Previous PageTable Of ContentsNext Page

Los grupos de aprendizaje de gestión forestal:
capacitación de los usuarios de los bosques para las prácticas silviculturales al servicio de las necesidades locales

M. Miagostovich

Marco Miagostovich fue Coordinador del Grupo de Aprendizaje de Gestión Forestal, Centro Regional de Formación Forestal Comunal para Asia y el Pacífico, Universidad Kasetsart, Bangkok (Tailandia) hasta 2002. Actualmente trabaja en análisis de ecosistemas en el Servicio de Recursos Marinos, Departamento de Pesca de la FAO, Roma.

El concepto de grupo de aprendizaje de gestión forestal, elaborado en Asia por el Centro Regional de Formación Forestal Comunal juntamente con instituciones y proyectos asociados y con las poblaciones locales, es un enfoque innovador del desarrollo de las prácticas silviculturales en el contexto de sistemas comunales de gestión de los recursos forestales. Se basa en la metodología de las escuelas de campo para agricultores, establecidas por la FAO para la lucha integrada contra las plagas en la producción de arroz de la región.

Es fundamental reconocer el derecho y el interés de las poblaciones locales de participar en la gestión, la conservación y si es preciso la rehabilitación del bosque, y en el desarrollo de nuevas tecnologías mediante la experimentación directa. Se reconoce la capacidad de los usuarios de los bosques para encontrar soluciones silviculturales innovadoras en atención a sus necesidades de productos forestales.

El concepto del grupo de aprendizaje de gestión forestal se desarrolló durante unos tres años mediante reuniones de trabajo y actividades experimentales de campo. Se redactó un manual del facilitador a partir de estas experiencias, y se procedió a elaborar un plan de estudios y material de enseñanza para formar como facilitadores a los responsables de campo. Al crecer el interés por la acción del grupo de aprendizaje, se organizó la formación en el terreno de instructores para promover la capacidad nacional de formación. El sistema de grupo de aprendizaje se ha experimentado en Nepal y Viet Nam, y los materiales de enseñanza se han pedido también para ser utilizados en Indonesia y Filipinas.

Materiales de instrucción destinados a ser utilizados en el proceso del grupo de aprendizaje de gestión forestal

PROCESO

El grupo de aprendizaje de gestión forestal utiliza métodos participativos no académicos de educación de adultos que se centran en las necesidades locales y se apoyan en los conocimientos y experiencias de los usuarios. Se les ayuda a desarrollar la capacidad para analizar sus prácticas actuales y probar soluciones posibles para sus principales problemas de producción forestal, en lugar de hacer llegar a los usuarios de los bosques mensajes preestablecidos como en el sistema tradicional de extensión. Las prácticas silviculturales identificadas pueden entonces ser incorporadas al plan comunal de gestión forestal.

El proceso se basa en un aprendizaje compartido por los usuarios (habitantes locales que encuentran en el bosque sus medios de vida y son miembros de un grupo de gestión forestal más o menos estructurado) y los facilitadores. El papel del facilitador consiste en animar a aprender más bien que en proporcionar información, ofrecer explicaciones o dar respuestas. Los facilitadores inician el debate, aclaran, resumen, comparan y relacionan observaciones y hacen notar las opiniones contrapuestas. Los facilitadores guían el proceso, pero no el resultado. El facilitador debe también descubrir y movilizar a otras personas con conocimientos (personal forestal, agricultores y especialistas competentes) que estén en condiciones de hacer frente a las cuestiones que puedan surgir fuera de su campo de conocimientos técnicos.

El grupo de aprendizaje suele estar formado por 20 a 25 participantes seleccionados por la propia comunidad entre sus miembros. El ideal es que los miembros del grupo de aprendizaje de gestión forestal representen a todos los sectores de la población interesados por el bosque. En la práctica, sin embargo, hay a menudo una tendencia a incluir a los miembros más poderosos o prominentes de la comunidad y a excluir a los grupos minoritarios.

El proceso dura por lo menos uno o dos años, según las prácticas silviculturales que se experimenten. Inicialmente el grupo de aprendizaje se reunirá por lo menos cuatro o cinco veces para realizar las evaluaciones iniciales antes de empezar la temporada de operaciones forestales. Durante la temporada, la frecuencia de las reuniones puede variar de mensual a trimestral o semestral, según el tipo de experimento. En general hay cinco a siete reuniones en la primera temporada. Es aconsejable que las reuniones no duren más de media jornada (tres a cuatro horas).

Los principales pasos del proceso son:

• selección del lugar y la comuna, teniendo en cuenta el interés expreso de ésta y su compromiso por todo el tiempo necesario para experimentar las prácticas de gestión forestal (por lo menos un año);

• selección por la comuna de los miembros del grupo de aprendizaje;

• definición de los intereses, funciones y responsabilidades de los miembros del grupo de aprendizaje de gestión forestal, y establecimiento de normas;

• definición del papel del bosque en los sistemas actuales de subsistencia y de las necesidades previstas de producción forestal para la comuna, y selección de la zona del bosque donde se establecerán parcelas experimentales;

• consideración en común de ideas sobre prácticas de gestión y técnicas de silvicultura que puedan servir para la producción forestal necesaria, para evaluarlas mediante experimentación sobre el terreno;

• planificación y establecimiento de experimentos sobre el terreno;

• observación regular de indicadores escogidos para comprobar los resultados de las prácticas de gestión forestal experimentadas e introducir las medidas correctivas que sean necesarias;

• reuniones de grupo regulares (dos o tres medias jornadas durante la temporada) para reflexionar sobre las observaciones en el terreno;

• comunicación a toda la comuna de los resultados y las lecciones extraídas, en distintos momentos durante la temporada, para poder introducir posibles cambios en el plan vigente de gestión forestal;

• autoevaluación al final de la temporada, seguida de nueva planificación (decisión de continuar con la misma experimentación o explorar nuevas perspectivas).

Un grupo de aprendizaje de gestión forestal en Nepal intercambia ideas sobre las prácticas
de gestión que conviene probar para que el bosque produzca lo que necesitan los usuarios

M. MIAGOSTOVICH

UN EJEMPLO DEL DISTRITO DE MAKWANPUR (NEPAL)

Dos grupos de arrendatarios en el marco del proyecto promovido por Nepal y la FAO para el desarrollo de bosques y forrajes en montes arrendados iniciaron una escuela de gestión agroforestal, consistente en un grupo de aprendizaje de gestión forestal, a mediados de 2000. En virtud del proyecto FAO-Nepal, se arriendan porciones de bosques degradados a familias pobres por 25 a 50 años con objeto de reducir la pobreza y la degradación ambiental. Los dos grupos de arrendatarios del distrito de Makwanpur que iniciaron el grupo de aprendizaje tienen siete y cinco miembros. Cada miembro tiene alrededor de 1 hectárea de terreno, con un arriendo de 25 años y un plan operacional.

El grupo había iniciado ya con éxito la producción en sus tierras forestales de pastos para forraje, utilizados para alimentar al ganado y producir semillas para el mercado. El grupo no tenía experiencia previa de gestión forestal y sus conocimientos de prácticas forestales eran limitados.

El grupo de aprendizaje concluyó que lo que se necesitaba era generar ingresos mediante la producción de leña (principalmente para el mercado pero también para consumo propio). El grupo de aprendizaje estableció una lista de unas 25 especies conocidas productoras de leña y comprobó que siete de ellas existían en sus propios bosques. Se clasificaron las siete especies por su potencial presunto de producción de leña y rebrote de cepa (cantidad y calidad) y se seleccionaron cuatro especies para experimentación. Se trataba de identificar las especies de más rápido crecimiento que produjeran la mayor cantidad de leña en el menor tiempo, las especies con mayor capacidad de rebrote de cepa y el mejor espaciamiento entre árboles.

El grupo de aprendizaje estableció cinco parcelas experimentales más un control, que se observarían durante al menos dos años. Se observaron regularmente los cambios experimentados en las parcelas experimentales, en especial visualmente y utilizando medidas locales. El uso de la cinta métrica para registro de datos fue más difícil, a causa del alto nivel de analfabetismo del grupo. Se registraron las siguientes medidas:

• diámetro y altura de cada árbol dejado en pie (en palmos y mediante cinta métrica);

• número, tamaño y longitud (en dedos o codos) de los nuevos rebrotes a los seis meses;

• cantidad/peso de biomasa producida por rebrotes de cepa a los seis meses (medida en cargas transportables a la espalda);

• leña recogida (medida de igual modo).

Miembros del grupo de aprendizaje de gestión forestal en el distrito de Makwanpur (Nepal)
delimitan una parcela experimental en el bosque

M. MIAGOSTOVICH

UN EJEMPLO DEL DISTRITO DE YEN CHAU (VIET NAM)

Na Nga es una aldea de la minoría étnica tailandesa en el distrito de Yen Chau de Son La Province, en el norte de Viet Nam. El grupo de aprendizaje de gestión forestal en Na Nga se desarrolló en colaboración con el Programa de desarrollo de silvicultura social, un programa de cooperación técnica conjunto del Gobierno de Viet Nam y la Sociedad Alemana de Cooperación Técnica (GTZ), que prestaba ya asistencia en el distrito. Na Nga tiene 115 hogares y una población total de 527 habitantes. Sus 575 hectáreas comprenden 124 hectáreas de bosque natural y 64 hectáreas de plantaciones forestales. El sustento de los aldeanos se basa principalmente en la producción de maíz, mandioca, mango y pesca.

En 1998 se procedió a planificar el uso de la tierra y a adjudicar los terrenos. Desde 1999, se han expedido a las familias 112 certificados que dan derecho a la tierra. Entre las actividades de desarrollo forestal comunal realizadas hasta ahora está la preparación de un reglamento de protección y desarrollo forestal de la aldea y de un plan para proteger el bosque comunal.

Los aldeanos de Na Nga decidieron que su prioridad era el estudio de las técnicas de producción de tallos de bambú y las correspondientes necesidades de protección. Se reconoció que el bosque de bambú no estaba bien administrado; era demasiado espeso y la corta se hacía desordenadamente. Se convino en experimentar con las siguientes prácticas silviculturales:

• no cortar el primer retoño de la temporada, pues ello inhibiría el crecimiento, el número y la fuerza de otros retoños;

• cortar los tallos viejos de bambú (dejando quizá uno o dos para ayudar al nuevo brote a crecer derecho);

• retirar todas las plantas de bambú que crezcan curvadas o presenten indicios de enfermedad;

• podar los tallos hasta un metro de altura;

• cortar las plantas viejas a 50 cm del suelo;

• prohibir la recolección de retoños de bambú en el terreno de experimentación.

Se seleccionó una extensión de unos 1 000 m2 para el terreno de experimentación, que se delimitó mediante una cuerda constituyendo una unidad local común de medida. Se convino en colocar cerca un signo visible de las técnicas experimentales para disuadir a los miembros de la comuna de cortar bambú en los terrenos experimentales.

Se seleccionaron seis indicadores principales para hacer observaciones regulares: número de retoños de bambú; número de tallos; humedad del suelo (por observación, es decir retirando la capa de humus e inspeccionando físicamente el suelo); forma de los tallos (derechos o curvados); grosor de los tallos (medido con cuerda); y longitud de los tallos (medida con cuerda).

Comentarios de campesinos participantes en pruebas de grupos de aprendizaje de gestión forestal

«Creíamos que [el facilitador] vendría y nos diría lo que hay que cortar y cómo, pero después hemos visto que lo podemos saber nosotros mismos respondiendo a las preguntas [del facilitador].»

«Al principio el proceso era muy complicado, pero después de tres o cuatro días, cuando definimos nuestras necesidades prioritarias, resultó más claro y descubrimos que tal vez podríamos conseguir nuestros propósitos mediante diferentes prácticas de gestión.»

«Creíamos que [el facilitador] iba a hablar primero de la gestión forestal, pero hablamos de todo menos de gestión forestal. Después de una discusión hemos llegado a comprender las ventajas de esta manera de aprender.»

«Creíamos que cuidar del bosque significaba protegerlo, dejarlo crecer en su condición natural, no tocarlo, cortarlo ni explotarlo. Después de establecer las parcelas experimentales hemos descubierto que podemos cuidar del bosque no sólo dejándolo como está sino también podándolo.»

«Tenemos muchas ideas que quisiéramos poner a prueba.»

Aldeanos de Na Nga (Viet Nam) calculan sus necesidades respecto al bosque local de bambú

M. MIAGOSTOVICH

CONCLUSIONES

El sistema de los grupos de aprendizaje de gestión forestal puede servir para:

• encontrar maneras de satisfacer las necesidades de los usuarios locales y mejorar en consecuencia los actuales planes de gestión;

• mejorar la capacidad, los conocimientos y la fiabilidad de los gestores forestales locales y de los facilitadores que trabajan con ellos;

• generar y difundir localmente información adecuada.

El sistema conviene sobre todo a comunas en las que se está ya aplicando un plan de gestión forestal, funcionan instituciones de aldea responsables y la comuna tiene autoridad (de derecho o de hecho) para realizar experimentos y operaciones forestales sobre las tierras pertinentes.

Los costos de contratar a un facilitador por seis reuniones de media jornada del grupo durante el primer año y dos o tres durante los dos años siguientes podrían parecer elevados, dado el pequeño número de participantes. No obstante, el pequeño grupo de aprendizaje de gestión forestal que se reúne representa al conjunto de la comunidad, que podría constar de más de 1 000 hogares en una extensión de más de 500 hectáreas. El grupo recibe el mandato de transmitir al conjunto de la comunidad la información y dar a conocer las conclusiones y los resultados.

Tras la constatación de las necesidades de aprendizaje, la negociación con los elementos interesados sobre las pruebas que hay que realizar y la puesta en marcha de la experimentación, disminuye gradualmente la necesidad de un facilitador a lo largo del proceso. De hecho, uno de los objetivos del facilitador es ayudar a los grupos a ser independientes de manera que puedan continuar el proceso los años siguientes. Así el objetivo del grupo de aprendizaje de gestión forestal no es tan solo realizar investigaciones (lo que no es necesariamente la mejor manera de que las comunas adquieran conocimientos silviculturales), sino también ayudar a los usuarios a confiar en su propia capacidad para saber lo que necesitan y para conseguirlo, y para encontrar respuestas a nuevas preguntas. En principio, una vez que los usuarios han adquirido suficiente confianza en sí mismos, distintos grupos de usuarios podrán intercambiar conocimientos, de manera que no todos los grupos tendrán que partir de cero.

La realización del proceso del grupo de aprendizaje de gestión forestal requerirá un cambio en las estrategias de planificación y extensión forestal. El personal forestal necesitará un nuevo acervo de conocimientos prácticos para pasar del papel de técnico al de facilitador: habilidad para movilizar los conocimientos y la práctica comunales, abrir conductos de comunicación y promover el entendimiento mutuo entre los usuarios en procesos participativos de toma de decisiones.

Previous PageTop Of PageNext Page