Departamento
de Montes de la FAO, Roma.

Consideraciones para la conservación eficaz de los recursos genéticos forestales, a partir de dos principios básicos: la naturaleza no es estática; y los bosques y los recursos genéticos que contienen son renovables si se gestionan de forma adecuada.

Los responsables de la ordenación forestal son cada vez más cons- cientes de las preocupaciones del público y de los organismos de reglamentación acerca de la diversidad biológica y tratan de darles respuesta (FAO, 2002; Libby, 2000). En este artículo se destacan algunas ideas fundamentales -a veces ignoradas- sobre la conservación de los recursos genéticos en el sector forestal, en particular, la necesidad de reconocer los valores productivos y ambientales de los bosques y de admitir que la intervención humana en la naturaleza no es siempre negativa.

Partiendo de esas ideas básicas, se abordan algunas consideraciones para la conservación eficaz de los recursos genéticos forestales, como la necesidad de establecer vínculos estrechos entre las actividades de conservación que se desarrollan a distintos niveles (local, nacional, regional e internacional); la necesidad de manejar los recursos que se han seleccionado con fines de conservación en diferentes lugares, condiciones ambientales y regímenes silvícolas; y los medios de fomentar la concienciación sobre las cuestiones relacionadas con los recursos genéticos a todos los niveles con el fin de perfeccionar las estrategias de conservación.

NECESIDAD DE ADOPTAR UN ENFOQUE EQUILIBRADO

Los árboles y los bosques tienen un gran valor emocional y espiritual en casi todas las sociedades y los ecosistemas que sostienen tienen un valor ambiental intrínseco en la medida en que contribuyen a la conservación del suelo y el agua, ofrecen cobijo y alimento a la fauna silvestre y un hábitat a otras especies y permiten satisfacer necesidades de esparcimiento, estéticas y espirituales. Además de esos servicios, los productos que se obtienen de los árboles -madera, frutos, forraje, resinas, gomas, tintes y otros- tienen también una gran importancia económica y social. Ello contrasta con lo que ocurre en el caso de la agricultura; un campo de trigo tiene valor socioeconómico, pero sus valores ambientales son mucho menores o inexistentes.

Es necesario adoptar un enfoque equilibrado acerca del valor de los bosques y de sus funciones ambientales, así como de la importancia de los productos madereros y no madereros que proporcionan los árboles y los bosques.

Cuando no se adopta un enfoque equilibrado, o cuando no se comprenden todos estos aspectos, se producen fricciones y enfrentamientos, como los que tienen lugar a veces entre los representantes de las instancias decisorias o de la industria forestal, por un lado, preocupados por conseguir rendimientos rápidamente y por el producto final de los bosques, y los movimientos populares que solamente prestan atención a los valores ambientales (o uno de los valores ambientales, como la diversidad biológica, el mantenimiento del hábitat de una especie o de un grupo de especies), por otro.

Las prioridades en la ordenación sostenible de los bosques, incluyendo la conservación de la diversidad biológica forestal en los niveles de los ecosistemas, las especies y los recursos genéticos, dependerán de la jerarquía de valores y de la importancia relativa que se atribuya a las diferentes funciones de los bosques. Sin duda, el diálogo y la participación de todas las partes interesadas es sumamente importante para adoptar decisiones equilibradas y conseguir que los programas de acción orientados a la conservación genética gocen de una aceptación general y de esa forma sean sostenibles y duraderos.

LA INTERVENCIÓN HUMANA NO SIEMPRE ES NEGATIVA

En los debates públicos que tienen lugar actualmente se presupone a menudo que las amenazas para la diversidad son relativamente reducidas. También se piensa con frecuencia que todas las intervenciones humanas son destructivas. Si eso fuera cierto, para resolver los problemas bastaría con suprimirlas o impedir la combinación de distintos usos de la tierra en los mismos lugares.

Existen numerosos mitos en relación con los bosques. Entre los mitos populares que es necesario erradicar rápidamente figuran la creencia de que la naturaleza es estática y que la ausencia de intervención humana asegurará el mantenimiento invariable de los ecosistemas; que el estado actual de la diversidad es el estado perfecto; y que la acción humana es una amenaza que sólo puede reducir la diversidad genética y en ningún caso contribuir a mantenerla o aumentarla (Eriksson, Namkoong y Roberds, 1993; Palmberg-Lerche, 1990).

Recolección de material para la conservación de recursos genéticos, Brasil

L. PROCÓPIO

LAS INTERVENCIONES EN LA ORDENACIÓN DE LOS RECURSOS GENÉTICOS

La gestión de la diversidad biológica a nivel de los ecosistemas, especies, poblaciones, individuos y genes es una tarea que exige intervenciones de signo distinto y los problemas y las soluciones serán diferentes en función de variables como:

Además, las soluciones dependerán también del tipo e intensidad de utilización humana de los recursos y de los productos que se obtienen de ellos.

Por último, y esto es esencial, las soluciones dependerán del marco jurídico y normativo en vigor, de los niveles de apoyo y estabilidad institucional, de la capacidad institucional para desempeñar el cometido utilizando procedimientos técnicamente adecuados, económicamente viables y socialmente aceptables, así como de los niveles y el mantenimiento de la financiación necesaria para hacer frente a todas las tareas.

La ordenación genética y los programas de conservación deben basarse en una información sólida desde el punto de vista técnico y científico. A corto plazo, sin embargo, las medidas de ordenación genética deben adoptarse de forma inmediata sin esperar a disponer de los conocimientos científicos más recientes y utilizando la mejor información disponible y criterios bien razonados, aplicando estrategias flexibles en las que puedan incorporarse los nuevos descubrimientos.

A menudo, los problemas técnicos y científicos absorben casi por completo la atención del personal técnico. Pero además de cumplir esa tarea, tienen la obligación de informar a los políticos, los responsables de adoptar las decisiones y el público en general sobre las estrategias y metodologías posibles para hacer frente a los desafíos de la conservación y la ordenación genética, sobre las prioridades y sobre las consecuencias que pueden derivarse de la inacción. Comprender adecuadamente todas esas cuestiones es un requisito indispensable para conseguir un apoyo, tan necesario, a todos los niveles, incluso en el ámbito de la formulación de las políticas nacionales, que a su vez es esencial para conseguir apoyo y financiación continuada a nivel institucional.

CONCEDER ATENCIÓN A LOS DIFERENTES ÁMBITOS DE ACTUACIÓN

En lo que concierne a la conservación de los recursos genéticos no existe una estrategia única que pueda aplicarse a todas las situaciones. Al planificar las intervenciones en la ordenación genética es importante examinar y considerar todos los niveles de atención y tipos de acción posibles. Los programas nacionales, que responden a necesidades nacionales y locales, son los elementos básicos de cualquier actuación relacionada con los recursos genéticos forestales, pero tienen limitaciones, pues la distribución natural de muchas especies arbóreas forestales desborda las fronteras políticas y, por otra parte, algunas especies y procedencias que apenas revisten importancia en sus países de origen pueden haber adquirido una significación social o económica fuera de su área natural de distribución. Así pues, la colaboración entre dos o más países es necesaria para asegurar la complementariedad de las actuaciones en los ámbitos regional e internacional.

Los programas de acción regionales y subregionales, si bien se basan en los planes nacionales, pueden ser un punto de referencia y fuente de información para las actividades nacionales de conservación genética. La concertación de los principios que determinan las prioridades en las actividades de conservación y el diálogo sobre las estrategias y metodologías posibles refuerzan los efectos y la eficacia de las actividades nacionales. En muchos casos, la atención regional e internacional y la colaboración a esos niveles son un poderoso argumento adicional para convencer a las instancias normativas y decisorias de la importancia de las cuestiones en juego y de la necesidad de adoptar medidas de carácter nacional.

Posteriormente, si así lo deciden los países, los programas de acción subregionales y regionales pueden situarse en un contexto más general y contribuir a establecer un marco global de actuación a escala mundial (Palmberg-Lerche, 1997; Palmberg-Lerche y Hald, 2000; Sigaud, Palmberg-Lerche y Hald, 2000; FAO, 2001).

El establecimiento de un vínculo y un diálogo entre todos los interesados en los distintos ámbitos es una necesidad imperiosa, como lo son también las consideraciones intersectoriales y la colaboración y el apoyo al intercambio de información y conocimientos técnicos a todos los niveles.

En tanto que el apoyo a la elaboración de metodologías y a la investigación debe prestarse a nivel nacional y local, otros problemas pueden afrontarse mejor en los ámbitos regional, ecorregional y, en ocasiones, internacional. Las actividades de carácter supranacional contribuyen en muchos casos a la utilización óptima de unos recursos escasos y a evitar una duplicación innecesaria de esfuerzos.

De modo análogo, los ensayos sobre el terreno y los programas experimentales son, por lo general, de ámbito nacional y local, aunque también hay actividades de este tipo de índole regional. En este aspecto, es menos destacada la función de los organismos e instituciones internacionales, que se centra en el apoyo técnico, pero no en las intervenciones.

La aplicación de estrategias de conservación sobre el terreno se realiza principalmente a nivel nacional y local y, a veces, a nivel regional. Los progresos dependen del compromiso que asuman en los países los encargados de formular las políticas, el personal técnico y otros interesados. Los organismos e instituciones internacionales como la FAO pueden contribuir a concienciar sobre las necesidades, a proponer estrategias y metodologías y a fomentar la capacidad, pero en ningún caso pueden llevar a cabo las actividades de conservación. Los países deben tener en cuenta este hecho cuando planifiquen sus actividades.

Los ensayos de campo (como los que se muestran aquí en relación con el abeto Douglas, Pseudotsuga menziesii, en el Canadá) pueden servir como poblaciones de conservación ex situ

FAO, DEPARTAMENTO DE MONTES/C. HEAMAN

FOMENTAR LA CONCIENCIACIÓN PARA PERFECCIONAR LAS ESTRATEGIAS

¿Qué pueden hacer los profesionales del sector forestal para fomentar a todos los niveles la concienciación sobre la necesidad de ordenar los recursos genéticos y para que se adopten medidas de ordenación o se perfeccionen las intervenciones? A este respecto, conviene recordar algunos principios esenciales:

Será necesario constatar regularmente los progresos conseguidos y ajustar en consecuencia las actuaciones, aplicando estrategias y planes orientados al futuro. Al introducir ajustes habrá que tener en cuenta las experiencias y los nuevos conocimientos adquiridos, así como la existencia de una mayor conciencia a nivel político, que se habrá reflejado en un mayor apoyo institucional y en la asignación de los recursos.

Un factor trascendente y una condición importante para conseguir resultados positivos es el reconocimiento de que las políticas nacionales en materia de diversidad biológica forestal y recursos genéticos forestales abarcan actividades muy diversas, desde las medidas de conservación destinadas a proteger especies y poblaciones raras y en peligro hasta la reglamentación sobre la recolección y transferencia de semillas de especies arbóreas de importancia socioeconómica, pasando por la adopción de un enfoque global en la ordenación de los paisajes, los ecosistemas y los recursos genéticos forestales. Todas esas esferas de actividad cumplen su función y es necesario encajar perfectamente todas las piezas del conjunto para configurar una estrategia coherente de acción en el ámbito de los recursos genéticos forestales.

MULTIPLICIDAD DE ACTUACIONES PARA LA CONSERVACIÓN DE LOS RECURSOS GENÉTICOS

La intervención en una combinación adecuada de zonas con recursos, en diferentes lugares y en condiciones ambientales y regímenes silvícolas distintos es, probablemente, la forma más eficaz de conservar la diversidad y la variación genética de los árboles forestales.

Entre las estrategias que deben adoptarse para lo que Wilcox (1990 y Wilcox, 1995) describía como la "incorporación de las preocupaciones de conservación en un conjunto de opciones sobre el uso de la tierra" figuran la de incorporar las consideraciones relativas a los recursos genéticos en la gestión de:

La conservación genética ex situ puede comportar también la conservación en forma de semillas, polen y tejidos, complementada con el material mantenido en las poblaciones de mejoramiento (véase la figura).

Ordenación de los recursos genéticos de los árboles y arbustos forestales: concepto y componentes

CONCLUSIONES

Abdou Salam Ouédraogo, Oficial forestal superior de recursos genéticos en el Instituto Internacional de Recursos Fitogenéticos (IPGRI), ya fallecido, recordaba frecuentemente las palabras de un ministro de asuntos forestales de su país nativo, Burkina Faso, que después de haber asistido a varias sesiones en un taller sobre recursos genéticos forestales organizado por la FAO y el IPGRI a mediados del decenio de 1990, señaló: "Pensaba que la conservación de los recursos genéticos forestales era un tema complejo y resultaría difícil de comprender, pero estoy viendo que, realmente, esto de la conservación es lo que hacemos todos los días".

Tal vez, en esto reside el secreto de conseguir niveles crecientes de atención y apoyo y de afrontar los desafíos inherentes a las abstracciones que se expresan mediante los términos "conciencia política" y "voluntad política", que en último extremo se refieren a la existencia de legislación, políticas, instituciones y compromisos a corto, medio y largo plazo: lo que es necesario para conseguir que los interesados y los colaboradores, a todos los niveles, comprendan que la conservación es una tarea cotidiana, no necesariamente difícil y técnicamente compleja, pero esencial para que las naciones puedan garantizar la sostenibilidad en la silvicultura, en la agricultura y en el desarrollo nacional y local.

Bibliografía


*El contenido de este artículo se ha adaptado de una intervención del autor en el Curso sobre conservación y ordenación de los recursos genéticos forestales en Europa oriental organizado por el Instituto Internacional de Recursos Fitogenéticos (IPGRI) y Austria, en colaboración con la FAO, que tuvo lugar en Gmunden, Austria, del 29 de abril al 12 de mayo de 2001.


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