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Los artrópodos como indicadores ecológicos de sostenibilidad en los bosques canadienses

Extraído del documento “Arthropods as ecological indicators of sustainability in Canadian forests”, de David W. Langor (Recursos Naturales del Canadá, Servicio Forestal Canadá, Edmonton, Alberta, Canadá) y John R. Spence (Departamento de Recursos Renovables, Universidad de Alberta, Edmonton, Alberta, Canadá), presentado en el XII Congreso Forestal Mundial.

Habida cuenta de que el conocimiento de la ecología forestal y la capacidad de describir y medir funciones que mantienen características positivas de los bosques son limitados, es posible controlar los cambios en la distribución y abundancia de organismos como indicadores de modificaciones en el funcionamiento ecológico. Tales indicadores hacen posible detectar y mitigar las perturbaciones de origen humano que amenazan a los sistemas «naturales» y confirmar la recuperación ecológica una vez que se ha producido la alteración del ecosistema. Las primeras iniciativas en la utilización de especies faunísticas forestales como indicadores forestales de alteraciones en los ecosistemas forestales canadienses se han centrado principalmente en los vertebrados. Sin embargo, los artrópodos, principalmente los insectos, tienen características que los hacen interesantes como posibles indicadores:

• casi dos tercios de las especies de animales existentes en los bosques canadienses son artrópodos y realizan una gama de diversas de funciones;
• es poco costoso recoger muestras que reflejen la situación de las poblaciones;
• pocas especies realizan migraciones en gran escala, lo que garantiza que los cambios poblacionales deban ser atribuidos a variaciones locales;
• su sensibilidad a la situación medioambiental permite determinar qué aspectos del cambio ambiental explican las modificaciones que se registran en la fauna.

El establecimiento de indicadores ecológicos es un proceso sistemático que comporta una serie de etapas básicas, cada una de las cuales plantea problemas significativos.

Selección del indicador. Para que los indicadores sean efectivos deben ser viables desde el punto de vista económico y logístico y eficaces desde el punto de vista biológico. En el Canadá, el principal problema en la selección de taxones para su estudio es la dificultad de la identificación de los artrópodos. En consecuencia, la labor se ha centrado en unos pocos grupos bien conocidos: escarabajos (carábidos y estafilínidos) y arañas que habitan en la hojarasca; escarabajos saprofílicos presentes en la madera muerta; polillas y mariposas, y ácaros y colémbolos que viven en el suelo.

Acopio e interpretación de los datos. Es necesario disponer de datos para comprender el alcance de la variación natural en la abundancia de especies y establecer relaciones entre los indicadores y determinadas variables bióticas o abióticas. El alcance de la variación natural es una referencia respecto de la cual se pueden comparar las respuestas a las alteraciones de origen humano. Estudios recientes han aportado datos en relación con las alteraciones naturales y respuestas cuantificadas de los artrópodos a las perturbaciones causadas por los seres humanos.

Esta etapa plantea problemas importantes. En primer lugar, los métodos de captura y los protocolos de muestreo tienen sesgos intrínsecos que es necesario tener en cuenta para interpretar correctamente los datos. El segundo lugar, las poblaciones de artrópodos presentan variaciones estacionales elevadas, por lo cual el muestreo realizado durante una parte breve del período de actividad no permite evaluar con precisión la existencia o ausencia, o la abundancia relativa, de especies, ni establecer comparaciones significativas en el espacio y en el tiempo necesarias para cumplir los objetivos de seguimiento. En tercer lugar, la elaboración de las muestras tiene un costo elevado y puede limitar el alcance de los proyectos y ralentizar el acopio de datos. Estos problemas suelen limitar los estudios sobre los artrópodos a escalas espaciales relativamente reducidas.

Evaluación de la solidez y representatividad. La utilidad de un indicador depende de su solidez y representatividad. La solidez está en función del grado en que los resultados obtenidos a pequeña escala se pueden ampliar para representar situaciones en mayor escala. Para comprobar la solidez espacial de los indicadores se puede recurrir a metanálisis de múltiples conjuntos de datos a escalas crecientes. De esta forma es posible examinar en qué medida un indicador representa las respuestas de otros grupos, pues en el Canadá varios estudios han medido las respuestas de múltiples grupos taxonómicos a las alteraciones. Así pues, se pueden estudiar grupos individuales para determinar su idoneidad como indicadores de respuestas más amplias en el ecosistema. Para los escarabajos carábidos en particular, existen datos suficientes para efectuar metanálisis de su solidez y representatividad.

Bioseguimiento. El bioseguimiento es la evaluación sistemática de una serie de indicadores ecológicos experimentados en múltiples escalas espaciales y temporales para detectar cambios incipientes en la estructura, funcionamiento y composición del ecosistema en respuesta a influencias naturales y de origen humano. La experiencia en la utilización de artrópodos terrestres como indicadores ecológicos es escasa y la posibilidad de utilizarlos en el futuro depende del resultado de la selección del indicador ecológico. Antes de proceder a estudiar nuevos grupos o de utilizar artrópodos en programas de seguimiento es necesario demostrar el valor que tienen como indicadores los grupos que se están estudiando en la actualidad.

Utilización en las tareas de gestión. El uso de artrópodos como indicadores para orientar las tareas de gestión tendría un costo elevado. Tal vez resultaría más económico centrarse en los hábitats (o en otros elementos ecológicos) como indicadores. Un mayor conocimiento ecológico de la distribución y los hábitats de los artrópodos podría llevar a mejorar notablemente los sistemas de clasificación ecológica y la identificación de hábitats amenazados por la actividad forestal. Sin embargo, es preciso verificar permanentemente la correlación entre la situación de los hábitats y la situación de las especies para garantizar que esos otros elementos sean pertinentes desde el punto de vista ecológico.


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