· Durante el período de las perspectivas, la producción agrícola mundial crece a un ritmo más lento que en el decenio anterior. Al mismo tiempo, se prevé una continua expansión del consumo mundial, debido sobre todo al rendimiento económico y crecimiento demográfico en los países en desarrollo. Todo ello resulta en cambios en la posición comercial neta de diversos países y productos básicos durante los próximos diez años.
· Sin embargo, el crecimiento del comercio de productos agropecuarios continuaría siendo menor que el del comercio de los productos no agropecuarios, debido en gran parte a la persistencia de grandes barreras comerciales. Al mismo tiempo, un porcentaje cada vez mayor se deberá al comercio sur-sur, con un aumento de los envíos tanto de los exportadores tradicionales como de los nuevos exportadores del mundo en desarrollo.
· El aumento previsto en las importaciones agrícolas de los países en desarrollo se cubrirá en parte con el incremento de las exportaciones de los países productores a bajo costo del mundo en desarrollo. Como consecuencia, se intensificará a mediano plazo la competencia en los mercados mundiales de productos básicos. Ello, junto al marcado incremento de la productividad a nivel mundial, redundará en una ulterior disminución de los precios reales para la mayoría de los productos agrícolas.
· Condicionados por una presión a la baja sobre los precios reales, los productores tendrán que redoblar los esfuerzos por mejorar la productividad, beneficiándose de la reforma de aquellas políticas que la dificultan. La baja de los precios reales puede beneficiar, sin embargo, a los países que dependen de las importaciones para satisfacer sus necesidades alimentarias.
· El ritmo de expansión de la producción agrícola en los países en desarrollo supera al de otros países - principalmente de la OCDE - y por lo tanto desciende la participación de estos últimos en la producción mundial de la mayor parte de los productos. El incremento de la producción se sustenta en casi todos los países por el aumento de la productividad, pero en el mundo en desarrollo se añade otro factor, que es el aumento de la superficie cultivada.
· Las variaciones de la demanda son factores fundamentales que explican la creciente importancia que tienen los países en desarrollo en configurar los mercados agrícolas mundiales. Según se prevé, el crecimiento demográfico y el aumento de los ingresos, unidos a la urbanización y a una diversificación de la dieta, aumentan la demanda y cambian la composición del consumo humano, con un rápido crecimiento de los productos de origen animal.
· En los mercados estables de los países de la OCDE, se prevé que la demanda de alimentos no crecerá sino moderadamente. La demanda se ve determinada, más que en las variaciones de precios e ingresos, en las características de la producción y la elaboración en lo que se refiere a inocuidad, calidad, aspectos ambientales, bienestar de los animales, etc..
· Es probable que durante el período de las perspectivas se continúen los cambios estructurales actualmente en curso de la industria alimentaria, caracterizados por la creciente concentración y globalización y por los cambios en la gobernancia de la cadena alimentaria, tales como el papel cada vez mayor de las normas sobre los productos y la coordinación vertical. Estos cambios se están volviendo de creciente importancia para las perspectivas a más largo plazo de los mercados y el comercio de productos agrícolas, que se suman a las políticas internas, comerciales y las reformas normativas.
· Las Perspectivas no están exentas de incógnitas. Es probable que el entorno económico y normativo difiera del que se supone en el presente informe. Sobre todo si los resultados de las negociaciones comerciales de la Ronda de Doha fueran favorables, ya que se mejorarían las perspectivas para el comercio. Asimismo, las proyecciones sobre niveles bajos sin precedente para las existencias de cereales podrían hacer más inestables los precios de los cereales y afectar a la seguridad alimentaria mundial. Dada la presencia cada vez más importante de China y la India en los mercados mundiales, bastarían crisis pequeñas en la demanda o la oferta en esos países tan grandes para determinar ajustes externos apreciables. Los brotes de epizootias constituyen también una fuente importante de incertidumbre.
