Previous Page Table Of Contents Next Page


Los bosques modelo: asociaciones en favor de la ordenación sostenible

P. Besseau y C. Mooney

Peter Besseau es Director Ejecutivo de la Secretaría Internacional de la Red Internacional de Bosques Modelo (IMFNS), Ottawa, Canadá.
Christa Mooney es oficial de comunicaciones de la IMFNS, Ottawa, Canadá.

En el XII Congreso Forestal Mundial, la armonía entre la población y los bosques se convirtió en el eje central del debate sobre la ordenación forestal sostenible, y uno de los temas que se abordó con mayor interés fue el de las asociaciones. En diversas reuniones y declaraciones, los participantes reconocieron en todo momento la función crucial que les incumbe a las comunidades, las organizaciones no gubernamentales y los trabajadores locales, incluidas las poblaciones indígenas y las mujeres, en la ordenación forestal sostenible y en los procesos de adopción de decisiones, junto con los gobiernos y el sector forestal.

Durante el congreso, los participantes se refirieron en repetidas ocasiones a los bosques modelo como ejemplo de asociaciones basadas en una colaboración de gran alcance.

Los bosques modelo fueron el tema de uno de los documentos preparados por invitación del congreso y de uno de los documentos principales, y figuraron de forma destacada en más de 10 ponencias voluntarias, siendo además mencionados en casi otra veintena de documentos. Un acto paralelo organizado conjuntamente por la Red Internacional de Bosques Modelo y la Red Canadiense de Bosques Modelo el 22 de septiembre de 2003 tuvo un éxito notable, como lo indica que más del doble del número de participantes esperados llenaron la sala para escuchar a oradores de Chile, China y Canadá relatar la experiencia de su participación en la iniciativa de los bosques modelo.

¿Qué es un bosque modelo?

Un bosque modelo es una zona geográfica claramente delimitada con un perfil forestal predominante en la que una asociación de partes interesadas se ponen de acuerdo para:\

• configurar una visión local compartida en materia de sostenibilidad;
• definir metas estratégicas, objetivos y procesos de gestión;
• acordar acciones concretas y actividades específicas en función de esas metas;
• ponerlas en práctica trabajando en común e intercambiando experiencias a través de las Redes Internacional y Regional de Bosques Modelo;
• compartir resultados y desafíos con todas las partes interesadas, ya sean comunidades locales, gobiernos e instituciones públicas y privadas (de ahí su valor para experimentar políticas forestales que puedan repetirse en otros lugares).

El concepto de bosques modelo se acuñó en Canadá en 1990. Inicialmente se seleccionaron 10 sitios para aplicar el concepto, pero son ya 11 los bosques modelo que hay en el país. La idea de ampliar la iniciativa canadiense para formar una Red Internacional de Bosques Modelo (IMFN) se formuló en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD) de 1992, y la red internacional comenzó a funcionar en 1994. Como en el caso de la red canadiense, la finalidad de la IMFN era promover la aplicación sobre el terreno de nuevos conceptos e ideas en la ordenación forestal sostenible y dar oportunidades para demostrar y compartir esas experiencias.

Los bosques modelo tienen una superficie que oscila entre 86 000 y más de 7 millones de hectáreas y unas condiciones ecológicas y socioeconómicas muy diferentes. No existen dos bosques modelo idénticos porque cada uno de ellos tiene su idiosincrasia en lo que respecta a su utilización tradicional, modelo de asentamiento, legislación, costumbres y recursos. Sin embargo, los bosques modelo en los que los resultados han sido satisfactorios comparten los siguientes elementos:

• existencia de asociaciones;
• compromiso con la ordenación forestal sostenible;
• una superficie lo bastante extensa para que sea posible incorporar todos los usos y valores del bosque (incluyendo núcleos urbanos, ríos, explotaciones agrícolas, bosques y zonas protegidas);
• una serie de actividades que reflejen el valor de los recursos forestales y respondan a las necesidades de la comunidad;
• una estructura de gobierno en la que unos socios con valores diferentes puedan colaborar de forma confortable;
• el fomento de la capacidad e intercambio de conocimientos con otros miembros de la red mundial de bosques modelo en funcionamiento.

El término «modelo» no pretende expresar un plan estático, regido o inalterable. Antes bien, esos bosques permiten ensayar y demostrar políticas y prácticas óptimas de manejo forestal que luego se pueden compartir o adaptar a otros bosques modelo de otras regiones o países. También se exhorta a los gobiernos nacionales a adoptar esas prácticas idóneas para aplicarlas más allá de los límites del bosque modelo.

Los bosques modelo tienen el apoyo de los gobiernos nacionales, que desempeñan una función esencial porque se requiere voluntad política para que un bosque modelo pueda funcionar y porque es indispensable crear un vínculo dinámico entre la política y la práctica de la ordenación forestal sostenible. Los gobiernos son una parte importante por su condición de custodios de las tierras de propiedad pública y por sus responsabilidades en materia normativa y de reglamentación.

Los bosques modelo son plenamente pertinentes para los programas forestales nacionales, como zonas de demostración de importancia nacional y como centros de experimentación de políticas y prácticas innovadoras de gestión forestal.

Internacionalización del proceso

Hoy en día hay 31 bosques modelo en 14 países de todo el mundo, con una superficie total de más de 27 millones de hectáreas (véase el mapa, pág. 28). Otros nueve países han iniciado el proceso para establecer un bosque modelo o han expresado el interés en hacerlo.

En el año 2002, se fundó el Centro Regional de Bosques Modelo para América Latina y el Caribe, con sede en Santiago, Chile. La principal finalidad del centro regional es definir y articular un programa regional de ordenación forestal sostenible que refleje las prioridades, los elementos positivos y las oportunidades de la región. Está también avanzado el proceso de establecimiento de una red regional en Asia, donde se ha expresado un vivo interés por los bosques modelo.

Un enfoque basado en la colaboración

El concepto de bosque modelo en la ordenación forestal se basa en la idea de que la participación local tiene una importancia crucial para la ordenación forestal sostenible y de que es preciso contar con la participación de todos cuantos tienen intereses en la tierra. En cualquier región, pueden participar como asociados en el bosque modelo propietarios privados, la industria, agricultores, organizaciones comunitarias, poblaciones indígenas, ecologistas, representantes del mundo académico, gobiernos e instituciones.

Los socios del bosque modelo procuran conciliar las prioridades económicas y de otra índole y hacer comprender la necesidad de que existan concesiones recíprocas. Para ello, participan en actividades educativas, de investigación, conservación de la biodiversidad y elaboración de indicadores locales para controlar el progreso en el logro de objetivos de ordenación forestal sostenible en la zona del bosque modelo. En algunos bosques modelo, los participantes han puesto en claro que la ordenación forestal sostenible debe arrojar un rendimiento económico y tratan de determinar oportunidades económicas que no se basen únicamente en la explotación de la madera.

La participación es voluntaria y no afecta a la tenencia de la tierra ni a la administración de los recursos. De hecho, los asociados participan porque ven, o desean identificar, alternativas viables a las prácticas actuales y porque creen que se han de encontrar soluciones a los problemas comunes.

Algunos ejemplos

Un bosque modelo en la Federación de Rusia. El bosque modelo de Gassinski, de una extensión de 385 000 ha, está situado en la zona de bosques boreales del extremo oriente ruso y alberga un cierto número de especies raras y en peligro, incluidos el oso del Himalaya y el tigre siberiano. Sus principales objetivos son la creación de una base de datos ecológicos precisa, la conservación de la biodiversidad y la integración de factores sociales, económicos y ambientales en un plan general de desarrollo. La diversificación económica es considerada como un factor de primer orden para conciliar los intereses de la población, incluidos los pueblos indígenas, con las necesidades del bosque. La investigación, la transferencia de tecnología, la enseñanza pública y la participación masiva de la comunidad son los principales instrumentos para conseguir el desarrollo sostenible en este bosque.

En el bosque modelo de Gassinski se han conseguido los siguientes logros: la reserva de tierra forestal en la que la prohibición de las actividades de extracción protege el hábitat del tigre siberiano amenazado; la cartografía y protección de zonas florísticas en peligro; el desarrollo de industrias de elaboración de la madera y de productos forestales no madereros con valor añadido para contribuir al sostenimiento de las comunidades dependientes del bosque; y la formulación del primer plan estratégico de desarrollo regional a largo plazo, centrado explícitamente en la sostenibilidad.

Un bosque modelo en Chile. El primer bosque modelo que se estableció al comenzar el programa de bosques modelo de Chile en 1998 fue el bosque modelo de Chiloé, emplazado en una isla del archipiélago meridional de Chile. Las 173 000 ha que lo formaban inicialmente incluyen tierras de cultivo privadas, masas de árboles autóctonos sin desarrollar y un parque nacional. Pueblos indígenas, dirigentes comunitarios, la Iglesia Católica y varias organizaciones no gubernamentales integran el núcleo de asociados del bosque modelo.

Cuando comenzó el programa de bosques modelo, los bosques de Chiloé estaban amenazados por una explotación maderera excesiva y por las talas para la práctica de la agricultura. Incluso los responsables del parque nacional se veían incapaces de proteger las tierras forestales frente a la extracción abusiva de árboles y otras actividades ilegales. Cinco años después, la situación se ha modificado. Actividades con valor añadido como el turismo ecológico, la producción de carbón vegetal, la cestería, la talla de la madera, la recolección de nueces y la producción de tintes naturales generan importantes ingresos para la población local y ofrecen opciones alternativas al aprovechamiento indiscriminado del bosque.

Gracias al éxito conseguido, se ha ampliado la superficie del bosque modelo para abarcar toda la isla de Chiloé, de un millón de hectáreas de extensión. Los objetivos a largo plazo del bosque modelo de Chiloé son mejorar las condiciones de vida, conservar la biodiversidad y promover la singular cultura tradicional de la isla.

Conclusiones

Es posible que el concepto de bosque modelo no sea aplicable en todos los países. El elemento esencial del éxito es el apoyo del gobierno con la voluntad política necesaria que permita la sostenibilidad. Los países que han elaborado programas forestales nacionales, por ejemplo, han demostrado esa voluntad política. En los países que cuentan con un marco suficientemente sólido, el concepto de bosque modelo puede ser una opción excelente para traducir la política forestal en medidas concretas y proporcionar una retroalimentación permanente.

Se puede encontrar más información en el sitio Web de la Red Internacional de Bosques Modelo (www.imfn.net) o poniéndose en contacto con [email protected]

Bibliografía

Collarte, J.C. 2003. Model forests: establishing roots for a sustainable future. Congress Proceedings, XII Congreso Forestal Mundial, Quebec, Canadá, 21-28 de septiembre de 2003, Vol. C, pp. 125-130. Quebec, Canadá, Congreso Forestal Mundial.


Previous PageTop Of Page Next Page