Previous Page Table of Contents Next Page


9. EL ESTADO DE LA ACUICULTURA EN MEXICO AL TERMINO DE 1982

por

Jorge Alberto Cabrera Jiménez

y

José Luis García Calderón
Laboratorio de Acuicultura del Instituto de Biología
Universidad Nacional Autónoma de México
Apdo. 20–239, 01000 México, D.F.

9.1 La acuicultura dentro del contexto de la producción pesquera mexicana

La producción pesquera en México se ha incrementado notablemente en los últimos años (Table 1). En 1979 se superó la barrera del millón de toneladas. La anchoveta y la sardina para usos industriales fueron entonces los productos más importantes con 368 000 t, les siguió el camarón con 73 000 t, la sardina para consumo humano alcanzó las 67 000 t, el ostión registró 39 000 t, el atún 26 000 t, y finalmente otras especies con volúmenes de menor importancia. Cabe señalar que aún sin alcanzar cifras muy altas se han logrado incrementos sustanciales en las pesquerías de calamar, macarela y tortuga. Desde el punto de vista regional, el litoral del Pacífico aporta aproximadamente cuatro quintas partes del volumen total en tanto que el del Golfo de México aporta sólo una quinta parte, salvo una pequeña porción entre el 2 y 3 por ciento que procede de las aguas continentales.

La captura la realizan las empresas particulares, los permisionarios libres y las sociedades cooperativas.

Las pesquerías industriales de anchoveta y sardina están muy cerca de su límite óptimo de rendimiento sostenido, sin embargo, estas pesquerías aún pueden ser sujetas de optimización. El camarón recibe la máxima presión de pesca y se considera que se ha llegado al rendimiento máximo posible.

El ostión es casi en su totalidad un producto de la acuicultura y sólo se pesca en una mínima proporción. El calamar es un recurso relativamente nuevo, del cual aún no se tienen datos seguros sobre su disponibilidad. Finalmente, la tortuga marina está en proceso de extinción, a pesar de lo cual las capturas se incrementan periódicamente. Al respecto existen programas para el cultivo de huevo de tortuga que pretenden elevar o sostener la magnitud de las poblaciones; sin embargo, no hay evidencia de su efectividad.

En general se estima que son pocas las pesquerías que como la del camarón han llegado al límite máximo de su rendimiento; por el contrario la mayoría de las pesquerías aún ofrecen perspectivas alentadoras en especial aquellas recientemente establecidas como la de la sardina, la anchoveta, el atún y el calamar. No se descarta la posibilidad de incorporar nuevas pesquerías demersales o de media agua.

Entre las pesquerías marinas de menor volumen de producción anual susceptibles de cultivo, destacan los siguientes productos: la almeja, la lisa, el caracol, la langosta y el abulón (Table 2). La almeja implica una diversidad de especies y poblaciones muy localizadas, que sufren explotación hasta su agotamiento y eventualmente se recuperan o se descubren nuevas poblaciones.

La lisa básicamente corresponde a dos especies localizadas en ambos litorales. Aparentemente, en los últimos años ha sido notable su incremento en la producción. Se considera que este recurso aún se encuentra subexplotado.

El caracol se explota particularmente en el mar Caribe; se estima que las poblaciones se encuentran en grave peligro debido a la sobrexplotación. La langosta recibe una presión de pesca muy severa, cabe señalar que se desconoce en gran medida el estado de las poblaciones, pero se estima que se encuentran en el máximo nivel de rendimiento.

El abulón muestra ya síntomas de sobrexplotación, toda vez que en los últimos seis años, la producción ha disminuido drásticamente.

Entre las poblaciones pesqueras de especies dulceacuícolas susceptibles de cultivo destacan las siguientes especies: tilapia, carpa, charal y pescado blanco, bagre, langostino, lobina y rana (Table 3).

La tilapia ha cobrado importancia extraordinaria a partir de 1971, fecha de que se inició la explotación de la primera pesquería de esta especie. Actualmente constituye el rubro más importante de la producción pesquera dulceacuícola. El estado de las poblaciones es incierto y asimismo su posición taxonómica.

La carpa es en apariencia el segundo recurso en importancia, después de la tilapia, en las aguas continentales. Tampoco se conoce mucho sobre sus poblaciones. No obstante, las cifras de producción pesquera en los últimos dos años aparecen arbitrariamente incrementadas.

El charal y el pescado blanco en realidad constituyen el segundo recurso en importancia en las aguas continentales. Particularmente el charal ha sido de manera tradicional el renglón más fuerte de la pesca dulceacuícola nacional. Sin embargo, la introducción de la tilapia ha postergado a un segundo plano su importancia. En este rubro se implica una amplia diversidad de especies y poblaciones de las cuales, se ignora completamente el estado actual.

El bagre es un renglón cuya evaluación presenta un grado particular de dificultad, toda vez que en este concepto las estadísticas pesqueras mexicanas no distinguen entre el bagre de agua dulce, el de esteros y el marino. Consecuentemente resulta imposible opinar sobre el estado de las poblaciones, sin embargo, en apariencia el incremento de la producción pesquera de los últimos años sugiere que las poblaciones se encuentran subexplotadas, lo cual es válido particularmente para las que habitan en los esteros.

El langostino muestra un notable incremento pesquero en los últimos años, y no es la excepción en cuanto al desconocimiento del estado de las poblaciones, las cuales corresponden a una limitada cantidad de especies pero que se encuentran separadas en numerosas cuencas.

La lobina, es un recurso de importancia secundaria en el contexto nacional pero de gran interés para algunas regiones de México, particularmente la región norteña. Sus poblaciones no se han estudiado convenientemente, sin embargo, en los últimos cinco años se ha notado un incremento en la producción pesquera.

La rana ha tenido un significado limitado, la situación de sus poblaciones tampoco se ha evaluado, pero se estima que las gráficas de producción no reflejan la disponibilidad del recurso, sino la magnitud del mercado.

La producción derivada de la acuicultura en la opinión de los autores es muy limitada, aún cuando las cifras oficiales puedan reflejar lo contrario. El único renglón destacado en este sentido es el ostrícola, fuera del cual, las cifras de producción son pequeñas o inexactas, dado que incluyen datos que deberían corresponder a la pesca en aguas dulces.

La actividad más reiterada en la acuicultura mexicana es la producción de crías en estaciones piscícolas y su distribución a embalses de todo tipo, sin que la posible producción que se pueda derivar de esta práctica sea evaluada de manera adecuada.

En relación al número de especies involucradas, podemos señalar dos hechos; por una parte, es abundante la lista de especies que han sido indicadas como importantes (Table 4), y por otra parte, es reducido el número de ellas que realmente tienen un significado socio-económico como consecuencia de las prácticas de acuicultura.

Cuando se trata de diagnosticar el estado de desarrollo de la acuicultura mexicana, es frecuente incurrir en un error, que consiste en omitir la cuantificación de los beneficios, en términos de datos de producción de carne, número de personas beneficiadas, tipo y monto de tal beneficio, asi como la trascendencia social y económica de ellos.

En lugar de lo anterior, es frecuente referir en detalle el rubro de infraestructura, señalando lo relativo a los centros o estaciones existentes, la cantidad de crías que producen, el número de embalses y hectáreas que se siembran con ellas, el número de especies que se implican en tales operaciones, el número de centros escolares que tienen programas para la formación de personal técnico en acuicultura, el número de egresados de los mismos, y otros detalles por el estilo que si bien significan algo en cuanto al estado de desarrollo de la acuicultura, son de importancia secundaria, y carecen de sentido si no se aborda antes la cuantificación de los beneficios.

En la elaboración de este trabajo se procuró recabar la información relativa a esos beneficios; sin embargo, este tipo de información sólo se encontró de manera esporádica y fraccionada. Intencionalmente se han omitido detalles de interés secundario y sólo se presenta un panorama general de esta cuestión.

De cualquier manera, se estima que la acuicultura mexicana se encuentra muy cerca de un proceso expansivo importante. La naturaleza geográfica, biológica y las características del proceso socio-económico, aunadas a la infraestructura disponible, hacen suponer lo anterior.

9.2 Estado de la acuicultura en México

Se practican varios tipos de acuicultura, unos pueden considerarse como extensivos y otros como intensivos. Entre los primeros cabe señalar los siguientes: la siembra de crías sin control subsecuente, y las prácticas para incrementar la fijación de larvas de ostión y el manejo de lagunas litorales. Entre los tipos intensivos de acuicultura se encuentran: la producción de crías en las estaciones, el cultivo intensivo del ostión, el cultivo de peces en estanques, canales rápidos, jaulas o encierros y el cultivo del camarón en piscinas.

La producción atribuida a la acuicultura es uno de los renglones más obscuros del panorama estadístico de la información oficial en materia de pesca. No existe información por especies, frecuentemente se presenta aunada a la información pesquera; la producción que se espera derivar de la distribución de crías es sujeto de estimación empírica (Tabla 5).

La producción reportada como resultado de la piscicultura extensiva acusa un ligero ascenso entre 1978 y 1980 para después descender en 1982; todas las cifras de este rubro son inciertas.

En relación al producto de la acuicultura, las fuentes oficiales reportan un comportamiento difícil de interpretar, aparentemente con un ascenso paulatino entre 1976 y 1980 para después acusar un brusco ascenso en 1981. Además, con valores superiores a los de la pesca, al menos en 1980 (Tabla 6).

9.2.1 Ostión

Como se ha mencionado anteriormente, en opinión de los autores este es el recurso más valioso de la acuicultura mexicana; tanto por su volumen de producción, como por los niveles de consumo y la magnitud de los empleos generados, que forman parte de la tradición en localidades determinadas.

Las primeras prácticas de ostricultura extensiva procedieron de los Estados Unidos y fueron adoptadas en la época de los años cincuenta en las lagunas litorales del Noreste de México.

El cultivo intensivo empieza a cobrar importancia a partir de 1978, y se practica en ambas costas a partir de los años setenta. La tecnología correspondiente tiene múltipes orígenes: Estados Unidos, Francia, Japón y Canadá.

En el ámbito internacional la ostricultura mexicana ocupa un lugar destacado. En el promedio de cinco años (1975–79) alcanzó el cuarto lugar a escala mundial superada sólamente por Japón, Corea y Francia (Tabla 7).

En México se cultivan tres especies autóctonas y una exótica, las primeras son Crassostrea virginica, C. chilensis y C. corteziensis y la exótica es el ostión japonés C. gigas.

C. virginica es la más importante en el orden nacional, se exporta y cultiva en las lagunas litorales del Golfo de México. Su producción se mantuvo entre 24 000 y 33 000 t hasta el año de 1978; a partir de entonces se ha notado un incremento muy importante el cual se atribuye a la expansión de las técnicas de cultivo intensivo en estantes y al incremento de la producción de semilla (Tabla 8). Se fomenta la fijación de larvas en concha.

En la costa del Océano Pacífico la especie más importante ha sido C. chilensis, que se cultiva principalmente en la costa sureste del Golfo de California. Se cultiva de manera extensiva sobre el fondo, también en sartas, collares y bolsas. La fijación de larvas se promueve en conchas y tejas.

También en el Pacífico, existe otra especie de interés, C. corteziensis que se explota y cultiva en la costa central y oriental del mismo Golfo y en el sureste de la Península de Baja California. De manera similar a la anterior, se cultiva sobre el fondo, en sartas y collares, empleándose conchas y tejas para la fijación de larvas. La producción en el Pacífico acusa valores modestos, pero con tendencia ascendente (Tabla 8).

Una de las especies de ostión más difundida en el mundo, C. gigas, también se cultiva en México, al menos en una localidad, la bahía de San Quintín, ubicada en el noroeste de la Península de Baja California. El volumen de producción reportado en 1976 para esta especie fue de 53 t. En este caso, el cultivo se realiza en balsas suspendidas.

El cultivo del ostión ha producido importantes beneficios y aún se desconocen sus límites potenciales. Este cultivo así como la pesca del ostión, de conformidad con las disposiciones legales vigentes, sólo pueden ser realizados por Sociedades Cooperativas de Producción Pesquera. De este tipo de Sociedades existen 35 dedicadas a la ostricultura, la mayoría de ellas produce ostión de talla comercial, pero algunas se especializan en la producción de semillas. El número de personas involucradas en esta actividad productiva, es elevado, del orden de millares.

Se han advertido por lo menos dos tipos de riesgos asociados a este tipo de cultivo; uno de ellos pudiera afectar al ostión mientras que el otro al consumidor humano. En el primer caso, el translado de ostión o semilla de una localidad a otra, inclusive su importación, puede implicar la diseminación de organismos patógenos lo cual constituye un riesgo serio para la producción. En el segundo caso, desafortunadamente es muy conocido el hecho de que con frecuencia los ostiones frescos son portadores de patógenos gastrointestinales, lo que es consecuencia a su vez de la contaminación de las áreas ostrícolas, o del agua con la que se maneja el ostión en los desconchaderos. Situación que a su vez ha obstaculizado las operaciones de exportación.

La industria petrolera mexicana constituye un riesgo para la ostricultura, toda vez que sus desechos y sus derrames accidentales, tanto de fluidos de perforación como de crudos, constituyen una seria amenaza para los ecosistemas lagunares y por ello, para la producción ostrícola; las experiencias acumuladas en este terreno son muy ilustrativas de la magnitud del peligro.

En la zona noroeste de la costa del Pacífico, desde hace algunos años se ha presentado un conflicto entre la ostricultura y la agricultura, debido a la construcción de presas para riego y la consecuente disminución del aporte de agua dulce a las lagunas litorales ostrícolas; esto ha llevado a la ruina a extensas áreas ostioneras, en algunas de las cuales inútilmente se ha invertido para su recuperación.

La magnitud de la infraestructura es importante y el sistema productor es vasto, las 35 Sociedades Cooperativas antes mencionadas, y los millares de socios que las integran constituyen el contingente humano más importante de la acuicultura mexicana.

El Sector Oficial cuenta con un buen número de estaciones que aportan apoyo técnico a las actividades de campo. Entre ellas destacan algunas con capacidad para inducir a la reproducción, cultivar larvas y producir semilla bajo techo. Este sector también cuenta con escuelas técnicas cuya labor ha sido un éxito; se estima que los jóvenes egresados de ellas, en gran medida tienen el mérito del nuevo impulso que ha cobrado la ostricultura en varias regiones.

9.2.2 Tilapia

En los primeros años de la década de los setenta se importaron las tilapias. Inicialmente éstas fueron introducidas en varios embalses, aunque se desconoce si para ello mediaron estudios previos toda vez que no existe información publicada. En algunos de aquellos embalses, varios años después, surgieron pesquerías muy importantes. La primera se gestó en la Presa de Temascal (100 km2), iniciándose la pesquería en el año de 1971. La producción tuvo su mejor momento en el año de 1975 cuando la captura alcanzó las 6 000 t, para después disminuir hasta poco más de mil toneladas en 1980 (Tabla 9).

Otra pesquería derivada de la siembra original, se estableció en la Presa del Infiernillo (350 km2). Se inició en 1972 y en la actualidad produce casi 14 000 t anuales y por tanto es la pesquería más importante de las aguas epicontinentales. Existen además de las anteriores, otras pesquerías de tilapia en grandes embalses de las cuales se estiman volúmenes importantes de producción. Asimismo, la construcción de nuevas presas de gran volumen permite anticipar un impulso considerable para la producción de tilapia en el futuro próximo.

El cultivo de la tilapia había permanecido limitado hasta 1981; a partir de entonces, se inició una operación muy ambiciosa para cultivarla en jaulas. En 1982 se hicieron cuantiosas inversiones para expandir este cultivo en un gran número de lugares, muchas veces sin contar con la información científica básica necesaria. Previamente, en 1981, el Gobierno mexicano estableció un contrato por 1.3 millones de dólares, con proyección hasta los 5 millones de dólares, con una compañía radicada en Florida, E.U.A., para la adquisición de tecnología y algunos insumos necesarios para el cultivo de un híbrido rosado de tilapia (Sarotherodon mossambicus x S. hornorum).

Los resultados de las operaciones de cultivo de tilapia son alentadores; hay noticias de la producción de 800 kg/año, en jaulas artesanales con tres cosechas anuales, cultivando S. aureus.

El conocimiento taxonómico de las tilapias que existen en México deja lugar a muchas dudas. Sin embargo, se reportan cuatro especies, la más importante parece ser S. aureus. También se estima que existe S. mossambicus, S. hornorum y Tilapia zilli.

Se estima que la acuicultura extensiva y la pesca posterior de la tilapia están rindiendo beneficios muy importantes. El cultivo intensivo artesanal que se ha implementado aun no rinde beneficios netos, pero es una esperanza importante.

Son millares las personas beneficiadas con la pesca de la tilapia, tanto en el ámbito de la pesca como en el del procesamiento, el del comercio y naturalmente en el consumo. La tilapia, para algunas regiones ha resultado un activador económico de consideración.

La producción nacional de tilapia se encuentra en ascenso (Tabla 3), asimismo se estima que los beneficios se verán incrementados proporcionalmente.

El mercado de la tilapia es ya extenso. Se la encuentra tanto en los mercados modestos como en los de autoservicio. Se vende en formas variadas: fresca entera, fileteada y en barras congeladas. Su precio es accesible para las clases con poder adquisitivo medio y alto. Se la prefiere a la carpa, y compite con la trucha y con la lisa.

Con frecuencia se ha advertido sobre el peligro de la introducción indiscriminada de la tilapia en los ecosistemas naturales, pues es conocida la capacidad de esta para desplazar a especies autóctonas y provocar cambios en la estructura de las comunidades. En México no se ha investigado el impacto de la tilapia en los ecosistemas naturales y por ello es hasta ahora imposible evaluar la magnitud del daño si éste existiera.

El número de especies de tilapia ya establecidas en México y la intención de importar otras más, hace más complejo el panorama.

En algunas regiones del sur de México existen zonas de especiación de cíclidos, con una riqueza genética particular, cuyo contacto con la tilapia despierta inquietud. También se ha manifestado temor por ecosistemas tan particulares como los Cenotes de Yucatán, en los que se introdujo la tilapia en el año de 1971.

Asimismo, la presencia de la tilapia en las cuencas que drenan a lagunas litorales, asiento de pesquerías de camarón, también ha sido observada con temor. No obstante lo anterior, se carece de información sobre daños causados por la tilapia y sólo cabe anotar la necesidad de investigar a fondo este asunto.

Se ha reportado el hecho de que el potencial reproductor de la tilapia por ser muy alto, puede traducirse en mayor competencia trófica y enanismo. El predomino de tallas pequeñas a su vez resulta indeseable para la producción industrial.

En la presa del Infiernillo, ya se advierte la disminución sensible de las tallas que afectan a la eficacia de la planta procesadora localizada en Pátzcuaro. Sin llegar a conclusiones sobre el particular, se mencionan como causantes del problema una invasión parasitaria masiva, la insuficiencia trófica del sistema y la disminución periódica del nivel del agua, asociada a lo anterior.

En suma, en estos momentos resulta aparente que la tilapia ha aportado beneficios importantes a México, al menos por la vía de la pesca; sin embargo, se ignoran los daños ecológicos asociados a su distribución indiscriminada, por lo que esta cuestión queda abierta a investigaciones posteriores.

La infraestructura asociada a la tilapia es de importancia, y aun cuando ésta no ha surgido asociada a la acuicultura sino a la pesca, se estima que la infraestructura existente servirá de apoyo para la expansión de la acuicultura de tilapia en un futuro.

Existen alrededor de 20 centros piscícolas con capacidad para producir grandes cantidades de crías, existen instalaciones para industrializar la tilapia y una red importante de distribución y venta. Asimismo hay personal con experiencia en el manejo de crías y reproductores y sobre la marcha se está acumulando experiencia en el manejo de jaulas y de otras unidades de cultivo.

9.2.3 Carpas

Entre los años 1872 y 1884, se realizaron la primeras introducciones de carpa común (Cyprinus carpio) en México. Desde entonces, el territorio mexicano ha sido poblado y repoblado varias veces, en sucesivas campañas de distribución de crías de esta especie.

Las especies alóctonas de carpa que existen en México son varias: C. carpio en variedades specularis, communis y rubrofuscus, también la carpa herbívora Ctenopharyngodon idella, la carpa plateada Hypophthalmichtys molitrix, estas introducidas en 1965, la carpa negra Mylopharyngodon piceus, la carpa cabezona Aristichthys nobilis y la brema Megalobrama amblycephala. En la actualidad se estima que ya se domina la reproducción artificial de todas ellas. Además, hay evidencia suficiente para afirmar que al menos una, la carpa herbívora, ya se reproduce en ambientes naturales, y lo hace desde 1973 en la Presa del Infiernillo.

También existen especies autóctonas de ciprínidos, entre ellas destaca la acúmana Algansea lacustris, sin que a la fecha tengan trascendencia en la acuicultura.

De todas las carpas, C. carpio en su variedad común, es la única que efectivamente tiene repercusión social y económica hasta 1983. Esta carpa ha arraigado en la dieta de la población rural de algunas regiones muy localizadas, particularmente ubicadas en el Estado de México. Las otras especies aún no trascienden pero se han fincado grandes esperanzas en ellas. Destaca por su empeño el esfuerzo que se despliega en el Estado de Hidalgo en donde incluso, se trabaja en un sistema de granja integral que incluye el policultivo de carpas.

La producción pesquera de la carpa común ha mostrado un ascenso sostenido (Tabla 3) en las cifras oficiales. Se estima que la producción real anual aún no alcanza las 5 000 t, a pesar de que la información oficial de 1981 la ubica en más de 11 000 t. Se piensa asimismo que el impacto social ha sido menor que en el caso de la tilapia.

Es menor el número de personas que obtienen provecho del cultivo intensivo en pozas rústicas y en jaulas, pues aunque se tienen buenas espectativas, aún no se trata de operaciones trascendentes en lo social ni en lo económico.

Por último cabe señalar que en el criterio de algunos profesionistas, debe anotarse como un beneficio el hecho de que ciertos ecosistemas importantes se hayan beneficiado con la introducción de carpas herbívoras, planctófagas y malacófagas, ya que los niveles tróficos repectivos no se hallaban aprovechados convenientemente. Lo cual aún queda abierto al debate y a la investigación.

No se tiene conciencia plena de los perjuicios atribuibles a la dispersión indiscriminada de la carpa común. Su presencia centenaria en México, y su amplia distribución actual, en el 80 por ciento de las aguas dulces del país, aunado a su gran potencial para sobrevivir y reproducirse, asi como sus hábitos alimenticios nos hace suponer que, particularmente en los grandes embalses naturales, la carpa pudo haber tenido consecuencias desfavorables.

De hecho hay información en el sentido de que la carpa ha sido responsable de la extinción de especies autóctonas mexicanas, asi como de la disminución de la producción pesquera de especies de valor tales como los charales.

El diseño de sistemas y la planeación del cultivo de carpas se practica siguiendo modelos establecidos con éxito en otras latitudes. No se espera encontrar grandes dificultades para establecerlos; no obstante, en todos los casos habrá necesidad de desarrollar investigación científica y tecnológica si se quiere llegar a niveles operativos óptimos.

La infraestructura existente para ciprinicultura es amplia, tanto en recursos humanos, como materiales y financieros. Destaca el número de estaciones productoras de crías que para 1982 fue de 13, algunas de las cuales incluso tienen capacidad para producir carne de carpa.

9.2.4 Trucha

La trucha es un elemento autóctono de algunas regiones del norte de México; sin embargo, su cultivo se inició con organismos importados que llegaron a México en la misma época que la carpa, hace casi un siglo. De entonces a la fecha, las importaciones se han sucedido, particularmente de ovas, y en la actualidad es practica frecuente por parte de los distribuidores de crías del gobierno y por parte de los escasos productores de carne de la iniciativa privada.

No es sino hasta la década de los años setenta que el sector privado incursiona en la truticultura. Para ello ha tenido que enfrentarse a múltiples problemas, algunos de tipo legal, otros de índole técnica, como la calidad y disponibilidad de alimento, de ovas y en su caso los problemas inherentes a la importación. Además de esto, se han presentado problemas sanitarios.

En la actualidad, ya es notoria la presencia de la trucha el menos en algunos mercados de autoservicio, aunque su abasto no es regular. La trucha ha sido sólamente un producto de mediana aceptación en el gusto del mexicano, quien tradicionalmente ha preferido peces marinos.

Se reconocen dos especies de trucha asociadas a la acuicultura. La más importante es la trucha arco iris: Salmo gairdneri. La segunda es la trucha de arroyo: Salvelinus fontinalis.

La trucha se cultiva de manera extensiva, en embalses de todo tamaño, inclusive en embalses temporales templados en donde ha demostrado alternativas experimentales interesantes. El cultivo intensivo se realiza en canales rápidos, jaulas flotantes y estanques rústicos.

Se considera que la trucha ha producido beneficios modestos, en el campo socio-económico mexicano. Después de un siglo de iniciado su cultivo, la producción tal vez alcance las 1 000 t anuales (dicho esto con grandes reservas toda vez que las cifras oficiales en este renglón son probablemente sobre estimadas, con datos teóricos de producción derivada de la distribución de crías).

De alguna manera la trucha sembrada reiteradamente en ríos y embalses de las zonas frías y templadas de México, ha beneficiado a la comunidad rural; sin embargo, no es posible señalar la magnitud de este beneficio, porque no se ha evaluado convenientemente y no hay datos oficiales al respecto.

En fechas recientes, al aparecer la trucha en el mercado con cierta frecuencia, se ha puesto en evidencia que reporta beneficios a productores de la iniciativa privada, a una fracción del comercio y a los consumidores correspondientes.

Cabe decir que el movimiento de la iniciativa privada aún no ha entrado en un proceso expansivo de importancia, se estima que los factores limitantes de tal evento radican fundamentalmente en los problemas legales, el costo y en la calidad de algunos insumos. Se ha notado por otra parte, que la trucha está ganando terreno en el mercado, y que su precio es accesible aún para la clase de medianos recursos económicos.

Un último beneficio que debemos anotar, lo constituye la pesca de la trucha como factor de recreación.

No se tiene conocimiento documentado de que la trucha haya causado perjuicios debido a la posible introducción de enfermedades.

Tampoco se ha señalado el impacto de la introducción de la trucha en los embalses naturales. Siendo la trucha un carnívoro, y un pez de índice metabólico elevado, dificilmente se puede concebir que los ecosistemas hayan permanecido inalterados ya que existen precedentes en este sentido en otros lagos del globo.

En el orden nacional, la infraestructura asociada a la trucha tiene importancia modesta, pero creciente. En la actualidad existen seis estaciones productoras de crías, una de ellas además produce carne, y la iniciativa privada maneja cinco piscifactorías más o menos estructuradas.

Los recursos humanos con experiencia en la producción de ovas a nivel artesanal no faltan. Son escasos por otra parte los individuos con experiencia en la producción de carne. Los elementos capaces de desarrollar investigaciones científicas y tecnológicas son aún más escasos.

Los recursos financieros han crecido de manera importante pero aún no han sido suficientes para disparar la expansión en el nivel que es posible. Los créditos financieros sí se consiguen pero con dificultad. No hay forma de obtener seguros contra riesgos a cuotas razonables.

9.2.5 Miscelánea de especies

En este apartado se abordará brevemente el caso de varias especies que tienen como denominador común su irrelevancia actual en la acuicultura mexicana, se trata de especies cuyo cultivo se encuentra en estado experimental. Sin embargo, se han incluido otras que sí se cultivan pero en escala muy modesta y por ello no tienen relevancia sino local. En todos estos casos, hace falta un esfuerzo de evaluación, diseño y planeación para lograr su expansión óptima.

(i) Spirulina

Se la cultiva con éxito un una localidad del ex-lago de Texcoco. Se estima que la producción anual efectiva es del orden de las 100 t. El número de personas beneficiadas en el nivel productor es bajo y se desconoce la magnitud del beneficio por parte de los consumidores. Se sabe que es sujeta a exportación.

(ii) Camarón

En Puerto Peñasco, Sonora, se desarrolló un sistema de cultivo de camarón en invernadero, con el concurso de las Universidades de Arizona de E.U.A. y la de Sonora, México. Sus trabajos tuvieron éxito desde el punto de vista científico y tecnológico, lograron la reproducción, el cultivo de larvas, juveniles y animales de talla comercial de varias especies, particularmente de Penaeus stylirostris y P. californiensis.

Los canales rápidos en los que trabajaron y los sistemas de alto control que emplearon fueron eficaces y lograron índices elevados de producción.

Sin embargo, el sistema no prosperó. La relación entre costos y beneficios no parece ser competitiva frente al camarón producido por la pesca en los esteros y lagunas litorales, producto que junto con el de la pesca marina domina el mercado de exportación.

El cultivo del camarón en piscinas al estilo iniciado en el Ecuador, tiene antecedentes desde 1972, cuando se construyeron las primeras pozas experimentales en la Ensenada de los Carros, laguna de Huizache, Sinaloa. Sin embargo, no es sino a partir de 1980 que en Nayarit, se dan los primeros pasos para el cultivo en pozas. En 1982 se inició la construcción de piscinas y canales al estilo ecuatoriano, con bombas de gran capacidad.

El desarrollo del cultivo del camarón es muy prometedor, sobre todo por las miles de hectáreas disponibles para el cultivo específico de P. vannamei. La tecnología desarrollada en Puerto Peñasco podría acelerar el proceso de desarrollo del cultivo en piscinas, particularmente en lo que se refiere a la fase de producción de larvas, y postlarvas. El potencial de México se considera muy grande en este terreno.

P. vannamei no es la única especie susceptible de cultivo en México, también lo son P. stylirostris, P. aztecus, P. duorarum y P. setiferus; pero en el momento actual, estas últimas especies prometen menos que la primera.

Dado que el camarón es prioritariamente sujeto de exportación, y que el mercado mundial más importante de este producto radica en los Estados Unidos y además, considerando que en Latinoamerica existe un proceso expansivo en este rubro, se estima prudente recomendar que se tomen las medidas necesarias, por parte de los productores para defender el precio del producto.

La pesca y el cultivo del camarón, de acuerdo con la legislación vigente, están reservados a las Sociedades Cooperativas. Esto por una parte tiene la intención de beneficiar a las comunidades ribereñas, lo cual es positivo, pero por otra parte ni estas sociedades, ni el sistema oficial fueron capaces de impulsar el desarrollo del cultivo del camarón con oportunidad, motivo por el cual México tiene una década de retraso frente el Ecuador en el desarrollo de esta biotecnica.

(iii) Langostinos

El cultivo del langostino es uno de los renglones más codiciados. El mercado de este producto es de lujo, con precios muy altos, con frecuencia ofrece mejores oportunidades que el mercado del camarón.

Los esfuerzos y las inversiones que se hacen en este rubro son considerables, particularmente por parte del sistema oficial y de la iniciativa privada. Sin embargo, aún el cultivo del langostino se encuentra en etapa experimental.

Se considera que por lo menos hay cuatro especies autóctonas con posibilidades de cultivo: Macrobrachium acanthurus, M. tenellum, M. carcinus y M. americanum. Las dos primeras han mostrado resultados alentadores.

El langostino asiático M. rosenbergii también se encuentra en el panorama de las alternativas. Esta especie fue introducida a México en 1973 y a pesar de que la tecnología para su cultivo se domina en otras regiones, en México todavía no ha dado los resultados esperados. Se estima que la falla más importante estriba en la inexperiencia del personal técnico involucrado en el cultivo de esta especie.

(iv) Bagre

Existe una sola planta productora de carne de bagre de canal, Ictalurus punctatus. Esta es manejada por la iniciativa privada con cierto éxito. Por razones desconocidas, esta planta se instaló en un sitio inconveniente, en el cual es necesario bombear y en ocasiones, recircular el agua.

El cultivo se realiza en canales rápidos, con alimentación controlada. Este sistema constituye de cualquier forma una demostración del hecho de que la acuicultura intensiva puede prosperar en México, en manos de la iniciativa privada.

(v) Almejas

Al menos dos especies de almeja son objeto de cultivo experimental: una del género Argopecten y otra del género Tivella, ambas en la Península de Baja California.

Se estima que existen grandes posibilidades para el cultivo de varias de las 22 especies que se explotan en México, particularmente aquellas de mayor aceptación y mayor precio en el mercado.

9.3 La inversión pública

Este gasto ha sido creciente. Entre los años de 1971 y 1981 se duplicó cada cinco años (Tabla 10). En 1981, este gasto fue del orden de 6.7 millones de dólares EE.UU.

Los reportes oficiales consignan este gasto en cuatro rubros: infraestructura, que se aplica a la construcción de obras civiles tales como estaciones o centros productores de crías; extensionismo, que comprende las actividades de distribución de crías; investigación y desarrollo tecnológico y por último un rubro dedicado a las inversiones para establecer cultivos comerciales.

De los cuatro rubros, destacan por su magnitud los de infraestructura y extensionismo, que son altos y crecientes, frente a los gastos destinados a los cultivos comerciales, a la investigación y al desarrollo tecnológico (Tabla 11).

Resulta interesante analizar aún superficialmente la dinámica de estos rubros.

En los medios oficiales existe una convicción muy arraigada que ha tenido una influencia considerable en el desarrollo de la acuicultura. Consiste en creeer que los indicadores que definen el avance de la acuicultura están dados por el número de crías distribuidas. De lo anterior se deriva el hecho de que el gasto destinado a la construcción de nuevas estaciones productoras de crías sea tan elevado y constituya lo más importante del gasto de la finanza pública.

El gasto destinado a las operaciones de extensionismo, ocupa el segundo lugar en importancia. En realidad no se trata en su mayor parte de actividades de extensionismo, sino de gastos originados por la distribución de crías.

Este gasto no se ha racionalizado, el extensionismo se practica de manera modesta y aislada. El medio rural requiere de intensa actividad extensionista en materia de acuicultura. Por otra parte, es reducido el número de extensionistas preparados adecuadamente, por tanto, se considera necesario una mayor inversión en la preparación de este recurso humano.

El sector oficial, de manera continua y en los últimos doce años, por lo menos ha destinado fuertes sumas al gasto de investigación y desarrollo tecnológico; sin embargo, las estadísticas oficiales sólo consignan este gasto de manera parcial e irregular.

Esto implica el financiamiento de estudios por parte de una diversidad de contratistas entre los que figuran universidades, compañías privadas y empresas extranjeras, con una amplia gama de capacidades para realizar las tareas de investigación y desarrollo tecnológico.

En gran medida, los estudios por contrato se han concertado como requisito previo a inversiones mayores tales como la construcción de centros piscícolas, piscifactorías, la realización de obras de dragado y la apertura de bocas litorales.

La calidad, veracidad, objetividad y transcendencia de tales estudios es muy heterogénea y en general son insuficientes para fincar la infraestructura científica y tecnológica que requiere el desarrollo de la acuicultura.

La referencia al gasto en cultivos comerciales se entiende como las inversiones dedicadas a la producción de carne de organismos acuáticos.

Gastos de esta naturaleza deberían estar precedidos por investigaciones adecuadas, operaciones experimentales y programas piloto que ofrezcan suficientes garantías de éxito. En la práctica, las exigencias de los niveles administrativos y políticos elevados, dificilmente han dado margen para que tales operaciones se realicen.

El gasto para cultivos comerciales no se considera suficiente para trascender en la práctica y aliviar los problemas alimentarios y de desempleo.

9.4 Planeación oficial para el desarrollo de la acuicultura

En los últimos doce años, la acuicultura ha tenido seis planes diferentes de desarrollo. En el caso de la piscicultura extensiva las metas establecidas para producción de carne nunca se han alcanzado. A partir del año de 1978, se ha acentuado la diferencia entre las metas de producción y los valores reportados como producción.

La planeación es sin duda el renglón más débil en la acuicultura mexicana, debido a que se carece de personal de alto nivel especializado en la materia, y asimismo a la falta de información evaluatoria veraz.

La planeación no puede improvisarse sin correr el riesgo de resultar ineficaz. Asimismo, los planificadores tampoco pueden improvisarse y el proceso de su selección y formación es largo y complejo.

9.5 Potencial y requerimientos para la expansión de la acuicultura mexicana

Se considera que la acuicultura mexicana tiene un gran potencial futuro. Por una parte la disponibilidad de lugares en los que pudiera realizarse la acuicultura es elevada y asimismo lo es la superficie hídrica, tanto en las zonas marinas y estuarinas como en el área epicontinental, aunque su distribución es desigual: el mayor volumen y superficie inundada están concentrados en unos cuantos cuerpos de agua, mientras que un gran número corresponde a pequeños embalses, con frecuencia de caracter efímero (Figura 1).

Por otra parte, la infraestructura disponible es considerable, tanto en recursos humanos como materiales y financieros, a excepción quizás de los recursos humanos de alto nivel con capacidad para inventar el futuro de la acuicultura mexicana.

Para las especies de agua dulce y los diversos tipos de acuicultura, se estima un alto potencial en el bagre, la trucha y el langostino cultivados en canales rápidos.

En cuanto a las especies marinas destacan como potencialmente interesantes el camarón cultivado en piscinas, el ostión, la lisa, el abulón y el mejillón.

Cuando consideramos el tiempo necesario para el desarrollo de los cultivos, en el ambiente dulceacuícola, se estiman posibilidades de mediano desarrollo al término de 6 a 10 años o más para la mayoría de las especies considerades.

En el medio marino y de laguna costera se estima que la mayoría de las especies consideradas necesitarán de más de 10 años para su desarrollo.

Referente a los requerimientos, en primer lugar, como se ha señalado repetidamente, el más urgente es la formación de recursos humanos de alto nivel. Asimismo, es necesario el establecimiento de un Instituto Nacional de Investigaciones en Acuicultura, con capacidad para evaluar, diseñar y planear su desarrollo. Este instituto también es necesario para administrar adecuadamente el proceso de transferencia de tecnología y el desarrollo de estudios por contrato.

La acuicultura por otra parte no puede desarrollarse de manera aislada, y de espaldas a los sitemas social y ecológico, por tanto su desarrollo requiere planteamientos asociados a aquellos.

Se requiere especial atención a la producción de crías y semillas a fin de que respondan a las verdaderas necesidades de producción de carne.

El nuevo impulso que cobra la acuicultura intensiva requiere de consolidación, eficiencia y eficacia. Por ello entre otras cosas también se requiere de un esfuerzo para incrementar y optimizar la producción de alimentos destinados a la acuicultura.

Por otra parte, se requiere atender el desarrollo de las organizaciones de producción tanto sociedades cooperativas como organizaciones de la iniciativa privada. Al mismo tiempo se requiere apoyo para los productores, en términos de créditos financieros, seguros contra riesgos, asesoría y asistencia técnica de alto nivel.

Un renglón fundamental que requiere intervención de nivel elevado es la legislación. No será posible el desarrollo de la acuicultura mexicana sin nuevos enfoques en la legislación, de tal manera que ésta tenga una ley propia que responda a las necesidades reales de esta actividad y que deje de ser un apéndice secundario de la Ley de Pesca.

Por último, un requerimiento muy importante para el desarrollo de la acuicultura corresponde al fomento y superación del fenómeno que permite la comunicación en todos sentidos. Al efecto, es deseable la creación de al menos una revista periódica con información de alto nivel; el incremento, la superación y un mayor apoyo de los esfuerzos destacados que ya se hacen en materia de divulgación.

De igual manera se requiere de apoyo a las asociaciones que sirvan de alguna forma para el desarrollo de esta actividad y finalmente el impulso para que se establezca la comunicación con el mundo de la acuicultura fuera de las fronteras mexicanas; esto es, que se fomente el intercambio de personas, materiales y elementos útiles.

9.6 Literatura citada1

1. México, s.f. Departamento de Pesca, Explotación pesquera nacional, 1971–1975. México, Departamento de Pesca, 64 p.

2. México, s.f. Departamento de Pesca, Anuario estadístico pesquero, 1975. Anu.Estad.Pesq.Dep.Pesca, Méx., (1975):150 p.

3. México, s.f. Departamento de Pesca, Anuario estadístico pesquero 1974. Anu.Estad.Pesca, Méx., (1974):70 p.

4. México, s.f. Departamento de Pesca, Anuario estadístico pesquero, 1971–1975. Anu.Estad.Pesca, Méx., (1971)–(1975)

5. México, s.f. Departamento de Pesca, Anuario estadístico pesquero, 1976. Anu.Estad.Pesq.Dep.Pesca, Méx., (1976):122 p.

6. México, s.f. Departamento de Pesca, Estadísticas pesqueras, 1977. México, Departamento de Pesca, 169 p.

7. México, s.f. Departamento de Pesca, Anuario estadístico pesquero, 1980. Anu.Estad.Pesq.Dep.Pesca, Méx., (1980):350 p.

8. México, 1972a Departamento de Pesca, Explotación pesquera nacional 1968–1980. México Departamento de Pesca, 125 p.

9. México, 1972b Secretaría de Industria y Comercio, Estadísticas básicas de la actividad pesquera nacional, 1968–1970. México, Secretaría de Industria y Comercio, 167 p.

10. México, 1977a Secretaría de Programación y Presupuesto, Anexo estadístico-histórico. I. Informe de gobierno. México, Secretaria de Programmación y Presupuesto, 850 p.

11. México, 1977b Departamento de Pesca Secretaría de Programación, y Presupuesto, Plan nacional de desarrollo pesquero 1977–1982. Diagnóstico, pronóstico y política pesquera. México, Departamento de Pesca, Secretaría de Programación y Presupuesto, 115 p.

12. México, 1977c Departamento de Pesca, Plan nacional de desarrollo pesquero 1977–1982. México, Departamento de Pesca, 361 p.

13. México, 1979a Secretaría de Programación y Presupuesto, Anexo estadístico-histórico. III. Informe de gobierno. México, Secretaría de Programación y Presupuesto, 835 p.

14. FAO, 1979 Yearbook of fishery statistics. Annuaire statistique des pêches. Anuario estadístico de pesca. Catches and landings. Captures et quantités débarquées. Capturas y desembarques, 1979. FAO Yearb.Fish.Stat./Annu.Stat.Pêches/Anu.Estad.Pesca, (46):372 p.

15. México, 1980a Secretaría de Programación y Presupuesto, Anexo estadístico-historico. IV. Informe de gobierno. México, Secretaria de Programación y Presupuesto, 900 p.

16. México, 1980b Departamento de Pesca, Anuario estadístico pesquero, 1979. Anu.Estad.Pesq.Dep.Pesca, Méx., (1979):442 p.

17. México, 1980c Departamento de Pesca, Anuario estadístico pesquero, 1978. Anu.Estad.Pesq.Dep.Pesca, Méx., (1978):361 p.

18. México, 1980d Departamento de Pesca, Anuario estadístico pesquero, 1979. Anu.Estad.Pesq.Dep.Pesca, Méx., (1979):384 p.

19. México, 1981a Secretaría de Programación y Presupuesto, Anexo estadístico-histórico. V. Informe de gobierno. México, Secretaría de Programación y Presupuesto, 820 p.

20. México, 1981b Departamento de Pesca, Anuario estadístico de pesca, 1980. Anu.Estad.Pesq.Dep.Pesca, Méx., (1980):800 p.

21. México, 1981c Departamento de Pesca, Memoria de labores, 1979. México, Departamento de Pesca, 126 p.

22. Anon, DGOP, 1981 Departamento de Pesca, Programa presupuesto del sector pesca. Rev.Pesq.,Méx., 1(1):39–43

23. México, 1982a Secretaría de Programación y Presupuesto, Anexo estadístico-histórico. Sector pesquero. VI. Informe de gobierno. México, Secretaría de Programación y Presupuesto, 237 p.

24. México, 1982b Secretaría de Pesca, Anuario estadístico de pesca, 1981. Anu.Estad.Pesca.Méx., (1981):796 p.

25. México, 1982c Secretaría de Pesca, La actividad pesquera durante los cinco años del Departamento de Pesca. México, Secretaría de Pesca, 172 p.

26. Arana, F., 1977 Experiencias sobre el cultivo del langostino, Macrobrachium americanum Bate en el noroeste de México. FAO Inf.Pesca, (159) vol.1:139–47

27. Arana, F., 1980 Datos sobre el cultivo del “langostino asiatico”, Macrobrachium rosenbergii (De Man) en México. En Memorias del 2o Simposio latinoamericano de acuacultura, México, Departamento de Pesca, tomo 1:619–39

28. Arredondo, J.L., Especies acuáticas de valor alimenticio introducidas en México. 25 p. (inedito)

29. Bueno, F., P.O. 1979 Monasterio y A. de Robina. El cultivo de moluscos en las costas de Baja California. En Primer Simposio internacional de educación y organización pesqueras. Vol.3. Gestión tecnológica de las pesquerías. México, Departamento de Pesca, pag.var.

30. Cabrera, M., 1980 Método para el cultivo comercialmente rentable del camaron prieto o langostino manos de carrizo, Macrobrachium acanturus (Wiegman, 1836). En Memorias del 2o Simposio latinoamericano de acuacultura. México, Departamento de Pesca, tomo 1:661–718

31. Campos, R.y.S.C. Franco, 1982 Efectos de la fertilización orgánica e inorgánica sobre el crecimiento de carpas chinas en policultivo. En Memoria. 4o Simposio latinoamericano de acuicultura, Asociación Latinoamericana de Acuicultura (ALA). Panamá, República de Panamá, ALA

32. Carranza, J., 1953 Historia de la piscicultura en México. En Memoria del congreso científico mexicana, VII. Ciencias biológicas, pp. 159–74

33. De Lara, R.y. M.E. Gutierrez, 1977 Algunos aspectos sobre el cultivo de Crassostrea virginica, Gmelin, en el sistema lagunar Carmen-Machona-Redonda, Tabasco, México

34. Delgadillo, M.S., 1976 La estación de Temascal como factor de desarrollo en la acuacultura de la cuenca del Papaloapan. En Memorias del simposio sobre pesquerías en aguas continentales. Tuxtla Gutierrez, Chis., México, Instituto Nacional de Pesca, tomo 1:55–86

35. Diaz, J.J., Cultivo experimental de madreperla Pinctada mazatlanica, Hanley 1856 en la Bahia de la Paz, Baha California, México. En Memorias del IV Congreso nacional de oceanografía, México, pp. 443–56

36. Felix, E.et al., 1980 Cultivo piloto de la almeja catarina (Argopecten circularis) en la Ensenada de la Paz, Baja California Sur. En Memorias del 2o Simposio latinoamericano de acuacultura. México, Departamento de Pesca, tomo 1:823–44

37. Garcia, S.y F.J. Robles, 1976 La fijación de larvas de ostión Crassostrea virginica Gmelin en el sur de Tamiahua. En Memorias de la reunión sobre los recursos de pesca costera en México, pp. 109–31

38. Garcia S.y J. Rueda, 1976 Resumen de un proyecto del desarrollo ostrícola del norte de Veracruz. En Memorias de la reunión sobre los recursos de pesca costera en México, pp. 97–107

39. Gonzalez-Casanova, P., 1980 The economic development of Mexico. Sci.Am., 243(3):154–63

40. Guzman, M., et al., 1979 Análisis del estado del arte de la acuacultura en México. México, Departamento de Pesca, 228 p.

41. Haro, H., et al., 1980 Correlaciones ambientales biométricas y aspectos socioeconómicos del cultivo ostrícola en Nayarit. En Memorias del 2o Simposio latinoamericano de acuacultura. México, Departamento de Pesca, tomo 2:1013–64

42. Hernandez, J., 1980 Producción y siembra de crías realizadas por los centros de acuacultura de aguas continentales de la Dirección General de Acuacultura, enero-agosto 1978. En Memorias del 2o Simposio latinoamericano de acuacultura. México, Departamento de Pesca, tomo 4:3183–201

43. Hernandez, J.G., 1979 Técnicas de cultivo. Captura y canales de distribucción y comercialización de la producción ostrícola en México. En Primer Simposio internacional de educación y organización pesqueras. Vol.3. Gestión tecnológica de las pesquerías. México, Departamento de Pesca, pag.var.

44. Juarez, R., 1976 La explotación de la rana en México. Situación actual y perspectivas. En Memorias del simposio sobre pesquerías en aguas continentales. Tuxtla Gutierrez, Chis., Instituto Nacional de Pesca, tomo 1:219–42

45. Juarez, R., et al., 1981 Efectividad de un alimento balanceado y tres malezas acuáticas en el crecimiento de la carpa herbivora (Ctenopharyngodon idellus Cuv. et Val. 1839). Rev.Latinoam.Acuicult., 10:33–45

46. Kikuchi, S. y N. Uki, 1976 Informe técnico sobre el cultivo y pesquería de abulón en México. Ser.Inf.Inst.Nac.Pesca, Méx., (96):21 p.

47. Lara, A., 1977 Aspectos del cultivo extensivo e intensivo del pescado blanco de Pátzcuaro Chirostoma estor Jordan 1879. FAO Inf.Pesca, (159), Vol.1:113–6

48. Marquez, R., C. Penaflores y A. Villanueva, 1976 Progresos en la investigación de las tortugas marinas de México. En Memorias de la reunión sobre los recursos de pesca costera en México, pp. 83–94

49. Martinez, C., M.C. Chavez y G. Palomo, 1980 Avances sobre el semicultivo del langostino Macrobrachium tenellum. En Memorias del 2o Simposio latinoamericano de acuacultura. México, Departamento de Pesca, tomo 1:641–62

50. Medina, J.A., F.R. Vera y R. Sanchez, 1976 La acuacultura en la planeación hidráulica. México, Secretaría de Recursos Hidráulicos, 92 p.

51. Mojica, A., et al., 1982 Respuesta en talla y peso de juveniles de Tilapia hornorum empleando dietas alimenticias con productos agrícolas. En Investigación acuícola, ler informe de trabajo, México, pp. 14–9

52. Ortiz, M., 1980 Un sistema para inducir el desove de abulón en los campos pesqueros de Baja California, México. En Memorias del 2o Simposio latinoamericano de acuacultura. México, Departamento de Pesca, tomo 1:871–81

53. Ramirez, R., 1981 Cartel presentado en World conference on aquaculture trade show, European Mariculture Society y World Mariculture Society, Venice, Italy, 21–25 September, 1981

54. Rosas, M., 1982 Biología acuática y piscicultura en México. México, Secretaría de Educación Pública, 379 p.

55. Sasso, L., 1980 Cultivo intensivo de Artemia salina (Leach) una propuesta para su explotación y uso en acuacultura. En Memorias del 2o Simposio latinoamericano de acuacultura. México, Departamento de Pesca, tomo 3:2158–90

56. Sumano, R., et al., 1980 Cultivo de tortugas marinas en México. En Memorias del 2o Simposio latinoamericano de acuacultura. México, Departamento de Pesca, tomo 3:2113–33

57. Tirado, J.L., 1979 Avances del programa ostrícola de enero a octubre de 1979. En Primer simposio internacional de educación y organización pesqueras. Vol.3. Gestión tecnología de las pesquerías. México, Departamento de Pesca, pag. var.

58. Vergara, M.M., 1976 Engorda de bagre Ictalurus punctatus en jaulas. En Memorias del simposio sobre pesquerías en aguas continentales. Tuxtla Gutierrez, Chis., Instituto Nacional de Pesca, tomo 1:89–97

59. Villalobos, G., Sinopsis sobre la biología y cultivo de la trucha arcoiris. Salmo gairdneri (Richardson, 1836) en México, 395 p. (inedito)

60. Zarur, A., 1978 La acuacultura y el desarrollo pesquero nacional. En Vigesima serie de mesas redondas. Panorama pesquero nacional. Análisis de tres lustros. México, Instituto Méxicano de Recursos Naturales Renovables, A.C., pp. 49–97

61. Zeiss, E., et al., 1982 Principales agentes patógenos en cultivos intensivos de tilapias (Sarotherodon mossambicus y S. hornorum) en el estado de Morelos: su diágnostico y tratamiento. En Investigación acuícola, ler informe de trabajo, México, pp. 34–42

1 La numeración de la literatura corresponde a los números en negrilla de las Tablas 1 y siguientes.

s.f. = sin fecha

Figura 1

Figura 1. Número y superficie de cuerpos de agua epicontinentales de acuerdo a su magnitud.

TABLA 1. VOLUMEN DE EXPLOTACION PESQUERA (miles de toneladas)

197019711972197319741975197619771978197919801981
255112861130211431234612353623629236742381923100323125723156523

TABLA 2. PRODUCCION PESQUERA DE ESPECIES MARINAS SUSCEPTIBLES DE CULTIVO (miles de toneladas)

 CAMARONOSTIONTORTUGAALMEJALISACARACOLLANGOS TAABULON
 
196836.01124.51114.648 1.8114.111-1.3113.411
196933.71132.49   5.0482.1113.911-1.4112.911
197042.91132.7114.2482.1113.211-1.5112.811
197143.51129.0112.3482.1113.711-1.7112.711
197247.11126.41  -3.6113.22  -1.6112.211
197370.22330.8234.8232.7116.0231.62  2.0114.723
197471.62333.3232.6233.0114.8231.92  1.9236.123
197566.42332.0113.7233.01116.3230.32  1.9236.423
197670.02333.9233.3232.8116.0230.35  1.9236.423
197769.52330.4233.2234.46  6.5230.26  1.9236.023
197867.32335.3176.723-7.123-1.9234.523
197973.92338.5164.1238.0237.4234.7162.1233.723
198077.52343.97  2.4237.1209.0231.5202.5232.823
198172.42341.9242.62311.023   13.523   6.8243.0231.823

TABLA 3. PRODUCCION PESQUERA DE ESPECIES DULCEACUICOLAS SUSCEPTIBLES DE CULTIVO (miles de toneladas)

 TILAPIACARPACHARAL P. BLANCOBAGRELANGOSTINOLOBINARANA
 
19680.280.681.280.580.280.180.344
19690.580.681.680.580.280.280.444
19700.680.881.180.581.080.280.344
1971--1.51-0.140.140.21   
1972--1.41  1.5230.340.140.444
19738.44  1.1101.51  2.3230.640.140.344
19748.33  1.0101.51  1.5230.740.140.344
197517.82  1.0231.51  1.3230.840.84-
197610.75  1.2231.75  1.3230.950.15-
19776.96  1.423  1.523  1.4230.860.16-
1978-  2.023  1.723  1.723  1.017  0.417-
1979  13.016  2.923  2.623  1.523  1.716  0.516-
198017.47  4.423  2.123  2.3231.971.07-
1981  45.72411.123  4.924  4.523  3.824  0.824-

Previous Page Top of Page Next Page