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INTRODUCCIÓN


La disminución y variabilidad a largo plazo de los precios de los productos agropecuarios continúan siendo un motivo de preocupación no sólo para los países en desarrollo que dependen de los ingresos de exportación de productos básicos, especialmente tropicales, sino también para los que dependen cada vez más de las importaciones de alimentos para su seguridad alimentaria. Se prevé una disminución relativa de los precios de los productos agrícolas a largo plazo, ya que el progreso tecnológico reduce los costos y hace aumentar la oferta a un ritmo más rápido de lo que el crecimiento demográfico y de los ingresos hacen aumentar la demanda. Sin embargo, los cambios imprevistos en la oferta y la demanda conducen a una variabilidad en torno a las tendencias de los precios de los productos básicos, y los efectos de dichas variaciones son más pronunciados debido a las características económicas y materiales propias de los productos agrícolas, tales como la escasa elasticidad de la demanda y de la oferta y el carácter perenne de la producción. Por lo general, los precios de todos los productos se ven afectados por los mismos factores básicos, a saber las condiciones de mercado de la demanda y la oferta, pero pueden variar con el tiempo como consecuencia de los cambios tecnológicos, las preferencias de los consumidores, y las estructuras, políticas o instituciones del mercado. En los artículos de la presente edición de Situación de los Mercados de Productos Básicos se describen los análisis emprendidos por la Dirección de Productos Básicos y Comercio de la FAO pertinentes a algunas cuestiones de mercado y de política relativas a productos básicos.

La demanda inelástica con respecto a los precios para la mayoría de los productos agrícolas hace que cuanto más bajos sean los precios mundiales tanto más bajos son los ingresos de exportación para los exportadores de los países en desarrollo. Muchos países en desarrollo, y especialmente algunos de los países menos adelantados, siguen dependiendo de la exportación de uno o unos cuantos productos agrícolas para una parte importante de sus ingresos. En el primer artículo se analiza la crisis internacional del café, que constituye una ilustración gráfica de las dificultades a las que vienen haciendo frente en los últimos años los exportadores de productos básicos. En él se explican también algunas de las dificultades inherentes a las respuestas coordinadas de la industria a la depresión de los precios. El examen del infructuoso plan de retención de las exportaciones de café aplicado recientemente reviste una particular importancia para los debates actuales sobre los planes de control de la oferta de productos básicos. Todos los intentos encaminados a controlar los suministros de productos básicos están preñados de dificultades. Las iniciativas emprendidas para estimular la demanda a través de una promoción genérica pueden ser más prometedoras, pero a plazo más largo el equilibrio entre la oferta y la demanda exige la diversificación de la producción de productos básicos.

Es evidente que las consecuencias de los precios bajos de los productos agrícolas son diferentes para los exportadores de productos básicos que para los importadores de alimentos, aunque la disminución de los ingresos de exportación reducirá la capacidad de un país para pagar las crecientes importaciones de alimentos. El descenso de los precios internacionales de los alimentos básicos debería atenuar el crecimiento de las facturas de importación de alimentos de los países en desarrollo importadores, entre los cuales figuran muchos de los países más aquejados por la pobres. Ahora bien, la tendencia a aumentar las importaciones netas expone a los países a los riesgos de la variabilidad en los precios de los alimentos y, por lo tanto, de las facturas de importación. En el segundo artículo de este estudio se analizan las tendencias de las facturas de importación de alimentos y de la creciente vulnerabilidad de los países menos adelantados a la variabilidad de los precios de los productos básicos, sobre todo a la que podría derivar de la reforma de las políticas relativas al comercio internacional de productos agropecuarios. Las fluctuaciones de los precios no constituyen la única fuente de la escalada de las facturas de importación de alimentos. En el tercer artículo dedicado a las emergencias alimentarias, la seguridad alimentaria y el progreso económico en los países en desarrollo, se examinan los efectos de los desastres tanto naturales como artificiales, cuya frecuencia ha ido en aumento en los últimos años.

El efecto de la variabilidad de los precios mundiales de los productos básicos en los productores y los consumidores, y la eficacia de las señales de los precios para determinar ajustes en la oferta y la demanda dependen de la transmisión de los precios del mercado mundial a los mercados nacionales. Por ejemplo, sólo en el caso de que el descenso de los precios se transmita a los mercados internos los productores tendrán el incentivo para reducir la producción y los consumidores el incentivo para aumentar su demanda, llevando el mercado a una situación de equilibrio. El cuarto artículo del presente estudio sobre integración de mercados y transmisión de precios se refiere precisamente a estas cuestiones. El artículo se centra en particular sobre el análisis empírico del alcance de la transmisión de precios desde el mercado mundial a los mercados internos, y presenta algunos ejemplos de estudios de casos sobre la transmisión de precios para diversos cultivos alimentarios y comerciales.

En los recientes debates de los mercados internacionales de productos básicos ha predominado la cuestión de la liberalización del comercio y de las negociaciones multilaterales sobre la mejora del acceso a los mercados y la limitación de las subvenciones a las exportaciones. En general, se considera que la liberalización determinará un aumento de los precios de los productos básicos al menos a corto plazo, aunque en lo que va del período posterior a la Ronda Uruguay los efectos de la liberalización en los precios de los productos son al parecer exiguos. Las negociaciones de la actual Ronda de Doha marchan lentamente, y en la reunión ministerial de Cancún se presentaron opiniones muy divididas sobre el alcance y los objetivos de la liberalización prevista. Sigue habiendo, sin embargo, un gran interés en los probables resultados de las negociaciones. Los dos artículos siguientes examinan las cuestiones y debates en materia de política.

En el primero de los dos artículos de política se evalúan las probables repercusiones de las modalidades propuestas en la Ronda de Doha por Harbinson, los Estados Unidos y la UE en los precios mundiales, en el bienestar de los productores y consumidores, el comercio y los ingresos gubernamentales. Dado que se ha dado en llamar a la Ronda de Doha “Ronda de Desarrollo”, el artículo se centra en sus consecuencias para los países en desarrollo y los países menos adelantados, y evalúa en qué medida se tendrían en cuenta las preocupaciones de los países en desarrollo en las distintas propuestas de reforma.

Mientras el logro de un acceso mejor a los mercados es algo importante para los productos alimentarios, los niveles de los aranceles de los productos tropicales y las materias primas, al menos en sus formas menos elaboradas, no suelen ser elevados. Las cuestiones más importantes en el sector de dichos productos son la progresividad arancelaria, en la que los aranceles aumentan a lo largo de las cadenas de valor, y la ayuda interna en los países desarrollados que fomenta el exceso de producción. Dos cuestiones que recibieron un tratamiento especial en la Conferencia Ministerial de Doha. La reducción de la progresividad arancelaria se considera un elemento decisivo de la dimensión de desarrollo de la Ronda de Doha en cuanto limita la posibilidad de los exportadores de los países en desarrollo de capturar valor añadido a través de la diversificación vertical y de lograr, por consiguiente, un crecimiento mayor y menos inestable en los ingresos de exportación. El último artículo examina la incidencia generalizada de la progresividad arancelaria y en qué medida la limitarán las distintas fórmulas de reducción de aranceles.

David Hallam

Jefe del Servicio de Materias Primas,
Productos Tropicales y Hortícolas

Editor de Situación de los Mercados
de Productos Básicos 2003-2004


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