Foro Global sobre Seguridad Alimentaria y Nutrición (Foro FSN)

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      Comentarios al Borrador Cero

      • ¿El Borrador  Cero  recoge de  forma apropiada  los  principales  retos  y  barreras que limitan el  progreso  para  alcanzar  igualdad  de  género  y  la  plena  realización  de  los derechos de  mujeres  y  niñas?

      El borrador representa una buena hoja de ruta que plantea temas relevantes y urgentes para la transversalización de género. Sin embargo hay un marcado énfasis binario en la identificación de los sujetos, invisibilizando a la comunidad LGBTIQ+ de estas medidas. Sería relevante revisar y actualizar la manera en que a través del lenguaje e identificación de grupos clave, se pueda avanzar a no perpetuar las exclusiones de género que denunciamos. 

      • ¿La  Parte  2  del  Borrador  Cero  refleja satisfactoriamente los  principios  básicos  en  que  se fundamentan  las Directrices?

      A pesar de ser un documento que muestra comprehensivamente los principios básicos a abordar, faltan referencias más directas y concretas sobre la incidencia de estas guidelines en los espacios privados o domésticos, puesto que representa un correlato de lo que se hace en el espacio público y el cómo se entiende el género y a las mujeres. Esto cobra relevancia cuando se adopta un enfoque de Sistemas Alimentarios, donde no se puede hablar de alimentación invisibilizando cómo ésta es ejecutada en el cotidiano. En ese sentido, hablar sobre la economía de los cuidados (que está mejor desarrollado en el punto 3.7 pero que podría ser relevado desde antes) es fundamental cuando hablamos de inseguridad alimentaria y alimentación, cuestionar quiénes cuidan, a quiénes se cuida, cómo se cuida, es parte del impulso de acciones que sean género transformadoras. Las políticas públicas pueden jugar un rol fundamental en la relectura de los modelos tradicionales de género y en presentar alternativas más equitativas que eliminen el sesgo sexista que infravalora las tareas del ámbito privado por sobre aquellas realizadas en la esfera pública.

      • ¿Las  nueve  secciones de  la  Parte  3  del  Borrador  Cero  cubren  de  manera  integral  las esferas de  políticas  que  deben abordarse?

      Las nueve secciones abordan temas importantes y urgentes de ser abordados en materia de género. Considerar que las esferas políticas del debate que estén enfocadas a cambios estructurales o a nivel de sistemas alimentarios, se posicionan como una vía efectiva y pertinente para lograr la equidad de género, al levantar el peso que representa responsabilizar individualmente a las personas de ciertos elementos que sobrepasan la mera elección individual (i.e.: indicar que las personas realicen elecciones más saludables, cuando hay factores económicos (precio, acceso) y sociales (jornadas extenuantes, sobrecarga de labores domésticas que dificultan cocinar en casa, patrones culturales) que dificultan esa elección). 

      • ¿La Parte  4  del  Borrador  Cero  proporciona  todos  los  elementos  necesarios  para la implementación  y  el  seguimiento  efectivos  del  uso  y  la  aplicación  de  las  Directrices?

      Faltan énfasis en pasos concretos sobre cómo implementar estas directrices, a pesar de ser voluntarias, sería útil ayudar a los interlocutores que muchas veces no están sensibilizados con temas de género, lo que podría derivar en la construcción de indicadores que no capturen el cumplimiento de estas metas, o sean insuficientes. Sugerencias sobre espacios dónde incorporarlo en las políticas, como por ejemplo en la identificación de los/as beneficiarios, uso de un lenguaje no sexista, campañas de comunicación, etc. entendiendo que cada elemento aportan de manera diferente y complementaria a la transversalización de género. En ese sentido, la sección 4 resulta insuficiente como apoyo para la implementación y seguimiento efectivo de las directrices, al plantear principios que aún están presentado como ideas más teóricas que prácticas.

      Comments on the Zero Draft

      • Does the Zero Draft appropriately capture the main challenges and barriers that hinder progress in achieving gender equality and the full realization of women’s and girls’ rights in the context of food security and nutrition?

      The draft is a good roadmap that raises relevant and urgent issues for gender mainstreaming. However, there is a marked emphasis on the binary identification of individuals, excluding the LGBTIQ+ community of the proposed measures as a result. Reviewing and updating the way in which we use the language and identify key groups would be relevant, in order to avoid future gender exclusions.

      • Does Part 2 of the Zero Draft satisfactorily reflect the core principles which should underpin the Guidelines?

      Despite being a document that comprehensively details all the basic principles to be addressed, there is a lack of more direct and specific references to the impact of these guidelines at the private/household level. The draft describes what is being done at the public level and how gender and women are perceived. This is particularly relevant when adopting a food systems approach, as is not possible to discuss food related issues without taking the domestic sphere into account. In this sense, addressing unpaid care and domestic work (this topic is well covered in section 3.7 but could be discussed in previous sections) is essential when it comes to food and food insecurity. Challenging who are the caregivers, who do they take care of and how do they carry out this unpaid work is part of a set of gender-transformative actions. Public policies can play a fundamental role in rethinking traditional gender models and presenting more equitable alternatives that eliminate the sexist bias that undervalues domestic tasks, compared to those undertaken in the public sphere.

      • Do the nine sections of Part 3 of the Zero Draft comprehensively cover the policy areas to be addressed?

      The nine sections address important and urgent gender issues. The policy spheres of the debate should be focused on structural changes or transformations at the food systems level. These are an effective and relevant way of achieving gender equity, as they relieve the people of the burden of their individual responsibility on certain aspects that go beyond their possibilities (e.g. making healthier choices can be challenging when economic [price, access] and social factors [strenuous working hours, overburdened household chores that hinder home cooking, cultural customs] limit the options).

      • Does Part 4 of the Zero Draft provide all the elements necessary for effective implementation and monitoring of the use and application of the Guidelines?

      Greater emphasis should be given to concrete steps on how to implement these guidelines, even though they are voluntary. Helping stakeholders who might not be particularly sensitive to gender issues could be helpful. There is a risk of developing indicators that are insufficient or do not capture the achievement of the intended targets. Specifying where to implement the guidelines at the policy level would be helpful (e.g. in the identification of beneficiaries, in the use of non-sexist language, in communication campaigns, etc.). It should be noted that each action and each individual contributes to gender mainstreaming in different and complementary ways. In this sense, section 4 seems insufficient as a support for the effective implementation and monitoring of these guidelines: it sets out principles that are still considered theoretical concepts, rather than practical ideas.