Redmanglar InternacionalCarlos Salvatierra

Redmanglar Internacional

-Redmanglar Internacional es un movimiento que agrupa a más de 260 organizaciones y comunidades en doce países de América Latina y que trabaja por la defensa de los territorios costero marinos.-

“En las zonas costero marinas el agua es elemento fundamental, íntimamente ligado a la soberanía alimentaria de los pueblos costeros. “

Debido a lo corto de los tiempos que hemos tenido para la revisión, basamos nuestras opiniones al Borrador Cero, respecto a temas vinculados con el agua y los territorios costeros marinos.

En general:

Los temas relacionados con la acuicultura, en particular la acuicultura industrial de camarones deben ser considerados y abordados con mayor detalle en este borrador. Para un informe sobre el tema del agua y la soberanía alimentaria este debe ser un aspecto de gran importancia, por sus diversas implicaciones e impactos ambientales y sociales.

A pesar de que se hace referencia a no repetir en este borrador las conclusiones del informe: “Sustainable fisheries and aquaculture for food security and nutrition” Siendo la acuicultura industrial de camarones una de las actividades a nivel mundial mayormente responsable de la pérdida y degradación de ecosistemas costeros, humedales y fuentes de agua, ese informe tampoco aborda con suficiente profundidad diversos temas que a continuación compartimos y que representan nuestros puntos de vistas.

La acuicultura industrial, limita y viola el derecho a la soberanía alimentaria de los pueblos

La producción industrial de camarones, desde la instalación de piscinas y el sistema de producción  genera graves impactos en las aguas, afectando  la salud y los medios de vida de las comunidades. La acuicultura industrial profundiza la injusticia socio-ambiental. El desarrollo intensivo de la acuicultura de camarones implica la externalización, o transferencia a la sociedad y al medio ambiente, de los costes de la degradación ambiental. Así pues, mientras que una minoría logra cuantiosos beneficios económicos, el resto de la comunidad sufre las consecuencias del aumento de la pobreza, hambre, enfermedades, contaminación y vulneración de los derechos humanos fundamentales. Se privatizan las ganancias y se socializan los impactos ambientales y sociales.

Uno de estos impactos, directamente relacionado con las aguas y la soberanía alimentaria, es el uso de productos químicos y tóxicos en los procesos de cultivo de los camarones y de conservación del producto.  Amenaza la salud de los trabajadores y consumidores, genera a la vez graves efectos en otros organismos marinos, también con efectos posteriores en la salud humana.

El metabisulfito de sodio, aunque se considera un agente químico de insalubridad máxima en numerosos países, es un conservante químico ampliamente usado por esta industria. Este compuesto, al reaccionar con agua libera dióxido de azufre (SO2), gas que causa irritación en la piel, ojos, laringe y tráquea, y cuyos efectos pueden provocar, según numerosos estudios científicos, graves enfermedades a las personas expuestas. Además, el metabisulfito de sodio también se utiliza como conservante durante el transporte, por lo que el consumo de estos productos tampoco resulta recomendable para la salud, especialmente para personas alérgicas o asmáticas. Otros estudios constatan niveles elevados de PCB (conocido tóxico y cancerígeno) en los langostinos cultivados, así como otros compuestos contaminantes. A todo esto, se debe sumar las grandes cantidades de antibióticos que se subministran a los langostinos cultivados, para prevenir la propagación de bacterias y virus, cuyos efectos tienen graves consecuencias sobre el medio ambiente, pero que también pueden tener efectos nocivos sobre el consumidor.

Amenaza la integridad de los ecosistemas costeros.

El vertiginoso crecimiento de la acuicultura de camarones -cuya producción se centra el 99% en países del trópico en vías de desarrollo-, ha ido acompañado por una huella de explotación de los recursos naturales cada vez mayor, causando la destrucción generalizada de los ecosistemas costeros tales como deltas, estuarios, marismas, humedales y manglares, siendo éste último uno de los ecosistemas más afectados en el mundo. En zonas tropicales y subtropicales del planeta, el 38% del área del manglar ha sido destruida para la producción de langostinos destinados a la exportación, siendo esta actividad reconocida globalmente como la mayor amenaza al ecosistema manglar.

La camaronicultura y acuicultura industrial en las zonas tropicales y subtropicales afecta y hace más vulnerables a las sociedades y poblaciones costeras ante los impactos del cambio climático, tomando en cuenta la salud actual y el estado de conservación de estos ecosistemas costeros, como los manglares y otro tipo de humedales; en general los impactos de la degradación y destrucción de los ecosistemas costeros por actividades industriales acuícolas y otras, disminuye su capacidad natural de adaptación, así como la resiliencia de las poblaciones humanas ante el cambio climático. Los impactos de la destrucción del ecosistema manglar inciden directamente en la disminución de las pesquerías con efectos locales, regionales y globales, aún poco investigados y documentados.

La acuicultura industrial impacta  recursos hídricos y veda  el derecho humano al agua a los pueblos costeros:

Al destruir, acaparar, transformar e invadir los ecosistemas costeros, las empresas camaroneras realizan en el proceso inicial para la producción, el ingreso de aguas saladas o salobres a las piscinas camaroneras. Propiciando el proceso de salinización de las  fuentes de aguas frescas subterráneas. Esto ha ocurrido en muchos lugares donde la acuicultura del camarón se ha instalado. A manera de ejemplo, las comunidades de Tecojate e Isla Chicales en el Pacífico de Guatemala, padecen ya la salinización de sus fuentes de agua por la empresa camarones Oro del Pacífico. También la Sociedad Sueca para la Protección de la Naturaleza ha documentado en su informe Aguas Turbias (2011) testimonios y casos de estos procesos de salinización en comunidades de Bangladesh.

La salinización de las fuentes de aguas dulces es un serio problema que debe ser abordado en el Borrador Cero. La acuicultura industrial de camarones es uno de los principales responsables, pero también se suman: la industria de producción de sal a gran escala, y proyectos y mega proyectos de infraestructura que destruyen ecosistemas costeros estratégicos que funcionan como amortiguadores naturales, ante este efecto. La falta de aguas frescas debido a procesos de salinización es una realidad en muchas localidades, un problema concreto que veda el acceso al agua de buena calidad para el consumo. Las mujeres son uno de los grupos más afectados y vulnerables, en la búsqueda de agua no salinizada, deben recorrer largas distancias generando otros problemas sociales.  La agricultura familiar también se ve afectada, al salinizare las parcelas, estas quedan imposibilitadas para su uso, generando perdida de territorios, migraciones y afectando la producción y las economías familiares.

La contaminación por el vertió de aguas de desecho sin tratamiento es otro factor altamente preocupante. Antibióticos y otros productos químicos utilizados por las empresas acuicultoras así como los mismos desechos de los camarones, son vertidos a esteros y humedales con pocos o sin ningún tratamiento, generando la contaminación de las aguas. Se afecta y daña a los pescadores locales, debido a la disminución de la pesca, o al correr peligro  su salud al consumir pescado u otros productos contaminados.

Los desechos de las salinas o salineras, “desechos amargos” también contaminan las aguas, debido a que al aumentar las concentraciones de sal se presenta toxicidad para diversas especies en los ecosistemas.  La contaminación y degradación de las aguas por estas industrias, se da bajo un esquema de escasos o nulos controles por parte de las instituciones de gobierno en donde operan, y de violaciones a las normativas más elementales de protección ambiental.

Acaparamiento de las aguas en los territorios costeros:

El acaparamiento de las aguas y de las tierras, es otro asunto que debe ser abordado con mayor profundidad. Las agroindustrias como la caña de azúcar o la palma africana, utilizan grandes cantidades de agua, generalmente como una práctica común acaparan y desvían los ríos y otras fuentes de aguas, vedando el acceso a las comunidades locales al recurso.

Limitan el acceso al agua para consumo y para la agricultura familiar. Con la contaminación de las aguas también se ve afectada la pesca a pequeña escala, los altos niveles de contaminación propician la muerte de peces y otras especies utilizadas para el consumo o la venta afectando también la economía familiar. Impactan también ecosistemas naturales y la biodiversidad.

El uso de agrotóxicos, como: madurativos, fertilizantes y otros productos químicos como pesticidas contaminan las fuentes de agua, ocasionando graves problemas ambientales y de salud para las poblaciones humanas. Afectaciones a la biodiversidad, poblaciones de especies y organismos tanto terrestres como acuáticos. 

Los emprendimientos hoteleros y otras infraestructuras en zonas costeras que impactan el recurso hídrico: la industria hotelera demanda grandes recursos, como el agua, que es utilizada para el mantenimiento de zonas verdes, canchas de golf y para los servicios básicos para las habitaciones de los hoteles. Los hoteles utilizan el agua abriendo pozos y cada vez más disminuyendo los mantos de agua subterránea, tan importantes y delicados en una zona con gran influencia salina. Al disminuir el acuífero subterráneo, prácticamente se pierde un equilibrio entre las aguas, y la cuña salina puede ingresar y contaminar las aguas frescas o dulces.

Deben ser planteadas y consideradas de manera urgente sanciones a los agronegocios, por su responsabilidad en vedar y limitar el acceso al agua, acaparándola,  contaminándola y degradándola,  por ser éstos, factores que generan racismo ambiental. También deberían ser consideradas y exploradas obligaciones de las agroindustrias e industrias en sufragar los costos que genera la contaminación de las aguas y sistemas naturales, con el fin de restituir el entorno y el acceso al agua para las comunidades y poblaciones afectadas.

Para Redmanglar Internacional, el agua es un derecho humano fundamental, no debe ser bajo ninguna circunstancia privatizada ni sometida a ningún esquema que pretenda o plantee su mercantilización. La soberanía alimentaria es un derecho de los pueblos.

Carlos Salvatierra

Secretario Ejecutivo

Redmanglar Internacional

Cogmanglar – Secretaria Ejecutiva 2011 – 2016

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