Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y UrbanoMontserrat Solano

Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano

COMENTARIOS AL BORRADOR CERO DEL INFORME “AGUA Y SEGURIDAD ALIMENTARIA”

1.      El alcance del tema del agua y la seguridad alimentaria es muy amplio. ¿Cree usted que el proyecto de V0 ha trazado adecuadamente la diversidad de los vínculos entre el agua y la seguridad alimentaria y la nutrición? ¿Hay pruebas importantes o aspectos que el presente proyecto no ha logrado cubrir?

El borrador cero del informe “Agua y Seguridad Alimentaria” contiene información básica para el análisis de los diferentes vínculos entre el agua, la seguridad alimentaria y la nutrición. En este documento se abordan varios temas relevantes, como las dimensiones del agua (disponibilidad, acceso, calidad y estabilidad), el incremento de la demanda del agua para la agricultura, los sistemas agrícolas de riego, los efectos del cambio climático en la producción de alimentos y nutrición, entre otros.

El texto también hace referencia a la limitación que tienen diversos documentos al no abordar el problema de acceso, derecho al agua y su vínculo con la seguridad alimentaria y la nutrición. “La importancia del abastecimiento del agua no debe medirse sólo en términos cuantitativos, sino por el hecho de tratarse de un sistema que cubre una necesidad social básica, por ser el objetivo primero y prioritario de la planificación hidrológica y por satisfacer las demandas de sectores estratégicos” (Paneque, 2006). Este concepto requiere integrar lo siguiente:

  • Principios para la inversión responsable en la agricultura y los sistemas alimentarios.
  • Directrices voluntarias sobre la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques en el contexto de la seguridad alimentaria nacional.
  • Directrices voluntarias para lograr la sostenibilidad de la pesca, a pequeña escala, en el contexto de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza.

Se sugiere incorporar una sección que haga referencia a diversas opciones de política pública para asegurar el uso del agua en cuatro dimensiones, como son la seguridad alimentaria, la nutrición en las regiones pobres del planeta y en los grupos de mayor vulnerabilidad como indígenas y mujeres. La carencia de agua es un factor de pobreza que afecta el bienestar de la población y que repercute en la adquisición de alimentos.

Al igual se sugiere dar seguimiento a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, titulado “El futuro que queremos”, celebrada en 2012 en Río de Janeiro Brasil, principalmente en los siguientes numerales:

“108. Reafirmamos nuestros compromisos relativos al derecho de toda persona a tener acceso a alimentos sanos, suficientes y nutritivos, en consonancia con el derecho a una alimentación adecuada y con el derecho fundamental de toda persona a no padecer hambre. Reconocemos que la seguridad alimentaria y la nutrición se han convertido en un desafío mundial apremiante y, a este respecto, reafirmamos también nuestro compromiso de aumentar la seguridad alimentaria y el acceso de las generaciones presentes y futuras a alimentos suficientes, sanos y nutritivos.

109 (…) Reconocemos la importancia de que se adopten las medidas necesarias para atender mejor las necesidades de las comunidades rurales, entre otros medios… la reutilización del agua residual tratada y la captación y el almacenamiento de agua.

119. Reconocemos que el agua es un elemento básico del desarrollo sostenible pues está estrechamente vinculada a diversos desafíos mundiales fundamentales. Reiteramos, por tanto, que es importante integrar los recursos hídricos en el desarrollo sostenible y subrayamos la importancia decisiva del agua y el saneamiento para las tres dimensiones del desarrollo sostenible.

120. Reafirmamos los compromisos contraídos en el Plan de Aplicación de las Decisiones de Johannesburgo y en la Declaración del Milenio de reducir a la mitad, para 2015, la proporción de personas sin acceso al agua potable y a servicios básicos de saneamiento y de elaborar planes de ordenación integrada y aprovechamiento eficiente de los recursos hídricos, asegurando el uso sostenible de esos recursos.

120. Reafirmamos los compromisos contraídos en el Plan de Aplicación de las Decisiones de Johannesburgo y en la Declaración del Milenio de reducir a la mitad, para 2015, la proporción de personas sin acceso al agua potable y a servicios básicos de saneamiento y de elaborar planes de ordenación integrada y aprovechamiento eficiente de los recursos hídricos, asegurando el uso sostenible de esos recursos.

121. Reafirmamos nuestros compromisos relativos al derecho humano al agua potable y el saneamiento, que ha de hacerse efectivo gradualmente en beneficio de nuestra población, respetando plenamente nuestra soberanía nacional.

122. Reconocemos que los ecosistemas desempeñan una función esencial en el mantenimiento de la cantidad y la calidad del agua y apoyamos las iniciativas de protección y ordenación sostenible de esos ecosistemas emprendidas dentro de las fronteras nacionales de cada país.

123. Subrayamos la necesidad de adoptar medidas para hacer frente a las inundaciones, las sequías y la escasez de agua, tratando de mantener el equilibrio entre el suministro y la demanda de agua, incluidos, según proceda, los recursos hídricos no convencionales, y la necesidad de movilizar recursos financieros e inversiones en infraestructura para los servicios de abastecimiento de agua y saneamiento, de conformidad con las prioridades nacionales.

124. Destacamos que es necesario adoptar medidas para reducir considerablemente la contaminación del agua y aumentar su calidad, mejorar notablemente el tratamiento de las aguas residuales y el aprovechamiento eficiente de los recursos hídricos y reducir las pérdidas de agua. Destacamos que para lograr esos propósitos se necesita asistencia y cooperación internacionales.”

2.      ¿El informe abarca adecuadamente la diversidad de enfoques y cuestiones metodológicas, en particular en relación con las métricas y datos para el agua y la seguridad alimentaria? ¿Qué medidas le parecen especialmente útiles y cuáles no?

El documento presenta datos globales sobre el agua, sin embargo carece de indicadores que permitan hacer comparaciones entre los diferentes países del mundo. Asimismo, el documento reconoce que no hay fuentes disponibles de información por categorías de los usuarios de agua, por ejemplo por género o por nivel socioeconómico.

A manera de ejemplo, a continuación se presentan cuatro indicadores incluidos en el Programa Nacional Hídrico 2014-2018.

“1. Índice Global de Sustentabilidad Hídrica (IGSH)

Este índice mide la forma en que se realiza la gestión de los recursos hídricos para lograr la sustentabilidad en las cuencas y acuíferos del país, además de garantizar la seguridad hídrica. Toma en cuenta la cantidad de agua disponible y que se consume por los diferentes tipos de usuarios, la calidad del agua y la administración de los recursos hídricos.

Este índice considera cuatro componentes:

ü  Grado de presión sobre los recursos hídricos.

ü  Medición del ciclo hidrológico.

ü  Calidad del agua.

ü  Gestión hídrica.

2.      Población y superficie protegida contra inundaciones

El indicador determina el número de personas y hectáreas que son protegidos por las acciones de las diferentes instancias e involucrados.

3.      Índice global de acceso a los servicios básicos de agua

Este índice permite evaluar el impacto de la política hídrica en tres dimensiones: cobertura, calidad y eficiencia, de los servicios agua potable y saneamiento. Es evaluado a partir de los siguientes componentes que integran nueve variables:

ü  Acceso a los servicios de agua potable.

ü  Acceso a los servicios de saneamiento.

4.      Productividad del agua en distritos de riego (kg/m3)

Mide la evolución de la productividad del agua en los distritos de riego. El avance se expresará en kilogramos por metro cúbico de agua aplicado. El aumento en la productividad en los distritos de riego mejora la eficiencia en el uso del agua en la agricultura”.

Se sugiere incorporar un apartado que aborde el tema de diseño, evaluación y monitoreo de indicadores del agua, que considere aspectos como línea base, método de cálculo y medios de verificación para dar seguimiento metodológico al tema del agua y seguridad alimentaria.

Por otra parte, se sugiere incluir el tema de la investigación y desarrollo en indicadores y datos para prevenir los efectos del cambio climático sobre la disponibilidad del agua, pues las sequias e inundaciones afectan la producción de alimentos y por ende la seguridad alimentaria.

3.      La seguridad alimentaria implica el comercio de productos agrícolas y un comercio virtual del agua. El comercio agrícola interactúa con el agua y la seguridad alimentaria de diversas maneras, y de manera particular con los países importadores de alimentos, los países exportadores de alimentos, etc. ¿Cree usted que el proyecto de V0 ha cubierto adecuadamente el asunto?

El proyecto V0 aborda el tema del comercio de productos agrícolas y el comercio virtual del agua desde un punto de vista de la eficiencia en el uso los recursos naturales. Una de las recomendaciones es considerar las importaciones de alimentos como una estrategia viable para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional. Esta estrategia atiende a cuando los recursos naturales son insuficientes y se requiere satisfacer las demandas nacionales.

Sin embargo, es importante considerar otros aspectos que pueden afectar a los países importadores de alimentos, tales como las fallas del mercado en la asignación de los recursos y la distribución del ingreso, y la dependencia alimentaria cuando las políticas internas no consideran la productividad en la agricultura familiar.

4.      En este informe, hemos considerado la posibilidad de una ampliación del derecho al agua para abarcar también los usos productivos. ¿Qué tipo de problemas prácticos y de política traería esto?

Como primer requisito se tendrían que mejorar los sistemas de gestión del agua para ampliar su disponibilidad, por ejemplo para el caso de México, la disponibilidad de agua per cápita ha disminuido: 18 035 m3/hab/año en 1950 a 3 982 m3/hab/año en 2013; 35 millones de mexicanos se encuentran en situación de poca disponibilidad de agua en términos de cantidad y calidad.

5.      ¿Qué acciones/soluciones/enfoques sistémicos (as) serían las más eficaces para mejorar la gobernanza del agua, la gestión y el uso para la seguridad alimentaria?

Pilar Paneque (2004) hace un comentario muy importante que da respuesta a esta pregunta:

“Se requiere una transformación en la política de aguas, especialmente por la prioridad otorgada al uso racional y la accesibilidad al recurso, desde una perspectiva económica y social, a la recuperación del buen estado ecológico de los ecosistemas hídricos y a la participación ciudadana en las decisiones sobre el agua. La participación da entrada a la diversidad de perspectivas y valores existentes en torno a la gestión del recurso y, de esta manera, aumentar la calidad de las soluciones alcanzadas y evitar conflictos posteriores a la toma de decisiones”

También es cierto que cada Dependencia Gubernamental será la encargada de gestionar la manera en la que operará, pero resulta interesante poder integrar esta perspectiva, en torno a la participación de todos los legos interesados.  

Para el caso de México, la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), en su Programa Nacional Hídrico 2014-2018 hace mención del siguiente párrafo sobre la gobernanza del agua:

 “La experiencia que ha dejado en el sector hídrico la creación, operación y restructuración de los consejos de cuenca, demuestra que la inclusión de los usuarios y la sociedad en la gestión del agua ha sido un proceso más lento de lo esperado y es necesario continuar los esfuerzos para romper paradigmas de paternalismo gubernamental, establecer sinergias interinstitucionales en materia de gestión integrada del agua y buscar soluciones que privilegien el bienestar colectivo.

En materia de gobernabilidad en el sector hídrico, la problemática se relaciona principalmente con la administración del agua, que se ha convertido en un factor que limita el aprovechamiento sustentable de los recursos hídricos y empieza a inhibir el desarrollo social, económico y ambiental en nuestro país”.