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Apéndice 5
DISCURSO PRONUNCIADO EN LA SESION DE CLAUSURA

por el

DR. C. P. IDYLL
Instituto de Ciencias del Mar, Universidad de Miami
Presidente de la Conferencia

Señoras y señores:

En este momento es oportuno que meditemos acerca de nuestra Conferencia Mundial sobre Biología y Cultivo de Camarones y Gambas y examinemos lo que hemos logrado. Muchas personas de más de 30 países han venido a esta hermosa capital de México para asistir a nuestra reunión, algunas de ellas del otro extremo del mundo. Muchas de ellas han trabajado muchas horas, en ocasiones desatendiendo otros asuntos urgentes, para que nuestra reunión fuera útil y agradable. El Gobierno de México, la FAO y otras organizaciones han gastado gran cantidad de dinero para organizar y dirigir nuestra Conferencia.

¿Ha valido la pena dedicar a la reunión este tiempo, estos esfuerzos, estas ideas y este dinero?

A mi juicio, sí; yo creo que se han obtenido importantes beneficios inmediatos, pero también creo que éstos son pequeños en relación con los que se lograrán en el futuro gracias a nuestra Conferencia sobre Camarones y Gambas.

A mi parecer los principales beneficios de esta reunión, a corto y largo plazo, pueden resumirse en la frase “comunicaciones mejoradas”.

Se ha intentado muchas veces explicar por qué el hombre es el animal dominante de nuestro planeta. A su éxito ha contribuido el que camine verticalmente, lo que le deja libres las manos para realizar trabajos útiles, y también el que poseyera un pulgar oponible a todos los demás dedos y un prosencéfalo grande. Pero ha sido el empleo que ha sabido hacer de estos atributos lo que ha dado por resultado su dominio y, a mi juicio, es el perfeccionamiento de los sistemas de comunicación lo que más ha influído en su progreso; y cuanto más amplio y conveniente sea el sistema de comunicaciones que creemos, antes se establecerá la armonía entre los hombres y comprenderemos los procesos que nos regulan a nosotros y a nuestro ambiente.

Esta es la esencia de nuestra Conferencia Mundial sobre Camarones y Gambas. Por esto nos hemos preocupado de venir aquí: para incrementar y mejorar nuestras comunicaciones y creo que hemos logrado un importante éxito.

Yo les invito a que piensen en lo que sería la naturaleza de nuestras vidas si tuviéramos que actuar individualmente en vez de hacerlo colectivamente, y para actuar colectivamente tenemos que comunicar entre nosotros. De las actividades del hombre, la ciencia es una de las que más dependen de las comunicaciones. Construimos sobre lo que unos y otros realizamos y las ideas de unos estimulan a otros. Creo que todos nosotros sin excepción nos vamos de esta reunión con nuestras líneas de comunicación mejoradas. Nos hemos enterado de trabajos que iluminan y estimulan nuestras propias investigaciones; hemos conocido y hablado con colegas que hasta la fecha eran solamente fríos nombres impresos, pero que ahora son amigos de carne y hueso a los que podemos escribir en la seguridad de provocar una reacción favorable. De estas y otras maneras, directas y sutiles, ha mejorado nuestra comunicación y esto no se podría haber logrado de no haber sido por habernos reunido.

Si nos obligaran a sentarnos en nuestras mesas y hacer una lista de los problemas de la humanidad que se han resuelto en esta reunión, la labor sería muy difícil. Creo que se han resuelto algunos, entre ellos los progresos hechos para llegar a un acuerdo sobre la normalización de la comunicación de las estadísticas de desembarques; para la aclaración de las definiciones de algunas de las fases biológicas de los camarones; para la compilación de una lista más completa y exacta de los camarones y gambas; para mejorar nuestros conocimientos sobre el cultivo de los camarones y de lo que puede hacer esta técnica para incrementar el suministro de alimentos del mundo.

Tiene importancia la manera en que he presentado estos ejemplos. Hemos hecho progresos hacia la solución de los problemas del cultivo del camarón; progresos en la definición de sus fases biológicas y progresos en varias otras cuestiones.

Mas en ningún caso hemos solucionado definitivamente el problema. Algunas veces tendemos a pensar en términos de soluciones absolutas, olvidándonos de que la verdad que perseguimos no se puede alcanzar. Son pocas las actividades humanas, probablemente ninguna, a las que podemos presentar soluciones completas que todos puedan aceptar y que a todos resulten útiles. Nuestra esperanza es tan sólo poder acumular conocimientos suficientes de los procesos naturales de manera que poco a poco aprendamos a manipular nuestro ambiente en beneficio propio.

Por esto es inútil que en esta reunión busquemos muchos resultados en el sentido de que hemos resuelto ese problema y podemos dejarlo de lado para siempre.

Sin embargo, es impresionante el número de casos en los que de una manera u otra hemos ampliado nuestros conocimientos. Tenemos información nueva sobre las gambas y los camarones: nuevos hechos, nuevos procedimientos, nuevos medios, nuevas ideas. Particularmente nuevas ideas, que son el flúido vital de la ciencia.

Una cosa que yo personalmente he aprendido en esta Conferencia es que, como biólogo especializado en camarones, pertenezco a una organización global que trabaja con ahinco para conocer mejor un importante grupo de animales y para obtener conocimientos más amplios de sus reacciones ante el ambiente. Las partes de esta organización están tenuemente vinculadas y, en algunos casos, no tienen relación con el conjunto. Para mí es evidente que tenemos que reforzar los lazos que unen estas partes. No propongo en modo alguno que todas las investigaciones sobre el camarón debería coordinarlas una superorganización, pero lo que sí afirmo es que cuanto mejor conozcamos las aspiraciones, éxitos y fracasos de los demás, más nos aproximaremos a nuestra verdad particular.

A muchos de los aquí reunidos nos ha alentado darnos cuenta de que otros científicos también tienen problemas, en ocasiones, por increible que parezca, aún más difíciles que los nuestros. Estimula observar que hemos resuelto dificultades que otros todavía están luchando por vencerlas. Por otro lado, es provechoso saber que otro ha encontrado la solución, absurdamente sencilla, de un problema que nos ha desconcertado.

¿Qué caminos nos ha señalado esta reunión?

En mi opinión, esta Conferencia ha sido utilísima por habernos revelado más claramente dónde existían las mayores lagunas en nuestros conocimientos de los camarones y gambas. Muchos de nosotros estamos perfectamente apercibidos de algunas de ellas, pero otros problemas han escapado a nuestra atención. La solución de los problemas tiene que ir siempre precedida de su definición y todos estamos mucho más enterados de éstas que hace dos semanas.

Es evidente que se tiene que prestar atención a detalles fundamentales como la taxonomía. Esto lo sabemos todos, pero en nuestra reunión se han enfocado mucho mejor las zonas específicas en las que es necesaria la investigación taxonómica. Se nos ha hecho dirigir nuestra atención a la sorprendente falta de conocimiento sobre la parasitología y enfermedades del camarón, y en las deliberaciones se ha hecho patente que éstas pueden ser de importancia fundamental para comprender las fluctuaciones de la abundancia y para los métodos de cultivo en escala comercial.

A todos Vdes. les habrán causado la misma impresión que a mí las afirmaciones al efecto de que tenemos tan escasos conocimientos de la ecología del camarón. No conocemos el efecto del ambiente en la sobrevivencia o en los movimientos de las fases juveniles y esto perjudica gravemente nuestra comprensión de las variaciones en el reclutamiento. En la reunión también se ha hecho patente que nuestra ignorancia es igual en lo relativo a las medidas cuantitativas de las presiones ambientales en los adultos, lo que influye en nuestra capacidad de capturarlos y de evaluar las alteraciones en la cuantía de la población y en sus variaciones.

Las actas resumidas de las sesiones dicen que no conocemos bien la dinámica de ninguna población de camarones y gambas, la manera en que esa población reacciona ante la presión pesquera y de otro tipo. En realidad, son muy pocas las especies respecto a las cuales tenemos un conocimiento siquiera parcial de este asunto tan importante y complejo y, sin embargo, no podremos decidir si una población es objeto de una explotación excesiva, o cuándo y cómo aplicar unas reglamentaciones racionales hasta que poseamos este conocimiento. Las actas de las sesiones y de las deliberaciones están llenas de frases como “datos insuficientes sobre el ritmo de crecimiento”, “escasean los datos de tasas de mortalidad”, “faltan datos de composición por edades”, “se desconoce la intensidad de la predación”.

Necesitamos más investigaciones sobre marcado. Necesitamos estudios del aprovechamiento alimentario y de la preferencia de alimentos. Estamos necesitados de información sobre la tendencia a la agrupación de camarones y gambas. Necesitamos métodos mejorados para evaluar los recursos. Como dice un informe, existen “vastas lagunas en nuestros conocimientos de la fisiología y el comportamiento”, que son conocimientos necesarios para capturar más eficazmente el camarón y mejorar nuestros métodos de cultivo.

Estamos perfectamente al corriente de nuestra falta de conocimientos en muchos sectores de la investigación y de la necesidad de mejorar las técnicas, pero nos estimulan los progresos de que se ha informado a esta Conferencia en lo relativo al análisis de datos mediante modernísimas técnicas bioquímicas, matemáticas y de calculadoras electrónicas. Los complicados problemas de estimar los ritmos de sobrevivencia, de predación, de crecimiento y otros, todavía no han sido resueltos más que en parte, pero aquéllos parecen ser más sencillos como resultado de los trabajos examinados en esta Conferencia.

Una de las materias que más ha interesado a esta reunión ha sido el cultivo de camarones. En todo el mundo, tanto entre los oceanógrafos como entre el público en general, despierta mucho entusiasmo la posibilidad de incrementar nuestro suministro de alimentos aprovechando formas acuáticas. Me temo que en este caso el entusiasmo popular sea mayor que el profesional y que, por desconocer el problema, el profano en la materia espera más de lo que se le puede dar. A mi juicio, el cultivo marítimo en gran escala está todavía a muchos años de distancia en el futuro y, en cuanto a la cantidad de alimentos producida, nunca sustituirá, ni aún competirá, con la captura de poblaciones silvestres. Sin embargo, las granjas marítimas en aguas salobres existirán en lo futuro y producirán importantes cantidades de alimento. Creo, además, que las granjas de camarones estarán entre los primeros de estos establecimientos que tengan éxito. Es más, esto es ya una realidad, como nos lo han demostrado nuestros colegas orientales. El camarón, por su naturaleza - es decir, por tratarse de animales de gran valor y crecimiento rápido que viven cerca de la base de la cadena alimentaria o, para usar un si-mil más exacto, en una posición dominante en la red alimentaria - constituye un buen material para nuestras primeras y torpes tentativas en esta complicadísima y difícil tarea. Yo confío que pronto habremos aprendido tanto de los ensayos del cultivo del camarón que podremos establecer granjas para otros muchos animales marinos, vertebrados e invertebrados.

La clave de este problema, como la de casi todos los que se nos presentarán con el transcurso del tiempo, es de tipo económico. Podemos producir camarones y algunos otros animales en depósitos y estanques. El problema es producirlos de manera que tal actividad resulte remuneradora. Hoy día, desde este lugar, esto parece ser difícil o imposible, según la especie y la economía de que se trate, pero yo pronostico que triunfaremos en esta empresa, probablemente antes de lo que creemos la mayor parte de nosotros, y nuestra reunión nos impulsa por este importante camino. Debemos volver a reunirnos antes de que transcurran muchos años para acelerar aún más este avance.

No debemos perder el ímpetu que esta reunión ha creado. Tenemos que cultivar las relaciones que hemos establecido. Todos nosotros lo haremos personalmente, pero además tiene que haber algún mecanismo oficial, por conducto de la FAO, para mantener nuestro movimiento de avance. Con este objeto, la Conferencia ha creado varios Grupos de Trabajo interesados en estadística, taxonomía de los camarones, clasificación y definición de las fases juveniles, y otras varias cuestiones. Hemos propuesto a la FAO que estudie la manera de mantener el enlace oficial entre los científicos que estudian el camarón en todo el mundo, y todos tenemos el mayor interés en que esta actividad se desarrolle rápida y eficazmente.

Anoche aproveché la oportunidad para expresar nuestro agradecimiento a todos los que han trabajado tanto para organizar y dirigir esta reunión. Sin repetir nombres, diré de nuevo lo reconocidos que estamos al personal de la FAO, a los convocadores y relatores que tuvieron que prescindir de asistir a las sesiones técnicas o a los actos de agasajo para preparar sus informes; a los miembros del Comité Consultivo que dieron forma a la reunión y aseguraron su éxito; a los intérpretes que actuaron con tanta pericia, y a todos los que ayudaron con entusiasmo y buena voluntad.

No quiero terminar sin manifestar de nuevo en mi nombre y en el de todos los participantes nuestra sincera gratitud a nuestros hospedantes mexicanos por su extraordinaria generosidad y amabilidad. Ya expresé esto en la comida que tuvimos anoche y no trataré de repetirlo para no hacer más daño al hermosísimo idioma español. Pero debo decir que los delegados me han hecho llegar muchísimos comentarios en los que expresan su sorpresa y placer por la brillantez de los actos sociales y la generosidad de nuestros hospedantes mexicanos. Yo sólo puedo volver a repetir: “Gracias. Agradecemos muy sinceramente todo lo que han hecho”.


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