Las medidas encaminadas a hacer que la agricultura sea sostenible se encuentran entre las iniciativas más eficaces para ayudar a los países a adaptarse al cambio climático y mitigar sus efectos.

La FAO ayuda a las poblaciones afectadas por crisis y en situación de riesgo a soportar perturbaciones futuras mediante la incorporación del fomento de la resiliencia en las actividades humanitarias. Esto implicar abordar las vulnerabilidades subyacentes y reducir los riesgos que afrontan las comunidades rurales, por ejemplo mediante la promoción y difusión de prácticas de reducción del riesgo de desastres y de producción resiliente al clima.

Sobre la base de decenios de experiencias y conocimientos mundiales, a FAO sigue integrando la acción por el clima en todos los aspectos de su labor para ayudar a los países a hacer frente a estos efectos. Los agricultores, silvicultores, criadores y pescadores más resilientes pueden llevar a cabo cambios transformadores que mejoren sus medios de vida y los protejan frente a las repercusiones negativas del cambio climático.